“Los desiertos de nuestra vida” Génesis 21:8-21 Introducción
Abraham buscó en una sierva “el hijo de la promesa”, para que se cumpliera la voluntad de Dios. El Señor tenía preparado su plan perfecto “Abraham-Sara”, pero “Abraham se adelantó”. Enseñanza: “No nos adelantemos a los planes de Dios”. Ismael tendría unos 13/15 años cuando nació Isaac. La trama se desarrolla en el desierto. En el desierto hayamos pruebas, tentaciones y también victorias. Ejemplos: Israel (40 años). Juan el Bautista. Ismael. Jesús.
Desarrollo
V.8 Isaac creció y fue destetado. La tradición israelita fomentaba una fiesta tras desatarse este acontecimiento. “Yo también lo hice con Rut” (broma). V.9 Sara vio que Ismael se “burlaba” (en hebreo podemos traducir como “jugaba”). V.10 Sara le dijo a Abraham que los echara. La tradición judía era que los hijos de una concubina heredarían junto con los hijos de la esposa o en su caso que obtuvieran la libertad. Sara pide esto último para Agar e Ismael. V.11 Abraham oyó y no actuó, sino oró. Enseñanza: Cuando recibas consejos no actúes según los consejos, ora para ver sí Dios quiere que esos sean los consejos correctos. V.12 Dios contesta las oraciones: → “No te preocupes ni por el muchacho, ni por su madre”. → “Escucha a Sara”.
→ “Isaac te dará esa gran descendencia”. → “En Ismael habrá también una gran descendencia”: V.14 Abraham da la libertad a Agar e Ismael. Andarán errantes por el desierto. En el desierto no somos olvidados. Nos encontramos con Dios en el desierto. Enseñanzas: La mirada de Dios es compasiva. Atravesar el desierto es morir muchas veces. En el desierto nos rendimos. V.15 Agar dejó a Ismael en un arbusto porque no quería ver a su hijo a morir ni de sed, ni de hambre. V.16 Se distanció, pero no lo olvidó. Esto es una tragedia para una madre. Nosotros vivimos muchas tragedias. Rubén Santana. Ismael lloró y Dios escuchó. La primera oración de una persona, es su llanto al nacer. Dios no escucha palabras, escucha corazones. Enseñanza: En el culto de oración somos la voz del hermano que está en el desierto. En el desierto Dios escucha nuestro llanto, nuestra tragedia. El llanto es una oración para que Dios responda. En la angustia Dios trae bendición. En el desierto hay un oasis para los que creen. Sin Jesús en nuestra vida el desierto es muerte. El desierto con Jesús experimentamos sus “nuevos desafío”. Dios nos da visión celestial, que es mayor que nuestros problemas. Dios utiliza los desiertos para enderezar la dirección. El desierto para el cristiano es un reto para vencer y crecer. V.17 Dios contesta: No temas, cógelo de la mano, porque yo haré de él una gran nación. Repite: Dios hará de mí una gran nación. Los desiertos pueden convertirse en la bendición más grande que nos podamos imaginar.
Conclusión – Llamamiento
Esto es un desafío para orar juntos y llorar juntos. Dios nos conoce en los desiertos de la vida. Dios abre los ojos de los que están en el desierto. En la oración, Dios no escucha palabrerías, sino corazones quebrantados. SALVACION EN JESUS
Leer Salmo 23.