Funzeen 4

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Índice 2 - Índice - chatunga - ficha técnica 3 - Grandes temas 4 - Ego Estratosférico 6 - Argandolai 7 - Los juegos del ahorcado 8 - El mundo de Anica 1 0 - Uxue Juarez 11 - Sukaldaritza: Cowboy beans 1 2 - Tertulia Japón: de Samurais y Vaqueros 1 3 - Ka Bay she go e sayd 1 4 - Zombie Girl 1 5 - Tertulia cómic: Ciryl Pedrosa 1 6 - Madrina: Emma Rios 1 8 - Crónicas de viaje 21 - Diario de una embargadora: Nunca vi llover en Texas 22 - Libros recomendados 24 - Rutas para pasar el día: Bardenas Reales 26 - Osado 28 - Cine: el Oeste animado 29 - Series TV 30 - Manualidades 31 - La pera limonera http://elfunzeen.blogspot.com.es contactofunzeen@gmail.com @Funzeen https://www.facebook.com/funzeen

Ficha técnica

Portada y contraportada: Marina López Correctores: Ricardo Liberal, César Méndez y

Raquel Navarro Maquetadores: Joste Asensio, Marijo Ojea y Diego Pérez. FUNZEEN somos: Anabel Muñoz, Angelicalm, Anica, César Méndez, Diego Pérez, Iñigo Izal, Irene Costa, Joste Asensio, Mariano Nuño, Marijo Ojea, Marina López, Mariví López, Miguel Urdin, Naran, Raquel Navarro, Ricardo Liberal, Uxue Arbe, Uxue Juárez, Xabi Lainez, Xabi Luna y Zombie Girl. Agradecemos la colaboración desinteresada de Emma Rios que nos ha regalado su aportación para este número.

Chatunga editorial Dr. Fun: Hoy vamos a dilucidar quién es el más rápido de Funzeen. Captain Zeen: Es evidente que eres tú. Dr. F.: ¿No vas a presentar batalla? C. Z.: La realidad es así, siempre se impone. Dr. F.: ¿Dónde quedaron nuestras pedradas tarantinianas? C. Z.: Se perdieron en una melodía de Morricone. Tú ganas, chico Leone. Dr. F.: ¿Ya te rindes? ¡John Ford se está revolviendo en la tumba! C. Z.: Ni esto es una película del oeste, ni yo soy John Wayne ni tú eres Lee Marvin. Dr. F.: Tú tienes un aire a Terence Hill. C. Z.: Y tú a Bud Spencer. Dr. F.: Querrás decir Jimmy Stewart. Me sienta bien el Stetson. C. Z.: Se nota que en este número viene Emma Ríos. Dr. F.: ¿La primera dibujante española de la Marvel? C. Z.: Sí, la chica de Pretty Deadly. ¡Ay, omá! Dr. F.: No tienes nada que hacer. C. Z.: ¿Y eso? Dr. F.: No caminas con el suficiente escozor entre tus nalgas. C. Z.: Llevo practicando desde el número anterior. Dr. F.: Empieza a salir el sol. ¿Seguro que no vas a desenfundar? C. Z.: ¿Vas a cronometrarme? Dr. F.: Vamos a ponernos uno frente al otro, a cuatro pasos de distancia. C. Z.: Todo el mundo sabe que eres el más rápido, degenerado. Dr. F.: No seas cobarde, ¡carga tu Colt y acepta el duelo! C. Z.: EsperaO, habías encendido el modo metáfora, ¿no?

Concurso FlyVader

Busca nuestra Fly Vader entre las páginas de este número y escríbenos un correo a contactofunzeen@gmail.com antes del 1 de abril indicando el número de página, la sección donde se encuentra, tu nombre y apellidos, qué es lo que más te ha gustado de Funzeen y de qué forma ha llegado a tus manos. Si aciertas, entrarás en un sorteo y podrás obtener un cómic de la librería TBO, calle la Merced 28, Pamplona. Ver bases del concurso en el blog: http://elfunzeen.blogspot.com.es El ganador del nº 3 ha sido Pedro de Frutos.

¡¡ENHORABUENA!!


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Ego Estratosférico

CCR RE EP PÚ ÚSSCCU UL LOO

El Colt 45 era como un pajarillo asustado en mis manos. A nuestra derecha el sheriff McNulty miraba la botella de whisky que reflejaba lo últimos brillos de un sol crepuscular. Detrás de la botella estaba la llanura, el río, los indios, y miles de mujeres con enaguas que huelen a buganvillas. Supongo. El viento agitaba el negro cabello de McNulty al que no le gustaban los duelos ni los dentistas. Odiaba los caballos que cojeaban y que los forajidos del pueblo lleváramos sombreros más negros que el suyo. Cierto día se subió en un promontorio y cantó y rezó y nos pidió que consagráramos cada una de las balas al culo de Toro Tumbado y al de su cuñado Gran Pelvis Alegre. McNulty era dulce y agrio. Caminaba como si ignorara el significado de la muerte o como si lo conociera demasiado. Algo así. Lloraba a menudo pero a escondidas y siempre dejaba su revolver en un cajón cuando lo hacía. Pero yo sostenía el Colt 45 y notaba su tacto frío. Con el pulgar palpaba las muescas de la vieja empuñadura. Una, dos, tres, así hasta once. Sabía a qué cuerpo correspondía cada muesca Recordaba con una precisión que asusta cómo se desplomó cada uno. Una muesca, un cadáver. Hasta once. Como

