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Cómo sacar provecho del regalo
Del S Bado
Desde el principio de la historia registrada, Dios bendijo y santificó el día de reposo. Lo apartó como una bendición perpetua, un período de 24 horas en el que se nos ordena que dejemos de trabajar tal como Dios lo hizo.
En lugar del trabajo que llena (y a menudo consume) el resto de los días, Dios nos ordena tomar un descanso en el séptimo día de la semana, el cual fue santificado desde el principio de la historia como el día de reposo. Éste es un día para edificar una relación más profunda y significativa con nuestro Creador, en el cual Él nos ayuda a quitar el tohu y bohu de nuestras propias vidas.
Jesús les dijo a los fariseos que Dios no creó a la raza humana sólo para que guardara el sábado. Dios creó el día de reposo como una bendición santificada para su pueblo a través de la historia.
Es cierto, hay algunas reglas para guardar el sábado, pero las reglas que importan fueron dadas por Dios, no por los hombres. Cuando “[llamemos] delicia” al día de reposo —entonces “[nos deleitaremos en el Eterno]” (Isaías 58:13-14).
Queda un reposo para el pueblo de Dios
Pero la verdadera bendición del sábado va más allá del descanso físico. Este día sagrado, que se remonta a la semana de la creación, también se extenderá hacia la eternidad.
El autor del libro de Hebreos habla acerca de ese primer día de reposo, cuando “reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día” (Hebreos 4:4), y reconoce que los israelitas nunca encontraron el reposo que Dios les había ofrecido. De hecho, debido a su desobediencia, Dios dice: “juré en mi ira, no entrarán en mi reposo” (v. 3).
Pero hay más: “puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia… Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios” (Hebreos 4:6, 9).
En el versículo 9, el autor usa una palabra griega especial para “reposo”. Ésta es la única vez que ese término aparece en el Nuevo Testamento. La palabra es sabbatismos , que se refiere específicamente al acto de guardar el día de reposo. En otras palabras, el versículo 9 nos dice que el pueblo de Dios aún tendrá la oportunidad de guardar ese día, “Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas” (v. 10).
Este aspecto del día de reposo se refiere a nuestro descanso definitivo de esta vida física, cuando nos hayamos despojado “de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:1-2).
Cuando la carrera termine y nuestra vida física acabe, dejaremos de trabajar por un tiempo. El día de reposo señala el verdadero descanso que vendrá cuando nuestro Señor y Salvador nos levante de la tumba y diga “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:23).
El día de reposo fue hecho a causa del hombre, no el hombre a causa del día de reposo.
El día de reposo fue hecho para usted
Para descubrir más acerca del sábado de Dios, puede descargar nuestro folleto gratuito El sábado: un regalo de Dios que hemos descuidado.
—Jeremy Lallier