I.- Entender que fuimos creados para una vida victoriosa y extraordinaria. Ef. 2:10; Sal. 139:13-18; II Cor. 2:14; Jer. 1:5-10; 17-19.
Notas:
A.- Nacimos para ganar y tener éxito en la vida. B.- No importa cual sea nuestro trabajo el éxito está a nuestro alcance. C.- No importa como llegamos a este mundo; nuestra vida puede mejorar. D.- Nuestro Dios es demasiado grande para que pensemos en pequeño. E.- Los únicos límites que hay son los que nosotros nos ponemos. F.- Somos más fuertes de lo que pensamos; Dios nos dio la capacidad de ponernos cualquier meta y alcanzarla.
II.- Vivir el principio de la integridad. Prov. 22:1; Ecle. 7:1; Mt. 5:37. A.- Una persona íntegra es aquella que hace lo correcto y justo; cueste lo que cueste, suceda lo que suceda. B.- Cuando vivimos en integridad, nuestras palabras y nuestras acciones deben ser congruentes. C.- La integridad no se ve tanto en lo que hacemos, sino en lo que somos. D.- La integridad y el carácter cuentan mucho en la vida. E.- Una persona íntegra inspira confianza y es una persona en la que se puede creer. F.- Cuando decimos algo, todo mundo debe saber que lo haremos.
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