guiñapos sorprendidos. Pétalos caídos en desgracia bendiciendo con su sangre la tierra de este lado del Misisipi. Absueltos de la penitencia de la vida por Nick el Reverendo, que era sinónimo de miedo y dolor. Belleza y pánico bajo un sombrero elegante. Aunque eso fue hace mucho tiempo. Y la botella seguía brillando. Un bisonte perdido cruzaba la llanura. Bob El Dandy escupió sobre la arena seca y luego sacó un revólver reluciente y nuevo, aunque él fuera viejo. Aunque ni siquiera recordara dónde nació, ni quién fue su madre, ni si la tuvo. Sus ojos se entrecerraban para evitar la dulce agresión del sol que ya se iba. Sus pupilas eran esquivas, y la piel de su cara consistía en surcos profundos como lechos de ríos. Bob el Dandy olía a destrucción. Pero sólo a la suya. Mcnulty entretanto permanecía inmóvil, observando, como una estatua de arena, pensando en la corrupción de la carne. Pensando en la oscura belleza de los alacranes. Pensando en la levedad de las almas, y en la inconcreta materia de la llanura, o en la brevedad de la vida y la eternidad de la muerte. Nadie sabía en qué pensaba McNulty. Ni siquiera McNulty quería saberlo, pero posiblemente pensara en su mujer. Su mujer que ya no era su mujer sino la de otro. Aquellas piernas. Su mujer que había huido una noche negra y silenciosa. Tan silenciosa que se oía la tristeza de los lagartos escondida entre las piedras. Más brillos en la botella de un sol moribundo que se acuesta en la llanura. Amemos el crepúsculo. Años atrás hubiera leído la letra pequeña de la etiqueta sin despeinarme, y ahora luchaba por distinguir la jodida botella que era un difuso borrón a lo lejos, como mis años felices, como el recuerdo de la tersa carne de Thelma, o de Rossie o de Maude que ya se habían comido los gusanos para después cagarla. La imparable ruina de los cuerpos. De joven robaba caballos a docenas y aquella mañana habría necesitado una silla y media hora para subirme al mío y eso que era de los pequeños. Pero yo miraba a McNulty. El Sheriff


5 McNulty. El misericordioso Sheriff McNulty que acogía en su casa a los santos apóstoles de los años pasados, que nos daba cobijo a mí y a Bob el Dandy en el inmenso vacío de su casa. McNulty; el hombre cuya mujer poseía las piernas más hermosas del condado. La mujer que huyó y no olvidó llevarse sus piernas y sus ligueros y su perfume que siempre llegaba a los lugares antes que ella. Que se fue una noche oscura, que ella misma era la noche oscura, y que cruzó el río y se había mojado las botas, o que tal vez había enseñado la hermosura de sus piernas a los peces submarinos y a las criaturas terrestres. Besar las huellas de sus pies desnudos sobre la fría arena. McNulty y su tristeza, y también la mía. Si contara mi vida temblarían hasta las rocas del desierto. Las mujeres se abrían como flores ante Nick el Reverendo. Los hombres no pronunciaban mi nombre. Pedían clemencia a las estrellas, me entregaban su tabaco, sus sombreros, sus caballos y sus botas. Sus mujeres ya eran mías hace tiempo aunque no lo supieran. Déjame besarte las espuelas. ¡Desenfunda! gritaban, pero yo ya había desenfundado, apuntado, deja ese revolver en su sitio amigo. Tan rápido como el viento. No hace falta matarlo Nick, y yo lo perdonaba. Casi siempre. Pero el tiempo no perdona. El ardor de la vejez en la boca. Los años como cuerpos de plomo aplastando las piernas. Bob el Dandy sostenía su pistola. El cansancio celebraba fiestas en sus brazos. Sus huesos sonaban como viejas maderas que hablan. Es posible que Bob el Dandy fuera más viejo que los ríos y que sus manos hubieran plantado todos los cactus del desierto, cuando los árboles eran arbustos, y los indios eran indios y las mujeres, mujeres. Pero Bob era un gran hombre, o al menos lo había sido. Empecemos, gritó McNulty. Palabras arrastradas por el viento. Palabras cansadas y llenas de polvo. ¿Dónde está tu mujer McNulty? Yacía en algún tipi construido con la piel de un bisonte o tal vez dos. Dormiría abrigada por los duros brazos de algún indio (pero cuál), amorrada a la salvaje idea de lo libre. Por la noche se tumbaría junto al fuego, miraría las

