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ELECTRÓNICA & ROLL – TALENTO
from DJ Mag ES #140
Jan Swam Organic Signs
ELECTRÓNICA & ROLL
Autor: SERGIO BIFEIS
A veces no se es consciente de lo difícil que es poder llegar a desarrollar una carrera profesional en el mundo de la música como artista. Y si hablamos de la música electrónica, la cantidad de variables, circunstancias y carambolas del destino que se tienen que dar para poder vivir de tu arte es algo que solo un pequeño porcentaje de personas se pueden aplicar. Si además intentas llamar la atención de promotores y medios de comunicación por tu cuenta y riesgo, sin ayuda de terceros, la aventura se convierte en una carrera de fondo y obstáculos, donde tienes que estar muy seguro de porfiar todo a tu experiencia y trayectoria, habilidades y conocimientos y un buen don de gentes. Y cómo no; estar en el momento acertado, en el lugar adecuado y llamar la atención de la persona correcta. Con todo y con ello, es posible que tengas que dedicarte a otra cosa para ganarte el pan; pero todo suma y quién sabe cuándo puede sonar la flauta.
En esta tesitura, y hablando de flautas, nos viene a la cabeza la incipiente figura de Jan Swam. Desde una independencia total —buscando su propio hueco—, el artista anteriormente conocido como Savino se ha reinventado con un nuevo proyecto que seguramente le ponga en el disparadero a tenor de las buenas sensaciones que dejó en el regreso del festival Paraíso, y que le han abierto las puertas de otras propuestas tan interesantes como Tómbolo Fest, celebrado recientemente en una de las salas más céntricas de la capital. Aquella actuación del pasado mes de junio en la tercera edición del evento madrileño resultó ser toda una revelación para crítica y público. Destacó de manera sobresaliente por salirse del patrón y sorprender a todos los que nos dimos cita en el pequeño escenario Nido. Arriesgó y ganó con una suerte de live híbrido donde tocaba la flauta travesera acompañado de una caja de ritmos a unas velocidades pausadas para, acto seguido, dar paso a un DJ set con una concepción trancera y acidorra muy vertiginosa. Una propuesta muy original que se basa en el uso de un instrumento musical procesado en directo con efectos, a lo que le añade improvisaciones con la caja de ritmos Yamaha RM1x para pasar a pinchar algunos discos de vinilos y recurrir a mucho armamento digital para los XDJ. De esta forma ofreció un viaje que fue del dub, roots y dancehall hasta locuras goa y psy-trance pasando por breaks de toda clase y condición. Volver a las esencias, al menos musicales, de la cultura rave noventera.
Lo que al principio puede parecer una propuesta con su punto folk, en realidad se transforma en un chute de rabiosa energía sonora de tintes psicodélicos. Y todo funciona gracias a la soltura —muy orgánica— que demostró Jan Swam. Su forma de concebir la música es a través de unas transiciones que fluyen de manera natural sin sentirse forzadas en ningún momento, implicándote de pleno en su discurso. El extremeño también es responsable de Organic Signs. La plataforma da su salto discográfico con un primer lanzamiento este mismo mes de octubre, un lanzamiento que sigue las pautas de aquella actuación. En un trabajo de búsqueda de sonidos raveros de influencia británica que encajan en su visión musical, ha optado por reeditar y remasterizar Soma Junkies, un EP que firmó en 1998 el británico Digitalis en el sello Matsuri Productions. Un ejercicio de coherencia artística muy acertada en unos tiempos donde la palabra rave se ha ido desnaturalizando en forma y fondo por parte de promotores y gran parte de las nuevas generaciones. Al menos, eso le honra a un artista que sabe dónde están las raíces y las remarca desde el respeto y la admiración, sin dar gato por liebre. Al juicio del que suscribe, estamos ante el inicio de un proyecto que tiene los cimientos necesarios para consolidarse con criterio y creatividad.
Y aunque este artículo trate sobre Jan Swam, podría estar perfectamente dedicado a tantos y tantos nombres de nuestra escena más underground con un gran potencial, cuya labor solo es reconocida por un nicho minúsculo. Desde estas líneas creemos fervientemente que todo medio de comunicación dedicado a la música tiene un deber a la hora de remarcar, en la medida de lo posible, el talento que florece desde el subsuelo. No podemos permitirnos el lujo de dejar que se marchite, porque es lo que en el fondo nos nutre. El radar siempre operativo.