Antología 3 Cuentos de Navidad

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AntologĂ­a III Cuentos de Navidad viva jesĂşs en nuestros corazones


Antología cuentos de Navidad III AMEL Rafael Cerón Sigala, fsc. Secretario para la Asociación y Misión Educativa Lasallista David Espinosa Soto Comunicación Gloria Quirós Pérez Catequesis Oliverio Carbajal Zaragoza Pastoral Virginia Pérez Cervantes Asociación

ÍNDICE “La Víspera de la felicidad” Autor: Francisco Fabián Montejano Colegio vasco de Quiroga - pág. 4 Una noche para cantar Autor: Saraí Moreno Olivera Universidad La Salle, Puebla - pág. 5 ¿Qué haces, Jesús? Autor: Juan Manuel Rodríguez Ibañez Escuela Preparatoria Unidad Condesa - pág. 6 Camino hacia la esperanza Autor: Juan Miguel Díaz Flores Universidad La Salle México - pág. 7 Mi estrella Autor: Laura Susana Alegre Vega Preparatoria de la Universidad De La Salle Bajio, Campus Americas - pág. 8

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La sonrisa que encendió la Navidad Autor: Gerardo Juárez Díaz de León Universidad De La Salle Bajío, Campus Américas - pág. 9 Gato navideño Autor: Cynthia Alcalá Universidad De La Salle Bajío, Campus Juan Alonso de Torres - pág. 11 ¡Feliz Navidad, Mamá! Autor: Carmen Cabrera Díaz Universidad de La Salle Bajío, Campus Juan Alonso de Torres - pág. 13

Alguien Autor: Susana Alejandra San Martín de la Vega Escuela Gerardo Monier - pág. 23 Una gran familia con Fe Autor: Graciela Maya Ramírez Primaria Colegio Simón Bolívar Galicia - pág. 24 Christmas: How it starts, continues and should always end… Author: Christina Tromp Mulero Colegio De La Salle, Bayamón - pág. 25 Este año no viene Santa Autor:Mireily Cortés Colegio La Salle, Bayamón - pág. 26

Fátima y el sentido de la Navidad Autor: Lourdes Leticia Oriza Cano Institución: Universidad De La Salle Bajío Campus ¿Qué me enseñas Navidad? Juan Alonso de Torres - pág. 15 Autor: Pedro Hernández Palacios Colegio De La Salle, El misterio de la fe Bayamón Puerto Rico - pág. 27 Ing. Ingrid Stefani Velázquez Dávalos Universidad De La Salle Bajío, ...y la Navidad, ¡es perenne en ti! Campus Salamanca - pág. 16 Autor:Alma Lina Castro López La Salle Ayahualulco - pág. 28 El deseo de los niños Autor: Víctor Torres Ponce 30. La víspera de Navidad Universidad De La Salle Bajío, Autor: José Luis Sánchez Gudiño Campus San Francisco del Rincón - pág. 17 Una estrella con valor Caridad Autor:Marión Verónica C. Ortigosa Autor: Blanca Estela Báez Peña Simón Bolívar Pedregal - pág. 31 Universidad De La Salle Bajío, Campus Salamanca - pág. 18 El pequeño Robert Autor: Sergio Juárez ¡Ayuda Divina en la cercanía de la Navidad Colegio Benavente - pág. 33 Autor: Daniel Verdín Balderas Universidad De La Salle Bajío, Esto sí sería Navidad Campus Juan Alonso De Torres - pág. 20 Autor: María de los Ángeles Serrano Colegio De La Salle Bayamón, La Alegría y esperanza de Navidad Puerto Rico - pág. 34 Autor: Verónica Teresa Vergara Castro Playa del Carmen , Q.R. - pág. 21 El encuentro con la verdadera Navidad Autor: Marylee Rodríguez de Larriuz Carta de Navidad a los lasallistas del futuro Colegio De La Salle, Autor:Rafael A. Mendiburu Arjona Bayamón Puerto Rico - pág. 35 La Salle Cancún - pág. 22

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“LA VÍSPERA DE LA FELICIDAD” Érase una vez, una familia que vivía en un pueblo pequeño detrás de las colinas; adoraban festejar todas las celebraciones que nos regalaba el año, cada una con su mayor esplendor; pero había una que omitían, la mayor y más especial de todas: la Navidad. El más pequeño de los diez integrantes de su familia se dio cuenta de este suceso y preguntó a su madre. -Madre, ¿puedo hacerte una pregunta – dijo el pequeño un tanto nervioso. La madre lo miró y asintió sonriendo. -¿Por qué nosotros no festejamos la Navidad? – la cara de horror de su madre lo dijo todo; el pequeño esperaba con nervios un regaño. -La navidad no es bienvenida aquí – señaló su madre un tanto enojada – ya has visto cuántos desastres y desgracias han sucedido y ningún hombre llega con renos y caballos a repartir milagros y regalos a la gente pobre de aquí. Mejor ve a dormir – el niño salió de la habitación desilusionado por aquella vaga y poco coherente respuesta. Ahora decidió hacer la misma pregunta a su padre y sus abuelos, todos contestaron alguna respuesta similar a la de su madre y así, el pequeño niño supo que todos mentían. El pequeño no se quería quedar con esa respuesta tan poco sabia, tenía que hacer algo y sabía justamente que era lo que iba a hacer. Pidió ayuda a sus otros nueve hermanos y todos juntos, comenzaron a comprar, e incluso, a hacer regalos y adornos navideños. La madrugada de la víspera de Navidad, el niño y sus hermanos se disfrazaron y juntos, comenzaron a dejar pequeños obsequios en las puertas del poblado; ya que eran pocas las casas en el poblado, terminaron rápido. Cuando llegaron a su casa, cada uno se fue a dormir con una alegre sonrisa pintada en el rostro, excepto el pequeño niño, quien decidió dejar un pequeño obsequio en la habitación de sus padres junto con una pequeña y arrugada nota pegada: “La Navidad no se trata de que obtengamos milagros de personas inexistentes, sino, que juntos como familia, convivamos y tengamos fe, fe en que algo bueno y maravilloso, nos da las fuerzas y la esperanza de seguir juntos y vivir como familia, a pesar de las circunstancias”. Colegio vasco de Quiroga Prof. Francisco Fabián Montejano

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UNA NOCHE PARA CANTAR Me asomo a la ventana de mi habitación, observo las luces de colores en las calles, a lo lejos veo los fuegos pirotécnicos que me indican que ya es la hora, alzo un poco más la mirada y en el firmamento destaca la luna, la figura del conejito me atrapa. ¡Cómo me gusta ese cuento! Han pasado once meses y veintitrés días. Aún no puedo creer lo relativo que es el tiempo, viene a mi mente el momento en que tomé una de las decisiones más complicadas de mi vida, retirarme de la labor que realicé por cuarenta años, he cumplido y por ello me siento satisfecho, el cuerpo me pide descanso, en enero ya no veré aquellas caritas, sólo esta noche. -Todo saldrá bien, estoy seguro. Escucho el sonido del timbre, llegó la hora, me pongo la bufanda y los guantes, a mi edad ya hay que tomar sus precauciones con el frío del ambiente. Abro la puerta e inmediatamente Manuelito me abraza, también viene muy bien abrigado. - Mi maestro Juan, ¡buenas noches!, ya estoy listo, estuve ensayando toda la mañana. - Muy

bien Manuelito, confío plenamente en ustedes. Saludo a sus padres y a su hermanita, se han tomado la molestia de pasar por mí, nos comprometimos a hacer este regalo y vamos a hacerlo de todo corazón, mi familia llegará después a la capilla; cierro la puerta, subo a su carro, empezamos a avanzar, la plática fluye. Nos estacionamos a una calle, bajo lentamente, miro a lo lejos a mi grupo del coro, el color blanco en sus ropas los hace ver como pequeños ángeles juguetones, - eso son; sólo que se disfrazan de niños para pasar desapercibidos. - ¡Ahí viene el maestro, ahí viene el maestro! Oigo su vocecitas, me voy acercando y viene a mi mente la primera vez que dí una clase, pararme enfrente de treinta pequeños, decirles mi nombre, enseñar letras, números, conceptos y más, pero hoy haremos otra actividad que amo, cantar. - Buenas noches a todos, vamos a formarnos, llegó la hora. -Sí, sí. Tomamos lugar al lado del nacimiento, -Está hermoso, pienso. Cada detalle, el pesebre, los animales, la estrella, aquellos padres admirando al recién nacido con sólo una prenda blanca que lo cubre, los reyes magos y una maravillosa paloma con sus alitas extendidas. La celebración eucarística comienza, todos nos ponemos de pie, me paro enfrente de mis alumnos de tercer grado, trabajamos tanto este año y logramos este gran coro, la invitación de alabar a Jesús esta noche los emocionó tanto. Alzo el brazo, mis pequeños cantan, nos unimos en la oración y en el fondo de mi corazón le agradezco a Dios haberme permitido realizar una de las labores más nobles, llamarme Maestro igual que Él, esta noche es mi forma de corresponderle, me siento feliz y dichoso, todos los que estamos reunidos aquí me transmiten lo mismo, es bella esta noche de Navidad. - “El camino que lleva a Belén…” Lic. Saraí Moreno Olivera Auxiliar de Biblioteca “Fray Toribio de Benavente” Universidad La Salle, Puebla

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¿QUÉ HACES, JESÚS?

De pronto se hizo el silencio, y el último de los lectores lo miraba sonriente. Se levantó y se dirigió al frente… Al final de la Misa, bajó del púlpito y platicó con sus feligreses. Se dirigió al niño inquieto. -Hola, jovencito, ¿cómo te llamas? -Jesús- dijo el niño rápidamente-Yo también me llamo Jesús. - ¿Sí? - preguntó el niño sorprendido- pero yo no quiero ser sacerdote. La gente quedó a la expectativa -Me parece muy bien. Yo seré el único Jesús que sea sacerdote. -Yo quiero ser bombero. Quiero tener un coche rojo y brillante. -Muy bien, Jesús- dijo el Padre -Entonces para cuando seas grande, ¿te puedo pedir un favor? -Sí, Padre- gritó el niño emocionado-Quiero que salves a todos los hombres de todos los fuegos que puedan destruirlos -Sí, Padre- volvió a gritar el niño emocionado- lo haré. Y todas las personas sonrieron contentas y satisfechas, habían entendido lo que Jesús haría con los hombres, aunque ya había comenzado desde hace algunos siglos.

Mientras se leían las primeras Lecturas, sentado en la Sede, el nuevo Párroco, un poco nervioso, miraba a sus feligreses con naciente alegría. Entre ellos había un niño inquieto que intentaba ponerse de rodillas para ver hacia atrás, mientras su madre le jalaba el pantalón. De pronto, su memoria saltó a aquella época cuando él era niño: “- ¿Jesús, Jesús, dónde estás? - gritaba la madre mientras avanzaba por la casa hasta que, escondido detrás de un sillón, encontró a su hijo. - ¿Por qué no me contestas, chamaco? -Yo pensé que le hablabas a Jesús nuestro Señor. -Hazte el gracioso, Jesús, hazte el gracioso. -No le digas así a nuestro Padre, madre santa, ¡qué se va a enojar! -Síguele, síguele ven para acá- gritó la madre molesta. - ¿Ya hiciste tu tarea? -Ya casi - dijo el niño – -Pues apúrate que hay que ir al catecismo. -Sí, mamá, sí, ya voy – dijo el niño con fastidio- pero tengo una mala memoria y todo se me olvida y no me acuerdo cuántos mandamientos son y no sé el significado de muchas palabras y no sé todas las Por Juan Manuel Rodríguez Ibañez cosas que debo creer. Escuela Preparatoria Unidad Condesa -Cállate, cállate, sacrílego. -Ves, no sé qué es eso. -Cállate, te digo.”

