Conlin y Roncero. 2004 1

ANUARIO ARQUEOLÓGICO DE ANDALUCÍA 2004.1 Sevilla

ANUARIO ARQUEÓLOGICO DE ANDALUCÍA 2004.1 Abreviatura: AAA’2004.I Coordinación de la edición: Dirección General de Bienes Culturales Servicio de Investigación y de Difusión del Patrimonio Histórico.

C/. Levies, 27 41071 Sevilla Telf. 955036900 Fax: 955036943 Gestión de la producción: Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales. © de la edición: JUNTA DE ANDALUCÍA. Consejería de Cultura. © de los textos y fotos: sus autores.

Edita: JUNTA DE ANDALUCÍA. Consejería de Cultura.

Impresión: Trama Gestión, S.L. ISBN de la obra completa: 978-84-8266-852-9 ISBN del volumen I: 978-84-8266-853-6 Depósito Legal: CO-111/2009

aCTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN CALLE ZAMORANOS ESQUINA HERRERA Y MARINALEDA, ÉCIJA (SEVILLA) Elisabet Conlin Hayes Irene Roncero Pérez Resumen: El análisis de los datos obtenidos en la Actividad Arqueológico llevada a cabo, nos ha permitido establecer que el solar tuvo lugar un uso marginal, como vertedero, desde finales del siglo XIV hasta principios del s. XIX, cuando se produce la urbanización del solar, manteniéndose hasta la actualidad.

Abstract: The analysis of the results obtained from the archaeological activity carried out have allowed to establish that the site began to be used at the end of the 14th century basically as a rubbish mound, continuing until the beginning of the 19 th cent. when the first housing took place.

INTRODUCCIÓN

En el solar situado en c/ Zamoranos esquina a c/ Herrera y c/ Marinaleda de Écija donde se llevó a cabo la Intervención Arqueológica Preventiva, se proyecta la construcción de un edificio que consistiría en planta baja, primera, segunda y cubierta para la distribución de siete viviendas, además de una planta sótano para garaje con ocho aparcamientos. El sistema de cimentación se resolvería con losa armada, siendo la cota de excavación para el sótano y la cimentación entorno a los – 4.60m bajo la rasante de la calle Marinaleda.

El solar sobre el que se llevará a cabo la edificación es de forma rectangular, presenta fachada hacia el sur a la calle Zamoranos, hacia el oeste a Herrera y hacia el norte a Marinaleda. La extensión superficial total con que cuenta el solar es de 381’81 m², rebajándose para la planta sótano la totalidad del solar. El inmueble se encontraba completamente demolido al inicio de los trabajos.

La parcela donde se han realizado los trabajos se localiza en el sector Noroeste de la ciudad (Figura1), cercano a la Plaza de Colón, extramuros de la cerca almohade, en las proximidades del antiguo curso del Arroyo Blanco que pasaba por la calle Reloj, delante del solar de referencia.

La localización espacial del solar se sitúa en las siguientes coordenadas UTM: En la calle Zamoranos, punto medio de la línea de fachada: X : 315.870,65 Y : 4.157.495,826 En la calle Herrera, punto medio de la línea de fachada: X : 315.872,20 Y : 4.157.498,432 En la calle Marinaleda, punto medio de la línea de fachada: X : 315.872,20 Y : 4.157.501,012

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ANTECEDENTES Y DESARROLLO DE LOS TRABAJOS JUSTIFICACIÓN DE LOS TRABAJOS REALIZADOS El solar se encuentra clasificado como suelo urbano. Según la Normativa Arqueológica del Plan Especial de Protección, Reforma Interior y Catálogo del Conjunto Histórico Artístico de Écija, el solar se localiza en la zona de Protección “b”, por lo que la Comisión de Patrimonio Histórico, en sesión celebrada el día 7 de Septiembre de 2004, adoptó el siguiente acuerdo: “...Dado que plantea la construcción de un sótano, será preceptiva la realización de una Intervención Arqueológica Preventiva, consistente en Sondeos Arqueológicos en el 25% de la superficie afectada por la remoción de tierras...”

