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La Ideal La confitería porteña que recobró el brillo de sus mejores años

reinaugurada en 2022 tras cinco años de intenso trabajo, el bar notable integra el selecto grupo de los tres mosqueteros de la gastronomía de la Ciudad junto con e l Molino y el Café Tortoni

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Cuando Alejandro Pereiro pisó por primera vez La Ideal, la famosa confitería en de la calle Suipacha 384, a metros del Obelisco, dejó intacto el café que había pedido. “Me fui. Debo confesar que fue el único lugar en mi vida donde no lo tomé. Fue hace como 20 años, en una época muy degradada del lugar”, dice en la entrevista con Disfrutemos BA.

El recuerdo lo trae al presente el propio Pereiro sentado, como aquella vez, en una mesa de La Ideal.

No pide café, sino agua filtrada y y ahora cuenta la anécdota como el arquitecto que devolvió el brillo y esplendor a una de las confiterías más icónicas de la Ciudad, algo que fue posible con el apoyo de Mecenazgo. Cada uno de sus 1500 metros cuadrados fue minuciosamente restaurado y recuperado con equipos especializados. Fueron cinco años de intenso trabajo coordinando albañiles con vitralistas, herreros, vidrieros y muralistas.

“La segunda vez que me senté acá fue cuando me llamaron para decirme que habían adquirido la confitería. Me dijeron: ‘Venite’. Eso fue en 2017”. Junto con su socio, Gustavo Cerrotti, empezó lo que define como uno de los trabajos más desafiantes de su carrera, no sólo por lo arquitectónico, sino por lo que significa este edificio: integra el selecto grupo de los tres mosqueteros de la gastronomía porteña, junto con El Molino y El Café Tortoni, y es uno de los bares notables de la Ciudad.

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Inaugurada en 1912, es uno de los emblemas que quedan en pie de la Belle Époque. Su primer dueño fue Manuel Rosendo Fernández, un inmigrante gallego que no ahorró en lujos ni caprichos y usó la Flor de Lis –símbolo de los Borbones–como sello distintivo. De Europa hizo traer arañas francesas, vitrales italianos, muebles checoslovacos, boisserie de cedro tallada artesanalmente (aunque el mito popular siempre sostuvo que era roble de Eslavonia), además de mármoles para las escaleras, cristal biselado para las vitrinas, bronces y hierros.

Sin embargo, fue su exquisita gastronomía y la atención dispensada por los mozos lo que terminó de hacerla famosa, especialmente entre los ingleses. Cuenta la leyenda que fue un grupo de ingenieros británicos el que le explicó a los pasteleros de La Ideal cómo hornear el pan inglés y dieron así nacimiento al tradicional sandwich de miga que hoy, incluso, la misma confitería sigue produciendo puertas adentro. Otra leyenda cuenta que el presidente Hipólito Yrigoyen mandaba a buscar las exquisitas palmeritas.

La Ideal también elabora su propia pastelería –a cargo de Gustavo Nari, que oficia de chef ejecutivo y maestro pastelero- y tiene su fábrica de chocolates. “Se buscó que todo lo que se venda y se despache acá sea elaborado en la misma confitería. Eso la distingue del resto”, dice el arquitecto, que renovó completamente las cocinas. En total, trabajan unas 60 personas para abastecer la parte gastronómica.

1980Fiebre de milonga por la noche

En el primer piso funcionó durante esa década una escuela de tango. Los sábados a la noche eran habituales las reuniones multitudinarias para bailar la música ciudadana.

“Conseguí en Aysa las copias de los planos originales de este lugar. A fines del siglo XIX acá había un conventillo”

“Hicimos soplar tulipas con artesanos del vidrio. Es uno de los pocos edificios donde se tomó el trabajo de hacer esta locura”

Alejandro Pereiro arquitecto

LOS PLANOS qu E ESTABAN y LAS LuCES qu E FALTABAN

Pereiro recorre la historia de la confitería como si fuera un historiador más que un arquitecto. Para hacer su trabajo buscó los planos originales, además de otros documentos importantes para llevar adelante la restauración. “Antes de empezar, hicimos un estudio profundo de todo. Fui a buscar los planos, los conseguí a través de Aysa (ex Obras Sanitarias) que tiene el sistema de archivo inglés. Tengo las copias; a fines del siglo XIX acá había un conventillo”.

Pereiro cuenta que se involucró tanto en el proyecto que ofició de detective para recuperar unas luminarias que habían sido malvendidas para pagar cuentas: “En 2003 vendieron artefactos de iluminación del exterior. Los logré ubicar: durante varios fines de semana fui a San Telmo y hablando con los dueños de los anticuarios, rastreé quién los había comprado. Habían sido vendidas con total legalidad y tenían los recibos. Dos están en Beverly Hills

1996Filmación de Evita

El director Alan Parker grabó allí escenas de la película protagonizada por Madonna. Otros realizadores también filmaron allí: Carlos Saura (Tango) y Luis Puenzo (La Historia Oficial).

T EATRO COLó N

y otros dos en Atlanta. Pero salían tan caras traerlas, que desistimos”.

Las fotos antiguas también fueron un recurso para reproducir muchos de los objetos y rincones de la confitería original. Por ejemplo, se reabrió el óvalo que estaba desde el principio y se había cerrado en la década del 70. “La sociedad propietaria en ese momento decidió hacer una losa para cerrarlo y crear dos centros de costos para dictar arriba clases de tango o hacer fiestas. Nosotros lo reabrimos tal como era originalmente, aunque le dimos un toque moderno”.

Además, se recuperó y aclaró la boiserie y se cambiaron los pisos y las tulipas de las arañas para aclarar el ambiente, que era muy lúgubre. “Daban una luz mortecina. Como faltaban muchas y otras estaban rotas, hicimos soplar tulipas con artesanos del vidrio. Después de sopladas las llevamos a otro taller y le dieron un color cálido. Es uno de los pocos edificios donde se tomó el trabajo de hacer esta locura”, dice el arquitecto que también trabajó en otros bares notables como el Petit

2016 - 2023

Cierre y restauración

Después de años de abandono, cierra la confitería. En 2017, es adquirida por nuevos dueños y empieza su restauración hasta la reapertura, en 2022. Hoy volvió a recuperar su antiguo esplendor.

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