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CAMINO HACIA LA ESPERANZA El inicio de un nuevo día estaba por comenzar, una familia a punto de despertar, el padre, de nombre Jafet, levantó la cobija, al mismo instante en que sus pensamientos lo abordaron: “un día más ¿De dónde sacaré para traer alimento a la casa? Su hijo, de nombre Jeremías, despertó y le pidió un pan porque tenía hambre. La madre, de nombre Margaret, respondió, duerme un poco más, al despertar te haré el desayuno. Esta situación crítica la venían viviendo desde hace meses: la situación en su nación había ocasionado que no hubiera trabajo y, por ende, faltaba alimento en casa, el hijo estaba a punto de dejar la escuela, las peleas entre los padres eran constantes. En alguna ocasión, el padre, hablando con unos amigos, escuchó de uno de ellos, sobre una tierra en la que había estado y que le había cambiado la vida y la de su familia; el padre pensó: “allá está la solución, si vamos a esa tierra nuestras vidas cambiarán y podremos hacer realidad nuestros sueños, habrá comida, mi hijo no dejará la escuela y ya no discutiremos más mi amada esposa y yo”. Luego de platicarlo con su esposa e hijo, los tres, confiados en Dios, se dispusieron a llegar a la tierra prometida e iniciaron su caminar, no sabían cuánto tiempo habrían de invertir para llegar al lugar del que les hablaron, pero ellos mantenían su fe en lograr el cometido que se propusieron. Anduvieron por diversos caminos, pueblos, estados, ciudades. Durante su travesía, se vieron cansados, con los pies lacerados, sin fuerzas, con hambre, pasando frío; la esposa y el hijo reprochaban al padre el hecho de haberlos llevado, allí donde se encontraban no tenían donde reposar la cabeza; no tenían alimento ni agua mínimos, se sentían perdidos, desolados, abandonados, sobre todo cuando los pobladores de ciertos lugares los miraban como extraños, como enemigos y los insultaban y corrían. Afortunadamente también hubo quienes les tendieron la mano compartiéndoles un pan, un taco, una botella de agua, abriéndoles la puerta de su casa, del templo, de la iglesia; con estos últimos, vislumbraron lo que anhelaban: encuentro, mejor vida, vida compartida, compañerismo, solidaridad, fraternidad. El experimentar la solidaridad, la caridad y el encuentro con quienes les hicieron el bien, les hizo comprender que la tierra que estaban buscando, estaba en ellos mismos y que podrían tomar el ejemplo de aquéllos que les extendieron un brazo en su necesidad y replicar ese gesto con otras personas; entendieron que el haber dejado su tierra y la de sus padres era un signo de esperanza: a partir de lo vivido allá y en el recorrido hecho, se llenaron de cosas que pesaban mucho: coraje, rencor, enojo, angustia, pero con la mirada samaritana que recibieron de aquéllos que les tendieron la mano, se descargaron, al descubrir que la tierra prometida estaba en cada uno de ellos. Al asimilar que ellos eran tierra, comenzaron a dejar crecer en sí mismos los elementos necesarios que les posibilitaran llenarse de alegría por la vida, de amor por la familia, de entrega por misericordia, al mirar la necesidad del otro, ayudándolos y comprendiendo que nadie es suficientemente pobre para no compartir algo con los demás. La aventura que decidieron emprender, los llevó a encontrar a aquél que es la Vida y la Palabra; a aquél que se manifestó por medio de la carne y se desasió de sí mismo para darse a los demás; a aquél que es la manifestación de la natividad-nacimiento de un hombre nuevo, Jesús, y con ello, cambiaron su mentalidad y encontraron un nuevo sentido para su vida: “brindarse en el servicio a sus semejantes”. Universidad La Salle México Autor: Juan Miguel Díaz Flores Antología de Cuentos de Navidad 3

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MI ESTRELLA

cambian… se vuelven a prender, veo el nacimiento aun no ponemos al Niño, mañana será su fiesta… su fiesta…

Se acerca Navidad… para mí no es felicidad… hoy mi padre ha muerto… se fue mi soporte, mi mejor Veo como las luces iluminan a la Virgen y a San amigo, se fue una parte de mí. Faltan 21 días para la José, se apaga todo de repente, se vuelve a prender, mayor fiesta de la Iglesia pero yo estoy viviendo la se cambian los colores y cada color le da un más triste; despido a un ser querido. sentido diferente, de repente se vuelven a apagar y al encenderse veo como la estrella que está arriba Han pasado apenas unos días, tuve que regresar a se ilumina… en eso todo se apaga, ¡fabuloso! Un la escuela a clases, el maestro está explicando el apagón, me quedo dormida en ese sillón, en mi tema, la verdad ni lo oigo, sólo lo veo, sólo pienso mente siguen las dos frases de mi profesor: “pronto en mi padre… de repente algo llama mi atención, lo sabrás y lo mejor es que la encontrarás con el el maestro ha dicho que en estas fechas debemos corazón” y “buscar nuestra estrella para entender buscar nuestra estrella para entender la Navidad; la Navidad”… repitiendo esto en mi mente es como lo oigo pero mi mente se ríe y mi mano se levanta me quedo dormida… sin pensarlo, el profesor me cede la palabra y de mi boca sale una pregunta: ¿cómo puedo encontrar mi Sueño con mi padre, sueño con sus palabras, con estrella si la acabo de perder? Su contestación me nuestros momentos, con nuestras risas y recuerdos, dejó insatisfecha; me respondió: “pronto lo sabrás sueño con nosotros, de repente, siento una caricia, y lo mejor es que la encontrarás con el corazón”… siento un beso tibio en mi mejilla… despierto en un segundo… todo sigue oscuro… mi rostro está Acabando las clases me voy a caminar un rato, húmedo, estoy llorando, desconecto el árbol y me sigo pensando “en mi estrella”, pero no la veo, veo voy a mi cama; vuelvo a dormir, sigo llorando, sigo en cambio una serie de iluminación, de colores, soñando con mi padre… fue la noche más feliz de flores, me llegan olores y sabores, lo que pienso es: los últimos días, fueron sueños donde sonreía, era ¿quién quiere celebrar? Yo no, la Navidad no tiene FELIZ… no quiero despertar, quiero seguir viendo a para mí ya ningún sentido, todo se ha perdido, sólo mi papá… pero llegó el día, desperté muy tarde, mi quiero dormir y ya. Llegando a mi casa, veo que mi mamá me invita a que le ayude y me niego, sigo en madre ha colocado adornos navideños ¿está loca? mi cama envuelta…salgo después de muchas horas, Es lo que pienso, mi papá se fue y ella piensa en todo se ve hermoso y huele muy bien… decido festejar… no lo concibo. Mi madre y yo discutimos, arreglarme y regreso a mi cuarto. gritamos y yo corro a mi cuarto a encerrarme y a llorar… me asomo en la ventana y veo la felicidad Cuando entro a mi cuarto veo en mi almohada algo de los demás; ¿cuándo la recuperaré? NUNCA…. brilloso, ¡es una estrella!, ¿mi estrella? NO, debí traérmela por accidente ayer, es del árbol. Termino Los días son un infierno para mí y sigo con las de arreglarme y voy a la sala, están todos, menos mi frases de mi maestro… me pregunto ¿dónde está mi papá, llevo la estrella, ¡sorpresa! La estrella está en estrella? La quiero tocar, sentir… no está y no sé su lugar… en mi mano está ¡mi estrella! Recuerdo por dónde buscarla, toda la semana he caminado una frase de mi padre antes de morir: “siempre por la ciudad completa para saber en dónde está y estaré contigo, te veré y seré una estrella para estar no la encuentro… ¡por favor! aquí”… no lo pude evitar, lloré y lloré, entendí que hoy nacía Jesús, y Dios me ha dado el gran regalo de Llego a mi casa, rendida, fracasada; “pronto lo que hoy nació MI ESTRELLA, mi ángel… no la perdí sabrás y lo mejor es que la encontrarás con el sólo nació. corazón”… recuerdo estas palabras pero no las puedo interpretar, mi madre me ve, me da un Laura Susana Alegre Vega beso y se va a dormir, me quedo tumbada en el Preparatoria de la Universidad De La Salle Bajío, sillón frente al árbol de navidad, veo como juegan Campus Américas las luces, como se prenden, apagan, prenden… León Guanajuato, México 8

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LA SONRISA QUE ENCENDIÓ LA NAVIDAD Su vida parecía ser de ensueño, quizá no podía haber sobre la ciudad un niño más feliz y consentido que Damián; bajito, apenas sobrepasaba el metro de estatura, su cuerpo espigado y de nobles facciones lo hacían parecer el niño tierno y por demás alegre que todo mundo conocía; Amanda, su madre; mujer reacia pero de buenos modales, hacía rato no dibujaba una sonrisa franca en su rostro, producto de aquella pérdida que aun calaba en lo más hondo de su ser, su esposo quien marchó para no volver un veintitantos de enero de hacía cuatro años, atrás quedaban los recuerdos de un hombre sabio, inteligente, pero que la había abandonado dejándole un único recuerdo: que le revivía a la memoria cada vez que veía a Damián. La vida puede cambiar en un instante, de pronto te puedes ver envuelto en una atmósfera que te recuerda a la más lúgubre película de terror, el “beep” incesante que aturde la habitación, el olor a formol que enrarece la atmósfera de aquel cuarto frío, pequeño pero exageradamente limpio y de color azul pastel, combinado o debiera decir “adornado” con tiernas figuras de personajes de Walt Disney, que tapizan la pared por doquier, cables conectados a máquinas que sólo muestran luces que parpadean y suenan al unísono correr de las horas, los minutos y más aun los segundos, incesantemente uno tras otro; y una cama de fierro fría en donde yace Damián; inmóvil, acallado, sosegado por un coma inducido que lo tiene en un sueño profundo desde hace casi dos meses, conectado a tubos que lastiman su débil cuerpo y que lo hacen parecer vulnerable y lastimosamente frágil, a un lado de él, una silla y en ella, Amanda, su madre, quien con las ojeras de su rostro refleja el correr incontable de los días y las horas posada junto a su hijo, esperanzada a una señal de mejora, de un murmullo, de una voz que no escucha hace meses y de un recuerdo de lo que en algún momento fue ese niño.

¡Qué lejos están aquellos días en que a pesar de las travesuras del inquieto Damián, Amanda lo regañaba como si se tratará de su más grande dolor de cabeza¡ ¡Lo que daría por verte gritar¡ se decía y pensaba una y otra vez; ella más débil y cansada, los estragos de la enfermedad no sólo habían hecho mella en el cuerpo de Damián, Amanda cobraba ya la factura de la cuenta y el cansancio de todos esos días y noches viviendo en ese horrible cuarto de hospital, durmiendo a deshoras, comiendo lo que puede, persiguiendo una y otra vez a los doctores en busca de una respuesta, algo que le explique por qué Damián, su obra más traviesa pero la más amada, había caído víctima de la palabra mortal, la que ninguna madre quisiera escuchar, la que cimbra, la que duele al escucharla, la que inmoviliza los sentidos, la que atemoriza con solo escucharla, CÁNCER. ¡Qué incomprensiva debo ser! se repetía Amanda, después de todo, no es el único niño que se encontraba en ese pabellón, como él, había muchos otros que también esperaban alivio, pero ninguno tan profundamente dormido como Damián. Una tarde, de finales de noviembre, un hombre de mirada profunda y tez morena, alto y flaco se acerca a Amanda, diciéndole que hacía días había notado la debilidad y el cansancio en ella, apenas y ella lo escucha para terminar cediendo ante la petición de aquel hombre de permitirle quedarse un rato con Damián en lo que ella hacia otros menesteres, después de todo ¿qué podía pasar?, Amanda sale presurosa, confiada en que aquel buen hombre cumpliría su promesa de velar el sueño de Damián y estar al pendiente de cualquier cosa que se ofrezca, ¡por fin alguien se había compadecido de Amanda, por fin alguien había pensado en ella! El frío comenzaba a arreciar, recordando que el año está por terminar y con este la cercanía de las tardes de invierno oscuras y heladas de la ciudad. Amanda aprovecha para hacer sus cosas en lo que aquel hombre, que ha decidido ir a auxiliarla día tras día, se hacía cargo de Damián, ¡mejor suerte no podía tener la desdichada mujer! Amanda recordaba la última Navidad en la que Damián, feliz había recibido los regalos que con tanto amor ella le había entregado, ¿quién tendría humor de darse a la tarea de adornar aquel árbol Antología de Cuentos de Navidad 3

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que no tenía sentido sin la mirada de Damián, sin embargo, la mujer en un afán de recordar aquellos instantes aprovecha aquella tarde en que se encuentra tranquila en casa para junto con sus recuerdos, adornar aquel árbol con los mismos adornos que le había heredado su madre, cuál fue su sorpresa que al intentar encender aquel árbol bellamente decorado, no encendió por una inexplicable razón, no se trataba de una falla eléctrica puesto que lo único que no encendía en toda aquella casa, triste por la ausencia, era extrañamente ese árbol. De pronto Amanda se percata que han pasado las horas y que seguramente aquel hombre bueno y piadoso se habría desesperado, para pronto, sale corriendo al hospital para volver a estar con Damián, aturdida por lo que había pasado en casa con el árbol de navidad y preguntándose ¿por qué no pudo encender ese árbol? Al llegar al hospital y entrar en la habitación del niño, de pronto se percata que los doctores corriendo salen de ella, su cara lo decía todo, hacia mucho no veía los doctores y las enfermas con una cara bañada de tal felicidad, Damián había despertado y sus primeras palabras al cobrar la conciencia y brillar nuevamente sus ojos pálidos fueron “mamá ya va a llegar la Navidad”; entre lágrimas de alegría por ver a su hijo despierto aunque enfermo apenas y le dejan acordarse de aquel hombre que rato atrás había abandonado el hospital y en las manos de Damián una nariz de “payaso”,