Anteriormente al inicio de las obras para la realización de la planta sótano, este solar fue objeto de una Intervención Arqueológica de Urgencia realizada en julio del 2005 por la arqueóloga Elisabet Conlin Hayes. Durante la realización de la Intervención Arqueológica se realizó un solo corte estratigráfico.

Ante los resultados obtenidos del sondeo, de acuerdo con los arqueólogos inspectores, no se procedió a la ampliación del sondeo hasta alcanzar el 25% según lo establecido por la normativa arqueológica del Plan Especial, sino que se acordó proceder a la Vigilancia Arqueológica al inicio de las obras, al objeto de valorar los restos documentados en su contexto y documentar la estratigrafía de aquellas áreas no excavadas con metodología arqueológica. Dicha Vigilancia Arqueológica se llevó a cabo durante la última semana de junio del 2006 por los arqueólogos firmantes.

OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA La Intervención Arqueológica se justificaba para la realización del registro, documentación y análisis de las secuencias estratigráficas.

Los objetivos que se pretendían cubrir eran los siguientes:

Objetivos generales: 1.Realizar una labor previa de recopilación e investigación encaminada a analizar la trayectoria histórica del lugar.

2. Registro, documentación y análisis de las secuencias estratigráficas, para así determinar las distintas fases de ocupación que se desarrollaron en la zona.

3. Relacionar los datos aportados por las fuentes bibliográficas y documentales con los datos obtenidos durante el proceso de la Intervención Arqueológica.

Figura 1. Plano de situación del solar.

4.Agotar el registro estratigráfico en al menos un sondeo de los efectuados, para así determinar la topografía original –base de la estratigrafía--, sobre la que se desarrolla toda la actividad antrópica posterior.

5. Adoptar las medidas de conservación y protección necesarias para la preservación de las estructuras y elementos arqueológicos, que por sus características formales así lo exigiesen.

Objetivos específicos Época romana: - Determinar si existía ocupación o no para este momento y en su caso registrar la topografía correspondiente a esta fase histórica.

- Valorar convenientemente la existencia de asentamiento y de su funcionalidad.

- Puesta en valor y clasificación de bienes muebles.

Época medieval: - Determinar si existía ocupación o no para este momento y en su caso registrar la topografía correspondiente a esta fase histórica.

- Valorar convenientemente la existencia de asentamiento y de su funcionalidad.

- Puesta en valor y clasificación de bienes muebles. Época moderna: - Determinar la topografía correspondiente a esta fase histórica.

- Documentar, a través de elementos pertenecientes a estructuras arquitectónicas, la organización urbana de este sector extramuros de la ciudad islámica, así como su función.

- Puesta en valor y clasificación de bienes muebles.

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Figura 2. Estructuras domésticas contemporáneas.

Figura 3. Perfil este de la cuadrícula.

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Época contemporánea: - Determinar la topografía correspondiente a esta fase histórica.

- Documentar, a través de elementos pertenecientes a estructuras arquitectónicas, la organización urbana de este sector de la ciudad.

- Puesta en valor y clasificación de bienes muebles que pudieran aparecer, adscritos a esta fase histórica.

ANÁLISIS HISTÓRICO Situado dentro de los límites de actuación del Plan Especial, aunque extramuros de la cerca antigua, el solar se localiza en el sector noroeste de la ciudad, en las proximidades de la Plaza de Colón, en una zona de reciente expansión urbanística.

La trama urbana de este sector del casco histórico se configura pues con unas características decimonónicas, con un entramado de calles amplias, arboladas, que articulan manzanas muy compactas, de grandes dimensiones.