estrellas, la santa extensión del cielo y su refugio inacabable mientras Bob y yo terminábamos con todo el whiskey de la tierra y oíamos el llanto roto del Sheriff más triste del mundo. No llores, tú eres un hombre duro. Todos somos hombres duros. Pero era mentira porque no lo éramos. ¡Venga vaqueros! El brillo de la botella languidecía. Bob y yo pusimos de nuevo las pistolas en su funda. Las manos en tensión, arqueadas, sarmentosas. Los nervios parecían nuevos en nuestros cuerpos gastados. Los transeúntes observaban atentos, la lumbre de sus cigarrillos languideciendo en su labios. Ralph y Smith salieron del saloon a echar una ojeada al asunto y la puerta quedó cimbreando, con un chirrido acompasado mitigado sólo por el ruido del viento. A lo lejos, en la llanura se levantaba un pequeño reguero de polvo que parecía la cicatriz sucia de un horizonte amoratado. Algún forajido huyendo en su caballo, o en el caballo de otro. Algún indio descarriado. Otra mujer huyendo hacía otros brazos. ¡¡Ahora!!, gritó Mcnulty y los huesos doloridos de la mano apresurados, rápidos, pero no demasiado, en pugna por los rescoldos de una dignidad casi acabada. Escupitajos de plomo, un pulso errático, estúpido y tembloroso, bang, bang, bang, pájaros en desbandada pero sin prisa, balas perdidas en la inmensidad del desierto, vamos Nick, por los viejos tiempos y entonces bang, la botella de whiskey se hizo trizas, por una de mis balas, fui yo, yo, Nick maldita sea, sobras de lo que un día fue gloria. Acabó el espectáculo amigos, y Bob el Dandy miraba al suelo, su revolver aún humeante, tragándose los restos de orgullo, asumiendo que ese mes también haría la colada y limpiaría los caballos en casa del Sheriff. Intenta sacarme estas putas manchas, Bob - le gritó McNulthy mientras le arrojaba su sombrero al regazo y regresaba a su casa, a nuestra casa, ese hogar del forajido jubilado, a dejar su pistola en un cajón, a llorar por su mujer y a cagarse en la madre de todos los indios. Mariano Nuño egoestratosferico.blogspot.com.es


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Poesía

Abro un surco en la nieve bebo. Mana la sangre tiemblo.

/Es ahora cuando el poema debe devorarte./

Te cuento que soy así, tácita, callada, huidiza, perra hambrienta inflamada de palabras que, como grito incompleto, descubre que la tierra es en el aire y que se agrieta.

Impura, vuelvo al pájaro, a la carne. Me relamo y /de una dentellada/ penetro la palabra, la desgarro y meriendo tus despojos. *** Y descubrir al fin mostruosamente un nuevo modo de respirar: hibernar-dejarse hacer. Uxue Juarez


Sukaldaritza

"COWBOY BEANS" "Sartegiak arroitu egiten badu, zerbait barronta du"

Osagaiak 1 kg haragi txikituta lata bat babarrun beltzak lata bat babarrun gorriak 500 ml tomate saltsan tipula handi bat 2 baratxuri kumino, oreganoa, cayena tabaskoa azukre beltza, olioa, gatza

Nola egin

1 . Tipula txikitu ondoren pertzeko zabal batean frijitu. 2 . Haragia gehitu eta tipularekin ondo sukaldatu, kolorea aldatu arte. 3 . Baratxuria txikitu eta espeziekin nahastu pasta bat sortu arte. Haragiari bota eta koilara bat erabiliz, ondo nahastu . 4 . Tomate saltsa gehitu eta utzi egosten ordu erdi batez su motelean. 5 . Bukatzeko, babarrunak bota eta hamar minutuz egosten utzi. Proba ezazu eta beharrezkoa

izanez gero, gatza eta espezia kantitatea gehitu zure gustukoa egon arte. Azukre beltza koilarakada pare bat gehitu gozotasun-ukitu bat emateko. Marijo Ojea

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Tertulia de Japón

De samurais y vaqueros

El género western y el género samurai han estado siempre estrechamente relacionados. Aunque muy separados tanto geográfica como culturalmente, e incluso enfrentados en ocasiones, ambos países han coincidido en características comunes. Esta serie de similitudes hace posible la adaptación de películas de samurais en películas del Oeste, y viceversa. Dentro del cine japonés con esta temática hay infinidad de directores relevantes, tales como Kinachi Okamoto, Hideo Goza o Masaki Kobayashi. Pero sin duda alguna, el autor más famoso a nivel mundial es el gran Akira Kurosawa. Kurosawa sentaría las bases de lo que es el nuevo cine de Samurais, con la que probablemente sea su obra más conocida: "Los siete Samurais" ("Shichinin no Samurai"). Su estreno fue en 1954, y obtuvo el León de Plata en la Mostra de Venecia y dos nominaciones al Oscar. La acción se sitúa en el Japón del siglo XVI en un pequeño pueblo de campesinos que son asaltados periódicamente por una banda de delincuentes. Hartos de la situación, deciden contratar a un grupo de samurais dispuestos a luchar contra los criminales a cambio de comida. El protagonista, Kanbei, reúne a otros seis guerreros dispuestos a defender el pueblo, más por su honradez y valentía que por los dos puñados de arroz que se les ofrecen. Esta película habla de Japón, del honor de los samurais, de los cazarrecompensas, y de ciudades sin ley donde por un lado están los bandidos y en el otro extremo están los campesinos, gente de bien que solo quiere vivir en paz. En el año 1960, John Sturges recogió todos estos elementos y rodó "Los siete magníficos" ("The Magnificent Seven"). No le hizo falta hacer muchos cambios en el argumento: reemplazó los samurais por pistoleros, situó el escenario en el lejano Oeste, y el resultado llevó a un Western clásico. La película, no tan profunda como la original, reunió un reparto que resultó extraordinario, con Yul Brynner,

