¿Es cierta la Biblia?

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Arqueología Los Manuscritos del Mar Muerto ¿Qué nos dice la historia? Profecía cumplida La evidencia de la coherencia interna de la Biblia

Artículos reimpresos de VidaEsperanzayVerdad.org


Foto: Nick Thompson/CC BY-NC-SA 2.0

ARQUEOLOGÍA

La Biblia afirma tener las respuestas a los grandes interrogantes de la vida. ¿Cómo podemos saber si es cierta? Examinaremos cinco pruebas de la veracidad de la Biblia.

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res de las preguntas más importantes de la vida son: ¿de dónde vengo? ¿Quién soy? ¿Adónde voy? Estas preguntas son el meollo de la humanidad. ¿Dónde puede encontrar las respuestas? ¿Puede usted acudir a un amigo, a un político o a un ministro? ¿O existe otra fuente donde podemos encontrar las respuestas a las preguntas más difíciles de la vida? La Biblia afirma tener las respuestas —las respuestas que no se encuentran en ninguna otra parte. Pero, ¿cómo podemos saber si la Biblia es cierta? Al fin y al cabo, en años recientes ha sido rechazada por muchos que dicen que no es sino una recopilación de mitos. Y nuestro sistema moderno de educación rechaza la Biblia como fundamento de la verdad. Entonces, ¿a quién deberíamos creer?

Un best seller

Año tras año, la Biblia es el libro más vendido en el mundo. El libro Guinness Records del Mundo dice: “Aunque es imposible obtener cifras exactas, hay poca duda de que la Biblia sea el libro más vendido del mundo y el libro más ampliamente distribuido”. En 2007, la revista The Economist estimó que se imprimían más de 100 millones de Biblias cada año. George Barna, un investigador americano muy conocido, informa que 92 por ciento de las casas americanas tienen por lo menos una Biblia y muchas tienen dos o tres. Pero la popularidad y el volumen de ventas no hacen que algo sea cierto. ¿Cómo podemos probar que la Biblia es cierta?

La primera de las cinco pruebas de la Biblia

Éste es el primero de los cinco artículos enfocados en cinco pruebas básicas de la Biblia: arqueología, los rollos del mar Muerto, historia secular, profecía cumplida, y la consistencia de las afirmaciones que se encuentran en la Biblia. Si bien se han escrito libros enteros acerca de cada prueba, esperamos que esta información básica le ayude a probar la verdad de la Biblia por usted mismo.

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Arqueología

La arqueología se define como “el estudio científico de los restos materiales (como fósiles, artefactos y monumentos) de la vida humana pasada y sus actividades” (merriam-webster.com). La arqueología debería o confirmar o refutar el registro bíblico. Ya que la arqueología es una ciencia, se trata de comprobar los hechos y no hacer conjeturas. Pero como ocurre con todo lo demás, las ideas preconcebidas, agendas personales y políticas pueden interponerse en el camino. Es verdad que hay hechos controversiales entre la Biblia y la arqueología, pero hay un creciente grupo de evidencia arqueológica importante que respalda el relato bíblico que no podemos ignorar. Si la arqueología puede confirmar la existencia de los personajes principales y los eventos fundamentales que aparecen en la Biblia, entonces tendremos una prueba objetiva de la autenticidad. Hay arqueólogos que rechazan la Biblia y afirman que muchos sucesos registrados en las Escrituras nunca sucedieron. Estas personas se llaman minimalistas y su posición es que la historia bíblica debe ser considerada como ficción a menos que pueda ser confirmada por la arqueología. Otros que se llaman maximalistas tienen una posición opuesta —la historia bíblica es más o menos correcta a menos que los arqueólogos prueben que no. Analicemos algunos ejemplos en los cuales los hechos son aceptados por ambos grupos. ¿Qué sabe usted acerca del túnel de Ezequías, la segunda pared de Jerusalén y la muerte del rey asirio Senaquerib? Las historias que rodean estos eventos son fascinantes y se pueden encontrar en los libros de 2 de Reyes, 2 de Crónicas e Isaías.

El dilema de Ezequías

La Biblia nos cuenta la historia de Ezequías, un rey de Judá, y su conflicto con Senaquerib, un rey asirio famoso. Esta historia es confirmada además por minúsculos detalles por la arqueología y la historia. Ezequías fue un rey según Dios que fue un instrumento fundamental para remover la idolatría de Judá (2 Reyes 18:1-4). A comienzos de su reinado él fue testigo de la cautividad de Israel (las 10 tribus del norte) a manos del rey asirio Sargón II (vv. 9-12). Después de su victoria sobre Israel, los asirios obligaron a las ciudades de Judá a pagar tributo con el fin de evitar que corrieran con la misma suerte. La decisión de Ezequías, de dejar de pagar tributo a los asirios, hizo que el rey Senaquerib los atacara con furia (vv. 7, 13). Esto hizo que Ezequías cambiara de opinión. Él decidió pagar el tributo a los asirios tomando el oro y la plata de su palacio y del templo. Para satisfacer las exigencias de Senaquerib, quitó el oro de las puertas del templo (vv. 15-16). Pero esto todavía era insuficiente, y Senaquerib había enviado a sus ejércitos para que rodearan Jerusalén exigiendo la rendición de la ciudad.

Construcción de un segundo muro para fortalecer a Jerusalén

En medio de esta crisis, Ezequías oró a Dios con todo su corazón (2 Reyes 19), y el profeta Isaías le dijo que Senaquerib no tendría éxito y Jerusalén no caería en esta ocasión (vv.32-34). Al prepararse para la invasión de Senaquerib, Ezequías también fortificó la ciudad y construyó un segundo muro alrededor de la porción nororiental de Jerusalén (también llamado el muro

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ancho), bastante grande. Tenía 6.1 metros de ancho y más de 3.05 metros de altura en algunos lugares. Este muro tenía el propósito de proteger el suministro de agua potable de la ciudad, así como los judíos que, con el tiempo, se habían trasladado fuera del muro principal de la ciudad (2 Crónicas 32:1-5). Pero durante muchos años los mapas modernos de la antigua Jerusalén no mostraban este segundo muro. No fue sino hasta que comenzó la excavación de Jerusalén después de la Guerra de los Seis Días en 1967, que se descubrió de una forma sorprendente el segundo muro —exactamente como la Biblia lo registra. Isaías 22:9-11, nos dice: “Visteis las brechas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas del estanque de abajo. Y contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar el muro. Hicisteis foso entre los dos muros para las aguas del estanque viejo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró”. Y la arqueología verifica estos hechos: Ezequías construyó una reserva y un túnel en la única fuente de agua fresca de Jerusalén, el arroyo de Gihón. También construyó un segundo muro para proteger esta fuente. Y derrumbó las casas que estaban en el camino y realmente construyó el muro a través de una casa. El arroyo y la reserva estaban localizados “entre los dos muros”.

