El proceso de Duelo ante el “estigma” del Diagnostico por parte del Medico Familiar
Dr. Ricardo Ramos Martínez Medico y Psicoterapeuta Familiar Coord. Enseñanza e Investigación UMF/UMAA No53. kalinra@hotmail.com Dra. Myrna Berenice León López Medico Familiar HGZ/UMF No.16 mbereleon@hotmail.com
Objetivos de la ponencia: • Concientizar al Medico Familiar en la importancia del abordaje holístico del paciente y su familia, con un enfoque Bio-Psico-Social para la integración del Diagnostico libre de toda estigmatización social e individualizada por parte del equipo de salud. • Identificar las etapas del proceso de Duelo del paciente posterior a la emisión de un diagnostico de enfermedad, con el fin de evitar la cronificación del mismo y lograr una pronta aceptación de la crisis mediante la intervención o derivación a otro especialista para su manejo.
Introducci贸n:
Uno de los principios 茅ticos en el deber medico ha sido por siempre el principio de beneficencia por encima de cualquier circunstancia o situaci贸n que pudiera limitar su practica profesional Y conducirlo a la practica de un acto de maleficencia.
En el actuar cotidiano del medico familiar existen latentes ciertos fenómenos que pudieran limitar en forma conciente o inconsciente, la practica del principio de beneficencia‌
…Estos fenómenos suceden al calor de la relación medico-paciente y se desencadenan mediante los procesos de trasferencia y contra-trasferencia, así como en la integración del Diagnostico Clínico en dicha relación.
Es comprensible que ante la ignorancia profesional, se diluye en cierta parte “la culpa” de cualquier acto medico. Sin embargo para realizar un diagnostico clínico libre de estigmatización social e individualizada, el medico familiar debe ser muy cauto y analítico para no ignorar ningún elemento que le permita construir dicho diagnostico si lo que intenciona es no dañar a su paciente o a la familia de este.
… El simple acto de integrar un “Diagnostico” en un paciente puede desencadenar en este una crisis e incluso desestabilizar la dinámica en su familia.
Para muchos de los pacientes el Diagnostico representa una “etiqueta” o un “estigma”, y esto a su vez, los hace percibirse en una minoría, en donde pierden de tajo su pertenencia a la gran mayoría social.
VIH
ESQUIZOFRENIA
ALCOHOLISMO
TUBERCULOSIS DIABETES
VIH
CANCER
OBESIDAD
El “Diagnostico” o la “etiqueta diagnostica” mueve al paciente de un campo de las personas “sanas y productivas”, al de las “personas enfermas y desvalorizadas”, no solo en la sociedad, sino incluso dentro de su familia, lo que les hace perder en forma abrupta “roles”.
El “estigma diagnostico” es un atributo profundamente desacreditador. Los griegos lo utilizaban en forma de tatuaje o marca en el cuerpo para señalar a las personas que habían cometido algún crimen o delito o que se encontraban “enfermas”.
Hoy en día, este concepto tiene que ver con una identidad social subvalorada, en el que un grupo minoritario posee (o se cree que poseen) una serie de atributos o características que expresan una identidad social devaluada. El estigma varía en función del contexto social.
El concepto de estigma fue introducido en las ciencias sociales por Goffman (1963), quien lo ha definido como una marca, una seĂąal, un atributo profundamente deshonroso y desacreditador que lleva a su poseedor de ser una persona normal a convertirse en alguien ÂŤmanchadoÂť.
En los casos mรกs extremos de estigma, se legitima el hecho de que estas personas sean excluidas moralmente de la sociedad, de la vida social y que ademรกs producen una serie de emociones negativas en el resto de la sociedad, como el miedo o el odio.
Link y Phelan (2001) inciden más sobre la diferencia entre «poseer» un atributo y que éste sea «aplicado» por quien estigmatiza.
Link y Phelan (2001) Afirman:
«El estigma existe cuando los elementos de etiquetaje, estereotipia, separación, pérdida de status y discriminación, ocurren conjuntamente en una situación de poder que lo permite».
Personajes con poder social como lo posee el medico familiar, pueden causar sentimiento de minusvalía y desvalorización en el paciente y su familia al etiquetarlos o “Diagnosticarlos” aun sin querer concientemente causarles un daño, sino todo lo contrario.
En Medicina General: El Diagnostico es la Identificación de la enfermedad, afección o lesión que sufre un paciente, de su localización y su naturaleza, llegando a la identificación por los diversos síntomas y signos presentes en el enfermo, siguiendo un razonamiento analógico.
En Medicina Familiar:
El diagnostico es todo un “proceso” que se realiza en “un individuo” el cual generalmente es integrante de una familia y una sociedad, teniendo conciente que estas pueden ser generadora de crisis, salud y enfermedad en él, y que debido a ello, la solución de cualquier problema debe de atenderse con un enfoque holístico o integral.
…En el proceso del diagnóstico por el medico familiar, dicho problema experimenta cambios cuantitativo y cualitativos, los que tienden a la solución del problema y consta de varias etapas, dialécticamente relacionadas, que son:
1. La Evaluación 2. El Procesamiento mental de la información. 3. La intervención 4. El seguimiento.
Sugerencias para Diagnosticar sin “Estigmatizar” 1. Al integrar un Diagnostico siempre debe confirmar su sospecha las veces que sean necesarias antes de informar al paciente y a su familia.
