La salud en la región de salinas del peñón blanco –siglos xviii, xix y xx

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N° 3 / AÑO 1 /03 JULIO 2014

Crónicas de Salinas del Peñón Blanco

LA SALUD EN LA REGIÓN DE SALINAS DEL PEÑÓN BLANCO –SIGLOS XVIII, XIX Y XX-


Conferencia presentada el 30 de junio de 2014, en la Facultad de Medicina de la UASLP; ante miembros de la Asociación Potosina de Historia y Filosofía de la Medicina, A.C; en su sesión ordinaria con el tema Ciclo “Médicos de Pueblo”, Región Altiplano II, Estado de San Luis Potosi. Mesa directiva 2014-2015: Presidente Dra. María Guadalupe López Flores. Secretario Dr. Guillermo Stevens Amaro.

Crónicas de Salinas del Peñón Blanco DIRECTOR y EDITOR: José de Jesús Hermosillo y Medina

DISEÑO: ITIC. Juan Francisco Galindo Parga

CONTACTO: Tel. 01 (496) 96-3-01-08 Jfgp_240790@hotmail.com

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REFRANES MÉDICOS

EPIDEMIAS, CASTIGO DEL CIELO.

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DIOS O EL MÉDICO

LOS HIERBEROS Y SUS REMEDIOS

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DE BRUJAS Y BRUJERÍAS

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BOTICAS Y FARMACIAS

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HOSPITALES

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LA SALUD EN LA REGIÓN DE SALINAS DEL PEÑÓN BLANCO –SIGLOS XVIII, XIX Y XX-José de Jesús Hermosillo y Medina cronista vitalicioDice el dicho que de médico, poeta y loco, todos tenemos un poco; pero la mayor parte, solo somos lo último. Hay muchos merolicos que se dicen “curalotodo” y no llegan ni a amansa locos. Cuando la medicina no hace efecto, recomiendan que hay que tragar vino, pues dicen que para todo mal , mezcal, para todo bien, también; y si no hay remedio, nos echamos litro y medio; que si no cura, de perdido ataranta y se olvida la enfermedad. Recomiendan para el catarro, el jarro, pero si no se quita, la botellita; que al cabo, poquito veneno no mata; porque hierba mala nunca muere. En el Altiplano potosino, en lo último de la necesidad, la gente se comía las ratas del campo o magueyeras, y todavía, pues son tan nutritivas, consideradas como “levanta muertos”, y si no se alivia ni se levanta… “ya estaría de Dios”. Vale más piquete de alacrán, que piquete de médico. Eso dicen los desconfiados de la acción de los médicos, a los que apodan “mata sanos”. No sé si les saben algo, o se los dicen al tanteo. Igual dicen: Abogado, juez y doctor, cuanto más lejos, mejor. Del médico y del enterrador, cuanto más lejos, mejor. En la viejetud la gente de todo se queja, todo le duele y acuden al médico en busca de un milagro. Pero, ellos dirán que es la bola… de años que se cargan. El tiempo no se curar. Los años son solo calmantes. Fácil es recetar, difícil es curar.

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REFRANES SOBRE MÉDICOS Al médico, confesor y letrado, hablarle claro. Al médico, confesor y letrado, no le traigas engañado. Bebe tras el caldo y vaya el médico al diablo. Buen arte es el del médico que soterra su yerro. Con el médico olvidón, enfermos a montón. Cuando Dios no quiere, el médico no puede. De médico indocto y de alquimista roto, no te fíes ni poco. De médico, poeta y loco, todos tenemos un poco. Del cura, lo que diga; del médico, lo que haga; y del boticario ni lo que diga ni lo que haga. Del médico y del enterrador, cuanto más lejos mejor. Dios es el que cura y el médico cobra la factura. Dios te guarde de mozo halagüeño y de médico andariego. Dios te guarde de receta de médico, de párrafo de legista y de papeles de escribano. Donde entra el sol no entra el médico. El médico, mozo y el boticario, cojo. El médico, viejo y mozo el barbero. El que bien caga y bien mea no necesita que el médico le vea. El sol, el médico y el alguacil, por todas partes entran y vuelven a salir. El yerro del médico, la tierra lo tapa; el del letrado, el dinero lo sana. En mal de muerte, no hay médico que acierte. Fácil es recetar, difícil es curar.

Jorobas y manías no las curan médicos. La medicina cura, la naturaleza sana. Lo que el médico yerra, cúbrelo la tierra. Los enfermos hacen el buen médico. Los yerros del médico los encubre la tierra; los del rico, la hacienda. Más fácil es recetar que curar. Más matan las recetas que las escopetas. Más mató la receta que la escopeta. Meando claro y cagando recio, carajón para el médico. Mear claro y recio deja al médico por necio. Médico cúrate a ti mismo. Médico ignorante y negligente, mata al sano y al doliente. Médico jumento cura a todos con un mismo ungüento. Médico negligente mata mucha gente. Médico nuevo hincha el cementerio. Médico nuevo mata a medio pueblo. Médicos errados, papeles mal guardados y mujeres atrevidas, quitan las vidas. Médico sin ciencia, poca conciencia. Médicos y abogados, ¡Dios nos libre del más afamado!. Médicos y potros que los domen otros. Mejor es sentencia de juez que de galeno. Ni buen médico, ni buena caza, sino buena hogaza. Ni médico novel ni confesor doncel. Un médico cura, dos dudan y tres muerte segura.

