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Zafra de invierno

// AGRICULTURA //

Zafra de invierno: ¿Jugarse con todo o una mano cauta?

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Por Ricardo Sosa Director Monitor Agrícola

La definición de la zafra de invierno se dará entre muy buenos márgenes previstos para la soja, las buenas perspectivas de precios hacia delante, pero también con un escenario desafiante en los costos. La crisis generada por la invasión rusa a Ucrania a fines de febrero generó tanta volatilidad que es muy difícil “ponerle” un número tanto a los precios futuros de los granos como del petróleo o los fertilizantes.

Los cultivos de invierno vienen de dos zafras consecutivas de buena productividad y precios, algo que no sucedía hace años y que alienta al doble cultivo.

A diferencia de otros años, el invierno no se hizo bajo presión

para salvar un verano mediocre. Ahora se contará con el resguardo de un verano que todo indica será de muy buenos márgenes.

Si bien las perspectivas de precios son alentadoras hacia adelante -y más con lo que puede generar el conflicto en el Mar Negro- el fuerte incremento de costos pone un signo de interrogación para 2022. Los productores pueden jugarse al no hay dos sin tres, o jugar una mano cauta.

No solamente la agricultura se beneficia de los altos precios, la ganadería también presenta valores récord e, incluso la lechería está más firme. Y en buena parte de la producción de ganado, el incremento de costos es menos fuerte que en la agricultura.

La hoja de ruta que deje la crisis de la invasión rusa hará que entre marzo y abril se puedan poner números al área de invierno que sean superiores a los previstos hasta comienzos de año.

LA CANOLA LARGA PRIMERO

n principio, la canola larga primero en las preferencias. Se descuenta que habrá en 2022 un nuevo incremento en el área de la oleaginosa, aunque menos marcado que el año pasado.

Juegan a favor los muy buenos resultados económicos de la zafra pasada cuando los precios internacionales de la canola tocaron máximos históricos. Si bien es difícil pensar en repetir esos récords, los valores potenciales para 2022 son más que atractivos.

Hasta la primera semana de mar-

zo todavía no estaban los planes de la exportación y ALUR para la colza 2022, aunque se manejaban precios sobre los US$ 650 por tonelada.

Antes de la volatilidad generada por la tensión en el Mar Negro, las perspectivas para el mercado de aceites vegetales seguían siendo positivas para este año. En 2021 el salto en los aceites y el fracaso de la producción de canola en Canadá llevaron a los futuros de canola en París a valores récord. La canola viene de varios años de expansión con el mayor salto el año pasado a una superficie que estuvo algo por encima de las 150.000 hectáreas. Para la zafra 2022/2023 se apunta a una expansión que se daría especialmente por fuera del núcleo del área agrícola.

Con el crecimiento fuerte del área en el litoral, se ven restricciones desde el punto de vista de la rotación ya que empiezan a aparecer problemas sanitarios en la oleaginosa. En áreas del Centro del país y del litoral Norte hay más margen para avanzar con el cultivo.

Además de la canola primaveral, puede tomar fuerza la siembra de la canola invernal que tuvo muy buenos resultados el año pasado, aunque, con un ciclo más largo, ocupa más tiempo los campos. Al cierre de febrero desde las empresas semilleristas se destacaba el temprano cierre de negocios para colza con algunas variedades que ya estaban cerca de agotarse.

EL EFECTO CHINA

En la cebada -más allá de los planes que pueden presentar las malterías con los altos precios del trigo en Chicago- uno de los elementos más importante para la definición del área es la alternativa de exportación a China. El año pasado Cofco planteó un programa comercial para la llamada “cebada China” con un precio fijo y una fórmula que tomaba en cuenta los valores pagados por las malterías.

La posibilidad de tener una referencia de precio desde antes de la siembra para una cebada que no vaya a las malterías es un mojón para el mercado.

Históricamente los rechazos de malterías podían ir al mercado interno para raciones o en ventas de cebada forrajera al exterior en un mercado que era totalmente spot. Esto es que había que ver primero si se conseguía la demanda a los precios que en ese momento fijar el mercado externo.

En 2021, además de los negocios cerrados previamente para China, los problemas de calidad generados por el clima seco llevaron a un volumen de cebada rechazada por las malterías que tuvo como destino los puertos. Entre diciembre de 2021 y febrero de 2022 las exportaciones de cebada a China y otros mercados llegaron a cerca de 200.000 toneladas, casi sin la participación de las malterías.

Justamente, para la industria maltera, el rally de precios en el trigo genera mucha incertidumbre a la hora de definir sus planes comerciales. En los últimos años las dos malterías presentaron fórmulas que tenían como referencia total o parcialmente los contratos de diciembre del trigo en Chicago. Y con la volatilidad en los precios del cereal es muy arriesgado jugarse a esta fórmula y ver si se puede trasladar los precios luego a la malta.

UN MUNDO DE PREGUNTAS

Eso es lo que habrá para el mercado de trigo en el horizonte de

“Marzo comenzó con dudas sobre el abastecimiento tanto para los cultivos de invierno como para las pasturas”.

corto plazo. Asumiendo consecuencias del conflicto en el Mar Negro que se mantengan en el tiempo, habría incentivo para sembrar más trigo.

Además de lo que suceda con Rusia, un elemento relevante es la definición sobre la producción en el hemisferio Norte que es la que aporta el grueso de la producción global. Hasta marzo las condiciones climáticas eran favorables para la cosecha tanto en Rusia como en la Unión Europea, aunque quedan semanas claves para la definición de rendimiento.

En Estados Unidos, en tanto, el déficit hídrico se consolidó sobre áreas productoras clave de trigo de invierno. Esto compensaría negativamente el efecto de un incremento del área para el ciclo 2022/2023.

En principio, las condiciones de mercado se muestran positivas más allá que es difícil que se sostengan precios como los que se vivieron en el comienzo de marco con la invasión rusa. Una referencia del contrato diciembre por encima de los US$ 300 por tonelada ya habilitaría incentivos para la siembra.

CARO, PERO QUE HAYA

Desde el lado de los costos, en los fertilizantes ya no es solamente el precio el problema, sino el abastecimiento. En 2021 con el avance de los precios de los granos se dio un rally en el precio de los insumos que afectó tanto a los fertilizantes como otros agroquímicos. El efecto en el aumento de los precios se dio parcialmente sobre los costos de la pasada zafra de invierno y más de lleno sobre la campaña de cultivos de verano.

A comienzos de este año se dieron algunas señales a la baja en el precio de los fertilizantes, especialmente en la urea. Esto llevó a los agentes del sector a tomar algo de posición en la compra de nitrógeno mientras los precios del fósforo y el potasio siguieron estables en precios elevados.

Se pudo comprar algo de urea a precios más bajos, pero surgió la tensión en el Mar Negro y automáticamente volvieron a fortalecerse los precios. Con este escenario marzo comenzó con dudas sobre el abastecimiento tanto para los cultivos de invierno como para las pasturas.

Al incremento en los precios en origen se suman las dudas sobre la logística, desde que puerto cargar, que se cumplan los contratos y los tiempos de transporte y de descarga local.

Las luces amarillas se prendieron rápido y a comienzos de marzo el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca convocó a los operadores del sector de fertilizantes para evaluar la situación y evaluar medidas desde el gobierno para ayudar al abastecimiento. Ampliar los orígenes desde donde pueden importar los operadores locales hasta evitar demoras logísticas en los puertos quedaron en la hoja de ruta.

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