Del lunes 26 de enero al domingo 1 de febrero de 2009 / número 28, año 2
Depósito Legal: pp200801DC1207
Editorial JÓVENES FASCISTAS
de la Revolución Bolivariana Pág.6
Desde la llamada Revolución Libertadora en 1902, ningún sector de la sociedad venezolana se había atrevido a proclamar abiertamente una posición conservadora. No es que no hubiese sectores que favoreciesen esa postura de naturaleza instintiva, fundamentada inicialmente en la ideología nacionalista, y ahora sustentada en un cosmopolitismo excluyente y racista. Los había, y han controlado factores reales de poder. Sin embargo, frente a la presencia de una fuerza militar de origen popular, y el dominio del Estado sobre los recursos petroleros, sabían que no alcanzaban articular un poder relativo capaz de contener una resistencia al restablecimiento de un régimen abiertamente conservador. No podían contar con el apoyo abierto de un Imperio comprometido estratégicamente Eurasia. Y así no podía abrir Washington un nuevo teatro de guerra en su patio trasero. Por ello se mimetizaron en los partidos “de centro”, y especialmente en COPEI, para a través de ellos mantener la estructura social marcadamente desigual reinante en Venezuela. Este cuadro cambió con el derrumbe de la URSS, que aparentemente liberó al Imperio de sus compromisos en lo que ha sido considerado como “el pivote del mundo”. Y así vemos como desde 1989, tanto la oligarquía nacional, como tales partidos de “centro”, se quitaron sus caretas. Pero sin capacidad de convocatoria, y perdido el control del poder del Estado, asociándose directamente con las fuerzas imperiales, están intentando actuar de hecho en la vida política del país, con los mecanismos propios del fascismo. Y en ausencia de un proletariado alienado, que enfrente al proletariado, han tenido que emplear a jóvenes de esa “clase media, medio rica, medio culta, entre lo que cree ser y lo que es media una distancia medio grande”.
Opinión. “Los Cuatro Fantásticos” Pág.7
Alberto Müller Rojas
E
mbadur nar con sangre de animales la Bandera Nacional, voltearla y eliminarle una estrella son actos que revelan un profundo desprecio por las cosas que nos unen a las venezolanas y los venezolanos. Obviamente, una oposición que obedece los dictados de Estados Unidos no puede sentir ningún amor por los símbolos patrios propios (amor que sí profesan a la bandera yanki). El guión de la conspiración político-mediática no se confor ma sólo con pisotear la identidad nacional: también incluye el uso de estudiantes como car ne de cañón. Pero el pueblo de Venezuela responde a la violencia con el SÍ de la victoria.
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Hablan los clásicos. Simón Bolívar. Pág.3 La Universidad a pocos metros del país Pág. 4 y 5 Las Misiones Sociales son el corazón