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Salinas, lleva en su esencia la sal, que como elemento mineral, es empleada como sustancia ritual, religiosa, ceremonial, alimenticia y medicinal Al principiar al siglo XIX, no había en Salinas médicos, facultativos ni flebotonianos que velaran por la salud de la población: mucho menos hospitales, mientras que en el Real de Ramos sí contaban con dos, una para mulatos, negros y mestizos y otro para indios, a mediados del siglo XVIII.

o porque por gusto adquirían el conocimiento. Comadronas o parteras empíricas y algunas brujas y brujos, había solo las necesarias LA POBLACIÓN FLOTANTE

Médicos y hospitales, se necesitaban mucho por abundar las enfermedades por las, condiciones climáticas y extremosas y el agua no apta para beber.

Las enfermedades eran muy variadas y frecuentes, unas adquiridas en la misma región y otras que se trasmitían por la gente que venía, de muchas partes al trabajo de las salinas como peones, laguneros, arrieros, comerciantes y de varios oficios que llegaban a buscar fortuna en él pueblo en los mejores años de cosechas de sal.

El agua concentrada de sal de la laguna, ocasionaba una enfermedad en las piernas llamada escorbuto. Lo que sí había, eran herbolarios, botánicos y curanderos que ejercían la medicina naturista; ya por herencia familiar

Al final del siglo XVIII, asoló a la población - al igual que a todo el país-, una epidemia de viruela y a pesar de haber recibido de San Luis Potosí; capital de la intendencia, muchas dosis de pus vacuno para inocularlos, muchos murieron.


EPIDEMIAS, CASTIGO DEL CIELO. Con el trabajo a la intemperie, las aguas saladas y la pobre alimentación, los pobladores eran fácil presa de las diversas epidemias que en distintas épocas diezmó la población. Varias veces se desataron epidemias de viruela en 1798, cólera en 1833 y de 1849 a 1851, sarampión, tos ferina, tifo y otras enfermedades. Por el cólera hubo tantas muertes, que en 1851, se tuvo que agrandar el panteón. El Dr. Ignacio Gama, que tenía un método eficaz para contrarrestar el cólera, envió a Salinas al Dr. Manuel Calvillo y un ayudante para que atendieran a los enfermos. En 1918, llegó la influenza o gripa española que del 12 de octubre al 30 de noviembre, se llevó a 111 personas. El panteón tuvo que agrandarse por la parte de atrás. Hubo días en que morían 7, 9 y hasta 11 enfermos. En 2009, llegó de nuevo la influenza, pero se tomaron providencias. A las epidemias se les vió como castigo divino y sumadas a estas, las enfermedades comunes, cuya noticia puede encontrarse en los “asientos de defunciones” parroquiales y que eran cosa de todos los días.

viruela

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Colera 1 8 3 3

Sarampion, 1 tos ferina, 8 tifo y otras 4 9 7

Influenza 1 o gripa 9 española 1 8


CAUSAS DE MUERTE Las enfermedades que padecían, de las que podían curarse o morirse, eran:

tar embarazada), mal de orina, mal de hijada, disentería, opilaciones, tapiaduras, alferecía, de espantado, de “enhechizado”, ”enyerbados”, punzadas, sarampión, viruela loca y negra, epilepsia o ataques, fiebre amarilla o cólera, tifoidea, reventaduras de oído, dolor de muelas y dien-

Deposiciones o chorrillo (diarrea), vasca (vómito), fiebres o calenturas, diabetes, apoplejía, intoxicación del hígado, coqueluche (tos ferina), píloro cirroso, pulmonía, neumonía, pleuresía, hidropesía,

tes, perrillas, dolor de huesos, “de aire”, jiotes, roña, granos comezonientos, de entripado, de úlceras , hemorragias, de cólicos, almorranas (hemorroides), peritonitis, asma, gangrena , nervios, por caídas y golpes y las más de las veces de viejo, porque ya le tocaba y estaba viviendo horas extras.

“por enfermedad de un coraje o un susto”, dolor de costado, enfermedad de ”gustos pasados” (parto),mal del corazón, hoguío, reumatismo, chincuales, “entuertos”, por mordedura o picadura de animales ponzoñosos, enfriamientos, “mal de ojo”, de la mollera, de mal de la sangre, empacho, torzón, trastornos por “estar en estado de buena esperanza” (es-

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DIOS O EL MÉDICO

andaba rasguñando el siglo, que ya estaba sufriendo muchísimo y que era mejor que Dios se hubiera acordado de él, porque ya no tenía remedio y además ya en el cielo lo necesitaba para lo alabara por los siglos de los siglos. ¡Amén!”

