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POLÍTICOS
POLÍTICOS VS REDES SOCIALES
TEXTO ALEJANDRO ROMERO BARRIOS
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La agenda informativa en México es como cualquier otro país globalizado, brutalmente vertiginosa y cambiante, con la única diferencia que algunos temas son rápidamente relevados por otros, antes de que la opinión pública comprenda su impacto en la dinámica nacional, pero sobre todo, en su vida cotidiana. En esa vorágine informativa, hay un tema que por su trascendencia no deberíamos permitir que se diluya y, es la regulación que intenta el gobierno de la 4T a las redes sociales, consideradas un poder con enorme influencia en la construcción del imaginario colectivo.
Cabría preguntarse ¿cuándo se prendieron las alarmas en Palacio Nacional al respecto del poder de las redes sociales en México?, ¿cuándo se presentó el interés de ceñir su actuación en México?
Una posible respuesta es, cuando Twitter y
Facebook suspendieron las cuentas del entonces presidente de Estados Unidos,
Donald Trump. Imagínese estimado lector, cuando los dueños de las plataformas digitales decidieron bajarle el swich al presidente de la nación más poderosa del mundo… en pleno proceso y crisis postelectoral estadounidense. Seguramente en los pasillos del poder político se preguntaron ¿quién sería el
siguiente mandatario que sería bajado de las redes sociales?
Al respecto del ex presidente Trump, debió haber sido muy difícil, puesto que había llegado a la Casa Blanca vía una campaña de ciber política apoyada por las plataformas digitales, y un poco alejado de la poderosa mega maquinaria mass mediática alineada al establishment norteamericano. Caso similar al del presidente López Obrador, que tuvo que bregar en la construcción de estrategias de comunicación política innovadoras que le permitieran llegar a la opinión pública, porque los poderosos medios informativos nacionales, en su mayoría, le habían cerrado las puertas. Sin embargo, éstas hoy reciben la mayoría del presupuesto de la Presidencia de la República.
El inquilino de Palacio Nacional reaccionó al respecto, en una de sus tradicionales conferencias informativas mañaneras, y comentó que esta acción no era correcta, pues era arbitrario y un acto de censura.
Sin lugar a dudas no era correcto y era una censura que atacaba la libertad de expresión del ex mandatario estadounidense. Por lo que Obrador mencionó que daría instrucciones inmediatas al titular del CONACYT, para que diseñara una red social propia, de México para el mundo.
Esto resultaría gracioso, pero no lo es, porque el CONACYT ni siquiera ha podido generar un proyecto de vacuna en contra del COVID-19, pero eso sí, se dedicaría a crear una red social mexicana para seguir las instrucciones presidenciales. No cabe duda que el gobierno tiene otras prioridades que el bienestar de la población mexicana.
Tan es así, que para ejemplificar recordemos que ya tenemos nombre de la vacuna mexicana en contra del COVID-19, se llamará PATRIA, lo que no hay aún, es la vacuna…
Regresando al tema de las redes sociales. El presidente Obrador trata de ceñir a estas empresas de comunicación digital global al marco constitucional nacional. No está nada mal, que el Estado regule toda actividad, pero creo que los esfuerzos gubernamentales se deben de dedicar con mayor inteligencia a otras áreas que están vulnerado al Estado mexicano como la corrupción, la violencia de género, la inseguridad, el
desempleo, el desabasto de medicamentos, la incontrolable y “tradicional” espiral de precios, el costo de los alimentos y la gasolina.
ESTRATEGIA Sin embargo, se emprendió una estrategia vía su más eficaz alfil en el Senado de República, Ricardo Monreal, para que legislara y cabildeara el tema en el recinto, de la mano de sus aliados. El senador Monreal preside la bancada del MORENA en la cámara alta, asimismo, es presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), comisión de enorme relevancia. Aunque Monreal ha hecho público que no ha recibido línea del presidente Obrador, todos saben que sí.
López Obrador en su narrativa cotidiana ha dejado claro que respeta la división de poderes y, lo reiteró en su conferencia mañanera, al sostener que es un derecho y una facultad de los legisladores presentar iniciativas de ley, asimismo, reconoció que se trata de un tema controvertido, pero reiteró su convicción de respeto a la libertad, y de que no se debe regular la actividad de los medios de comunicación, y se apoyó en una frase de Sebastián Lerdo de Tejada, que “la prensa se regule con la prensa”.
