La experiencia de un veterinario y lechero de dos siglos

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Nº 130 • Abril 2019 - Año 14

RAFAEL OSORIO

UN LECHERO DE DOS SIGLOS

Una publicación de Editorial Dleche Ltda. 3000 ejemplares.

El productor de Entre Lagos está empeñado en recuperar el cooperativismo para la actividad lechera del sur.

Sólidos

El valor de la grasa láctea II

Bacteriófagos

Letales contra la resistencia

Bioseguridad

Un muro impenetrable

Sustentabilidad

Desafío Alimentación 2050




CONTENIDOS Director Rolando Carrillo Jerez M.V. U. de Chile Magíster (C) Ciencias de la Comunicación - U. de La Frontera (dleche@drocaeditorial.cl)

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Editor Periodístico Danilo Phillipi dphillipi@drocaeditorial.cl Arte y Diseño Liria Munita Solé liria@lmpictures.cl Colaboran en esta edición: Natalie Urrutia José Santos Albert De Vries Felipe Pino Enzo Capurro Jorge Salazar Miguel Díaz Patricio Pantoja Toni Adsuara

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Ventas Rebeca Caro Valenzuela: +569 6525 4416 rebeca.dleche@drocaeditorial.cl Rolando Carrillo: +569 9978 9096 Las opiniones expresadas por los articulistas, entrevistados y columnistas no representan necesariamente el pensamiento editorial. Se puede hacer uso de toda la información presente en cada edición sin consultar al editor, siempre que se mencione la fuente. Los 3000 ejemplares son distribuidos por gentileza de las ferias ganaderas y empresas auspiciadoras, desde Puerto Montt hasta la región de Coquimbo a productores, empresarios, plantas procesadoras, instituciones públicas y privadas vinculadas a la actividad, académicos y profesionales del rubro. DLeche Es una Marca Registrada, editada y producida por Editorial DLeche Ltda. Prohibida su venta, todos los derechos reservados.

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Barros Arana 1691. Osorno. Teléfono fijo: 2288 4216

El valor de la grasa láctea II La segunda parte del artículo de Santos y De Vries desmenuza los aspectos relativos al manejo nutricional y sus efectos en la economía del plantel.

12 Un lechero de dos siglos El productor y médico veterinario Rafael Osorio mantiene su vigencia en el siglo XXI con el desafío de recuperar el cooperativismo para la actividad lechera del sur.

24 Letales contra la resistencia En un futuro próximo los bacteriófagos serán la terapia más recurrente para el tratamiento de enfermedades patógenas ocasionadas por bacterias.

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Impresión: Gráfica Andes Ltda. www.dleche.cl

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36 Un muro impenetrable Las razones económicas para implementar un sistema de bioseguridad, capaz de frenar el ingreso de agentes bacterianos potencialmente virulentos.



Editorial Rolando Carrillo Jerez Director DLeche

Si yo cambio, todo cambia

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s frecuente escuchar que la gente no cambia. El refrán popular “el que nace chicharra muere cantando, da cuenta de esa idea de una estructura humana inmutable, imperecedera, que no tiene la capacidad de cambio. Sin embargo, existe la otra mirada, que afirma que el ser humano está en permanente evolución. Si esto lo ampliamos a la dimensión social, se deduce que “si el ser no cambia, entonces la sociedad tampoco; y en la otra vereda, si el ser cambia permanentemente, ergo la sociedad está en constante evolución”. Frente a estos dos postulados de la existencia, como individuos sociales podemos elegir una postura determinada, anclarnos en dogmas y no movernos jamás de nuestras creencias y convicciones. O bien, dejarnos seducir por el cambio. Estas mismas reflexiones hicieron los hombres hace 2500 años, los llamados presocráticos. Es decir, eso ocurría “ayer”. Digo esto porque a pesar de que la evolución de la Humanidad es evidente y ha cambiado porque el individuo ha cambiado, todavía existen personas y organismos

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que nos alientan a creer que somos una especie inmutable. La pregunta es, ¿cómo es que cambiamos? Al menos se me ocurren dos respuestas inmediatas. El primer cambio es físico, porque la esencia de la vida es una transformación continua desde que nacemos hasta el día de la muerte y, por otro lado, está la transformación de nuestras acciones y conductas como resultado del conocimiento. El cambio permanente producto de la biología no se puede alterar, no importa los esfuerzos que realices, de igual modo terminarás convertido en polvo. Sin embargo, la evolución de nuestras acciones es algo que podemos alterar a voluntad, y esos cambios son posibles gracias a la educación y el saber. Si revisamos la historia de nuestra América, podemos constatar que en el pasado fuimos educados por una corriente europea y actualmente por Estados Unidos. Todas las ideas son foráneas, toda la tecnología es extranjera, bailamos una música sobre un escenario de ficción sin tener idea para dónde vamos como sociedad. Pero una cosa es el discurso y otra es

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la acción. El lenguaje debe ser la antesala de la acción, como lo demuestra la formación de la nueva cooperativa lechera Torrencial Lechero, un hito de acción comunitaria que rompe el statu quo de ese individualismo paralizante que ha permitido el beneficio de las grandes compañías transnacionales en desmedro de quienes generan realmente el valor. Esta capacidad movilizadora del lenguaje, quedó refrendada también cuando en forma casi espontánea el público consumidor prefirió la leche nacional de COLUN, levantándose un espíritu nacionalista que a todos tomó por sorpresa. Sí, podemos cambiar y es necesario un cambio profundo, un cambio transformador que debe estar sustentado en la educación. Cuando aprendemos algo, aquel conocimiento se transforma en nuevas acciones. Y si yo cambio, entonces todo puede cambiar. Si nacimos chicharra, no tenemos por qué morir cantando.


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SÓLIDOS

Dime qué comen tus vacas y te diré cuánta grasa producen (El valor de la grasa láctea - Parte II)

En la entrega anterior, los investigadores José Santos y Albert De Vries abordaron en detalle las variables genéticas y ambientales que inciden en la producción de grasa láctea en lecherías. La segunda parte del artículo entra al área chica, desmenuzando los aspectos relativos al manejo nutricional y sus efectos en la economía del plantel.

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a formulación dietaria y el manejo de la alimentación pueden afectar enormemente la composición de la leche y en particular el contenido de grasa en leche, lo que a su vez puede impactar la producción de grasa láctea. Se debe tener presente que, si un cambio en la dieta aumenta la concentración de grasa en leche, pero además resulta en una menor producción de leche, entonces el total de la grasa producida puede no haber sido afectado. Debido a que en las lecherías los cambios en la dieta son realizados sin grupo control, los productores y nutricionis-

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tas deben comparar los resultados de producción antes y después del cambio dietario. En general, los valores de estanque son más sensibles a cambios en la composición de la leche, en comparación con los cambios en la producción de leche por vaca. Por ejemplo, es más probable que los productores perciban cambios en el contenido de grasa en leche, que en producción de grasa láctea por vaca al día. Los resultados para el contenido de grasa láctea son generados para cada carga de camión de leche vendida, pero la producción de grasa por vaca no está disponible, a no ser


que los productores calculen esos valores. Por ejemplo, es común que la producción de leche en estanque varíe de 3 a 4 lb al día, lo que puede representar un 3-5% de la producción diaria de leche. Estas fluctuaciones en la producción de leche son esperables, en particular en rebaños que usan somatotropina bovina (BST) o tienen un programa de alimentación o de ordeña menos frecuente. Tales variaciones van a influenciar la producción de grasa, independiente del contenido de grasa láctea. Sin embargo, la concentración de grasa en la leche del estanque tiende a ser más estable y las fluctuaciones son graduales, permitiendo a los productores identificar fácilmente los cambios. La depresión de grasa láctea inducida por la dieta, se caracteriza por una caída repentina en el contenido de grasa láctea que ocurre luego de un cambio en la dieta. Pequeñas variaciones diarias en el contenido y producción de grasa láctea son esperables en cada vaca y rebaño, pero dicha variabilidad diaria es solo entre 0,05 y 0,1% de contenido de grasa. Cuando las vacas experimentan depresión de grasa láctea inducida por la dieta, los cambios suelen ser mayores que 0,2% (por ejemplo, de 3,7% a menos de 3,5%) lo que resulta en una pérdida apreciable de producción de grasa láctea. El mecanismo por el cual la dieta puede inducir depresión de grasa láctea, es a través de ácidos grasos trans específicos que suprimen las síntesis de novo de ácidos grasos en la glándula mamaria, que son producidos en el rumen por una alteración en la fermentación ruminal. En la mayoría de los forrajes y dietas, 50 a 60% de todos los ácidos grasos consumidos por las vacas son poliinsaturados, lo que significa que tienen dos o más dobles enlaces entre los carbonos. Los microbios en el rumen pueden modificar los dobles enlaces de ácido grasos insaturados, a través de la agregación de hidrógenos (hidrogenación). En este proceso se producen pequeñas cantidades de ácidos grasos trans por los microbios ruminales. Estos ácidos grasos trans, al salir del rumen son absorbidos e ingresan al torrente sanguíneo de la vaca. Algunos isómeros de ácidos grasos trans específicos tienen la capacidad de inhibir la síntesis de grasa de novo en la glándula mamaria. Por lo tanto, cuando las dietas favorecen la acumulación de estos ácidos grasos trans específicos, el contenido de grasa de la leche disminuye, lo que puede llevar a una reducción en la producción de grasa. Entre los factores dietarios más comunes que aumentan el riesgo de depresión de la grasa láctea inducida por la dieta, se encuentran:

Es muy importante sacar bien las cuentas cuando se hacen cambios y se incorporan productos en la ración. Lo que parece barato suele resultar muy caro.

• Dietas con bajo contenido de forraje (menos de 40% de forraje). • Dietas con bajo contenido de fibra de forraje (menos de 18% de fibra detergente neutra de forraje). • Dietas con alto contenido de carbohidratos altamente fermentables (más de 40% de carbohidratos no fibrosos). • Dietas con alto contenido de almidón de fuentes altamente procesadas (más de 28% de almidón). • Dietas cuyo forraje principal es el ensilaje de maíz con un tamaño de partícula pequeño. • Falta de suplementación de buffers dietarios. • Dietas con alto contenido de ionóforos (más de 16 mg de monensina / kg de dieta). • Dietas bajas en proteínas degradables. • Dietas con altas concentraciones de ácidos grasos poliinsaturados (más del 2%). • Dietas con ácidos grasos suplementados de productos marinos o de pescado (más de 0,4%). • Slug feeding (consumo de alimentos en gran cantidad en un corto periodo de tiempo). • Mezcla excesiva de dietas que dan como resultado forrajes con un tamaño de partícula muy pequeño. • Mezcla inadecuada de forrajes con concentrados, que resulta en consumo selectivo por parte de las vacas. *Los valores entre paréntesis representan valores límite para dietas completas en base a materia seca que podrían inducir la depresión de grasa láctea.

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Para aumentar la producción de grasa láctea, primero se deben minimizar los factores dietarios y de manejo que aumentan el riesgo de depresión de grasa. Una vez que se logra esto, hay que enfocarse en dos componentes importantes: el forraje dietario y las grasas suplementarias. Para aumentar la producción de grasa láctea, primero se deben minimizar los factores dietarios y de manejo que aumentan el riesgo de depresión de grasa. Una vez que se logra esto, hay que enfocarse en dos componentes importantes: el forraje dietario y las grasas suplementarias. Se debe asegurar que las dietas contengan suficiente fibra de forraje para mantener la salud del rumen. La acidosis ruminal favorece la acumulación de ácidos grasos trans, lo cual suprime la síntesis de grasa láctea. Uno de los factores de riesgo es el forraje dietario inadecuado, específicamente la fibra detergente neutra (FDN). En consecuencia, para minimizar el riesgo de alteraciones ruminales, son importantes la concentración de FDN y el tamaño de partícula del forraje. Los forrajes estimulan las contracciones del rumen, que son fundamentales para la absorción de los ácidos grasos volátiles producidos durante la digestión de carbohidratos y proteínas. Los forrajes también son necesarios para estimular la rumia, lo que resulta en un masticado continuo de las partículas de alimento que favorece la secreción de saliva, que a su vez amortigua los ácidos producidos durante la digestión.

Dietas con bajo contenido de fibra aumentan el riesgo de una depresión de grasa láctea.

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Dado su alta concentración de ácido palmítico y oleico, es frecuente encontrar el aceite de palma en suplementos para vacas lecheras.