Naturalmente que todas las enfermedades modernas, y aún las antiguas pero con otro nombre, siguen mermando la salud de la gente y la muerte llega y no perdona. “Agarra parejo”, así sean niños, viejos, ricos y pobres, ignorantes y sabiondos, para ella no hay distingo de clases ni canonjías, “al que se le llegó, se le llegó”. ¡Y, vámonos! Si el enfermo se alivia fue porque Dios, María Santísima y los santos así lo quisieron. y ahí van los deudos de rodillas ante Jesús Nazareno, a pie a San Juan de los Lagos, o cualquier templo del santo milagroso a “pagar la manda” para dar gracias. Y, “es que Dios todavía no lo necesitaba”; ¡como si Dios no lo necesitara tanto! Al médico le otorgan una mísera parte del mérito por la curación. Ah, pero si enfermo murió, fue al médico que no le atinó, y a la mejor hasta le dio la medicina equivocada o lo envenenó. Es que no sirve para nada, solo para estirar la mano y cobrar, “para eso si está que hasta nomás.” A veces no queda más remedio a los deudos del “difuntito” más que consolarse al pensar que ya estaba muy malito, ya

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NO LE TEMO A LA VIDA

¿POR QUÉ LE HE DE TEMER A LA MUERTE? Todavía en el Salinas del siglo XIX, los médicos eran prácticos, empíricos o simples curanderos, entre los que pueden mencionarse a algún habilitado que curaba a los heridos durante la guerra de independencia. Ya después estarían activos Jesús Y. Revuelta, Dámaso Revuelta, Julián Amor, Jorge Ortiz, Vidal de León; y en el siglo XX, Juan Pablo Codina, Justino Carlos y muchos otros que no pasaban de ser charlatanes. Importante fue el papel de las parteras, que siempre las hubo en Salinas y su región, y ya en el siglo XX las más conocidas fueron: María Beltrán, Carmen García de Quevedo, Teresa Ramos, Celia Ramos… Cuando ya hubo médicos titulados, les ayudaron como enfermeras prácticas: Aurora (o María de los Ángeles), esposa de Aurelio Coronado más conocido como el “Médico Loco”, que luego fue verificador de la Secretaria de Salud en San Luis Potosí. También deben mencionarse a Ofelia López, Sofía Medina, Carmen Barbosa, Maria de Jesus Tapia, Amparo Robledo, Eva Garza

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LOS HIERBEROS Y SUS REMEDIOS -“Ya supites quén es la dijuntita que llevan a enterrar? Se murió de tan mala que se vio. Hartas luchas le hicieron; la llevaron con el curandero que le dio muy güeñas yerbas medicinales, pero taba ya muy mala. Diosito la haiga perdonao.” Como en Salinas no hubo médicos hasta antes del último cuarto del siglo XIX, los enfermos acudían –y siguen acudiendo-, a los herbolarios o hierberos, que con conocimientos de las propiedades curativas de las plantas, de productos animales y minerales, les preparaban fórmulas que celosamente guardaban en la memoria o en algún libro y solo compartían con familiares que mostraran interés por seguir con el oficio.

ACEITES Rosado, de Nacabar, de Alucema, de Manzanilla, de comer de Recino, de Olivo, de Almendras dulces, de Ladrillo, de Coco, del Cabrito, Gomenolado, de las Once mil vírgenes, de Toronjil, de Picanardo, de Palo, de Romero, de Papa, Alcanforado, de Oso, de San Cipriano, de San Jacobo, de San Aparicio, de los Siete cueros, de Arrayán, de Tiburón, de Bacalao, de Víbora, de Coyote, Mineral, de Ajonjolí, de Zasapras, de Quenopodio, de Bergamota italiana, Canela china, Citronela, Creosota, Anis (anethol), Anís de estrella, de Clavo, Heliotropo, Menta crespa, Menta piperita.

BOTÁNICA, ZOOLOGÍA Y MINERALOGÍA Actualmente, aunque la ciencia médica y química han tenido palpables adelantos por los nuevos descubrimientos, la herbolaria ha tomado mucho auge, y los enfermos siguen pidiendo todo aquello que conocían y pedían en las viejas boticas, con el nombre original o alguno parecido o inventado, por aquello de que no podían pronunciar bien u oían mal, y “como el sordo no oye pero bien que compone”.

