Hemodialisis

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Diálisis Peritoneal La diálisis peritoneal es un tratamiento para la insuficiencia renal que utiliza el revestimiento del abdomen o vientre del paciente para filtrar la sangre dentro del organismo. Es un proceso que elimina los desechos y el líquido adicional de la sangre. En la diálisis peritoneal, la sangre se limpia dentro del cuerpo. La diálisis peritoneal es comúnmente conocida como "PD" (peritoneal dialysis) para abreviar.

Descripción general de Diálisis Peritoneal La diálisis peritoneal es una forma de eliminar los desechos de la sangre cuando los riñones ya no pueden realizar esa función adecuadamente. Este procedimiento filtra la sangre de un modo diferente a como lo realiza la hemodiálisis, que es el procedimiento más común para filtrar la sangre. Durante la diálisis peritoneal, un líquido purificador circula a través de una sonda (catéter) a parte de tu abdomen. El tejido que reviste el abdomen (peritoneo) actúa como filtro y quita los desechos de la sangre. Luego de un período de tiempo determinado, el líquido con los desechos filtrados fluye hacia afuera del abdomen y se descarta.


¿Por qué se realiza? Necesitas diálisis si tus riñones ya no funcionan lo suficientemente bien. Por lo general, el daño renal avanza durante varios años como resultado de enfermedades a largo plazo, como:     

Diabetes Presión arterial alta Inflamación de riñón (glomerulonefritis) Varios quistes en los riñones (enfermedad renal poliquística) Insuficiencia cardiaca

Los beneficios de la diálisis peritoneal, comparada con la hemodiálisis, incluyen:  Mayor independencia y flexibilidad en el estilo de vida. Esto puede ser especialmente importante si trabajas, viajas o vives lejos del centro de hemodiálisis.  Una dieta menos restringida. La diálisis peritoneal se realiza de manera más continua que la hemodiálisis, lo cual resulta en una acumulación menor de potasio, sodio y líquidos. Esto te permite hacer una dieta más flexible de la que puedes consumir con la hemodiálisis.  Función renal residual más duradera. Es posible que las personas que se someten a la diálisis peritoneal conserven la función renal por un período un poco más prolongado que las personas que hacen hemodiálisis.

La diálisis peritoneal puede ser la mejor opción si:  No puedes tolerar los cambios rápidos del equilibrio hídrico asociados con la hemodiálisis  Quieres que tus actividades diarias se alteren lo menos posible  Quieres trabajar o viajar con más facilidad  Tienes alguna función renal residual


Es posible que la diálisis peritoneal no sea lo mejor para ti si tienes:    

Cicatrices quirúrgicas extensas en el abdomen Un área grande de músculo abdominal debilitado (hernia) Capacidad limitada para cuidarte tú mismo o falta de cuidados de apoyo Enfermedad intestinal inflamatoria o episodios frecuentes de diverticulitis

También es probable que las personas que se hacen diálisis peritoneal eventualmente presenten una disminución de la función renal que requiera hemodiálisis o un trasplante de riñón.

Riesgos

Entre las complicaciones de la diálisis peritoneal se encuentran:  Infecciones. Una infección en el revestimiento abdominal (peritonitis) es una complicación frecuente de la diálisis peritoneal. También se puede presentar una infección en el lugar donde se inserta el catéter para llevar el líquido limpiador (solución para diálisis) dentro y fuera del abdomen. El riesgo de infección es mayor si la persona que realiza la diálisis no tiene la capacitación adecuada.  Aumento de peso. La solución para diálisis contiene azúcar (dextrosa). La absorción de cierta cantidad de solución para diálisis podría provocar que consumas cientos de calorías de más en un día, lo que conduciría a un aumento de peso. Las calorías de más también pueden provocar un aumento de azúcar en la sangre, particularmente si tienes diabetes.  Hernia. La retención de líquidos en el abdomen durante largos períodos podría distender tus músculos.  Diálisis inadecuada. La diálisis peritoneal podría dejar de ser efectiva después de varios años. Quizás tengas que cambiar y hacerte hemodiálisis. Si te estás realizando diálisis peritoneal, deberás evitar:  Consumir ciertos medicamentos recetados y de venta libre que pueden dañar tus riñones, incluyendo medicamentos antiinflamatorios no esteroides.  Tomar baños de inmersión en tinas y jacuzzis, nadar en un lago, estanque, río o piscinas no tratadas con cloro, lo que aumenta el riesgo de infección. Generalmente está permitido tomar duchas y nadar en piscinas tratadas con cloro.