Lo habitual es que las dietas completas para vacas en lactancia contengan de 40 a 60% de forraje y de 18 a 24% de FDN sobre una base de materia seca. En general, cuanto mayor sea el forraje y la fibra detergente neutra del forraje suministrado a las vacas, mayor será la concentración de grasa en la leche. Sin embargo, si la ingesta de forraje limita el consumo total de materia seca o de energía, entonces las producciones de leche y de proteína láctea podrían disminuir. Es importante prestar atención a la calidad del forraje. Forrajes de buena calidad permiten una mayor inclusión en la dieta, lo que aumenta la ingesta total sin comprometer


el consumo de energía, y a menudo favorece la producción tanto de leche como de grasa láctea. Se recomienda utilizar el separador de tamaño de partículas de Penn State para controlar el tamaño de partículas de los forrajes y de las raciones totalmente mezcladas. La información sobre cómo usar el separador y las recomendaciones específicas para el tamaño mínimo de partícula están disponibles en https:// extension.psu.edu/penn-state-particle-separator. Las grasas dietarias pueden aumentar, disminuir o no tener ningún efecto sobre el contenido de grasa láctea. El impacto variable de la grasa dietaria sobre el contenido de grasa láctea y la producción se ve afectado en gran medida por el tipo de grasa suministrada. En la mayoría de los casos, suplementar las dietas con grasa aumentará la producción de grasa láctea (kg) debido al efecto estimulante sobre la producción de leche, pero también puede aumentar el contenido de grasa en leche (%). Cuando las dietas de las vacas lecheras se suplementan con ácidos grasos al 1,0-1,5% de la materia seca, la respuesta esperada es un aumento de 3 a 4 lb/día en la producción de leche. Además, los ácidos grasos dietarios también pueden aumentar el contenido de grasa láctea.

La etapa de lactancia La leche de las vacas en las 2 a 6 primeras semanas de lactancia usualmente tiene un elevado contenido de grasa láctea, debido a la típica pérdida de peso corporal que ocurre en este período. Este incremento se puede prolongar si es que la vaca desarrolla alguna enfermedad en la lactancia temprana. La curva de lactancia típica muestra una relación inversa entre la producción de leche y el contenido de grasa láctea (Figura 3). En lactancia muy temprana la producción de leche es muy baja, al mismo tiempo que la concentración de grasa es alta. En la medida que las vacas superan el peak de producción, esta disminuye progresivamente mientras que la concentración de grasa en leche aumenta.

Cuando el objetivo de suplementar con grasa es aumentar la producción de grasa láctea, entonces el perfil de los ácidos grasos de la fuente de grasa suplementaria es clave. En general, las fuentes de grasa ricas en ácidos grasos insaturados aumentan la producción de leche, pero tienden a reducir el contenido de grasa láctea. Por otro lado, las fuentes de grasa ricas en ácido palmítico (ácido graso con 16 carbonos, también llamado C16) estimulan la producción de grasa y de leche corregida por grasa (producción de leche ajustada con una concentración constante de grasa). Estudios han demostrado que suplementar las dietas de las vacas lecheras con 1,0 a 1,5% de la dieta de materia seca con ácidos grasos de fuentes ricas en ácido palmítico, puede aumentar la producción de grasa láctea hasta en 0,4 a 0,5 lb/día (de Souza y Lock 2018), dependiendo del nivel de producción del rebaño.

La economía de manipular la grasa láctea a través de la dieta Veamos la economía de dos casos hipotéticos que afectan el contenido de grasa en leche. El caso 1 es una lechería que suministra una dieta rica en forraje y produce 80 libras de leche con 3,8% de grasa láctea. El productor y el nutricionista decidieron cambiar la dieta para intentar aumentar el volumen, pero pensaban que el

Figura 3. Relación inversa entre producción de leche y contenido de grasa acorde a la semana de lactancia en un rebaño de 5.400 vacas Holstein en ordeña, con un promedio de rebaño de 28.000 lb de leche corregida al 3,5% de grasa. La leche fue medida diariamente y la concentración de grasa en leche se midió mensualmente para cada vaca individual. Créditos: UF/IFAS

contenido de grasa láctea bajaría un poco. La expectativa era que el aumento en el volumen de leche compensaría la pérdida en el porcentaje de grasa. Acordaron reemplazar una porción del ensilaje de maíz en la dieta (4 libras de materia seca) con grano de maíz (4 libras de materia seca) para aumentar el contenido de energía de la ración, de modo que las vacas produjeran más leche. Se asumió que la ingesta de alimento permanecería igual, en 50 libras de materia seca por vaca al día. El costo diario de alimentación de la dieta anterior fue de US$ 5,52 por vaca por día; con la nueva dieta, fue de US$ 5,66.

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La leche tendría un precio de US$ 8,504 por cada 100 libras de leche descremada y US$ 2,569 por libra de grasa. Se proporcionó un premio de US$ 0,65 por cwt1 de leche basada en el recuento de células somáticas y bacterias, y se supuso que ambas se mantendrían constantes con la manipulación dietaria propuesta. Después del cambio en la dieta, la producción de leche aumentó de 80 a 84 libras y la grasa láctea disminuyó de 3,80% a 3,50%. La producción de leche corregida al 3,5% de grasa se mantuvo igual, en 84 lb. ¿Fue este cambio dietario una buena decisión? El precio de la leche recibido dependía de la concentración de grasa, como se muestra en la Figura 4. Con la dieta anterior, el precio de la leche era de US$ 18,59 por cwt, o US$ 14,87 por vaca produciendo 80 lb. Con la nueva dieta, el precio de la leche disminuyó a US$ 17,85 por cwt, o US$ 14,99 por vaca produciendo 84 lb. Cuando al ingreso se le resta el costo de la ración, con la dieta anterior fue de US$ 14,87 - US$ 5,52 = US$ 9,35 por vaca día. Con la nueva dieta, esto fue de US$ 14,99 - US$ 5,66 = US$ 9,33 por vaca día.

En la mayoría de los casos, suplementar las dietas con grasa aumentará la producción de grasa láctea debido al efecto estimulante sobre la producción de leche. Esto supuso una pérdida de US$ 0,02 por vaca día con la nueva dieta. En consecuencia, en este caso el cambio en la dieta no fue una buena decisión. En 2013, la grasa láctea valía menos en comparación con su valor actual (Figura 4). Si utilizáramos los precios de leche descremada y grasa de 2013, la nueva dieta tendría un ingreso sobre el costo de alimentación de + US$ 0,17 por vaca día. El caso 2 es una lechería hipotética que suministra una dieta rica en forraje y produce 80 libras de leche con 3,65% de grasa. El productor y nutricionista decidieron agregar 1,5% de grasa suplementaria en un intento por aumentar la densidad de energía y estimular más producción de grasa y leche. El nutricionista reemplazó 1,5% de grano de maíz con 1,5% de un producto alto en ácido palmítico. Este producto graso era caro, costando US$ 1.450 la tonelada, por lo que el productor se preguntó si la lechería podría costear este ingrediente. La ingesta de materia seca era de 52 libras por vaca día, y se asumió que no cambiaría.

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La abreviación corresponde a 100 libras de peso

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Figura 4. Precios de la leche para la Unidad de Productos Lácteos UF / IFAS en mayo de 2013 y mayo de 2018. El precio de la leche dependía de la leche descremada, grasa láctea y premios. La leche con más grasa valía más en mayo de 2018 que en 2013 por cwt de leche despachada. yMay18 representa el precio de la leche (US$ / cwt) pagado en mayo de 2018 según el contenido de grasa. De manera similar, yMay13 representa el precio de la leche ($ / cwt) pagado en mayo de 2013 según el contenido de grasa. Créditos: UF / IFAS

Después del cambio en la dieta, la producción de leche aumentó de 80 a 83 libras y la grasa láctea de 3,65 a 3,8%. La ingesta de materia seca no cambió. Con la dieta anterior, el costo diario de alimentación fue de US$ 5,608 por vaca día, y US$ 6,137 con la nueva dieta; por lo tanto, el costo de la ración aumentó en US$ 0,71 por vaca día. El incremento en producción de leche y grasa compensó el aumento en el costo de alimentación. Con la dieta anterior, el precio de la leche fue de US$ 18,22 por cwt y, a 80 lb, las ventas de leche fueron de US$ 14,58 por vaca día. El ingreso menos el costo de alimentación fue de US$ 8,97 con la dieta anterior. Con la nueva dieta, la producción de leche, grasa y el precio de la leche por cwt aumentaron. El precio de la leche aumentó a US$ 18,59, lo que resultó en ventas de leche de US$ 15,43 por vaca día. Con un costo diario de alimentación de US$ 6,317, el costo de ingresos menos la alimentación fue de US$ 9,11. Esto significó un aumento de US$ 0,14 por vaca día en comparación con la dieta anterior. En consecuencia, agregar la grasa suplementaria fue una buena decisión en este caso. Cabe consignar que el aumento de volumen de leche significa que más leche debe ser despachada. Tenga en cuenta que no incluimos un ajuste por costo de transporte. Si la leche aumenta de 80 a 83 libras y los costos de transporte son US$ 1,00 por cwt, eso agregaría un costo de US$ 0,03 por vaca día. Esto se haría evidente con más cargas de leche que deben enviarse en un mes con una mayor producción.


Incluir los costos de transporte en los cálculos implica que aumentar el contenido de grasa vale aún más en comparación con el aumento del volumen de leche. La grasa láctea hoy vale mucho. Con los precios de la leche tan bajos como son, es aún más importante tener en cuenta el contenido de grasa en su leche. Consulte con su nutricionista para comprobar si tiene contenidos de grasa y volumen de leche adecuados.

Conclusiones La grasa láctea se ha vuelto valiosa en el mercado de productos lácteos de Estados Unidos, representando tanto o más del 50% del precio de la leche pagada a los productores en los últimos años. La concentración de grasa en la leche de las vacas lecheras es variable y está influenciada por numerosos factores, como la genética de la vaca, el medio ambiente y la dieta. Los productores deben considerar la selección de toros con un valor de reproducción superior para la producción de grasa láctea como parte de su programa de mejoramiento genético. Minimizando el estrés por calor, al implementar estrategias de reducción de calor, se benefician la producción de leche y la grasa láctea. Trabaje con el nutricionista del rebaño para formular dietas que minimicen el riesgo de depresión de grasa láctea y considere estrategias dietarias que mejoren la producción de grasa láctea. Considere los aspectos económicos de las intervenciones dietarias para mejorar la producción de grasa láctea porque, en muchos casos, se espera que los ingresos adicionales compensen la inversión en suplementos o mejores ingredientes dietarios.

José Santos, PhD. Universidad de Florida

Albert de Vries, PhD. Universidad de Florida

Traducción: Natalie Urrutia, MV, PhD.

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PRODUCTORES Rafael Osorio, Puerto Chalupa - Entre Lagos

Un lechero de dos siglos Actor y testigo privilegiado de la evolución de la producción pecuaria durante el siglo XX, el productor y médico veterinario Rafael Osorio mantiene su vigencia en el siglo XXI con posturas claras y un desafío tan complejo como loable: recuperar el cooperativismo para la actividad lechera del sur.

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s enero de 1969 y un joven veterinario recién egresado de la Universidad Austral, atraviesa el portón de la pujante Cooperativa Agrícola y Lechera de Osorno, CALO. En solo cuatro días ha pasado del nerviosismo de la titulación universitaria a la ansiedad propia del debut profesional, palpitando la emoción de incorporarse a una empresa emblema de la industria láctea nacional y motor de la economía del sur. No imagina que aquel primer empleo le permitirá cumplir su sueño de infancia: convertirse en productor pecuario. Tampoco, que 12 años más tarde la legendaria cooperativa se disolverá en medio del descalabro financiero. Han pasado 50 años desde aquel día y demasiada agua ha pasado bajo el puente. Productor lechero, médico veterinario, fundador de la Sociedad Chilena de Buiatría, ex presidente del Colegio Médico Veterinario de Osorno y consejero nacional del Colmevet durante casi tres décadas, Rafael Osorio Mardones ha sido protagonista y testigo privilegiado de la notable evolución que ha experimentado la lechería del sur en el último medio siglo. A sus 75 años Osorio está lejos de entrar al ocaso de la vida. Con una energía y vitalidad que impresionan, se las arregla para repartir su tiempo entre las labores de su fundo de Entre Lagos, la actividad gremial y la presidencia de Torrencial Lechero, la primera cooperativa lechera que se forma en Chile después de casi seis décadas. A pesar de los años y sinsabores propios del rubro, este lechero mantiene un entusiasmo incombustible por la actividad, que lo lleva a estar constantemente enfocado en objetivos concretos. Hoy en La Querencia, con una superficie total de 235 hectáreas, la meta es llegar a 200 vacas en producción y bordear los 6 mil litros promedio por lactancia. Actualmente, en el peak de producción, el promedio vaca/día alcanza los 25 litros.