El túnel de Ezequías

Ezequías construyó un túnel para llevar el agua fresca a Jerusalén, preparándose para una invasión de los asirios. Esto está registrado en 2 Reyes 20:20: “Los demás hechos de Ezequías, y todo su poderío, y cómo hizo el estanque y el conducto, y metió las aguas en la ciudad, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?”. En 2 Crónicas 32:30 leemos: “Este Ezequías cubrió los manantiales de Gihón la de arriba, y condujo el agua hacia el occidente de la ciudad de David”. La Biblia dice que Ezequías desvió el agua para que pudiera correr de oriente a occidente. La arqueología confirma que el agua en el túnel de Ezequías corría de oriente a occidente. De hecho, usted puede caminar por el túnel en la actualidad y ver en qué dirección corre el agua.

Las campañas y muerte de Senaquerib

El sitio de Jerusalén y la campaña de Senaquerib en Judea están registrados en tres artefactos de arcilla —conocidos actualmente como el Prisma de Taylor (nombrado así en honor de su descubridor, Colonel R. Taylor), el Prisma del Instituto Oriental y el Prisma de Jerusalén. En los seis lados inscritos del prisma, el rey Senaquerib registró ocho campañas militares llevadas a cabo contra varios pueblos que se rehusaron a someterse al gobierno asirio. El texto registra el relato de Senaquerib acerca de lo que había pasado en su campaña militar contra Judá. Registra victorias contra 46 ciudades fortificadas, pero no menciona a Jerusalén entre ellas. Ezequías es identificado como el rey de Judá y se refieren a él como un prisionero en su propia ciudad. El texto dice: “Él se hizo a sí mismo prisionero en Jerusalén, su residencia real, como un pájaro en una jaula. Yo lo rodee con terraplén para molestar a aquellos que estaban saliendo de la ciudad por la puerta”. En 2 Crónicas 32:9 encontramos el registro de Senaquerib conquistando la ciudad de Laquis, cerca de Jerusalén. Esta victoria está confirmada en un relieve mural gigante que fue descubierto en las ruinas del antiguo Nínive. De allí Senaquerib envió


su ejército para rodear a Jerusalén, pero los registros históricos y arqueológicos son muy parcos en cuanto a lo que sucedió a Jerusalén. Parece que hay una buena razón para la ausencia de información. Veamos el relato de lo que sucedió en 2 Crónicas 32:21: “Y el Eterno envió un ángel, el cual destruyó a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Éste se volvió, por tanto, avergonzado a su tierra; y entrando en el templo de su dios, allí lo mataron a espada sus propios hijos”. Esta derrota no fue registrada por los asirios y no puede ser confirmada por la arqueología; pero la muerte de Senaquerib está registrada; y sucedió tal cual lo dice la Biblia. El registro asirio nos dice que Senaquerib fue atacado y muerto por dos de sus hijos mientras estaba en el templo de Nisroc en 681 a.C. Esto sucedió casi 20 años después del sitio de Jerusalén, y la Biblia lo registra en 2 Reyes 19:37, dando los nombres de los dos hijos que mataron a Senaquerib y contando como un tercer hijo, Esarhadón, fue rey en su reemplazo. Todo esto está confirmado por los anales del rey asirio Esarhadón.

Foto: El Prisma de Taylor/Wikimedia Commons

Una conclusión arqueológica

“Él se hizo a sí mismo prisionero en Jerusalén, su residencia real, como un pájaro en una jaula”.

-Senaquerib, hablando acerca de Ezequías de Judá

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Uno de los más grandes arqueólogos judíos del siglo XX fue Nelson Glueck (1900-1971), que incluso apareció en la portada de la revista Time en 1963. Él escribió lo siguiente acerca de la autenticidad de la Biblia cuando se compara con la arqueología: “Puede decirse categóricamente que no hay ningún descubrimiento arqueológico que vaya en contra de la referencia bíblica. Miles de hallazgos arqueológicos se han hecho, que confirman un esquema claro o unas afirmaciones históricas detalladas en la Biblia. Y por la misma razón, la adecuada evaluación de las descripciones bíblicas ha llevado con frecuencia a hacer descubrimientos sorprendentes” (Rivers in the Desert [Ríos en el desierto], 1960, p. 31). La historia del túnel de Ezequías y el segundo muro, el sitio asirio de Jerusalén y la muerte del rey Senaquerib son sólo unos cuantos de los cientos de relatos bíblicos que han sido confirmados por la arqueología. Si bien hay arqueólogos que han rechazado la autenticidad de la Biblia, el registro arqueológico, tomado como un todo, respalda el texto bíblico. Más de 30 años atrás, James Mann escribió lo siguiente en un artículo para U.S. News and World Report: “Una ola de descubrimientos arqueológicos está alterando los antiguos conceptos acerca del cristianismo y el judaísmo —afirmando que la Biblia es históricamente más acertada de lo que muchos eruditos piensan” (“Nuevos descubrimientos pueden arrojar una luz renovada acerca de la Biblia”, 24 de agosto de 1981). Entonces, si la Biblia tiene un registro histórico acertado, ¿podría también estar correcta en sus respuestas a las grandes preguntas acerca de la vida? Hay mucha evidencia objetiva que respalda la creencia de que la Biblia es precisa y contiene las respuestas a las preguntas más inquietantes del hombre: ¿de dónde venimos? ¿Quién soy yo? ¿Adónde voy? En el próximo artículo examinaremos los rollos del mar Muerto, indiscutiblemente el mayor descubrimiento bíblico de nuestro tiempo, y veremos lo que esto añade a nuestra pregunta: ¿es cierta la Biblia? Si desea estudiar más evidencia arqueológica de la precisión de la Biblia, vea nuestros artículos en VidaEsperanzayVerdad. org, “¿Cómo sabemos que la Biblia es verdad?”, y “Arqueología bíblica”.


Los Manuscritos del Mar Muerto cuentan una historia asombrosa y, lo que es más importante, son evidencia objetiva de la veracidad de la Biblia. ¿Qué debemos saber de estos importantes documentos?

