PANCHES. Una mirada a nuestro pasado

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PANCHES UNA MIRADA A NUESTRO PASADO

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PANCHES Una mirada a nuestro pasado Investigación histórico-arqueológica texto / guión: Guillermo Ramírez Calderón Edición / diseño editorial diagramación Diego Martínez Celis [Divulgark] Ilustraciones Carlos Rojas Pérez ©2022 ARCHEOS S.A.S. CONCESIONARIA ALTERNATIVAS VIALES S.A.S. ISBN: 978-958-49-5326-1

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PRESENTACIÓN Los territorios del occidente de Cundinamarca y el nororiente del Tolima estuvieron habitados por personas diferentes a nosotros. Los indígenas que vivieron en estas tierras, hasta hace 500 años, tenían actividades cotidianas como cultivar, procesar alimentos o enterrar a sus muertos, pero elaboraban y utilizaban “cosas” muy diferentes de las que usamos hoy en día; ellos pensaban el mundo y entendían su relación con la naturaleza y con otros grupos humanos de manera diferente a la nuestra. Estas “cosas” son las que en arqueología se denominan “cultura material”, es decir, todos los artefactos fabricados por los seres humanos. Para el caso de las personas del pasado, la arqueología analiza e interpreta los vestigios de cultura material que se han conservado hasta el presente, y a partir de ellos busca reconstruir sus formas de vida, es decir, construye historia. En cumplimiento de la legislación de protección y conservación del patrimonio arqueológico de la nación, el proyecto vial Ibagué - Honda Cambao - Manizales, ha desarrollado el respectivo Programa de Arqueología Preventiva (PAP). Este Programa incluyó una fase inicial de Prospección Arqueológica en 2017 y posteriormente la implementación del Plan de Manejo Arqueológico en 2021; este último buscó garantizar que las obras de infraestructura no causaran impactos negativos sobre posibles contextos arqueológicos que pudieran llegar a encontrarse en el área. El PAP contó con la aprobación del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH). Tras una fase inicial en la que el equipo de arqueología muestreó la totalidad de las áreas a intervenir, el proyecto vial contó con arqueólogos encargados de hacer un acompañamiento permanente a las actividades constructivas, garantizando así la implementación de medidas especiales de manejo arqueológico en caso de hallazgos. Finalmente y en cumplimiento a los requerimientos dictaminados por el ICANH en cuanto a implementación de Planes de Manejo Arqueológico, se ha puesto en marcha una fase de divulgación o Arqueología Pública, en la cual se socializa ante la comunidad del área de influencia del proyecto los alcances desarrollados por el PAP y el estado del patrimonio arqueológico en estos municipios del norte del Tolima. Ph.D. Guillermo Ramírez Calderón Director del Programa de Arqueología Preventiva

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ace más de 400 años, durante el siglo XVI (1500 d.C. a 1600 d.C.), las naciones europeas se encontraban explorando el mundo por vía marítima en grandes barcos de madera capaces de soportar travesías de varios meses. Durante esta época los españoles fueron de los primeros en atravesar el Océano Atlántico y así llegaron a un continente totalmente desconocido para ellos: América. Aunque América aún no se llamaba así y el territorio en el que vivimos hoy en día no tenía los límites y nombres que tiene actualmente, múltiples grupos de personas llevaban viviendo aquí desde hace más de diez mil años y tenían una cultura, idioma, religión, costumbres y vestimentas totalmente extraños para los europeos, quienes llamaron a estas personas “indios” (porque erróneamente pensaban que le habían dado la vuelta entera al mundo y que América hacía parte de Asia), aunque el término correcto es “indígena”.