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de color intenso y brillo exagerado, Damián le comenta a su madre que todos los días en que ella se retiraba y se quedaba a cargo de aquel hombre, le hablaba al oído y le hacía sonreír desde sus sueños, le alentaba con sus palabras y le hacían sentir cada vez mejor. La madre no podía entender qué había pasado, cómo era posible que a pesar de las circunstancias, Damián lograra cobrar la consciencia de aquel letargo, la respuesta era única, la sonrisa interna que le provocaba aquel hombre todas esas tardes. Pasados los días y ya avanzado el mes de diciembre, se dejan escuchar en todo el pabellón el repicar de una campana, es la campana de la sanación, la que avisa cuando un niño ha logrado librar la batalla, vencer el monstruo que le quería arrebatar la vida y junto al sonido una silla de ruedas que transporta a Damián, quien feliz va de regreso a casa después de tanto tiempo de estar en ese hospital y con él la despedida alegre y ruidosa de los doctores, pacientes y enfermeras que con las manos le dicen adiós y le festejan en medio de aplausos, lágrimas y risas. No podía ser mejor esa víspera de Navidad, todo parecía estar a favor de Damián, la muerte se iba de su cuerpo para dejarle ser de nuevo un niño travieso, feliz, inquieto y dinámico. La casa parecía totalmente oscura y al entrar Damián junto con su mamá, grande es la sorpresa al ver que lo único que destellaba con un fulgor poco visto, era aquel árbol de navidad que se negaba a ser encendido. ¿Cómo era posible que hasta ese momento haya cobrado luz y vida el árbol de navidad?. Parecía la confirmación de un milagro, una nariz de payaso tirada junto a él le recordaba a partir de aquel inolvidable instante que el poder de una sonrisa puede sanar la peor enfermedad y encender la luz que ilumina el milagro de la vida justo un día de Navidad, la sonrisa se había convertido pues, desde aquel instante en la mejor medicina al encender aquel árbol de navidad. Gerardo Juárez Díaz de León Universidad De La Salle Bajío, Campus Américas León Guanajuato México


GATO NAVIDEÑO

En el centro había una Coca-Cola grande que enmarcaba los adornos navideños de la casa de la Familia López, donde todos reunidos esperaban con ansias los regalos del intercambio. Las navidades en México nunca son iguales. La señora Lula grita: ¡ya está listo el pavo y los romeritos, pero primero el intercambio!. Entonces el sonido del timbre de la casa interrumpe a la señora Lula. Lupita, la hija mayor abre la puerta y entra su esposo Javier con un pequeño gato de ojos verdes y un moño de regalo en el cuello. La primera en emocionarse es Gloria, la hermana menor de Lupita. Gloria tenía 13 años, amaba los gatos y siempre había deseado tener uno. Javier le dice que el gato es su regalo del intercambio de Navidad. La noche transcurría en paz, además del pavo y los romeritos había ensalada de manzana. Todos estaban cenando hasta que Gloria dice que no encuentra a su nuevo gato. La señora Lula inmediatamente se dirige a la cocina y ve al pequeño animal trepado en la barra de madera de la cocina comiéndose el Pavo. Lula inmediatamente lo carga y sale al comedor fingiendo que no pasó nada. Faltaban pocos días para terminar el año y la familia estaba más unida que nunca, algunos tenían un jugoso aguinaldo, otros iniciaban matrimonios, Luis había comprado un auto nuevo, pero Gloría tenía un nuevo gato. Dicen que los gatos son amuletos de buena suerte, pero hay otras personas que los describen como de mala suerte. Comenzó el año y Lula ya no soportaba el gato de Gloria, había arañado toda la sala, y cortinas. Era un gato muy inquieto, en pocos días ya había tirado tres veces el arbolito de Navidad. Siempre después de hacer una travesura sólo veía a las personas con unos ojos grandes y tiernos. Pasaron algunos meses y la unión familiar parecía terminarse. El señor Rogelio había perdido su trabajo por recorte de personal y Lula ya tenía más de 40 años y poca experiencia laboral por lo que era difícil que la contrataran en algún lugar. La familia sobrevivió económicamente gracias a un ahorro del señor Rogelio. Fueron meses duros para la familia, de buscar oportunidades laborales por todas partes, sin éxito. Llegó la mitad del año y Luis había chocado su auto nuevo. Un conductor en estado de ebriedad, casi lo deja sin vida. Antología de Cuentos de Navidad 3

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Gloría cada día le tenía más miedo al gato, traía su mano izquierda llena de rasguños de la mascota y el gato seguía sin querer obedecer a la familia. En las noches maullaba como desesperado, como si el brillo de la luna le calara en sus ojos verdes. En la familia seguían pasando cosas malas, Lupita anunció su divorcio, no quería estar más con Javier, con tan sólo tres años juntos. Parecía que a la familia le había caído una maldición gitana, todo les pasaba. Lupita en secreto con su madre Lula, le contó que Javier en una ocasión intentó golpearla. Por eso había decidido separarse de él. Lupita le tenía miedo a Javier cuando tomaba, pues parecía transformarse, como el gato con la luna. El tiempo transcurrió rápido, ya era octubre, casi nuevamente vísperas de Navidad, casi terminaba ese año. Un día Lula juntó algunos centavos y salió una mañana fría a comprar mandado, Rogelio salió a una entrevista de trabajo y cuando regresaron la casa estaba vacía. Las dos televisiones, algunas joyas de Lula, y hasta la Laptop de Lupita se llevaron. Habían saqueado unos rateros la casa de la familia López. Justo antes de terminar el año tan caótico. Lula entró con miedo a la casa y se dio cuenta que el gato no estaba, no lo encontraba por ningún lado. Incluso llegó a pensar que los rateros se lo llevaron. Pasaron unos días y el gato seguía sin aparecer; ya llevaba un mes desaparecido, no había rastros de él, sólo quedaba su caja de arena que estaba en el patio. Gloria dejó de extrañarlo, pues tenía una nueva amiga en la secundaria. Faltaba una semana para Navidad y el gato seguía desaparecido. Ese día Lupita llevó a casa de la Familia López a un amigo a comer, Gerardo, cirujano de profesión. La señora Lula quedó asombrada con la inteligencia y caballerosidad de Gerardo. Llegó el 24 de diciembre, la mesa estaba puesta, en esta ocasión sólo había un pollo para toda la familia López. Rogelio lucía más canoso y viejo por la preocupación de un año difícil económicamente. Nuevamente sonó el timbre, Lupita se apresuró en abrir la puerta. Era Gerardo con un gato, y un moño en el cuello, pero este a diferencia del otro, era de color gris, y con los ojos azules. Todos lo miraron con cierta cautela, excepto Gloria, sin querer la familia tenía miedo de que fuera un año igual de malo. Pasando las campanadas, el señor Rogelio recibe una llamada, había sido aceptado para trabajar en una tienda departamental, y lo requerían inmediatamente porque era temporada alta y las ofertas de liquidación de enero estaban cerca. Y en cuanto a Javier y al antiguo gato nunca aparecieron. Cynthia Alcalá Universidad De La Salle Bajío Campus Juan Alonso de Torres

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¡FELIZ NAVIDAD MAMÁ!

Con los codos en las rodillas, el cuerpo encorvado y las manos cubriendo su rostro, se encuentra Arturo, sentado en esa fría silla en el pasillo de un hospital. Es casi media noche y piensa: “Es noche de fiesta debiéramos estar celebra…” Pero su mente acalla sus palabras. Esa noche todo parece distinto; su cuerpo tiembla, mas no define si es por frío o por la adrenalina que aún recorre su cuerpo provocada por los acontecimientos vividos de la última hora, Suspira… Se incorpora y se recarga en el respaldo de la silla aún con los ojos cerrados, intenta ordenar las ideas… ¿Cómo llegó a ese lugar? Abre sus ojos, se pone de pie, se dirige con pasos lentos y las manos en los bolsillos del pantalón al módulo de información. Nada, aún no dan

informes, debe seguir esperando. Cabizbajo gira sobre sus talones y comienza andar de vuelta a la silla, la cual ya se encontraba ocupada. Camina de largo y se dirige al fondo del pasillo donde una luz se cuela por una puerta que parece abierta y al llegar a ésta, se detiene en el marco, se recarga, mira la austera decoración del interior de la capilla. Unas bancas de madera, el olor de flores de gladiola y de la cera que desprende una veladora encendida, al fondo: un pequeño altar. Se acerca curioso con pasos titubeantes… es NAVIDAD ¡así que en una mesa se encuentra una pequeña representación del nacimiento de ese NIÑO. Sus padres a su lado lo miran con ternura e infinito amor a través de esos rostros de fría cerámica. Arturo mira nuevamente el rostro del pequeño Jesús, tan real que parece cobrar vida. Mira sus ojos llenos de esperanza, y su sonrisa de bondad capaz de callar todas las voces y resentimientos que pudiera haber en su corazón, toca su pequeña mano con la que parece sanar todos los pesares de este mundo. Siente un nudo en la garganta, y una fuerza oprimiendo su corazón… ¡mas se resiste! sólo en su mente llegan las imágenes de su madre, las discusiones diarias. Ella intentando hacerlo entrar en razón y él enojado siempre con el mundo, con la vida, con las personas que lo amaban, desde que su padre se alejó de ellos. Esa noche su madre le dijo: “Arturo, no te vayas, quédate conmigo hijo. Mira esta noche, con el Nacimiento del Niño Jesús podemos comenzar una nueva vida, para ti, para los dos. No te alejes más hijo. Hablemos antes de que sea tarde”. Él como tantas veces, sale a la calle en busca de sus amigos ignorando las súplicas de su madre. Y estando en la fiesta con el ruido de la música, una cerveza en su mano, no faltó quien le avisara. Arturo corrió a su casa, su madre no estaba, los vecinos dijeron que la llevaron de urgencia al hospital, su corazón finalmente lo había resentido. Su mente vuelve a la realidad y sus ojos se posan en la figura de la Virgen, observa su rostro, el recuerdo de su madre se hace presente en su mente ¡con tal nitidez! con sus ojos suplicantes, sus lágrimas surcando su rostro. Y recuerda lo que su madre le dijo: esta noche santa bien puede ser comienzo de una nueva vida… Antología de Cuentos de Navidad 3

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Sin su madre… Sin esa mujer que sin importar las condiciones siempre estaba a su lado, esperándolo, cuidando de él. Su madre que seguramente en su cuna también lo miró con esos ojos de amor, de esperanza y compromiso de vida, con la promesa silenciosa de que siempre estaría ahí para él. Su madre que sin duda suplicaba en su ausencia al Buen Niño Jesús, su madre que aún cuando su corazón lloraba jamás perdería la fe de que algún día, él sería un buen hombre…

perdón a su madre, para en esa noche de Navidad renacer con Jesús, para ser ese hombre del que su madre pueda sentirse orgullosa; suplica una oportunidad más de ver los ojos de su madre y consolarlos, para sanar su corazón con tanto amor que esa noche está surgiendo con fuerza en su interior.

