I Pregón de Feria (Fco. Aguilar Hidalgo)

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1 PREGÓN DE FERIA ECIJA, MAYO DE 1986

Don Francisco Aguilar Hidalgo

CELEBRADO EN EL CASINO DE ARTESANOS EN EL MES DE MAYO.



PRESENTACiÓN Señoras. Señores: muy buenos días. Con la brillante actuación de la Agrupación Musical Ecijana, abrimos este Primer Pregón de Feria. Agradezco la desinteresada colaboración de la Agrupación Musical de la Peña Flamenca Ecijana al cedernos su grupo de bailes y al grupo de rumbas y sevillanas de los del Valle, que actuarán cerrando este acto, así como a la Delegación de cultura de este Ayuntamiento. y ahora os vaya dejar con nuestro amigo Francisco Aguilar. No sé qué puedo decir de Paco, tan conocido por todos. Es un hombre de una capacidad intelectual sobresaliente. Es del Cristo de Confalón; es taurino; es poeta sencillo, honesto y amigo. Creo, desde mi modesta opinión,

reúne todas las condiciones

para

catalogarlo de un hombre Bien. Estoy seguro se va a entregar por completo esta mañana, y que va a transmitir

a esta sala ese sentimiento

que él deposita en todo lo referente a

nuestra Ecija, sus cosas y su gente. Ya sin más, doy paso a este Primer Pregón de Feria, que espero sea continuado en lo sucesivo. Adelante, Poli. Un abrazo.



PREGÓN

Excelentísimo Señor .... Dignísimas autoridades.

Señores académicos de la de Bellas Artes y

Buenas Letras, Luís Vélez de Guevara. Señores

presidentes

de

Asociaciones

Culturales,

Deportivas

y

Recreativas de Ecija. Señores Socios del Casino de Artesanos; Señoras, Señores. Queridos amigos: Os quiero dar a todos mi más cordial bienvenida y agradeceros vuestra asistencia a este acto. Deseo expresar mi gratitud al presentador de este acto, Don Manuel Díaz Gómez, Presidente de este Casino de Artesanos, por las palabras de elogio que ha tenido momento

para conmigo en su presentación y que en ningún

merezco, y que son únicamente nacidas bajo la mirada suave y

cariñosa de esa estrecha amistad que nos une y, eso sí, dignas del mejor elogio por su sapiencia cultural y su sabia oratoria. Pero en este día, quiero que este agradecimiento

a mi querido amigo

Manolo, sea aún mayor. Primero, por la deferencia que ha tenido con mi modesta persona al elegirme pregonero de esta Feria de Mayo ecijana, y segundo, en mi calidad de socio de este Casino, tanto a él, como a su grupo Directivo, por la extraordinaria

labor que están realizando al frente de esta

entidad centenaria, orgullo de toda Ecija y que encierra en sus muros la historia de toda una cultura astigitana. Enhorabuena de todo corazón a todo el órgano directivo de esta sede; los que trabajando día a día, lográis conducir a puerto feliz la nave de vuestras esperanzas.


Nos hemos reunido

hoy aquí, en este bellísimo Salón cargado de

historia, para hablar de nuestra Feria de Mayo. Para pregonar las alabanzas de gloria y de fiestas que un año más, se nos presenta coqueteante, soñadora, luminosa, ardiente, llena de vida y color, -cual feliz primavera enamorada-, que establece por cuatro días consecutivos, cuatro jornadas en este Edén soñado: el vivo retrato de la belleza, la gracia, el arte, el señorío, y el talle de los mejores toreros, el cante grande, el baile más sentío y las mocitas más guapas de toíta nuestra Andalucía. Estas mocitas ecijanas que lucen claveles tricolores,

que conjuntan el

rojo vivo de las amapolas, el oro de los trigales y el moreno Sol de su Cielo. Que hacen hasta llorar de celos a la Luna, a la mismísima orilla de su río, este Genil de nuestros amores, que de Graná, viene preñao de menta y azahar. Que es espejo y sombra de los más preciosos metales, blanco de estrella, faro de enamorados y alma viva que encarna el sentimiento de su suelo. Apenas han pasado unos días, cuando Ecija, ha sentido en sus carnes su Semana de Pasión. Abril ha reglado una vez más las tan ansiadas lluvias a nuestros campos. Las amapolas se divierten jugueteando

en los trigales, y

estos a su vez se van recubriendo de oro, poquito a poco, paso a paso, en un desafío noble con el templado aire del Sur. La brisa suave y cristalina, acaricia y peina el praderío. Los girasoles, comienzan a destellear el aliento de sus flores amarillentas. En el rosal reina la alegría: todo es aroma y color. La hoja de morera babucea su fruto. Los niños juguetean con la margarita de la suerte. Los balcones son mantones bordados de flores multicolores. Ríen los arriates y las fuentes surtidores y el Maná del paraíso de su plaza, se engallan orgullosas de su reino. Todo es presagio de amor, de alegría, de fiesta, que van a despertar a estos primeros días en que Mayo, el Mes de María Santísima, acaba de ver su luz. Los potrillos corretean por los campos. El pájaro vive sin temor, jugando con sus crías. Los poetas sueñan. El agua es más azul. La cal blanca blanquísima hermosea las fachadas de nuestras casas. Las modistas dan los últimos retoques a los vestidos. Un rosario de luces se hermanan en las calles principales.