La hemodiálisis es un tratamiento para filtrar las toxinas y el agua de la sangre, como lo hacían los riñones cuando estaban sanos. Ayuda a controlar la presión arterial y a equilibrar los minerales importantes en la sangre como el potasio, el sodio y el calcio. La hemodiálisis no es una cura para la insuficiencia renal, pero puede ayudar a que el paciente se sienta mejor y viva más tiempo.

¿Qué sucede durante la hemodiálisis? Durante la hemodiálisis, se bombea la sangre a través de un filtro conocido como dializador, fuera del organismo. El dializador también se conoce como "riñón artificial". Al comienzo de un tratamiento de hemodiálisis, una enfermera o un técnico de diálisis colocarán dos agujas en el brazo del paciente. Es posible que el paciente prefiera ponerse sus propias agujas después de que el equipo de atención médica lo haya capacitado. Puede usar una crema o aerosol para adormecer la piel si las agujas le molestan en el punto de entrada. Cada aguja está sujeta a un tubo blando conectado a la máquina de diálisis.

La máquina de diálisis bombea la sangre a través del filtro y la devuelve al organismo. Durante el proceso, la máquina de diálisis verifica la presión arterial y controla qué tan rápido:  fluye la sangre a través del filtro  se extrae el líquido del organismo


¿Qué pasa con la sangre del paciente mientras está en el filtro? La sangre pasa por un extremo del filtro y entra a muchas fibras huecas muy delgadas. A medida que la sangre pasa a través de las fibras huecas, la solución de diálisis pasa en dirección opuesta en el exterior de las fibras. Las toxinas de la sangre pasan a la solución de diálisis. La sangre filtrada permanece en las fibras huecas y regresa al organismo. El nefrólogo, un médico que se especializa en problemas renales, le recetará al paciente una solución de diálisis para satisfacer sus necesidades. La solución de diálisis contiene agua y sustancias químicas que se agregan para eliminar de manera segura las toxinas, el exceso de sal y el líquido de la sangre. El médico puede ajustar el equilibrio de los productos químicos en la solución si:  los análisis de sangre muestran que la sangre tiene demasiada o muy poca cantidad de ciertos minerales, como potasio o calcio  el paciente tiene problemas como presión arterial baja o calambres musculares durante la diálisis

¿Por qué se realiza? La hemodiálisis puede ayudar a tu cuerpo a controlar la presión arterial y a mantener el equilibrio correcto de líquidos y varios minerales en tu cuerpo, tales como el potasio y el sodio. En general, la hemodiálisis comienza mucho antes de que tus riñones dejen de funcionar hasta el punto de provocar complicaciones que pueden poner en riesgo la vida.


Las causas frecuentes de la insuficiencia renal comprenden:     

Diabetes Presión arterial alta (hipertensión) Inflamación de riñón (glomerulonefritis) Inflamación de los vasos sanguíneos (vasculitis) Quistes renales (enfermedad renal poliquística)

Sin embargo, tus riñones pueden dejar de funcionar de repente (lesión renal aguda) después de una enfermedad grave, una cirugía complicada, un infarto u otro problema grave. Ciertos medicamentos también pueden provocar una lesión renal.

Riesgos El tratamiento con hemodiálisis puede ser eficiente para reemplazar algunas de las funciones del riñón perdidas, es posible que padezcas algunas de las siguientes enfermedades relacionadas, aunque no todas las personas sufren todos estos trastornos. Tu equipo de diálisis puede ayudarte a sobrellevarlos Presión arterial baja (hipotensión). La disminución de la presión arterial es un efecto secundario frecuente de la hemodiálisis, en particular si tienes diabetes. La presión arterial baja puede estar acompañada de dificultad para respirar, cólicos abdominales, calambres musculares, náuseas o vómitos. Calambres musculares. Si bien la causa no está clara, son frecuentes los calambres musculares durante la hemodiálisis. A veces, los calambres pueden aliviarse modificando la receta de la hemodiálisis. Adaptar la administración de líquidos y sodio entre tratamientos de hemodiálisis también puede ayudar a prevenir los síntomas durante los tratamientos. Picazón Muchas personas que se someten a hemodiálisis tienen picazón en la piel, que a menudo empeora durante el procedimiento o inmediatamente después. Problemas de sueño. Las personas tratadas con hemodiálisis suelen tener problemas para dormir, a veces a causa de interrupciones de la respiración mientras duermen (apnea del sueño), o bien porque sienten dolor o incomodidad en las piernas, o las piernas inquietas.


