Presentación al libro José Vial Armstrong, Cuatro Cuadernos. Viaje a Europa 1977.

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presentaci贸n del libro jos茅 vial Armstrong c u at r o cuadernos v i a j e a e u r o pa 1977

c e n t ro de e x t e n si贸n y e st udios avan z ados p u c v 22 de ab ril 20 15


Cuaderno 6 Ediciones e[ad] ediciones@ead.cl http://www.ead.pucv.cl +56 32 227 4417 Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV Matta 12, Recreo, Viña del Mar. CP 2580129 Publicación de mayo de 2015.


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Presentación iván ivelic yanes director e[ad]—pucv

La trascendencia del viaje daniel vial cruz arquitecto

Primer croquis y prólogo primero sylvia arriagada cordero diseñadora

Breves Reflexiones en torno a un momento histórico jaime márquez rojas arquitecto

23 Tornoviaje

bruno barla hidalgo arquitecto


josé vial Armstrong

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José Vial Armstrong, Cuatro Cuadernos. Viaje a Europa, 21 de mayo – 17 de septiembre 1977 n° Registro: 248.320 isbn obra completa: 978-956-8192-08-2

c u at r o cuadernos

isbn Cuaderno 1: 978-956-8192-09-9 isbn Cuaderno 2: 978-956-8192-10-5 isbn Cuaderno 3: 978-956-8192-11-2 isbn Cuaderno 4: 978-956-8192-12-9 isbn Cuaderno 5: 978-956-8192-13-6 478 p | 24 x 24 cm | cdd 720 Ediciones e[ad] Colección Escuela 2 Viña del Mar Marzo 2015

v i a je a e u ro pa 2 1 d e m ayo – 17 d e s e p t i e m b r e 197 7


i va n i v e l i c ya n e z

Presentación Sr Rector, Claudio Elortegui, autoridades universitarias, familia Vial Cruz, profesores, ex alumnos, invitados, sean todos bienvenidos. Este es un acto de hospitalidad, memoria y dibujo. Acto en cuanto a la forma del aquí y ahora, hospitalidad de esta común unidad para poner en valor a través del dibujo la memoria del arquitecto, maestro y co-fundador de nuestra escuela de Arquitectura y Diseño, José Vial Armstrong. La rigurosidad y lucidez que caracterizó a Pepe Vial, nos regaló la memoria histórica de más de 50 años de vida, trabajo y estudio, a través de sus dibujos, fotografías, láminas y carpetas originales, que hoy se configuran en el Archivo Histórico que lleva su nombre. Otra singularidad que caracterizó a Pepe fue la maestría en el dibujo y la observación, la precisión de trazo junto a la soltura de la mano se configuran en fiesta cuando recorremos las páginas del libro que hoy presentamos. La responsabilidad de custodiar los originales implica su puesta en valor y difusión, lo cual es reflejo del libro que lanzamos hoy como también signo de nuestro compromiso. Como en toda realización material, este libro en cuanto objeto y contenido, es solo la superficie de un proyecto mayor en el cual han estado involucrados y muy comprometidos, múltiples actores, tales como la familia Vial Cruz, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso a través del compromiso directo del Rector don Claudio Elórtegui, la escuela de arquitectura y diseños a través de su taller de ediciones y todas las personas detrás de este proyecto, valga nuestro profundo agradecimiento, Muchas gracias! —

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Daniel Vial cruz

La trascendencia del viaje Quisiera agradecer en nombre de la familia, al señor Claudio Elórtegui Raffo, Rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso quién ha apoyado la publicación de este libro, apoyo que sentimos como un reconocimiento a la Escuela y a la obra de sus fudadores.