Steve McQueen, Charles Bronson, James Coburn, Horst Buchholz, Robert Vaughn, Eli Wallach y Brad Dexter como protagonistas. El mismo Kurosawa declaró sentirse muy emocionado y orgulloso de que en Hollywood se hiciese una versión de un film suyo, ya que en el fondo era una carta de amor al género que tanto le cautivaba. Quedó tan impactado por la película de Sturges, que le regaló una espada de samurái en señal de agradecimiento. Para el caso contrario, un Western convertido en película de samurais, la elegida ha sido la magnífica "Sin perdón", del inconfundible Clint Eastwood. La versión japonesa está dirigida por Lee Sang-il, y los roles de Clint y Freeman son adoptados por el internacional Ken Watanabe y Akira Emoto, respectivamente. Cuenta la vida de Jubei Kamata, un antiguo espadachín del Shogunato (gobierno militar de Japón de finales del S.XII) que mata por encargo del gobierno, ganándose así una reputación temible en Kyoto. Una década después, Jubei vive como ranchero alejado de todo, con Ainu, su esposa, y sus hijos. Su esposa, la única persona que le ha hecho renunciar a su violenta vida, muere. Es en ese momento cuando, impulsado por la pobreza, el hombre que juró no volver a usar la espada comienza de nuevo un ciclo de violencia como cazador de recompensas junto a un antiguo camarada. Esta vez la ropa vaquera se sustituye por kimonos y la historia se ambienta en Hokkaido (Japón) en 1880, en el inicio del período Meiji, pero los elementos de la película son los mismos que su predecesora "Sin perdón". Llevando por titulo "Yurusarezaru Mono" en Japón, será conocida internacionalmente como "Unforgiven", titulo de la cinta americana original. Anabel Muñoz dejaponayamaguchi.blogspot.com


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I STA TE S hubo tregua, se generó la atmósfera perfecta, se enfocó la imagen; una, alineando las lentes, los planetas oscuros y sus órbitas, hubo paz, o la visión de un campo de esqueletos atravesados de brezos, de rocío y un cielo cristalino, pero no supe cómo sentarme a contemplar el agua sin agitar mis pestañas y provocar maremotos de limo, sin levantar nubes de saltamontes o emborronar los contornos con el graso sudor de mis pulgares. Vi el paisaje regido por una veladura transparente y me asustó pensarme quieta allí, fuera del movimiento, tachonada a tal presente ubicuo. Tal vez eso.

Zombie Girl zombiedelasletras.blogspot.com.es


Tertulia Cómic YAMAGUCHICÓMIC es un espacio dedicado a la lectura y posterior comentario de cómics. La tertulia tiene lugar un miércoles al mes a las 1 9:30 en la biblioteca Yamaguchi. ¡ANÍMATE A PARTICIPAR! http://yamaguchicomic.blogspot.com.es/

Cyril Pedrosa es un dibujante francés que, tras trabajar para los estudios de animación de Disney, comenzó su carrera en el cómic trabajando junto a otro autor, David Chauvel. Este último como guionista y Pedrosa como dibujante, crearon la serie Ring Circus y, posteriormente, Les aventures espatiotemporelles de Shaolin Moussaka. En esta tertulia, hablamos sobre dos de sus tres obras publicadas en español, Tres sombras y Portugal, ambas realizadas por Pedrosa en solitario.

Tres sombras

Louis es un padre de familia feliz que vive con su mujer y su pequeño hijo, Joachim, hasta que descubre tres sombras que acechan cerca de su casa. Louis intentará desafiar al destino huyendo de las tres sombras con su hijo. En el largo viaje, se irán topando con personas de doble moralidad y sin escrúpulos, capaces de aprovecharse de la desgracia humana, hasta conocer la identidad de las tres sombras y aceptar lo que les depara el destino. Una fábula tierna, inquietante y desgarradora que trata sobre la aceptación de la pérdida. En blanco y negro, el autor juega con un dibujo oscuro, con trazo sucio que se convierte en mancha, para transmitir los estados de miedo, ansiedad y hasta locura, y vuelve a un

l i r y C osa r d e P

trazo limpio y los momentos de alegría.

