Tres relatos de Tony Jim

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TRES RELATOS POR TONY JIM DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA, así que ya sabéis hacerlos “rular” por donde os plazca, si es por ambientes trekkies, mejor que mejor, si es por ambientes frikis, también va bien... MÁS INFORMACIÓN Y MÁS RELATOS EN TONYJIMJR.COM Estos tres relatos son: A lo romulano, Little Jim y Asalto al tren.


The Romulan Way: A lo Romulano Otra paranóica historia de Tony Jim Jr. 1.- Abducción brutal! Hacía ya unos días, no sabría decir cuantos, desde que partiera de Risa III (creo que era la III, vamos). Me encontraba ahora a bordo de "mi lanzadera" sin saber muy bien que hacer y sin rumbo fijo, obviamente. Estaba recostado sobre el sillón "de mando" (de la nave) con los pies cruzados sobre el panel principal de control... pensando en mi siguiente paso.... andaba pensando yo si debía poner nombre a "mi lanzadera", barajando también diversos posibles nombres para su bautizo, que sí 801, 906, Río algo, Río Besós, Besos, Mar, Nostalgia por el Infinito, Nostalgia Time.... De repente... un extraño.... se encendió una lucecilla en el panel principal de control.... de mis tiempos de navegante, recordé que seguramente esa lucecilla indicaba la proximidad de otra nave... bueno de otro vehículo espacial, pues lo mío no era una nave bien, bien.... álceme pues, presto a descubrir de que se trataba exactamente. Parecía que dicha nave estaba delante de mi pequeña lanzadera, así que encendí el monitor principal de mi lanzadera todavía sin bautizar.... y entonces me encontré con.... nada, no apareció nada en dicha imagen, tan solo la negrura insondable del espacio, salpicada por alguna estrella luminosa y brillante, oh, luminosa y brillante estrella.... claro que a los pocos segundos de estar mirando fijamente la negrura del espacio sideral inconmensurable, algo osciló, las estrellas se desvanecieron lentamente dando lugar a una nave cuya silueta me hizo exclamar: oh!, cielos, romulanos... pues sí, querido lector, se trataba de un majestuoso pájaro de guerra que estaba saliendo de su romulánico camuflaje espacial.... Después todo se desvaneció... y pareciose que perdiera la conciencia, la poca que tenía al menos... y ya no recuerdo nada más de lo pasado... hasta que me desperté tumbado, mirando un extraño techo que ya no era el mío.... Y oí una voz.... - Vaya, parece que nuestro invitado ya despierta.... Me alcé para alcanzar a ver a mi interlocutor. Me encontraba en una especie de calabozo, de pequeñas dimensiones y austero en gran medida. Como era de esperar, mi interlocutor resultó ser un señor romulano debidamente uniformado, que obviamente también, se hallaba al otro lado del campo de fuerza que se suponía debía tener (y realmente tenía) el calabocín donde yo estaba. Me senté en el camastro donde segundos antes me hallaba estirado y dirigí por cortesía unas palabras hacia mi interlocutor romulano: - Pues sí... bueno, ahora estoy suponiendo que el invitado en cuestión soy yo... teniendo en cuenta la fama de buenos anfitriones que tienen los romulanos.... - Ciertamente me dirigía a su excelsa persona - dijo el romulano en cuestión. - Creo que en este caso no estarían mal las presentaciones correspondientes... yo soy, me llamo, me llaman.... - Obviamente sé quién es usted - dijo mi amiguillo romulano. - Ya lo he supuesto... solo trataba de preguntar de una manera más o menos fina quién carajo era usted..... - Vaya - respondió y tras unos segundo añadí : - ¿Y bien?, me va decir quién es usted y que quiere de mí, un humilde geminiano ex-miembro de la no menos humilde Flota Estelar.... - Eso precisamente... - ¿Que quiere decir?.... yo pensaba que solo los vulcanos y los vorlon eran enigmáticos... se nota que ustedes los rómulanos son parientes de los vulcanos... lejanos, eso sí.... - He querido decir, que por eso es precisamente por lo que le queremos.... - Por ser humilde?, por ser un ex-miembro? - No nada de eso, es por lo de la Federación.... - Vaya, yo pensaba que no existía nadie tan enigmático como yo, o al menos que le gustara tanto como a mí mismo andarse por los ramajes intrincados del lenguaje.... Bueno, quiero decir, que me encantaría ayudarle en lo que fuere, pero si no soy


capaz de comprender lo que espera de mí o lo que quiere de mi excelsa persona... pues eso, que me resultará tremendamente difícil, por no decir imposible, ayudarle en lo que fuere.... - Vayamos al grano pues, como suelen decir los de su especie.... El excelso Imperio Romulano se pregunta que interes tiene para la no menos excelsa Federación Unidas de Planetas, uno de sus ex-miembros, como es su caso. Queremos averiguar, y ese es el motivo principal de que esté aquí, porqué una de las más excelsas y prestigiosas consejeras de la Flota Estelar se ha molestado en entablar contacto personal con usted.... - Verá.... estooooo, pues no lo acabo de "coger".... si ese rollo que me ha soltado pretendía ser una explicación... pues creo que no ha servido como tal, como explicación vamos, a mi captura o abducción por parte de su muy excelso Imperio.... - Veamos, a ver si su compleja mente geminiana es capaz de comprender mis palabras. Me estaba refiriendo a los actos acaecidos recientemente, donde una prestigiosa consejera de la Flota, la doctora Alhannah Richards, contactó con usted, uno de los pocos geminianos miembros de la Flota Estelar, que curiosamente dejó de serlo también bastante recientemente.... no geminiano, si no miembro de la Flota.... - Aaaah, aquello... bueno, si he de serle sincero... yo tampoco tengo muy claro el porqué de dicho "contacto".... creo que tenía algo que ver con una lanzadera.... de la cual parece que no está clara su pertenencia.... vamos, resumiendo, que yo digo que es mía, y ellos, los federatas, que es suya... que bueno, en origen así pudo ser, pues la saqué de una de sus naves, sabe usted, aquella llamada Olympus, pues estuve allá una temporadita, así como quién no quiere la cosa, medio de "okupa", vamos.... que resulta que entonces fuimos invitados a una especie de boda, pero que no era tal, pues ya se había celebrado la misma pero en otro sitio, así que supongo que tampoco se podría decir que fuera la misma, vamos... por cierto que allí conocí a una bella alienígena, de curioso nombre.... - Bueno, bueno, bueno.... vale ya, no? Esa parte ya la conocemos. Pues resulta que a raíz del incidente que le comentaba con la Doctora Richards, nos empezamos a hacer preguntas (el Imperio y yo, claro), de porqué dicha doctora se interesaba por un ex-miembro de la Flota, y estuvimos investigando también su pasado.... - ¿El de la Richards? - No, el suyo... - Eso, el de la Richards... - No, el suyo... - Pues eso... - No, el suyo... - Lo que yo decía, vamos.... - Santa Paciencia.... no sé si ni siquiera un vulcano podría resistir esto.... - dijo el romulano un tanto hastiado y añadió: a ver si va a ser por su capacidad de sacar a la gente de quicio que los de la Flota se interesaban por usted.... - No sé.... pero me va a explicar porqué demonios investigaron el pasado de la Richards o no? - Que no, que no... que investigamos su pasado... - ¿El de la Richards? - No empecemos de nuevo.... investigamos su pasado, el de usted mismo.... - aaaahhhhh, si no me habla claro.... así no vamos a sacar nada en limpio.... sabe? - Tiene suerte de que esté tras un campo de fuerza, y de que todavía tengamos cierto interés en usted.... - ya me callo, ya me callo.... continúe por favor.... - Pues eso, que estuvimos investigando su pasado - y mirándome con cierta furia romulana añadió: el de usted, como miembro de la Flota Estelar. Y nos resultó curioso el caso, y pensamos que sería interesante investigarle a usted también, así de primera mano. Hay muchos interrogantes entorno a usted que quisiéramos resolver, pues ciertamente es un hecho bastante curioso que sea usted prácticamente el único miembro de la Flota Estelar que ha sido expulsado de la misma....