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Quisiera agradecer también a los miembros de la Escuela, y particularmente a Silvia Arriagada. Ella ha llevado adelante este proyecto con gran afecto y desinterés. Su propuesta gráfica omite cualquier protagonismo, privilegiando la fidelidad al original y dándole al libro una austera belleza. Agradezco también a algunos amigos que nos ayudaron en proyectos previos. A Claudia Morales, como también a Arturo Murúa y Sergio Valderrama. Aunque no está presente, agradezco al Almirante Sergio Huidobro, quién el año 77 ofreció a mis padres realizar el viaje en barco. Fue un regalo que irrumpió en sus vidas y que recibieron con gran entusiasmo. La trascendencia de este viaje, quizás ni el propio Huidobro se lo imaginaba. Pero el regalo de un viaje no tiene para el arquitecto sentido de distracción, sino más bien la oportunidad del estudio, a través de la observación arquitectónica. Por eso, el primer instinto de mi padre, fue prepararse para dibujar. Dibujar estaba en su naturaleza. Lo había practicado desde niño.



Lo ejercía cada tarde, cada noche en su mesa de trabajo, ocupando hojas, cuadernos, servilletas o libretos de cheque. Incluso dibujaba en los platos, que se convertían en efímeras obras de arte durante el almuerzo.

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Preparado todo, una mañana de mayo los fuimos a despedir a Valparaíso. Vimos solo un bote alejarse del muelle e internarse en la niebla. Por primera vez, los ocho hermanos nos sentimos huérfanos. Pero para ellos, comenzó una travesía intensa. Sin tregua alguna, se recorrió, obra tras obra, catedral tras catedral, demandando horas de trabajo y también horas de fiel compañía. Ambos se sumieron en su propia contemplación: Mi padre dibujaba, mi madre rezaba. Al regreso vimos los dibujos, como parte de los relatos de aquellos cuatro meses de ausencia. Pero luego, pasaron a formar parte de las cosas íntimas de mi padre. La primera vez que me interioricé de su contenido, fue después de su muerte. Como hijo arquitecto, tuve la obligación de revisar y guardar sus archivos. El trabajo de toda una vida me pareció un montón de papeles, pero dentro de este conjunto, surgieron estos cuatro cuadernos como un solo cuerpo cerrado y terminado. Inicié un trabajo de reproducción digital para difundirlo entre mis hermanos. Y en esto, los dibujos comenzaron a mostrarme una dimensión más profunda. Transcribí sus notas y seguí la secuencia, Busqué los lugares y me hice un acompañante secreto.


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Un pequeño dato se hizo relevante: la fecha y la hora anotada al pie de los croquis. Esto me permitió ver su contexto. Un dibujo simple, por ejemplo, durante el cruce del Canal de Panamá, habría parecido descuidado. Pero llegué a entender que todo eso ocurría durante la noche que él había pasado en vela para registrar esta importante etapa. Cuaderno 1, p. 52–53

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Vi su excitación del primero de junio cuando el mar se embravecía, dando origen a una serie de dibujos de olas turbulentas. Cuaderno 1, p. 80–81

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Vi también la calma de los días siguientes, que le dio el tiempo para dibujar los aparejos junto con las diferentes texturas del mar.

Cuaderno 1, p. 88–89

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Los perfiles de las islas Azores rompieron un día la monotonía del Atlántico y aumentaron la frecuencia de los croquis. Cuaderno 1, p. 94–95

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El cuaderno se inunda de siluetas, nombres y esquemas mientras el barco cruza sus estrechos. Muchas páginas transcurren en un solo día.

Cuaderno 1, p. 96–97

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En la noche termina dibujando la oscuridad, construida con un enjambre de trazos caóticos mientras se aleja la última de aquellas islas. Cuaderno 1, p. 104–105

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Mi recorrido en el viaje cruza página tras página, todas ellas con un relato distinto. No viene al caso hacer referencia a todas ellas, salvo quizás en uno en particular: Siendo alumno, le escuché hablar de la catedral de Notre Dame de París, como una de las obras más perfectas de la arquitectura gótica. Los dibujos de sus cuadernos parecen confirmarlo y decir: “yo hice este viaje para ver esta catedral”. Su predilección se fe reflejada en una fachada precisa y una silueta que flota en el blanco, como si el resto de París no existiera. Algunos años después visité éstas catedrales y sus enseñanzas me acompañaron, pero como yo, muchos otros ex alumnos me han hablado de este privilegio. Todos coinciden en que él fue fundamental en su formación de arquitecto. Cuando les pregunto, cuál era su rasgo fundamental, la respuesta es unánime: El rigor, tal como me lo dijo hoy un ex-compañero. El rigor entendido como el querer hacer las cosas bien a toda costa y tomarse el tiempo necesario para hacerlo.


