Alabado seas Un recorrido por la EncĂclica del Papa Francisco
Alabado seas Laudato sí’ Un recorrido por la Encíclica del Papa Francisco
Un recorrido por la Encíclica del Papa Francisco Sembradas entre las páginas de este libro encontrarás una selección de frases de la encíclica Alabado Seas. Estas palabras valientes quieren desplegar las alas y volar bien alto para construir nidos en todos los rincones del mundo. El Papa Francisco nos invita a abrir bien grandes los ojos y los corazones, para reflexionar acerca de cómo estamos lastimando nuestra casa común. Sus palabras nos pasean por las heridas abiertas en las venas del planeta, nos invitan a llorar las lágrimas de los más vulnerables, y –sobre todo– nos incitan a curar nuestro mundo con amor y con dignidad. Las preguntas de Francisco (¿qué mundo queremos para quienes vengan tras nuestros pasos?, ¿para qué vinimos a esta vida?, ¿para qué transpiramos nuestro trabajo cotidiano?, ¿por qué la tierra nos necesita?) resuenan entre las páginas, y sus ecos dulces nos invitan a comprometernos, a hundir los pies en el barro húmedo y comenzar a caminar. Francisco nos propone actuar. Remendar con dedos tibios las heridas del planeta. Esa caricia reparadora será la que defienda, mientras todavía queda tiempo, el sueño de Dios para la Tierra.
Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella... Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura. LAUDATO SI’ 2
7
9
Los migrantes
Es trรกgico el aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la degradaciรณn ambiental, que no son reconocidos como refugiados en las convenciones internacionales y llevan el peso de sus vidas abandonadas sin protecciรณn normativa alguna.
16
La Tierra: “una herencia común”
«Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno» (CA 31) El rico y el pobre tienen igual dignidad, porque «a los dos los hizo el Señor» (Pr 22,2); «Él mismo hizo a pequeños y a grandes» (Sb 6,7) y «hace salir su sol sobre malos y buenos» (Mt 5,45). El medio ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos. LAUDATO SI’ Cap.2, VI. 93.94.95
40