- Y porqué no me han dado otra oportunidad... que si no habría sido el único que ha sido expulsado dos veces.... como mínimo, aunque por el interés de la Richards pensé que estaban meditando su apresurada decisión de mi expulsión y que estaban pensando muy seriamente devolverme mi puesto, mi cargo, mi sueldo (con los correspondientes atrasos, por supuesto), mi nave, etc.etc. - Además, tenemos presente que es usted el único geminiano que ha pertenecido a la Flota, con la honrosa excepción de uno de sus hermanos por supuesto.... - Pues sí.... - ¿Como es que siendo de un planeta no-federado como es Geminis V, decidieron usted (sobre todo) y su hermano unirse a la Federación?, y lo que es más extraño todavía, ¿y como es posible que fuera, siendo usted como es, admitido en dicha organización, y tiempo después fuera expulsado?.... - Eh!, que insinúa?, que mi hermano es muy buena persona.... en cuanto a mí... pues bueno... que también tuve que pasar mis exámenes y mis chuletas.... digo, mis pruebas, para ser admitido en dicha "organización" como usted la llama.... - ¿Y como es que decidió unirse a la Flota? - preguntó el rómulano. - Pues verá, yo nací y crecí, como bien sabrá, en el planeta llamado Geminis V, allá somos muy admiradores de la cultura terrestre o terráquea, sobre todo de la pasada, la de los siglos XX-XXI-XXII, con sus guerras, sus hambres, sus McDonalds, sus televisores, sus etc..... entonces, sabe usted, mi madre acostumbraba a decirme, pues ella como buena madre acostumbraba a decir cosas de estas.... - no sé muy bien porqué, pero me dio la impresión de que el rómulano detectó de alguna forma extraña y arcana que yo iba a soltar uno de mis acostumbrados rollos, y parecía que esta vez su paciencia estaba ya algo mermada así que interrumpió mi bello relato para decir: - Bueno, bueno, creo que ya ha sido suficiente por hoy... creo que debo recuperarme... digo, que debería recuperarse usted, tras tantas horas de interrogatorio continuado y continuo.... como veo que está dispuesto a cooperar en lo posible, vamos a cambiarle de aposentos.... y enviarle a una celda... digo, una habitación más acogedora.... Entonces entraron en la estancia un par de gorilas rómulanos.... en el sentido de gorilas, no de animales de esos de la selva, vamos.... un par de rómulanos fuertotes que median muchos centímetros a lo alto y a lo ancho, de hombro a hombro... me cogieron cada uno de un brazo y me transportaron en volandas.... a lo que tuve que añadir: - que pasa?, pero si recién empecé la breve historia de mi vida.... 2.- La habitación del pánico.... Como había prometido mi captor rómulano fuí "introducido" amablemente en una habitación que parecía más ancha, eso sí... digo que parecía, pues así de entrada no se veía nada... solo la negrura insondable de la negra noche.... vamos, que estaba a oscuras. Realmente estaba muy oscuro.... y empecé a perder mi estoicismo vulcano.... la disciplina vulcana que aprendí en mi juventud, en una breve estancia por estudios en Vulcano. Y es que parecía que no estaba solo en la penumbra. Algo se oía... una respiración.... Entonces, traté de comunicarme con aquello, con esa cosa o persona, animal, planta o lo que fuera... claro que si era una planta la comunicación me iba a resultar harto complicada.... ¿realmente "respiran" las plantas?.... - Estoooooo, señor perdone usted que irrumpa en su oscura habitación.... yo realmente no quería venir... he sido traído por un par de amables "gorilas" rómulanos... bueno, señores.... ¿existen realmente gorilas en Rómulo?.... y en Remo?.... - Bueno!, esto ya es el colmo.... - se escuchó una voz proveniente de alguna parte de la habitación, una voz un tanto enojada, por cierto. - U-u-u-u-sted perd.... - traté de añadir yo. - Tony?, ¿eres tú? - Sí?, creo, vamos.... yo soy yo, pero tú quién leches eres?, ¿un malvado rómulano?.... - No, no, no soy nada de eso... vamos, no me reconoces.... - Pues así, por la voz, ahora mismo... bueno, ahora que lo dices, esa bella voz debe


ser de... mamá?, ¿que haces aquí? - Sí, hombre! - dijo aquella voz un tanto enojada, por lo visto, digo, oído. - Estoooo... pues que no caigo, vamos.... - Uy!, espera que me levanto y enciendo la luz... trataba de dormir una siestecilla.... - al cabo de unos segundos se hizo la luz, y pude oír: - ¿Mejor así?, ¿me reconoces ahora? - Pues no... vamos, que sigo sin ver, espera que mis pobres ojillos se adapten a la luz... después de tantas horas en penumbra.... y es que podías haber avisado, digo yo.... - Pero si te acabo de decir que encendía la luz.... - Anda, pero si eres tú!, que alegría volver a verte... bueno, volver a ver, en general.... - y es que era ella: - Xeni-guay, sí, soy yo la Xeni.... - ¿Y que tal?, ¿comotuporaki?, pensé que no saldrías en esta historia.... - Pues por lo visto... - Sí, aunque has tardado eh.... - Mira hay ciertas cosas que no dependen de mí, o al menos no del todo, claro. - Pero.... que haces tú aquí? - pregunté entre alegrado y extrañado. - Trataba de echarme una sistecilla.... cuando has entrado tú.... - aclaró ella. - Más bien me han entrado.... pero yo quería decir.... que como es que has ido a parar a aquí, a un pajarillo de guerra de estos, digo? - Obviamente fuí capturada por el malvado Imperio del Mal Rómulano.... - Es una lastimica.... - ¿Que cosa? - Una lastimica... una lastima chiquita... vamos.... - Sí, ya sé, quiero decir que porqué lo dices. - Es que después de tanto tiempo sin vernos, que tengamos que vernos así, en una situación tan... tan... tan romulana, vamos, que nos tengamos que ver en estas circunstancias... que hubiera preferido... pues no sé, vernos en circunstancias más.... más... mejores, menos romulanas, vamos... que después de la última vez que nos vimos... pues.... eso... que, en fin... tenía la esperanza.... - Bueno, vale ya, que ya me hago una idea, vamos.... - ¿Y tienes alguna idea de porqué te han capturado los malvados romulanos? - Pues no.... yo salía de Risa III en mi caravana espacial... cuando fuí capturada... no sé porqué motivo... aunque oí algo de "cebo vivo".... ¿sabes que puede significar? - No sé.... no me suena que los romulanos fueran aficionados a la pesca.... me viene a la memoria, no obstante un escrito mío donde me declaraba fan de la pesca y otras actividades masculinas (que otra cosa), pero no recuerdo muy bien a santo de que era.... En cualquier caso me alegro.... - ¿Te alegras de que me capturaran?, vaya hombre... yo te tenía por mejor ídem, por mejor persona, vamos.... - dijo ella con cierto aire de falsa indignación. - No, no... hombre, mujer, alienígena, vamos.... digo, que me alegro de verte.... aunque me da penita que estemos aquí atrapadillos.... - Aaaah, bueno, siendo así.... de todos modos, yo pensaba largarme después de la sistecilla... pero bueno, que si lo prefieres podemos irnos antes, claro... - ¿De que estás hablando?.... a que te refieres con eso de irnos antes? - Pues eso... que tenía pensado irme tras descansar un ratillo, pero que si quieres nos vamos antes.... - Pero como?, no se supone que estamos encerrados en un calabozo (brick?) romulaniense? - Y? - Pues eso, que eso nos limita un pelín el movimiento.... no? - Naaaa..... ¿quieres que nos vayamos o no? - Pues sí, vamos..... Ella entonces se acercó a la puerta y empezó a rebuscarse en los bolsillos y luego en su cabeza.... ¿serían piojos romulanos?.... pues no, por lo visto, sacó lo que parecía un imperdible, una de esas agujas del pelo que usaban las mujeres del siglo XX terrestre... y se puso a desmontar con dicho instrumento un pequeño panel que


