BIENVENIDO EN EL SIGNUM FIDEI Homilía de Mons. Alonso Llano Ruiz, en la Santa Misa de Posesión como nuevo Provincial de los Hermanos de La Salle del Distrito de Medellín, del Hno. Humberto Murillo, el 6 de Noviembre de 2011, en Rionegro, Antioquia. Queridos hermanos y hermanas: Como las cinco doncellas creyentes y prudentes del evangelio de este Domingo 32° del Año Litúrgico, nos reunimos aquí, para mantener encendida en nosotros lasallistas, esa lámpara de la fe que prendió en nuestros corazones el Santo Fundador San Juan Bautista de La Salle, cuando le dio a sus Religiosos ese hermoso lema del evangelio, el "Signum Fidei", el signo de la fe, para su vida de entrega a Dios y a la educación cristiana de la niñez y de la juventud, Hacer la voluntad de Dios, fue el distintivo del Señor de La Salle hasta el fin de su vida y ha sido el legado permanente para sus Religiosos de todos los tiempos y asimismo para todos aquellos y aquellas que bebemos en las fuentes espirituales de la vida lasallista. Por eso estamos reunidos aquí hoy, todos los que sentimos palpitar en nuestro ser ese corazón lasallista, para acompañar al Hermano Humberto Murillo, quien se posesiona hoy como nuevo Visitador del Distrito de Medellín y elevar con él nuestra oración a Dios, por la intercesión de la Santísima Virgen María de la Estrella, del Gran San José, de San Juan Bautista de la Salle y los demás Santos y Beatos Hermanos, para que el Todopoderoso, lo llene de sus bendiciones y le conceda todos aquellos dones y gracias que necesita para guiar con corazón fraterno, con sabiduría, con paciencia, con fortaleza y con esa visión de futuro que le enseñó su Santo Fundador, para guiar, repito, la barca lasallista del Distrito de Medellín, que Dios coloca en sus manos de nuevo Superior Provincial, para dirigirla por este mundo aparentemente difícil de la educación de los niños y jóvenes de esta segunda década del siglo XXI. Claro que lo más importante en su labor de Padre y de Hermano que le corresponde en esta etapa de su vida de Superior Distrital, será esa cercanía fraterna, llena de calor humano y de amor cristiano, de comprensión y de compañía amorosa en el dolor y sufrimientos de cada uno de sus Religiosos, y el compartir los gozos y los triunfos que siempre produce la entrega generosa a la educación y promoción de los hombres y mujeres del mañana de la patria. Creo que así como lo hizo San Juan Bautista de La Salle para dar pujanza espiritual y seguridad educativa a sus discípulos, a sus alumnos, objetos de su misión apostólica, el secreto fundamental y que siguieron con fidelidad tantísimos Hermanos a lo largo de más de los 300 años de la vida lasallista, es y será siempre el espíritu de oración y de contemplación, que brotan de una fe acendrada y cimentada en la voluntad de Dios. Esto es algo que tanto los Hermanos, como los Educadores y Educadoras Lasallistas deberán esforzarse por vivir a diario, para su bien propio y para ayudar plenamente al Hermano Visitador, si se
quiere hacer un cambio radical de orientación y educación en la vida cristiana de los niños, adolescentes y jóvenes de este nuevo siglo, que yo diría, debería ser un siglo nuevo de educación lasallista, de transformación a la luz de las enseñanzas de San Juan Bautista de la Salle, que no hay que hacerlo nacer de nuevo, no, sino hacerlo otra vez viviente entre nosotros, con el espíritu de su pedagogía, con su visión educativa de futuro, con sus carismas propios y sobre todo basados en su profunda espiritualidad. Queridos Hermanos Lasallistas: no vayan a desanimarse porque los cambios de esta sociedad actual, que pareciera alejarse de Dios y que ya los jóvenes no vibran aparentemente con abrazar la Vida Religiosa de Hermanos Educadores. No hay que dudar, ni temer. Jesús lo dijo tantas veces y el Beato Juan Pablo 11 lo repetía a la saciedad: "No tengáis miedo". Yo estoy seguro que si se compromete uno más a fondo con la Iglesia de Dios, con Cristo que es la Persona más importante de nuestra vida y aún de todo el cosmos, las cosas cambiarán a su favor muy pronto. -3-
Lo importante es entregarse más a fondo a la Vida Religiosa y evitar que las máximas y tendencias de este mundo que el maligno trata de dominar para luchar contra Dios, las mantengamos a raya, fortificados en la fe, la esperanza y el amor fraterno; en la mansedumbre y la humildad que Jesús nos aconsejó imitáramos en él; en la castidad, la pobreza y la obediencia, objetivos de los santos votos religiosos; y la paz. Que estas virtudes sigan creciendo en este querido Distrito de Medellín, Hermano Humberto Murillo, de modo que su trabajo apostólico en él sea fecundo para gloria de Dios, la salvación de las almas de los alumnos y santificación de todos los Hermanos. Esto se lo deseo de lodo corazón. Agradezco también al Distrito y a los Hermanos que han trabajado en la educación de los niños y jóvenes chocoanos en mi Diócesis de Istmina durante estos cinco lustros. Aprovecho para agradecer de modo especial al Hno. Bianor por su apostolado allá en el Chocó y su interés por la educación en Istmina en su periodo de Visitador. A los Postulantes que por allá pasaron, como a los Hermanos Novicios y Escolásticos, los animo a ser fieles. y que perseveren en su santa vocación de Religiosos Educadores siguiendo la voluntad de Dios. Finalmente Hermano Humberto Murillo: Cuente con mi oración para que el Señor y la Virgen Santísima estén siempre con usted en esta bella labor que los Superiores han puesto en su persona. Que San José y San Juan Bautista de La Salle estén de continuo a su lado en los momentos fáciles y sobre todo en los momentos más difíciles, ayudándole a llevar la cruz tras la huellas de Cristo Jesús. Recuerde que él siempre va delate de nosotros como camino, verdad y vida. Que así sea.