Ciudadanos de los cielos bajo gobiernos humanos: tres principios importantes Los cristianos deben estar en el mundo sin pertenecer a él. Esto implica lograr un equilibrio entre nuestra lealtad principal a Dios con nuestra lealtad secundaria a los gobiernos humanos.
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oy en día existe mucha confusión acerca de la relación que las religiones deberían tener con los gobiernos civiles. Algunas toman posiciones extremas, como afirmar que su religión es el gobierno del Estado. Otras animan a sus miembros a aislarse lo más posible de cualquier relación con el gobierno. La mayoría, sin embargo, se encuentra en un punto medio, integrando en cierta medida la religión con la política. Lamentablemente, los problemas inherentes de los gobiernos del mundo a menudo crean división en las iglesias y distanciamiento entre sus miembros
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DISCERNIR
por razones políticas. ¿Cuál es el problema con este enfoque? Jesús y sus apóstoles operaron desde una perspectiva muy diferente. Ellos vivían en la complicada situación de estar bajo dos gobiernos: el dominio de la pagana Roma y el poder eclesiástico que Roma les concedía a los líderes judíos, quienes decían representar el gobierno de Dios. ¿A cuál gobierno apoyaba Jesucristo? Solamente al Reino de Dios. De hecho, Cristo apartó el enfoque de sus seguidores de los gobiernos humanos y dirigió sus corazones hacia ese futuro Reino.
Marzo/Abril 2021