había junto a la dicha puerta. Cuando estuvo el panel medio colgando de un par de cables dijo: - ¿No te he hablado nunca de mi pasado delincuente?, cuando bebía, fumaba... y bueno, con mujeres no "iba", faltaría más.... - Pues ahora mismo no lo recuerdo... para variar.... Ella mientras iba "trabajando". Sacó unas gafas no sé muy bien de donde (de algun bolsillo, tal vez) se las puso y se inclinó sobre el panelecillo, rejuntando y manipulando cables, con cierta destreza, puso cara de concentración, mordiendose la puntilla de su lenguecilla, entonces levantó la cabezilla (esto parece escrito por el mismísimo Ned Flanders) y me miró, viendo que estaba yo como medio sorprendidillo y algo "traspuesto", dijo: -¿Que pasa? - Estooooo..... no, nada, nada, tú sigue con lo tuyo.... - Bueno.... - y siguió "con lo suyo". Al cabo de unos segundos la puerta se abrió con un ligero siseo: - Voilà! ¿Nos vamos o qué? - Sí, claro, claro.... sé de uno que.... "se va, se va".... - dije mientras salía por la puertecilla recien abierta. Al cabo de un ratillo vagando por los interminables y por suerte desiertos pasillos de la nave, se me ocurrió preguntar: - Pero.... ¿se puede saber a donde vamos? - No sé, yo te seguía a tí.... - Pues yo a tí.... - Pues estamos apañados, no? - Pues sí.... no sé, tendríamos que mirar de salir de este avechucho romulano, no?, de momento no nos hemos encontrado con nadie, pero si se diera el caso.... - Ya... que te parece si vamos al hangar de la nave? - preguntó - Pues estupendo - respondí yo y añadí - pero sabes por donde para o qué? - Claro, allá está mi caravana y demás bártulos, y desde allá me llevaron al cuartucho aquel, para que me durmiera la siesta.... - Pues vamos, pues.... 3.- Harry Potter y la lanzadera de Azkaban Por lo visto Xeni-Guay tiene muy buena memoria y enseguida llegamos a dicho hangar. Allá también me encontré con una vieja conocida: mi ya mítica lanzadera (ahora no quisiera entrar en polémicas sobre la propiedad privada y la pertenencia de dicha lanzadera). Así que le dije a mi bella acompañante y guía: - ¿Que te parece si cogemos mi lanzadera para irnos? - ¿Tú qué? - Nada, que si pillamos aquella lanzadera federata de allá.... - Bueno, creo que no tengo nada de valor en la caravana.... Así pues nos adentramos en la lanzadera. Me puse a los mandos de la misma, y me pregunté donde se había metido mi acompañante, me giré y la vi con mí querida bolsa de "viaje" (la David Jones II: Little Jones) en sus manos, a lo que ella añadió: - ¿De quién es esta bolsa? - De quién va a ser.... si está en mi lanzadera... pues será mía, vamos.... - ¿Me enseñas lo que llevas? - Ahora?! - Claro.... no? - Bueeeenooooo - me levanté, abrí la bolsa y le mostré el contenido de la misma. - ¿Me dejas este libro? - dijo señalando, obviamente, un libro que llevaba yo en dicha bolsa. - Bueno.... para que quieres un libro ahora? - Pues para leer, para que va a ser... Es por si me aburro durante el viaje.... Saqué el libro de la bolsa, se lo pasé y volví "a los mandos" de la lanzadera. Estaba a punto de apretar el botón de "ignición" cuando oí: - Este libro está en raro.... - ¿Que quieres decir?, yo solo suelo leer cosas que estén en cristiano, vamos... dije yo. - Mira, que no se entiende nada.... - dijo ella.


- A ver - me levanté y me aproximé a ella, mirando una de las páginas que tenía abierta - Anda, pues es verdad.... las palabras.... es como si se movieran.... y algunas están paraditas pero no tienen ningún sentido... que extraño.... vamos, mi memoria no es que sea una maravilla, pero recuerdo que antes no estaba así, yo recuerdo haber leído alguna página de este libro, con toda normalidad, vamos... - ¿Será algo que habrán hecho los romulanos?, algún tipo de libro-trampa, o libro camuflado o algo así... o es que el sistema de camuflaje del Pájaro de Guerra habrá afectado al texto del libro...-especuló ella. - Espera un momento... recuerdo haber leído (bueno, lo cierto es que lo vi en un episodio de Batman) que cuando estas soñando no puedes leer... o algo así, vamos.... - ¿Que quieres decir?, que estamos soñando... que la vida es sueño... y los sueños.... - Bueno, es una teoría.... eso explicaría muchas cosas, y además, ya sabes como son los rómulanos de taimados y retorcidos.... - Estas insinuando que estamos viviendo algun tipo de sueño hipnótico o sueño inducido por los malvados rómulanos? - Bueno más que insinuarlo, lo estoy afirmando, vamos... o al menos teorizando.... - Hay que ver las cosas tan raras que se te ocurren.... - Espera y verás... voy a tratar de despertarme, como prueba de mi teoría, vamos.... despierta, despierta, despierta (ahora parezco un almogavar).... - Al cabo de un rato tuve una sensación extraña, todo se puso oscuro, y parecía que me estaba despertando de un largo sueño, pero mis extremidades no acababan de reaccionar, entonces me embargó una sensación de pánico, que por suerte solo duró unos minutos, y conseguí moverme y abrir los ojos... estaba estirado en una especie de mesa de operaciones, me levanté y pude comprobar que estaba cubierto de cables, sobre todo mi cabeza.... eran como los sensores esos que salen en las pelis (electrodos?), así que me los pude quitar con facilidad.... y detenerme unos segundos a mirar a mi alrededor.... estaba en una sala bien iluminada.... totalmente blanca.... y a mi lado había otra cama donde estaba estirada y aparentemente durmiendo, Xeni-Guay. Fui hasta ella y la zarandeé con extremo cuidado, añadiendo un "despierta" a mi zarandeo. Ella empezó a despertar y dijo: - Que dia....? - Pues no sé que día debe ser.... - No, quería decir diablos.... - Bueno, tenía razón o no? - pregunté yo. - Qué? - Ya te lo explicaré en otro momento ahora creo que tendríamos que irnos.... - Vale, ¿pero donde estamos? - preguntó la bella despertante. - En una avechucho de guerra romulanoide.... - aclaré yo, mientras nos dirigíamos hacia la única puerta que tenía la sala iluminada. Al acercarnos a dicha puerta, esta se abrió, como cabría de esperar de una de esas puertas futuristas.... lo que ocurre es que de ella salió (o entró?) un fornido romulano, disruptor en ristre. No tuve demasiado tiempo de reaccionar, pues mi acompañante se me adelantó y le arreó un potente rodillazo (en cierta parte de la anatomía masculina) que lo derribo en medio del pasillo al que iba a dar la puerta de salida. Yo solo pude añadir: - ¿Donde has aprendido a hacer estas cosas? - dije señalando al pobre romulano que se retorcía de dolor en medio del pasillo. - ¿No te he hablado nunca de mi pasado delincuente? - respondió ella. - Pues ahora que lo dices.... o lo habré soñado? - Bueno, y ahora qué?, o por donde, mejor dicho. - Creo recordar que mi lanzadera está en uno de los hangares de la nave... - Bien, porqué yo creo recordar donde está el hangar de esta nave....- dijo ella. Y así fue.... bueno, o volvió a ser, pues ella recordaba donde estaba el hangar, y por suerte para nosotros (o para los pobres romulanos que se tendrían que haber enfrentado a la rodilla de Xeni-Guay) dicho hangar estaba próximo a la "estancia del sueño", así que pudimos huir "de nuevo" en mi lanzadera.... The End?


