MÚSICA EN LAS PLAYAS: ¿NACE UNA NUEVA POLÉMICA VERANIEGA?

Por Fernanda Cuadros Canque

Se ha instaurado un fuerte debate entre los veraneantes por los parlantes con bluetooth. La música, que en ocasiones suele ser motivo de festejo y alegría, hoy se transforma en causa de quejas y malestar para los turistas en las playas del norte del territorio nacional.

La ordenanza municipal, que rige en Caldera desde 2018, para regular los ruidos molestos hoy se implementa con mayor fuerza en las playas de la comuna, debido al gran número de reclamos por el bullicio proveniente de parlantes que exceden los decibeles permitidos en espacios públicos y que perturban el descanso de las familias y turistas, quienes desean disfrutar de los balnearios.

La medida tuvo gran respaldo de la ciudadanía, pues la mayoría opta por la tranquilidad de un entorno natural. Es debido señalar que quienes no respeten la normativa arriesgan multas considerables que van desde los $163.000 hasta los $272.000.

Recambio de veraneantes:

¿Cuál es el turista que los municipios quieren atraer?

Los municipios están impulsando el turismo con conciencia ambiental, por lo que se espera que los veraneantes respeten las normativas impuestas en cada comuna, en las cuales hay espacios libres de contaminación acústica, drogas y alcohol, respaldando así la seguridad de los visitantes, y a su vez potenciando el comercio local.

Jonathan Velázquez hizo un llamado a los vecinos a disfrutar de las zonas costeras cuidando la limpieza del litoral sin utilizar aparatos ruidosos, amparándose en la ordenanza que rige desde 2009, lo cual será fiscalizado por la Dirección de Seguridad Ciudadana e inspectores municipales. De esta manera se quiere sensibilizar a los visitantes, ya que no solo es deber de los municipios velar por la sana convivencia en espacios públicos, sino que es responsabilidad de todos cuidar y proteger las áreas de veraneo que reciben a miles de turistas quienes deciden veranear ahí cada año.

Hay quienes señalan que existe en los medios de comunicación una suerte de “turismofobia”, tratándose de una exageración por parte de estos acerca de las consecuencias de la llegada de turistas extranjeros, sobre todo de otros países de América Latina, a las costas chilenas. Se trataría de artículos, reportajes y titulares que denotan aporofobia, es decir, una actitud despectiva hacia los turistas de clases más populares. Otra explicación apuntaría más bien a las diferencias culturales entre la población chilena y los visitantes de otras partes del mundo, mayoritariamente con las culturas marcadas por el carnaval, la fiesta y la música. Sin embargo, no es posible apuntar a una explicación específica para el caso chileno, debido a la inexistencia de estudios, por lo que solo es posible contar con las propias experiencias y puntos de vista.