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Foto: KOREphotos/CC BY-NC-SA 2.0

LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO odemos comprobar que la Biblia es veraz e infalible? En el mundo religioso existe una doctrina llamada “inerrancia bíblica”, según la cual: “cuando todos los hechos salgan a la luz, quedará demostrado que la versión original y bien interpretada de la Biblia es completamente cierta y nunca afirma algo incorrecto, sea con respecto a doctrina, ética o las ciencias sociales, físicas o de la vida” (Declaración de Chicago sobre la inerrancia bíblica, 1974). Esta doctrina es una de las creencias fundamentales de muchas iglesias, pero ¿sabemos realmente qué significa? ¿Es la Biblia fiable o es sólo un libro

lleno de mitos? En este artículo de la serie “¿Es cierta la Biblia?” analizaremos la segunda de cinco pruebas de la veracidad de la Biblia y cómo esta demuestra que las “Sagradas Escrituras” han sido preservadas con extraordinaria exactitud durante miles de años (2 Timoteo 3:15-17). La increíble precisión de la Biblia sin duda revela cuán involucrado ha estado Dios en la preservación del libro que diseñó para que fuera nuestra guía.

El mayor descubrimiento arqueológico del siglo XX

Los Manuscritos del Mar Muerto son considerados como el mayor descubrimiento arqueológico del siglo XX. El primero de ellos fue encontrado accidentalmente en 1947 cuando un joven pastor beduino lanzó una piedra en una de las cuevas de los acantilados del Mar Muerto en el área de Qumrán y escuchó el sonido de una vasija quebrándose. Llamó a otros beduinos para investigar y descubrió que en la cueva había varias vasijas con rollos adentro, entre todos sacaron los rollos y los llevaron a Belén para confirmar su autenticidad. Un anticuario llamado Kando les aseguró que los rollos eran auténticos y compró cuatro de ellos por $150 dólares para luego vendérselos al arzobispo Samuel, entonces encargado del monasterio ortodoxo sirio de San Marcos en Jerusalén. Luego, ignorando el verdadero valor de su descubrimiento, los beduinos le vendieron otros tres rollos a otro anticuario por un precio similar.


La noticia sale a la luz

Pero un hallazgo tan grande no podía pasar desapercibido por mucho tiempo. En 1948, un profesor de la Universidad Hebrea llamado Eliezer Lipa Sukenik supo de los rollos por medio de un anticuario armenio e inmediatamente comenzó a investigar. Acordó reunirse en secreto con uno de los primeros anticuarios en una zona militar inglesa cerca de la frontera de Jerusalén, y el anticuario llevó un fragmento con el que Sukenik pudo confirmar el valor de los rollos. “Me temblaban las manos cuando comencé a desenrollarlo. Leí unas cuantas oraciones y vi que estaba escrito en un hebreo bíblico hermoso, un lenguaje similar al de los Salmos, pero en un texto que desconocía. No podía dejar de mirarlo. De pronto, tuve el presentimiento de que el destino me había dado el honor de tener en mis manos un rollo hebreo que nadie había leído desde hace 2.000 años”, escribió el profesor en su diario. Más tarde (1954), los cuatro manuscritos del arzobispo Samuel, que para entonces se encontraban en una iglesia ortodoxa siria en Nueva Jersey, fueron puestos a la venta en un anuncio del Wall Street Journal y el gobierno israelí los compró por medio de un intermediario Americano. Los rollos fueron llevados a la Universidad Hebrea, donde se conservaron y analizaron hasta que en 1965 fueron llevados al Santuario del Libro en Jerusalén que fue construido especialmente con ese propósito.

Las excavaciones

Los arqueólogos no tardaron en echar a correr la voz de que los primeros siete rollos contenían textos bíblicos y otros escritos antiguos de gran valor, y en Qumrán pronto se hicieron más excavaciones que dieron paso el descubrimiento de muchos otros documentos en 10 cuevas diferentes. En total el hallazgo consta de una pequeña cantidad de rollos casi completos y miles de fragmentos provenientes de más de 900 textos escritos en hebreo, arameo y griego. El contenido de los rollos se divide en textos bíblicos, incluyendo copias completas o parciales de todos los libros de las Escrituras hebreas excepto Ester, y textos no bíblicos, como cartas, himnos, oraciones, calendarios y documentos legales. Actualmente los rollos están en exhibición en el Santuario del Libro en Jerusalén y se pueden ver en formato digital en el sitio web Leon Levy Dead Sea Scrolls Digital Library. La entidad encargada del cuidado y el acceso a los rollos es la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Prueba de precisión

¿Por qué es tan importante este descubrimiento? Antes de que se encontraran los rollos, el manuscrito más antiguo que se conocía de las Escrituras hebreas databa del siglo X a.C. —cerca de 2.500 años después de la época de Moisés. ¿Cómo comprobar la legitimidad de un texto tan antiguo? Una manera de comprobarlo es asegurarnos de la minuciosidad de quien hizo la copia. Nosotros creemos que a los judíos les fue dada la responsabilidad de preservar las Escrituras hebreas. “¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios” (Romanos 3:1-2). Las Escrituras hebreas del Antiguo Testamento fueron preservadas por un grupo de judíos llamados “masoretas”, cuyos manuscritos hoy se conocen como Texto Masorético. Los masoretas eran tan meticulosos en su tarea que hacían una copia

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nueva de la Biblia tan pronto como la anterior se desgastaba y, una vez confirmada su exactitud, destruían la copia antigua. Es por esto que el manuscrito más antiguo conocido es el Códice de Alepo, que data del año 935 d.C. Los masoretas también recibían el nombre de “contadores”, pues uno de sus métodos de revisión era contar las palabras y letras del original y el duplicado para asegurarse de que fuesen idénticos, lo cual hicieron por más de 400 años (desde el 600 hasta el 1000 d.C.). Pero, a pesar de la minuciosidad de estos copistas, no había manera de probar que la copia del 935 representaba fielmente el manuscrito original antes de que los Manuscritos del Mar Muerto aparecieran. La mayoría de los expertos concuerda en que los manuscritos datan aproximadamente del 200 a.C. al 68 d.C. —más de mil años antes que cualquier otro manuscrito del Antiguo Testamento hebreo conocido— y dada su gran similitud con el Texto Masorético, se consideran prueba objetiva de la fidelidad del texto en que se basa el Antiguo Testamento moderno. En cuanto a la preservación de los manuscritos en Qumrán, todo indica que estuvo en manos de una comunidad judía que se había separado de la rama predominante por voluntad propia. Aunque la calidad y cuidado con el que los manuscritos se conservaron varía de uno a otro, sin duda todos son de gran valor histórico.