Little Jim Una extraña y pequeña historia algo oriental por Tony Jim Jr. – – – – – – –

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Su misión, si es que la acepta, será... Ah, pero es que puedo no aceptarla? - pregunté yo Usted mísmo, tenga en cuenta, eso sí, que de no aceptarla, se arriesga a un más que probable justificado despido – aclaró el Gul Goauld. Bueno, bueno, no se ponga así, que yo solo preguntaba... Pues déjeme proseguir... Adelante Gracias... Como iba diciendo, su misión, “si es que la acepta” - dijo haciendo una especie de pausa dramática y prosiguió – será ir al planeta Earl IV, realizar un intercambio, y traer hasta aquí el objeto intercambiado... A ver si lo he entendido bien, tengo que ir a un planeta con nombre de señor americano 4, y allí cambiar una cosa por otra, y esa cosa traerla aquí... Esa sería la idea Y que cosa tengo que traer? Pues la cosa que obtenga del fruto del intercambio... porqué? Porque se lo ordenamos, nosotros, bueno, yo personalmente si lo prefiere... No, eso ya lo había entendido a la primera, quiero decir que porqué cosa tengo que intercambiar la otra cosa que me darán, el fruto ese... Vaya, como usted lo dice, parece aquello de la parte contratante de la primera parte de la cosa de la cosa... y realmente, es mucho más sencillo... A ver, ya veo que lo que tengo que traer no me lo va decir, pero y lo otro? Bueno, lo otro es dinero... exactamente unas barrillas de oro pensado latino, digo prensado latino... así que si prefiere llamarlo compra... Ah, haber empezado por ahí... tengo que ir a la fruteria de un planeta a comprar un fruto y traerlo... Más o menos, lo cuál no deja de ser un intercambio: intercambia dinero por una cosa que nos interesa... no creo que sea tan difícil, y más para usted que proviene de un planeta donde se practica el obsoleto y arcaico sistema capitalista... Eso sí... a ver, pues “enséñame la pasta”... No sé muy bien a que se refiere, pero como no pienso perder más tiempo intentado que me lo aclare, le voy a dar el dinero, el oro prensado latino, y ya se podrá ir... Lo que yo decía...

Entonces, el señor Gul Goauld, se levantó y volvió con un maletín y unas esposas... y no me refiero a unas señoras esposas, a unas señoras de esas que están casadas, digo... – – – – –

Pero que hace? - le pregunté A ver, voy a darle el maletín, con las barrillas de oro... Y esas esposas... Pero es que me piensa esposar a ese maletín? Vaya, cuando le interesa veo que las caza al vuelo... Ah no... no pienso dejarme esposar, y menos a un maletín cargado de oro... que se ha pensado usted... No ve que entonces, si me quieren quitar el maletín me cortaran la mano, o el brazo o la muñeca o alguna otra parte de mi querida anatomía (y no de Grey)... A ver, si quieren quitarle el maletín con el oro, no cree usted que les sería más fácil cortar esta fina cadenilla que une estos dos arillos que forman las esposillas (que cualquiera lo haría así para no oírle quejarse)... o incluso, pueden abrir el maletín sacar el oro y llevárselo... es que se piensa usted que se va encontrar con alguien solo interesado en este simple maletín, alguien como algún ladrón-cleptómano coleccionista compulsivo de maletines?


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Hombre, visto así... Pero, entonces para que leches son las esposillas esas? Es para su seguridad... para que no pierda el maletín y nos tengamos que enfadar con usted y entonces sí, tenerle que torturar, cortandole alguna de sus queridas y amadas partes de su anatomía o cosas peores... Ah, si es por mi bien... ya puede poner esas esposas tan ricamente... Tengo que comentarle otro detalle. Otro de los motivos por lo que pensamos en usted para esta misión, a parte de sus sencillez, es que una vez en el planeta Earl IV tendrá que desplazarse en una artilugio terrestre llamado avión o aeroplano... Hombre, si es un avión no será muy terrestre... Bueno, sí, quiero decir que va por la atmósfera del planeta, aunque no pegado a la superficie terrestre... usted ya me entiende... uno de esos chismes que debe conocer por sus orígenes geminianos... pues eran bastante utilizados en el planeta Tierra en los siglos XX y XXI, según calendario de allá, obviamente... vamos, que algo de terrestres tendrán, entendiéndose terrestre como gentilicio, obviamente... Obviamente, obviamente... Pues eso, que tendrá que ir en avión desde el espacio-puerto del planeta hasta el punto de encuentro... Vaya, ¿y porqué no vamos directos al punto ese de encuentro? - pregunté yo Es para despistar... y bueno, porque las autoridades del planeta exigen que así sea... que primero se pase por el espacio-puerto... supongo que para centralizar y llevar un cierto control... Será, será.. En cualquier caso, no queremos enemistarnos con las autoridades de dicho planeta, así que le dejaremos en el espacio-puerto y de allá partirá en avión hasta el lugar del intercambio. Clarinete Ein? No, quería decir claro, claro...

El viaje hasta el planeta Earl IV fue bastante bien, por no decir estupendo. Ya la cosa se complicó algo más con lo de subirse al artilugio ese terrestre llamado avión. Pues más que un avión era una avioneta bien chiquita. Y parece ser que en el planeta también existían las turbulencias aéreas. Es difícil describir la sensación de volar en avión, sobre todo para una persona acostumbrada a viajar en nave estelar o simplemente ser teletransportada. Primero, no puedes dejar de pensar que como un artilugio así, que parece tan obsoleto es capaz de levantar el vuelo. Y claro, al ser tan obsoleto realmente, no puedes evitar la sensación física del despegue y posterior vuelo. Una sensación que para nada se nota en una nave estelar. Que de entrada, habría que acordarse de cuando la nave levantó el vuelo de la superficie de un planeta, si es que alguna vez pisó un planeta, claro está. Supongo que los “aviones” no tienen potentes mecanismos gravitacionales ni compensadores de inercia y cosas de esas tan sofisticadas que tienen las naves estelares, e incluso muchas lanzaderas, que evitan que uno sienta en algún momento que está volando por el espacio, a veces a velocidades de vértigo. Pero como iba diciendo, parece que lo peor son las turbulencias una vez ya en vuelo. Unas turbulencias que zarandean el aparato a su antojo, teniendo uno la sensación que eso se va a venir abajo en cualquier momento y no sabiendo muy bien donde agarrarse, pues aunque te agarres fuertemente al reposabrazos del asiento, sabes que el asiento caerá igual con todo el resto del avión, incluido el reposabrazos... Yo por suerte, tenía un valioso maletín al que agarrarme... El caso es que en mi planeta, al igual que en la Tierra de hace unos siglos, existen unos curiosos aparatos llamados “atracciones”, que a pesar de su nombre, puede ser que no te sientas muy atraído por ellos, como es mi caso. Son “atracciones de feria”, unos ingeniosos chismes que se supone que son para el disfrute del personal: te subes a ellos y te zarandean también. Te hacen sentir las llamadas “emociones fuertes” y parece ser que eso es bastante divertido a la par que emocionante. Pues señores, a mí nunca me han llamado mucho las atracciones. Y como en este caso del avioncillo