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Los primeros seres humanos que llegaron al continente americano lo hicieron hace más de veinte mil años y eran muy diferentes a los indígenas que encontraron los europeos cuando llegaron a América en el siglo XVI, es decir, llevaban viviendo en este continente muchos siglos, durante los cuales experimentaron paulatinos cambios en su cultura, en su ambiente y en su sociedad. En el transcurso de estos miles de años los pobladores americanos se diversificaron, migraron, desaparecieron o empezaron a habitar territorios que habían sido ocupados por otros grupos; esto se tradujo en que las culturas fueron cambiando, así como sus tecnologías, los elementos materiales que fabricaban y utilizaban, las relaciones entre grupos humanos e incluso las relaciones con su entorno circundante. Así, estamos seguros de que los indígenas con que se encontraron los españoles durante la conquista en el siglo XVI, no eran exactamente los mismos que estuvieron habitando el continente americano por milenios.

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Al llegar los europeos al territorio que hoy en día es Colombia, sus montañas, selvas, ríos y costas, se encontraban habitadas por muchos grupos de indígenas diferentes entre sí. Algunos se especializaban en la orfebrería (elaboración de joyas en oro), otros fueron reconocidos por la textilería (tejido de mantas y prendas de vestir), otros se dedicaron a la pesca o a la agricultura, mientras que otros grupos eran hábiles cazadores o se dedicaban al intercambio de productos entre regiones. Cada uno de estos grupos de personas habitaba un entorno diferente y aprovechaba los recursos que le ofrecía el medio ambiente, buscando no agotarlo y conservarlo para garantizar su subsistencia y su modo de vida.

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Honda

Lanza

Flecha

Macana Lanzadera Dardos Cerbatana

Armas indígenas

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Durante esa época las personas no vivían en ciudades; sus vidas transcurrían en el campo y en pequeños poblados en los que las casas no se construían tan juntas entre sí. En esta vida más rural se conservaban los bosques en los que habitaban muchos animales y los ríos no estaban contaminados, así que los alimentos que los indígenas consumían a diario provenían de la caza en los bosques, la pesca en los ríos, los cultivos que tenían en sus campos y las frutas que cosechaban de las plantas silvestres que ellos mismos cuidaban. Los españoles llegaron a las costas de lo que hoy es Colombia a inicios del siglo XVI y desde allí iniciaron la exploración hacia el interior del país hasta que llegaron a la sabana de Bogotá, donde establecieron su centro de control del territorio. El nombre de Colombia aún no existía, y mucho menos sus límites y fronteras; los españoles solo encontraron una diversidad de espacios en los que muchos grupos indígenas habitaban y tenían sus asentamientos. Cada uno de estos grupos indígenas vivía en un paisaje diferente con recursos también diferentes y territorios bien establecidos. Algunos de estos grupos indígenas intercambiaban recursos que eran escasos en otros territorios, en ocasiones estaban en conflicto y tenían batallas, otros tenían algún parentesco entre sí, pero se distribuían el territorio para cada uno obtener el recurso que necesitaran; otros grupos incluso viajaban por territorios poco


poblados recolectando los recursos que el medio ambiente les ofrecía cargando a diario con todo lo que necesitaban para vivir y sin residencia fija. Gérmenes y Los españoles buscaron controlar rápidamente a los indígenas y a los territorios que ellos ocupaban, pues su principal interés era apoderarse de todos los recursos. Algunos grupos indígenas permitieron que los españoles se quedaran y se llevaran lo que quisieran para la Corona Española al otro lado del océano, pero la mayoría de los indígenas resistieron y se defendieron de los españoles en un conflicto que implicó enfrentarse a las armas españolas superiores, lo que finalmente conllevó a la derrota de los indígenas. Además de lo anterior, los españoles esclavizaron y exiliaron a los sobrevivientes y, sin saberlo trajeron consigo enfermedades como la viruela, para las que los indígenas no estaban preparados físicamente, lo cual acabó con la mayoría de la población restante. En defensa de sus territorios, los panches y los pijaos desarrollaron una de las más fuertes resistencias ante la invasión europea en el valle del río Magdalena. Valientes hombres y mujeres se enfrentaron con armas inferiores a un ejército invasor que amenzaba sus territorios, sus poblaciones, sus recursos y sus pertenencias.

