Para realizar el proyecto del centro cultural italiano se propone el vaciado completo del edificio, dejando únicamente las fachadas existentes. En su interior se dispondrán dos bloques de ladrillo cara vista suspendidos por columnas. De este modo, toda la planta baja queda libre para ser usada como espacio polivalente, diáfano y semipúblico. Este espacio acogerá las exposiciones, recepciones y demás actos.
En la cubierta se abre un gran lucernario central, que iluminará este espacio interior a través de un patio central. Las dotaciones (ascensor, aseos) se dejarán en dos espacios junto al muro medianero que comunican las distintas plantas de cada bloque.