No, no sabe cuánto tiempo ha pasado, parece que se durmió en el piso. Una tierna sonrisa de bebé, una suave y cálida voz femenina le llaman: Arturo se mira ahora de rodillas, llorando de “¡Arturo… despierta!” El abre sus ojos y se sienta arrepentimiento y pidiendo a ese pequeño Niño en el piso sobresaltado, mira a su alrededor, no que recién ha nacido, una oportunidad para pedir hay nadie, mas no se siente solo. Se pone de pie y corre al módulo de información. La enfermera le dice: “Joven, lo estamos buscando… sígame” Él, temeroso, camina tras la enfermera, no sabe qué pasa, se siente INEXPLICABLEMENTE FELIZ, renovado, su corazón late aprisa… SIENTE FE, siente ESPERANZA, siente AMOR… abre la puerta y observa la figura conocida en la cama y apenas balbucea en tono bajo: “madre…” La mujer recostada, gira su cabeza, abre sus ojos, lo mira, “pasa hijo… sabía que vendrías… te estaba esperando…” abraza a su madre y con lágrimas le dice, ¡FELIZ NAVIDAD MAMÁ! Carmen Cabrera Díaz Universidad de La Salle Bajío, Campus Juan Alonso de Torres

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FÁTIMA Y EL SENTIDO DE LA NAVIDAD En la ciudad de México vivía una amorosa familia integrada por cinco personas. Juan el papá, Mónica la mamá y sus tres hermosos querubines Laura de diez años, Roberto de seis y Fátima de cuatro. Juan había nacido en un pueblo de Veracruz llamado San Andrés, donde los paisajes naturales se combinan con una mágica sensación de paz y armonía durante todo el año. Por la falta de oportunidades para prepararse profesionalmente, había tenido que separarse de sus papás siendo muy joven, por lo que había formado su hogar en otra ciudad, sin embargo nunca olvidaba ir a visitar su tierra en la primera oportunidad que tenía. Fátima, la menor de los tres pequeños, era una niña inquieta, traviesa y siempre estaba pensando en crear nuevas formas de divertirse. A diferencia de sus hermanitos, deseaba con ansias que llegara la Navidad para poder ir a visitar a sus abuelitos a San Andrés, ya que era el momento ideal para encontrarse con sus primos, jugar todo el día y disfrutar de los agradables paisajes que deleitaban su mirada. San Andrés contaba con una característica muy particular en Navidad, especialmente, en Noche Buena, que le ocasionaba a Fátima sentimientos encontrados. Por un lado, la cena con su familia era el momento más hermoso de todo el año, pues se arrullaba al niño Dios, se cantaban las posadas, se rompía una piñata y todos dentro de la casa disfrutaban la velada. Por otro lado, cuando Fátima salía de la casa, el panorama era triste, pues encontraba en la calle a un sinnúmero de familias acostadas en la avenida principal intentando protegerse del frío y sin tener la más mínima oportunidad de celebrar el nacimiento de Jesús. Todas ellas, según lo explicaba su papá, venían de la sierra intentando protegerse del viento helado que soplaba en los montes en invierno. Un día, cuando salían de la casa de sus abuelos al terminar la cena, su mamá no pudo evitar darse cuenta de la mirada triste que tenía Fátima, así que le pregunto: Hija, ¿Cuál crees que es el significado de la Navidad? Fátima se sorprendió, pero no dudó en contestarle que era el cumpleaños del Niño Dios, a quien veía cada domingo en la misa y de quien ella le platicaba mucho, que había sido una persona muy amorosa, que dio su vida por nosotros y todos los días nos cuidaba para que nunca nos faltara nada. Su mamá, con ternura le dijo que exactamente el Niño Dios nacía ese día, pero lo más importante era que naciera en su corazón y para que esto sucediera tenía que pensar en qué cosas podía hacer para parecerse más y más a Él. Fátima se quedó pensando y en un instante le dijo a su mamá que le gustaría poder ayudar a todas esas personas que veía tristes, así que las dos decidieron que a partir de ese día y durante el año siguiente juntarían todo lo que fuera posible para llevar una sonrisa a cada una de esas familias. Los días pasaron volando y con amigos y vecinos cercanos lograron juntar mucha ropa, juguetes y artículos personales que sin duda serían de mucha utilidad para esa pobre gente. Así llegó el día de Navidad y Fátima disfrutó con su familia de la Noche Buena, aunque en esta ocasión había un componente adicional, no podía esperar para salir y entregar todo lo que tenía a las personas que dormían en la calle. Repartió todo lo que llevaba y sonrisas, muchas sonrisas. Es así que desde esa vez cada año Fátima y su familia viven la fiesta del nacimiento de Jesús compartiendo con los demás un poquito de lo que tienen y sembrando en ellos la esperanza de la Navidad. Lourdes Leticia Oriza Cano Universidad De La Salle Bajío, Campus Juan Alonso de Torres Antología de Cuentos de Navidad 3

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EL MISTERIO DE LA FE La historia comienza así. Ani buscaba todos los días la manera en que su Padre el Señor de lo divino, llegara a los corazones de todas las personas cercanas a ella; intentaba muchas cosas para hacerles captar la belleza del misterio de su creador y que reconocieran que a través de las pequeñas cosas siempre había esperanza.

Los ojos de Aní se maravillaron al ver que los niños del albergue a quien ayudaba, los ancianos a los que les leía cuentos los domingos, las personas de su iglesia y comunidad así como sus amigos, llegaban con platos de comida, bebidas de temporada y ofrendas para la adoración al Niño Jesús. Uno de los ancianos de la comunidad se acercó a ella y le dijo: “no sabemos la razón por la que dejaste de asistir a cada uno de los lugares donde ayudas, tampoco sabemos por qué no contestabas a nuestras llamadas, ni por qué de un momento a otro no nos regalabas más tu consuelo, pero lo que sí sabemos, es que este año sería un año difícil para ti, al no encontrarse contigo tu abuelita. Tú siempre nos has acompañado y nos has dado la buena noticia, nos has recordado que no estamos solos, nos has mostrado con tus afectos y acciones que Dios está con nosotros y eso, es lo que nos mantiene vivos”. Ani, recordando lo que le había pedido a su Padre horas antes y con la seguridad de haber sido escuchada; abrazó a cada una de las personas que llegaron para celebrar Navidad, reunidos en el nacimiento adoraron al Niño Jesús y cantaron bellos cantos que entonaban la alegría del nacimiento de un Rey, ahí reunidos todos juntos y con sus carencias lograron complementarse y disfrutar de las pequeñas cosas que hacen que la vida... sea vista con ojos de FE.

Era la víspera de Navidad cuando Ani decidió trazar un plan para convencer a sus amigos de asistir a un retiro organizado por las personas que coordinaban las actividades decembrinas de su parroquia. Ella tenía la esperanza de que sus amigos al encontrarse con personas que compartían una misma misión, por fin pudieran entender y vivir una vida de fe como ella lo hacía. Así que marcó al teléfono de uno a uno para hacerles la invitación. Cada que marcaba y recibía respuesta, la sonrisa pronunciada en el rostro de Aní se veía cada vez más desdibujada, por las respuestas que recibía inmediatamente supuso que lo que ella estaba proponiendo era algo intrascendente y “muy poco cómodo y divertido” para ellos. Por el desánimo y al ver que nada funcionaba, Ani dejó de asistir a su parroquia y de frecuentar a sus seres cercanos y queridos, además pensó que sería mejor vivir su FE Desde ese día, Ani comprendió que las personas en silencio. Y así lo hizo. viven y esperan a Cristo de maneras diferentes, cada uno es llamado según su forma, según su Llegó Navidad, y como cada año, todo estaba listo medida, según el plan de su creador. Entendió para que la adoración al Niño Jesús se suscitara en que su misión era: preparar la tierra y esparcir las el grande y bello nacimiento que resaltaba cada semillas de caridad, esperanza y misericordia, lo año en su sala; previo a comenzar, Ani sintió una demás… Era trabajo de su Padre. nostalgia muy grande al recordar que su abuelita, quien unos meses atrás había partido al encuentro Ing. Ingrid Stefani Velázquez Dávalos con Cristo y quien cada Navidad la acompañaba Universidad De La Salle Bajío, Campus Salamanca en la adoración al Niño Jesús, no iba a poder acompañarla esta vez; esto suscitó que Ani hablara con su Padre Dios y pidiera consuelo para todas las personas que pasarían la Navidad sin sus seres queridos y para todas las personas que por tener diferentes oportunidades y situaciones no pudieran gozar de la Navidad. De pronto, un ruidoso timbre sacó a Aní de su oración e hizo que fuera a ver quién había tocado.

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EL DESEO DE LOS NIÑOS

un momento de alegría que iluminara su hogar de amor, paz y esperanza en compañía de sus hijos y tal vez, sólo tal vez, con un pequeño presente. Y sin En una comunidad de nuestra ciudad vivían cinco darse cuenta ¡estaban orando! y Dios a su vez les niños Tamy, Aco, Luces, Eni y Bosé con sus padres; abrió el corazón para que encontraran la manera la edad de estos niños oscilaba entre los 3 y 10 de integrarse como familia y con la comunidad. años. Sus padres eran pobres, muy contadas veces Decidieron despojarse de hostilidad y resentimiento convivían entre sí y mucho menos jugaban con y salieron a pedir trabajo con humildad y ellos, los únicos juguetes que tenían eran palos, entusiasmo. piedras, botes y tal vez una pelota ponchada. Su papá trabajaba en lo que pudiera para apenas Durante el día previo a la Noche Buena encontraron completar algún alimento. Su mamá, pedía trabajo almas caritativas que los ocuparon en diversas en las casas cercanas, planchando o haciendo labores, compensándoles económicamente. De quehaceres domésticos. La situación era muy triste común acuerdo con su esposo, la mamá se adelantó y deprimente. a la casa a adornar un poco el nacimiento y alentar a los niños a esperar la venida del Niño Jesús. Se acercaba la Navidad y los niños veían cómo los demás se preparaban para festejar, los veían Cerca de las 8 de la noche tocaron la puerta, los reír, con buena ropa incluso, a algunos de ellos niños corrieron presurosos a abrir por petición de los llegaban a invitar a sus casas a jugar, pero sus su mamá, ¡Cuál es la sorpresa! Que allí estaba su padres no permitían que fueran. papá con cara de contento y con una canasta que Un día Tamy se acercó con su papá a decirle ¿por contenía tamales, una vasija de atole y se dejaba qué nosotros no podemos tener juguetes, una cena entrever en otra bolsa, algún regalo. con tamales y arrullar al Niño Dios como en todas la casas papá?- El papá se quedó pensativo y después Se reunieron en la mesa, oraron dando gracias a de un instante con una lágrima asomándose por su Dios por ese momento de unión y alegría; después mejilla, le contestó: “Tal vez porque se han portado de cenar, sus papás obsequiaron muñecas para mal y Dios los está castigando”. ¡Fue la respuesta Tamy, Luces y Eni, mientras abrían sus coches de de su padre para salir de ese apuro, sabiendo que carreras, Aco y Bosé. Jesús no castiga! Su mamá estaba escuchando y se acercó a ellos La humildad y la fe en Dios nos compensarán diciéndoles que el Niño Jesús, al estar muy pequeño tarde o temprano, debemos mantener la confianza no alcanzaba a visitar todas las casas y que, en Dios a pesar de los malos ratos, lo material probablemente el día de Navidad se cumplirían es pasajero, el sus deseos, alentando de esta manera la ilusión de amor de familia y sus hijos en la fe y el nacimiento del Niño Jesús, de el amorfraterno tener una cena y regalos como todos los niños. hará que perdure la reciprocidad entre Ante la mirada de reclamo de su esposo y con la las personas. ¡FELIZ posibilidad de que no pudiera cumplir ese deseo, NAVIDAD!. la mamá los abrazó y acostó en la colchoneta que servía de cama para todos los niños. Víctor Torres Ponce Más tarde, a solas, platicaron entre sí los papás, Universidad De La de cómo sus padres tampoco tuvieron recursos e Salle Bajío, Campus intenciones para mantener la ilusión y el espíritu San Francisco del navideño y de cómo fueron creciendo con desapego Rincón en sus corazones, pero plenos de amor y esperanza en esta fecha significativa del nacimiento de Jesús, y se preguntaban ¿Cómo harían para darles ese gusto? Se propusieron cambiar la actitud para brindarles Antología de Cuentos de Navidad 3

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CARIDAD 18

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Ese fin de semana, fue muy importante para mi vida, la pasamos en el rancho de los abuelos; por primera vez se había logrado reunir toda la familia, nos reconocimos tíos, primos y amigos, para mí el día en que recibiría una bendición de Navidad. El sábado por la mañana, nos levantamos temprano y con prisa desayunamos pues queríamos ir a las tierras de los abuelos. Para los de la ciudad, todo en el campo es nuevo: que si los grillos, que si las flores, que si el canto de los pájaros. Mis nuevos primos se divirtieron con nosotros, contándonos historias de los nahuales, de cómo los sauces hacen crecer sus ramas para poder acariciar los ríos y cuando cayó la noche, nos asustaron con el ruido que hacen las cigarras diciéndonos que eran fantasmas que chistaban. El domingo desde las seis de la mañana ya repicaban las campanas llamando a misa, en la casa grande, el trajín y la plática de las tías empezó desde antes. Para las siete de la mañana, los únicos acostados éramos los primos de la ciudad, entre un bostezo y otro, llegó la tía Remedios para decirme: “ándale mija, quiero que vayas con Toño por los bolillos para la cena, pues si nos los apartamos desde ahorita, no alcanzamos porque se acaban y ¡apúrate! de pasada te llevas a los chiquillos que te acompañen pues con tanto griterío no nos dejan trabajar”. Así que en menos de diez minutos, íbamos camino arriba, rumbo al pueblo en un camino polvoso, un grupo de cuatro primos de todos los tamaños, tropezando con piedras y ramas y por si eso hubiera sido poco, ¡lloviznó!. Siguiendo a Toño un larguirucho que más sabía de cuidar chivas, que de acompañar a un grupo de niños al pan. Aquello era un relajo, llegamos a la panadería hechos un desastre; cubiertos de lodo, jalando a los tres niños. El traía cargando a Juanito de dos años que cansado de caminar, había llorado hasta que lo alzó en hombros; para mejor muestra, su cara, que era un cuadro de tierra con riachuelos que brotaban de sus ojos. Laurita de cuatro, que había tropezado y rodado por el camino y por más que se aguantaba estaba a punto de soltar el llanto, María de seis que traía una muñeca a la que le había pintado los ojos con bolígrafos de colores y yo, hecha un trapo, escurriendo agua por todos lados, me limpiaba el lodo de los zapatos en la banqueta antes de entrar a la panadería.