enfermedades

Arma de fuego

Espada de hierro

Armaduras Ballesta

Armas europeas

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Al interior del territorio de lo que hoy es Colombia, Hernán Pérez de Quesada, hermano de Gonzálo COLOMBIA Jiménez de Quesada, dirigió la expedición hacia el valle del río Magdalena, encontrando que estaba habitado por varios grupos de indígenas que compartían una misma lengua (familia lingüística karib). Aunque cada uno de estos ocupaba un territorio específico, con límites bien definidos y en muchos casos eran enemigos entre sí, compartían una filiación biológica, Cordillera es decir, eran descendientes de un mismo tronco central genético ancestral. Todos estos grupos karib (o caribe) Cordillera oriental provenían de las costas e islas del mar Caribe y de la Bogotá región de las Antillas, y aproximadamente durante los PANCHES primeros siglos de nuestra era iniciaron una migración para explorar y asentarse en nuevos territorios al interior del continente ingresando por los cursos de los principales ríos, como el Magdalena, al cual llegaron aproximadamente en el siglo VIII.

Río Magdalen

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Mar Caribe

Océano Pacífico

COLIMAS

Marquita Asconá Curubai Hondama Caripi Nimaima Sirirguá Mirpe Niguatepa Calamoima Nocaima Abea Bulundaima Parrí Brima Chaguaní Sasaima Anaima Mátima Bituima Motaima Sacapas Siquima MUISCAS

PANCHES

Río Magda

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PANTÁGORAS

PIJAOS

Cotoyá Ambalema Cotoyá Pantagora

GUACANÁ Anolaima Cachipai Síquima Tena Viejo Lachimi

Oro Algodón

PANCHES

Guaguas IBAGUÉ Chipalo Cucuima COMBEIMA

PIJAOS

Bilcaima Lumbí

Doima

Doima CalanomaNuevo Chipaima

Tocarema Anapoima Tequendama Guataquí Chipo Tocaima Coloya Calandaima

Tibacuy Guacanaima Patí GUACANA

SUTAGAOS

Territorio con parcialidades o segmentos panches 10

Plumas

Frutas


Para el siglo XVI, la ocupación de los karib en el valle del Magdalena había controlado tanto el valle como las tierras montañosas a ambos lados del río y desde allí desarrollaban relaciones de diversos tipos con otros grupos culturales de los alrededores. Por ejemplo mantenían actividades de intercambio con los muiscas del altiplano cundiboyacense (quienes ocupaban las montañas más elevadas) o en ocasiones se generaban conflictos con otros grupos como los colimas asentados más al norte. En términos generales, para el siglo XVI los españoles encontraron el valle medio del Magdalena ocupado por diversas “parcialidades” o grupos karib como pijaos, panches, pantágoras, tapaces, y otros. La sociedad panche no constituía un grupo compacto y homogéneo con un único líder y unas fronteras externas estrictas e impermeables; por el contrario, se trataba de una sociedad del tipo que los antropólogos denominan “segmental”, es decir, compuesta por variadas y diversas facciones con líderes locales, los cuales ejercían autonomía sobre territorios más pequeños al interior Intercambio de productos del mismo territorio entre panches y muiscas panche. Estos segmentos desarrollaban diversas relaciones entre ellos, acorde a la situación MUISCAS que afrontara la sociedad: por ejemplo, ante la invasión española, muchos segmentos se unieron para enfrentar a un enemigo común.

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Las parcialidades panches establecieron una relación muy estrecha con su entorno y los recursos que les ofrecía el medio ambiente. Entendieron que el cuidado de la naturaleza y el mantener un equilibrio entre la población humana y el consumo de los recursos (homeostasis) era de vital importancia para la subsistencia de su cultura. Por esto valoraban mucho los productos de sus bosques y ríos: en temporada de subienda se desplazaban a la zona del río Magdalena y sus afluentes para realizar actividades de pesca comunitaria; sus bosques fueron fuente de animales para caza y de frutos silvestres; sus campos de cultivo aprovecharon la diversidad de climas para producir abundantes frutas y verduras.

Venado de cola blanca. Ryan Jagerty, Wikimedia commons.

Pez nicuro. Universidad Católica de Oriente, Wikimedia commons.

Tejidos

Guama. Koffer, Wikimedia commons.