Los rollos comprueban la exactitud de la Biblia

Norman Geisler, autor de varios libros sobre la inerrancia bíblica (Inerrancy [Inerrancia], 1978; General Introduction to the Bible [Introducción general a la Biblia], 1986; and From God to Us [De Dios para nosotros], 2012), asegura que los Manuscritos del Mar Muerto son la mejor prueba externa de la exactitud del Texto Masorético y de que la Biblia fue cuidadosamente preservada por cerca de mil años, desde el primer siglo hasta el 900 d.C. Según Geiser, podemos estar seguros de que los textos utilizados para copiar los Manuscritos del Mar Muerto pertenecen a la misma tradición que los usados para copiar el Texto Masorético, pues la similitud entre los documentos es impresionante considerando la diferencia de antigüedad. Su semejanza también ha llamado la atención de otros estudiosos, como el experto en el lenguaje hebreo Millar Burrow, quien escribe: “Es asombroso que el texto haya sufrido tan pocas alteraciones en aproximadamente mil años. Como dije en mi primer artículo sobre el rollo: ‘Su mayor importancia estriba en que respalda la fidelidad de la tradición masorética’” (The Dead Sea Scrolls [Los Manuscritos del Mar Muerto], 1955). En síntesis, los Manuscritos del Mar Muerto son una prueba objetiva de la autenticidad del Texto masorético que ha servido de base para las copias modernas del Antiguo Testamento. Podremos estar en el 2015, pero la exactitud de nuestra Biblia nos permite volver dos mil años atrás y leer lo mismo que está escrito en el rollo de Isaías que el joven pastor encontró cerca del Mar Muerto. ¿Es cierta la Biblia? Los Manuscritos del Mar Muerto son una de las pruebas de que es así. Conozca más acerca de cómo los Manuscritos del Mar Muerto confirman la veracidad de la Biblia en los artículos de Vida, Esperanza y Verdad: “¿Cómo sabemos que la biblia es verdad?” y “Los Manuscritos del Mar Muerto”.


Los historiadores romanos y judíos no eran fanáticos del cristianismo, pero nos dan evidencia de la precisión histórica de la Biblia, incluyendo la vida de Jesucristo.

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n el 2014, en una encuesta de Gallup, a más de mil americanos adultos se les preguntó cuál de estas tres afirmaciones representaba su opinión de la Biblia. Las opciones (y el porcentaje de personas que las eligieron) están a continuación: 1. La Biblia es la Palabra de Dios y debe ser tomada literalmente, palabra por palabra (28 por ciento). 2. La Biblia es la Palabra inspirada de Dios, pero no todo debe ser tomado literalmente (47 por ciento). 3. La Biblia es un libro antiguo de fábulas, leyendas, historias y preceptos morales, registrados por el hombre (21 por ciento). Esa misma encuesta Gallup, en los años setenta, produjo resultados muy diferentes. Entonces, 40 por ciento creía que la Biblia era literalmente la Palabra de Dios. Este porcentaje bajó a 37 por ciento en 1984 y en esta última encuesta a 28 por ciento. Éste es un gran descenso entre los que creen que la Biblia es la Palabra de Dios y debe ser tomada literalmente. Por supuesto, todavía es verdad, de acuerdo con la encuesta, que la mayoría de los americanos creen que la Biblia es un libro inspirado por Dios. Pero ha habido un cambio en cuanto a tomar la Biblia como la Palabra de Dios y verla como un libro que podemos leer para inspirarnos, pero no como una guía para la verdad o la conducta moral.

Evidencia de más de 100 personajes bíblicos en la historia secular

En este artículo examinaremos las fuentes fuera de la Biblia para ver si hay suficiente evidencia de la historia secular que nos ayude a confirmar su autenticidad. La Biblia no ha sido escrita como un libro de historia, sino como un libro que contiene mucha historia. Muchas figuras históricas son identificadas en sus páginas. Entre las listas más conservadoras, hay más de 100 personajes bíblicos que pueden ser identificados conclusivamente en la historia secular. Entre estos 100 personajes, hay una pareja de personas del Antiguo Testamento que pueden ser fácilmente identificadas en las fuentes seculares de la historia:

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¿QUÉ NOS DICE LA HISTORIA?


Sisac, faraón de Egipto, mencionado en 1 Reyes 11:40 y 14:25. Hay numerosas inscripciones y registros históricos de este faraón. El registro de su campaña contra Palestina (que data del 924 a.C.) está escrito en la pared exterior sur del templo de Amón en Karnak, Tebas, de acuerdo con el relato bíblico. No hay duda de su autenticidad. Hofra, otro faraón de Egipto, es mencionado en Jeremías 44:30. La historia confirma que él era, de hecho, el faraón de Egipto durante la época del profeta Jeremías y el rey Nabucodonosor de Babilonia. Hofra fue derrotado por Nabucodonosor en el año 572 a.C., y fue reemplazado por un general llamado Ahmose, como se confirma en los registros babilónicos. El Nuevo Testamento tiene su propia lista de personajes históricos entre los cuales tenemos a: Tiberio César, Poncio Pilato, Herodes, su hermano Felipe, Anás y Caifás, todos mencionados en Lucas 3:1-2, en conexión con el comienzo de la predicación de Juan el bautista, quien introdujo a Jesucristo. Tiberio se encuentra en numerosas monedas romanas y vivió del año 42 a.C. hasta el año 37 d.C. Herodes el tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe, tetrarca de Iturea, son mencionados por Josefo, el famoso historiador judío del primer siglo. Hay una inscripción en la piedra dedicada a Poncio Pilato que dice así: “Poncio Pilato, prefecto de Judea”. En arqueología se conoce como la piedra de Pilato, y está en el museo de Israel en Jerusalén. Anás y Caifás son mencionados por Josefo como unos de los sumos sacerdotes judíos del primer siglo.

Evidencias de Jesucristo

Poder confirmar más de 100 personajes bíblicos en la historia secular es algo impresionante y nos ofrece una prueba importante de la validez de las Escrituras. Pero, ¿qué podemos decir de la figura central de la Biblia: Jesucristo? ¿Confirma la historia que este hombre sí vivió, hizo milagros, murió en la crucifixión y fue resucitado de la muerte? Entre aquellos que mencionan a Cristo hay dos famosos historiadores romanos. Ambos escribieron en el siglo II y nacieron 50 años después de la muerte de Cristo.

Tácito confirma a Cristo como el fundador del cristianismo

Publio Cornelio Tácito era un prominente senador romano que nació en el año 56 d.C. Su obra histórica más famosa, Anales, fue publicada en 115/116. Tácito confirma la conexión entre Cristo y Pilato y está de acuerdo con el registro bíblico de que esto ocurrió durante el reinado de Tiberio. Veamos una cita de Tácito, tomado de Anales 15:44: “Consecuentemente, para deshacerse del informe, Nerón inculpó e infligió las torturas más exquisitas a una clase odiada por sus abominaciones, llamados cristianos por el populacho. Cristo, de quien se origina su nombre, sufrió la penalidad más extrema durante el reinado de Tiberio, a manos de uno de sus procuradores, Poncio Pilato, y una superstición más maliciosa,

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aunque comprobada en el momento, nuevamente surgió no sólo en Judea, la primera fuente del mal, sino aun en Roma, en donde todas las cosas horribles y vergonzosas de todas partes del mundo encontraban su centro y se volvían populares”. Tácito no era fanático de Cristo o del cristianismo. Muchos eruditos creen que ésta es una versión acertada de lo que Tácito escribió. Note que él confirma la existencia de Jesucristo como el fundador del movimiento cristiano. Él confirma que Poncio Pilato era el gobernador (o procurador) que acusó a Cristo y lo condenó a la crucifixión (Mateo 27:2-22). Él también confirma que todo esto sucedió durante el reinado de Tiberio César (Lucas 3:1). Todos los personajes y las fechas coinciden con la Biblia.