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Cuaderno 1, p. 44–45

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Si yo tuviera que hacer una analogía de ese rigor, con los dibujos de este libro, elegiría el barco dibujado desde el puente el día 29 de mayo. Se dibuja lo esencial. No hay línea temblorosa. No se evita lo difícil. Y como la vida misma, hay un horizonte y un objetivo que, si bien no se divisa, se enfila hacia él en línea recta, bajo una marcha lenta y sistemática. Sus grandes enseñanzas estaban fundadas en esta virtud. El rigor en el oficio, en las ideas y en nuestras acciones que finalmente hablarán de nuestro ser, como lo hablan hoy los dibujos de José Vial Armstrong. —


s y lv i a A r r i a g a d a c o r d e r o

Primer croquis y prólogo primero Me corresponde hablar del acontecer de esta edición, solo quiero señalar que luego de varias experiencias fallidas de editar un libro, caemos en la cuenta, que han de ser tal cual Pepe los tenía en sus manos: unos cuadernos.

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Pepe dibujó su viaje en cuatro cuadernos, pero esta edición añade un quinto cuaderno, con magníficas presentaciones y luego de ellas una pequeña nota que señala donde estuvo puesto el quehacer del diseño en esta ocasión. Por ahora, no voy a hablar del diseño, solo voy a referirme a modo de reflexión de dos páginas de este libro, las que corresponden al primer croquis y las del primer prólogo. El primer croquis realizado por José Vial o Pepe Vial en su cuaderno de viaje es en su camarote.

Cuaderno 1, p. 4–5.


Es un croquis bellamente dibujado, donde se ve el reposo de quien lo realiza y de lo que tiene enfrente, en el está su mujer y esposa Teresa, quien lo acompaña en este su primer y único viaje a Europa. Este croquis me hizo reflexionar en lo siguiente, en esa distracción primera de Pepe. Con el, vienen a mi mente, las mujeres, esposas y madres del grupo de fundadores del Instituto de Arquitectura UCV del año 1952, que acompañaron y sostuvieron la “vida trabajo y estudio” a la cual ellos se abocaron. Me refiero a Ximena Amunátegui junto a Godo, a Olguita Somavía junto a Alberto, a Eliana (Coca) Lira junto a Arturo Baeza y Claudio Girola, Luisa (Huisa) Cruz junto a Fabio Cruz, María Helena Purcell junto a Pancho Méndez, a Helena Vial junto a Miguel Eyquem, y por supuesto, a Teresa Cruz que tuvo, como lo han tenido y tuvieron todas las que nombré, el coraje del desprendimiento para darles la paz creativa que bien sabemos, fue fundamental para la perseverancia en la entrega total de ellos a la nueva enseñanza de la arquitectura y el diseño dentro del ámbito universitario de la pucv en nuestro continente. Al referirme a ellas no puedo hacerlo sino a través de un poema de Godo, que recién la semana pasada llegó a nuestras manos, fue leído y escrito en francés en una conferencia en Canadá y le canta a las mujeres de América, a aquellas que nombré y con ellas a nosotras, dice así:

Femmes d’Amérique ! N’enfantez plus des fils comme des arbres qui ont des racines, ce n’est pas votre tâche, enfanter nos fils comme

¡Mujeres de América!

des oiseaux, ils auront des racines plus larges dans le ciel, plus féroces dans le vent, parce que le ciel et le vent appartiennent aussi à la terre.

No déis a luz, más hijos como árboles que tienen raíces, esa no es vuestra tarea; dadnos a luz hijos como pájaros, ellos tendrán raíces más amplias en el cielo, más feroces en el viento, porque el cielo y el viento también a la tierra pertenecen.

Godefredo Iommi Le Donner Cours. Liberté, vol. 14, n° 6, (84) 1972, p. 89-93.