Otros Riesgos Anemia. No tener cantidad suficiente de glóbulos rojos en la sangre (anemia) es una complicación frecuente de la insuficiencia renal y la hemodiálisis. Los riñones que presentan insuficiencia reducen la producción de una hormona denominada eritropoyetina, que estimula la formación de glóbulos rojos. Las restricciones en la dieta, la absorción deficiente de hierro, los análisis de sangre frecuentes o la extracción de hierro y vitaminas mediante hemodiálisis también pueden contribuir a la anemia. Enfermedades óseas. Si los riñones dañados ya no pueden procesar la vitamina D, que ayuda a absorber calcio, pueden debilitarse los huesos. Además, la producción excesiva de la hormona paratiroidea —una complicación frecuente de la insuficiencia renal— puede liberar el calcio de los huesos. Presión arterial alta (hipertensión). Si consumes demasiada cantidad de sal o bebes demasiada cantidad de líquidos, es probable que empeore la presión arterial alta y que esto provoque problemas cardíacos o accidentes cerebrovasculares. Sobrecarga de líquidos. Dado que se elimina líquido del cuerpo durante la hemodiálisis, beber más cantidad de líquidos que la recomendada entre tratamientos de hemodiálisis puede provocar complicaciones que pongan en riesgo la vida, como insuficiencia cardíaca o acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar). Inflamación de la membrana que rodea el corazón (pericarditis). Una hemodiálisis insuficiente puede provocar la inflamación de la membrana que rodea el corazón, lo que puede interferir en la capacidad del corazón de bombear sangre al resto del cuerpo. Depresión. Es frecuente que se presenten cambios de humor en las personas con insuficiencia renal. Si tienes depresión o ansiedad después de comenzar con la hemodiálisis, habla con tu equipo de atención médica sobre opciones eficaces de tratamiento.


Procedimiento Durante los tratamientos, te sientas o reclinas en una silla mientras tu sangre fluye a través del dializador, un filtro que actúa como un riñón artificial para limpiar tu sangre. Puedes usar el tiempo para mirar televisión o una película, leer, tomar una siesta o quizás hablar con tus «vecinos» en el centro. Si recibes hemodiálisis a la noche, puedes dormir durante el procedimiento.

Preparación. Se verifican tu peso, presión arterial, pulso y temperatura. Se limpia la piel que reviste el sitio de acceso, el punto donde la sangre sale y luego vuelve a ingresar a tu cuerpo durante el tratamiento. Inicio. Durante la hemodiálisis, se insertan dos agujas en tu brazo a través del sitio de acceso y se pegan con cinta en el lugar para mantenerlas firmes. Cada aguja se une a un tubo de plástico flexible que se conecta a un dializador. A través de un tubo, el dializador filtra tu sangre en algunas onzas (gramos) por vez, y permite que los desechos y líquidos extras pasen de tu sangre a un líquido de limpieza llamado «dializado». La sangre filtrada regresa a tu cuerpo a través del segundo tubo. Síntomas. Puedes tener náuseas y cólicos abdominales a medida que el exceso de líquido se extrae de tu cuerpo, especialmente si haces diálisis únicamente tres veces a la semana en lugar de hacerlo con mayor frecuencia. Si estás incómodo durante el procedimiento, pregunta a tu equipo de atención acerca de cómo minimizar los efectos secundarios mediante el ajuste de la velocidad de la hemodiálisis, de tus medicamentos o de los líquidos de la hemodiálisis. Control. Ya que la presión arterial y la frecuencia cardíaca pueden fluctuar a medida que el exceso de líquidos se extrae de tu cuerpo, tu presión arterial y frecuencia cardíaca se controlarán varias veces durante cada tratamiento. Finalización. Cuando se completa la diálisis, se retiran las agujas del sitio de acceso y se aplica un vendaje a presión para evitar el sangrado. También podría registrarse tu peso otra vez. Luego, puedes ir a donde quieras y retomar tus actividades cotidianas hasta la próxima sesión.


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