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AGUAS Sedativa, Boricada, de Rosas simple y compuesta, Amargos de Santa Elena -para los corajes y los sustos-, Espíritu de toronjil, Espíritus para tomar y untar, Contra espanto, de Hamamelis, Contra cólera, Contra Latido, Contra Rotura, De las Siete mil flores, de las Diez mil vírgenes, de San Ignacio, Bendita, Florida, de Quina roja, Agua fenicada, Argirol, Estigmas de maíz, Destilada…

doce flores, té Damiana, hojas de Menta, hojas de Naranjo, Melisa, Jojoba, hojas de Aguacate, hojas de Limón y Naranjo, cáscara de Naranja dulce y agria, raíz de Lima, té de Limón, Canela, Penca de órgano, raíz de Cocolmeca, goma Arábica, cabellos de Elote, nuez noscada, Gobernadora, Santa María o yerba-anís, raíz de Riubarbo…

ESENCIAS De Rosas, de Flor de azahar, Violeta, Chícharo, Gardenia, Lilas, Sándalo, Lima, Narciso, Nardo, Rosa, Geranio, Jazmín, Menta, Canela china, Citronela, Creosota, Clavo, Heliotropo, Romero, Tabaco, Tomillo, Anís, Lavanda, Guayacol, Mentol, Eucalipto, Gomenol, de varias frutas, de 7 aromas (7 machos).

HIERBAS, FLORES, TALLOS, SEMILLAS, HOJAS Y POLVOS Flor de manita, Diente de león, Uña de gato, Altamisa, Albahaca, Manzanilla, Yerbabuena, Anís de estrella, Cuacia, Alucema, Borraja, Sauco, Sen, Semilla y harina de Linaza y Mostaza, Romero, hojas de Eucalipto, polvo de haba alcanforada, Cominos rústicos, Rosa de castilla, Azahar, Tila, Gordolobo, Cebada perla, Sábila, Nopal, Peyote, Boldo, Toloache, Sangre de grado, Epazote de zorrillo, Malva loca, Estafiate, Ramoncillo, Escobilla de perro, Manrubio, Oreja de ratón, Cola de caballo, Valeriana, Té de las

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JARABES De Granada, Achicoria, Jeréz, Tolú, Eucalipto, Ipecacuana, Rábano…

POMADAS Y UNGÜENTOS De manzana, lechuga, azufre, del soldado, alcanfor, pan puerco, belladona, blanca, varias mantecas, vaselinas, lanolina, árnica…

TINTURAS De yodo, violeta, mercurio, árnica, cuasia, valeriana, acónito, benjuí, beleño…

POLVOS

BÁLSAMOS De Perú (de pirul), Magistral, Tranquilo, Fioraventi, de El Salvador, de Capaiba, Católico, Grama, Liquidámbar…

Magnesia anisada, calcinada e hidratada, riubarbo, calomel, DDT, ácido bórico, bórax, talco, perganmangato (pastilla y polvo), comeje, madre perla, “para enamorar y desenamorar”, calcio, caolín, bicarbonato de sodio, sulfas, sulfatos, ácido cítrico, quinina, vainilla, sulfatiazol, ácido salicílico, de ajolote, de avión, azufre, acido tartárico, almidón, tartrato de potasio y sodio, benzonato de sodio, bromuro de potasio, carbonato de calcio, calamina, citrato de potasio, citrato de sodio, citronela, fosfato de calcio, gluconato de calcio, sulfato de amonio, cobre, zinc, óxido de zinc, sulfaguayacolato, cloruro de magnesio, carbonato de calcio, alquitrán, “clamor de tórtola” (crémor tártaro), “Lloridos de Epitasio” (yoduro de potasio)…

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LÍQUIDOS, SALES O DERIVADOS QUÍMICOS Éter, amoniaco, formol, fenol, acetona, creolina, ácido acético, ácido láctico, ácido oléico, ácido tánico, cloroformo, glicerina, yoduro de sodio, yoduro de oxiquinoleina, alcohol alcanforado y yodatado, y del puro, “del mero güeno de 96 grados para untar por fuera y por dentro”.

EXTRACTOS De Achicoria, Acónito, Altea, Anemona, Benjuí, Opodeldoc, Boldo, castaña de Indias, Beleño, Drosera, Fioraventi, Hinojo, Pasiflora, Ruibarbo, Tolú, “Tripas de Judas”, Vino aromático, Algodonero, Anís de Estrella, Árnica, Badiana, Belladona, Capomo, Catech, Cesate, Columbu, Condutango, Cuacia, Erguotinas, Galela, Grategus, Grindelia…

OTROS Infusiones de hierbas, Piedra Alumbre, Sebo de coyote, hígado de zorrillo, carne de víbora en cápsulas, parches contra rotura, de belladona, poroso, guadalupano, para los callos, “hierba sin raíz” (excremento humano contra mordeduras de serpiente), goma de tragacanto, esperma de ballena, “vaho de mula”, emplastos, chiqueadores, enjundia de gallina, untos, calilias (supositorios), miel de abeja, cera, mirra, copal, naftalina, alcanfor, hiel de toro, nitrato de plata, cápsulas de azul de metileno, pigmentos o