Pensaba que la vida era injusta porque tenía que estar ahí en ese pueblo de a peso, sucia, llena de lodo, cuidando niños que no eran míos, lidiando con un primo ranchero que apenas sabía hablar, aunque tenía casi dieciocho años. Con el dinero en una mano y jalando a María en la otra llegué al mostrador para pedir el pan, cuando Laurita vio en la vitrina una gran tablilla de chocolate, y antes de alcanzar a decir algo gritó: “¿compras chocolate?”, no Laurita, -le dije-, solo traigo para el pan. Cansados, enlodados y mojados los tres empezaron a llorar: “¡compras chocolateeee!”, -enojada como buena citadina preparatoriana, les grité:- “¡qué no niños!, ¡que sólo traigo para el pan!” De pronto, atrás de mí, apareció una pareja de la edad de mis abuelos, que tiernamente, me dijeron: “tenga señora, para los niños, cómpreles el chocolate”, mi orgullo despertó y les dije, “no gracias”, si no soy pobre es que ahora sólo traigo para el pan”, -el señor me sonrió y con paciencia me dijo-, “si entiendo, este dinero no es para usted es para los niños. Tómelo -me dijo su esposa-, dígales que es por el niño Dios, no ve que hoy es Navidad. Toño, tomó el billete y compró la tablilla de chocolate, dejó lo del pan, me tomó de la mano y quitándose la gorra deslavada agradeció a la pareja el gesto. Camino de regreso y saboreando el chocolate, tuve la sensación de que habíamos sido el instrumento para que ellos practicaran la caridad y yo la humildad. Toño me platicó que quería seguir estudiando y me quedé pensando en las oportunidades que te trae Jesús en Navidad. Mtra. Blanca Estela Báez Peña Coordinadora Académica Licenciatura Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades Universidad De La Salle Bajío, Campus Salamanca

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AYUDA DIVINA EN LA CERCANÍA DE LA NAVIDAD Eran tres hermanos: Frate, Mané e Indi. Cuando se acercaba la Navidad, se ponían muy contentos; pues sabían que todo se tornaría más colorido y luminoso en su alrededor.

le sacaran la pelota de su panza y volviera a comer y beber y que retornara la alegría a sus corazones. Se dirigieron al veterinario y se quedó. Al día siguiente Frate fue a ver a Pufy y se alegró tanto al verlo comer y beber, muestra de que gracias a Dios, todo había salido bien. Lo difícil ahora era sacarlo de la veterinaria, situación que preocupó a los papás de los tres; fue una noche de contrastes la del 17 de Diciembre, pero llegada la noche se oyó que tocaron la puerta, era una noche fría y los Papás de la triada de niños se encontraban despiertos aun pensando en cómo resolver la situación y volver a ver a Pufy en casa ladrando como siempre, fue la Mamá y preguntó que quién tocaba y nadie respondió, a lo que acudió el papá y al abrir la puerta, cuál fue su sorpresa al ver una casita de perro y dentro una comedera de croquetas con dinero suficiente para sacar a Pufy del hospital.

Su mamá Mimí procuraba las tradiciones de la época, las posadas para que con ello sus hijos disfrutaran la venida del niño Jesús. Ellos gozaban del significado y su realización. Eran una familia pobre, pues apenas el dinero les alcanzaba para vivir, pero ricos en valores y principios; lo que los mantenía unidos. Tenían un perrito que su padre hacía tiempo les había regalado. Al día siguiente acudió la triada de niños por el perro, pero en el camino un joven hombre les dijo: Lo llamaban Pufy, lo querían mucho; pero por ¿Ya van por su perro?” e Indi, el pequeño contestó las posadas y la venida del Niño Jesús lo habían que sí, ante la consternación de las hermanas, pues descuidado tanto que se les olvidó darle de comer nadie sabía lo de Pufy; lo recogieron y regresaron durante un día y entonces se comió las plantas a casa muy felices y alegres con su perro ya sano y de las macetas de su mamá y una pelota que Indi ladrando de contento. había olvidado en una de las macetas, por lo que enfermó, no quería comer durante dos días y cayó Nunca se supo quién dejó la casita al pie de la en una desnutrición severa, ni agua bebía pues puerta, ¡Pero este hecho sin duda marcó la vida de la pelota bloqueó sus intestinos y no se ponía ni la familia y su perro…Pufy! de pie. En ese entonces un 16 de Diciembre, ya dispuestos para comprar dulces para la primera Daniel Verdín Balderas posada la hermana mayor Frate al ver que Pufy Universidad De La Salle Bajío Campus Juan sólo estaba acostado y casi ni se movía lo llevó Alonso De Torres al veterinario y regresó con Indi muy triste, entre sus brazos Indi cargaba al perrito y ambos con sus ojos que esbozaban casi lagrimás – Su papá les preguntó- ¿Y cómo está? a lo que Frate contestó con voz entrecortada: se tragó una pelota y sólo con cirugía vivirá. Fue todo lo que dijo se dio la vuelta y se fue a su recámara donde entonces si descargó sus ojos de llanto y lágrimas. Por la noche todos se reunieron y decidieron que se cancelaba la posada y los dulces y que con ese dinero internarían a Pufy; el veterinario accedió a realizarle la cirugía esa misma noche, pero que para sacarlo deberían de dar tres veces más de lo que ahorraron para la posada, el cuál no tenían, pero en ese momento lo más importante era que 20

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LA ALEGRÍA Y ESPERANZA DE NAVIDAD

corazón mi niña hermosa, Flor, Esta Navidad será muy feliz al lado de tu familia, me has sido fiel y te daré el anhelo de tu corazón”.

De pronto sintió un paz en su corazón y sintió mucha alegría, no sabía realmente qué había sucedido, pero tenía esa esperanza que tendría una Había una vez, en un pueblito maya cercano a Navidad muy bonita, en qué momento sucedería Cancún llamado Xpu-ha donde la única diversión eso, desconocía, pero vivía con esa esperanza. era jugar en la playa con los cangrejitos y nadar. En una de esas hermosas chocitas mayas vivía una Así que se aproximaron las fechas y Don Tomás, uno niña que era llamada Flor. Tenía 6 años. Vivía con de los vecinos extranjeros se acercó a su chocita su mamá, llamada María, su papá Santiago y su donde fueron invitados a pasar a la Navidad con hermanito Pedro. Pertenecían a la familia Moo. ellos. Ella no tenía noción del tiempo por lo que no sabía exactamente cuándo se festejaba la Navidad y sus Así que esta vez pudieron tener una hermosa padres no le comunicaban cuándo era el festejo Navidad y comprendieron que Dios escucha de la fiesta Navideña. Ella no sabía por qué no le los anhelos de nuestros corazones. La alegría y decían, hasta que su papá le comentó que no le esperanza viven en ellos en cada Navidad. gustaba la Navidad, y la niña le preguntó .- Papi, ¿por qué no te gusta la Navidad?,_ y él le contestó. Miss. Verónica Teresa Vergara Castro. “No me gusta, porque cuando era niño no tenía con Playa del Carmen , Q.R. quién cenar, ni jugar, era huérfano y me cuidaba una vecina llamada Lupita.”, Es por eso que no festejo la Navidad porque tampoco sé cuándo es, ni qué se tiene que hacer. Flor comprendió en ese momento la tristeza que tenía su papá y el por qué no festejaban la Navidad. Ella se daba cuenta que era tiempo de Navidad, porque en ese pueblito llegaron muchas personas de otras ciudades de México, y extranjeras, dónde en esa época navideña tenían la costumbre de adornar con foquitos, hacían fiesta y los niños salían a jugar con juguetes que ella no conocía. A Flor también le daba mucha tristeza no poder jugar y convivir como todos ellos. Así que un día, cuando estaba sentadita bajo un árbol estuvo llorando mucho, mucho, y con sus ojitos rojos y hermosos mirando el cielo le pidió con todo su corazón a Dios pues ella tenía la alegría y esperanza de tener una Navidad hermosa, que el anhelo de su corazón era ver a sus papás felices, como lo hacían los otros papás, que pudieran cenar en familia y quería tener un juguete, ya que nunca había tenido uno. Así que en ese momento, escuchó una voz suave y hermosa que le decía: He oído el anhelo de tu Antología de Cuentos de Navidad 3

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CARTA DE NAVIDAD A LOS LASALLISTAS DEL FUTURO Queridos niños y jóvenes lasallistas: Les escribo con la esperanza de que, al recibir esta carta, les llegue antes del 25 de diciembre. Mi intención es obvia, saludarles y desear así mismo, la paz y felicidad en sus hogares para esta Navidad. También tengo otra intención, un poco más profunda, por esta razón, al escribir esta carta, me invaden muchos recuerdos que suscitan la nostalgia de los días del Colegio en La Salle Cancún: las travesuras con los compañeros, los apodos a los maestros, los partidos de fútbol en los recreos, las clases de artísticas y el himno lasallista, la banda de guerra, la escolta… ¡Ah! ¡Cuántas anécdotas! Recuerdo todo con mucho cariño y cada uno de los rostros de mis compañeros, profesores y demás colaboradores del Colegio…

Es un signo de la fe “Signum Fidei”. Por eso seguimos a la estrella que nos conduce a Jesús. Los lasallistas somos misioneros, no tenemos fronteras. Las colectas de cada año para las misiones lasallistas, eran el motivo principal para organizarnos y participar en actividades que nos ayudaban a conseguir fondos económicos para otros lasallistas mucho más necesitados que nosotros… Era una invitación a la fraternidad, la solidaridad con el que sufre, con el que no tiene. ¡No olvidemos ser misioneros! Seamos solidarios como Jesús. La mayor prueba de solidaridad de Dios con nosotros es la encarnación de su Hijo Jesús. Otro motivo para celebrar con alegría, júbilo y entusiasmo la Navidad: Dios está con nosotros.

Uno de los recuerdos más vivos es la participación en los movimientos apostólicos lasallistas: MIL y MOPREL. Las pláticas, las dinámicas y actividades, la preparación para las visitas de acción social. Recuerdo que uno de los valores más importantes para el apostolado es el servicio. Las visitas a las fundaciones y asociaciones, eran el mejor motivo para servir, para caer en la cuenta que existen Pero, pero, les mencioné que tengo otra intención… personas que me necesitan y que tengo en mis La verdad es que quiero contarles algunas manos la oportunidad de dar y darme como persona. anécdotas de mi trayectoria como lasallista y que Una gran motivación y alegría al experimentar el han marcado y seguirán marcado mi vida. Esta servicio a los demás… carta es, entonces, un legado para los lasallistas del futuro, para que no pierdan la esencia del Pensar entonces en ser lasallista esta Navidad lasallismo: los valores de fe, fraternidad y servicio; tiene mucho sentido: Seguir a Jesús como los para que también vivamos en justicia y paz. magos siguieron la estrella, como signo de la fe. La Uno de los recuerdos más vivos que tengo y que precisamente descubrí en el adviento, es decir, ese tiempo de espera de la Navidad, es porqué los lasallistas tenemos como símbolo la estrella. No es cualquier estrella, representa la estrella de Belén, la estrella que los magos siguieron hasta llegar a Jesús. 22

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fraternidad con mi prójimo, con el más necesitado, con el que está solo, con mi hermano con el que me peleé y no le hablo… Servir, para eso vino Jesús a la tierra… Un lasallista no se concibe sin el servicio a los demás… No olvidemos lasallistas estas tres consignas para esta Navidad del año… de cualquier año… Y no sólo para la Navidad, para todo el año, todos los años y la vida misma… La Salle vive hoy y Jesús en nuestros corazones, ¡por siempre! Mtro. Rafael A. Mendiburu Arjona La Salle Cancún


ALGUIEN

“Alguien” no sabía que hacer, tantos intentos…, tantas preguntas…, tantos cómo lograrlo…, tantos… tantos y nuevamente terminó igual… Había una vez un “Alguien” que salió a la escuela, al Dormido otra vez sobre el sofá. mañana, mañana, trabajo, a dar clases o salió a ver a una hija, padre, mañana… amigo o tal vez nada más a dar la vuelta; era un obrero, universitario, maestro, tal vez era todo o ¡Hoy!, sí, hoy puede ser todo diferente o ¿igual? Pero ese día “Alguien” caminó, caminó… caminó y ninguno de ellos. algo en el camino sucedió, algo que lo hizo parte de Era diciembre y se acercaba la Navidad y en las todo y sentirse que era alguien y no algo. “Alguien” calles de una gran ciudad que jamás volteó a ver encontró la forma de ser parte importante y activa a “Alguien” que le diera un consejo, un abrazo o en este mundo, sintió en su corazón como una tan sólo una sonrisa. En medio de tanto ajetreo razón nueva habitaba dentro de él. La certeza de la y correr diario “Alguien” no recibía un ¡Hola!, un esperanza que todo ser humano debe tener en su corazón. ¿Cómo estás?, o tal vez ¿Cómo te ha ido?. “Alguien” caminaba deambulando por esa gran ciudad día tras día y al ver que tan importantes fechas se acercaban, más sólo se sentía. Cada día volvía a casa con la desesperanza de ser visto por alguien más, pero en su corazón sentía algo que lo movía a levantarse por la mañana y volver a la gran ciudad, a caminar, caminar, queriendo encontrar a alguien que le mostrará sencillez, amabilidad, empatía y bondad. “Alguien” había soñado escuchar y ser escuchado, había pasado tantos meses intentándolo, tantos días caminando de aquí para allá… tantos intentos parecían no tener un final feliz. Cada que llegaba a casa se preguntaba ¿alguien me vio hoy?, ¿alguien pensó en mí…?