La vieja escuela Rafael Osorio es un narrador de lujo para aquel que busca sumergirse en la historia agropecuaria de los últimos 50 años. Profesional de la vieja escuela, Osorio guarda vivos recuerdos de los hitos ganaderos de la segunda mitad del siglo XX, que tuvieron como grandes protagonistas a los médicos veterinarios. Desde la épica cruzada para la erradicación de la fiebre aftosa, hasta la introducción de la inseminación artificial.

modernizar a los productores con transferencia de conocimiento y créditos blandos para la adquisición de tecnología. “Fue una experiencia notable, que de alguna manera prestigió a la profesión, porque exigía que los médicos veterinarios acompañáramos todo el proceso en terreno, trabajando codo a codo con los productores”, relata Osorio, quien durante tres años entregó asistencia en los sectores de El Encanto y Mantilhue. “Salíamos de Entre Lagos a primera hora y recorríamos a caballo decenas de campos al día”. Anécdotas de aquella época se cuentan por doquier. “Como muestra de agradecimiento, los productores nos esperaban todas las mañanas con una gran caña de vino… ¡Pa’ que se le quite el frío, puh doctor!, me insistían… así que había que ponerle no más”, recuerda Osorio entre carcajadas.

Durante años Osorio realizó dos pariciones por año. Sin embargo, el análisis de las respuestas productivas lo convencieron de las ventajas que otorga su zona para concentrar los partos en primavera. En el marco del Proyecto Ganadero Sur también se dieron los primeros pasos para el control de la brucelosis y la tuberculosis, enfermedades que en aquellos años provocaban verdaderos estragos en los campos, mermando la masa ganadera y afectando dramáticamente la producción. “Los abortos por brucelosis eran pan de cada día, no había productor que no los padeciera. Yo calculo que, en promedio, superaban el 10 por ciento de los partos de una temporada”. Rafael Osorio revisita con evidente nostalgia aquellos años de idealismo profesional. Lo emociona recordar el impacto que este plan produjo en los pequeños productores, y el es-

“Crío alrededor de 170 terneros por temporada y otros 30 los vendo calostrados”.

Ingresó al Servicio Agropecuario de CALO en momentos que la cooperativa buscaba alinear a sus socios en el Proyecto Ganadero Sur, de CORFO. Loable iniciativa que planteaba

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“Hoy nuestro objetivo es producir leche con una alimentación basada en un 75 a un 80 por ciento en pradera”.

La Querencia cuenta con una manga con curva y corrales sin esquinas. Todo por el bienestar animal.

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fuerzo que ponían en modernizarse, salir adelante y pagar sus créditos. CORFO había importado el paquete tecnológico desde Nueva Zelanda y además del acompañamiento técnico dotó a los campos de salas de ordeña y tractor con máquina ensiladora incluida. “El salto fue monumental, en salud animal, alimentación, producción y gestión predial en general”, destaca el doctor Osorio. El manejo reproductivo también experimentó avances importantes, a través de la selección de toros e inseminación artificial, que no solo impulsó el mejoramiento genético sino que además permitió el control de la tricomoniasis. Logros donde jugó un rol destacado la Universidad Austral y muy especialmente el doctor Enrique Gantz, precursor de lo que sería posteriormente Cooprinsem.

La aventura colombiana A comienzos de los ‘80, víctima de una estafa Rafael Osorio cayó en un hoyo financiero que casi le cuesta el campo. “Quedé con cuatro vacas y gran deuda con el banco”. Desesperado y a punto de vender, el destino le tendió una mano inesperada. En medio de esos atribulados días, alojó a un matrimonio colombiano que arribó a conocer el sur de Chile. “A raíz de esa visita surgió el negocio para exportar ganado a Colombia, específicamente a Medellín y Bogotá”. Entre 1983 y 1988, Osorio transportó ganado por barco y avión. “Llevé unas 1200 vaquillas, toros, caballos chilenos y semen para inseminación de la UACH. Fueron cinco años memorables”, recuerda.

Oportunidad perdida El rebaño de La Querencia está compuesto principalmente por Frisón irlandés, animales rústicos, doble propósito, de buena conversión, al servicio de un sistema productivo recientemente convertido a estacional. Durante años Osorio realizó dos pariciones por año (marzo-abril: 30% y septiembre-octubre: 70%), además de la cría de terneros. Sin embargo, el análisis de las respuestas productivas lo convencieron de las ventajas que otorga la zona para concentrar los partos en primavera. “Hoy nuestro objetivo es producir leche con una alimentación basada en un 75 a un 80 por ciento en pradera”, explica.

“Chile perdió la oportunidad de generar una raza propia mejorando el material genético que llevaba varias décadas de adaptación en esta zona”.

En rigor, se trata de un sistema primaveral sui generis, porque en La Querencia los partos se producen entre julio y agosto. Algo así como un “modelo neozelandés modificado”, con primavera adelantada, suplemento de concentrando y solo cuatro meses sin producción. Los meses improductivos son cubiertos con el encaste y venta de vaquillas preñadas y con los ingresos provenientes de la “superproducción” del periodo noviembre-diciembre. No obstante, Osorio reconoce que este tránsito de un modelo anual a uno estacional no ha estado exento de complicaciones, por lo cual hoy se encuentran enfocados en realizar una serie de ajustes orientados a pulir y optimizar el nuevo sistema.

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Durante el invierno, los animales cuentan con plataformas de alimentación, sencillas, económicas y funcionales.

La crianza y venta de terneros es otro puntal del modelo de La Querencia. “Crío alrededor de 170 terneros por temporada y otros 30 los vendo calostrados. Ambos se venden muy bien, los compradores se van felices porque conocen la gran aptitud carnicera de estos animales”. Esta es una de las razones por las que Rafael Osorio aún se resiste a las “bondades” lecheras del Holstein. Defensor del doble propósito, el productor de Puerto Chalupa lamenta la irrecuperable pérdida de patrimonio genético que sufrió Chile a partir de la “holsteinización” de la lechería sureña. “Hasta comienzos de los ’80 en los campos del sur primaban el Frisón holandés y el Overo colorado, animales que si bien mostraban producciones de leche moderadas, entregaban crías con excelente aptitud carnicera”. Razas que, según Osorio, “con la inseminación artificial y los programas de alimentación modernos pueden alcanzar producciones de 5500 litros por lactancia, sin perder su cualidad carnicera”. Más allá de gustos y objetivos personales, el doctor Osorio plantea sincerar el debate, poniendo sobre la mesa los rendimientos y costos de cada raza. “De acuerdo a lo que se observa en esta zona, la ventaja de la Holstein es a lo menos relativa, si consideramos los altos costos de alimentación

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que plantea una vaca diseñada para comer maíz en confinamiento”, señala. “¡Cuántos productores quebraron porque se cegaron con los litros y se volvieron locos suministrando concentrado!”. Desde su rol gremial, Rafael Osorio se atreve a esbozar una autocrítica, afirmando que la profesión veterinaria falló en renunciar a su rol orientador, aceptando las lógicas comerciales de las empresas de inseminación. “Perdimos la oportunidad de generar una raza propia mejorando el material genético que llevaba años de adaptación en esta zona”, sentencia.

“El caso CALO explica en gran medida la desconfianza en el sistema cooperativo que se advierte hasta el día de hoy. Con Torrencial Lechero esperamos contribuir a revertir esa imagen”.


El rebaño de La Querencia está compuesto principalmente por Frisón irlandés.

La gran responsabilidad Soldado de mil batallas, la gran cruzada en la vida de Rafael Osorio ha sido lograr la unión de los lecheros del sur. Articulador incansable, Osorio no esconde el orgullo de ser el primer presidente de la recién creada cooperativa Torrencial Lechero. Fresca en su memoria está la historia de CALO, la gran cooperativa de Osorno donde dio sus primeros pasos profesionales y el lugar donde supo lo que era el cooperativismo. Recuerdos de aquella época dorada hay muchos, como “la capacidad de trabajo y honestidad intachable” de Carlos Bielefeldt y Germán Kohnenkamp, los entonces presidente y gerente de la cooperativa, respectivamente. Pero, de pronto, los buenos tiempos se esfumaron y todo cambió. “Quienes somos de la zona conocemos las razones que llevaron a CALO al desastre: fueron los malos manejos de sus últimos dirigentes lo que sepultó a una organización que tenía todo para haberse sostenido en el tiempo”, comenta.

La calidad está en las personas La Querencia exhibe muy buenos indicadores de calidad de leche, con 4 mil UFC y recuentos que se mueven entre 80 mil y 100 mil células somáticas por mililitro de leche. El porcentaje de sólidos alcanza el 7% promedio, con sobre un 4% de materia grasa. Cifras que según Osorio son mérito de un equipo cohesionado y altamente competente. Para Rafael, sus cinco colaboradores son más que empleados. “Son mis socios, llevamos más de 20 años poniéndole el hombro juntos a esta actividad”, comenta. “Confío plenamente en ellos, tanto que tiempo atrás me tocó estar fuera de Chile durante un mes y medio, y no llamé nunca para preguntar cómo andaba el campo”.

“En CALO pude ver cómo los últimos directores, más que representar a los cooperados se creían los dueños de la coo-

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La col forrajera ( al fondo) se destina para la alimentación invernal, evitando la carga sobre la pradera.

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Rafael junto a su señora, Gladys Ruiz.

perativa”, relata. “El descalabro por malos manejos llegó a tal nivel, que tuvieron que pedirle a los cooperados no pagarles la leche un mes, y luego otro, y otro, ¡tres meses estuvieron los socios sin recibir dinero!, hasta que se produjo el desastre”. El daño que este hecho provocó a la imagen del cooperativismo fue enorme, plantea Osorio. “Cuando a una persona le arrebatas aquello que obtuvo con tanto esfuerzo, provocas un impacto muy profundo en su ser. El caso CALO explica en gran medida la desconfianza en el sistema cooperativo que se advierte hasta el día de hoy”, subraya. “Con Torrencial Lechero esperamos contribuir a revertir esa imagen”, agrega. Las malas experiencias no terminaron ahí. Después de la debacle de Calo, Rafael Osorio se integró a la cooperativa de distribución eléctrica, CREO, esta vez en calidad de director. En el ejercicio de su cargo, pero con escaso poder real, fue advirtiendo progresivas irregularidades en la conducción de la empresa, hasta que aconteció lo inevitable. Fue la crónica de una muerte anunciada: una nueva cooperativa osornina fracasaba producto de malos manejos de sus dirigentes. Sucesos amargos, que han forjado en Rafael Osorio un sentido del deber a toda prueba. Convencido de que su cargo conlleva una responsabilidad mayor, no duda en señalar que “los cimientos de una cooperativa son la honestidad y la transparencia de sus integrantes, especialmente de sus dirigentes”, concluye.

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NUTRICIÓN

Acetato Un nutriente clave En los últimos años el acetato ha sido revalorizado como un ácido graso fundamental en la nutrición y producción de vacas lecheras.

L

os rumiantes tienen la virtud de transformar alimentos fibrosos de poca utilidad para la nutrición humana, en productos muy valiosos como la leche, carne, lana y otros. Esta particularidad se debe a la acción de los microbios ruminales, que pueden degradar la fibra de los forrajes para transformarla en nutrientes útiles para la vaca, como son los ácidos grasos volátiles (AGV). Los AGV son ácidos grasos de cadena corta (hasta 4 carbonos), y los de mayor abundancia en el rumen son el acetato (2 carbonos), propionato y butirato. El propionato es ampliamente reconocido como el precursor de glucosa más importante en la vaca lechera, mientras que el acetato y el butirato se asocian a la producción de grasa láctea. En particular, el acetato es el AGV producido en el rumen de mayor abundancia, provee ~45% de la energía proveniente de AGV y ~80% de los carbonos requeridos para la síntesis de leche. La producción y concentración de acetato en el rumen de una vaca lechera depende principalmente de la composición química de la dieta. Dietas más fibrosas resultan en una mayor concentración de acetato en desmedro del propionato, mientras que dietas menos fibrosas resultan en una menor concentración de acetato. Las bacterias que producen la mayor parte del acetato ruminal son los del grupo “celulolíticas”, que actúan degradando la fibra (celulosa,

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hemicelulosa) y se reproducen y funcionan bien a pH ruminales saludables (sobre 6), lo que se logra con los mecanismos propios de la vaca para mantener el rumen tamponizado (buffer salivales resultado de la rumia de alimentos fibrosos). El pH del rumen juega un rol vital en la producción de acetato, ya que si existen periodos de acidosis ruminal prolongados, las bacterias “celulolíticas” pueden morir, y luego demorar en recuperar la población microbiana adecuada para digerir la fibra de la dieta. Es interesante mencionar que existe una relación positiva entre el pH ruminal y la producción de grasa láctea, lo que se asocia principalmente a la degradación de la fibra por microbios celulolíticas a un pH ruminal adecuado. También, es importante reconocer que además de la fermentabilidad de la dieta, el Balance Cation-Anion juega un rol en el pH del rumen. Es así como a mayor concentración de cationes en la dieta lechera, el pH ruminal es mayor y también asociado a mayor concentración de grasa láctea. La importancia del acetato en la producción de grasa láctea se conoce desde bastantes décadas. Estudios realizados entre 1959-1970 demuestran un efecto lineal del acetato en la producción de grasa láctea, es decir a mayor concentración de acetato ruminal, existe mayor producción y concentración de grasa láctea. Estos estudios también identificaron que la respuesta de la producción de grasa láctea al acetato


El acetato es el AGV producido en el rumen de mayor abundancia, provee ~45% de la energía proveniente de AGV y ~80% de los carbonos requeridos para la síntesis de leche.