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¿SABIAS QUÉ? Durante la conquista, los españoles elaboraron documentos escritos en los que describieron a los grupos encontrados, su cultura, sus tradiciones y sus territorios. Estas descripciones fueron subjetivas e incluso demostraban percepciones erróneas de la realidad de las culturas indígenas. Este fue el caso de la denominación “panche”, que parece haber sido una construcción española para describir a todos los grupos de esta sociedad segmental y estaría fundamentada en la forma aplanada del cráneo de algunos peces, parecido a las deformaciones craneales de los indígenas.

Bagre. Durlandy Giraldo / www.catorce6.com.

Dado que no contamos con otra palabra más adecuada para denominar a estas personas, las seguiremos llamando así a lo largo de este texto. Los documentos que escribieron los españoles siempre describieron a los panches como “salvajes”, “belicosos”, “agresivos”,“inhumanos e incluso como “caníbales” pero hoy en día podemos

Indígena panche según un texto escolar de mediados del siglo XX. Henao y Arrubla, 1955.

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Las comunidades o segmentos panches del siglo XVI compartían ciertas características socioculturales particulares y ocupaban un territorio bien definido con límites claros frente a otros grupos étnicos. Establecían sus poblados en las partes más montañosas de sus territorios y alternaban sus prácticas agrícolas con la recolección de frutas silvestres en los abundantes bosques, y aunque vivían allí la mayoría del año, durante algunas épocas en que se hacían muy abundantes algunos recursos, viajaban hasta otros lugares para obtenerlos (como al río Magdalena a pescar durante la época de la subienda anual). Físicamente los panches acostumbraban a adornar sus cuerpos con tatuajes y pinturas corporales, joyas en su rostro y practicaban algo que los antropólogos biológicos denominan “deformación craneal”, que consistía en modificar las formas de sus cabezas durante los primeros años de vida.


Estas prácticas se hacían con fines estéticos y en la cultura panche estaban tan bien vistos como los adornos corporales y la vestimenta que usamos hoy en día. Las comunidades del valle del Magdalena estaban acostumbradas a responder a situaciones de conflicto, pues en diversas ocasiones tuvieron que defender su territorio de invasores externos; en muchas otras ocasiones se generaron pugnas por el mismo territorio panche entre diversos segmentos, lo que hizo que contaran con los medios para desarrollar diversas estrategias de resistencia ante la invasión española del siglo XVI.

imaginarlos de manera muy diferente. El que defendieran su territorio frente a una invasión o que hubiesen tenido que afrontar diversas situaciones de conflicto en el pasado no los convierte en guerreros, se trata de una sociedad de personas que debió oponer resistencia a la campaña de aniquilación y exterminio que buscó imponer la conquista española.

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Al igual que hoy en día, las personas del pasado elaboraron instrumentos que les permitieron solucionar las necesidades cotidianas: Utilizando los productos que mejor conocían elaboraron adornos, armas, objetos para procesar, almacenar y cocinar alimentos; vestidos e instrumentos musicales. Muchos de estos elementos ya han desaparecido, pero unos pocos se han conservado hasta nuestros días y nos han permitido saber cómo era la vida de los panches. Los panches (al igual que otras parcialidades karib) tenían unas prácticas funerarias bien particulares: cuando una persona moría, disponían sus restos en una urna cerámica, la cual decoraban de

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manera muy especial con técnicas de pintura y moldeado, para luego ser enterrada en lugares sagrados de su territorio. Estos cementerios panches se localizaban en los lugares de asentamiento de cada segmento y eran un marcador territorial importante del grupo. Otro elemento de cultura material característico de los panches fue su producción alfarera. Para esta cultura, todos los recipientes para cocinar, almacenar, transportar y consumir alimentos y otros productos eran elaborados en cerámica (arcilla cocida). Esta cerámica se elaboraba con técnicas decorativas muy particulares que eran diferentes a las desarrolladas por otros grupos indígenas, por lo que los arqueólogos identifican la presencia de este tipo de vestigios en ciertos lugares como evidencia de la ocupación de los panches en dichos territorios. Muchos de estos elementos de cultura material se han conservado en los contextos arqueológicos hasta la actualidad y el trabajo de los arqueólogos ha permitido analizarlos y obtener importante información sobre la vida de los panches. Así, se ha podido esclarecer que la sociedad panche se dividía en segmentos (pequeñas aldeas con un líder independiente) y que, aunque muchas veces estaban en conflicto entre sí, se unían temporalmente para enfrentar un enemigo común como los muiscas o la invasión europea en el siglo XVI, sin que hubiera un líder supremo que tuviera autoridad sobre todos los segmentos.

