Por la falta de perdn amargura

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POR LA FALTA DE PERDON… ¡AMARGURA!

VERDAD CENTRAL : Necesitamos perdonar a otros para que Satanás no gane ventaja sobre nosotros; y puesto que Dios nos manda a perdonar, entonces, es algo que sí podemos hacer.

TEXTOS BIBLICOS : Efesios 4:30-32; 2-Corintios 2:11; Hebreos 12:15; San Mateo 6:14; Santiago 5:16; Jeremías 15:18-19; Texto Bíblico pera meditar y memorizar: San Mateo 18:21-22

DESARROLLO : Efesios 4:30-32 (Reina Valera – Rev. 95) (V.30) “Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”

(V.31) “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia.”

(V.32) “Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

2-Corintios 2:11 (Reina Valera – Rev.95) “para que Satanás no saque ventaja alguna sobre nosotros, pues no ignoramos sus maquinaciones.”

I – INTRODUCCION La raíz de amargura es una de las principales causas por la cual muchos cristianos se encuentran en miseria, enfermos, y apartados de la presencia de Dios. La amargura se puede decir que es más fuerte que toda falta de perdón, ya que con ella se desarrollan raíces tales como: ira, enojo, maledicencia, celos.

La amargura es una puerta abierta para que una serie de espíritus inmundos atormenten a la persona. Es un arma grandemente usada por el enemigo para la destrucción de la iglesia, debido a que hace que los creyentes abandonen de Cristo los principios del amor y el perdón.

La amargura es un resentimiento que se convierte en el veneno del alma y que va contaminando todo, hasta que destruye la vida de Dios en nosotros; acaba con los valores de la personalidad y al hombre en su totalidad. Es la única contaminación que hace olvidar toda buena obra que Dios y las personas hayan hecho en nosotros.

La amargura empieza a trabajar después de que la persona ha sido herida, en forma similar en que una manzana cuando se cae del árbol y se maltrata, no se le nota el daño sino después de muchos días y después de que aparece una mancha oscura que se convierte en daño y después se pudre. Por esto el Apóstol Pablo nos advierte al respecto: Hebreos 12:15 (Reina Valera – Rev.95) “Mirad bien, para que ninguno deje de alcanzar la gracia de Dios, y para que no brote ninguna raíz de amargura que os perturbe y contamine a muchos.”

II – ¿EN QUE CONSISTE LA RAIZ DE AMARGURA?

2 La raíz de amargura es una angustia del alma. Es estar triste, desanimado y en desesperación; es sufrir una decepción y sentirse sin esperanza. En definitiva, es como se siente el alma por circunstancias que nos sobrecogen y que no podemos cambiar. Es tener una profunda tristeza y resentimiento, acompañados de hostilidad e ira reprimida.

Como la amargura es un resentimiento que tiene raíces, éstas se van arraigando cada vez más en lo profundo del corazón del hombre y crecen sin darse cuenta hasta ahogar su alma, ya que su crecimiento es interno. Después de este ciclo de crecimiento se convierte en un gran árbol y entonces sus frutos serán: odio, resentimiento, ira y celos.

La amargura se deriva de las heridas recibidas. Ellas generalmente provienen de aquellos que están más cerca de la persona. Por ejemplo, las causadas por relaciones entre padres e hijos, o por las relaciones entre esposos.

La amargura causa daños en todo nuestro ser. Sale a relucir en nuestra conversación, en nuestras reacciones, en nuestras actitudes y hasta en nuestra salud física por los trastornos que causa.

III – LAS PRINCIPALES CAUSAS DE LA AMARGURA Podemos mencionar como principales causas de la raíz de amargura, las siguientes:

A. Cuando algo importante o grande nos ha sido quitado o lo hemos perdido.

B. Siempre que algo grande o importante es quitado de nuestra vida, el enemigo enviará un espíritu de amargura. Un buen ejemplo bíblico de esto fue cuando Noemí perdió a su esposo y a sus hijos. Ella tenía raíces de amargura contra Dios porque pensaba que Dios le había quitado a su esposo y a sus hijos (Rut 1:1-13).

Otro ejemplo es el de Esaú que perdió su progenitura. Cuando se dio cuenta de esto, le vino una gran amargura (Génesis 27:34-40).

De igual manera, una de las razones importantes por las cuales muchos creyentes tienen raíces de amargura es porque están inconformes con Dios por algo que perdieron. Esto por su incapacidad de entender que Dios es el autor de toda buena dádiva y que Él no es el autor de lo malo.

C. Cuando estamos sujetos a circunstancias que no podemos cambiar.

D. Cuando una persona se encuentra bajo una circunstancia que le sobrecoge y que no puede cambiar, le viene el desánimo, se angustia, se desespera y se siente sin esperanza.

Igualmente, cuando una persona está sometida por mucho tiempo a un problema difícil, durante el cual no ve posibilidades de cambio alguno, se pone en peligro de abrir las puertas a un espíritu de amargura, si lo permite.