de Earl IV, me producen bastante mareo y malestar general. Por suerte, el viaje no duró demasiado, aunque a mí me pareciera bastante eterno. Provocandome un gran mareo hasta el punto de usar unas bolsillas que suelen llevar los aviones, sobre todo en los vuelos comerciales, me supongo, llamadas “bolsas de mareo” o algo así, que son eso, unas bolsas donde depositar los frutos del mareo intenso. A ver si para la próxima vez, de cara a una posible nueva misión en lugares exóticos, recordaba comentarle al Gul la posibilidad de viajar en algo no tan arcaico o al menos en un sistema de transporte terrestre realmente o en su defecto fluvial o marino. En cualquier caso... pues llegué a mí destino, aunque en unas no muy buenas condiciones, pero como se suele decir, lo importante es llegar, o haber llegado... Entonces cogí un taxi. Supongo que la mayoría de personas de este siglo XXIV no sabrá que es eso, que es un taxi... diré que este sí que es un vehículo terrestre (en la mayoría de ocasiones así es)... y dentro de él suele haber un señor (o señora o robot) que maneja dicho vehículo y que te lleva dentro de él... dentro del vehículo quiero decir, eh... Y por fin, al cabo de unos cuantos minutos, llegué al punto de encuentro donde tendría lugar el intercambio. Dicho punto de encuentro, era un local comercial, un local chino... bueno, parecía asiático, de esos de la Tierra, pero no como las tiendas esas llamadas de 20 duros, que luego fueron llamadas de todo a 1 euro, y luego “chinos” simplemente... nada que ver con eso... a mí me recordó la tienda del chino de Gremlins, lo cual no auguraba nada bueno... pero ídem (bueno)... Entré con decisión y ví que estaba un pelín oscurillo... y estaba todo lleno de cachivaches... algunos de aspecto bastante antiguo... Ví al señor de la tienda, que también tenía cara de chino... y era bastante mayor, mayor de edad, quiero decir... que alguién... bueno, algunas gentes se han planteado alguna vez si realmente existe chinos viejos, mayores de edad... vamos, de una edad bastante avanzada... pues no lo sé, pero aquel señor bien lo parecía... Tenía cierto aire al Sr. Miyagi, pero en chino, claro, que el señor Miyagi era japonés... Levanté mi esposada mano y señalé al maletín que colgaba de ella... el chino mayor pareció entender y se acercó a mí: – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –

Buen día... Buen día – respondí yo. Deduzco que usted sel pelsona encalgada de intelcambio... –añadió el tendero chino. Deduce bien, creo.. Cleo? No, Cleo no vino... –respondí. ¿Quién sel cleo? No sé, usted preguntó primero... Menudo lío... Ah, un lío es una coliente de agua...ya empiezo a enterderle, señor tendero –dije yo. No sé, yo decil lío de lío... de lialse... que me lia usted... ya podían habel mandado a una pelsona competente... Oiga!, que se piensa usted... ande, deme el encargo... el encalgo, el paquete en cuestión... - dije ya en tono elevado, para hacerme entender mejor (en plan: abuelo! Ha visto el lilistón?). Aquí estal... - dijo sacando otro maletín con unas esposas colgando, por suerte de las esposas no colgaba una mano cercenada, pues ello me hubiera causado muy mala impresión como poco. Muy bien... venga deme...- dije alargando la mano que tenía libre. No, plimelo deme el otlo maletín... Ah, sí, perdone usted – y me quedé un poco como pensativo... Sí? Estaba pensando yo... y la llave...? Cuál llave? La llave de las esposas que llevo para no tenerle que dar mi maletín junto con mi querida mano. Ah, esa llave... no pleocupal... ahola vuelvo... - dijo entrando en la trastienda.


El señor tendero de apariencia china, volvió a los pocos segundos, llevando una enorme tenaza. – – – – –

Eh!, un momento quieto parao... quieto palao, que diría usted – dije al verle. No pleocupal, no pleocupal... - insistió el tendero. Como no me voy a “pleocupal”... Tlanquilo... yo solo coltal cadena... - añadió el amable tendero Ah, bueno, siendo así... - dije tendiendole la mano.

Como bien dijo, solo hizo eso, cortar la cadenilla. Cogió el maletín que llevaba yo, y me dio el suyo... el fruto del intercambio, por fin en mis manos. Así, con la satisfacción del deber cumplido, me despedí con un sayonara, del amable tendero de aspecto chino. De vuelta al avión que debía llevarme de regreso al espacio puerto... estaba algo intranquilo, aunque en esta ocasión no era por las turbulencias que no las hubo esta vez. No sé si ya lo comenté alguna vez con anterioridad... si alguna vez he hablado de mi enorme curiosidad... Y creo que ese era el motivo de mi intranquilidad, la curiosidad de saber que había en ese maletín. No podía parar de mirar el maletín que tenía sobre mis rodillas, pensando en lo que había allí metido. Finalmente me rendí a mi curiosidad malsana. Me levanté decidido, buscando un lugar con algo más de intimidad donde poder abrir el dichoso maletín. Decidiendomé finalmente por los lavabos del avión. Unos estrechos y pequeños lavabos, como una especie de armario ropero con algo de agua corriente. Por suerte, o por desgracia, el maletín no parecía estar abierto con llave... así que simplemente lo abrí levantando un pequeño seguro metálico. Lo que ví no me quedó muy claro... claro, como me suele pasar... Dentro del maletín había un cilindro transparente bastante ancho. Dentro del cilindro había como una pequeña fígura fémenina. Era como una muñeca, de esas que usan ciertas niñas pequeñas para jugar. Que quería decir eso?, no lo tenía nada claro... Es que acaso Gul Gould se dedicaba a coleccionar muñecas? Extraje con sumo cuidado el cilindro transparente y lo puse vertical sobre mis manos, acercando la cara para observar con más detenimiento el curioso contenido del cilindro. De repente, me llevé un pequeño sobresalto pues la muñequilla se movió... ella se acercó a las paredes trasparentes del cilindro y empezó a golpearlas con sus puños gritando al mismo tiempo... gritando, o eso parecía porque yo solo veía que movía los labios, no captaba ningún sonido, ya fuera por el grosor o las cualidades insonoras del cilindro o por la longitud de onda o agudeza de los gritos proferidos. Siguiendo con mi curiosidad, abrí el cilindro girando la tapa del mismo, para ver si podía oír mejor lo que me gritaba esa pequeña mujer. Lo ocurrido después fue muy rápido... fue como en las pelis en las que el genio sale de la lámpara maravillosa tras largos frotamientos de la misma... Hubo como una pequeña explosión, algo de humo blanco o neblina... y ante mí apareció una señora hecha y derecha, a tamaño natural... miré perplejo el cilindro, que ahora estaba totalmente vacío, así que deduje que esa mujer que tenía ante mí era la misma que habitaba dentro del cilindro (pero en versión reducida). No pude contemerme más y le dije: –¿puedo pedir mis tres deseos? – De que hablas? - respondió ella, la increíble mujer creciente – Pues eso, hablo de pedirte tres deseos, al menos uno o dos... –dije yo – Te agradezco mucho tu ayuda al sacarme de ahí, pero no pienso cumplir ninguno de tus deseos... – Pues vaya porquería de genio... o genía... - afirmé – No, si genio tengo mucho, pero no soy un genio... - añadió ella – Pues vaya, que decepción, pensé que eras algo más valioso... – Soy muy valiosa... que te piensas... pero vamos, al menos podrías mostrar más alegría al verme después de tanto tiempo... – Es que acaso nos conocemos de antes? - pregunté algo extrañado – Oh no, pobrecillo, que lastimilla, debe ser tu amnesia selectiva... – Debe ser, porque no me acuerdo de tí... y vamos, para no acordarse... nunca olvido unos pechos,