CORTE DE UNA TUMBA

Urna funeraia

Interior con restos óseos

Pozo Cámara Urnas 15


Hoy en día también se ha identificado que, aunque habían tradiciones comunes a todos los panches, como el entierro de sus difuntos en urnas funerarias, cada segmento decoraba sus urnas de manera muy diferente: algunos moldeaban las tapas, otros decoraban las urnas con pintura y otros combinaban las dos técnicas. El estudio de estos tipos de decoración y su distribución en el territorio permite ubicar y delimitar los espacios en los que habitó cada segmento. Fragmento de urna funerria Colección ICANH-

Por todas estas razones, son muy importantes las investigaciones que arqueólogos e historiadores realizan en los territorios ancestrales del occidente de Cundinamarca para seguir reconstruyendo las formas de vida de la cultura panche.

Diferentes tipos de urnas funerarias de la zona Panche

Museo Universidad del Tolima

Museo Universidad del Tolima

Urna funaria semiglobular con representación antropomorfa y decoración en pintura policroma.

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Museo del Oro, Bogotá


Hoy, a más de 400 años de la desaparición de los panches, se siguen conservando vestigios de su presencia en la zona. En muchos municipios se encuentran petroglifos (rocas con grabados), fragmentos de cerámica, tumbas con restos óseos en urnas, hachas de piedra y hasta los instrumentos que utilizaban para hilar el algodón para hacer textiles. Cada uno de estos elementos es una línea de evidencia que permite a los investigadores del pasado saber más sobre la cultura panche y brindarnos esa información para que entendamos como eran las vidas de estas personas; estas evidencias aportan mucha más información cuando los arqueólogos las encuentran en su contexto inalterado, por eso es importante no extraerlas y dejar su estudio en manos de profesionales.

Al morir una persona su cuerpo era enterrado y, tiempo después, sus restos se desenterrraban y depositaban en recipientes cerámicos o urnas. A este proceso se le denomina enterramiento secundario. Cada urna fue elaborada y decorada de manera especial para cada persona, por ello ninguna es igual a otra y cada una brinda información sobre la forma de vida del difunto, su posición en la sociedad y sobre la cultura de los panches en general.

Ojos cerrados Tapa de la urna

Borde del rostro Nariguera ¿Pintura facial?

Museo Universidad del Tolima

Fondo de Promoción de la Cultura, 1992

Museo Universidad del Tolima

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Las sociedades indígenas experimentaron un fuerte choque en el siglo XVI ante la invasión europea. Los ejércitos exploradores llegaron a América con el principal objetivo de extraer oro, plata y piedras preciosas, así como apropiarse de territorios y mano de obra que trabajara para ellos. Muchos grupos indígenas no estuvieron dispuestos a convertirse en servidumbre de los recién llegados, ni a dejarse quitar sus posesiones, ni los territorios que habían heredado de sus ancestros por generaciones, así que desarrollaron diversas formas de resistencia ante la invasión. Hubo diversos tipos de resistencia ya fuera esta más activa o más pasiva, pero en cada rincón de América se desarrollaron respuestas a la llegada de los europeos. Los grupos humanos que tenían alguna experiencia en el conflicto fueron aquellos que pudieron desarrollar las formas de resistencia activa más contundente y que inclusive pudieron enfrentarse ante los ejércitos y las armas de los invasores. En el valle del Magdalena, panches y pijaos fueron algunos de los grupos que opusieron una mayor resistencia a la invasión