Su entorno urbano viene definido por una serie de hitos que articulan no sólo el espacio, sino la vida económica y social del barrio: La Plaza de Colón: espacio que se configura en torno a la Puerta de Sevilla, abierta en época cristiana para facilitar el abasto y acceso al mercado que se instalaba en la Plaza de Santa Florentina.

El Convento de San Agustín: erigido en las proximidades de la parcela sobre una antigua ermita con la advocación de Madre de Dios, en el año 1491, estaba situado en las afueras de la ciudad, en un entorno prácticamente rural y rodeado de hazas de labor. Durante casi 400 años se convierte en el centro neurálgico del barrio.

La instalación del Ferrocarril trajo consigo la prolongación, ensanche y adecuación de dos antiguas calles de la collación de Santa Cruz, la calle del Moral de San Agustín, actual Mª Auxiliadora y la calle Cruz Verde, actual Avenida de los Emigrantes. La estación de trenes y el constante trasiego de viajeros va convirtiendo paulatinamente el barrio en un foco económico y comercial que se ha mantenido –a pesar de la desaparición de la Estación-- hasta nuestros días.

En referencia a la problemática arqueológica que plantea este sector de la ciudad, las escasas intervenciones de urgencias, así como las cimentaciones controladas y las vigilancias de obras llevadas a cabo en el entorno de la parcela, junto con los datos aportados por las fuentes históricas, y la documentación gráfica, nos hablan de la zona como un área marginal, extramuros de la ciudad romana e islámica. Los datos aportados por las intervenciones realizadas en este sector de la ciudad, sobre todo la efectuada en el año 2002 en Avda. de los Emigrantes, nº y C/ Lozas, nº 6, así como la desarrollada en 2004 en Avda. de los Emigrantes, nº 25-27 y C/ Rosales nº 26, evidencian una ocupación marginal en época romana, con la aparición de una potente infraestructura que se ha interpretado como la cimentación de lo que podría ser el recinto fortificado de época romana. Por lo demás, no se documenten niveles de habitación hasta bien avanzado el período mudéjar. En concreto, el solar que nos ocupa se inserta en un área de reciente ocupación urbanística que se empieza a desarrollar, fundamentalmente, en el último cuarto del s.

XIX, habiendo funcionado al parecer hasta el momento como zona de huertos y descampado.

METODOLOGÍA ARQUEOLÓGICA

Metodología aplicada a la Intervención.

La metodología arqueológica estuvo condicionada por las características propias de la parcela, por la normativa del Plan Especial así como por las características urbanísticas y su desarrollo histórico. La Intervención Arqueológica Preventiva se planteó según el proyecto: 1º- La apertura, con medios manuales, de un corte estratigráfico, de 5 por 5 m., situado en una zona centrada del solar, separado a una distancia de seguridad de 3 m con respecto al muro medianero del edificio colindante y de las fachadas de la calle Zamoranos, calle Herrera y calle Marinaleda, hasta agotar los niveles antrópicos.

2º- Posteriormente, y ante los resultados obtenidos del sondeo, se acordó proceder a la vigilancia arqueológica al inicio de las obras.

La cota absoluta de referencia se estableció en la acera de la calle Calzada, en el cruce con la calle Espada, a la altura del número 36, situado a una cota de 99.65 m.s.n.m.. A partir de ésta, el punto 0 general de la intervención se situó en 101.41 m.s.n.m.

DESCRIPCIÓN DE LOS RESTOS HALLADOS La Actividad Arqueológica Preventiva

Los datos aportados por la A.A.P. nos han permitido documentar varias fases de ocupación del solar, así como sus diferentes cotas históricas y el uso dado en cada momento.

Podemos establecer, tras el análisis de la documentación aportada por la excavación, una secuencia histórica que se inicia en un momento avanzado del periodo mudéjar y llega hasta la actualidad, sin poder hablar de un uso doméstico de la parcela hasta el s. XIX. - Fase I. Mudéjar s. XIV - XV

UU.EE. 33, 35, 36, 37, 38, 40.