La expresión típica de una persona amargada en estos casos es: ¡Me doy por vencido, no hay esperanza ni posibilidades de cambio!

Estos son los momentos para meditar en las promesas de Dios y en la esperanza que tenemos en nuestro Señor Jesucristo.

E. Cuando alguien nos ha herido emocionalmente.

Una de las más frecuentes razones por las cuales viene la raíz de amargura es por las heridas del pasado, y decíamos que las heridas más hondas provienen de aquellos que están más cerca de cada persona.

La falta de perdón es una carnada del enemigo. En otras palabras, cada vez que alguien le ofende o le hiere, le está tendiendo una trampa o una carnada el enemigo para que se amargue y pierda su bendición.

3 Por tal razón, cuando viene una ofensa a nuestra vida, se debe perdonar inmediatamente y no permitir que el sol se ponga sobre el enojo. Las heridas deberán ser sanadas lo más pronto posible. Recordemos el ciclo de las heridas emocionales: Ofensa >> Falta de Perdón >> Resentimiento >> Raíz de Amargura >> Odio Odio >> Cauterización de la Conciencia IV – SINTOMAS QUE MUESTRAN LA RAIZ DE AMARGURA EN UNA PERSONA. Los siguientes son algunos de los indicadores que muestran que una persona tiene la raíz de amargura: ♦ Cuando la persona se queja y murmura continuamente sobre las circunstancias de la vida y en contra de otras personas. ♦ Cuando la persona todo el tiempo está airada y maldice de continuo. ♦ Cuando la persona siempre recuerda detalles, tales como: nombres, cosas, palabras y circunstancias que fueron hechas y dichas. La raíz de amargura se torna en un registro minucioso de todo. ♦ Por su aislamiento. Toda persona con raíz de amargura se aísla porque tiene miedo a que la hieran más de lo que está (Hechos 8:23). ♦ La amargura siempre trae como consecuencia el rompimiento de relaciones. ♦ La amargura hace que causemos daño a los demás: chismes y mentiras. ♦ Temor y desconfianza hacia los demás. ♦ Cuando nuestras oraciones son estorbadas. La falta de perdón corta la comunión con Dios y su presencia no fluye en nosotros. ♦ La fe ha sido anulada. Por mucho que se esfuerce, crea la Palabra o la confiese, su corazón no puede actuar en fe. La falta de perdón bloquea su corazón y no le deja creer.

♦ Algunas enfermedades son indicadoras de una raíz de amargura: artritis, úlceras, migrañas, insomnio, dolores de espalda.

V – COMO SANARNOS DE LA RAIZ DE AMARGURA. Lo siguiente nos ayudará a deshacernos de la raíz de amargura: 1. Tome la decisión de perdonar con todo su corazón.

Recuerde que si usted espera sentir algo para perdonar, nunca lo va a sentir. Esto es porque el perdón no se basa en sentimientos, sino en un compromiso de obedecer a Dios y a Su Palabra.

San Mateo 6:14 (Reina Valera – Rev. 95) “Por tanto, si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.”

2. Haga una lista de personas lo hayan herido o le hayan robado algo, durante toda su vida.

Exprese su perdón en forma de confesión, siendo específico con cada palabra y circunstancia con la cual fue herido, y añada si le han quitado algo o hubo alguna ocasión que lo sobrecogió.

3. Arrepiéntase y pida perdón al Señor por guardar este resentimiento en su corazón y por el pecado de juicio contra las personas que lo hirieron y contra Dios.

Cuando hay falta de perdón y amargura en nuestra vida, juzgamos a las personas y eso se convierte en pecado, abriéndole así una puerta al enemigo.

La Palabra de Dios nos ordena desechar todo resentimiento, amargura, odio y reconocer la falta de perdón hacia otros.

4. Exprese su perdón en forma verbal.

Hágalo, confesando su perdón a cada una de las personas, especificando las razones por las cuales tiene que perdonarlos.

4 Santiago 5:16 (Reina Valera – Rev.95) “Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”

5. Renuncie a todo espíritu de resentimiento, amargura, odio y falta de perdón.

6. Mire si puede sacar algo bueno de todo lo malo que le ha sucedido.

Nunca será sanado de un dolor, de una circunstancia difícil, de una desesperación, de eso que le fue quitado, ni de esa herida que le hicieron, si no ve que, de eso negativo, Dios traerá una bendición. Dios tiene el poder y la autoridad para hacerlo.

Jeremías 15:18, 19 (Nueva Versión Internacional) (V.18) “¿Por qué no cesa mi dolor? ¿Por qué es incurable mi herida? ¿Por qué se resiste a sanar? ¿Serás para mí un torrente engañoso de aguas no confiables?”

(V.19) “Por eso, así dice el SEÑOR: <<Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme. Si evitas hablar en vano, y hablas lo que en verdad vale, tú serás mi portavoz. Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos.”

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------TEXTO BIBLICO PARA MEDITAR Y MEMORIZAR San Mateo 18:21-22 (Reina Valera – Rev.95) (V. 21) “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: -Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?”

(V. 22) “Jesús le dijo: - No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.”

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