2. Es obligación del Medico Familiar el conocer las redes de apoyo familiar y extra-familiares del paciente previo a la emisión del “Diagnostico”
• Posterior a la emisión del Diagnostico, es recomendable ejercer en forma constante, continuada y oportuna los 4 niveles de atención por parte del Medico Familiar en el paciente y su familia: a) Información completa y aclaración de las dudas acerca de su enfermedad. b) Educación acerca de los procesos de control, curación y limitación del daño de la enfermedad que padece. c) Orientación integral acerca de los procesos de interacción entre la enfermedad, el paciente, su familia y la sociedad. d) Ofrecer siempre una alternativa terapéutica basada en principios bioéticos aceptada bajo consentimiento informado por el paciente y su familia.
EL PROCESO DE DUELO POR PARTE DEL PACIENTE POSTERIOR AL DIAGNOSTICO ESTIGMATIZADOR
Diferencia entre Duelo y Luto El duelo, del latĂn dolus (dolor), es la respuesta emotiva a la pĂŠrdida de alguien o algo, se manifiesta en el proceso de reacciones personales que siguen a un desapego. El luto, del latĂn lugere (llorar), es el duelo por la muerte de una persona querida: se manifiesta con signos visibles externos, comportamientos sociales y ritualidades religiosas.
“Nos duele la definitividad de la
pÊrdida�
La intensidad del duelo, no depende de la naturaleza lo perdido, sino del valor que se le atribuye en nuestra vida.
Una pérdida física:
Es
una pérdida tangible que puede
tocarse y verse, (la pérdida del marido, incendio
el de
robo la
del casa)
coche,
el
conlleva
pérdidas simbólicas abstractas de naturaleza psicosocial.
Una enfermedad, origina, además de la pérdida de la salud, pérdida de la autonomía, corporales,
de de
las la
funciones
identidad,
la
intimidad, los contactos sociales, la autoestima y la movilidad. Y también la pérdida de esperanzas, sueños y expectativas.
“El duelo como proceso”
Todo duelo es un proceso natural en el que el doliente atraviesa una serie de fases. Aunque «no necesariamente una persona en duelo, debe pasar por todas ellas ni seguir una determinada secuencia».
ETAPAS DEL DUELO POSTERIOR AL DIAGNOSTICO DE UNA ENFERMEDAD
1er. Etapa: Negación La mayoría de las personas responden con impacto cuando se les diagnostica una enfermedad de significancia mortal, crónica ó contagiosa en el contexto cultural. Lo primero que piensan es “oh, no, esto no me puede estar sucediendo a mí”.
…NEGACIÓN Cuando las personas que rodean al paciente también niegan la realidad, éste no tiene con quién hablar y, como resultado, se siente solo y aislado. Cuando existe alguna esperanza y se le asegura que él no estará solo, no importa lo que ocurra, las personas pueden reducir el impacto y la negación inicial, se resuelve rápidamente.
2a. Etapa : “Ira”
Después de darse cuenta de que están enfermos, las personas se ponen iracundas.
Preguntan: “¿Por qué yo?”.
Se vuelven envidiosas con los que están a su alrededor que son jóvenes y sanos. Sienten ira no hacia las personas sino hacia la juventud y la salud que no tienen.
Necesitan expresar su rabia para liberarse de ella.
3er. Etapa: “Negociación”
El próximo paso puede ser: “Si, me está ocurriendo a mí, pero”. El pero es una tentativa de negociar el tiempo. Las personas pueden rezarle a Dios: “Si tú sólo me permitieras vivir para ver a mi hija graduada... o a mi hijo casado... O ver nacer a mi nieto... seré una persona mejor... o yo no pediría más... o yo aceptaré mi suerte en la vida”.
Estos
pactos
representan
el
conocimiento de que el tiempo es limitado y la vida es finita. Cuando las personas dejan escapar el pero, son capaces de decir “si, yo”.
4a. Etapa: Depresión En esta etapa, las personas necesitan llorar, afligirse por la pérdida de su propia salud.
Al expresar la profundidad de su angustia, pueden sobrellevar la depresión más rápidamente que si se sintieran presionadas a esconder su dolor.
5a. Etapa: “Aceptación”
Finalmente,
las
personas
pueden
reconocer: “Mi tiempo está muy cercano ahora, y está bien”. No es necesariamente una época feliz, pero la gente que ha trabajado a través de su ansiedad y su cólera con la muerte o con su enfermedad
y
ha
resuelto
sus
asuntos
incompletos, fallecen con un sentimiento de paz consigo mismos y con el mundo. Aceptan y aprenden a enfermedad.
vivir
con
su
Referencias: Crocker, J., Major, B., y Steele, C. (1998). Social Stigma. En D.T. Gilbert, S.T Fiske y G. Lindzey (Eds.): The Handbook of social psychology (4ª edición, pp. 504-553). New York: McGraw-Hill. Goffman, E. (1963). Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires, Amorrortu Editores. García, M.C. (2006). El prejuicio y su relación con el proceso de aculturación de los inmigrantes magrebíes. Tesis Doctoral, Universidad de Almería. Link, B.G., y Phelan, J.C. (2001). Conceptualizing stigma. Annual Review of Sociology, 27, 363-385.
Kübler-Ross E. Sobre la Muerte y los Moribundos, Edit. Grijalbo Mondadori, España, 2003.