Carteles anunciadores momento

animan

las ilusiones.

Algo va a empezar

de un

la Ecija flamenca,

la Ecija

a otro V, Ecija, la mocita blanca V morena,

de los Joselitos Guitierrez,

Quico Peña, Alfonsito.

Esa Ecija hecha arte duende

V poesía que suena día a día:

Porque Ecija sigue soñando con sus campanas al aire, un abanico de rosas que es pórtico en la tarde, han prendido

un mar de lunas

entre peinetas V volantes.

Un potrillo

que trota

en la pradera gigante también

sueña con la luna

bostezando

con el aire.

El viejo alazán galopa engallado V desafiante lleva rizos en el pelo con alamares de encaje.

Es capitán celeste del cielo azul de su tarde V un viento de amapolas va corneando

su talle.

A su grupa una niña de pelo negro y gran semblante es manantial

de la feria

posada del caminante que va secando su alma con el vinillo y el baile.


La tarde se va ocultando entre montañas

y valles

el pueblo ecijano siente el hervido de su sangre.

Una marea de alegría se divierte

con el baile

y las castañuelas en el campanario

repican del arte.

Cuando la madrugada

se acerca

entre churros y chocolate

las sevillanas se duermen entre compases de cantes. Un viento de Soleares confundido con sus carnes quiere ofrecer a la Luna su más sincero homenaje. iA orillas del Genilllega el señorito del parque! Una guitarra abatida por el sudor de la tarde rompe primas y bordones

y por seguirilla se abre. Cuando las dianas florecen con pasodobles de calles el aguardiente secuestra los gusanillos del cante.


El barrio de la Victoria Cofa lanero y baluarte borda un quite luminoso con hilo de mil romances.

y la plaza de Colón gitana de pura sangre luce aromas caprichosos en el quejío de su cante.

Allá en el Puente enredado

en fresca yedra

dos ojos verdes brillan con luz de plata bajo su cielo celeste.

y el picaero, mirador milenario se siente pregonero de una mocita morena que luce su pelo. El barrio de San Benito se une con el del Carmen y la torre de San Juan caracolea en el aire invitando a la de Santa María a la corría de la tarde. El Cristo de la Salud el del amor más intenso orando está en su capilla un loado Padre Nuestro.


Dos madres ecijanas también rezan en silencio con un rosario de velas de dolor y sufrimiento. y dos toreros muy hombres, dos ecijanos recios como corceles del Cielo mueven alas de verónica de naturales y de pecho. Uno es Antonio Ramón Jiménez el otro, Pepe Luís Vargas. Dos toreros punteros llenos de arte y de gracia. Dos giraldillas flamencos, dos romances de oro viejo, dos hermanos costaleros que sufren la trabajadera del peso del torero, y levantan con gallardía las torres de su pueblo, llevándolos con el orgullo de sus dos grandes maestros. Cuando torea de capa Bartola ... cuando entra a matar Jaime ... las fuentes lloran alegres y ríen los arriates. Hasta en la Ermita la Virgen, nuestra Patrona del Valle se ha vestido de mantilla con peinetas y volantes y preside la corría en el calor de la tarde.


Cuando las rejas son besos en madrugadas

amantes

Ecija sigue soñando con sus campanas al aire.

Por unos momentos,

pasamos a recordar

la historia

de nuestra querida

Feria de Mayo.

Es en 1.274, cuando por Real Privilegio del Rey Don Alfonso X El Sabio, se creó la tradicional

feria astigitana

Posteriormente,

de San Mateo en el mes de Septiembre.

por otro privilegio,

y este de Su Majestad

Don Alfonso XI,

se traslada la Feria de San Mateo al mes de Mayo, y cuando se crea la feria de Córdoba, el pueblo ecijano recurre en súplica al Rey Enrique 111,para que fuera trasladada

la feria al mes de Septiembre,

siendo concedida

dicha súplica el

mes de Enero de 1.394.

Ya posteriormente,

en 8 de Septiembre de 1.652, el Rey Felipe IV, concedió

por otro privilegio y con el nombre de San Mateo la actual feria Septembrina, y desde entonces vienen celebrándose en nuestra ciudad las dos ferias: en Mayo y en Septiembre. En principio las dos ferias eran únicamente centro de mercado, donde de los distintos pueblos de la comarca y otros lugares, se desplazaban los viajeros con ganado y artículos propios de labranza; amén de cereales, leguminosas, etc., que serían tratados en compra-venta. Los enseres serían colocados en la trayectoria que comprende las calles, Ancha, Carreras, Colón y calle Mayor. Y el ganado ocuparía las explanadas de la Barriada del Valle. Es a mediados del siglo XIX, cuando en terrenos situados a espaldas del Hospital de San Sebastián, se instalan los primeros aparatos de feria, de


fabricación

manual, sin motor, que servirán para pasear a los hijos de los

feriantes que acudían con sus padres, mientras estos hacían sus tratos. Con la inauguración en 1912 de la Avenida Miguel de Cervantes, gracias a las álgidas gestiones del por entonces alcalde de nuestra Ciudad, Don Felipe Encinas, las ferias, tanto de Mayo como de Septiembre, se divide en tres partes. El ganado queda en el Valle. Los enseres quedarían donde siempre, en la calle Mayor,

Colón, Carreras, Puerta Cerrada y Ancha, y los aparatos

mecánicos quedarían ubicados en el Cerro de la Pólvora.

