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Por cierto
Una lección de un hoyo en la tierra
Bodrum, en la costa suroeste de Turquía, es un glamoroso centro turístico para los ricos y famosos a quienes les gustan los yates. A mi esposa y a mi nos encantó pasear entre sus modernos restaurantes y embarcaciones de recreo mientras hablábamos de su antigua historia.
Famosa por su arquitectura, su vibrante vida nocturna, sus playas y aguas celestes, la ciudad atrae a turistas de todo el mundo. Pero Bodrum también es el hogar de un hoyo en la tierra único.
Una maravilla del mundo antiguo
En la antigüedad, Bodrum se conocía como Halicarnaso, una importante capital provincial del Imperio Persa. Su gobernante Mausolo quería construir un monumento en su memoria, así que comenzó la edificación de una tumba grandiosa sobre una colina con vista hacia la ciudad. Cuando murió (353 a.C.) su hermana-esposa Artemisia continuó el proyecto.
La inmensa estructura finalmente midió 43 metros de alto. Pero fue la calidad de su ornamentación, su hermoso santuario y sus trabajados frisos lo que le dieron fama. El primer historiador reconocido, Heródoto, quien nació en Halicarnaso, puso el Mausoleo en su famosa lista de las siete maravillas del mundo antiguo. Hoy en día, la palabra mausoleo todavía se usa para describir tumbas majestuosas.
Seis de esas siete maravillas han sido destruidas; sólo las pirámides de Guiza permanecen hasta hoy. El Mausoleo fue la última en caer; para el año 1400, una serie de terremotos lo había destruido y sólo quedaba su fundación en pie. Luego, sus ruinas fueron saqueadas para llevar piedras a un castillo cruzado que se construyó ese mismo siglo. Algunos restos impresionantes de sus estatuas se encuentran en el Museo británico.
En Bodrum, sólo quedan algunas piedras y un gran hoyo en la tierra.
La soberbia será abatida
Incluso las mayores creaciones humanas pueden ser destruidas por fuerzas de la naturaleza: terremotos, fuego, tormentas, inundaciones y el tiempo. Ésta es una metáfora adecuada para ilustrar la ineficacia de la soberbia humana: todo lo que podemos crear físicamente, sin importar qué tan maravilloso sea, está destinado a desaparecer.
El profeta Isaías habló acerca de este principio y cómo se cumplirá al regreso de Jesucristo. Las grandes creaciones de los hombres, así como su orgullo, serán destruidas.
“Porque día del Eterno de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido…
Sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte…
La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo el Eterno será exaltado en aquel día” (Isaías 2:12, 15, 17).
El destino del Mausoleo es un impresionante recordatorio de que lo físico es temporal y de que el único que merece ser exaltado es el Eterno.
Joel Meeker
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