IN & OUT JOAKIN FARGAS
IN & OUT JOAKIN FARGAS
In&Out Joakin Fargas
Fargas, Joakin In & out / Joakin Fargas. - 1a ed . Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Joakin Fargas, 2017. 128 p. ; 20 x 28 cm. ISBN 978-987-42-3967-9 1. Álbum Fotográfico. 2. Fotografía. I. Título. CDD 778
© Joakin Fargas, 2017 www.joakinfargas.com joakinfargas@gmail.com Edición y fotografías: Joakin Fargas Curaduría: Virginia Del Giudice Coordinación editorial: Victoria Villalba Prólogo: Florencia Qualina Traducción: Elia Gasparolo Diseño de tapa y de interiores: Matías Requeijo ISBN 978-987-42-3967-9 Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723 Libro de edición argentina. No se permite la reproducción parcial o total de este libro ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este mecánico, electrónico, por fotocopia, grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. No part of this book may be reproduced, transmitted or utilized in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or any information storage and retrieval system without prior express written permission from copyright holder.
Prólogo Por Florencia Qualina
Todo el mundo vivió en Nueva York, aunque no la haya pisado nunca. Todo el mundo –es exagerado, lo sé– siente que conoce un poco Manhattan, Harlem, Bronx y Greenwich Village, porque esos lugares son una infinita enciclopedia de ideas recibidas. Solo un edificio como el hotel Chelsea condensa entre cuatro paredes gran parte de los puntos más altos de la cultura occidental del siglo XX. Allí Leonard Cohen tuvo un encuentro en el ascensor con Janis Joplin que derivó en una cama deshecha y después en la canción que dice “me dijiste que preferías a los hombres guapos, pero conmigo harías una excepción”; Andy Warhol filmó Chelsea Girls y Jack Kerouac escribió On the Road de un saque. El genio de sus sucesivos ocupantes y los acontecimientos que desencadenaron solamente pueden dimensionarse comparándolos con la Florencia en el Quattrocento, pero en un hotel. Algo parecido podría decirse del CBGB o el Studio 54, porque en Nueva York se fraguó el imaginario del siglo pasado, y también mucho de este tiempo que atravesamos. Joakin Fargas vivió en Nueva York y de su estadía nació el corpus fotográfico presente en el libro titulado In&Out. La ciudad es el personaje principal de su ensayo fotográfico. Invariablemente, retratados y paisajes se fusionan en una trama en permanente estado de transformación. Sus imágenes se concentran en el espacio público y desde allí podemos intuir que en cada situación hay una voluntad de fijar una masa vertiginosa de acontecimientos colisionando constantemente.
Foreword By Florencia Qualina In&Out propone líneas abiertas; sin embargo, podemos trazar determinados núcleos: la arquitectura es uno de ellos. En construcciones que funcionan como enjambres humanos, hábitats desolados o fachadas de viviendas, el interés se desplaza desde condiciones formales como la simetría y el equilibrio hacia espacios que parecen espejismos o la irrupción de aguijones opresivos, como los alambres de púas que coronan más de un portal callejero. Tenemos también un foco concentrado en lo humano ocupando la ciudad y aquí, también el espectro es vasto. Ante la mirada de Fargas se construye una colección que oscila entre el hallazgo de un exotismo caricaturesco, como el unicornio que toca el acordeón en el Central Park, el Hombre Araña chequeando su celular o Darth Vader apareciendo en una multitud trenzada en una guerra de almohadas, con capturas de emociones introspectivas. Podríamos decir A penny for your thoughts en muchos momentos de este libro... La endémica presencia de la publicidad en la vía pública es un elemento insoslayable en In&Out, la iconografía del capitalismo brota como hongos y la maquinaria del deseo parece replicarse sin descanso. Como también es constante el flujo de intervenciones sobre la cartelería del consumo; este rasgo le da a los muros de la ciudad la impronta de una pintura en progreso. Fargas registra en el núcleo I’m not defined by your ignorance y Pray for pills una serie de paredes intervenidas por sucesivas capas de pinturas, posters, graffitis. En ellas el arte aparece como un fenómeno desmarcado de autorías individuales o encerradas en instituciones del campo cultural. También tienen un parentesco con las pinturas de Jean-Michel Basquiat, con su ritmo de garabatos, figuras y acumulación de manchas viscerales. In&Out es la experiencia de mirar un paisaje e intentar asirlo. El predominio de las tomas abiertas y los planos generales enmarcan su mirada macroscópica, enfocada frontal o cenitalmente. En la distancia de su cámara hay un espectador que podría ser ese observador que disfruta en todas partes de su incógnito de Baudelaire.
Everybody has lived in New York, even if they haven’t set foot there. Everybody —sounds like an exaggeration, I know— feels that they have experienced a bit of Manhattan, Harlem, Bronx and Greenwich Village, as these places are a never ending encyclopedia of received concepts. Just a building like the Chelsea Hotel compresses within its four walls the highest peaks of occidental culture of the 20th century. There, Leonard Cohen met Janis Joplin in the elevator and that encounter ended up in an unmade bed and then in the song that says ‘you told me again you preferred handsome men but for me you would make an exception’; Andy Warhol filmed Chelsea Girls and Jack Kerouac wrote On the Road, all at once. The temper of its subsequent guests and the unleashing events can only be measured in comparison to the Quattrocento Florence, at a hotel though. Something similar could be said about CBGB or Studio 54, because New York is the place where the imaginary of last century and great part of the period we are going through, was forged. Joakin Fargas lived in New York, the body of his photographic work was conceived during his stay there, and is present in the book titled In&Out. The city is the main character of his photographic essay. Portraits and sceneries invariably merge into a pattern in permanent transformation. His pictures are focused on public spaces and from those places and in every situation, we can sense there’s a will to set an extensive mass of constantly clashing events.
City of lost people In&Out suggests open lines; yet we can trace certain nodes: architecture is one of them. In buildings that work like human swarms, desolated habitats or façades, the interest moves from formal conditions like symmetry or balance to places that resemble mirages or the outburst of oppressive stings, like barbed wire crowning street hallways. Likewise, the focus on the human inhabiting the city is present and here, a broad spectrum unfolds as well. Before Fargas’ eyes a collection is constructed. A collection swaying from a caricaturing exoticism —as in the accordion playing unicorn at Central Park, Spiderman checking his cell phone or Darth Vader emerging from a crowd fighting a pillow war— to snapshots of introspective emotions. We could offer A penny for your thoughts in many moments of this book... The persistent display of advertisements in public is an inescapable component of In&Out, capitalism iconography sprouts up like seeds and the desire machine restlessly replicates. A constant element here is the flow of interventions over billboards, a feature that leaves on the city walls its imprints as an in progress painting. Fargas captures in the nucleus I’m not defined by your ignorance and Pray for pills a series of walls intervened by successive paint coats, posters and graffiti. Art emerges from those walls as a phenomenon free from frames of individual authorship and cultural institutions. In addition, they have a kinship with Jean-Michel Basquiat’s paintings, with his rhythm composed by scribblings, shapes and accumulation of visceral smudges. In&Out is the experience of observing scenery and trying to grab it. The prevalence of wide shots and extreme wide shots frame his macroscopic look with a frontal or down spotlight. In the distance of his camera, there is an observer as expressed in Baudelaire’s lines: the observer is a prince who enjoys his incognito everywhere.