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colores vegetales, perlas de éter, de peletier, de aceite de hígado de bacalao y tiburón, lanolina, vaselina, brillantina liquida y sólida, cremas para la piel. Lo anterior, es solo parte de las sustancias vegetales, animales, minerales y químicas con que los herbolarios y boticarios curaban o mitigaban las enfermedades: hierbas, esencias, infusiones, sebos y mantecas, polvos y demás con que preparaban: pastillas, tabletas, cápsulas, grageas, infusiones, jarabes, suspensiones, ampolletas, pomadas, cremas, ungüentos, sueros, supositorios, bálsamos, linimentos, emulsiones, elíxires, emplastos, chiqueadores, parches, lociones, pócimas y bebedizos.

MEDICINA HOMEOPÁTICA Sin duda, el representante activo de esta rama de la medicina fue José Landeros Delgado, que era viudo, y luego sacerdote, originario del Mineral de la Luz, Gto; vicario en Salinas de 1953 a 1969 en que murió; tiempo en el que además de su labor religiosa y obra material, se distinguió por su trabajo social, atendiendo en su consultorio a la gente pobre que acudía en busca de salud y con lo efectivo de la medicina, pero más, por su gran fe, se curaban con los “chochitos” que les recomendaba. El conocimiento de la homeopatía la adquirió en León, Gto.

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DE BRUJAS Y BRUJERÍAS De niño, nunca me asustaron con historias de muertos, aparecidos, ánimas en pena, “la mano pachona” y menos con las brujas. En las noches oscuras, se veían unas luces que bajaban del rumbo de la hacienda de Punteros o del cerro de San Miguel, allá por la hacienda del Carro y me decían que eran las brujas que venían a chuparse a los niños chiquitos. Cómo me hubiera gustado que fuera cierto, para ver como volaban en sus escobas, vestidas de negro y sus bocas desdentadas. De miedosos y supersticiosos pecaba la mayoría, y lo comprobaba viendo en las puertas de los dormitorios o en la pared, cruces de palma bendita, las oraciones con estampas, de la Magnífica, “Detente enemigo, que el Corazón de Jesús ésta con migo” y a San Ignacio, además de regar todos los rincones con agua bendita para ahuyentar al “enemigo malo” -como si hubiera enemigo bueno- y a las brujas. Tenían también cerca de la cama una vela bendita y unos cerillos, que a la mera hora, ante cualquier susto o ruido sospechoso, no encontraban la vela ni

los cerillos con qué encenderla, y aseguraban que las brujas se los habían escondido.

HISTORIAS FANTÁSTICAS Muchas historias fantasiosas se tejieron en torno a esas maléficas mujeres –en femenino siempre, nunca decían brujos-, a las que solo podían atrapar dizque “rezando la Magníficat al derecho y al revés” o el rosario en el mismo orden. ¿Sabrían qué cosa era eso? También decían que con un lazo al que le iban haciendo nudos y rezando un credo y a cada uno, la bruja iba dando un paso hasta que lograban agarrarla, la amarraban y la quemaban con leña verde. A decir verdad, tal vez por mi escepticismo, porque no consta a nadie cómo, quíen, cuándo y dónde quemaron una bruja, es porque solo existen en la mitología y en las mentes obnubiladas de los ignorantes. Lo más seguro era, que las luces eran faros de algunos vehículos que venían por los caminos o estrellas fugaces.

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LAS POBRES BRUJAS Y LAS BRUJAS POBRES Yo sabía que bruja era un adjetivo muy usado en Salinas, que equivalía a pobreza. Por eso para decir estoy muy pobre, se podía escuchar: “estoy muy bruja o ando muy bruja”. De que hay humanos que por dedicarse a la curandería, más allá de la herbolaria y que hacen uso de otras cosas y ritos para sus hechicerías siempre los ha habido en todas partes, y en todo los tiempos. En Salinas y su región hubo y hay todavía muchos. Y no digo nombres porque unas ya murieron y otras están muy activas… “y no sea la de malas.” Y no solo mujeres, también hombres le hacen a la brujería y hay uno que no es discreto como otros, sino que abiertamente dice: “soy brujo y de los buenos, yo te curo de lo que sea, pero te cuesta tanto… y cobro en dólares”. Claro que muchos solo son embusteros y charlatanes, no tienen pacto con el diablo, como dicen, ni curan todo, como aseguran.

LA TUERTA EMERENCIANA A principios del siglo XX, famosa fue una curandera a la que le faltaba un ojo y por y por eso le llamaban la Tuerta Emerenciana, quien además de hierbera, sobaba, daba purgas, vomitivos, menjurjes y bebedizos y hasta al señor cura Saturnino Romo, levantó de prolongada enfermedad. Hay curanderas que dicen hacerle a la magia blanca o negra, hacer bien o mal; pero de cualquier manera en sus “con-

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sultorios” piden a los enfermos: piedra alumbre, azufre, huevos, gallinas negras, lociones, flores y mil cosas más que luego “sale más caro el caldo que las albóndigas” y ni se alivian, y eso que aseguran saber de adivinación o clarividencia.