Después de cabildear, de hacer pública la iniciativa y de percatarse que este proyecto de ley no llegaría ni a la esquina, el senador Monreal tuvo que enviarla a la congeladora, naturalmente, esperando mejor momento para reactivarla.
Al respecto, algunos sectores académicos y políticos expresaron que se trataba de buscar censurar a las redes sociales en momento preelectorales, en momento en donde están en disputa el mayor número de cargos de elección popular en la historia de México.
En momentos en donde la preferencia electoral por el partido del presidente, MORENA, sus candidatos, sus formas de hacer política y su alejamiento de la sociedad no pasan por buen momento. Sin contar, que el presidente no estará en la boleta electoral y que no es su mejor etapa de popularidad, tan es así, que el fin de semana y en gira por estado de Oaxaca, mencionó que “en el caso de (que) nuestro gobierno si el pueblo así lo decide terminamos en septiembre de 2024”. Nunca había abierto la posibilidad tan claramente de su movimiento no repitiera en las preferencias electorales.
Quizá por ello, busca someter a las redes sociales, que pasaron de ser benditas a censuradas redes sociales. Pero se imagina usted, enfrentarse al poder de las redes sociales, cuantitativamente hablando, son plataformas que tienen 4,200 millones de usuarios en todo el mundo y que en el último año tuvieron un crecimiento del 13% (490 millones de nuevos usuarios). La primer cifra, equivale a más de la mitad de la población mundial.
Ya que estamos hablando de las redes sociales, le comparto los siguientes datos, según We Are Social, la agencia creativa especializada en Social y Hootsuite, líder mundial en gestión de redes sociales, en su más reciente informe anual sobre las redes sociales y tendencias digitales, llamado Digital 2021, afirma que “15 nuevos usuarios cada segundo” se unieron a las redes sociales durante 2020.
En el ciberespacio, Facebook sigue siendo la plataforma más utilizada del mundo, seguida de YouTube y WhatsApp. Facebook junto a tres de sus plataformas están dentro de las cinco redes sociales con mayor número de usuarios en el planeta.
Al respecto del uso de internet per cápita, es de aproximadamente 6 horas y 54 minutos en promedio por persona, de las cuales, invertimos en promedio 2 horas y 25 minutos al día conectados a las plataformas sociales, aunque las tendencias varían de un país a otro, y las economías con menos desarrollo registran el mayor
tiempo invertido en Facebook, Twitter, Instagram y similares, en México son 3 horas con 27 minutos, Brasil con 3 horas y 42 minutos y a la cabeza, Filipinas con 4 horas y 15 minutos. En sentido contrario, están algunos de los Estados con mayor renta per cápita del planeta, como “Japón con 51 minutos y en mercados desarrollados como Alemania con 1 hora y 24 minutos y España con 1 hora y 54 minutos”.
Sin duda, que existe una adicción al uso de estas plataformas digitales, mostrada en el aumento en la cantidad de tiempo que pasa al día la población mundial en las redes sociales, con 2 horas y 25 minutos más que el año 2019.
Las cifras demuestran por que los políticos no deben enfrentarlas, por el contrario, admisnitrarlas con inteligencia y mejor aún, hacer un buen gobierno. porque estamos en elecciones y las estrategias de comunicación política han girado totalmente hacia las redes sociales. Sobre todo, en un momento en donde la pandemia del COVID-19 y sus efectos, han obligado que las campañas políticas del proceso electoral 2021 en México, se llevarán a cabo en su mayoría de manera digital, porque no habrá mítines y recorridos físicos. Las redes sociales se convertirán en el nuevo “ágora” y en el espacio favorito para compartir la plataforma política de los partidos, legitimarse y conseguir el voto.
Estos escenarios obligan a que las campañas de política estén en las redes sociales, porque en México el consumo de redes sociales está distribuido de la siguiente manera: 89 millones de usuarios están activos de las redes sociales (70% de los mexicanos). El segmento poblacional que tiene entre 18 a 34 años, representan el 58% del universo de internautas, son el grupo objetivo indeciso, lo que representa un suculento mercado político-electoral, dado que los indecisos son quienes deciden los triunfos electorales.
Sin duda, todo cambia, son nuevos tiempos en cuanto al diseño de la estrategias de comunicación política, lo que nunca cambia es la tentación del poder a censurar las nuevas maneras que encuentran las sociedades de expresarse, de organizarse y de transformar su realidad, sobre todo, en tiempos de enormes desafíos, en tiempos de inmensa incertidumbre propios de un mundo posmoderno.