PASEMOS A LA ACTUALIDAD La feria astigitana de Mayo, está a punto de dar comienzo. El sueño bendito, sueño feliz, se va a ver hecho realidad de un momento a otro. De todos los lugares de nuestra geografía, van llegando poco a poco, caravanas de mujeres, hombres y chiquillos, que portan sobre su equipaje el arte inconfundible

que va a hacer reír y llorar a todo un pueblo que espera

impaciente. El babi infantil, tan ansiado por los niños, se está montando en esa calle del Infierno, que durante cuatro días consecutivos va a lanzar sonidos de alegría. También van llegando poco a poco, el tren de la bruja; el torbellino,

la

pista de coches, los caballitos que suben y bajan, las casetas de tiro, la tómbola, el juego, el miedo, la fantasía y un sinfín de aparatos con ritmos acelerados que van a ser protagonistas directos de esta feria, que un año más ha traído la ilusión y la alegría a todo un pueblo.


El circo está dando los últimos

retoques

y los niños ecijanos no cesan de

andar a su alrededor para admirar con verdaderos deseos la realidad de sus sueños. Al otro extremo de la ciudad, junto a la Ermita del Valle, también van llegando poco a poco, un rosario de hombres, mujeres y chiquillos, que no traen carruajes mecánicos, ni aparatos feriales. Ellos son los gitanos errantes. Aquellos de esa raza diferente que caminan sin cesar por veredas celestes y acampan a la luz de la luna, con el sólo abrigo de las estrellas. Y han venido un año más, para ser testigos directos en la compra y venta del ganado. No falta entre ellos la chivata en la mano, el cigarrillo a medio encender, el sombrero de ala ancha, o la gorrilla torera. Con ellos llegan la "buena ventura", el ofrecimiento del clavel, el timo y la gracia. Con ellos se empieza a oler la feria: y dorando ríos y arroyos entre juncos y retamas por cañadas y veredas el pueblo gitano baja. Gitanito, pueblo gitano, de ritos y caravanas el abrigo de las estrellas tienes sólo como manta. Venturas nuevas nos traen cartas de amor prendío impronta gracia que tima hasta el mimbre de los ríos. Los arcos de los puentes saben de tus pesares, la Luna lloró tu pena en los espejos del cante.


El rojo de los claveles se pavonea en tu cara y como oro en lentejuela brilla al viento tu mirada.

Gitanito,

pueblo gitano

de ritos y caravanas.

La feria en ti es talismán que te regalara el alba a la orill ita de u n río cuando hacías tus canastas.

El Salón, nuestra querida y bonita plaza principal, decorados

para

proseguir

después

a lo largo

va a ser exornada

de toda

la calle

con

Miguel

de

Cervantes. Son como palios de oro repujados dando notas de luz en pentagrama permanente

del amor sincero,

seguidos de filas de guirnaldas,

del IRIS, del escenario

donde

que van

loado por el ángel

miles y miles de ecijanos

hicieron

sus

promesas de lazos eternos. y así, a lo largo distribuyéndose brillen

de esta

estos dibujos

de luz, al igual

verdaderas

mensajeras

que

hermosa caprichosos

las torres

avenida

y por todo

el Real, irán

para que en sus noches feriales, morenas

de Ecija lo hacen

de la fiesta que reina. Una fiesta que, anteponiéndola

hasta las décadas de los años 40 y 50, se vivía con el mismo entusiasmo, misma

alegría

como

de hoy; con la salvedad

de que no existía

con la

aún en nuestro


pueblo, el movimiento una, con el ambiente

general de nuestras casetas feriales, y colorido

agrupadas

una a

que hoy se respira.

En cambio por esas fechas, la feria tenía su sabor, y "grande". En sus vísperas, el labrador

acomodado

de sus tiros de jacas, y del guadarnés

mandaba

van saliendo

lustrar las guarniciones

el borlaje y los collares de

alegres cascabeles.

El desbravador

daba los últimos

que habrán de ser enganchadas

paseos en sus coches a las jacas alazanas,

en tiros de cinco, y otros hacen cabriolas

en

los caballos que han de servir para montar. y

mientras

circulaban

instalaban

los

primeros

puestos

de

feria,

los gitanitos

por la ciudad con sus anchos paveros y negros tufos.