Plinio confirma la existencia de Cristo

Plinio el Joven, cuyo nombre completo era Cayo Plinio Cecilio Segundo, era un senador romano que fue nombrado gobernador de Bitinia y Ponto en el año 110 d.C. En su posición como gobernador, él escribió numerosas cartas al emperador Trajano pidiéndole consejo. Una carta importante para este artículo se encuentra en su último libro, el 10, de cartas, y contiene referencias a los cristianos y a Jesucristo. Durante este tiempo muchos acusaban a los cristianos de ser caníbales. Plinio decidió hacer una cuidadosa investigación. Para su sorpresa, él descubrió que la acusación era falsa. “Ellos declararon que la suma total de su culpa o error, no llegaba a ser sino esto: ellos se reunían regularmente antes del atardecer en un día determinado para cantar versículos alternadamente entre ellos en honor a Cristo como si fuera dios y también estaban obligados por un voto, no con un propósito criminal, de abstenerse del robo, hurto y adulterio, comprometerse a no defraudar la confianza y no negarse a un depósito cuando fueran llamados a hacerlo para que lo restauraran” (Cartas 10.96.7-8). Plinio tampoco era un fanático de los cristianos, pero en sus escritos él los menciona como si hubieran sido interrogados, condenados y aun muertos por ser seguidores de Cristo. Estos dos famosos historiadores romanos no dejan dudas del origen de la religión y su primer mártir, Jesucristo.

El historiador judío, Josefo

Se puede decir que el historiador judío más famoso de esta época fue Flavio Josefo. Es bien conocido por dos obras, La guerra de los judíos y Antigüedades de los judíos. Él escribió ambos libros en griego para aparentemente llegar a las personas más educadas. La guerra de los judíos no menciona a Jesús, excepto en unas versiones muy discutidas, pero el libro Antigüedades de los judíos menciona a Jesús en dos ocasiones. Si bien hay alguna controversia acerca de estos pasajes, pocos eruditos los rechazan totalmente. Hay dos frases en el relato más largo, llamado Testimonium Flavianum [Testimonio de Flavio], que suscitan más controversia: “…si es que alguien osara llamarlo un hombre” y “Él era el Mesías”. La pregunta es si Josefo, un judío, podría escribir estas frases o son insertos hechos por los cristianos en una fecha posterior.


En esta parte, el Testimonium Flavianum parece virtualmente ser una copia de todos los escritos de Josefo: “Alrededor de esta época vivió Jesús, un hombre sabio, si es que alguien osara llamarlo un hombre. Porque el hizo obras sorprendentes, y fue un profesor para ellos porque aceptaron la verdad con alegría. Él se impuso a muchos judíos y muchos de los griegos. Él era el Mesías. Cuando Pilato, después de oír que lo acusaban hombres prominentes entre nosotros, lo condenó a morir crucificado, aquellos que en primer lugar lo amaron no dejaron de amarlo, porque al tercer día, él se les apareció, su vida había sido restaurada. Los profetas de Dios habían profetizado esto e incontables cosas más acerca de él. Y la tribu de los cristianos, llamada así por él, hasta este día no ha muerto” (Antigüedades de los judíos, 18.3.3&63, énfasis añadido). Si bien algunos cuestionan la credibilidad de este relato, el hecho es que todos los manuscritos en griego que han sobrevivido contienen la misma versión de este pasaje, sin diferencias significativas. ¿Puede usted probar con la historia secular que Jesucristo existió? La respuesta es: ¡sí! De hecho, no hay evidencia de algún antiguo escritor que haya argumentado seriamente que Jesús no existió. Robert Van Voorst, un erudito moderno y teólogo, en su libro Jesus Outside the New Testament [Jesús fuera del Nuevo Testamento], escribió: “Ningún pagano o judío que se opongan al cristianismo han negado la historicidad de Jesús o ni siquiera la cuestionan” (2000, p. 15). Otro hecho que no debe ser ignorado es que literalmente miles de cristianos en el primer siglo, incluyendo la mayoría de los 12 apóstoles, dieron su vida como mártires. Uno no da su vida por algo que uno sepa que es una mentira. Y estos cristianos, de todas las personas, estaban en la mejor posición para saber si Jesucristo era una persona real.

Sorprendentemente precisa

¿Es la Biblia cierta? El hecho es que la historia secular corrobora la existencia de más de 100 personajes bíblicos y provee una clara evidencia de la existencia de Jesucristo, la figura central de la Biblia. La Biblia es una colección de 66 libros escritos por más de 40 autores en un período de más de 1.500 años, y sin embargo es sorprendentemente precisa cuando se trata del registro histórico. Este solo hecho respalda un origen único y divino. En nuestro próximo artículo analizaremos la profecía cumplida como otra prueba de que la Biblia es cierta.

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Oponentes y mártires

“Alrededor de esta época vivió Jesús, un hombre sabio, si es que alguien osara llamarlo un hombre. Porque el hizo obras sorprendentes, y fue un profesor para ellos porque aceptaron la verdad con alegría. Él se impuso a muchos judíos y muchos de los griegos. Él era el Mesías”. -cita controversial de Flavio Josefo, Antigüedades de los judíos


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PROFECÍA CUMPLIDA

¿Puede usted confirmar la validez de la Biblia al tomar profecías específicas y determinar si se han cumplido exactamente como fueron escritas?

¿Q

ué es profecía? Según el American Tract Society Bible Dictionary [Diccionario Bíblico de la Sociedad Americana de Panfletos], las profecías son “vaticinios de eventos futuros inspirados por Dios…. Una verdadera profecía sólo puede venir de Dios y es prueba contundente del origen divino del mensaje al que pertenece”. De acuerdo con esta definición, una gran parte de la Biblia califica como profecía. Sólo en el Antiguo Testamento encontramos 16 libros escritos por profetas: Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías. Moisés, el autor de los primeros cinco libros de la Biblia, también es llamado profeta (Deuteronomio 34:10. El rey David tenía un vidente o profeta llamado Gad (2 Samuel 24:11). Natán el profeta fue quien confrontó a David por su su pecado con Betsabé. También hubo otros que fueron identificados como profetas: Ahías, Jehú, Semaías, Elías, Eliseo, Obed y Samuel. Algunos expertos estiman que al menos un tercio de la Biblia es profecía. ¿Cómo podría un ser humano predecir eventos futuros y hacer que éstos se cumplan exactamente como dijo, sin la ayuda de Dios? A continuación analizaremos tres de las 2.500 profecías que se estima contienen las páginas de la Biblia para ver si se cumplieron a cabalidad.