4.2 4.1

1.55

4.0

1.50

3.9

1.45

3.8 3.7

1.40 kg/d

1.35 1.30

3.6

%

Grasa láctea %

Más recientemente, se revalidaron estos datos antiguos, usando vacas lecheras modernas con altos consumos de materia seca, y además de reafirmar el importante rol del acetato en la producción de grasa láctea, se observó una interesante respuesta en los litros de leche producidos (Figura 1). Lo más interesante de este estudio, fue que al evaluar el balance energético de estas vacas lecheras, hubo una eficiencia de transferencia aparente de energía del acetato a la leche mayor a 100%.

1.60

Producción grasa láctea, (kg/d)

era afectada por la concentración de fibra dietaria y también de los días en lactancia, pero estos efectos fueron poco claros por el pequeño número de animales en cada estudio.

3.5 0

5

10

15

3.4

Dosis Acetato (M/d)

Figura 1: Respuesta en la producción y concentración de grasa láctea a dosis crecientes de acetato. Efecto cuadrático para producción de grasa (P<0.001) y efecto lineal para concentración de grasa (P<0.01). Fuente: Urrutia and Harvatine, 2017.

Esto nos sugiere que el acetato participa como un nutriente bioactivo que regula el redireccionamiento de energía corporal (músculo, adiposo) hacia la producción de leche y sus componentes. Esto resulta bastante interesante, ya que clásicamente creíamos que en la vaca lechera el redireccionamiento de energía corporal era regulado principalmente

La producción y concentración de acetato en el rumen de una vaca lechera depende principalmente de la composición química de la dieta.

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Existe una relación positiva entre el pH ruminal y la producción de grasa láctea.

por la integración de señales principalmente hormonales durante las distintas etapas del ciclo productivo. ¿Será posible que el acetato, además de ser un nutriente vital en vacas lecheras y otros rumiantes, participe como un mediador de señales para indicar si se debe enviar más o menos nutrientes hacia la glándula mamaria? En otros modelos animales, tales como el ratón, el conejo, cerdos y humanos, los AGV, incluyendo el acetato, han demostrado propiedades bioactivas asociadas a la regulación metabólica. Principalmente se han descubierto respuestas de saciedad, sensibilidad insulínica, lipogénesis en tejidos adiposo y hepático, y lipólisis, a los AGV. Se desconoce el mecanismo principal, pero posiblemente se asocian a receptores en las células animales que “perciben” nutrientes, y que al activarse, desencadenan una serie de eventos intracelulares que llevan a una respuesta metabólica. Un ejemplo muy claro de la acción bioactiva del acetato en la regulación metabólica, es el uso del vinagre en dietas para bajar de peso. Así es, consumir vinagre (ácido acético) es una “receta” popular para bajar de peso, y esto está en di-

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El acetato participa como un nutriente bioactivo que regula el redireccionamiento de energía corporal hacia la producción de leche y sus componentes.

recta relación con su acción sobre el tejido adiposo, en particular, en mecanismos para movilizar la grasa corporal para que sea utilizada o quemada por otros órganos y tejidos. En la vaca lechera, no se sabe mucho de la acción bioactiva del acetato, ni de los receptores que perciben nutrientes, solo que su abundancia en cada órgano es diferente según la etapa de lactancia, lo que nos sugiere que el acetato tendría un efecto diferente en cada órgano y en cada etapa del ciclo productivo. Por el gran potencial bioactivo del acetato en la regulación de lactancia, y por los antecedentes antes mencionados,


A mayor concentración de acetato ruminal, existe mayor producción y concentración de grasa láctea.

dieta basal; (2) la etapa de lactancia; y si los receptores sensores de nutrientes están involucrados en estas respuestas. La importancia de determinar el involucramiento de estos receptores radica en que se podrían modular farmacológicamente con moléculas distintas al acetato.

resulta pertinente dar un paso más allá e investigar si a través del acetato podríamos generar cambios significativos en el rendimiento productivo de nuestras vacas lecheras, sin afectar su salud y bienestar. Para, en el largo plazo, determinar si resulta eficiente desde el punto de vista económico, suplementar a vacas lactantes con aditivos en base a acetato, en etapas específicas de la lactancia, ya sea para promover la movilización de nutrientes o para aumentar la producción de leche y sólidos. Actualmente este tema está siendo investigado en el marco de un proyecto FONDECYT de Iniciación (N°11181211, 20182021) en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA Remehue. Al termino del proyecto, sabremos si la respuesta al acetato en la producción de leche y redireccionamiento de nutrientes se afectan según (1) la fermentabilidad de la

Natalie L. Urrutia MV., PhD. Investigadora Nutrición de Vacas Lecheras. INIA Remehue. natalie.urrutia@inia.cl

Referencia: Urrutia, N. L. and K. J. Harvatine. 2017. Acetate Dose-Dependently Stimulates Milk Fat Synthesis in Lactating Dairy Cows. The Journal of Nutrition 147(5):763-769.

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SALUD ANIMAL

BACTERIÓFAGOS Letales contra la Resistencia Dado el creciente problema de la resistencia a los antibióticos, en un futuro próximo los bacteriófagos o fagos serán la terapia más recurrente para el tratamiento de enfermedades patógenas ocasionadas por bacterias.

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S

i bien en el ejercicio diario de mi trabajo no me vinculo directamente con clínica de animales mayores, observo el uso cotidiano que se hace de los antibióticos y cómo la comunidad científica internacional trabaja por tratar de erradicar la mala praxis de utilizar estas herramientas de forma indiscriminada. El sistema gastro-intestinal (SGI) es el órgano más colonizado de todo el organismo, principalmente por la población microbiana: alberga más del 70% de todos los microbios del cuerpo del animal y forma el microbioma gastrointestinal, que consiste en bacterias, levaduras y hongos, protozoos y virus. Los virus presentes en el SGI representan, cuantitativamente, el mayor número de componentes del microbioma gastrointestinal. Excluyendo la presencia de virus responsables del síndrome de malabsorción, la población viral está representada casi exclusivamente por bacteriófagos, también llamados fagos.

Descubrimiento y relegación El descubrimiento de bacteriófagos se remonta a fines del siglo XIX, precisamente a 1896, cuando el bacteriólogo británico Ernest Hanbury Hankin observó que las aguas del Ganges y el Jumna, en la India, poseían propiedades antibacterianas que habían reducido la incidencia de cólera y disentería en zonas situadas cerca de estos ríos. Otro investigador planteó la hipótesis de que estas propiedades antibacterianas debían atribuirse a una sustancia desconocida, capaz de ir más allá de los filtros de porcelana utilizados para filtrar el agua del río, pero que podrían degradarse a altas temperaturas (termolábil).

Sin embargo, con la llegada y el desarrollo de los antibióticos en Norteamérica, el uso de bacteriófagos se dejó de lado en favor de los medicamentos recién descubiertos, pero en Europa del Este la terapia con fagos ha continuado desarrollándose y todavía se usa en la actualidad. Los bacteriófagos son virus y, a diferencia de las bacterias, no pueden replicarse por sí mismos. Son parásitos obligatorios, simplemente porque tienen que explotar otras células para reproducirse. Cuando la célula utilizada es de un animal, los virus provocan un daño celular masivo, y daño al organismo del huésped. Cuando una bacteria patógena daña una célula animal, los bacteriófagos pueden convertirse en aliados de la salud (el enemigo de mis enemigos es mi amigo) y controlar la replicación bacteriana. Se cree que, en un futuro cercano, considerando el creciente problema de la resistencia a los medicamentos y la consiguiente insensibilidad bacteriana no solo a los antibióticos, sino también a otras moléculas como los aceites esenciales, hasta el cobre (sulfato) y el zinc (óxido), los bacteriófagos serán la terapia más recurrente para el tratamiento de enfermedades patógenas ocasionadas por bacterias. En muchos planteles pecuarios se hace un uso indiscriminado de los antibióticos, siendo una de las causas del surgimiento de las llamadas bacterias superresistentes.

Casi veinte años después de las primeras observaciones, otro bacteriólogo británico observó un fenómeno similar al descrito anteriormente e hipotetizó que “la sustancia desconocida” con actividad antibacteriana podría ser un virus. Sin embargo, debido a la falta de fondos, no se pudo continuar con la investigación. Solo dos años después, el microbiólogo franco-canadiense Félix D’Herelle, a principios del siglo XX, descubrió, o mejor dicho redescubrió la existencia de virus bacteriófagos, o virus destructores de bacterias. Poco después de su descubrimiento, D’Herelle hizo el primer intento de introducir la terapia con bacteriófagos para el tratamiento de la disentería, la cual tuvo resultados positivos. Posteriormente, la terapia con fagos se probó para el tratamiento de otras infecciones, en las cuales también se obtuvieron resultados positivos.

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Un bacteriófago o fago es un virus que parasita una bacteria en particular, patógena o no patógena, y puede causar su aniquilamiento por lisis o destrucción de sus componentes principales. El bacteriófago ataca a la bacteria fijando fibras en un punto preciso en la superficie de la bacteria. Con un mecanismo de contracción inyecta su ácido nucleico, mientras que la envoltura proteica permanece fuera.

La terapia con bacteriófagos sigue siendo una alternativa válida a la terapia con antibióticos, ya que el organismo animal está en contacto permanente con los fagos. Una vez inyectado su ácido nucleico, el genoma del fago puede seguir dos caminos: A) En el ciclo lítico (típico de los bacteriófagos T), utilizará el aparato de replicación del huésped para producir nuevas partículas de fago, hasta alcanzar el volumen de ráfaga, momento en que las células se desintegrarán por lisis, o B) En el ciclo lisogénico, en cambio, el genoma del fago está integrado en un punto específico del cromosoma bacteriano. En este estado integrado, el fago se llama profago, y siempre que el cromosoma bacteriano se replica, el genoma integrado también lo hace. Una bacteria que contiene un profago se llama “lisogénica”. El estado de profago se mantiene mediante una proteína específica producida por el propio fago. La eliminación de este represor induce el ciclo lítico. Los bacteriófagos se pueden dividir en dos categorías principales, dependiendo de si su genoma tiene la capacidad de encajar en el cromosoma bacteriano, logrando replicarse con él. De hecho, algunos bacteriófagos, una vez que se completa Las bacterias causantes de enfermedades se adaptan a los antibióticos más rápido de lo que la industria puede generar nuevos medicamentos para contrarrestarlos.

la infección, siempre determinan la producción de nuevos viriones, mientras que otros solo conducen excepcionalmente a la lisis de la bacteria infectada. Los bacteriófagos del primer tipo se llaman virulentos; los segundos se llaman bacteriófagos templados. Las bacterias que portan un bacteriófago templado integrado en su genoma se llaman lisógenos y tienen algunas diferencias con sus progenitores, por ejemplo, ya no son sensibles al bacteriófago templado que los ha infectado generando una inmunidad lisogénica. Sobre la misma base se produce el fenómeno de conversión, por el cual las cepas no toxigénicas de Corynebacterium diphterie, Streptococcus pyogenes, y también otras especies, adquieren la capacidad de producir toxina, si se hacen lisogénicas por la infección de bacteriófagos de cepas toxigénicas.