– – – –

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digo, una cara, una cara, nunca olvido una cara... Como es posible que no me recuerdes... la verdad es que hace mucho que no nos vemos, y reconozco que el contexto no es el ideal... - dijo ella Sí, este es un sitio bastante estrecho... ya es estrecho para una persona, imagínate para un par... y yo la verdad no es que esté muy delgado... Y de verdad que no te suena mi cara? - insistió ella Ahora que la miro... no es que antes estuviera mirando otra cosa... quiero decir que ahora que la miro bien... algo si que me suena... como algo lejano... un recuerdo agradable a la par que difuso en las nieblas del tiempo... Haz un esfuerzo de memoria... Alguno diría que el lavabo es un buen lugar para hacer un esfuerzo... Hay que ver lo ordinario que te has vuelto con los años... No sé, antes no lo era? No que yo recuerde... al menos no tanto, supongo... Vaya, otra con problemas de memoria... Por lo visto, no tantos como tú... Si tú lo dices Claro, que lo digo, como es posible que no te acuerdes de mí? Mira, no sé chica, entre la amnesia y el viajecillo este... Eso es, mírame bien y recuerda... recuerda que hemos hecho algún que otro viajecillo juntos, que hemos pasado mil aventuras juntos... no hace tanto la verdad... Eso del viajecillo juntos, suena bien... aunque me parece que hablamos de diferentes tipos de “viajes”, porqué si no sí que me acordaría... Parece mentira, después de todo lo que hemos pasado juntos, que ahora no te acuerdes de mí... Eh, un momento... me ha venido como un flash, un recuerdo lejano... me viene a la mente un nombre... Y bien? Sí, ya me acuerdo de tí, como podría yo olvidar a tan bella y misteriosa alienígena... Eso es, vas bien por ahí... Tú eres la... lo tengo en la punta de la lengua, mira.... ya está, claro, tú eres la chupi-guay... Bueno, has estado cerca, soy Xeni-guay... Eso, que no me salía del todo... lo de chupi-guay es de una amiga, de otra amiga, que por lo visto tampoco se había quedado con tu nombre.... Bueno, reconozco que no es un nombre muy común... Sí, fuera de lo común como la poseedora del nombre.... En cualquier caso, la compañía es grata, pero se tiene que ir... Y eso? Pues mira, que tengo cosas que hacer, ya sabes que soy una persona muy ocupada... Ya veo ya... pero que narices hacías dentro de un tarro de cristal? Pues ni idea, aunque obviamente no estaba por gusto... hace unos días fuí capturada por unos ferengis... Conozco la experiencia Y me vendieron a un chino que parece que se dedica a vender de todo... Este no sé muy bien que me hizo, que me redujo y me metió en el frasco ese... El típico rayo reductor... Algo de eso sería, y supongo que lo hizo para ganar espacio y ser más manejable a la hora de transportarme.... Ya podría ser... Lo que no sé como acabé en tus manos... Yo simplemente soy un mandao... solo me encargaba de tu transporte.... Qué?, que ahora trabajas para los chinos? No, más bien trabajo como un chino...


– – –

Ah... y que intenciones tenías? Yo?, nada, si no sabía que estabas enfrascada... solo me limitaba a llevarte de un sitio a otro... Vaya, vaya...

Sonó entonces por megafonía un mensaje, que indicaba que todo el mundo volviera a sus asientos, sobre todo el tipo que llevaba más de media hora en el lavabo, puesto que íbamos a tomar tierra (a aterrizar que le llaman, que es cuando el avión baja hasta nivel de tierra y se para). Una vez en tierra, me despedí de Xeni-guay hasta la próxima, deseando que la próxima no fuera pasado tanto tiempo. Volví el cilindro, esta vez vacío a su posición inicial dentro del maletín y proseguí mi misión de regreso. Pasaron unas cuantas horas más, esta vez sin más sobresaltos, hasta que llegué nuevamente ante el Gul Gould, al cual le entregué sin más dilación el maletín en cuestión, con estas palabras: – –

Que sepa que el chino tampoco me dió las llaves de las esposas de este maletín, así que no me las he puesto Bueno, no proteste tanto y demé el dichoso maletín

El Gul abrió el maletín y se puso a observar el cilindro vacío. Exclamando al final: – – – – – – – – –

Vacío Pues eso parece, lo que no sé a que viene pagar tanto por un frasco... a no ser que sea un frasco especial, claro, que entonces me callo... No, al Imperio no le interesaba el frasco en sí... lo que queríamos era el contenido del mismo... Ya se sabe, comprando en un chino... uno se lleva este tipo de sorpresas... No, el chino es de fiar... es un gran vendedor, y es capaz de encontrar cualquier cosa de la galaxia, por extraña que sea... Pues vaya, menos mal que era de fiar... Que sí... ya nos advirtió que esto podría pasar, dada la naturaleza del contenido del cilindro. Ah, sí?... que es lo que había entonces en el frasco?, qué leches le vendió el chino? No qué, si no quién... se trata de una persona, que puede ser útil al Imperio cardasiano, una persona con una rara habilidad. Es una extraña alienígena de una especie desconocida, que por lo visto tiene la habilidad de desaparecer de los sitios... como una especie de teletransporte innato... una cosa bien curiosa. Así que enseguida que supimos que existía una persona con ese don encargamos al chino como usted le llama para que consiguiera atraparla y luego nuestros científicos se encargarían de descubrir sus secretos... imagínese todo un ejercito de seres capaces de teletransportarse a voluntad sin ayuda de artilugios... Va, ya será menos, no me lo acabo de creer... eso son cuentos chinos...

Fin? (como se escribe fin en chino?)