y el vendedor de corbatas llega. y el de globitos, y el de claveles, y en Cañato se van instalando los artículos de loza, y las calles Ancha y Carreras, los espartos y puestos de cebollas interceptan las aceras. En Puerta Cerrá, carros y carros llegan de Constantina y otros pueblos, descargando madera, mientras el pianillo de manubrio deja oír sus alegres sevillanas por las calles y plazas con su desgarrado aire chulón, y parece que estos días, quiere desplazar castizo el ruido de los altavoces de radio, su gran enemigo del siglo. Los bares y tabernas limpian mesas y sillas, pintando sus anaquelerías y hacen reposiciones de bebidas. Mientras el Hotel Comercio, el Central y las fondas, habilitan camas en los sitios más inverosímiles de la casa. El Teatro inaugura sus puertas como es tradicional, con una compañía de comedias o zarzuelas. El cartel de toros pone notas de color y alegría en los establecimientos, que en estos días le dedican el mejor sitio. Grandes piaras de ganado irán pasando por nuestras calle camino de las puertas de la Doma, para ser tratados en compra-venta; yen el recinto cuartel de la Doma, se irán colocando las vallas y adecentando carrera de galgos y el Concurso Hípico.

las pistas para la


Son tiempos que Ecija vive en sus carnes: las genialidades de la gracia de Rafael el Cordelero, Copete, Culo Seco, el Breva, Salvatierra, el Cantina; las famosas tajás del Chato La Campanera, el pregonar del Panga, la persecución juvenil al Mil pesetas, las colas de agua en las fuentes, las pipas del Tío Manué, las peleas de gallo en el Pajar y, cómo no, la pasión que despiertan las recientes figuras del toreo, Bartola y Jaime. y en estas vísperas feriales de años atrás, llega un año más el Gran Porcelana, con su tradicional repertorio de moscas. La trompeta y los quintos de Cañada Rosal y la Luisiana. Mientras, en Casa Perea y en la Grillera de Puerta Cerrá, en casa de Pepita, en la Cintería y en La Perla de Puerta Palma, se dejan oír una y otra vez, acompañadas por el gran guitarrista Reverte, las voces flamencas de un rosario de cantaores ecijanos y otros que llegan de otros pueblos, destacando con gran relieve las de los Pachón, Ciego de la Solita, Manolo Barceló, Pablo Rosa, el Cuacua y Enrique el Gandinga, quien fuera preso de una prematura ida hacia los Cielos, y al que inmortalizará el gran artista ecijano Antonio Jiménez Torres en estos versos:

Mi amigo Enrique el Gandinga el que cantaba flamenco murió en la primavera como una flor en el huerto que no lo regó la vida ni la cuidó el jardinero. Te recuerdo una madrugada ya muy lejana en el tiempo tú, sólo, con tu cante bueno emborrachado de duendes despeinado, casi muerto, con dos ojeras profundas y con tu voz de oro viejo cantar las penas de tu alma tan dispuestas a salirse de tu cuerpo.


Una madrugada antigua de aguardiente, bronca y celo. "Ay" soleá del Gandinga tres "ays" caen por el suelo, levantando hasta las piedras arrastrando sus lamentos. Soleá del Gandinga que penas de tu recuerdo. Moriste en la primavera como aquella flor del Huerto que no la regó la vida ni la cuidó el jardinero.

PERO ... VOLVAMOS

A LA ACTUALIDAD

De nuevo, pasemos a la actualidad de hoy. Al igual que van instalando la calle del Infierno, el pueblo ecijano va preparando sus casetas. Multitud

de farolillos y cadenetas entre todos, y guirnaldas de luz, van a

ser techo permanente que cobije a miles de almas. Así los pescadores han salido de su local Social y se agrupan en su hermosísima caseta, que exornaron con cuadros y motivos del deporte de sus amores. Allí estarán

Eliseo Garrido,

Fernando

Martinez,

Agapito,

Parejo, y

muchísimos más en la excursión feliz del concurso anual de su feria. (El bueno de Pepe Trigo estará pescando en los ríos celestes, junto al Padre Celestial y rodeado de ángeles que le harán de barbos, de carpas y de bogas largamente)


La Peña taurina

Pepe Luís Vargas en sus mismos umbrales,

caseta capotes de brega y carteles

de toros

lucirá en su

con vivas y saludos a su torero;

donde un año más, los Riego, Godoy, Salvador López, entre otros, han hecho posible,

gracias

a su trabajo

incansable

día y noche

en apoyo

constante,

instalar su bellísima caseta.

y frente a esta, la caseta de la TEU, la de los Transportistas,

II10s héroes de

la carretera", en su amplísima caseta vivirán sus momentos más felices. El Parque está totalmente espectáculo. y frente

engalanado ya punto está de ofrecer su mejor

a este, por el ala derecho del mismo, veremos las

grandes casetas futboleras,

que representarán

un año más las aficiones del

Real Betis Balompié y Sevilla C. F. entre una lluvia de colores blanquiverdes y rojiblancos, respectivamente. Junto a estas, también la Hermandad del Rocío se agrupa en su caseta, con sus estandartes de alforjas camperas llenas de vivas a su Blanca Paloma; y entre copita y copita, soñarán con caminos de jara y romero y del Simpecado de sus oraciones, con ese cantico constante por sevillanas, que le dedican en todo momento a su Virgen Marismeña. Más adelante, las ilusiones de una juventud arrolladora harán posible una vez más, la instalación de las casetas del CHARNAQUE y el PATIO de mi casa, que darán colorido de belleza y simpatía en todo momento al Real. y frente al Campo de Futbol, el Estadio de San Pablo ecijano, el nombre de una caseta que eriza los corazones a todo el pueblo que está deseoso de entrar en ella. En su portada, una guitarra hace de emblema. Es la caseta de la Peña Cultural Flamenca, donde se canta y se baila con aires diferentes. Donde el vino es más suave y donde la alegría se hace más grande, como así dicen estas letras de cante: Caseta, caseta mía, novia eres de los ecijanos, jardín de la alegría.


o esta otra

que dice: Toitas las penas se quitan cuando estoy a tu vera; una copa de tu vino es manantial de soleta.