dinámico esperanza

en y

Portugal

Un joven dibujante se encuentra en un periodo de bloqueo en su profesión y en su vida sentimental. Un festival de cómic le lleva a Portugal, país de origen de su familia paterna, donde comenzará un viaje retrospectivo a su pasado que le ayudará a entenderse mejor y a salir de ese estado de bloqueo. Nuevamente, Pedrosa se sirve del dibujo para hacernos sentir los distintos estados de ánimo del protagonista, aunque esta vez es a través del uso del color como podemos percibir el aislamiento del artista o la luz de un Portugal colorista y lleno de vida. Obra bella e intimista, con un dibujo y color maravilloso, peca, tal vez, de ser algo larga, en opinión de algunos tertulianos. Y si te engancha Ciryl Pedrosa, también puedes leer otra obra suya en castellano, Autobio. Aunque no tiene nada que ver con las anteriores, te dará pie para conocer a un Pedrosa más humorístico e irónico. Los gags se suceden en este cómic para hablarnos del compost, el reciclaje y el compromiso ecológico. Marijo Ojea

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Nuestra Madrina


Emma Rios

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Viajes


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Recomendaciones Literarias

NOVELAS PARA DESENFUNDAR “Cuando pasó frente a la cárcel, el letrero emitió un chirrido, balanceado por una ráfaga de viento. Apenas podía leerse; castigado por el tiempo, cubierto de polvo, salpicado por racimos de perforaciones”. ¿Quién no tiene esta típica imagen en la cabeza? Gran parte del decorado western está recogido en las páginas del destacado escritor americano Oakley Hall. Este fecundo novelista describe así el letrero de la cárcel de Warlock, una ciudad fronteriza del lejano Oeste, que da título a su obra más famosa.

La trama gira en torno a Clay Blaisedelle, comisario contratado por un comité de ciudadanos para poner orden en la decadente y caótica localidad, escenario donde se mezclan violentos tiroteos con debates y reflexiones morales de gran calado: “¿Puedo

mirar a las frías estrellas en este cielo negro y creer en el fondo de mi corazón que es el mismo firmamento que cubría con su manto Belén, y que una estrella como las de aquí suscitó para siempre falsas esperanzas en el corazón de los hombres?”.

Si alguien se pregunta por dónde empezar o qué leer sobre literatura western, esta novela de 1 958 sería un buen comienzo, ya que contiene todos los personajes y elementos esenciales del far west: el ayudante del sheriff, el juez, los cuatreros, los mineros, el whisky, las cartas, los revólveres Colt, el casinoS El libro, extenso, es un exquisito relato de la vida en Warlock a lo largo de diez meses, donde las disputas se resuelven a balazos en las polvorientas calles. Como polvoriento es el contexto donde se desarrolla otra de las obras recomendadas de Hall, Bad Lands, que vio la luz veinte años más tarde. El protagonista Andrew Livingston abandona su tierra natal, Nueva York, para asentarse con su nueva explotación ganadera en este vasto territorio de Dakota. Si el lector no ha tenido suficiente con Warlock, las hojas de esta obra también contienen mucha pólvora.


23 Quizás haya quien prefiera sumergirse en el hedor de un tipi y saborear el pemmican junto con los indios: “Allí dentro se

percibía una luz maravillosa, cuando se entraba desde el brillo exterior de la tarde, y todo lo que se veía se debía a la presencia de un pequeño fuego de chips de bisonte en el centro del suelo, y de la luz que entraba a través de la chimenea en lo alto del cono. Bueno, si el olor del exterior era notablemente denso, uno ya no era capaz de recordarlo después de tomar una o dos bocanadas en el interior: era como intentar respirar bajo el agua en un pantano”.

Es un fragmento de Pequeño Gran Hombre, una novela de aventuras que, aunque ficticia, juega con referencias y personajes históricos reales. Su autor, Thomas Berger, escribió en 1 964 esta pequeña joya, y cuenta parte de la vida de Jack Crabb, un viejo cascarrabias que creció con los indios Cheyennes y presenció batallas como la masacre de Wasitah, o Little Bighorn , donde perdió la vida el respetado general Custer. De hecho el oficial de caballería del Ejército de Estados Unidos, como no podría ser de otra manera, es parte importante del relato por su papel significativo en las llamadas Guerras Indias. Como me dijo una vez un profesor estadouniden se, Pequeño Gran Hombre es “un clásico de la literatura americana”.

Aunque para mí hay un título, que vio la luz en 1 965, que ensombrece a los

demás, quizás por ser el más alejado dentro del género: El trampero, de Vardis Fisher. El libro es un canto a la libertad, al valor, al goce de la naturaleza en todo su esplendor y temeridad. A través de los ojos de Samson J. Minard, un cazador ermitaño que hace de las Montañas Rocosas su hogar, vadeamos los hermosos paisajes del lejano Oeste y disfrutamos del trino de los pájaros y los “cinco tipos de llamada del lobo”. Para Sam, el trampero, “leer la naturaleza era como leer la

Biblia; en ambas la voluntad del Creador era patente. O al menos eso le había parecido a él desde que había llegado al Oeste”. Pese a lo

que se pueda intuir, la obra, llevada al cine bajo el título de Las aventuras de Jeremiah Johnson, no es para nada reposada. Fisher también contrapone esta armonía con la crudeza de los indios, pueblos guerreros impíos, capaces de los comportamientos más ruines. Sin duda, una novela para devorar al aire libre.