Asalto al tren Otra viajera historia de Tony Jim Jr. Estaba claro que era el tren en cuestión, el tren que debíamos asaltar. El tren tenía la apariencia de uno de esos trenes del lejano oeste, que se veían en las películas terráqueas llamadas de vaqueros o “cowboys” (¿chicos-vaca?). Y no necesariamente porqué sus protagonistas llevaran pantalones de los llamados tejanos, o jeans o porqué fueran montados en vacas. Tras comprobar la presencia del tren en aquella zona desértica de aquel planeta, verificando así la información previa que nos había facilitado el Alto mando cardasiano, me volví hacia mi acompañante, la siempre bella Xeni-guay: – – – – – – – – – – – – – – – – – –

– – – – – –

Bueno, pues el tren ya se está aproximando, es hora de repasar el plan... - le dije. Repasar el plan? Que profesional te has vuelto, no? - replicó ella. Es que hace tiempo que no trabajo para los cardasianos, y quiero quedar bien, que no siempre me salen bien las misiones que me encargan... Sí, como aquella en la que nisiquiera fuiste capaz de realizar una simple compra en una tienda de chinos... - recordó ella. Ah, pues precisamente en esa misión, estuviste tú también implicada... Sí, claro, ahora las culpas para mí... No, no es eso... Pues en aquella misión con el mago aquel, yo no estuve “implicada”, como dices tú... Sí, es verdad, y esa tampoco salió bien del todo... Debe ser que cuando hay una bella alienigena de por medio, me pongo nervioso, y no atino... Ya, y curiosamente, siempre hay una alienigena estupenda de por medio... Bueno, dejemos de hablar de mujeres (nunca pensé que diría esto), y centremosnos en nuestra misión actual... Querrás decir en TÚ misión... - corrigió ella. Está bien, MI misión, en la que me ayudas tú amablemente... Eso está mejor... Pues a ver... repasemos una vez más el plan, que tiene que salir todo bien... Básicamente, tenemos que asaltar ese tren que viene por ahí Esto es como en los exámenes del cole: desarrolla la respuesta Está bien... Yo conduciré la lanzadera hasta situarla encima del vagón que debemos asaltar, igualando la velocidad del tren. Entonces tú bajarás hasta el vagón, entrarás dentro de él y cogerás lo que hemos venido a buscar... Que es?- pregunté yo Pues ni idea, a mí solo me dijiste que teníamos que asaltar un tren... Ah, es verdad, perdona... Pues tenemos que recuperar una valiosa pieza de tecnología cardasiana que ha ido a parar por accidente a este primitivo planeta... Una pieza? Bueno, un elemento, un artilugio, un chisme... no sé, a mí tampoco me han dado más detalles... Yo soy un mandao... Pero que pasa? Que los cardasianos tienen también una especie de Primera directiva, que les impide mezclar su avanzada tecnología con las culturas de otros planetas menos avanzados, como este? Que yo sepa no... No hay que recuperar el artilugio porqué vaya a causar un daño a esta cultura, si no, porqué es un elemento valioso para el glorioso Imperio cardasiano, y evidentemente lo quieren recuperar... Ah, vale... Pues manos a la obra, que con tanta cháchara, se nos va a escapar el tren...

Gracias a la tecnología moderna de la lanzadera, enseguida estuvimos encima del vagón que


debíamos asaltar, según nos habían informado los servicios secretos y de espionaje del Imperio cardasiano. Siguiendo el plan, Xeni-guay, se quedó dentro de la lanzadera, y yo bajé hasta el techo del vagón, el cual tenía una trampilla para bajar dentro del vagón. Por suerte, en dicha trampilla había una escalerilla que bajaba hasta el interior del vagón en cuestión. Una vez dentro, vi con gran sorpresa que el vagón estaba totalmente vacío. No había nada en él. Tras limpiarme las gafas, miré de nuevo por todos los lados sin encontrar nada, ni el objeto más pequeño, que pudiera pasar desapercibido en un primer vistazo. Así pues me paré un momento a repasar el plan, para ver que podía haber fallado... Hasta que fui interrumpido por estas palabras: – – – – – – – – – –

– – – –

– –

Ey, que pasa? – dijo Xeni bajando por la escalerilla del vagón. Eso digo yo, que haces tú aquí? No tendrías que estar pilotando la lanzadera? A ver, tú que durante muchos años has sido piloto de una nave estelar, tendrías que estar familiarizado con el concepto de “piloto automático” - respondió ella. Ah, vale... pero que haces aquí? Bueno, como tardabas en subir, he bajado a mirar que pasaba, por si acaso era un objeto voluminoso y tenía que echarte una mano para subirlo... Pues no, ya ves... Pues no, no veo nada, solo a ti... Eso mismo, que el vagón está vacío... Oh, vaya... Bueno, creo que aquí hay que aplicar aquello de la navaja de Occam, que dice algo así como que la explicación más sencilla es la acertada... - dijo Xeni-guay. Mm, tienes razón – entonces me puse a caminar por el vagón con los brazos extendidos, como si estuviera todo a oscuras y tuviera miedo de chocar con algo, y para evitarlo iba dando manotazos al aire. Se puede saber que haces? No es momento de hacer el tonto, so melón... Está claro, sigo tú teoría, aquello de la navaja de Occam que decías... Que quieres decir? No te pesco... Pues que está claro, que el objeto que andamos buscando debe estar relacionado con un sistema de ocultación, y entonces es invisible, pero si nos recorremos todo el vagón al final chocaremos con él, por muy invisible que sea... Yo no me refería a eso, melón, pienso que la explicación más sencilla, es que el objeto que hemos venido a buscar, no está en el vagón, como se puede ver a simple vista... Que debe estar en otro vagón, quizás... Sí, esa es buena explicación también, los servicios secretos y de espionaje cardasianos no son tan exactos y efectivos... Se han podido confundir de vagón, claro está... Pues vamos, espabila, iremos a mirar el vagón de al lado, y si no al otro...

Así, posicionamos la lanzadera en el siguiente vagón, y repetimos, la operación: Xeni se quedó a los mandos de la lanzadera, y yo bajé por la escalerilla de la trampilla del vagón... Y esta vez sí que encontré algo, aunque no parecía un objeto, al menos a simple vista... Y es que al llegar al suelo del vagón, vi que en el centro del vagón había una silla, donde había sentado un señor, aparentemente dormido o inconsciente... Y la verdad es que esa figura adormilada me sonaba mucho... Me resultaba bastante familiar. Así que me acerqué, viendo con sorpresa, que tenía mi misma cara... Era yo mismo... Como era eso posible? Pero claro, enseguida recordé, que no era la primera vez que me encontraba con alguien idéntico a mí... Ya que podía tratarse de uno de mis hermanos gemelos, o quizás uno de mis otros Yos de alguna realidad alternativa... Un Yo alternativo, de estos que me iba encontrando últimamente. En cualquier caso, para salir de dudas, decidí despertar a mi otro Yo, para preguntarle al respecto: si era acaso uno de mis hermanos o algún alter ego de otra realidad alternativa. Así pues, con decisión zarandeé a la persona en cuestión, que a al poco rato despertó con estas palabras: –