Al caminar, caminar, encontró un lugar donde había personas distintas, que lo veían, que lo escuchaban, que lo hacían parte de ellos, pero, ¿Cómo? ¿Qué los hace especiales?, preguntó, entonces escuchó… amar, sólo amar, tener fe y confianza en el Salvador que al mundo vino a salvar y a todos darnos paz. Cuando “Alguien” volvió esa noche a casa, nuevamente se sentó en el sofá, pero esta vez meditó: Alguien puedo ser yo o tú, o quizás todos porque cuando la esperanza nos invade, de la nada podemos cambiar, podemos ayudar, aconsejar, agradecer, sentir y compartir, pero sobre todo al mundo amar, como lo hizo el Padre Celestial cuando a su Hijo al mundo envió una noche de Navidad.

Ahora “Alguien” se motiva a seguir, a lograr y Estas preguntas siempre terminaban igual…, mejorar para que este diciembre abunde la felicidad quedándose dormido sobre el sofá de su sala, sólo en cada corazón lleno de bondad. y con desesperanza. Susana Alejandra San Martín de la Vega ¿Podría esto cambiar? Claro había una nueva Escuela Primaria Gerardo Monier oportunidad, este mes era especial, Diciembre trae amor y esperanza, tal vez alguien hoy pueda ver a “Alguien”. ¿Este día podía ser igual o diferente? ¿Qué podría cambiar? Anhelaba tan sólo vivir, pero cómo lograrlo; si sólo se dedica a hacer lo que le dicen y no lo que siente, si sólo habla y no escucha… Llegar o quedarse en el camino… si sólo se anda en un mundo donde lo que impera es llegar sin voltear, sin mirar si haces daño para llegar… Antología de Cuentos de Navidad 3

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UNA GRAN FAMILIA CON FE

en su colegio, así no faltó lo necesario en su hogar y además a sus hijos les enseñó a rezar el santo rosario, a pedir por los necesitados y porque hubiera más vocaciones, todos los viernes por la tarde se reunían en familia para leer un texto de la Biblia y comentar lo que entendía cada uno, Esta historia comienza en un pueblito de Michoacán, después cenaban y jugaban con algunos juegos de en donde vivía una familia pobre, trabajadora y mesa. amorosa. Siempre ayudaba a las personas que podía, con lo que estuviera a su alcance, todos los Cuando todo parecía ir de maravilla, uno de los hijos domingos se alistaban para asistir a misa y poder enfermó de gravedad y finalmente murió, la familia agradecer a Dios lo que se tenía y para ofrecerle su se entristeció mucho, pero tuvo mucha fortaleza y trabajo. Cuando iniciaba el Adviento preparaban su confiados en que ya se encontraba en la presencia corona con materiales de la naturaleza, realizaban de Dios continuaron con su vida y recordándolo la meditación y la complementaban con cantos con alegría por todos los momentos compartidos. muy alegres, esperaban con mucha ansia la llegada de la Navidad. La Fe que los padres tenían de Un buen día una de las hijas llegó a un colegio que Dios estaba con ellos, los hijos la percibían y lasallista, fue recibida con mucha alegría y también sentían su presencia. El día de Navidad fraternidad, se sintió tan en familia que agradeció asistía a misa y al regresar a casa arrullaban al Niño a Dios por ese trabajo tan reconfortante, ahí pudo Dios, encendían luces de bengala y disfrutaban confirmar que sí es posible continuar con la obra una cena sencilla pero con muy buen sabor y con que algún día San Juan Bautista de la Salle inició mucha alegría. Hubo un tiempo en que empezaron convencido y confiado en la voluntad de Dios, a ser insuficientes los recursos, sin embargo un día ayudando a los más necesitados, tomando como llegaron de misiones unas hermanas de la Caridad modelo a Jesús que vivió con humildad, alegría, de San Vicente de Paul y les ofrecieron alimentos solidaridad y confianza en nuestro padre Dios. y ropa, agradecieron a Dios una vez más por su Desde entonces esa hija ha compartido con su familia los valores que se viven en su trabajo, Providencia. las experiencias y las donaciones que realiza Cuando los hijos fueron creciendo, terminaron sus la institución a las personas de bajos recursos, estudios y los más grandes apoyaban a los hermanos enseñando a los alumnos a vivir en la Fe, la pequeños para salir adelante, lamentablemente Fraternidad y el Servicio. el padre falleció y la madre quedó a cargo de sus hijos, ella no se dio por vencida pidió con Fe a Dios Así han transcurrido los años, la familia se siente le llenara de fortaleza para poder trabajar y que a muy unida y ha crecido en número, los nuevos integrantes esperan con entusiasmo la llegada de sus hijos no les faltara lo necesario. la Navidad pues es un día muy especial en el que se Así transcurrieron los años y poco a poco fueron comparten momentos de alegría, confianza y sobre logrando terminar sus carreras, trabajar y tener todo de sentir la presencia de Dios en su vida. estabilidad económica, algunos hijos decidieron apoyar en las misiones y llevar despensas y ropa a la gente necesitada, devolviendo un poco de lo Graciela Maya Ramírez que ellos habían recibido. Las familias agradecían Primaria Colegio Simón Bolívar Galicia y decían que era un milagro de Dios el recibir esa ayuda y muy contentos los abrazaban, era muy gratificante ver esas caras con una sonrisa y saber que podrían disfrutar. La madre recibió instrucción religiosa de las hermanas de la caridad, y la invitaron a trabajar 24

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CHRISTMAS: HOW IT STARTS, CONTINUES AND SHOULD ALWAYS END…… Listen, my friends, and you will hear a Christmas story like no other. Where undying love is demonstrated until the end of times. It all begins not in Nazareth or Bethlehem, no; it begins higher up, up in heaven where God lives and God reigns and God looks from above at people with whom he’s trying to show what true love is. That’s where the most important decision is made. A decision that will always remain. The time when Jesus is sent, our God in flesh and bone. This was no last second thought on God’s part. God knew all along when the right time would be to send Jesus to save people like you and me.

what matters the most. He came down from heaven to a mission he is still on. This mission is celebrated in the most colorful way. Where on a special day we come together as one, this is Christmas day. On Christmas day in every beautiful Christmas light we will remember how the beauty of these lights will never be able to come close to the beauty of the true light of the world and how His light can change everything. When exchanging a gift we find out what the greatest gift that has ever been given before is. Together we all celebrate and rejoice for the gift of Jesus. He is the reason for the happiness we see in each other’s faces. The reason we sing and dance joyfully knowing He lives within our hearts. We can all now believe to see an angel praising God and saying: Glory to God in the highest, and on earth peace, goodwill toward men!” So when working on tradition which is carried by people, let’s remember that Jesus is our center in Christmas and believe that true meaning He gives in every life. Colegio De La Salle, Bayamón Christina Tromp Mulero Elementary English teacher

Jesus came not as an easy task, but to confirm what we today know. Where a girl named Mary was true and faithful in every way. Still confused accepted God’s will and had faith in what was upon her. Her soon to be husband Joseph, on the other hand, had different thoughts on what was going on. But soon enough came across to know that this was bigger than anyone should discuss. The journey was long and tough to get to the place where Mary and Joseph would be the first witnesses of such a blissful event. But through all obstacles they walked forward and firmly because what they believed was undeniably true. In the most humble way our Christmas was born. Among animals and hay the savior of humanity arrived. We don’t know what he weighed, but what truly is noticed is the fact that he came, that he crossed the line, from heaven to earth through normal childbirth. He came, that’s Antología de Cuentos de Navidad 3

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ESTE AÑO NO VIENE SANTA

¿Quién traerá los regalos? –preguntaban a la abuela. En ese instante la abuela se sentó en su sillón y les dijo a sus nietos “acérquense acá y les contaré”. Reunidos todos alrededor de la abuela la escucharon atenta decir: “Todos los años ustedes se preocupan por portarse bien, para que Santa llegue y traiga regalos”. Sin embargo –continuaba diciendo la abuela- se les olvida que hay que ayudar al prójimo, mostrar buenas acciones, pero con los demás. Se nos ha olvidado que el verdadero significado de la Navidad no es Santa, no son las fiestas, sino el nacimiento del Niñito Jesús. Si Jesús no nace en cada uno de sus corazones en cada Navidad, entonces ¿qué celebramos, nietos míos? –preguntó la abuela. Todos los niños se quedaron pensativos, la abuela tenía razón. En aquel momento algunos de los planes cambiaron. Decidieron que irían en familia a la misa de gallo en Nochebuena. Los niños comenzaron a pensar en cómo podrían ayudar a su comunidad en aquella época tan especial. Sofía y Andrés llevaron comida y artículos de primera necesidad a un hogar de niños cerca de su casa. Los primos decidieron que irían a la biblioteca a contar cuentos navideños todas las tardes. De esta manera, ayudaron y propagaron el mensaje de amor y esperanza a todos a su alrededor. El día de Navidad recibieron obsequios, pero esta vez no los había traído Santa. Se reunieron en familia y celebraron la vida, la salud, la unión familiar, el amor y la esperanza; pero sobretodo, celebraron que habían tenido una Navidad muy especial. Estaban felices porque había nacido el niño Jesús, nuestro Salvador.