1. Profecía de los 70 años de Jeremías

Comencemos con una de las profecías más conocidas del libro Jeremías: “Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años. Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, ha dicho [el Eterno], y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre” (Jeremías 25:11-12). Esta profecía específica de Jeremías, anunciaba un tiempo de cautividad judía en Babilonia y desolación de la tierra. Debería ser muy sencillo comprobarla con la historia.

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Como explicamos en el artículo “Daniel 9: La profecía de los 70 años de Jeremías” (VidaEsperanzayVerdad.org), los 70 años de cautividad comenzaron con “la primera deportación judía a Babilonia (que incluyó a Daniel y sus amigos Sadrac, Mesac y Abednego)… Según varios comentarios bíblicos, esto ocurrió entre los años 607 y 605 a.C., y otras fuentes indican que los judíos regresaron a Jerusalén entre los años 539 y 536 a.C.”. Por otro lado, los 70 años de desolación comenzaron alrededor del año 586 a.C., cuando el rey Nabucodonosor destruyó Jerusalén y el templo construido por Salomón para luego tomar cautivos al resto de los judíos (puede comprobar los detalles en cualquier fuente histórica). Aunque es difícil determinar fechas exactas, los historiadores concuerdan en que la destrucción de Jerusalén ocurrió entre los años 587 y 585 a.C., siendo el año 586 a.C. la fecha más aceptada. De ser así, los 70 años de desolación habrían terminado en el año 516 a.C. ¿Qué ocurrió ese año? Según los historiadores el 516 a.C. fue el año en que los judíos dedicaron el nuevo templo de Jerusalén y volvieron a hacer sacrificios y a adorar como lo hacían antes. Algunos dirán que esta profecía debió haber sido escrita después del año de la dedicación. ¿Es cierto esto? Hay evidencia histórica muy sólida para comprobar que el libro de Jeremías fue escrito muchos años antes de la dedicación del segundo templo en Jerusalén.

2. Profecía de Belén

La siguiente profecía se encuentra en Miqueas 5:2: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”. En el Nuevo Testamento, leemos de un grupo de sabios que vinieron a Herodes en busca del Mesías. Después de que ellos se fueron, Herodes reunió a los expertos para preguntarles dónde nacería el Mesías. Ellos citaron la profecía de Miqueas, declarando que el Mesías nacería en Belén. “Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta” (Mateo 2:4-5). Miqueas escribió esta profecía alrededor del año 700 a.C., pero los sucesos registrados en Mateo ocurrieron en el año 4 d.C. Veamos los eventos que debieron ocurrir para que la profecía se cumpliese: cuando el ángel le dijo a María que daría a luz al Mesías, tanto ella como su prometido, José, vivían en Nazaret —una ciudad de Galilea (Lucas 1:26-27). Cuando se aproximaba la fecha del nacimiento, José la llevó a Belén, una ciudad lejana en Galilea. Ya que María y José vivían en Nazaret, las probabilidades de que estuvieran en Belén para el nacimiento de Cristo, eran mínimas. Esto fue un cumplimiento directo de la profecía de Miqueas y, una prueba más, de la veracidad de la Biblia.

3. La profecía de Ciro antes de su nacimiento

La tercera profecía es aún más impresionante y se encuentra en Isaías 45:1-2. Ahí leemos acerca de un hombre llamado Ciro: “Así dice el Eterno a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos”. Isaías escribió en el siglo VIII a.C., pero Ciro no nació

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sino hasta el siglo VI a.C., aproximadamente 200 años después. ¿Cómo sabía Isaías el nombre de Ciro sin que éste hubiera nacido siquiera? Según los registros de la historia, Ciro el Grande fue el fundador del Imperio Persa. Reinó desde el 559 hasta el 530 a.C. y unificó a medos y persas formando un poderoso imperio mundial. Fue un gran guerrero y libró muchas batallas, pero una de las más conocidas fue su conquista de Babilonia, la ciudad que se pensaba imposible de vencer, por la solidez y anchura de sus murallas. El éxito de Ciro en esta empresa se debió a su astucia. Veamos la historia de la batalla, según la Ancient History Encyclopedia [Enciclopedia de Historia Antigua] en línea: “…invadió Elam y su capital, Susa, en el año 540 a.C. Luego avanzó hacia Babilonia y libró la batalla de Opis cerca de la estratégica ciudad de Opis, ubicada a orillas del río Tigris, al norte de Babilonia. El ejército babilonio fue derrotado por completo y Ciro conquistó Babilonia sin problemas [539 a.C.]. Heródoto explica que, para lograrlo, los persas desviaron el río Éufrates hacia un canal y bajaron el nivel del agua hasta ‘el nivel del muslo de un hombre’, lo cual les permitió marchar por el río y entrar a la ciudad de noche”. La profecía de Isaías fue tan detallada que incluso describió las puertas dobles y entradas que se abrirían “delante de él”, con 200 años de anticipación. Es más, el profeta también dijo que Ciro permitiría a los judíos volver a Jerusalén y reconstruirla aun antes de que fueran llevados al cautiverio y Babilonia se convirtiese en una potencia mundial. • Isaías 44:28: “[Dios] que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado”. El cumplimiento de esta profecía está registrado en 2 Crónicas y Esdras. • Esdras 6:3: “En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca de la casa de Dios, la cual estaba en Jerusalén, para que fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer sacrificios, y que sus paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura”. Impresionante, ¿no? Como dice 2 Timoteo 3:16, “Toda la Escritura es inspirada por Dios”. Sólo Dios pudo haber revelado estas profecías a los profetas del Antiguo Testamento y luego hacer que se cumplieran con tal exactitud. ¿Se imagina todo lo que tuvo que suceder para que Ciro naciera, se convirtiera en rey de Persia, conquistara la ciudad más poderosa del mundo (Babilonia) y permitiera a los judíos volver a Jerusalén para reconstruirla y reconstruir el templo? Éstas son sólo tres de las profecías del Antiguo Testamento, pero sin duda ilustran un principio fundamental: ¡la Biblia es la auténtica Palabra de Dios! ¡Es cierta! Acompáñenos en el siguiente artículo para analizar la evidencia interna de la veracidad de la Biblia. Tenga en cuenta que la Biblia, tal como la conocemos hoy, está compuesta por 66 libros escritos por aproximadamente 40 autores diferentes a lo largo de 1.500 años. Sería extremadamente improbable que tantos autores que escribieron a lo largo de un período tan extenso, hubieran podido escribir un mensaje tan sencillo y consistente, sin la participación de Dios. Si desea saber más acerca de profecía cumplida, consulte los artículos de Vida, Esperanza y Verdad: “Profecía cumplida” y “Profecías cumplidas, evidencia de la existencia de Dios”.


