“¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón” (Misericordie vultus, 19).
“La conversión a Dios consiste siempre en descubrir su misericordia, es decir, ese amor que es paciente y benigno a medida del Creador y Padre” (Dives in Misericordia, 13).
“La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona” (Misericordie vultus, 3).
Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes (Lc 6, 36-38).
“¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón” (Misericordie vultus, 9).
El que practica misericordia, que lo haga con alegrĂa (Rom 12, 8).
“La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a mi misericordia. ¡Oh, cuánto me hiere la desconfianza del alma! Esta alma reconoce que soy santo y justo, y no cree que yo soy la Misericordia, no confía en mi bondad.” (Jesús a santa Faustina Kowalska. Diario: La Divina Misericordia en mi alma.)
“La Madre del Crucificado Resucitado entró en el santuario de la misericordia divina porque participó íntimamente en el misterio de su amor” (Misericordie vultus, 24).
Para ello, somos invitados a encontrarnos con la Palabra, dejando que toque la propia vida, que reclame, que exhorte, que movilice… que contagie. Si bien cada domingo se nos brinda la lectio divina, todos los días podemos acercarnos a la lectura de la Palabra “en un momento de oración para permitirle que nos ilumine y nos renueve” (Evangelii Gaudium 152). “En la presencia de Dios, en una lectura reposada del texto, es bueno preguntar, por ejemplo: «Señor, ¿qué me dice a mí este texto? ¿Qué quieres cambiar de mi vida con este mensaje? ¿Qué me molesta en este texto? ¿Por qué esto no me interesa?», o bien: «¿Qué me agrada? ¿Qué me estimula de esta Palabra? ¿Qué me atrae? ¿Por qué me atrae? […] Simplemente quiere que miremos con sinceridad la propia existencia y la presentemos sin mentiras ante sus ojos, que estemos dispuestos a seguir creciendo, y que le pidamos a Él lo que todavía no podemos lograr” (Evangelii Gaudium 153).
Presentación
En este año de la Misericordia estamos llamados a custodiar con ternura nuestro corazón y el de nuestros hermanos, y a cuidar con entusiasmo la riqueza y la hermosura de la Creación que nos rodea, con la certeza de que el amor de Dios tiene siempre la última palabra. “Ante tanta belleza, muchas veces sentirás que tu vida no le da gloria plenamente y desearás sinceramente responder mejor a un amor tan grande” (Evangelii Gaudium 151).
F E BR ER O
7
DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO
Is 6, 1-2a.3-8| Sal 137, 1-5.7c-8 | 1Cor 15, 1-11
Lc 5, 1-11 En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Navega mar adentro, y echen las redes. Simón le respondió: Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes. Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. (...)
L E CTIO DI VI NA
No temas, en adelante serás pescador de hombres. Meditación: El evangelista Lucas une la vocación de los primeros apóstoles con una pesca milagrosa. Cristo ofrece un signo a sus discípulos, llamados ahora a comprometer radicalmente sus vidas. Hay tres elementos significativos: primero, el protagonismo de Simón Pedro que ya aparece como el líder futuro del grupo; segundo, la imagen con que se describe el ministerio apostólico: pescadores de hombres. Una misión que no es mera propaganda, sino que supone la llamada a la conversión y la adhesión profunda. Tercero y último: el hecho de dejarlo todo, de distanciarse totalmente del pasado. Oración: Tú me llamas, Señor, a seguirte y yo me asusto de la tarea que veo pendiente. Dame, Señor, una mayor confianza y capacidad de entrega. Acción: Realiza tu trabajo de hoy con Él, para Él y por Él. Hazlo bien en Él.
F E B RER O
8
LUNES Santa Josefina Bakhita
“Veía en cada hombre un hermano”: así describió un poeta a san Jerónimo Emiliani cuya memoria hoy celebramos, recordando que pasó toda su vida al servicio de los huérfanos y abandonados. Hoy contemplamos en el Evangelio a Jesucristo rodeado de un buen grupo de enfermos y desgraciados. Los sufrientes se acercaban a Cristo cuando caminaba de una aldea a otra; lo mismo sucede hoy a todos aquellos que consagran su vida al servicio de los débiles y los pobres. Jesús, y como él toda persona cristiana fiel, irradia una luz de esperanza y una fuerza de salvación.
1Re 8, 22-23.27-30 | Sal 131, 6-10 Mc 6, 53-56
Después de atravesar el lago, llegaron a Genesaret y atracaron allí. Apenas desembarcaron, la gente reconoció enseguida a Jesús, y comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos, hasta el lugar donde sabían que él estaba. En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y los que lo tocaban quedaban curados.
FEBRER O 1Re 8, 22-23.27-30 | Sal 83, 3-5.10-11 Mc 7, 1-13
Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. (...) Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce. Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: ¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras? Él les respondió: ¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos. (...)
9
MARTES San Miguel Febres Cordero
Jesús se mostraba compasivo, comprensivo y misericordioso ante las miserias y culpas humanas; lo que no soportaba en absoluto era la hipocresía, el uso interesado de la religión y la observancia externa que escondiera malicia interior. El relato evangélico de hoy nos muestra a Jesús polemizando con los escribas y fariseos, cuyo corazón es duro y frío aunque se cobijen bajo una religiosidad de ritos y apariencias. Observan las minucias legales sin respetar en el fondo los mandamientos. Jesús condena la fe superficial, la beatería que no toca el corazón, el alma y la conciencia.
F E BR ER O
10 MIÉRCOLES
Miércoles de Ceniza
El rito de la imposición de la ceniza nos pone en el “camino de la verdadera conversión”. Como telón de fondo están las palabras del Sermón de la Montaña, que proponen con un matiz diferente las tres grandes características de la espiritualidad judía: la limosna, la oración, el ayuno. Son tres estrellas que deben brillar en el cielo cuaresmal de todo cristiano; tres valores que deben vivirse de un modo nuevo. No se trata de buenas costumbres o devociones externas, sino de opciones vitales que nacen del amor y se traducen en amor a Dios y al prójimo.
Jl 2, 12-18 | Sal 50, 3-6a.12-14.17 | 2Cor 5, 20—6, 2 Mt 6, 1-6.16-18
Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
FEBRERO Dt 30, 15-20 | Sal 1, 1-4.6 Lc 9, 22-25
El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Después dijo a todos: El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?
11 JUEVES
Nuestra Señora de Lourdes
Jesús confía a sus discípulos por primera vez su último destino terreno, marcado por humillaciones, sufrimientos y muerte pero no privado de gloria. Acto seguido, formula tres principios que debe recordar quien quiera seguirlo hasta el fin: el primero es cargar con la cruz cada día, tal como añade Lucas a diferencia del resto de los evangelistas; el segundo, estar dispuestos a darlo todo, perder para encontrar mucho más; y, tercero y último, no arruinar la propia conciencia y la vida misma dejándose arrastrar por las cosas, las pasiones descontroladas, las riquezas.