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europea, lo que llevó a que la conquista de este territorio no fuera tán rápida como en otros sectores. Este conflicto fue un choque desigual en el que además de poblaciones, se enfrentaron diferentes tecnologías armamentistas, diversas estrategias de hacer batallas y sobre todo, diferentes motivaciones. La mayor letalidad de las armas de fuego, el mayor alcance de las armas de tiro, la participación de caballería y jaurías de perros, la implementación de armas de acero de diversos alcances y la presencia de armaduras y cotas de malla, se tradujo en una superioridad innegable de los ejércitos europeos sobre las armas indígenas consistentes en armas de madera, escudos de algodón y armas arrojadizas como cerbatanas y hondas. Esto conllevó a una serie de derrotas de los grupos indígenas, quienes no contaron con los medios para prolongar su resistencia y poco a poco fueron viéndose invadidos y colonizados por los recién llegados.

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Sitios con arte rupestre o petroglifos de la zona Panche

Cachipay

Motivos rupestres “antropozoomofos”

Anolaima Guataquí

Guataquí

Manifestaciones rupestres

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Son aquellas marcas o dibujos que han sido tallados o pintados sobre las rocas por los antiguos grupos indígenas. También se conocen como “petroglifos”, y son evidencia de su pensamiento y formas de expresión y comunicación. A pesar de ser de piedra son muy frágiles y deben protegerse evitando cualquier alteración.


Objetos arqueológicos o cultura material de la zona Panche

Fragmentos cerámicos

Volante de huso

Rodillo

Buril

Hachas Recipiente

Patrimonio Arqueológico Los objetos y sitios que contienen evidencias del pasado, y que se pueden estudiar por métodos arqueológicos, se consideran parte de nuestro patrimonio cultural; es decir, aquella herencia que hemos recibido de nuestros ancestros y que nos permite reconstruir nuestra historia e identificarnos como parte de una misma comunidad, municipio, región o país. Por tal razón, estos objetos no le pertenecen a ninguna persona en particular, sino a toda la nación, y no pueden ser comprados ni vendidos, sino que deben ser protegidos y conservados para que sean apreciados por las futuras generaciones.

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Con la llegada de los europeos a tierras americanas hace 500 años, el proceso de conquista llevó a la extinción de una sociedad, de una población y de una cultura. Aunque se desarrollaron diversas formas de resistencia ante los invasores, los y las panches desaparecieron para siempre de nuestros territorios, así como sus conocimientos, su idioma, sus mitos y su sabiduría. Hoy día solo contamos con los elementos arqueológicos que evidencian su existencia y su forma de ver y vivir el mundo; es importante conservar estos vestigios y la información que podemos obtener de ellos para entender y conocer el legado de nuestros ancestros.

Urna funeraria

Rodillos y sellos de la zona panche con su correspondiente impronta.

Fotografías de Liliana Buitrago Orjuela (2021). Reconstrucción del patrón de los sellos de Jeiler Prada (en Buitrago, 2021).