Se acercaba la Navidad y todos los niños en la familia estaban muy contentos porque Santa llegaría pronto a traer regalos. Unos habían pedido juegos electrónicos, otros habían pedido regalos más tradicionales: carritos, muñecas y juegos de mesa. Todos sabían que el 24 de diciembre a la medianoche llegaría Santa, no porque lo hubiesen visto jamás, sino por historias que sus padres les habían contado. Contaban los padres que Santa siempre estaba pendiente a las buenas acciones, que los vigilaba todo el tiempo porque “había que portarse bien”- decía siempre la mamá. En la noche del 24 de diciembre le colocaban leche y galletas porque eso era lo que a él le gustaba. Bajaba por la chimenea a dejar regalos y si la casa no tenía chimenea, los padres contaban alguna historia fantástica que desataría la imaginación y creatividad de todos, pero asegurando que Santa llegaría y que dejaría los regalos tan deseados si se habían portado muy bien. Aquel día estaban Sofía, Andrés y sus primos jugando muy emocionados mientras los papás, los tíos y los abuelos planificaban las diferentes actividades que harían en los días que se acercaban. Decidían dónde se celebraría cada día de esta época tan especial. El tío Ody sugirió que se reunieran en su casa en la Nochebuena, mientras que la tía Marta dijo que ella ya había comprado un lechón para cocinarlo “a la varita” y los invitó a todos a una cena de Navidad el 25 de diciembre. El Mireily Cortés abuelo Ruby les recordó a todos que la despedida Colegio La Salle, Bayamón de año siempre se celebraba en su casa. Todos estaban muy ocupados haciendo listados de cosas que necesitarían y la planificación de cada evento. De pronto la abuela Milagros dijo: “Este año no viene Santa”. Inmediatamente hubo un silencio sepulcral en la casa. El tío Ody, la tía Marta y todos allí presentes quedaron inmóviles mirándose unos a otros, sin creer lo que la abuela había acabado de decir frente a los niños. Los niños se miraron unos a otros asombrados, no entendían lo que estaba pasando, ¿por qué la abuela había dicho que este año no vendría Santa? 26

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¿QUÉ ME ENSEÑAS NAVIDAD? Tomás Rivera se había ido a los “niuyores” en busca de un mejor futuro para su familia. En su país dejó a su esposa Sofía y sus tres hijos, Juan, Teresa y Arturo. Juan era el hijo mayor, estudiaba su cuarto año, extrañaba a su papá y se pasaba los días pegado a su teléfono. Arturo era el del medio, travieso y juguetón, él soñaba con jugar a esconder con su papá como antes. Y Teresa, la querendona, todos los días le preguntaba a su mamá, ¿cuándo vuelve papá? Pasaban los días y su vida transcurría entre la escuela y la casa. Juan tenía que cuidar muchas veces a sus hermanos para que su mamá trabajara. Sofía era enfermera y sus turnos variaban dependiendo la semana. Tomás tenía tres trabajos. Su deseo era llevarse a la familia, soñaba con sentir los abrazos de sus hijos, escuchar sus risas a la hora de la cena y volver a saborear el delicioso sabor de la comida de su amada esposa. Sus días los pasaban tristes. Ya se acercaba el invierno, las vitrinas de las tiendas comenzaban a llenarse de colores, el frío lo arropaba y extrañaba cada día más a su familia. Una mañana Juan se levanta molesto y cansado de hacer lo que para él le tocaba a papá: “Mami porque papá nos

abandonó, estoy cansado de hacer sus cosas”. “Juan, él no nos abandonó, él está buscando lo mejor para nosotros”, le dijo su mamá. Los días comenzaron a complicarse, los niños se sentían tristes, Sofía no sabía qué más hacer. Se acercaba la Navidad y la casa era un silencio continuo, no habían risas, ni juegos ni travesuras. Tomás se preguntaba; ¿valdrá la pena tanto sacrificio? Extraño a mi familia, el frío me está matando… ¿qué hago, Dios mío? El día de Nochebuena, mientras todas las familias cenaban juntas, los Rivera estaban tristes en su casa. Sofía se encontraba en el balcón añorando los buenos tiempos, Juan en su celular viendo lo último en las series, Arturo sentado frente al árbol de navidad como deseando que ya pasara la noche y Teresa escribiendo una cartita al niño Jesús. De pronto se estaciona un carro frente a la casa, los cristales estaban oscuros y no dejaban ver quien estaba adentro. Abren la puerta y sale un hombre alto, calvo, con una barba levemente canosa, era Tomás. Sofía gritó de la emoción! AHHHH, Tomássssssss!!!! Los niños escucharon el nombre y salieron despavoridos a sus brazos. Todos se enfrascaron en un fuerte abrazo, las lágrimas se mezclaban por sus mejillas. La familia volvía a estar junta, se sentaron a la mesa, rieron, lloraron y cantaron. Tomás le explicó a sus hijos todo lo que hacía por los “niuyores”. Ellos entendieron lo que mamá les decía. Jamás se abandona a quien ama, la distancia los hace más fuertes y los sacrificios tienen sus recompensas. Con este milagro de vida, celebraron la Navidad, el nacimiento del niño Dios. Sr. Pedro Hernández Palacios Colegio De La Salle, Bayamón

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… Y LA NAVIDAD, ¡ES PERENNE EN TI! ¡Increíble, nuevamente es Navidad!, época que se caracteriza por una mayor calidez humana, demostrada por medio de abrazos, felicitaciones, visitas inesperadas, detalles, etcétera, lo cual, al transcurrir el año venidero, se van disipando en las actividades diarias, el estrés laboral, las dificultades propias de la vida y demás, reduciéndose todo a un mero acontecimiento que, tal vez, alguna persona recuerde tristemente… ¿Sabes? Hoy quiero invitarte a leer tres historias poco comunes que, aunque expresan dolor, si las contemplas desde la óptica creyente, te darán un mensaje muy singular. Ubiquémonos en Coscomatepec, un pintoresco municipio de las altas montañas de Veracruz. Ahora, vamos a introducirnos en tres formas de vivir: Leamos el primer caso. Toys, es una persona soltera, comprometida en su empleo, en su casa, en su grupo de tejido y bordado, así como con el catecismo parroquial. Además, emana de ella una alegría poco vista en personas de su edad; sabe escuchar a los demás y dentro del cúmulo de pendientes que constantemente tiene que atender, ella realiza momentos de oración en la capilla del sagrario parroquial. Inesperadamente, un día normal, recibe una noticia. Después de una serie de estudios médicos, el médico especialista al que acudió, le dice: -“sin lugar a errores, el diagnóstico es cáncer”-. Por un momento, Toys se queda callada, dirige su mirada hacia el techo y exclama: -“Dios no me dará algo que no pueda soportar”-. Transcurren los meses de tratamientos oncológicos. Nunca muestra un semblante pálido y/o debilitamiento físico, producto de quimio y radioterapias; al contrario, su apariencia física no ha sufrido detrimento alguno.Y el día que menos se esperaba, ¡llegó! Toys partió a la Casa del Padre, el Viernes Santo 2014, con la paz que sólo el Señor Jesús nos puede dar… Vamos al segundo caso. María, tiene un esposo que la ama y la colma de innumerables detalles; han concebido dos hijos. Ella, no es una persona creyente; acude a misa para no tener problemas con su esposo; lo que realmente le importa es la vanidad que le otorga el poder comprarse todo lo que esté de moda, (el cuantioso sueldo que percibe su esposo es acorde a sus caprichos). En la escuela, sus hijos reciben notas sobresalientes en los deportes y estudios, puesto que poseen distintas inteligencias que los hace acreedores a ello. Sin embargo, casi no tienen amigos, debido a la petulancia de su madre. El tiempo no se detiene y ya está casi todo listo para la fiesta de XV años de su hija; María y Vicente continuamente tienen discusiones acerca de las personas a las que se les invitará para tal acontecimiento. Y, ¡vaya la sorpresa que la vida les tenía preparada! Una tarde dominical, envuelta en la algarabía ante la proximidad de la increíble fiesta, ¡María sufre un accidente que le cobró la vida! Vicente y sus hijos se quedaron anonadados ante tal situación. Con el paso de los días, empiezan a comprender la pérdida irreparable que han sufrido así como la gran enseñanza que ésta les ha dejado: “ante la muerte, no te llevas nada de lo que presumes; sólo el amor que has sembrado en tus semejantes, es lo que te acompañará por siempre”. Finalmente, el caso de Miguelito; él es una persona con retraso mental, carente de atenciones familiares necesarias y que, sólo está en casa de sus padres, para pasar la noche. ¡Válgase la siguiente

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expresión!, “la calle lo ha formado”. Cotidianamente, nuestro amigo recorre las distintas calles de la comunidad; algunas personas le dan comida, otros más unas monedas y unos pocos, ¡huyen de su presencia! (les da miedo, puesto que es un poco tosco al saludar y su tono de voz es grueso, ¡como si emitiera un regaño!) Bueno, pues a pesar de ser un hijo de la calle, no es grosero, ¡aún conserva una inocencia peculiar! Cierta mañana del verano, Miguelito se encuentra jugando con unos trozos de unicel que se encontró en la basura; Dulce, una profesionista de la localidad pasa cerca de él y, al verlo trotar entre sí los trozos del material citado, ocasionando pedacitos de ello, le dice – “Miguelito, ya no hagas más basura, ¡deja eso allí!” – A esto, recibe la respuesta, -“no estoy haciendo basura, ¡estoy haciendo la Navidad!-. Tres experiencias distintas, ¡formas de vivir equidistantes! Sin embargo, ¡hay un punto en común! ¿Lo has identificado?... ¡la Navidad no es meramente una fecha!, mucho menos, el hecho de comprar regalos costosos o felicitar por el gran acontecimiento, cristianamente hablando. La Navidad, la verdadera Navidad, ¡es la actitud de fe, esperanza y caridad que tomes ante la vida! Todos atravesamos diariamente una batalla; en ella, el arma más poderosa es la alegría infinita que proviene de Jesús, nuestro Señor; no podemos vivir siempre quejándonos de todo lo aparentemente malo que nos sucede; nadie está exento de un padecimiento oncológico, de un accidente mortal o de tener un familiar con capacidades diferentes… Y si te encuentras en alguna de las situaciones descritas o estás atravesando algo más complejo, ¡no te des por vencido!; el secreto para salir adelante está en la espiritualidad, en la nutrida relación que tengas con Dios, en el hecho de que contemples la maravillosa creación e intervención humana en toda situación. Ya lo decía el Papa Francisco: “la Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma”… Alma Lina Castro López La Salle Ayahualulco

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LA VÍSPERA DE NAVIDAD La Navidad suele ser la celebración en la que a veces nos importan más los regalos que incluso el nacimiento del Niño Jesús, a través de esta cuento les daré a entender su verdadero significado. Hace tiempo existían dos familias en las que esperaban todos los años con ansia la navidad: la familia López y la familia Gutiérrez. La familia López era una familia que constaba de muchos bienes materiales (dinero, casas, joyas, etc.), en cambio para lo único que les importaba la Navidad era para los regalos, intercambios, cenas, tomar y emborracharse, disfrutando con amigos entre otras cosas. Ellos a la Navidad la consideraban o la llamaban como la gran pachanga. Ellos, no le encontraban otro significado, ni sabían porque celebraban. En cambio una semana antes de su gran pachanga (Navidad), se mudó una nueva familia a la colonia. Esa era la familia Gutiérrez que era una familia de bajos recursos económicos, por lo tanto no tenían los mismos gustos que los López. Ellos entendían otro significado por Navidad. Todos los años ellos ponían un humilde árbol, cantaban villancicos en familia y rezaban. En víspera de Navidad una vez se encontraron las dos familias por la calle regresando de misa de 8:00 y la familia Gutiérrez les invitó a pasar la Navidad juntos. La familia López comnetó, ustedes nos invitan a nosotros, imagínate cómo nos veríamos con gente de tu clase. A lo largo de la noche la familia López vivió la Navidad sin compañía y salieron a comprar algo de cenar y al regresar vieron a la familia Gutiérrez disfrutando de la Navidad cenando de lo único que tenían. Se sintieron mal de no aceptar la invitación, tocaron la puerta, abrieron y la familia López les pidió disculpas por haberlos tratado de esa forma y por juzgarlos sólo por su apariencia. La familia Gutiérrez los dejó pasar y cenaron juntos. Pasó el rato y la familia Gutiérrez les preguntó, ¿Por qué celebran la Navidad?. Ellos no supieron contestar. Los Gutiérrez les hicieron entender el verdadero significado de la Navidad: cenaron en familia, rezaron por el nacimiento del Niño Jesús y les enseñaron que la Navidad se trata más de compartir que de recibir y que su objetivo principal es celebrar el nacimiento del Niño Jesús, no los regalos. Al final de la noche agradecieron por compartir la mesa con ellos y año con año volvieron a celebrar la Navidad juntos. FIN José Luis Sánchez Gudiño

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UNA ESTRELLA CON VALOR

La estrella entonces empezó a reaccionar y cuando pudo exhaló y dijo ¿dónde estoy?, el hombre le dijo estás en un lugar llamado la Tierra ¿y eso queda muy lejos de dónde yo estaba? Creo que si contestó y le dijo: “Yo me llamo San Juan Bautista de la Salle”. Ella le respondió: “¡Qué bueno, ya no quería estar más allá, siempre he guiado a los Reyes Magos hacia Belén, cada año es lo mismo, mi vida está acabada!”, decía, “ya no le importo a nadie y como verás estoy deforme, mis picos ya no son iguales”. “Sí ya vi”, dijo el caballero, “pero eso Hace muchos, muchos años, estaba un hombre no es un defecto, puede ser una virtud. Pero no arrodillado en el patio de una escuela, pedía a Dios te preocupes, todos tenemos problemas, yo estoy lo ayudara a poder darle cobijo a los pobres y no ahora pensando cómo ayudar a los niños pobres y sólo en el sentido de proteger del hambre y frío, sino mira lo mejor que hago es encomendarme a Dios”. de poder brindarles una educación, debido a que “¿Te parece si descansamos y mañana platicamos?” veía eran abandonados por sus padres y dejados dijo el hombre. en la calle. Era Nochebuena y sentía mucho pesar por esos pequeños, en ese momento que él estaba A la mañana siguiente, era Navidad, continuaron más concentrado, alzó la vista al cielo y vio como platicando y de pronto la estrella volvió a quejarse éste se iluminaba, se cubrió los ojos y de pronto la de su estado, mientras San Juan le decía que lo luz desapareció, se descubrió los ojos y vio a sus que debía hacer es tener FE, ver la realidad con los pies una estrella, que jadeaba como agonizando, la ojos de Dios, descubriendo que somos sus hijos. tomó en sus manos, no podía creer lo que tenía Reconociendo a Jesucristo como el camino, la frente a él, entonces la llevó a su cuarto y tratando verdad y la vida y al Espíritu Santo como sabiduría y de revivirla le pedía que volviera en sí. fortaleza para saber tomar decisiones y cumplirlas. En ese momento y antes de que terminara, la punta de la estrella se iluminó. Ésta no da crédito y chispitas salían de su interior. El hombre continuó y le dijo “Me duele que ya nadie te quiera, pero recuerda todos somos hermanos, la FRATERNIDAD es tener sentido de hermandad de grupo, en relación de interacción armónica, cordial y justa que favorece el crecimiento humano recíproco, por eso yo te quiero y acepto”. Y nuevamente algo pasó que el lado izquierdo de la estrella se iluminó. “¿Qué está pasando?”, decía ella, “esto me hace sentir humilde y quiero trabajar a tu lado para ayudar a los necesitados”, “eso se llama SERVICIO”, le dijo San Juan. Fue entonces cuando su lado derecho destelló sin detenerse.