DEVOCIONES RECOMENDABLES POR CURANDEROS Los curanderos, además de usar hierbas, acudían a la oración a Dios, la Virgen y santos con fama de portentosos, con invocaciones y novenas, daban purgas y laxativas, sobaban, se ufanaban de poder adivinar o predecir, recomendaban el uso de talismanes y amuletos, el ceñirse el cordón de San Blas y rezarle: “San Blas bendito, amarra a tus animalitos con tu cordón bendito” y desde luego barrían a los enfermos con ramas de pirul, plantas medicinales y flores que luego tenían que tirar en el cruce de dos caminos. También acudían a los polvos de la Madre Matiana, famosa por sus profecías acerca del triunfo de la iglesia, expurgadas, defendidas y corroboradas con respetabilísimos y muy notables vaticinios de santos, de personas canónicamente beatificadas y de otras que han muerto en olor de santidad.


LAS PROFECÍAS DE LA MADRE MARTIANA Y SU POLVOS MEDICINALES La madre Martiana, fue una religiosa que vivió en el último tercio del siglo XVIII e inicios del siglo XIX. No fue religiosa, solo sirvienta con poderes extraordinarios, conocida por los escritos de la Madre María Josefa de la Pasión de Jesús, del convento de San Gerónimo de la ciudad de México; quien conoció y vivió las experiencias de su hermana Matiana. Matiana trabajó como sirvienta en los conventos de San José de La Penitencia, la Encarnación y San Jerónimo, donde la comenzaron a llamar Martiana. Sabía preparar muchas medicinas a base de hierbas. (Opúsculo escrito por el Lic. Luis G. Duarte con notas del editor Antonio Martínez del Cañizo. México. Imprenta del Círculo Católico. Calle de Medinas #25. 1889) Otros curanderos, recomendaban un sin número de oraciones como las siguientes: Oración del Cordero manso, a Santa Martha enamorada, Secretos y

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oraciones “Ven a mí”, al Ánima sola, “para alejamiento de lo malo”, invocación al alma de Juan perdido, al alma del duende, oración del antiguo y milagroso Espíritu dominador, del Niño Fidencio, novena a los santos cuates Cosme y Damián, exorcismo contra Satanás, y los ángeles rebeldes, del caballo blanco, el secreto de la santísima muerte, devoción a la Santa Cruz de Jerusalén, al Todopoderoso, invocación al espíritu puro de Tomasito Herrera, oración del sapo, de la chuparrosa, del coyote, del gato negro, protección de todo mal, las doce verdades del mundo, oración del ánima ciega, sorda y muda contra el enemigo, oración del Justo Juez, autentica oración del espíritu de Pancho Villa, a San Expedito mártir, oración de los trece cabos a San Antonio, oración de las nueve velas, novena a San Pafnucio, oración de la herradura, al Santo Niño cieguito.

LOS SANTOS MILAGRIENTOS Los que de plano practicaban la magia blanca y negra, entre sus ritos se contaba la hechicería y exorcismos contra posesiones diabólicas. Pero si ni hierberos ni brujos “daban con bola”, los deudos


Síntora (1898-1938), que atraía grandes multitudes que esperaban turno para curación, consulta u operación quirúrgica que efectuaba con equipo improvisado, casi sin asepsia. En Salinas, en la misma época de la fama del Niño Fidencio, en Espinazo, N. L; estuvo activa una mujer curandera que se estableció en el rancho de La Herradura, hacia 1927. Nadie recuerda su nombre, pero ella decía que era hermana del Niño Fidencio y que fue enviada por Dios nuestro señor y la Santísima Virgen para curar todos los males. De tan atinada que resultó en sus curaciones, la gente creyó que era la misma Virgen María y por eso, fue conocida como la Virgen de la Herradura.

del enfermo daban un viraje completo y acudían a los centros espiritistas o de oración en los que alguna “cajita”, “materia” o médium, sanaba amparada en la fama de otros que en vida fueron famosos y milagrientos, afirmando que sus espíritus se posesionan y por su conducto efectúan curaciones portentosas. Mucho de misterio se respira en estos centros donde invocan a Benito Juárez y Francisco I. Madero (a los que les daba por el espiritismo), a Pancho Villa y a muchos que llaman “niños” y “niñas” por ejemplo: la niña Aurorita, la niña de Cabora, el niño Manuelito, el niño Tomasito Herrera, el niño Juanito (Juan Pablo González Villarreal 19081979), Pedro Jaramillo (1830-1907), Juan Soldado, Jesús Malverde, y hasta a “Chucho el roto” y a otros santones. Sin duda el santo y el curandero más famoso y venerado en el norte y centro del país fue José Fidencio Constantino

Gran fiasco se llevaron los miles de seguidores, cuando desapareció, luego de amasar gran fortuna, que luego invirtió en un comercio cerca de Torreón, Coahuila.