Ventajas y desventajas Los bacteriófagos se consideran enemigos naturales de las bacterias y tienen ventajas sobre los antibióticos: 1. Son altamente específicos, ya que cadriófago es selectivo para una especie bacteriana determinada, o incluso para cepas bacterianas específicas. Esta característica es muy importante ya que, de esta manera, las bacterias responsables de la infección son los únicos objetivos de la terapia y no genera, como suele ocurrir con los antibióticos, la destrucción indiscriminada de las bacterias que forman la flora bacteriana habitual. Todo esto redunda en una reducción de los efectos secundarios causados por muchos antibióticos, como la diarrea y la hipovitaminosis. 2. Gracias a la lisis de bacterias, los bacteriófagos estimulan indirectamente el sistema inmunológico. De hecho, la lisis bacteriana genera fragmentos celulares que son reconocidos por el sistema inmunológico, activando la respuesta. 3. Puede ocurrir que las bacterias desarrollen resistencia también hacia los bacteriófagos, pero si esto sucede, los fagos pueden desarrollar en poco tiempo una nueva cepa capaz de atacar nuevamente a las bacterias. 4. Cuando se eliminan las bacterias responsables de la infección, incluso los bacteriófagos desaparecen. 5. Son baratos, ya que están fácilmente disponibles en la naturaleza.

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Sin embargo, los bacteriófagos también pueden presentar algunas desventajas:

1. Dado que los bacteriófagos son altamente específicos para ciertos tipos de bacterias, la preparación basada en fagos debe personalizarse para cada enfermedad o infección. Es necesario identificar exactamente las bacterias responsables de la infección. Esto puede causar problemas cuando hay una necesidad urgente de intervenir rápidamente en casos de alta morbilidad y mortalidad. 2. Las toxinas bacterianas dañinas para el animal pueden estar contenidas dentro de la preparación del fago. 3. Puede ocurrir una transferencia de genes bacterianos entre una cepa de virus y la otra. 4. Después de la lisis bacteriana, se pueden liberar cantidades excesivas de toxinas en el organismo y causar un shock tóxico. Este obstáculo se puede superar mediante técnicas de ingeniería genética, con el objetivo de privar a los fagos de los genes necesarios para la síntesis de lisina; esto también limita la proliferación de fagos, ya que sin lisina los virus replicados dentro de la célula bacteriana no pueden escapar.

En cualquier caso, a pesar de las desventajas, la terapia con bacteriófagos sigue siendo una alternativa válida a la terapia con antibióticos, ya que el organismo animal está en contacto permanente con los fagos, que se encuentran en todas partes. El mayor obstáculo está representado por las técnicas de desarrollo de los preparativos de fagos, que no cumplen con las normas occidentales que regulan el desarrollo y uso de nuevos fármacos. Sin embargo, en los Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado el uso de preparaciones de bacteriófagos para la descontaminación de animales, plantas y sus derivados destinados al consumo humano, en particular el uso de fagos específicos para Salmonella y Escherichia coli. En Europa, en el laboratorio de probiogenómica de la Universidad de Parma, coordinado por el profesor Marco Ventura, se ha aislado el llamado fago de “rotación” que ha permitido a la industria láctea resolver el problema causado por los bacteriófagos de las bacterias lácticas. El nuevo grupo de bacteriófagos activos contra las bacterias bífidas, lla-

En los últimos años la investigación ha centrado su atención en los fagos, dada su abundancia en el intestino y cualidad para transportar los genes de una bacteria a otra.

Los antibióticos desplazaron a los bacteriófagos prácticamente en todo el mundo, pero en Europa del Este la terapia con fagos ha continuado desarrollándose. mado bifidobatteriofagi, siendo las bifidobacterias los primeros colonizadores del microbioma GIT, nos ha permitido descubrir cómo estos fagos pueden regular su desarrollo. Respecto a la situación de la resistencia a los antibióticos, es más preocupante de lo que creemos. Hoy en día, las bacterias causantes de enfermedades se adaptan a los antibióticos más rápido de lo que la industria puede generar nuevos medicamentos para contrarrestarlos, creando las llamadas bacterias superresistentes, que representan una grave amenaza para la salud pública. La microbiota intestinal tiene formas para protegerse, aumentando aún más la resistencia a los antibióticos, permitiendo que la bacteria sea potencialmente más fuerte y más resistente que antes. Por lo tanto, controlar los fagos que se alojan en el intestino, en lugar de los patógenos en sí mismos, es el camino hacia la curación y la detención de la resistencia a los antibióticos. Estamos en el comienzo de este camino y existen nuevas posibilidades que ofrecen los continuos estudios de la búsqueda de fagos para el tratamiento de enfermedades.

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Existen fenoles y polifenoles, polimerizados, capaces de disociarse en el SGI, liberando moléculas de naturaleza fenólica, asimilables a nivel entérico, capaces de activar un círculo entero-hepático. Estos fenoles son capaces de modificar favorablemente la composición de la microbiota, actuando indirectamente sobre los fagos. Esta capacidad está vinculada al proceso de producción de la polimerización, capaz de liberar moléculas que pueden ser absorbidas por la mucosa intestinal y, por lo tanto, realizar una amplia gama de acciones sistémicas: antioxidantes, antiinflamatorios, inmunomoduladores. Pero la absorción de algunos de estos ingredientes activos también ocurre en la parte de las bacterias del SGI, y si estas bacterias tienen un profago en su interior, son capaces de neutralizar por precipitación solo la proteína producida por las bacterias intestinales que permiten adaptarse a los antibióticos. Últimamente, la investigación ha centrado su atención en los fagos, ya que son muy abundantes en el intestino y muy buenos para transportar los genes de una bacteria a otra. En un ensayo experimental, realizado por Jim Collins de la Universidad de Boston (publicado en Nature en junio de 2017), los cuyes fueron tratados con Ciprofloxacina o AmFigura 1. Un bacteriófago o fago es un virus que parasita una bacteria en particular, y puede causar su aniquilamiento por lisis o destrucción de sus componentes principales.

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picilina, dos antibióticos de uso común. Después de ocho semanas, todos los virus se recolectaron en las heces de los cuyes y se identificaron los genes virales presentes, comparándolos con una gran base de datos de genes conocidos. Así, se descubrió que los fagos tratados con ampicilina habían producido más genes que ayudan a las bacterias a combatir la ampicilina y los fármacos relacionados, como la penicilina; mientras que los tratados con Ciprofloxacina habían producido más genes que ayudan a las bacterias a combatir la Ciprofloxacina y medicamentos similares. Cuando los cuyes son tratados con algunas clases de medicamentos, siempre se observa el enriquecimiento de los genes de resistencia a estos medicamentos. En los fagos lisogénicos, la proteína ya no es capaz de mantener el estado de profago, por lo que su precipitación induce nuevamente el ciclo lítico y la consiguiente lisis bacteriana, sin ninguna transcripción genética de la resistencia. Este extraordinario mecanismo de acción, altamente específico, protege al mismo fago de la posibilidad de incurrir en fenómenos de resistencia a los antibióticos, garantizando una amplia efectividad en el tiempo, también en relación con cepas particularmente agresivas y multirresistentes.


Los bacteriófagos son altamente específicos, ya que cada fago es selectivo para una especie bacteriana determinada, o incluso para cepas bacterianas específicas. La actividad bactericida hacia cepas bacterianas multirresistentes se explica por el mecanismo de acción de los fenoles: las cepas multirresistentes han adquirido esta característica gracias a que los bacteriófagos lisófagos, pudiendo interrumpir el ciclo lisogénico al regresar a la fase lítica, interrumpen el proceso de la resistencia a los antibióticos. Esto sugiere que el uso prolongado a lo largo del tiempo puede incluso restaurar la eficacia de los antibióticos en sí mismos, lo que volvería a adquirir sus propiedades antibacterianas normales. El camino recién comienza. Tal vez con fagos podamos controlar gran parte de las enfermedades bacterianas. Hay que ver cómo los investigadores desarrollan nuevos fagos para nuevas enfermedades y que comencemos a utilizarlos correctamente.

La gran especificidad de los fagos evita la destrucción indiscriminada de la flora bacteriana, como ocurre con los antibióticos.

Felipe Pino San Martín NUTRIVET, Nutrición Veterinaria Médico Veterinario. Universidad de Chile PhD Mención Nutrición de Rumiantes Pennsylvania State University, USA pinovet@gmail.com

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BIENESTAR ANIMAL

Desmochado y descornado en ganado lechero

CÓMO MINIMIZAR EL DOLOR Desmochado y descornado son procedimientos fundamentales para facilitar el manejo del rebaño, pero deben ejecutarse con herramientas y fármacos adecuados que permitan realizar una técnica prolija y así evitar sufrimiento y dolor en los animales.

E

l desmochado y descornado son prácticas relativamente frecuentes en el ganado bovino, sobre todo en el lechero. Estos procedimientos buscan facilitar el manejo, ya que los animales sin cuernos resultan más fáciles de manejar y son potencialmente menos peligrosos, tanto para las personas como para otros animales. De hecho, son muchos los casos reportados en que personas son gravemente lesionadas e incluso mortalmente heridas por esta causa. Además, los bovinos sin cuernos requieren menos espacio por corral y por comedero.

Descorne con hierro caliente.

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El desmochado es la eliminación por diferentes métodos de los botones de los cuernos (5-10 mm de longitud) en terneros de hasta 2 meses de edad, mientras que el descornado se refiere a la extracción de los cuernos ya formados en el ganado vacuno de todas las edades. El desmochado en terneros se debe realizar idealmente antes de que el animal cumpla las seis semanas de vida (4-6 sem) utilizando anestésicos locales y anti-inflamatorios de acción prolongada (> 3 d). Esta técnica se basa en la destrucción de


la parte anatómica (tejido germinativo o corión), que es la que genera el crecimiento del cuerno, sobre todo en la fase inicial del brote o erupción. Cuadro 1.

Es recomendable eliminar los cuernos antes de las 6 semanas de vida. En esta etapa el proceso es mucho más fácil de realizar y menos doloroso. A pesar de que el desmochado y descorne están justificados por razones de manejo e incluso de bienestar animal, no hay duda de que se trata de prácticas dolorosas e incómodas para el ganado (Cuadro 1), por lo cual deben ser llevadas a cabo por personal idóneo, con herramientas y fármacos necesarios para realizar una técnica prolija y así evitar sufrimiento y dolor en los animales, que finalmente pueda perjudicar su bienestar y productividad. Cabe destacar que el beneficio de trabajar con animales descornados, tanto para los trabajadores como para los propios animales, supera el corto periodo de incomodidad del animal al momento del procedimiento de desmochado o descornado.

Razones para desmochar terneros:

Indicadores de comportamiento, fisiológicos y productivos del dolor causado por las prácticas de descornado y desmochado. Indicadores fisiológicos y productivos

Indicadores de comportamiento Incremento

Incremento

• • • • • •

• • • •

Echarse/levantarse Sacudir la cola Sacudir la cabeza Sacudir las orejas Dar patadas Rascarse

Cortisol plasmático Cortisol en saliva Frecuencia cardíaca Frecuencia respiratoria

Disminución

Disminución

Ingestión y rumia

Ganancia de peso

A tener en cuenta:

Minimiza el riesgo de lesiones y moretones a otros animales.

Todos los métodos físicos de descornado causan dolor y efectos secundarios.

Evita pérdidas económicas en el ganado durante el transporte.

Los terneros jóvenes se recuperan más rápido y tienen menos complicaciones que terneros de mayor edad.

Se requiere menos espacio en comederos y pasillo/ caminos.

No hay pruebas de que los terneros jóvenes experimenten menos dolor que los terneros de mayor edad.

Menor riesgo de lesiones a trabajadores agrícolas.

La anestesia local elimina el dolor agudo durante unas pocas horas.

Menor riesgo de muerte, enfermedad y contratiempo al descornar los terneros jóvenes frente a los terneros más viejos. Mayor ventaja de precio en ganado sin cuernos. Produce ganado dócil que es más fácil de manejar. Menor agresividad en patio de alimentación. Facilita el manejo en general.

La anestesia local, combinada con un sedante y un analgésico puede proporcionar el mejor alivio del dolor. El descornado sin anestesia es considerado inhumano y poco ético. El uso de toros sin cuernos es una alternativa favorable al bienestar del predio. El control del sangrado es esencial al descornar los terneros de mayor edad.

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Métodos para el desmoche A) Pasta cauterizante Son sustancias químicas cáusticas que se aplican en los brotes de los cuernos de terneros jóvenes (1 semana), la cual impide el crecimiento de estos. Este químico destruye las células encargadas de producir el cuerno, las cuales se encuentran en la base del brote o yema. Estos productos químicos se presentan en barra y en pastas.

