Palabras de los editores
La autofelación y la autopublicación ¿Qué tienen en común? Pues que uno es lo que hacemos y lo otro lo que nos encantaría hacer, ya queda a imaginación de ustedes cuál es cual. Autoeditarse o autopublicarse es en esencia desprenderse del qué dirán, librarse de la censura para encontrar la voz propia (aunque sea una voz inaudible en un mar de gritos) y más si hablamos de publicaciones de cómic que sin entrar en detalles suelen ser subestimadas, afortunadamente siempre habrá un nicho de lectores y detractores que en parte motivan a seguir publicando. Los zines son un fin en sí mismos, no un camino para llegar a un lugar más “valorado” en la edición profesional. Como medio independiente tienen un valor incalculable que se puede rastrear a lo largo de la historia y observar cómo autores en diferentes épocas aprovechando las diversas tecnologías de reproducción de imágenes y texto pudieron calar en la opinión pública y mostrar otras realidades, revelando su propia visión del mundo a partir de panfletos, gacetillas, periódicos clandestinos que en muchas ocasiones fueron prohibidos por los gobiernos de turno. El valor comercial que pueda tener la autopublicación de un contenido en cualquier formato que pueda adquirir queda en un segundo plano, lo fundamental es compartir, difundir y quedar expuesto. En el mundo contemporáneo donde abunda la basura en forma de revistas, publicidad y prensa El zine se presenta como un refugio contra los discursos autoritarios, contra los contenidos estilizados hasta el cansancio y carentes de humanidad, desde la marginalidad adquiere su belleza, en lo manchado de sus páginas contiene su fuerza y en su amplias posibilidades reside su atractivo. Edd Muñoz.