César Méndez


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Rutas para pasar el día

B arde nas Re ale s de Navarra Bardenas, el Rallón

Con una localización que no tiene nada que envidiar a los spaghetti western de Almería, las Bardenas Reales son un escenario muy propicio para el tema que tratamos en este número. Un desierto árido, un secarral donde a la vuelta de la esquina podemos fantasear con encontrarnos una tribu india preparándose para atacar al Séptimo de Caballería. Ubicado en la zona sureste de Navarra, no es un paisaje que te puedas esperar. De Navarra, esperamos lagos, bosques, montañas, incluso campos de cerealS pero semejante extensión desértica se cuela por las cuencas de tu calavera dejando irremediablemente huella en el visitante. Tiene una extensión de 45 km de norte a sur y de 24 de este a oeste y aunque no es un desierto en toda su plenitud, la Bardena Blanca, la zona central más dura, si que se puede considerar muerta. Existen infinidad de rutas con posibilidades. Andando, o en tu montura de dos ruedas, puedes recorrerte este desierto de punta a punta. En la pagina web de las Bardenas tenemos hasta 9

rutas para BTT, de diferente dificultad y duración. También hay rutas a pie para visitar los puntos de interés de este peculiar paraje. (http://www.bardenasreales.es) Recomendamos la ruta BTT4, Landazuria, no muy exigente para los vaqueros domingueros como nosotros, pero suficiente para poder visitar la ermita de la Virgen del Yugo o el barranco de Agua Salada.

Puntos de interés de las Bardenas Reales Ruinas del castillo de Peñaflor: Ubicado en

el Vedado de Eguarás o Peñaflor, es una antigua fortificación en ruinas. También se conoce como el castillo de Blanca de Navarra, por la leyenda que cuenta que Blanca I de Navarra, fue encerrada por su padre en la torre de esta fortaleza cuando se negó a casarse con el príncipe de Aragón, Martín el Joven. Castildetierra: Punto más característico de las Bardenas Reales, es un montículo que no está considerado monumento natural aunque cumple todos los requisitos legales. Según los expertos, en condiciones normales este montículo desaparecerá en sólo 40 años.

Bardenas, paisaje erosionado


25 Ermita de la Virgen del Yugo: existen otras tres, Sancho Abarca, Santa Margarita y San Gregorio, pero la primera es la mejor conservada, de las otras solo quedan piedras o alguna pared. Balsas de agua de los Barrancos de Agua Salada, Barranco Grande y el Barranco de Tudela. Embalses naturales de agua situados en barrancos y que contrastan con el árido paisaje. Desde el año 1 999 es considerado parque natural por el gobierno foral de Navarra excluyendo de esta calificación a zonas concretas como el Hondo de Espartosa, Bandera o el polígono de tiro. De las zonas protegidas cabe destacar “El Rincón del Bú” donde tenemos amplia representación de rapaces y en especial del Búho Real y las “Caídas de la Negra” que tiene una vegetación y fauna más mediterránea y una zona de labores agrícola de secano. Si visitas las Bardenas Reales, sobre todo intenta disfrutar del paisaje y la geografía, ya que se puede aprender muchísimo sobre

Fauna

Más de un centenar de especies de aves siendo las rapaces una comunidad muy rica incluso comparada a nivel europeo. Existen 1 0 especies de reptiles y 8 de anfibios, 8 especies de peces, 1 2 de caracoles y 2 de cangrejos.

Ermita de la Virgen del Yugo

erosión, sedimentos, desertización o formación de barrancos de forma muy gráfica. ¡Ah! Y no entres por equivocación en el polígono de tiro que tiene el ejército del aire si no quieres salir de allí como los hermanos Dalton cuando se enfrentan a Lucky Luke, como un colador.

Vegetación

Aun siendo una tierra de carácter estepario debido a su aridez, existen zonas de cultivo que se destina mayormente al cereal y otras zonas de coscojares, pinares y sobre todo, romerales.