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Con ese primer croquis y este poema, quiero hacer un saludo a todas las mujeres, esposas y madres del grupo de los fundadores de nuestra escuela. Ahora, les quiero señalar algo que para mi resultó muy significativo, y es que el primer prólogo o presentación que aparece en este libro, lo escribe Alberto Cruz, y es quizá el último texto de Alberto. Fue escrito en el mes de Septiembre de 2013, Alberto muere un mes después. Me atrevo a decir que es un poema, que a modo de cortos versos, nos invita no tan solo a ver, sino también a palpar y escuchar lo que con fuerza y con gracia Pepe despliega en su hacer, no tan solo del dibujar, sino también en el teclear de su piano.

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Lo significativo para mi, es que Alberto rebela a uno de sus compañeros de aventura poética y arquitectónica en la confianza que su hacer será para otros “raya orientadora”. Por ello, el afán primero de esta edición de sus cuadernos de viaje, es que develen y rebelen a otros tantos jóvenes Pepes Vial del mundo, –los presentes y futuros– cuando palpen, miren y oigan estos dibujos. Ojalá así sea. — Alberto Cruz Covarrubias. José Vial tenso. Prólogo libro “José Vial Armstrong, Cuatro Cuadernos”, 1ª Ed. 2015,. Cuaderno 5, p. 9–10.


Jaime Márquez Rojas

Breves reflexiones entorno a un momento histórico ¡Qué bellas, potentes y especialmente “significativas”, resultan las imágenes que se despliegan al comenzar a hojear este libro! Un barco que comienza a partir de un puerto en medio del ajetreo propio de dichas faenas portuarias y, por supuesto, al interior de todo ello, el cúmulo de resonancias que trae una partida, más aún si ella es en barco. Habrá unos ruidos sordos, propios de la faena de despegue, habrá los sutiles golpeteos del oleaje a la orilla del mar, habrá el graznido de las aves revoloteando inquietas en medio del aire salino. Pero además, esta vez, se trata de una partida en el sentido contratio al de Colón: es desde la jóven América hacia la vieja Europa. Es la reconstrucción, veintisiete años después, de una nueva partida, de aquel joven que habría dejado entonces la Universidad, ese lugar donde, al decir de Ortega: “… se oye sin interrupción, oriundo de los senos de Europa, un son que no se parece a nada, pero que -de parecerse a algo- sería a un “como bordoneo” de abejas solícitas e inquietas, bagabundas y punzantes. Es el rumor que hacen las universidades, un rumor que, como el de el motor a explosión de nuestro tiempo, era un ruido nuevo en el mundo”. En la historia de la profesión del arquitecto y, específicamente, en aquella de la costrucción de la ciudad en Chile, se registran varios hitos significativos, que requieren –de nuestra parte– una contextualización. Algunos de estos hitos, habiendo sido inaugurales de un momento histórico –en nuestra historia personal y en la general de nuestro país– adquerirán una especial connotación, en virtud de tres hechos que expondrémos a continuación.

Primer hecho: Agosto de 1963 Estallará, en nuestro país, un conflicto en el seno de la profesión del arquitecto –sucitado por la batalla en defensa de los derechos de la obra– todo, debido a una confrontación al interior del gremio de estos profesionales en el Colegio de Arquitectos. Este conflicto se ha dado en llamar “el caso Domeyko”; por el apellido del arquitecto involucrado en él, descendiente y nieto del sabio Ignacio Domeyko. Esa batalla dará inicio a una nueva etapa en la historia del ejercicio de esta profesión en Chile.

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Segundo hecho: Junio de 1967 Se va a producir la toma de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso, lo que dará comienzos y posterior desarrollo al conflicto que intentará llevar adelante la Reforma Universitaria, en el Chile de entonces. Inmediatamente después, al año siguiente, esta reforma continuaría en Francia, abarcando –en general– a la mayoría de los países europeos; el que sería conocido mundialmente como el movimiento de “Mayo del 68”; Tercer hecho: Agosto de 1969