4. Ponga la punta del quemador sobre el cuerno y aplique una presión suave. Cuando el pelo quemado comienza a echar humo, lentamente comience a rotar la barra con un giro de su muñeca. 5. Continúe la aplicación del calor de 10 a 15 segundos. No mantenga la barra de descornar en un mismo lugar por mucho tiempo. 6. El descornado se da por terminado cuando se ve un anillo de color cobre alrededor de la base del cuerno.

Cabe destacar que una vez que el ternero cumple los 2 meses, la base del cuerno se adhiere al cráneo y crece como extensión de sus huesos. A partir de entonces el uso de hierro caliente o pasta cauterizante ya no será eficaz, por lo tanto es necesario recurrir a otros métodos de descorne.

Todos los procedimientos para desmoche o descorne tienen ventajas y desventajas, por lo tanto se hace indispensable obtener asesoría veterinaria antes de realizarlos. Técnica 1. Retire el pelo desde la base del brote del cuerno y aplique una capa delgada de sustancia cáustica sobre el brote de cuerno. 2. Vuelva el pelo a su posición normal. 3. Proteja al ternero y a la vaca (madre) de quemaduras cáusticas accidentales, con un parche sobre el brote del cuerno.

B) Hierro caliente Esta técnica funciona bien para terneros de hasta 6 semanas de edad. Existen varios tamaños de hierro para descornar, y pueden ser eléctricos, a gas o simplemente calentados a fogata. Se hace necesaria una buena inmovilización del ternero para que la técnica sea aplicada correctamente (Ver foto principal).

Técnica 1. Use guantes para proteger sus manos. 2. Mantenga la oreja del ternero fuera del alcance de la barra para evitar que se queme. 3. Caliente la barra para descornar hasta que alcance el rojo vivo.

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Métodos para el descorne A) Descornador Barnes Este método permite descornar rápidamente el brote del cuerno, desde las 6 semanas, que es cuando la base del cuerno ya está adherida al cráneo. Es apropiado para descornar terneros que tengan cuernos con una longitud máxima de 10 cm, o entre 2 a 4 meses de edad. Las cuchillas deben mantenerse siempre afiladas para obtener mejores resultados.


Descorne con liga.

Técnica 1. Cierre los mangos hasta juntarlos. 2. Ponga la boca del aparato sobre el brote de cuerno. El objetivo es quitar completamente el círculo de piel que circunda la base del cuerno. 3. Presione el descornador suavemente contra la cabeza. Mantenga la presión y rápidamente abra los mangos para quitar el cuerno y la piel. 4. En caso de hemorragia, cauterizar o controlar con pinzas. 5. Limpiar y desinfectar el descornador para poder utilizarlo en otro ternero.

y nutritivo hacia el cuerno, por lo cual hace que este caiga alrededor de los 20 días de colocada la liga (Fotografías aportadas por Leslie Mackenzie MV - Chile.)

Descornador Barnes.

B) Descorne con liga Este método antiquísimo y totalmente manual, se realiza en animales adultos con el cuerno ya formado, sobre todo en vacas lecheras, que por diferentes motivos no se le desmochó o descornó cuando fueron terneras y estén causando algún impacto en el sistema productivo, ya sea molestando al comer, dañando a otras vacas o sean potencialmente peligrosas para el personal del predio. Para esta metodología, se recomienda utilizar ligas planas (ej: cámara neumático) para evitar que esta se deslice por el cuerno. Este método corta el flujo sanguíneo

Técnica 1. La liga se aplica en la base del cuerno con un ajuste suficiente para que esta se mantenga en posición y no se deslice. 2. Procurar que tanto la zona y la liga estén limpias y no exista material contaminante.

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C) Descorne tradicional Este tipo de descorne es aplicado generalmente en animales adultos con cuernos formados, ya sea con tijeras descornadoras o cables de sierra, los cuales permiten descornar cierta parte del cuerno, o como se menciona en los campos chilenos “despuntar” el cuerno. Con este tipo de herramientas siempre se recomienda solo despuntar, ya que al realizar la técnica muy cercana a la base del cuerno hay un sangramiento excesivo y posibilidad de infección o enfermedad en el vacuno. Debido a que tanto el desmoche como el descorne finalmente son procedimientos quirúrgicos, los animales requieren de observación y cuidados post-cirugía, tales como: • Observar si existe sangrado durante 30 a 60 minutos. • Si existe sangrado cauterizar o detener hemorragia. • En caso de ser necesario y según época, aplicar algún larvicida y/o repelente para moscas. • Observar por 10 a 14 días si hay signos de infección y tratar según sea necesario. • Siempre recurrir a un médico veterinario cuando hay mayor inconveniente, como por ejemplo infecciones o dolor severo en el bovino.

Consulte a su médico veterinario Todos los procedimientos descritos para desmoche o descorne en bovinos, tienen ventajas y desventajas, por lo tanto se hace indispensable obtener asesoría veterinaria antes de realizarlos, sobre todo cuando alguno de estos es totalmente desconocido por el encargado o los trabajadores del predio. Además, siempre es recomendable bajo cualquiera de los procedimientos descritos, utilizar métodos de anestesia y alivio del dolor del bovino, sobre todo con el uso de hierro caliente. Estos incluyen la utilización de anestésicos locales de acción corta, como Lidocaína 2%, con un efecto de aproximadamente 60-180 minutos, un sedante agonista alfa-2, como por ejemplo Xilacina, la cual proporcionará analgesia durante un par de horas y, finalmente, un anti-inflamatorio no esteroidal (AINEs) de larga acción, como Ketoprofeno o Meloxican. Todo esto para minimizar el dolor en nuestros animales y brindarles siempre un mejor bienestar. Finalmente, como premisa considerar siempre eliminar los cuernos antes de las 6 semanas de vida. En esta etapa, antes de los 2 meses de edad, el proceso es mucho más fácil de realizar y menos doloroso que si se realiza después de que el brote o cuerno se ha adherido al cráneo (6 a 8 semanas de edad) de manera definitiva.

Jorge Salazar Vallejos Médico Veterinario Asesor Predial jsv.vet@gmail.com +56 9 31759830

Referencias: Anderson, N. Disease Prevention, Ruminants/OMAFRA. 2012. Deshorning of Calves.

Bajo cualquier procedimiento se debe utilizar anestesia y métodos de alivio del dolor, sobre todo con el uso de hierro caliente.

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Mainau, E., Temple, D., Manteca, X. 2012. Efecto del descornado y del desmochado en el bienestar del ganado vacuno. Meléndez, P. 2019. Campo-Mercurio. Cómo hacer un adecuado descorne en terneros.


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CALIDAD DE LECHE

Bioseguridad Un muro impenetrable Entre los desafíos que enfrenta la lechería de precisión, uno de los más importantes es la implementación de sistemas que aseguren la calidad de la leche producida. Acá las razones económicas para levantar esta pared sanitaria infranqueable, capaz de frenar el ingreso de agentes bacterianos potencialmente virulentos. “Las investigaciones han demostrado que a pesar de las preocupaciones informadas sobre la amenaza de la enfermedad en los animales de producción de leche y el alto nivel de conciencia sobre el riesgo de estas mismas, los productores no siempre se comprometen a implementar la bioseguridad al nivel esperado por las autoridades competent es. Hay países en donde ni siquiera se ha incorporado el concepto en los actores de la industria” (Garforth et al., 2013; Brennan & Christley, 2013).

E

n los próximos años las exigencias de la industria láctea se orientarán fuertemente a contar con proveedores de alto nivel sanitario y tecnológico, lo que significa que se privilegiará lecherías que reflejen su calidad con auditorías cada vez más rigurosas para minimizar los riesgos. Esto es perfectamente comprensible, ya que un solo escándalo sanitario podría tener consecuencias irreparables en la imagen de la industria. En la actualidad, la implementación de sistemas de bioseguridad en la industria procesadora de alimentos se ha convertido en una práctica habitual, constituyendo la piedra angular del aseguramiento de la calidad composicional y microbiología de los productos. Una herramienta que en el sector lechero permite manejar grandes rebaños con menores riesgos e imprevistos, disminuyendo la mano de obra (De Koning, 2010) y conectando con la

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tendencia de incrementar el número de vacas en ordeña.

La bioseguridad en el contexto de S. aureus La bioseguridad es crítica para reducir los factores de riesgo de infección latente, evitar nuevas infecciones y para disminuir la re-introducción de, por ejemplo, S. agalactiae, o la suma de nuevas y más virulentas cepas de S. aureus a los rebaños (Mork, 2005). ¡Atención! No todas los S. aureus son responsables de la mastitis en un rebaño (Sommerhauser, 2003; Capurro, 2010). Esto significa que si usted está eliminando vacas por S. aureus, un porcentaje de estas eliminaciones son totalmente innecesarias; es decir, está botando a la basura la producción de leche futura de esas vacas. Por otra parte, en un predio específico es común encontrar una cepa predominante

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de S. aureus que tiende a ser única para este predio (Capurro, 2010; Joo, 2001) y que no necesariamente se disemina durante la ordeña. Por esta razón, el combate de la mastitis no termina en el diagnóstico bacteriano y menos en el uso de an-


tibióticos. Ahí solo comienza un largo proceso llamado bioseguridad, que consiste en la creación de barreras de protección extramamaria, las que se implementan mediante intervenciones adaptadas a la situación epidemiológica en particular (Dairy NZ, 2015).

Levantando el muro ¿Cuáles son las motivaciones para utilizar la bioseguridad en la creación de barreras de protección extramamarias contra S. aureus?

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Primero, para entregar leche con bajos recuentos de células somáticas (RCS), lo cual obliga a poner el foco en una adecuada detección y prevención de la mastitis. La detección eficiente de la mastitis clínica es clave (Hogeveen, 2010) para disminuir las crisis por nuevas infecciones. Las pérdidas solo por mastitis, pueden llegar a 1.181 kg/lactancia (Wilson et al., 2004; Capurro et al., 2010). Incorporar un sistema de alerta es fundamental para detectar la infección lo antes posible –luego del inicio de los síntomas clínicos– y de esta manera mejorar la eficiencia de cura bacteriológica y prevenir la recurrencia de la mastitis (Hogeveen, 2010).

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Segundo, para evaluar los factores de riesgo epidemiológico de cuartos de vaquillas antes de compra/venta. El perjuicio económico de una mastitis clínica o eliminación prematura de vaquillas (sin contar la pérdida futura de leche) puede llegar a $350.000 - $800.000 solo por concepto de pérdida de los costos de crianza (Heikkilä et al., 2012). ¿Qué porcentaje representa la eliminación por mastitis de la tasa general de reemplazo en su rebaño? ¿Con qué herramientas de bioseguridad cuenta su plantel para evaluar este riesgo? ¿Cómo predice el riesgo de una vaquilla de tener una infección por S. aureus?

La bioseguridad permite manejar grandes rebaños con menores riesgos e imprevistos, disminuyendo la mano de obra y conectando con la tendencia de incrementar el número de vacas en ordeña.

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Tercero, para evaluar el riesgo y/o severidad de la mastitis al parto, tanto en vacas como en vaquillas de reemplazo. Más del 57% de las vaquillas de reemplazo pueden llegar con infecciones al parto, y al menos entre 3-16% de estas pueden estar contagiadas por S. aureus (Roy et al., 2009; Ferdowsi et al., 2010; Castelani et al., 2013). La bioseguridad permite diagnosticar infecciones intramamarias antes del parto, mediante la medición de la electroconductividad de la leche de los cuartos (Roy, 2009). Este predictor tiene una probabilidad del 65% de detectar los verdaderos casos negativos (vaquillas sanas). ¿Qué tan sanas están sus vaquillas de reemplazo?

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Cuarto, para evaluar preventivamente mediante ecografía el daño/deformación de tejido mamario/pezón asociado a la ocurrencia de mastitis (Flöck et al., 2004; Seker et al., 2009; Franz, 2004; Franz, 2009). Esto permite revelar malformaciones, mastitis crónicas y abscesos de cuartos y pezones que no son perceptibles en vaquillas de reemplazo o vacas lactantes (M. Flöck and P. Winter, 2006; Seker et al., 2009). La ecografía del pezón permite la localización y demarcación del daño patológico, por lo tanto es un importante diagnóstico adicional para prolongar la vida útil de la vaca lactante (Franz, 2009). ¿En qué número de lactancia paga esa vaca sus costos de crianza?

La higiene y el aseo permanente de la sala de ordeña es una primera barrera para combatir microorganismos ambientales.