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LA EVIDENCIA DE LA COHERENCIA INTERNA DE LA BIBLIA Los críticos preguntan: “¿Cómo puede alguien creer en un libro lleno de contradicciones?”. Como creyente en la Biblia, ¿qué respondería usted?

E

l autor de 1001biblecontradictions.com asegura que su sitio “bien podría haberse llamado ‘contra el fundamentalismo’. Mi propósito es exponer una gran cantidad de contradicciones y discrepancias presentes en la Biblia cristiana con el fin de desmentir los argumentos fundamentalistas de que cada palabra de la Biblia es cierta”. Pero, ¿está la Biblia realmente llena de contradicciones? ¿O podemos comprobar con una cuidadosa investigación que es increíblemente coherente a pesar de todas las probabilidades en su contra? Hasta ahora esta serie se ha enfocado en analizar fuentes externas a la Biblia. Pero, ¿qué podemos decir de la Biblia en sí? En este último artículo nos enfocaremos en la evidencia interna que prueba la consistencia de las Escrituras. Los escépticos dirán que no podemos utilizar la misma Biblia para probar su propia legitimidad, pero al combinar las cuatro pruebas anteriores, el hecho de que la Biblia (una colección de varios documentos antiguos), sea totalmente consistente en su mensaje, nos da una prueba más de que las Escrituras son ciertas.

Coherencia a pesar de las probabilidades en contra

J. Philip Hyatt, profesor del Antiguo Testamento en la Universidad de Vanderbilt en los años 1944 a 1972, identificó algunos de los factores que podrían haber afectado la coherencia de la Biblia a través de los años: “A partir de esta historia del texto, debería ser obvio que pasaron mil años o más desde que se terminaron la mayoría de los [manuscritos] en los que se basan los estudios modernos y el último libro del [Antiguo Testamento]. Durante ese lapso, el texto se copió y se reprodujo a mano una y otra vez. Y, si pensamos en los errores que pueden surgir, aun con el uso de máquinas de escribir modernas, no es difícil entender por qué surgieron errores en estas repetidas copias a mano. Los errores pudieron darse por dificultades para leer, dificultades para oír (cuando los manuscritos se copiaron por dictado), cansancio, mala comprensión e incluso simple descuido” (Encyclopedia Americana [Enciclopedia Americana], Vol. 3, 1984, p. 658). La Biblia moderna está compuesta de 66 libros (39 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo)

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Fotos: Wikimedia Commons

Es cierto que la Biblia plantea ciertos desafíos en su texto -y es por eso que algunos piensan que se contradice. Pero, cuando la estudiamos más detenidamente, su belleza, complejidad y coherencia interna nos demuestran lo contrario.

y fue escrita en un lapso de más de 1.500 años por más de 40 autores diferentes, de todos los oficios -pastores, agricultores, constructores, médicos, pescadores, sacerdotes, profetas y reyes. Fue escrita en tres lenguas diferentes -hebreo, arameo y griego- pero éstas no siempre eran las lenguas de sus protagonistas. Jesús y sus discípulos, por ejemplo, probablemente hablaban arameo la mayor parte del tiempo, pero los Evangelios fueron preservados en griego. A pesar de todos los obstáculos (errores de los copistas, problemas de traducción, diferencias entre el lenguaje hablado y el escrito, etcétera), el grado de coherencia interna de la Biblia es impresionante, lo cual sin duda respalda las palabras de Cristo en Juan 10:35: “la Escritura no puede ser quebrantada”. Además, el mismo apóstol Pablo cita pasajes del Antiguo Testamento en muchas ocasiones, como en Romanos 4:3: “Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia”.

Comparación con otras obras clásicas

A pesar de su gran número de autores y volumen, la Biblia excede lo que se puede esperar de otros documentos antiguos en términos de coherencia interna. Veamos por ejemplo el caso de la Iliada, escrita por un solo autor, Homero, alrededor del año 900 a.C., existen 643 copias conocidas, de las cuales la más antigua data del 400 a.C. Ninguna de ellas es 100 por ciento igual a las demás. En su sitio web, Christian Apologetics and Research Ministry (Ministerio de investigación y apologética cristiana) estima que la coherencia entre una copia y otra es de 95 por ciento. El Nuevo Testamento, por otro lado, ha sido preservado en casi 6.000 manuscritos griegos conocidos, y se estima que la coherencia ente ellos es de 99,5 por ciento. La diferencia entre uno y otro es minúscula. “Si los críticos de la Biblia descartan el Nuevo Testamento como fuente confiable de información, tam-

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bién deben negar la confiabilidad de los escritos de Platón, Aristóteles, César y Homero” (CARM). El grado de diferencia en las copias de estos clásicos antiguos es mayor que el de los manuscritos que componen la Biblia.

Cinco formas de resolver aparentes contradicciones

En realidad, la mayoría de las aparentes contradicciones de la Biblia son muy fáciles de resolver, y las que permanecen tienen más de una explicación lógica. Las explicaciones generalmente caben en una de estas cinco categorías: 1. Errores de los copistas. 2. Errores de traducción (diferentes traductores utilizan palabras diferentes). 3. Discrepancias numéricas que a menudo se resuelven tomando en cuenta el contexto de cada entrada. 4. El contexto del versículo. 5. El uso de figuras literarias en contraposición a un evento real. Para más detalles acerca de esto, consulte el artículo “¿Contradicciones en la Biblia?” en VidaEsperanzayVerdad.org.

Cómo resolver las aparentes contradicciones en los relatos de la creación

Un ejemplo de una supuesta contradicción y su explicación se encuentra en el relato de la creación de Génesis 1 y 2. Según los críticos, mientras Génesis 1:24-27 dice que el hombre fue creado después de los animales, en Génesis 2:18-19 parece haber sido creado antes. Sin embargo, entre los dos relatos hay armonía y no existe ninguna contradicción. Es cierto que el capítulo 1 y los primeros cuatro versículos del capítulo 2 de Génesis describen el orden de la creación, pero la mayor parte del capítulo 2 en realidad detalla los eventos ocurridos en el sexto día. En otras palabras, el capítulo 2 no dice que el hombre haya sido creado antes que los


animales; sólo está relatando cómo los animales fueron nombrados. Esto no tiene nada que ver con el orden de la creación. Génesis 1 menciona la creación del hombre como el último de una serie de eventos sin dar muchos detalles. Pero Génesis 2 se enfoca principalmente en el hombre y los detalles de su creación. Podríamos decir que, mientras el capítulo 1 es el resumen o “esqueleto” del relato, el capítulo 2 da los detalles o la “carne” de ese esqueleto. No hay ninguna contradicción.