O, esta última: Reina eres de la feria, el cante, te coronó. La guitarra fue testigo y hasta el baile te adoró.

Permitir al pregonero, que entre dentro de su caseta, que saboree el hechizo de su arte y que suele en poesía con toros y cantes en mi Ecija soñada, como bien dice este poema: Furia hay entre los ríos Genil y Darro. Graná en medio Sangre y Barro. Gitanos y payos, Moros y Cristianos. Albaicín, Juez Supremo Tribunal de aguas en duelo Faro altivo y frío que embruja llanto y silencio.


Erizado entre olivares el Guadalquivir peinándose

celos tiene

está en la plaza

como gallo desafiante que sabe a vino y a cante

"a poesía y toreo grande", y enduendao en la luna se desposa con el aire. El Sol, talismán flamenco gitano de pura sangre rompe primas y bordones en el calor de la tarde. La noche ebria de luna se divierte con su baile. Un abanico de estrellas se divorcia con el aire. Lanzan rejones al agua, están corneando al cante como facas afiladas como acuños vibrantes, aguas del Genil templadas sollozando y sollozantes, besando están a la aurora como se besan los amantes. Con besos de boca a boca comiéndose como salvajes, llenos de amor silvestre como la ceborrancha nace que sólo puede entender quien lleva el cante en su sangre.


Un negro toro zaino de la campiña arrogante está corneando

a los lucios

del espejo azul de su tarde, confundido

con la luna

lleno de celos de sangre.

Un torerillo

en cigüeña

que prende pañales grandes entre torres y campanas por seguirillas se abre.

y entre canastos de mimbre, entre castañuelas y bailes va despertando

panderos

bulerías y soleares.

Una nube de guitarras hace reír hasta el aire. Como lloran los flamencos cuando su risa es penetrante en el fuego de su alma como la amapola en el Valle.

El niño flamenco

"ecijano grande"

es arpa de pentagramas del libro de los cantares que preñó entre dos ríos llenos de barro y de sangre.


La feria, taurinos

a punto

está de abrir el telón.

Es la víspera, y en los corrillos

se está palpando el ambiente.

Los carteles

son comentados

por los aficionados

entre copita y copita, en casa Ramón de la Victoria; el Casino de Artesanos, Ya en el Circulo entradas.

Taurino

en el Pelón, La Raspa, en

acaban de instalar

sorteo se hace mañana. "Hace un tiempo esta también".

estas y muchísimas

interés

Casimiro, etc.

Allí un grupo de buenos aficionados

suspenderá

con verdadero

El cartel

las taquillas

está saboreando

estupendo",

de venta

de

la fiesta:

...EI

mira que si llueve, "se

para Ecija no puede ser mejor ... Frases

más, no cesarán

de repetirse,

hasta

que suenen

los

clarines de las cinco de la tarde. A Casa Pirula han llegado ya los toreros. van a ser comentados

Hay dos coches de cuadrillas

que

por todo el pueblo en breves minutos.

Pasan unas horas, la noche llega una vez más, cuando el Sol se oculta en la montaña:

se ha ido un día más a descansar,

fina, va a ser espectadora

Pero la noche

y la Luna Novia, Señora suave y

principal de la inauguración

no es aun todavía

del alumbrado.

noche de feria.

Sigue siendo

víspera,

antesala de luz que propaga y pregona el mejor de los carteles, que poquito poco irán despertando que nos trae Banda

la nueva de los ricos

Municipal

Gordillo.

Yesos

verdaderamente

a la aurora. Una aurora que amanece radiante compases

de Ecija, que dirige pasodobles

populares;

el genial

musicales y siempre

esas alegres

las que cortan la cinta de apertura

a

y feliz y

de esa magnífica artista

Maestro

dianas floreadas,

son

ferial.

Es con música como empieza una fiesta y con ella la alegría.

Alegría de miles de chiquillos

que han despertado

volantes y lunares, de faldas rocieras, de castañuelas, chaquetillas chorreras.

y fajines toreros,

junto

Todos ellos planchaitos

a sombreros

de su sueño, al laito de peinetas, votos de caña,

de ala ancha y camisas de

con todo el esmero

y mimo del amor de

madre que está deseosa de decirles a sus hijos los mejores las fuerzas de su corazón.

piropos con todas

Y al paso por las calles, oirán una y otra vez: i qué

guapa va! Y él, él no queda atrás.

ívan de durce!


Esta es la feria. Así empieza la feria de Mayo ecijana: dorada por el albero andaluz de su suelo, que a las doce de la mañana, va a ser juez del sorteo de 105 toros

a lidiar en la tarde.