Cota histórica: 98’75 m.s.n.m.

Se documentan las primeras acciones antrópicas sobre la parcela, incidiendo directamente sobre el firme natural. Aún no se puede hablar de urbanización, ni de ocupación habitacional, sino de un uso temporal de la zona para estabular ganado caballar. Sobre la capa de estiércol se detecta la colmatación del espacio con capas de vertidos, de formación lenta y continuada. Estas capas probablemente tengan relación con la existencia de algún alfar en el entorno, ya que se documentan desechos de horno.

- Fase II. Moderna. s. XVII

UU.EE. 20, 21, 30, 31, 32.

Cota histórica: 99’68 m.s.n.m.

Tras un hiatus, señalado por la ausencia de materiales cerámicos propios del s. XVI, continúa la colmatación del solar con capas de vertidos fundamentalmente de carácter doméstico, sin que se detecten elementos estructurales asociados a esta fase. Destaca la aparición de algunos desechos de alfar.

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- Fase III. Contemporánea. s. XVIII

UU.EE. 17, 22, 23, 24, 25, 26, 39, 43, 45, 46.

Cota histórica: 100’86 m.s.n.m.

Es a partir de este momento cuando empezamos a documentar una ocupación con acciones constructivas dentro de la parcela determinadas por elementos estructurales horizontales y verticales. Se trata de un pavimento de cantos rodados y ladrillo fragmentado que cubre la estancia abierta situado entre dos muros del primer expediente constructivo documentado en el solar (Figura2) - Fase IV. Contemporánea. s. XIX

UU.EE. 13, 14, 15, 16,18.

Cota histórica: Desaparecida.

En este momento se detecta la construcción de un gran pozo negro y una atarjea asociada es éste, que arrasa parcialmente os elementos estructurales de la fase anterior.

- Fase V. Contemporánea. s. XX

UU.EE. 1-12, 19, 27, 28, 29, 41, 42, 44.

Cota histórica: 101’13 m.s.n.m.

Asistimos a un nuevo proceso constructivo que se corresponde al arrasamiento y amortización de las fases anteriores. Toda la superficie se nivela con la creación de pequeñas estancias con pavimentación de cemento, asociadas a infraestructuras de saneamiento y canalización de agua.

La Vigilancia Arqueológica Para la Vigilancia Arqueológica, la metodología estuvo condicionada, tanto por la ubicación y fácil acceso a la parcela, como por las obras de nueva planta proyectadas, que preveían la realización de un sótano cuya cota de base ha sido de – 4.60 m. bajo la rasante de la calle Marinaleda.

Los trabajos se realizaron durante la última semana de junio de 2006. Dada que la única medianera existente en el solar era de reciente construcción, el desarrollo del vaciado del solar no se hizo mediante bataches, sino en un único proceso de vaciado mediante pala retroexcavadora, dejando sólo un margen de un metro de tierra en la medianera.

La cota de rebaje máxima quedó situada a 96.85 m.s.n.m., por debajo del nivel freático situado a 97.45 m.s.n.m.

Podemos establecer, que la documentación aportada por la vigilancia arqueológica corrobora las conclusiones obtenidas en la Intervención Arqueológica, registrando una secuencia histórica que se inicia en un momento avanzado del periodo mudéjar y llega hasta la actualidad, sin que hubiera un uso doméstico del solar hasta principios el s. XIX. Sobre las capas estériles, formadas por arcillas grisáceas y paquetes de arenas amarillentas, y con techo sobre los 98,65 m.s.n.m., se sitúan los primeros depósitos antrópicos fechados en un momento avanzado del período mudéjar. Los vertidos de este período forman una gran capa horizontal, de aproximadamente un metro de potencia, que se registra en todo el solar.