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Pero, “¿por qué crees que haya tanta pobreza y sobre todo niños en la calle?, le preguntó ella a él”. “ Muchas veces lo he pensado, pero no puedo cuestionar la voluntad de Dios, es por ello que es muy importante dar a cada quien lo que le corresponde según la naturaleza humana, buscando una relación equitativa con los demás, esto se llama JUSTICIA”. Y en ese momento la base izquierda de la estrella parpadeaba sin cesar. ¡Te das cuenta! decía el caballero, “No eres nada común. Conforme he hablado contigo te has ido iluminando, ahora falta lo más importante, bautizarte, serás la Estrella que ilumine el camino de todos aquellos niños que formaré para la que sean hombres de bien y adquieran todos los conocimientos que requieren a través de todos aquellos hombres que elijan ser sus maestros. Así colaboraremos en la construcción del Reino de Dios, ese será nuestro COMPROMISO”, finalmente la base derecha brilló. De pronto salieron del centro de la estrella luces, eran como fuegos pirotécnicos; se escuchó una exhalación y cayó al suelo. San Juan la abrazó, pero ella había muerto, él lloraba, pero entendió que ese sería el símbolo que representaría todos esos valores que el había descrito y desde entonces esa estrella ilumina el camino de los Lasallistas y el cielo todas navidades. Marión Verónica C. Ortigosa Simón Bolívar Pedregal

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EL PEQUEÑO ROBERT

En una estrellada noche de Diciembre en Filadelfia, el niño Dios dormía plácida y profundamente en su nacimiento cobijado por el amor y ternura de su madre y el asombro, seguridad y firmeza de su padre. En tanto buey y mulita observaban como si todo entendieran y los pastores presurosos se postraban junto a los reyes ofreciendo regalos a Cristo recién nacido. Las estrellas brillaban y el cielo con su profundidad unido a la voz de los ángeles decía “Hosanna en el cielo” y otros ángeles decían “Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. Todo esto observaba el pequeño Robert con tan sólo 10 años y en su interior comenzó a surgir una duda que se convirtió en pregunta y dirigiéndose a su papá dijo. “¿Todos nacemos tan pequeños?” “así es”, contestó Don Bob y entonces se desataron muchas preguntas: “¿Tú también naciste tan pequeño papá?” y besándolo tiernamente “-claro hijo-” contestó Don Bob. “ ¿Quién más ha nacido así de pequeñito? tomando un respiro dijo, Da Vinci, Pelé, Babe Ruth, Shakespeare, Mandela, Pasteur, el Papa Francisco... - prosiguió la lista. “Pero de entre esa gente tan altruista, existió alguien que llama poderosamente mi atención hijo.” “¿Quién Papá?” “Se llamó San Juan Bautista De La Salle”. “¿Por qué llama tu atención?” – continuó Don Bob. “Él nació en Reims Francia en 1651”–acomodándose en el sillón dispuesto frente al nacimiento y descansando en su pierna al pequeño Robert continuó- “Mira hijo, San Juan Bautista De La Salle a pesar de ser rico, desde que fue consciente, se dedicó a ayudar al más necesitado, - no eran pocos- ya que los reyes eran despiadados y con el fin de conservar sus privilegios mantenían a la gente en la pobreza, y –querido Robert- San Juan Bautista De La Salle quiso cambiar esta situación con el arma más poderosa – la Educación - , la educación es como una luz que disminuye o elimina la obscuridad que ocasiona la ignorancia y la pobreza. “-Guau papá que padre-… entonces, San

Juan Bautista De La Salle fue como una luz, así como la luz ilumina al nacimiento”. “-No hijo, mejor aún- Cristo con su nacimiento ilumina todo.” “¿Te imaginas una noche sin ninguna estrella que ilumine?” “-Sería muy triste papá.” “Así sería nuestra vida sin la luz de Cristo.” “Esto lo comprendió San Juan Bautista De La Salle y por eso, atender a los pobres e instruirlos sobre la doctrina de Jesús fue su forma de iluminarlos para que su soledad fuera eliminada.” “¿Y todo acabó cuando San Juan Bautista De La Salle murió?” “No hijo”, contestó sonriente Don Bob. “Su obra hasta hoy sigue viviendo y vivirá por muchos años, lleva ya 241 años y no dudo que sean mucho más años, porque los hermanos de La Salle se han encargado de eso y lo seguirán haciendo junto a mucha gente que ama esta idea.” “Yo, yo, yo papá, yo quiero ser parte de esa tarea.” “¿Qué puedo hacer papá?” “Por lo pronto crecer en gracia, estatura y sabiduría para que llegado el momento seas tú parte de esta gran misión.” “Pero, ¿La pobreza mata? ¿Qué pasa si a la pobreza le agregas soledad?” “bueno querido hijo, en eso se seguirá trabajando”. Y lo que no fue respuesta precisa terminó siendo el motivo de trabajo por la profundidad de la misma pregunta y desde ese día hasta hoy la respuesta sigue abierta y se sigue trabajando. “Vengan a cenar” –dijo doña Parmenia Y abrazados plácidamente oraron por todo lo recibido. Todo esto recordaba el hermano Robert mientras se preparaba para la celebración Eucarística en una fresca mañana del 17 de noviembre de 2018 en la Ulsa Neza vislumbrando un corazón, un compromiso y una vida; necesarios para seguir trabajando por los ideales de San Juan Bautista De La Salle, siempre con Fe, fraternidad y servicio. Sergio Juárez Colegio Benavente Antología de Cuentos de Navidad 3

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ESTO SÍ SERÍA NAVIDAD

sus padres, pero no, esto estuvo muy lejos de sus expectativas. Doña Andrea estaba muy ansiosa y no esperó demasiado, les informó que pronto llegaría el Día de Navidad y debían apurarse a escribir la lista de los regalos que deseaban para ese día de Navidad, ya que como padres responsables de sus hijos, saldrían de inmediato a resolver esto, antes de que se fuera a acabar el inventario en los centros comerciales. La respuesta que escucharon de sus hijos fue muy inesperada para estos. Los niños se fueron acercando a sus padres y con un tono melancólico expresaron lo siguiente: “Papá, mamá, lo que nosotros queremos para esta Navidad, no se consigue en ningún centro comercial”. “Queremos su atención, que compartan más tiempo con nosotros y que podamos conversar más con ustedes, que vayamos esa noche a la iglesia”. “No se afanen tanto por darnos tantas cosas materiales, de esas ya tenemos de sobra; lo que realmente necesitamos en esta Navidad y siempre es la presencia y la atención de ustedes, si recibimos ese regalo, entonces eso sí sería Navidad”.

En un pueblo muy pequeño de Puerto Rico, vivía la familia Andaluz García. Esta familia estaba compuesta por el padre don Matías, la madre, doña Andrea y sus cuatro hijos: Felipe, Carmelo, Adrián y su única niña, Paola. La vida de don Matías y doña Andrea no fue muy cómoda económicamente cuando éstos eran pequeños, pues provenían de unas familias muy pobres. Con mucho esfuerzo los padres de Matías y de Andrea lograron encaminar a sus hijos, respectivamente para que pudieran completar sus estudios y lograran ser dos profesionales muy competentes. El matrimonio Andaluz García solo pensaba en trabajar y trabajar, día y noche para darles a sus María de los Ángeles Serrano hijos todas aquellas cosas que ellos no pudieron Colegio De La Salle Bayamón tener cuando eran pequeños, por causa de su pobreza. A sus cuatro hijos no les faltaba nada material, por el contrario, les sobraban zapatos, equipos electrónicos, ropa, todo tipo de juguete, en fin; todo producto, juguete y electrónicos que salían al mercado, eran prácticamente arrebatados de los estantes de las tiendas, por los esposos Andaluz García y puestos en las manos de sus hijos, que muchas veces, ni atención les prestaban. El lema de esta familia era: “Queremos darle a nuestros hijos todo lo que nosotros no pudimos tener”. El afán era tanto que por alcanzar sus objetivos, se olvidaban de compartir con sus hijos durante días y noches. Al acercarse el Día de Navidad, don Matías y su esposa reunieron a sus hijos con un tono de desesperación. Los niños estaban muy contentos porque estaban deseosos de compartir con sus padres como lo hacían sus compañeros de clases con los suyos. Ellos pensaron que este iba a ser un momento de diversión y de alegría junto a 34

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EL ENCUENTRO CON LA VERDADERA NAVIDAD

a pesar de todo habían tenido una ganancia en sus vidas. Esto ante la mirada atónita de su familia quienes no podían entender, como perdiendo sus empleos podían tener una ganancia. Sofía sujetando la mano de Juan se dispuso a explicar cómo eso era posible. Ella explicó que aún ante la adversidad y preocupación de haber perdido sus empleos, ambos en el proceso de la confección de las galletas fueron sintiendo un gran regocijo y paz interior que les era incomprensible en ese momento tan difícil y que se dieron cuenta que solamente se lo podían atribuir a la Gracia de Dios que ellos sentían en un momento tan angustioso Era una tarde del 24 de diciembre, todos estaban donde sabían que Dios no los abandonaría. preocupados por la compra de los regalos, decoración y preparativos de la cena de Navidad. Y así fue como al estar confeccionando sus galletas Sofía y Juan iban camino a casa de la tía Rosaura redescubrieron el verdadero significado de la para la cena. Ellos habían perdido sus empleos y Navidad que año tras año ante tanta propaganda, no se lo habían dicho a nadie. Fueron muchos días anuncios y consumismo habían perdido. de angustias, preocupación y tristeza, pero aun así quisieron ir a celebrar la cena de Navidad con su Mientras Sofía compartía la historia, todos de familia. Al llegar todo era una algarabía, estaban alguna manera afirmaban y demostraron empatía tan ocupados en la celebración que nadie notaba a las palabras que con tanto sentimiento salían el silencio de Sofía y Juan. de Sofía. Rosaura entre lágrimas se levantó y los Todos los años la familia de Sofía y Juan se reunían para la actividad familiar más esperada por todos ya que hacían un gran intercambio donde todos esperaban grandes regalos. Era un momento donde tanto los adultos como los niños lo deseaban con muchas ansias. Ese día, aunque el compartir con la familia era importante para ellos el momento de los intercambios de regalos eran de gran importancia y de alguna manera eso hacía que olvidaran el verdadero significado de la Navidad.

abrazó.

Todos se levantaron y se abrazaron unos a otros. Ese momento los llevó a encontrarse con el verdadero significado de la Navidad, una época llena de amor donde los cristianos celebramos el Nacimiento del Niño Jesús. Marylee Rodríguez de Larriuz Colegio De La Salle, Bayamón

Llegó el momento más importante para la familia, el intercambio de regalos. Todos se sentaron frente al árbol de Navidad en espera de saber cuál era su regalo. Sofía y Juan deciden ser los primeros en dar los obsequios. Todos miraron sorprendidos al ver lo que tenían en sus manos, unas galletitas en envolturas alusivas a la Navidad. Ellos comentan que sus regalos eran muy sencillos pero hechos con mucho amor. En ese momento Sofía y Juan deciden decirle a su familia que habían perdido sus empleos pero que

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