El sombrero

de ala-ancha va a decidir la suerte. Allá en la Plaza, los

aficionados comentan el tipo de cada toro: el cárdeno es más bonito -dice uno-. Pues a mí me gusta más el castaño. No ves que pitones tiene este? Este pesa más de quinientos kilos. El lote acaba de hacerse, y los peones de confianza de los tres matadores, por orden de antigüedad, o de cartel, mete la mano para sacar su papelito (Todo ello con la parsimonia de un antiguo rito). Allá en el hotel, los matadores esperan impacientes

la llegada de los

primeros emisarios que, uno a uno, le irán diciendo: "es preciosa": [que corría más pareja! Los tuyos son más cómodos ívamos a formar un lio! y el mataor, queriendo serenar sus nervios, pregunta ¿qué pelo tienen? Es solamente lo que va a conseguir enterarse, y por ahí podrá cavilar largamente, y la suerte está echada en la plaza. Doce puñaladas brillan en la oscuridad de los chiqueros. Tres matadores en cartel. Son tres plegarias, tres amores, tres penas, tres sentimientos,

tres

esperanzas, tres luceros, tres versos, tres velas encendidas, tres estrellas de suerte, tres cantes diferentes que huelen a gloria y a muerte; y la Sevillana ecijana canta: De cal radia la Plaza, de oro reluce el albero, de sol se llena la feria a los acordes toreros. Un vuelo de campanas lanza vientos de alegría que repican la gloria y el arte de Andalucía.


Allá en el Real, la feria suena con más fuerza. lanzado

sus bocinas

arranca

al ánimo

con el ímpetu

juvenil

a adquirir

arrollador

La calle del Infierno

de sus amplificadores,

los tiquet

de viajes

ha que

de los aparatos

mecánicos. Al otro saborea

lado de la feria,

las casetas se ven repletas

el vino de su sol andaluz,

entre

compases

de un gentío

que

de bailes y cantes

por

sevillanas. En las calles, un desfile de jinetes y amazonas, de sus jacas, que mostrarán campero

de

incansablemente flamencas

su

tierra. bailarán

escenario

el ferial a lomos

en sus paseos, la gracia y el señorío del galopar Y

cada

caseta

tiene

su

una y otra vez por sevillanas.

como sus Torres, elevarán

al Cielo, pregonando

recorren

escenario,

y las hijas ecijanas,

una y otra vez sus muñecas y sus dedos

la alegría, la gracia y el salero del baile y el toreo,

que quiere romperse

donde

en un

en llanto. y al pié, una guitarra que escapa en

sus lamentos los pellizcos al aire de sus primas y bordones, al igual que Joselillo el Queso, antaño lo hicieran los grandes artistas ecijanos, Currito Alcázar, La Sampareo y Pilar Vargas la de Cortés, convirtiendo nuestro querido Salón, alrededor de ese magnífico tablao que estaba ubicado en el centro de la Plaza, en la mejor academia de baile que el mundo pueda soñar. y estas mocitas ecijanas de hoy: flamencas por to los cuatro costaos, como torres de nuestra Ecija, son faro, alma, vida y cantoras de su tierra, con caprichosos volantes y mantoncillos, deseosos de corrías de feria; que saben a verónicas celestes del alhelí, del olé y a chicuelinas del quiebro de la gracia impar ecijana de los dulces momentos grandes. Bailaoras de postín en fila de escalera, que unirán el golpe de sus castañuelas en una sola voz, en un solo compás, en un solo grito valiente de clamor al Cielo, que será pregonado en el repique de sus torres. Esas once torres morenas, preñadas de sentimientos, raíces y cantares de nuestra Ecija.


La tarde, bendita tarde feliz, no se deja esperar en este gran día ferial y, poquito

a poco, paso a paso, irá partiendo

Plaza de Toros. romano,

Esta plaza

astigitana

y que fue remodelado

Por ella desfilaron en ella se celebrarían Palmeño,

las ceremonias

ambiente

una caravana

es extraordinario,

inconfundible,

y las viceras

arriba

hacia la

antiguo

circo

el 8 de Mayo de 1.889. de todos los tiempos

de alternativas

Facultades",

y en esta tarde templada,

camino

de historia;

las máximas figuras del toreo

Pedrín Castro "Negro

toda

cargada

y reestrenado

Jiménez Torres, Paco Raigón, Guillermo

trigales,

el gentío

de los Julio

y

García

Diego Gómez Laine, Bartolomé

Gutiérrez

"El Ecijano" y Ángel Miguel.

con una leve brisa del Sur que está dorando

de coches se agolpa los

habanos

se venden

alrededor

se distinguen

a cientos,

de la Plaza: El por

así como

su

aroma

las bebidas

refresca ntes. La Plaza está llena de un público compases que acompañan

los toreros

se ven rodeados

que no cesan en desearles la misma expresión:

Poco a poco, antigüedad

deseoso de oír los primeros

al paseíllo de rigor.