Marijo Ojea Joste Asensio

Bardenas, Castildetierra


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Cine

El Oeste animado Gore Verbinski, director de las tres primeras películas de Piratas del Caribe, fue el encargado de dirigir Rango (2011 ), una original comedia animada ambientada en el Salvaje Oeste que ganó en 201 2 el “Oscar a la Mejor Película De Animación”. En la versión original el actor Johnny Depp pone voz a Rango. El protagonista es un camaleón, mascota de una familia, que vive en un terrario de cristal donde se imagina siendo el héroe de grandes aventuras. Por accidente, su casa de cristal cae a la carretera mientras sus dueños cruzan en coche el desierto de Mojave y no le queda otra que andar por el árido desierto hasta que llega a un poblado perdido llamado Dirt. Allí se presenta ante todos como un valeroso y temido pistolero, por lo que es nombrado sheriff, y, siguiendo el esquema clásico de este género de películas, el forastero será el encargado de vencer a los malos y se convertirá en héroe. Alejándonos del western más clásico, pero sin perder jamás la esencia, nos encontramos con la película belga Pánico en la granja (Panique au village), cuyo origen está en una serie de televisión del mismo título que comenzó en 2003. Tras el éxito de la serie, los dos directores y guionistas belgas Stéphane Aubier y Vincent Patar se plantearon llevar la historia a la pantalla grande y la película acabó estrenándose en 2009 con gran éxito. Cuenta la historia de dos amigos, Indio y Cowboy, que viven en una granja en el Oeste con su amigo Caballo, donde protagonizan un montón de disparatadas aventuras. La técnica de animación utilizada es la de stop-motion (fotograma a fotograma) y se emplean unos 1 .500 muñequitos de plástico sin articular para una cinta de poco más de una hora.

De esta manera, y con un guión muy sencillo, esta película animada deja claro que no pretende imitar la realidad con sofisticadas técnicas de animación, sino recrear esos momentos en los que los niños, tumbados por los suelos, jugaban con figuritas de indios y vaqueros; momentos en los que el entusiasmo y la imaginación suplían la falta de movilidad de los muñecos. Ése es el espíritu que se recupera en Pánico en la Granja. La cinta formó parte de la sección oficial de Cannes en 2009 y ese mismo año logró en el Festival de Sitges el “Premio a la Mejor Película de Animación para Niños”. Por último, rescataremos alguna vieja joya de ésas de dibujos animados: Fievel va al Oeste (Fievel Goes West), película producida por Steven Spielberg y dirigida por Phil Nibbelink y Simon Wells, estrenada en noviembre de 1 991 . Se trata de la secuela de Fievel y el Nuevo Mundo (An American Tail, 1986) donde se contaba la historia del ratón Fievel y su familia en su migración desde Rusia a EEUU. Pero los Estados Unidos no resultan ser como ellos esperaban: "Nueva York es una ciudad asquerosa sin la luz del sol", así que la familia de ratones decide ir a un destino algo más cálido: el Lejano Oeste, lugar del que han oído contar maravillas (¡cuentan que los gatos y los ratones son amigos!). Lo más interesante de esta película es su banda sonora, nominada a los Globos de Oro, a través de la que el compositor, James Horner, enlaza esta secuela con la anterior película mediante el empleo orquestal de la canción «Somewhere Out There» , tema principal de la primera. Aquí, además, incorpora otras canciones, entre ellas «Dreams to Dream» , que es una melodía de base romántica, dedicada íntegramente a homenajear a los grandes clásicos de la música del western. Anabel Muñoz


Series TV

Justificado ¡Buenas! Aquí venimos con una entrega más de nuestro querido FunZeen. Espero que lo disfrutéis tanto como lo hacemos nosotros escribiéndolo (que es mucho, por si alguien se lo preguntaba). El tema de esta entrega es el Salvaje Oeste. Un tema al cual la empresa cinematográfica ha recurrido en gran número de ocasiones. No obstante, ocurre lo contrario con la televisión: es muy complicado encontrar una serie que esté únicamente centrada en este entorno; muchas de ellas recurren a ello en viajes al pasado (como, por ejemplo, en Doctor Who). La única que me viene a la cabeza es Deadwood, pero no la he visto, así que no puedo hablar de ella. La serie a la que me voy a referir incumple dos características del far west: estar situada geográficamente en todo lo que fue denominado el Oeste de Estados Unidos y que la trama se desarrolle en la segunda mitad del siglo XIX. Justified se enmarca en la actualidad y en un estado del centro sudeste, Kentucky. Así pues, ¿por qué elegir esta serie? Bien, por una sencilla razón: tenemos la figura del sheriff, uno de los personajes imprescindibles, encarnado en la piel de Raylan Givens. El protagonista es un marshall de Miami que, tras matar a una

by Miguel Urdin

de las cabezas del narcotráfico de la ciudad, es reubicado en su ciudad natal: Lexington, Kentucky. Allí se reencuentra con todos los que fueron sus compañeros de clase en el colegio y el instituto, convertidos todos y cada uno de ellos en delincuentes de pueblo. La serie está plagada de los llamados rednecks o paletos. Raylan Givens está interpretado por Timothy Olyphant, uno de los malos de La Jungla 4.0, y he de decir que el papel le viene como anillo al dedo: el sombrero de cowboy, la estrella de sheriffS La “percha” que le da todo eso junto encaja con su voz grave y cascada, además de con su expresión de completa serenidad. Una entereza que presenta a lo largo de todas las cuatro temporadas -52 capítulos- con los que cuenta la serie. Sinceramente, es altamente recomendable. Eso es todo por hoy. ¡Hasta la próxima!