La detección eficiente de cambios en la leche, apunta a detectar mastitis temprana y activa protocolos de trabajo en cada predio.

Distintos productos se usan para proteger el pezón y el conducto lácteo de bacterias que pueden ingresar a la glándula luego de la ordeña.

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5

El uso de guantes y toallas de papel forman parte del protocolo orientado a disminuir el riesgo de nuevas infecciones.

Quinto, para asegurar la cura bacteriológica de los cuartos tratados al secado y/o durante la lactancia. La cura bacteriológica en mastitis clínica va de desde 53% (standard 3 días infusión intramamaria de antibiótico) hasta 75% (5 días de antibiótico vía infusión intramamaria y sistémico) (Steeneveld et al., 2011). Resultados post tratamiento, como recurrencia, cronicidad y disminución del RCS, están fuertemente asociadas con la cura bacteriológica, y cuando son monitoreadas pueden ser usadas para determinar si el tratamiento ha sido o no exitoso (Pinzón and Ruegg, 2011). Si el RCS antes de la mastitis clínica es >200.000 células somáticas/ml, la probabilidad de que las células somáticas disminuyan después del tratamiento se reduce (Ruegg, 2011).

6 Más del 57% de las vaquillas de reemplazo pueden llegar con infecciones al parto.

Sexto, para proteger y evaluar la sanidad/morfología del pezón. El pezón es la barrera más importante para prevenir la mastitis (Robertson et al., 1998). Pezones cuarteados o lastimados favorecen la infección por S. aureus (Leslie et al., 2006; Capurro et al., 2009). Clasificar la condición del pezón es un sensor de alerta clave para evaluar el buen funcionamiento de la máquina de ordeño, manejo de la ordeña y ambiente sobre la piel y estructura del pezón. Y absolutamente gravitante a la hora de disminuir nuevas infecciones de los cuartos (Reinemann et. al., 2001).

7 Los AMS son el nuevo motor de cambio que automatiza los conceptos de bioseguridad, desplazando la mano de obra no capacitada.

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Séptimo, para evaluar la concentración de células somáticas en el calostro como indicador de alerta de calidad láctea. Altos RCS en el calostro están asociados con: una reducción en la concentración de IgG en el suero del ternero 3 horas después de la primera ingesta de calostro; alta incidencia de diarreas y compromiso de la salud del neonato durante los primeros 42 días de edad; reducida ganancia de peso y; alto riesgo de contraer la infección por

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S. aureus durante la etapa de ternera. Como señalamos más arriba, al menos entre el 3% y 16% de las vaquillas pueden estar contagiadas por S. aureus al momento del parto (Roy et al., 2009; Ferdowsi et al., 2010; Castelani et al., 2013). ¿Qué sensor de alerta utiliza para medir la concentración de células somáticas en el calostro? ¿Cómo, dónde y cuándo mide la concentración de IgG? ¿Lleva un registro de la calidad de calostro de sus vacas?

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Octavo, para evaluar su programa de control de mastitis mediante un árbol de decisiones o “tree plan” (Decisión Toolworks, San Francisco, CA, USA). La incorporación de registros y la disminución de intervenciones de asesorías “informales” son clave para lograr implementar sistemas de monitoreo permanentes y continuos de salud mamaria (Sviland, 2002; Pinzón and Ruegg, 2011). Solo con monitoreos permanentes es posible descubrir cuáles son las vías de infecciones latentes (ocultas) que el programa tradicional no puede encontrar para S. aureus (Capurro et al., 2010). De esta manera, las nuevas infecciones se pueden disminuir en el corto plazo y prevenir en el mediano-largo plazo. Información acerca de la etiología de la mastitis, historia clínica y parto son de vital relevancia para hacer tratamientos estratégicos en una lechería moderna (Sviland, 2002; Pinzón and Ruegg, 2011). Reducir a la mitad el uso de antibióticos y en 1 día la retención de leche (Lago et al., 2011) deberían ser objetivos de un programa de bioseguridad. Si un rebaño de 1000 vacas tiene una frecuencia de 6% de tratamiento por mastitis clínica por mes, estaría descartando aproximadamente 360 vaca/día de leche cada mes (60 casos multiplicados por 6 días de descarte de leche por mes). A una producción de 20 lt/vaca/día con un precio de $200 por litro, el valor del descarte podría llegar a 1.5 millones de pesos por mes. Multiplique esta cifra por 12 y tendrá las


pérdidas por año calendario (adaptado de Ruegg, 2009).

La bioseguridad optimiza el uso económico de los recursos, evitando fugas por manejo inadecuado de la salud animal. La bioseguridad en la sala de ordeña La bioseguridad es una estrategia que optimiza el uso económico de los recursos, evitando fugas por manejo inadecuado de la salud animal. Este manejo inadecuado es producto del uso de mano de obra no calificada y fugas de dinero por una administración deficiente. En este contexto, a nivel global se aprecia una fuerte tendencia en los planteles lecheros modernos: los AMS (automated milking systems) llegaron para quedarse. Son el nuevo motor de cambio que automatiza los conceptos de bioseguridad, desplazando la mano de obra no capacitada. Chile no es la excepción. Un ejemplo de ello es la incorporación de sensores que miden parámetros de salud y que respaldan el manejo saludable del rebaño. Estos sistemas están entrando como piedra angular de un manejo profesional de la sanidad/producción

higiénica de leche (Rutten, 2013), desplazando al personal no calificado y obligando a la incorporación de recurso humano especializado. Los AMS tienen como objetivo la detección de cambios de salud del animal en el menor tiempo posible. En tal sentido, su mayor virtud es la interpretación de los resultados. ¿Qué tan capacitados estamos los actores (veterinarios, técnicos, operarios, etc.) en Chile para interpretar estos avances? ¿Qué rol están jugando instituciones públicas, organizaciones gremiales y empresas del sector en evaluar/discutir la incorporación de estas técnicas para sacar ventaja competitiva que asegure la sobrevivencia del sector de producción primaria en Chile? Cuando las vacas de un rebaño comercial son ordeñadas con sistemas automatizados o en salas de alta densidad, la mastitis clínica y otras enfermedades no puede ser detectadas sin el uso de sensores (Hogeveen, 2010), o dicho de otro modo, los sensores hoy permiten detectar en tiempo real y con anticipación las fugas de dinero causadas por enfermedades de la producción. Cabe señalar que la ventana entre el inicio de la mastitis y su detección no debe ser de más de 48 horas. Sin embargo hay intervenciones básicas que son clave incluso hasta en

los sistemas más robotizados. ¿Hay pediluvios a la entrada de la sala de ordeño? ¿Las visitas (veterinarios, técnicos, vendedores, etc.) utilizan protectores de zapatos para entrar a las instalaciones de alto riesgo (barreras sanitarias)? ¿La persona que toma muestras de leche para diagnóstico de mastitis, posee un curso que respalde lo que hace? ¿Qué controles de riesgo de contaminación se implementan en su lechería? En el próximo número compartiré con ustedes una revisión autocrítica del Colegio Médico Veterinario de la Unión Europea respecto a la bioseguridad en dicho continente. Una región que no sigue tendencias, sino que las impone (en el buen sentido de la palabra).

Enzo Capurro, Médico Veterinario (UACH, EU Leg), MSc, PhD Senior Estratega Móvil +56 (9) 8815 8421 enzo.capurro@prevenzia.cl

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DESARROLLO SUSTENTABLE

Desafío 2050 (PARTE I)

Cómo alimentar en forma sustentable 10.000 millones de personas en el año 2050. El desafío apremia. Comenzó la cuenta regresiva.

N

o hay dos opiniones. Hoy es vital incorporar conceptos de sustentabilidad a la producción de alimentos. Lo que sigue, es una traducción y adaptación que realicé de un artículo publicado por el World Resource Institute (Instituto Mundial de Recursos) con los desafíos que tendremos al año 2050.

Cuando el ingreso aumenta, las personas consumen cada vez más alimentos de origen animal, gatillando un uso intensivo de recursos.

Hay un gran déficit entre la cantidad de alimento que se produce hoy y lo que vamos a necesitar el año 2050 (solo 31 años más). Se estima que para aquella fecha, habrá 10.000 millones de personas en el mundo, es decir 3.000 millones de bocas adicionales a las que había el año 2010.

• Un 56% de brecha alimentaria entre las calorías de cultivos producidos el año 2010 y las que se necesitarán el año 2050 bajo un crecimiento “como el mostrado hasta ahora”.

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Alimentar 10.000 millones de personas en forma sustentable el 2050 requiere cerrar tres brechas:


CREANDO UN FUTURO DE ALIMENTACIÓN SUSTENTABLE AL AÑO 2015 Cómo alimentamos a 10.000 millones de personas...

sin usar más suelos... NECESITAREMOS PREVENIR QUE LA AGRICULTURA SE EXPANDA

NECESITAREMOS

+alimento

mientras disminuimos las emisiones GEI PODEMOS REDUCIR LAS EMISIONES

Ahora usamos

del suelo verde para la agricultura PARA DAR ALIMENTO A

CON TECNOLOGÍA INNOVATIVA COMO Forrajes mejorados

PARA NO OCUPAR UN ÁREA DE BOSQUES +/-

personas

el tamaño de India

Hamburguesas en base a plantas Variedades de cultivos resilientes

Fuente: wri.org/sustfoodfuture

• Una brecha de 593 millones de hectáreas de terreno (2 veces el tamaño de la India) entre el área de tierra global agrícola en 2010 y la expansión esperada hacia el 2050. • Una brecha de mitigación de Gases Efecto Invernadero (GEI) de 11 giga-toneladas entre las emisiones agrícolas esperadas en 2050 y el nivel objetivo que se requiere para mantener el calentamiento global por debajo de 2°C, nivel necesario para prevenir los peores impactos climáticos.

Un menú de 5 opciones con soluciones para una Alimentación Sustentable Futura No hay una solución única para cerrar las brechas de alimentación, tierra y la mitigación de GEI. El Instituto Mundial de Recursos (WRI) ha identificado 22 soluciones que se necesita aplicar en forma simultánea para cerrar esas brechas. La importancia relativa de cada solución varía de país en país. Se organizaron las soluciones en un menú de 5 platos:

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Primer Plato: Reducir el crecimiento en la demanda por alimentos y otros productos agrícolas 1.

Reducir las pérdidas de alimentos y desechos LOS HECHOS

ACCIONES A TOMAR

Aproximadamente una cuarta parte de los alimentos producidos para el consumo humano no se comen. Ocurren pérdidas y desechos a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde el campo hasta la mesa.

Cuantificar los desechos de alimentos, establecer metas de reducción de pérdidas, mejorar el almacenamiento de alimentos en países en desarrollo y hacer un uso más eficiente de las etiquetas de vencimiento de los alimentos.

Al reducir estas pérdidas y desechos en un 25% se cerraría la brecha alimentaria en un 12%, la brecha de tierras en un 27% y la brecha de mitigación GEI en un 15%.

2.

Cambiar a dietas saludables, más sustentables LOS HECHOS

ACCIONES A TOMAR

Se proyecta que el consumo de carne de rumiantes (vacuno, ovino y caprino) aumentará un 88% entre 2010 y 2050. La carne de vacuno, la de mayor consumo, usa muchos recursos para producir, requiere 20 veces más tierra y emite 20 veces más GEI por gramo de proteína comestible que las plantas que aportan proteínas, tales como porotos, arvejas y lentejas. Si se limitara el consumo de carne de rumiantes a 52 calorías por persona, por día al año 2050 –alrededor de 1,5 hamburguesas por semana– se reduciría la brecha de mitigación de GEI a la mitad y casi se cerraría la brecha de tierras. En Norteamérica esto requeriría disminuir el consumo actual de carne de vacuno y cordero a cerca de la mitad.

Las acciones a tomar incluyen mejorar la comercialización de alimentos de origen vegetal, mejorar los sustitutos de la carne e implementar políticas que favorezcan el consumo de alimentos de origen vegetal.

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3.

Evitar la competencia de la bioenergía por cultivos agrícolas y tierras LOS HECHOS

ACCIONES A TOMAR

Si la bioenergía compite con la producción de alimentos usando cultivos alimenticios u energéticos o tierras, agranda las brechas de alimentos, de tierras y de mitigación de GEI. La biomasa es una fuente ineficiente de energía: si se usara toda la biomasa cosechada en el año 2000 –incluyendo cultivos, desechos de cultivos, pasto consumido por el ganado y lana– solo aportaría con alrededor de 20% de las necesidades globales de energía en el 2050. La eliminación gradual de la producción de biocombustibles de tierras agrícolas reduciría la brecha de alimentos desde 56% a 49%.