Sitio con manifestaciones rupestres en Cachipay

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Rodillo


BIBLIOGRAFíA Aguado, Fray Pedro de. [1570?] 1956. Recopilación historial. Bogotá. Empresa Nacional de Publicaciones. Borja, Jaime. 2002. Los indios medievales de Fray Pedro de Aguado: construcción del idólatra y escritura de la historia en una crónica del siglo XVI. Bogotá. Pontificia Universidad Javeriana, Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Universidad Iberoamericana de México. Buitrago, Liliana. 2021. Ejecución del plan de manejo arqueológico para el proyecto de construcción, rehabilitación, mejoramiento, operación y mantenimiento del corredor vial Honda-Puerto Salgar-Girardot. Unidades funcionales 1, 2 y 3. Informe final. Bogotá. ICANH. Cifuentes Toro, Arturo.2004. Antiguas Guerras Étnicas en el valle del río Magdalena. En Revista Hojas Universitarias No.56 (Oct. 2004). Pg. 53-59. Bogotá. Universidad Central. Díaz, Juan Manuel. 2014. Unidades domésticas y estatus en el Magdalena Medio. Investigación de un sitio tardío localizado en la cuenca baja del río Gualí, Municipio de Honda, Tolima. Bogotá. ICANH. Rodríguez, José Vicente; Cifuentes, Arturo. 2004. Los Panches: valientes guerreros del valle alto del río Magdalena. Bogotá. Edicundi. Ramírez Calderón, Guillermo. 2017. Las Dinámicas políticas y territoriales panches ante la presencia hispana: diálogos entre el registro documental y arqueológico. S.E. 2021. Los panches, nuestro pasado, nuestra historia, nuestros ancestros. Bogotá. Ediciones Zeta. Salas, Alberto. 1986. Las armas de la conquista española. Buenos Aires. Editorial Plus Ultra. Salgado, Héctor; Gómez, Alba; Rivera, Ricardo; Rivera, Gloria; Hernández, Judith. 2006. Antiguos pobladores en el valle del Magdalena tolimense, Espinal - Colombia. Ibagué. Universidad del Tolima. Salgado, Héctor; Llanos, Juan; Gómez, Alba. 2008. “Una Aproximación al Proceso Histórico Prehispánico de la Planicie Cálida del Valle del Magdalena Tolimense, Colombia”. En Ecología histórica - interacciones sociedad-ambiente a distintas escalas socio-temporales. Pereira. Universidad Tecnológica de Pereira - Universidad del Cauca - Sociedad Colombiana de Arqueología. Simón, Fray Pedro. [1627?] 1981. Noticias historiales de las conquistas de tierra firme en las Indias Occidentales. Bogotá. Banco Popular.

Rodillo 23


¿QUÉ HACER ANTE EL HALLAZGO DE CUALQUIER VESTIGIO ARQUEOLÓGICO? Los arqueólogos dedican su vida e investigaciones al estudio del pasado, por ello son profesionales idóneos para manipular, proteger y conservar los vestigios arqueológicos. Estos vestigios de cultura material son elementos frágiles de un gran valor histórico y cultural, que encierran en sí y en sus contextos una amplia información de las personas del pasado. Los panches son nuestros ancestros, y nuestra historia, por esto, cuando se destruyen o alteran los contextos arqueológicos, la información de estas personas se pierde para siempre. En Colombia, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia – ICANH y los profesionales con licencia de intervención de patrimonio arquelógico, son los encargados de proteger estos elementos y adelantar las investigaciones necesarias para reconstruir el pasado de todos los colombianos. En caso de cualquier hallazgo arqueológico, es importante no intervenirlo de ninguna manera y reportar lo más pronto posible al mismo ICANH o al arqueólogo que adelante programas de arqueología preventiva en el municipio.

CONTACTO • Arqueólogo Guillermo Ramírez / Programa de Arqueología Preventiva Proyecto Ibagué - Honda - Cambao - Manizales. ALTERNATIVAS VIALES S.A.S. Cel.: 3112868025 / Email: archeos@gmail.com • Instituto Colombiano de Antropología e Historia – ICANH Página web: https://www.icanh.gov.co Email: contactenos@icanh.gov.co Tel: (571) 4440544 Extensiones 122 / 114 / 123 / 147 Dirección: Calle 12 No. 2-41 Bogotá, D.C.

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os territorios del occidente de Cundinamarca estuvieron habitados por personas diferentes a nosotros. Los indígenas panches que vivieron en estas tierras, hasta hace 500 años, tenían actividades cotidianas como cultivar, procesar alimentos o enterrar a sus muertos, pero elaboraban y utilizaban “cosas” muy diferentes de las que usamos hoy en día; ellos pensaban el mundo y entendían su relación con la naturaleza y con otros grupos humanos de manera diferente a la nuestra. Estas “cosas” son las que en arqueología se denominan “cultura material” , es decir, todos los artefactos fabricados por los seres humanos. Para el caso de las personas del pasado, la arqueología analiza e interpreta los vestigios de cultura material que se han conservado hasta el presente, y a partir de ellos busca reconstruir sus formas de vida, es decir, construye historia.


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