CURACIONES, BRUJERÍAS Y OTRAS YERBAS A pesar del avance de la ciencia, la gente sigue acudiendo a otras formas de encontrar salud, aparte de acudir a facultativos y medicina alópata y homeópata. Solo hay que constatarlo en los establecimientos de las grandes ciudades, donde puede encontrase de todo; incluido un gran repertorio de oraciones y folletos con ritos para lograr lo que se busca: Secreto y oración “Ven a mí”, Oración a la ánima sola, Oración para el alejamiento de lo malo, Invocación al alma del duende, Oración del antiguo y milagroso espíritu dominador, Oración del maravilloso ajo macho, Oración

del Niño Fidencio, Oración del Caballo blanco, Oración al Todopoderoso e invocación al espíritu puro de Tomasito Herrera, Oración del sapo, Oración de la Chuparrosa, Oración del Coyote, Oración del Gato negro, para pedir protección de todo mal, Oración del ánima ciega, sorda y muda, contra el enemigo, Oración a San Expedito mártir, Oración de los trece cabos a San Antonio, Oración de las nueve velas, Oración de la herradura, Oración del Santo niño cieguito, Verdadera oración del justo juez, Auténtica oración del espíritu de Pancho Villa, Novena a San Pafnucio y Novena a los santos cuates Cosme y Damián, que eran médicos, según la tradición. Entre otras cosas: Exorcismo contra Satanás y los ángeles rebeldes, El secreto de la Santísima Muerte, Devoción a la Santa Cruz de Jerusalén, Piedra imán para

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el negocio, Oraciones a la niña Aurorita, a la niña de Cabora, A los niños Fidencio, Tomasito, Manuelito y Juanito [Juan Pablo González Villareal, 1908-1979], a Juan soldado, Jesús Malverde, Pedro Jaramillo [1830-1907] Reencarnación del niño Fidencio y otros

comercializadas son de todo el país, pero en nuestra región, las más conocidas son: Pirul, Escobilla de perro, Diente de león, Epazote de zorrillo, Sangre de grado, Estafiate, Manrubio, Ramoncillo, Árnica, Eucalipto, Gobernadora, Sábila, Peyote y muchas más.

Se recomiendan limpias con barridas de pirul y flores, espíritus de tomar y untar, contra espantos y hechizos, Remedio para enyerbados, para niños que se les había caído las mollera, y el mal de ojo. Igualmente se vende: Piedra alumbre, huevos de gallina negra, loción de los siete machos y cabríos, Toloache, y una nutrida lista de plantas medicinales.

Los ramos de pirul y flores, usadas en las barridas, deben tirarse en el cruce de caminos.

Constituye todo esto, un sincretismo entre la magia y la medicina, de conocimientos botánicos, antecedente de la medicina alópata. Las plantas

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Para la aplicación de estos elementos, según la región del país, se cuenta con sacerdotes, curanderos, brujos y hechiceros, que actúan contra posesiones diabólicas, con exorcismos, ejerciendo la magia blanca y negra, curando a niños chupados por brujas, sobando y acomodando huesos, y algunos se dicen clarividentes.


BOTICAS Y FARMACIAS En 1850 se abrió la Botica de la Parroquia, luego de la segunda epidemia de cólera. En 1860, Juan del Pedrajo puso su botica. En 1877, estaban activos los boticarios Antonio Ávila y José María Romo, cuando el municipio de Salinas tenía 4905 habitantes. En el siglo XX, existieron las boticas de San Antonio, de Juan Pablo Codina, la del Pueblo (1930), probablemente de Arturo Picazo, otra llamada botica de Jesús, Farmacia del Refugio, de Luis González Romo, que luego pasó a la familia López, hasta que desapareció. Hubo otra llamada del Carmen, plaza principal #3, que en 1943, era de Luis González Romo. La última y más antigua, ya desaparecida fue la farmacia moderna de Margarita Lozada. La farmacia de Guadalupe, la fundó el Dr. Carlos Lavín Agüero, quien casó con Bertha Agoitia, de Salinas. El Dr. Lavín murió en San Luis Potosí el 9 de octubre de 1980.

