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REVISTA B ACATA RT N u e st ra r ev i s t a surgió a raí z de l o s t a b ús q ue ex i ste n a l r e d edor d el a rte u r b a n o , ya que l a s o c i e d a d ca l i fica y en casil la e l a r te ca l l ejero com o u n acto d e va n d al ism o p o co o r to d oxo. Desd e e ste p u n to i d eam os id eamo s un a fo r m a d e m ost rar e l l a d o p o sitivo d el a rte ca l l e je r o divul gan do d e m a n d e ra gráfica tod as l as ex p r e s i o n e s artísticas q u e h ay e n l a cal l e, y d e smi n t i e n d o al gun os e stí g m a s y t a b úes q ue l a mi sma s o c i e d a d se h a e n car ga d o d e crear.
EDICIÓN.1
CO NT ENIDO EL S E M Á FOR O IN FI L T R A DO S PASA L A VO Z
20
10/ Cynthia López
L A VI T R I N A SI N M ÁS CAR AS Entrevista con: 04/ Cacerolo - Emerson Cáceres
PORTADA I L US T R AC I Ó N T W E S CA L VI L L O W W W. UG L YDE S . CO M
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CACER O LO , E L GRA FI TER O DE TR ÁS DE L A S ON R I SA DE L GUAS Ó N Emerson Cáceres ha pintado las facciones del personaje de Batman en el rostro del exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro; del presidente Juan Manuel Santos y del senador Álvaro Uribe. Si usted se ha encontrado en Bogotá con la sonrisa del Guasón en la cara de Petro, Uribe o Santos, seguramente se preguntará quién está detrás de tan curiosos graffitis. Su nombre es Emerson Cáceres, artísticamente conocido como Cacerolo, un apasionado pintor bogotano y publicista de profesión que, con cada obra, desata la intriga y curiosidad de quien aprecia su trabajo. Estuvimos en su estudio, ubicado a las afueras de la ciudad y a unos cuantos metros de su casa donde vive con su esposa Sara y sus mascotas, Macarena y Juanita. Él diseñó su taller y hay que decir que es un
espacio digno de un artista. Algunas de sus obras están allí: su adorado Dalí, que fue el primer Guasón que pintó, un pato Donald y un Osama Bin Laden observando los pasos de quienes visitan su taller. En el segundo piso del estudio hay dos sillones y unos cojines, junto con un óleo, un computador, música, pinceles y una paleta. Emerson nació en 1978, y desde entonces conoce de cerca lo que es hacer arte. Al recordar cómo cultivó su gusto, nos cuenta que su madre estudió artes, así que gracias a ella fue que creció entre pinturas, carboncillos, óleos, pas-
teles y todo tipo de materiales. Ella quería que uno de sus cinco hijos desarrollara la habilidad artística. “Era muy curioso, pues uno de niño esperaba salir, jugar con los amigos en el conjunto, y me acuerdo mucho que mi mamá me frenaba: “no señor, no me sale” y me ponía una hoja de papel y me decía: “si me hace esto en esta hojita y le queda bien sale.”Y claro yo con el afán de salir, lo pintaba” recuerda Cacerolo con aire nostálgico. Con el tiempo empezó a dejar el fútbol y las s a lida s con los a migos a un la do pa ra que da r s e e n ca s a pinta ndo y crea ndo cómics . En
¿D E DÓ ND E Y CÓ MO NAC IÓ E L G UAS ÓN? su colegio se destacaba por tener más dibujos que apuntes en sus cuadernos y además aprovechaba su talento para conquistar a las niñas con los clásicos de Disney. No estudió artes, aunque lo quiso. Al final se inclinó por la publicidad. Es egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y se destacó tanto que lo exoneraron de cursar quinto semestre y le dieron trabajo en el departamento de actividades culturales de la universidad, mientras continuaba sus estudios en la noche.
Por ese tiempo yo estaba pintando a Dalí y leía un libro del cual llegué a la conclusión de que todos somos villanos, que alguna vez hemos hecho algo malo. Lo que yo quería era reflejar la maldad de todos, y pensaba ¿cómo?, ¿cómo hago maldad? Y un sábado me acosté a la una de la mañana. Como a las cuatro y media me desperté y dije ¡claro, el Guasón! Influenciado claramente por el cómic. Luego veía el cuadro y decía si le hago el Guasón, me lo tiro. ¿Lo hago o no lo hago? Y empecé con el cabello verde, suavecito con cariño. Luego me pasó algo. Por ese tiempo yo estaba solo, mi esposa se había ido, entonces al sentir ese vacío decidí pintarle al retrato un mechón rojo en honor a ella.
Cuando ya lo vi me decidí a hacer la sonrisa del guasón. Y salió como la hago siempre, a lo que caiga y me gustó. De esta manera fue como la sonrisa del Guasón se convirtió en la firma y marca que identificaría en cualquier lugar a Emerson como Cacerolo y la que convertiría a ese Dalí en una de sus obras favoritas. Más adelante agregó otras cosas, como la mirada de bondad, de arrepentimiento, de melancolía y de esperanza, pues le hicieron ver que no sólo el ser humano es maldadoso sino que existen otras emociones que en el rostro se pueden expresar, en especial en los ojos, pues son el espejo del alma.
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n un municipio entre la cordillera occidental y la cordillera central de los Andes colombianos, al sur del Valle del Cauca, nació en 1989 una mujer que décadas después dejaría su obra en murales, galerías y esculturas a lo largo del país. Su nombre es Cynthia López. Tiene un fuerte acento caleño y una simpática y constante risa que sale a la luz a medida que responde las preguntas sobre su vida, sus influencias y el arte. Ella trabaja desde la tinta china hasta la escultura, usa el papel y los murales y plasma la ternura y la violencia.
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012 Obras en tinta china de quince por diez centímetros en las que se destacan elementos propios de la naturaleza son parte de Wild (2015), una muestra del trabajo personal de esta artista. Pero para llegar a este punto, el recorrido fue largo. Paulatinamente, ella ha desarrolla-
do la paciencia y la obsesión por los detalles que el dibujo demanda. A lo mejor, parte de la influencia para llegar a ser la meticulosa creadora de estas obras es su madre, una de sus mejores y más duras críticas. A eso se le puede sumar que el mural tuvo fuerza en su proceso plástico,
aunque a medida que realizaba sus estudios universitarios centró la atención nuevamente en el papel. El salto definitivo se dio en 2012, año en el que presentó su proyecto de grado, De ida y de vuelta, que fue expuesto en el Museo Arqueológico La Merced de Cali.
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