Eliminación de subsidios a biocombustible y dejar de tratar la bioenergía como “carbono-neutral” en las políticas de energías renovables y los programas comerciales de GEI.

4.

Lograr tasas de fertilidad a nivel de reemplazo LOS HECHOS

ACCIONES A TOMAR

La mayor parte del mundo está cerca de alcanzar fertilidad a nivel de reemplazo el año 2050 (2,1 hijos por mujer). El África subsahariana es la excepción, con una tasa de fertilidad actual mayor a 5 hijos por mujer y una tasa proyectada de 3,2 al año 2050. Si esta región alcanzara tasas de fertilidad de reemplazo como las de otras regiones en 2050, cerraría la brecha de tierras en ¼ y la brecha de mitigación de GEI en un 17 por ciento, además de reducir el hambre.

Aumentar oportunidades educacionales para las niñas, aumentar el acceso a servicios de salud reproductiva y reducir la mortalidad infantil y neonatal para que los padres no necesiten concebir tantos niños para asegurar la sobrevivencia de la cantidad deseada.

Un 25% de mayor incremento en la producción de carne y leche/ha podría cerrar la brecha de mitigación de GEI en un 11%.

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Segundo Plato: Aumentar la producción de alimentos sin expandir las tierras agrícolas 5.

Aumentar la productividad del ganado y de las praderas LOS HECHOS

ACCIONES A TOMAR

La producción ganadera por hectárea varía mucho de país en país y es muy baja en el trópico. Como se proyecta que la demanda por alimentos de origen animal crecerá un 70 por ciento en el 2050 y las praderas ocupen dos tercios de las tierras de uso agrícola, potenciar la productividad de las praderas es una solución importante.

Mejorar la fertilización de las praderas, mejorar la calidad del forraje y la atención veterinaria, utilizar razas animales mejoradas y utilizar pastoreo rotacional. Los gobiernos pueden establecer objetivos de productividad y apoyar a los agricultores con asistencia financiera y técnica.

Un 25% de mayor incremento en la producción de carne y leche por hectárea de pradera entre 2010 y 2050 podría cerrar la brecha de tierras en un 20% y la brecha de mitigación de GEI en un 11%.

6.

Mejorar la genética de los cultivos LOS HECHOS

ACCIONES A TOMAR

El crecimiento de los rendimientos futuros es esencial para ajustarse a la demanda. La genética convencional, que selecciona los cultivos de mejor rendimiento en base a características genéticas, logró alrededor de la mitad de los aumentos históricos en los rendimientos de los cultivos. Nuevos avances en biología molecular ofrecen grandes promesas para aumentos adicionales en rendimientos al hacer más barato y más rápido el mapeo de códigos genéticos de plantas, pruebas de caracteres deseados en ADN, purificar variedades de cultivos y encender o apagar genes.

Aumentar en forma significativa los presupuestos públicos y privados para genética de cultivos, especialmente para “cultivos huérfanos” como mijo y batata, que son regionalmente importantes, pero no comercializados en forma global.

7.

Mejorar el manejo de los suelos y el agua LOS HECHOS

ACCIONES A TOMAR

Los suelos degradados, especialmente en las tierras secas de África pueden afectar un cuarto de los suelos agrícolas del mundo. Los agricultores pueden potenciar los rendimientos de los cultivos en suelos degradados –en especial tierras secas y áreas con bajo nivel de carbono– mejorando sus prácticas de manejo de suelos y aguas. Por ejemplo, la agrosilvicultura, o la incorporación de árboles que fijen nitrógeno en campos y praderas puede ayudar a regenerar tierras degradadas y potenciar los rendimientos.

Aumentar el apoyo a las agencias de ayuda para la cosecha de aguas lluvia, agrosilvicultura y educación entre agricultores. También algunas agencias pueden experimentar con programas que ayuden a los agricultores a recuperar sus suelos deteriorados.

Un 20% de mayor incremento en los rendimientos de cultivos entre 2010 y 2050 –como resultado de mejoramiento genético de cultivos y manejo de suelos y agua– podría reducir la brecha de suelos un 16% y la brecha de mitigación de GEI en un 7% .

Al reducir los desechos de alimentos en un 25%, se cerraría la brecha alimentaria en un 12%.

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8.

Plantar tierras con cultivos existentes en forma más frecuente LOS HECHOS

ACCIONES A TOMAR

Al plantar y cosechar tierras con cultivos en forma más frecuente, ya sea reduciendo los suelos en barbecho o aumentando el “doble cultivo” (plantar 2 cultivos en un campo en el mismo año), puede potenciar la producción de alimentos sin requerir más tierras. El aumentar la intensidad de cultivo anual en un 5% más allá de la línea base de 87% al año 2050, reduciría la brecha de tierras en un 14% y la brecha de mitigación de GEI en un 6%.

Los investigadores deberían realizar análisis más espacialmente explícitos para determinar dónde los aumentos en la intensidad de cultivos son más factibles, teniendo en cuenta el agua, emisiones y otras restricciones ambientales.

9.

Adaptarse al cambio climático LOS HECHOS

ACCIONES A TOMAR

El informe 2014 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático proyectó que, sin adaptación, los rendimientos mundiales de los cultivos caerían al menos un 5% al año 2050, con caídas más pronunciadas hacia el 2100. Por ejemplo, las estaciones productivas en gran parte del África subsahariana se proyecta que serán más de un 20% más cortas hacia el 2100. Un 10% de disminución en el rendimiento de los cultivos aumentaría la brecha de tierras en un 45%.

La adaptación requerirá implementar otras opciones del menú, así como reproducir cultivos para sobrellevar las altas temperaturas, establecer sistemas de conservación de agua, y cambiar sistemas de producción donde los grandes cambios climáticos harán imposible la producción de ciertos cultivos.

En el próximo número continuaremos con otras opciones del “menú” y analizaremos si ya hemos adoptado en Chile algunas de estas medidas.

Patricio Pantoja Neira Médico Veterinario, MBA Asesor predial patriciopantoja@certiprod.cl

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ANIMALES DAÑINOS Perros asilvestrados

La sangría continúa Debido a los graves daños que causan a la ganadería y a la fauna silvestre, los perros asilvestrados constituyen un problema grave que urge solucionar con medidas radicales e inmediatas. ¿Basta con la tenencia responsable?

A

ctualmente hay cerca de 5 millones de perros en Chile, de estos, 1,5 millones están en el campo. La mayoría de ellos tiene una tenencia responsable o al menos inocua para la ganadería y la fauna chilena. Pero están también los denominados perros asilvestrados, es decir aquellos que han perdido parcial o totalmente su hábito doméstico pacífico asociado al humano. Existen al menos 30 mil atacando sistemáticamente al ganado y la fauna silvestre chilena. Un perro total o parcialmente asilvestrado se procura autónomamente su comida, vivienda y grupo social, volviendo así al comportamiento primitivo, como el que tuvo antes de ser domesticado. Hoy transmiten enfermedades, matan ovinos, caprinos, terneros, aves domésticas, ciervos y al menos 25 especies de animales silvestres nativos se encuentran con problemas graves de extinción biológica como consecuencia de su acción directa o indirecta. Son temibles para huemules, pudúes, güiñas, guanacos, entre otros, a cuyas poblaciones dañan a través del contagio de patologías, pero también cazándolos, comiendo crías y huevos e impidiendo su reproducción. Como es sabido, toda especie requiere tranquilidad y no un acecho y persecución permanente.

Pérdidas cuantiosas Hay perros parcialmente asilvestrados y otros asilvestrados salvajes. Los primeros generalmente son parte de familias y predios rurales que al no tener una tenencia responsable, de manera subrepticia -usualmente de noche y aliados con otros canes- cazan en manadas, destruyen corrales, se alimentan de algunos especímenes y al resto simplemente los matan, para luego regresar al hogar se sus amos. De hecho, muchas de las muertes de ganado son provocadas por perros de vecinos. Cámaras trampa y estudios han registrado esta conducta en parques nacionales, predios ganaderos y espacios públicos. Luego de estas incursiones manifiestan

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una conducta normal durante el día, para volver a “modo salvaje” al caer la noche. Por su parte, los asilvestrados salvajes son perros que han perdido hace tiempo la sujeción a los humanos y viven totalmente al aire libre. De a poco fueron retornando a las conductas ancestrales. Asociados en manadas, con individuos dominantes, hembras y crías, viven y operan en el


Especies nativas como el pudú se encuentran en riesgo de extinción producto de la acción directa o indirecta de perros asilvestrados.

medio rural alejados del hombre, cazando todo animal silvestre que tengan a su alcance. Generalmente son huidizos de las personas, pero a veces pueden ser muy agresivos, atacando directamente. Son responsables también de la muerte de ganado doméstico y principalmente de animales mamíferos y aves silvestres.

En 2013 Fedecarne y SAGO estimaron en 1.200 millones de dólares la pérdida anual en animales muertos por perros asilvestrados, con cerca de 57 mil animales exterminados, sin incluir los silvestres. Como son animales fuera del control humano, la mayoría no tienen vacunas ni desparasitaciones (en rigor, en Chile solo los perros y gatos del segmento socio económico ABC1 los tiene). Esto hace que los asilvestrados sean vectores y reservorios de enfermedades que afectan de manera importante la producción ganadera: Rabia o Hidrofobia, Leptospirosis, Toxocariasis, Brucelosis canina, Hidatidosis quística, Distemper (que infecta a zorros), entre otras. Patologías que no solo impactan el bolsillo del productor pecuario, sino también su corazón, pues además de ganado estas enfermedades matan mascotas y animalitos silvestres muy queridos y respetados por los ganaderos. En 2013 Fedecarne y SAGO estimaron en 1.200 millones de dólares la pérdida anual en animales muertos por perros asilvestrados, con cerca de 57 mil animales exterminados, sin incluir las especies silvestres. En el sector campesino solo el año 2015-2016 se contabilizó la pérdida de 10 mil animales

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En el sector campesino solo el año 2015-2016 se contabilizó la pérdida de 10 mil animales por este factor. Estamos hablando de una sangría financiera inmensa, de cerca de 840 mil millones de pesos a precio actual del dólar.

por este factor. Estamos hablando de una sangría financiera inmensa, de cerca de 840 mil millones de pesos a precio actual del dólar.

¿Cuál es la solución? Frente a este problema, ¿qué se puede hacer? Un grupo de parlamentarios de diversos colores políticos, debido al clamor de los agricultores ante la reiterada inacción del estado, han pedido al gobierno que a través de una nueva ley permita que los perros asilvestrados salvajes puedan ser cazados. Ellos tienen mucha razón, puesto que estos perros no son re-educables en buenos hábitos por psicólogos veterinarios. Se han cebado y las experiencias de captura y relocalización a gran distancia, muestran la ineficacia de esta medida. Se trata de animales con conductas dañinas recalcitrantes, ante lo cual solo cabe su eliminación. En cuanto a los asilvestrados parciales, es posible limitar su daño si se adoptan buenas prácticas de tenencia: implantación de chip con identificación del perro, exigencia de programa de vacunas y desparasitación al día, obligación de sujeción nocturna y prohibición de vagabundear, entre

otras medidas, que debieran aplicarse a todos los perros de la zona aledaña a establecimientos ganaderos. Con cargo a la “Ley Cholito” (Ley 21.020, sobre tenencia responsable de mascotas y animales de compañía) todos los municipios disponen de recursos para estas tareas, que deben gastar íntegramente en el año fiscal respectivo. Es necesario que las organizaciones de productores y agricultores, grandes o pequeños, tomen contacto con sus municipios, los cuales deberán contar con un profesional veterinario que la misma ley dispone como apoyo a la solución de esta problemática. Hoy, un productor afligido puede amedrentar a los perros asilvestrados, capturarlos, entregarlos al canil municipal, esterilizar a hembras y machos, e incluso demandar a los amos por daños y perjuicios (lo cual requiere un informe forense veterinario de las víctimas, para demostrar que fueron esos los perros infractores y no otros). Sin embargo, no los puede eliminar ipso facto cuando están provocando el daño, lo cual a estas alturas resulta irritante, toda vez que los perros asilvestrados recalcitrantes continúan desangrando las finanzas de miles de agricultores en el país.

Miguel Díaz Gacitúa MV U. de Chile, MSc Especialista en control de invasiones biológicas

La población de zorros culpeo se ha visto diezmada por la transmisión de enfermedades como el distemper.

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Nº 130 • Abril 2019 - Año 14 • www.dleche.cl




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