INFORME DE UN PASANTE DE MEDICINA. En 1939, el pasante de medicina de la UNAM, José Haro Ávila, elaboró su tesis

sobre “Las condiciones sanitarias y labor profiláctica en el municipio de Salinas, S.L.P.” para su exámen para obtener título de Médico-Cirujano-Partero, que es el panorama de salubridad que encontró, dando algunos consejos prácticos para solucionar ciertos problemas. El estudio resulta ilustrativo, especialmente porque hace un resumen de la enfermedades imperantes, sus nombres populares y científicos, la calidad del agua de uso doméstico, riesgosa porque es alta en sales y los males que ocasionaba si se bebía sin filtrar o hervir. Igualmente menciona el tipo de servicios sanitarios, los métodos de recolección de basura y las condiciones en que trabajaban los vendedores de comida, leche y carne. Estaba en Salinas una enfermera enviada por la Dirección de Salubridad Pública, de nombre María Guadalupe Muñoz, con quien hizo buen equipo, y hasta fundó una Cruz Roja escolar, realizando trabajo de campo; inspeccionando las escuelas y orientando a profesores y padres de familia para corregir costumbres y evitar contagios de enfermedades en los niños, ante el panorama de salud en todo el municipio por enfermedades dominantes y la aparición de Tifo.


Nombres regionales de las enfermedades y su denominación científica.

No faltaron las supersticiones de las enfermedades trasmisibles, la ilustración a las comadronas y cómo debía alimentarse a las madre y lactantes. En ese año (1939), estaba próxima la terminación del sanatorio para atender a los trabajadores de la Negociación salinera la que tendría una sala de operaciones, un recibidor y seis salas destinadas a la reclusión de trabajadores enfermos. Había dos médicos titulados de la

Universidad de San Luís Potosí y otro de la Escuela Médico Militar de la Ciudad de México. Un dato importante en este informe, son las enfermedades venéreas, que eran frecuentes por la estadía de prostitutas públicas que venían de fuera, y privadas locales, a las que se hizo registro médico semanal, que en término medio eran como dieciséis, las que trabajaban en una casa de asignación o burdel llamado “Búho verde” que tenía otra sucursal de

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menor categoría llamado “El Chiquis”, por ser más chica, a la otra, le decían el Búho grande en la que trabajaban doce personas. Estos lupanares tenían su clientela segura por estar aquí un batallón militar de base y los clientes continuos de la población.

HOSPITALES

. En el silo XIX, un hubo ningún hospital pero tenía que improvisarse uno en la casa de la Negociación salinera, cuando había hechos de guerra cercanos, como los que hubo el 13 de marzo de 1860 entre el panteón y el rancho de Azogueros y otra en abril, en Loma Alta, cerca de Santa Rita, Zac. Cuando fue necesario se trajo de San Luis a médicos para que hicieran amputaciones.De esto, tratan don Siro Alcain y Joaquín M. Errazu en carta del 19 de marzo de 1860:”Conforme a sus instrucciones que me tiene U. dadas de amparar a todo desvalido estoy socorriendo a una multitud de heridos de unos y otros”. Se atendía a los heridos del bando que fuera. El 15 de junio de 1860 se sabe

que en Salinas estuvo hospitalizado el General Calvo, herido en una batalla. El 29 de mayo de 1860, se recibió orden del Gral. Santos Degollado, para que los hospitales de San Luis, estuvieran listos por la necesidad “que hay de atender a los prisioneros enfermos que han sido trasladados de Salinas”. En 1939, la Negociación salinera, construyó un sanatorio para atender a sus trabajadores. Los primeros médicos que sirvieron en esta institución fueron Jesús Duque y Carlos Lavín Agüero. 1945, el Sr. Cura Ignacio Aguilar Hernández, comenzó a construir el hospital “Antonio Reina” para gente pobre, que a la postre, quedó como asilo de ancianos. La Secretaria de Salud y Asistencia, comenzó en 1960, a levantar lo que sería un hospital y consultorio oficial, y actualmente está en servicio el Hospital Básico Comunitario, iniciado por el Ayuntamiento 1998-2000. También está la Unidad Medica “Salinas” propiedad particular


ALGUNOS MÉDICOS DE ORIGEN SALINENSE Dr. Jesús Duque Medina. Dr. Juan José Rodríguez Alonso. Dr. Javier Mauricio Aguayo. Dr. Efrén Cárdenas Hernández. Dr. Gonzalo Medina Herrera. Dr. Manuel López Revilla. Dr. Rubén López Revilla. Dr. Gilberto Mauricio Álvarez. Dr. Sergio Mauricio Álvarez. Dra. Virginia Escobedo Alviso. Dr. Christian Mauricio Alvarado. Dra. Rocío Ruiz Martínez Dra. Beatriz Ruiz Martínez Dra. Silvia Isabel García Rodríguez Dr. Fernando López Alfaro. Dra. Araceli Mauricio Zamora. Dra. Carmen González Zavala

MÉDICOS ORIUNDOS DE OTROS LUGARES RECONOCIDOS EN SALINAS Dr. Oscar Camacho. Dr. Carlos Lavín Agüero. Dr. José Castillo García. Dr. Juan Pérez de León. Dr. Jacobo Lozano Muriedas. Dr. José Luis Díaz Vera. Dra. María Guadalupe Rocha. Dr. Esteban Cruz.


SALINAS, S.L.P.


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