Eh, eh, ya vale, no?, que es tanta violencia? -


– – – – – – – – – –

– – – –

– – – – – – – – – – – –

Perdona, es que quería despertarte para preguntarte: quién eres? Un momento... Pero si tú eres yo... digo, yo soy tú... Sí, eso ya lo veo, veo que somos exactamente iguales – dije yo. Ah, vale, ya entiendo... Yo soy tú yo del futuro... Sí, claro, y has venido a traerme un detergente del futuro, como en el anuncio aquel... No, no, en serio, soy tú en el futuro... Soy tú mismo, pero dentro de unos años... Sí, ahora que lo dices, veo que eres ligeramente diferente a mí, tienes más entradas, y el pelo más canoso, y estás claramente más gordo... - observé yo, el yo verdadero. Tampoco te pases, que te recuerdo que yo soy tú. Yo soy tú, dentro de unos años... Bueno, bueno, pues a ver si eso me decide a ponerme a dieta... Y que estás haciendo aquí? Verás, estaba probando un TUP retocado, que al parecer a parte de hacerte viajar por realidades alternativas, y entre planetas... Por lo visto también hace viajar a su portador por el tiempo... Este nuevo TUP del futuro, permite viajar por el espacio-tiempo... Vaya, veo que el profesor Jones aún no ha conseguido que el chisme este funcione, y sigue haciendo pruebas... Y seguirá haciendo pruebas en el futuro, por lo que me explicas... Aunque ya sospechábamos que el TUP también podía hacerte viajar por el tiempo... Así es... Y experimentando con el TUP, hace unas semanas llegué del futuro a este planeta, pero me capturaron gentes del gobierno de este mundo... Se vé que eso de aparecer de repente en los sitios, es algo sospechoso, y más si eres un ser alienígena totalmente diferente a la especie nativa del planeta... Así que me detuvieron, y me metieron en este tren para llevarme a alguna especie de laboratorio secreto del gobierno, para estudiarme y hacerme pruebas.... Diseccionarme y esas cosas, me imagino... Ay, cuanta incomprensión hay en el mundo... Cuanta incomprensión hay en la galaxia, diría yo... - corrigió él. Pues eso... La cuestión es que antes de ser capturado, pude enviar un mensaje al Gul Goauld, para que enviara alguien a rescatarme... Lo que no imaginé, es que me enviaría a mí mismo... Bueno, a mi Yo del pasado... Jo, no sé porqué siempre me tiene que encargar el Gul misiones tan complicadas... No podría simplemente encargarme comprar algo en los chinos, o pagar dinero por mujeres (verdes, por ejemplo)... No te quejes tanto, que la cosa no es tan complicada, simplemente has de desatarme y ya está... - explicó mi yo futuro. Ah, sí? Así de fácil? - me extrañé yo. Sí, claro... Esta gente me dejó puesto el TUP, pensando que era un reloj de pulsera de diseño o algo así... Sí, la verdad es que te queda bien, sí – observé yo (el yo del pasado o del presente,según se mire, claro). Gracias... Así, que en cuanto me liberes, utilizaré el TUP para volver a mi tiempo, que es tu futuro... Pues sí, parece fácil... Oye, ya que estamos... y no me podrías explicar algo del futuro? Hombre, pues no... Que tú has visto muchas pelis de viajes en el tiempo, y sabes que cualquier información que te diera, alteraría el futuro, tú futuro, que es mi presente, vamos... Venga, hombre, alguna cosilla podrás decir... O es que hay alguna especie de Primera directiva temporal, que te prohíba hacerlo? Que te estoy diciendo que sí, que así es... Que no te puedo contar nada de tu futuro... Que si te contara algo, eso cambiaría el futuro... Con consecuencias desastrosas... Nada de nada? - pregunté yo. Ostras, esto de hablar con uno mismo es agotador – observó mi yo futuro. Supongo, más siendo yo... Vamos, digo, más agotador en mi caso... en el caso de que seas el Sr. Jim, quiero decir... Y tengas que hablar con otro Sr. Jim, claro... Conozco la experiencia, créeme, es realmente agotador...


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Bueno, déjate de rollos, y desatamé ya de una vez para que pueda volver a mi tiempo... Pero cuéntame algo del futuro, no? Algo de lo que me va a pasar... O aquello típico, de que me des los números premiados en la lotería del futuro... Que no, no me seas pesaico... Que en el futuro no existe ya la lotería... Mira que no te desato... - amenacé yo. Que no te puedo decir nada... Va venga, por fi... dime algo de mi futuro... Que no... Que sí Que no Que sí... Bueno, bueno, vale ya... Por no oírte... - se rindió mi yo del futuro. Bien! Verás... Estate bien atento, que solo lo repetiré una vez... Ok Lo que te diré es algo del futuro, muy importante, algo de extrema relevancia... Vale, vale... Es una cosa de tu futuro importantísima... De acuerdo, pero dímelo ya de una vez... jo... Es una advertencia sobre tu futuro, un aviso que te has de tomar muy enserio... Que sí, leñe,que sí, que ya me ha quedado claro... Dímelo ya de una vez... Después de contártelo, me tendrás que liberar, para que vuelva a mi tiempo, entendido? Que sí, pesado, que sí, que me lo digas ya de una vez... Está bien, está bien. Presta mucha atención, ahí va: pase lo que pase, nunca mientas a Xeniguay Ya está? Es eso? Es ese el importante mensaje del futuro? Esa cosa tan relevante para mi futuro? Es eso? Eso es... Pues perdona que te diga, pero vaya porquería de mensaje del futuro... Eh, oye, un respeto, que no te tenía que haber dicho nada... y como me has insistido mucho al final te he dicho este importante mensaje de tu futuro... Pues vaya... vaya tontería de mensaje del futuro... Está claro que yo nunca voy a mentir a Xeni-guay... Vamos, no hay motivo alguno para ello... No sé, yo solo te aviso... Ahora suéltame... Es que es un mensaje muy escueto y muy raro... Tú verás, yo ya he cumplido con mi parte, ahora liberame... No sé... Es una cosa tan extraña... Bueno, es lo que tiene el futuro... es extraño, es desconocido... Sí, como aquel país desconocido... Ya sé... Pues venga, suéltame ya... Pero es que es una cosa tan rara... que no mienta a Xeni nunca... Eso es... Es que yo no tengo ninguna intención de mentirle... Bueno, pues no sé... Algo que te parezca poco importante, algo sin importancia, que no se lo digas, que no se lo cuentes... O algún tipo de mentira piadosa, no sé... No te puedo decir más... Demasiado estoy hablando ya... Pues vaya... Venga, suéltame, que al final el tren llegará a su destino y no podré escaparme de esta gente... Bueno, bueno, ya voy, ya voy... - dije mientras le desataba de la silla. Pues ya está... Ahora partiré raudo y veloz hasta mi tiempo... Ah, una última cosa, también muy importante...


– –

Sí, dime... No tienes que hablar de mí a nadie, pues eso podría alterar el futuro... No le puedes explicar a nadie lo que ha pasado en este vagón... - y tras estas palabras, mi yo del futuro tocó un botón del TUP y desapareció de mi vista... Pues vaya... -

En ese instante la cabeza de la bella Xeni-guay apareció por la trampilla del techo y pronunció estas palabras: – Venga tú, espabila, que el tren está por llegar a su estación de destino... – Ah, sí, vale, vale, ya voy – dije mientras subía presuroso por la escalerilla de la trampilla. Una vez en la lanzadera: – – – – – – – – – – – – – – – –

Venga que nos vamos ya... Ok! - dije yo Pero vuelves con las manos vacías... No, error... Llevo estás cuerdas conmigo... Sí, pero eso no es ningún objeto de alta tecnología cardasiana... o sí? No exactamente... Pero, ¿es que no hemos venido a recuperar tecnología cardasiana? Eso mismo... No lo acabo de entender, ¿que este vagón estaba también vacío como el otro? No del todo... Bueno, me lo vas a explicar o no? Es qué... Estaba vacío o no... Y si estaba vació, que hacías tanto rato en el vagón entonces? Que ha pasado allá abajo? Es qué... estooo... Siempre tan misterioso, y seguro que es una chorrada... Es qué... - en aquel instante comprendí que me encontraba ante una paradoja temporal... Pues si explicaba a Xeni-guay lo ocurrido con mi yo del futuro, rompía la promesa de no comentar el hecho con nadie. Pero si no se lo explicaba, o me inventaba lo que había pasado, entonces estaría mintiéndole, que justo era el aviso que me había hecho mi yo futuro... Menudo dilema... Finalmente opté por la filosofía vulcana, por aquello de el bien de la mayoría supera al bien de la minoría, o al de uno solo... Y me sacrifiqué, en pos del bien futuro... Y tuve que reconocer con cierto pesar, que una vez más había fracasado en mi misión... o no?

Fin por ahora....


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