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Cómo se genera la incertidumbre? …… …………………. Página
¿COMO SE GENERA LA INCERTIDUMBRE?
Hugo Vargas Holmstrom En tiempos de cambio es preciso que el gobierno, las empresas, grandes medianas y pequeñas, clubes y asociaciones estén preparadas para afrontar los riesgos que la amenazan. Motivos hay muchos : cambios tecnológicos, riesgos operacionales, de gestión, catástrofes naturales, guerras internacionales, trasformaciones políticas, errores comunicacionales, accidentes laborales o medio ambientales, irrupción de nuevos competidores, cambios en las demanda de los consumidores, y un sinfín de situaciones que pueden llevarlas a una crisis de proporciones. La palabra crisis proviene del griego “krinein”, que alude a la acción de juzgar para tomar una decisión. Es decir, ante una situación crítica, lo que corresponde es tomar decisiones, seguir un camino a partir de una reflexión juiciosa. Es lo que se exige a los directorios y a la alta administración de las empresas cuando se ven enfrentadas a circunstancias que pueden poner en riesgo su negocio o cambiar drásticamente su entorno. En muchas de estas situaciones, la primera reacción es formar un “comité de crisis”, muchas veces integrado por personas de un alto expertis, acompañadas de buenos asesores. Me ha tocado participar en más de una ocasión, y he podido apreciar que a veces esos comités quedan paralizados ante la INCERTIDUMBRE o, peor aún, quedan a merced de la improvisación. Los comités que tuvieron éxito son los que pasaron a la acción. Los que se concentraron durante las primeras horas a analizar metódica y juiciosamente las razones del cambio de circunstancias y las alternativas de solución o de posibles caminos y luego, tras el diagnostico, supieron mantener el rumbo con sangre fría y carácter decidido a la acción. Por ello, es preferible denominar de otra forma a las situaciones de crisis. Es mejor llamarlas “GESTIÓN DE LA INCERTIDUMBRE”, donde lo imprescindible es contar con profesionales y gente experimentada en crear ambientes de serenidad, capaces de mirar el problema con cierta distancia, hábiles en sugerir soluciones realistas y oportunas, sobre todo que sean buenos comunicadores, para servir de puente al traspasar la información adecuada y efectiva. Lo anterior exige disciplina, credibilidad, dedicación y entrega. No hay que temerles a las crisis. Hay que temer no tener las herramientas para enfrentarlas. En los tiempos como los actuales, los gobiernos y las empresas debieran estar dedicando recursos para estar preparados para gestionar la incertidumbre con éxito, reservar tiempo para la planificación y el diseño de estrategias que puedan vislumbrar con anticipación los riesgos y ensayar su capacidad de reacción, incluyendo el diseño de planes de contingencia. Y si llega el momento en que ese riesgo se materialice en una crisis, han de afrontarla con liderazgo y determinación, limitando al máximo el margen de la improvisación, pasando así a la acción y solución total del problema.
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