Nº 68 mayo-junio 2009
Frailes de la Orden de Predicadores
Casa Santísima Trinidad (Uruguay) Uruguay, Montevideo, más precisamente desde el barrio Bella Italia, nos estamos poniendo en contacto con ustedes, nuestras hermanas y nuestros hermanos, muy queridos de la grandísima familia dominicana. Ante todo, como comunidad de frailes dominicos, deseamos agradecer el acompañamiento en estos meses de transición. La partida de Santiago, después de tantos años por estos lares, ha significado un reacomodarse tanto en la vida comunitaria, como parroquial. Y esto último, no ha sido sólo para nosotros, los frailes, sino para cada persona que conocía a Santiago. Ya sea, por su caminar junto a la gente en las comunidades, o bien por su presencia coherente y protagónica en el caminar de la iglesia local, más precisamente en la zona 10, o bien por su apertura a las iniciativas barriales. Creemos que en la búsqueda de los ajustes necesarios para seguir construyendo comunidad y seguir acompañando la vida pastoral. Ustedes han jugado un papel importante, para nosotros: el de darnos aliento. Aliento que ha llegado de diversas maneras y que es muy apreciado por nosotros. Por tal motivo, deseamos expresar nuestro agradecimiento por este medio. Martín vaticinaba y nos invitaba, a quienes vivimos en esta comunidad, en su crónica del IVAS número 65, a vivir estos primeros meses del 2009 como un tiempo para recibir, apreciar y abrazar: la historia de la comunidad dominicana y la historia de la pastoral de la Parroquia Santísima Trinidad. Por ende, deseamos compartir con ustedes la vida de la comunidad y la vida de la parroquia.
Comunidad de Frailes Vaya!!! sí ha sido un acomodarse para cada uno de los frailes que seguimos viviendo en esta comunidad. Recibir la historia de la comunidad dominicana, apreciar toda la vida que hay en ella y de la cual es impulsora, y, por último, abrazar los proyectos nos planteaba y nos plantea desafíos urgentes y necesarios para seguir encontrando la mejor dinámica para nuestra comunidad. Es verdad, nos hemos visto reducido en número, pero a la vez ha sido una muy buena invitación para realizar un mayor esfuerzo, en vista a seguir creciendo como comunidad, sin disminuir nuestra presencia y participación en la vida pastoral de la parroquia.
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