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Manualidades

Trabajando con trapillo En las manualidades, el trapillo es el excedente de telas que se puede utilizar para tejer. Se puede reutilizar una sabana, camisetas o restos de piezas de tela que hayan sobrado de otras labores. Aunque en la actualidad están de moda y se pueden comprar bobinas de trapillo de colores preciosos y homogéneos, en este turorial vamos a explicar cómo crear un ovillo de trapillo a partir de camisas viejas.

La idea es cortar la camisa de forma que se obtenga una tira uniforme del mismo grosor. Para ello podemos utilizar diferentes patrones de corte, dependiendo del trozo de tela. Si tenemos una pieza cuadrada, (la espalda de una camisa, por ejemplo), el patrón de corte después de doblar la pieza por la mitad, será de lineas paralelas pero comenzando desde extremos opuestos y sin llegar hasta el final. Luego, desdoblamos la pieza de tela cortada y nos saldrá una serpentina alargada. Tenemos que cortarla por la parte central en vertical, para obtener una tira. No cortar el último punto para que las dos piezas (derecha e izquierda) sigan unidas. En este momento, ¡ya tenemos una tira y podemos ovillarlo! En cambio, si el material que tenemos es tubular, como por ejemplo la manga de una camisa o el cuerpo de una camiseta, el patrón será de lineas paralelas comenzando desde el mismo sitio y sin llegar al final. Una vez cortada, tenemos que continuar los cortes de forma oblicua, uniendo un corte con el paralelo. Conseguimos una especie de espiral de tela que podemos ovillar también. Y con esto, ¡ya tenemos un ovillo de tela, un ovillo de trapillo para nuestras creaciones! Ahora, solo falta agarrar el ganchillo adecuado y... ¡a imaginar patrones! Joste Asensio


LA PERA LIMONERA La ONCE fracasa como casamentera La ONCE se puso el traje de cupido y el experimento le explotó en la cara. En su afán por tratar a sus miembros como a cualquiera decidieron promover una multitudinaria cita para encontrar a su media naranja. La noche se presentaba fácil sobre el papel. En el hotel donde lo organizaron, no opinan lo mismo. " Aún hay invitados de esa noche

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Bollywood no sabe hacer western " Cuando

mi agente me escribió, no pude rechazar una oferta como ésta: una película del Oeste en la India, ¡no leí ni el guión!". Jeff Bridges contaba que de lo que él

visualizó en su cabeza a lo que realmente fue, hubo un abismo.

perdidos por los pasillos palpando todo lo que encuentran, incluidas las mujeres de la limpieza", cuenta el director. La noche empezó

El actor bajaba en la estación de tren de Naliya meses antes, donde le esperaba el director, Vikram Bhatt. Bridges narraba entusiasmado su llegada: " Me gusta meterme en el papel antes

media naranja nada, solo higos y bien secos, vaya timo".

cuando le quitaron la ropa de vaquero y le vistieron para el remake indio de Lo que el viento se llevó, titulada Con el viento se elevó en la versión bollywoodiense, donde un occidental se convierte en dios hindú.

con la broma pesada de algún usuario del hotel que cambió el cartel en braille a la sala donde se reunían un grupo de octogenarias. Las ancianas se fueron encantadas: " Hacía tiempo que no me tocaban así". Ellos, no tanto: " De

Otro error que cometieron fue el de poner la chapa con el nombre demasiado cerca del pecho. Varios fueron los que esa noche sufrieron de amnesia y, permanentemente, buscaban la chapa en busca del nombre: " Le insistía que eso era mi pezón, pero el tío erre que erre", relataba una participante. Por no

hablar de la cagada de poner claveles de colores para reconocerse.

El mayor problema fue la bacanal en la que se convirtió la sala. Como ninguno veía, no tuvieron pudor en consumar el éxito de la cita in situ. Más problema tuvieron los guías de cada uno. Ellos sí veían, así que tuvieron que salir de la sala optando por apagar las luces y abandonar a su suerte a todos los invidentes en su "primera" cita a ciegas.

del rodaje. Ya en el tren iba con la ropa de ‘Valor de Ley’, hasta el parche". La sorpresa llegó

Su agente le había prometido miles de indios -y no faltaba a la verdad-, pero ni cherokees ni apaches: hindúes. Los únicos vaqueros que Bridges pudo ver en el set de rodaje fueron los jeans que vestía la script y el técnico de sonido. Jeff estuvo vestido dos meses de Rhett Butler versión hindú: " Las orejas hacían de paréntesis al enorme turbante, toda una experiencia". Aunque el protagonista reconocía que no estuvo tan mal y que se llevaba un gran recuerdo: " Una

‘peli’ de indios sin vaqueros, quién lo iba a decir". Lo más difícil, confesaba, fue “ el tener que bailar y cantar cada tres secuencias con el dhoti”. Y admitía cierta fobia adquirida a Lo que el viento se llevó. Bridges, orgulloso, enseñaba

una foto de un gran rebaño de cabras junto a un tren, sus emolumentos por el trabajo realizado.

Xabier Luna



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