¿Qué hay de la triple negación de Pedro?

Otra aparente contradicción se encuentra en el relato de la triple negación de Pedro y el canto del gallo. Según los escépticos, Marcos contradice el resto de los Evangelios en su registro de este evento. En este caso, debemos leer el texto cuidadosamente para ver lo que dice realmente y lo que no. También debemos tener en mente la posibilidad de que estos textos sean complementarios antes de suponer que son contradictorios. Los pasajes a estudiar se encuentran en Mateo 26, Marcos 14, Lucas 22 y Juan 13 (es interesante que, a pesar de haber sido escritos en momentos diferentes, todos los Evangelios relatan el mismo evento). Mateo, Lucas y Juan citan a Cristo diciendo que Pedro lo negaría tres veces antes de que el gallo cantase (Mateo 26:34; Lucas 22:34; Juan 13:38). Pero en el libro de Marcos leemos: “Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces” (Marcos 14:30). El número de negaciones de Pedro es el mismo en todos los Evangelios: tres. Pero en el relato de Marcos, la última negación ocurre antes del segundo canto del gallo. Entonces ¿cantaría el gallo una o dos veces? Más adelante Marcos explica que el primer canto del gallo sonó después de la primera negación de Pedro y el último, después de la última negación ―que es exactamente lo que Mateo, Lucas y Juan dijeron. No podemos suponer que hay una contradicción sólo porque tres de los Evangelios mencionan un canto y Marcos dos. A fin de cuentas, Pedro negó a Cristo tres veces antes del canto de un gallo en todos los relatos. Mateo, Lucas y Juan no especifican el número de veces que el gallo cantó, pero el hecho es que la tercera negación de Pedro ocurrió antes de que un gallo cantara. No hay contradicción entre los cuatro relatos.

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claves para un mejor

estudio de la Biblia

Muchas personas quieren aprender más acerca de las verdades de la Biblia, pero les parece difícil o confuso. A continuación veremos siete consejos que le ayudarán a beneficiarse más de su estudio de la Biblia.

Le invitamos a descargar nuestra guía de estudio gratuita: 7 claves para un mejor estudio de la Biblia en VidaEsperanzayVerdad.org.

La desafiante, verdadera y transformadora Palabra de Dios

Es cierto que la Biblia plantea ciertos desafíos en su texto -y es por eso que algunos piensan que se contradice. Pero, cuando la estudiamos más detenidamente, su belleza, complejidad y coherencia interna nos demuestran lo contrario. La Biblia es un libro sencillamente maravilloso. (Descubra más sobre esto en el artículo “¿Quién escribió la Biblia?”, en VidaEsperanzayVerdad.org.) Como leímos al principio de esta serie, “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16). La palabra griega traducida aquí como inspirada por Dios es theopneustos, que literalmente significa “dada por Dios”. En otras palabras, Pablo le estaba diciendo a Timoteo que el verdadero autor de la Biblia es nada menos que Dios mismo. ¿Es cierta la Biblia? Absolutamente. En esta serie hemos visto cinco de las muchas pruebas que así lo aseguran: 1) la evidencia arqueológica, 2) los Rollos del Mar Muerto, 3) la historia secular, 4) la profecía cumplida y 5) la coherencia interna de las Escrituras. Cuando lea la Biblia, léala por lo que realmente dice, ¡no por lo que la gente dice que dice! Sólo así descubrirá la verdad que hay en ella, y en esa verdad descubrirá un camino de vida muy diferente al que se enseña en la actualidad, aun entre los cristianos. Ser cristiano es mucho más que conocer las Escrituras; es vivir las Escrituras. La Biblia es muy cierta, pero el solo hecho de saberlo no lo hará una mejor persona. Lo único que cambiará su vida es vivir según sus preceptos. La Biblia es la verdadera Palabra de Dios.

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Esta publicación no es para la venta. Es un material educativo gratuito producido por la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial. © 2016 Iglesia de Dios, una Asociación Mundial. Salvo indicación contraria, las citas bíblicas son de la versión Reina-Valera, revisión de 1960. Foto portada: Lightstock.com

Autor: Jim Franks Equipo de revisión: Peter Hawkins, Jack Hendren, Don Henson, Harold Rhodes, Paul Suckling Revisores editoriales: Clyde Kilough, David Treybig Comité doctrinal: John Foster, Bruce Gore, Don Henson, David Johnson, Ralph Levy Diseño: Elizabeth Glasgow


Acerca de VidaEsperanzayVerdad.org existe para llenar un vacío crucial en este mundo: la falta de entendimiento acerca del propósito de vida, ¡la falta de una esperanza realista de un futuro mejor y la falta de verdad! Ni la religión ni la ciencia han respondido satisfactoriamente estas preguntas, y las personas en la actualidad tienen opiniones divididas, están confundidas, o peor aún, ya ni siquiera les importa. Las antiguas palabras del profeta Isaías hoy suenan más ciertas que nunca: “La verdad tropezó en la plaza” (Isaías 59:14). ¿Por qué? ¿Porque Dios tenía la razón cuando advirtió que los seres humanos se inclinan a rechazarlo a Él y generalmente deciden no conocerlo? Estamos aquí para las personas que están buscando respuestas, que están dispuestas a probar todas las cosas y que tienen el deseo de ir más allá del conocimiento que han recibido acerca de Dios, la Biblia, el significado de la vida y cómo vivir. Queremos ayudarles a entender verdaderamente las buenas noticias del evangelio y a cumplir la advertencia de Jesucristo de “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia”. VidaEsperanzayVerdad.org es patrocinada por la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial. Está respaldada por las generosas contribuciones de donadores y miembros de la Iglesia alrededor del mundo, que hacen posible que todo en este sitio sea gratuito, cumpliendo lo que Jesucristo dijo: “de gracia recibisteis, dad de gracia”. Usted nunca tendrá que pagar nada ni se verá económicamente obligado a contribuir en este sitio. La Iglesia de Dios, una Asociación Mundial tiene congregaciones alrededor del mundo en más de 50 naciones, con sus oficinas principales en Estados Unidos, cerca de Dallas, Texas. Si desea saber más acerca de la Iglesia, puede visitar nuestro sitio iddam.org.

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