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A partir de aproximadamente, 99,70 m.s.n.m., registramos en la mitad norte de la parcela, una potente capa de vertidos del s. XVII que se había ido depositando sobre aquellos generados en época mudéjar. Sobre esta capa incidieron de manera negativa las interfacies correspondientes a pozos de agua y cimentaciones (alguna ya detectada en la cuadrícula) de las primeras edificaciones registradas en el solar a principios del s. XIX. Durante la vigilancia arqueológica hemos podido constatar que, en la mitad sur de la parcela, esta capa formada por vertidos del s. XVII había sido arrasada al edificar la vivienda del s. XIX. Esta acción se debió, no sólo a la concentración de un mayor número de cimentaciones, dado que aquí se centraba la vivienda propiamente dicha con fachada a la calle Zamoranos, sino al hecho de que se había realizado un potente rebaje en toda la zona para la instalación de una serie de grandes tinajas de aceite. Una vez instaladas las tinajas, de 1,65 m por 0,80 m de diámetro máximo, se rellenó todo el espacio con una especie de “losa” realizada con mortero de cal y tierra, de características muy similares al empleado en las cimentaciones de la vivienda del s. XIX.

Un nuevo proceso constructivo, correspondiente al s. XX, dio lugar al arrasamiento de las bocas de las tinajas y a la amortización definitiva de éstas. Toda la superficie de la vivienda se nivela con nuevas pavimentaciones asociadas infraestructuras de saneamiento modernas y canalizaciones de agua.

CONCLUSIONES El solar objeto del presente trabajo se encuentra enclavado en el sector noroeste de la ciudad en los alrededores de la Plaza de Colón.

Se trata de un espacio extramuros de la cerca almohade y que se urbaniza a partir del siglo XV en torno a la construcción del convento de San Agustín. La zona se constituye, por tanto, como un espacio asociado a la fundación del convento que genera, o fomenta, en el entorno actividades agropecuarias y artesanales, además del espacio propio del convento, dedicado fundamentalmente a hazas de labor y huertas (Caldero 1984).

A pesar de que en varias intervenciones preventivas llevadas a cabo en el entorno de la parcela habían aparecido restos romanos (Romero 2001; Doreste 2004), los niveles arqueológicos más antiguos documentados en el proceso de excavación y durante la vigilancia arqueológica de la calle Zamoranos nos sitúan a finales del s. XIV o a principios del s. XV. Se constata, por tanto, la misma pauta que se viene observando en otros solares ubicados en esta zona de la ciudad (Martín Muñoz 2001; Romero 2005). Esta cronología se encuentra avalada por la cerámica asociada los primeros niveles de vertidos que se acumularon sobre el firme natural.

Según se deduce de varios fragmentos de cerámica (1), como importaciones de Manises de tipo “Pula”, hacia finales del s. XIV o principios del s. XV (Lamina.I) se producen las primeras acciones antrópicas sobre la parcela, incidiendo directamente sobre el firme natural. Para estos momentos, aún no hay constancia de una urbanización del solar, ya que no hay niveles de habitación, sino que se le da un uso temporal para estabulación ganado caballar. Sobre el firme natural se documentó una capa de estiércol (UE 38), compactada y horizontal, de unos 10 cm de grosor, en el que no aparecían materiales cerámicos sino orgánicos, tales como fragmentos de cuero trabajado, cordel, tablillas de madera, etc (Lamina. II).

Lamina I. Cerámica de importación de la UE 37.

Lamina II. Materiales orgánicos de la UE 38.