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Se generará un debate que conduciría a la posterior suspensión del proyecto de la autopista costera entre Valparíso-Viña del Mar, la que pasaría a denominarse “Avenida del Mar”. Se va a lograr –desde la Escuela de Arquitectura de aquella misma Universidad del puerto– que el propio Presidente de la República, Eduardo Frei Montalva, decidiera cambiara el diseño del proyecto de una “vía elevada”, el cual amenazaba bloquear el borde marítimo de las ciudades de Valparíso y Viña, afectando nada menos que el propio frente de la costa del Pacífico Sur. Como es sabido, y deberemos consignar ahora, en estos tres sucesos tuvo fundamental participación el arquitecto José Vial Armstrong, nuestro querido “Pepe Vial”, aquel joven que –27 años después de su egreso universitario– va a emular este viajes como una ida y regreso al origen. Entremos, entonces, al interior de la historia. No habría de ocurrir sino hasta el siglo xviii que comenzarán a distinguirse los Arquitectos, por primera vez en la historia, con un oficio y un saber distinto al de los “maestros de obra”. Esto les permitirá en adelante, a estos profesionales artesanos, hacer sus obras de acuerdo a un designio o visión previa, vale decir, conforme a un pensamiento explícito el cual se podrá – entonces– dibujar y mostrar de antemano a la sociedad como un proyecto1. El vuelco cultural que vendrá a producir la Revolución Francesa (1789) hará desaparecer las corporaciones gremiales, como ocurrirá –por lo demás incomprensiblemete– en diversa épocas de la historia de la humanidad. Este asunto lo ha tratado extensamente Emile Durkheim, en su libro “Lecciones de Sociología” 2. La tesis central de Durkheim sería que los profesionales de la economía (comerciantes, industriales y otros) no habrían logrado reconocer –aún hasta nuestros días– la

1 Texto Fundamentos del Colegio de Arquitectos de Chile, León Rodríguez V. Revista ca nº 68, pg. 16 a 22. 2 Texto Lecciones de Sociología física de las costumbres; Emilio Durkheim, Ed. Schapire, Buenos Aires 1966.


importancia y la nececidad de una moral profesional (ni capitalista, ni socialista); por lo que, el ejercició de la economía permanencería, en lo específico, como “a-moral”, originándose una profunda “des-moralización” de la sociedad toda. Ello va a constituir un permanente pelígro para la sociedad toda y, supongo que esto, les sonará a ustedes de una conocida actualidad. Será así cómo, inmediatamente después de suscitado este conflicto gremial –que hemos dado en denominar “caso Domeyko– se generará un gran vuelco en la vida gremial y los arquitectos retomarán la tarea de hacer sus propias publicaciones: lo que implicó emprender acciones públicas al interior del gremio. Fué así como, siete años después del estallido de este conflicto –a partir del año 1968– que el gremio re-iniciarían en ese entonces las publicaciones de los Arquitectos, las que se habían suspendido en Chile recién iniciadas. Esta vendrá a constituir una tarea editorial que -como me consta personalmente- “Pepe” siguió y acompañó muy de cerca, hasta el día de su muerte. Es significativo, y debemos llamar la atención sobre ello, que en el transcurso de los cuatro breves años, que van desde 1963 a 1967 (entre el caso Domeyko y la toma de la Universidad), se haya producido un cambio tan substancial en tres ámbitos: el de la institucionalidad arquitectónica, el de la investigación científica y el de la docencia universitaria; tanto en nuesto propio país, como en el resto del mundo entero. Quiero hacer notar aquí estos siguientes dos hechos específicos: a) El abandono de la importancia del rol rector de las profesiones de la aquitectura y de la construcción, suplantadas por el empresariado gestor inmobiliario y, b) El prolongado conflicto de la Reforma Universitaria en todo el mundo –que hasta hoy día sufre los embates de una indefinición política tanto sobre la educación básica como la superior universitaria. Ambos hechos forman parte de un momento histórico del que José Vial fué un actor activo (valga la redundancia); participando estrechamente en el Claustro Universitario, junto a todos los profesores de la Escuela, incluyendo el importante rol en el Claustro Pleno que jugó su hermano, el ingeniero Alberto Vial Armstrong. Ya me he explayado –en uno de los textos que acompañan este libro– respecto del rol fundamental, y en primera persona, que le cupo a “Pepe” en el proyecto de la “Avenida del Mar”. Junto a Juan Purcell y a todos los profesores de la Escuela –el mismo “Pepe”, personalmente– nos convocaría a participar en este debate sobre la autopista y su posterior desenlace.