En el Patio de Caballos, aficionados,

impaciente,

las cuadrillas

irán colocándose

de cartel, a su vez que se lían el capotillo

de muchísimos

SUERTE.

en fila y en orden

de

de paseo entre el rezo, el

frío y el miedo. y el portón

se abre. La luz radiante

de colores caprichosos

oro y plata, como un arco iris en filas paralelas, dorado albero de su gloria o de su muerte,

va a recorrer

entre seda-

lentamente

el

de la cara o cruz de su suerte y la

sevillana flamenca, cantó una vez más: Ya abrió sus flores la encendida primavera y huelen sus colores

a menta y canela. El aire eriza el albero, roncando están los timbales, el vuelo de los capotes es pellizco de soleares.


El oro salpica y juega, la buleria es llama viva, toda la gracia torera se hace llanto y alegría.

y toda la Ecija brilla caracolea su Cielo el cante por seguirilla al mejor de los toreros.

Tras el toque de clarín se abre la puerta de Toriles, donde uno a uno van a salir los seis toros que van a lidiarse en la tarde.

Donde el pueblo

soberano

será una vez más, juez supremo del acontecimiento. y de repente, berrendo,

como flor de flores,

la verónica

se desmaya

como una brisa suave peina los arroyitos

acariciando

al

de agua clara de los lucios

celestes, donde sólo los llamados sacian la sed del sentimiento

y la chicuelina

danza su verso quebrándose

los flamencos

que tienen mimbre

moreno

en el platillo,

como se quiebran

por todas las partes del cuerpo.

y el picaó cita. Hace una llamada de viento, preciso momento:

Sangre de Andalucía;

hasta las pezuñas del bravo berrendo, dueños,

a sus amigos

los vaqueros

que encuentra

noble sangre de aliento

que está lleno de orgullo allí presto,

para anotar

la pelea en el que chorrea a sus antiguos

en su mente

la

casta brava de su sueño. y tocan a banderillas. torero

flamenco,

toreros

cuando

Se cambia el tercio y un chiquillo

va a cantar por derecho la muleta

muy hombre,

un

a compás, como cantan los grandes

se hace bastidor

y la muñeca

pincel que solea el

lienzo, entre olés de alegría y aplausos de fuego.

Toda la gracia torera

se hace hoy monumento.

Hasta más azul se viste el

Cielo, que pregona a los cuatro vientos el arte sin par del torero en volapié perfecto,

acaba con la vida del bravo berrendo.

flamenco

que


y toda la Plaza arde, abre sus pañuelos, y como palomas blancas, mueven alas de alegría solicitando paseó

trofeos

las orejas por el dorado

versos de un

público

para el ídolo ecijano: el torero flamenco albero,

entendido.

entre palmas y llantos,

Juez supremo,

que

entre risas y

que sabe mucho del arte de

los toreros flamencos.

Pasan tan solo unos minutos, vienen

emitiendo

alborozo

el dialogo

cuando

feliz

general que se contempla

por todos

del desarrollo

buscando

el ansiado

siempre a sus principios

trabajo

entre

a su Sol, han querido

el

un año

que un día se fueron

que aquí no encontrasen,

de querencia

vivir, sentirse en su ambiente

de una corría,

del Real,

en el paraíso ferial, donde también

más, han llegado cientos de ecijanos emigrantes, tierra

los extremos

de su

y que fieles

saborear,

palpar,

soñado y entre caseta y caseta, entre copita y

copita del vino de sus .añoranzas.

sus deseos de felicidad y de alegría, en la

sana convivencia con los suyos. También una vez más podrán templar la sed de los cantares de su tierra, en las interpretaciones

de los Grupos de Sevillanas y Rumbas del Genil, Los del

Valle, Los Romeros de la Cuesta y muchísimos más en momentos apoteósicos, donde las niñas ecijanas, estas que prepara con cuidadoso detalle María Engracia, Luchi Díaz, Yaye Herrera y otras más, derrochan

su simpatía,

caracolean al viento sus lunares al compás de sus castañuelas y en su mirada dos ojos de puentes que brillan como luceros; con un encanto, una dulzura, una melancolía, una gracia y un todo de su tierra, que hace reír y llorar al mismo tiempo,

no sólo al pueblo ecijano, sino a todos los que sienten la

calentura del fuego del sabor andaluz, de sus raíces flamencas que llegan hacia todo el Cenit del arte. Cuando ese grupo de Sevillanas, de Rumbas, de Alegrías, de Tanguillos, de Fandangos de Huelva que prepara con minucioso mimo, esa gran bailaora de talle internacional liMARíA OLIVEROS"en la Peña Cultural Flamenca, irrumpe en escena en fila de escalera, portando movimiento

conmovedor

de

rimas

en su bandera el estandarte del

versadas

en

poemas

sentimiento, con el aroma exquisito de las más bellas flores.

y la Sevillana flamenca canta:

de

amor

y


Un paraíso de colores se debate con el viento a ritmos de castañuelas su danza se hace verso.

Al temple

de su Sol

se hace hoy monumento toda la gracia torera manando

está de su aliento

Gloria de Andalucía Cielo de su sentimiento que cornea los corazones y martillea

al viento.