A continuación, sobre este nivel, se detectó la formación de capas de vertidos y de deposiciones lentas, que sugieren un uso prolongado del solar como zona de vertedero asociado a las actividades artesanales y domésticas de la collación. Entre las capas de vertidos, formados por materiales constructivos y cerámicas que van colmatando la zona (UUEE 33, 36, 40), se intercalan capas de cenizas y materia orgánica quemada (UE 32, 35). El material cerámico que se encuentra asociado a estos niveles, se puede agrupar en dos clases de producciones distintas. Por un lado, se encuentran los productos importados de Levante que constituyen la vajilla de mesa. Entre ésta, destacan piezas de loza azul de Paterna y loza dorada de Maníses, que en ocasiones ofrecen decoración floral o letras góticas en azul. Por otro lado, se encuentran las producciones locales, caracterizadas por la cerámica típica del repertorio mudéjar. En estas producciones, abundan los cuencos de carena, melados y con vedrío verde, o con cubierta blanca, además de escudillas, jarros melados, etc. En cuanto a la cerámica de almacenamiento, se presenta en formas como lebrillos, bacines, morteros y macetas. Entre los elementos cerámicos que corresponden a producciones locales, se encuentran varios fragmentos de piezas defectuosas y bizcochos sin vidriar, lo que indicaría la existencia de algún alfar en las inmediaciones del solar. No faltan testimonios, tanto arqueológicos como historiográficos, que avalan estas actividades en el entorno. En la intervención arqueológica en la calle Rosales, nº 13, se documentó el horno de un alfar que estuvo en actividad durante los siglos XIV y XV (Romero 2005). Para el s. XVI, se tiene ya constancia escrita de la existencia de la calle Caleros, así como la calle Horno de las Lozas (Martín Ojeda 1990), nombres que aluden a las actividades industriales que se desarrollan en el entorno del solar.

Tras un hiatus, señalado por la ausencia de materiales cerámicos propios del s. XVI, al menos en la zona intervenida, continuó el proceso de colmatación en el solar, registrándose capas de vertidos (UUEE 20, 21, 30-32) que adquieren ahora un carácter más doméstico ya que comienza a aparecer restos de cocina, como huesos de fauna y malacofauna. Aún no se detectan elementos estructura-

les asociados a esta fase. Entre las formas cerámicas registradas en estos niveles, se encuentran distintos elementos de vajilla de mesa del siglo XVII formada por producciones de loza blanca, platos y escudillas, y jarras vidriadas (Lamina.III). Destaca el hallazgo de dos jarritas, o aceiteras, que se encontraron juntos inmediatamente bajo un pavimento de cantos (UE 17). Por otro lado, resulta interesante la presencia de desechos de alfar y atifles, lo que indicaría la continuidad de la actividad alfarera en la zona durante el siglo XVII, tal como ya se documentó en la mencionada calle Lozas y Avda. de los Emigrantes (Romero 2002).

Es a partir de finales del s. XVIII o principios del s. XIX cuando empezamos a documentar acciones constructivas dentro de la parcela. Sin duda, esta actividad constructiva hay que relacionarlo con el proceso continuado de decadencia que se estaba produciendo en el convento de San Agustín a fines del siglo XVIII y que acabaría con la exclaustración definitiva de los monjes en 1835 (García León 1992).

En la cuadrícula abierta durante la actividad arqueológica, se documentó parte de la vivienda edificada en estos momentos, hallándose varias cimentaciones (UUEE 24, 26) en relación con restos de un pavimento de cantos rodados y ladrillos (UE 17) que cubría un espacio abierto o patio situado en la zona trasera de la vivienda.

Durante la vigilancia arqueológica, se documentaron en la zona inmediata a la calle Zamoranos, el resto de las cimentaciones de la vivienda del s. XIX, además de un conjunto de tinajas de almacenamiento enterradas en el suelo, como puede darse en viviendas de estos momentos.

En el XX se reorganiza sobre todo la mitad trasera de la vivienda, anulando el patio original que queda reducido a un mero pasillo entre varias estancias (UUEE 4-6, 10, 28) que ya corresponden a la vivienda que ocupó la parcela hasta su derribo producido en el 2005.

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Lamina III. Materiales de la UE 20.

NOTAS

1. Agradecemos a Pilar Lafuente los datos aportados sobre los materiales cerámicos de la excavación.

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