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Aunque se podría considerar que ésta fué una batalla inicialmente fracasada, aún hoy día está abierta la gran posibilidad de que se lleve a cabo esta importantísima obra urbanística: la real construcción del borde marítimo de Chile. Esta es una de aquelllas tareas pendientes que tiene la ciudad de Vaparaíso y de todo nuestro país, en razón de aquel particular y fundamental destino maritimo de Chile.

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Baste, finalmente, citar aquí una frase de los textos del proyecto de la “Avenida del Mar”: “Valparaíso no quiso ser un puerto aislado. Viña del Mar no quiso ser un balneario aislado. Ambos quisieron ser puerto y balneario a la vez. Orilla compleja es esta, entonces, y ella es el primer elemento urbano de la ciudad”. Estas palabras, de la memoria del proyecto, deberían permitirnos aquilatar lo que significa, para el país y la arquitectura chilena, este proyecto de una: Avenida en el Mar Pacífico. En breves palabras, estos pretenden ser algunos de mis recuerdos de la vida de José Vial Armstrong y comportan un saludo a los hermosos cuadernos que hoy se editan. En ellos queremos rendir un modesto homenaje a él y su familia —


Bruno barla Hidalgo

Tornoviaje Con este libro nos adentramos en el obrar de dibujos de observación de José Vial. Libro que emerge como la punta de un enorme iceberg flotante, que en su parte oculta, contiene todo su vasto obrar proyectual. Se propone llamarlo Pórtico Séptimo, y así al atravesarlo será nuestra entrada a esa parte profunda que hoy permanece oculta y que está conformada a su vez por seis pórticos. 23

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

El primero será el de sus escritos como profesor. El segundo será el de la Iglesia de Corral El tercero será el de la Iglesia de Puerto Montt El cuarto será el de la Avenida del Mar de Valparaíso El quinto será el plan renovador de la ciudad de Quillota El sexto será el "Pozo" de Ritoque El séptimo será el de este viaje en barco a Europa

Pórticos que en el ir a través de ellos, conformen en nosotros un ir continuo, un "tornoviaje"1 cuya figura sea una cinta sin fin, en que todo su obrar se enlaza y en que estos dibujos de luz, son el fundamento luminoso de él. El viaje en barco a Europa, esta al final de su vida arquitectónica, pero las observaciones allá hechas están con anterioridad a su obra proyectual. Él pre-vé, con sus profundos ojos azules, lo que después dibujará ante las obras maestras de la arquitectura europea.

1

"Tornoviaje", palabra del texto "Tesis del Pacífico" del libro de Fundamentos de la Escuela de Arquitectura y Diseño UCV, 1971.


El mundo de JosĂŠ Vial


Esta es la cinta sin fin de su obrar, invitamos a recorrerla‌

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colofón

Esta edición corresponde a los discursos y presentaciones del primer lanzamiento del libro José Vial Armnstrong, Cuatro Cuadernos, Viaje a Europa 1977, acto realizado el día 22 de abril de 2015 en el Auditorio del Centro de Extensión y Estudios Avanzados cea–pucv. En esa ocasión se realizó también una muestra expositiva ( Proyecto de Creación Artística 37.0 / 2014 ) de páginas de la edición con sus dibujos a gran formato. La puesta en edición del libro, montaje expositivo y esta edición digital ha sido realizada por el Taller de Ediciones e[ad]. Queremos invitar a aquellos exalumnos que estudiaron y trabajaron junto a José Vial, que nos hagan llegar su experiencia a través de escritos para una próxima edición digital. Para mayor información escribir a ediciones@ead.cl

agradecimientos

Familia Vial Cruz, muy especialmente a Teresa Cruz Vial, José Vial y Daniel Vial, Justo Uribe, Sergio Valderrama, Arturo Murua, Corporación Cultural Amereida, Escuela de Arquitectura y Diseño pucv y a Claudio Elórtegui Raffo, Rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, quién hizo posible la publicación impresa de este libro.

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