Fragancia de la alegría noble aroma de fuego que en Ecija la llana sembró María Oliveros.

y la feria bendita, feria feliz, vive sus momentos grandes. Allá en la calle del Infierno, el caballito sube y baja sin cesar. El Circo no deja de pregonar su gran espectáculo de atracciones. La pista de coches está repleta;

la tómbola

tradicional

repertorio

no deja un instante de entregar

los regalos, con su

de exageración piadosa; los globos, las palomitas de

algodón azucaradas, el turrón, la muñeca o el juguete ansiado, serán portados por miles de niños ecijanos con un rosario de angelitos del Cielo que pasean en el hahi de su ilusión, una y otra vez rebosantes de alegría que transmiten también a sus papás en el reino de la felicidad. y el parque vibra; las parejas bailan. Entre bailes rebosantes de amor, juguetean como pájaros picoteándose unos a otros en su sueño feliz y en las casetas de baile se hace más grande, y poco a poco, la noche va entrando más en calor.


El churrero es saboreado totalmente

también

hace su agosto; el chocolate dulcemente

repletos

ante

se sirve a cientos; el pollo dorado

los veladores

y hasta el cante

del

ferial,

se hace más grande.

los grandes artistas, como Antonio

que

se verán

y son ecijanos

Núñez "El Barbero", Paco "El

ClaveroJJ, "El Teto", los Hermanos Gómez León, los Fernández, Eloy Gómez Morilla, Morejón, "Higuerita", Anselmo, Quicón, y muchísimos más que ponen sentimiento,

alma, vida y compás en las noches feriales de nuestra Ecija y de

sus lamentos y cantares. De improviso surge la bulería, como llama viva agitanada en verdes lunas lorquianas. El fandango como cuchillo penetrante que punza los corazones, y ya más adentrada la noche, la Soleá abre sus portones de angustia y ansiedad, mientras

la Seguirilla errante

y fugitiva,. perseguida en su dolor,

lanza

tormentos de odios de sangre en duelo noble al Cielo, y como Diosa del cante en la madrugá, se asienta como un sueño hirviente de sangre que en su templar se despierta.

En este clima de alegría va transcurriendo

la feria, hasta llegar el último

día. y Ecija entera sigue viviendo la misma, con tanta ilusión como en su preludio. Una vez más se oirán los sones de las Agrupaciones Musicales ecijanas por nuestras preciosas calles angostas, teñidas de frescas primaveras frondosas. Esta primavera,

novia y esposa de los poetas. Esta primavera feriante y

rociera, nazarena que coquetea con guiños traviesos a la Luna Nueva por Cerrados y Dehesas. Esta primavera de Mayo astigitana, de cánticos y de gloria a Nuestra Madre y Señora, Reina del Universo, donde todo un pueblo se rinde a sus plantas. Esta primavera preñada de flor y color, que llena de reino un día más nuestra feria, rebosante de felicidad y amor. Y en este hermoso día, de nuevo los troncos de caballos lucirán sus madroñeras. Toda la belleza del galopar de los más hermosos ejemplares del reino caballar, estarán en escena por todo lo largo y ancho de nuestro pueblo.


Las mocitas ecijanas derramarán en sus paseos menta y canela, miel en sus miradas y sal perfumada de gracia en sus andares. y en las casetas, un torbellino de trofeos que serán otorgados a los ganadores de los concursos de bailes. La expectación es enorme en espera impaciente de conocer el veredicto de los Jurados, que otorgarán los premios a los ganadores. Mientras, el vino "el Sol andaluz", se bebe copita a copita entre palmas y alegrías. Alegría desbordante que reboza de felicidad a todo un pueblo en este último día de feria, como broche de oro que transmite por igual a su Sol y a sus Torres, que pregonarán una vez más con el repique de sus campanas al Cielo, el arte y el salero que lucen las mocitas ecijanas que llevan claveles al pecho. Esas mocitas que bordaron en oro los capotes de paseo. Las más guapas, las más gallardas, las de más tronío que tiene mi pueblo. Este pueblo bonito, gitano, moreno, alegre y risueño, que es el más andaluz, el más ardiente, el más feliz, el más torero, el más flamenco, el más cristiano y el más bueno de todos los pueblos de España y de todo el Universo.

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Termino aquí mi pregón. El pregón flamenco de un modesto ecijano que quiere contar la espuela de su sueño a la Ecija de sus amores. A ti, joya sublime, Edén de paraísos, Luna envidiada, Sol gigante, guitarra señora, guiñó conmovedor,

molde del verso, palio de madre, eucalipto del

beso, valle de lágrimas, nostalgia de amor. A Ti, a la Ecija cantada por Luís Vélez de Guevara; la de los siete niños de Fernando Villalón; la Ecija de los Garfias; la que dijo a Madrid: "ya veréis a mi torero cuando vaya por allí"; la del lamento gitano en la seguirilla de Paco el Clavero; la Roma embrujada de Antonio Núñez "El Barbero"; la de la filigrana preciosista de Pepe Luís Vargas; la Ecija que se escapa en los lienzos de Antoñili y Cesáreo Cambronera. A ti te dedico mi canción.


Una canción suave, abierta, con los riñones metías, como se mece tu Confalón. Como el natural de tu hijo Antonio Ramón. ¿Te acuerdas de aquel toro colorao? ¿Cómo no? Si eres fina de cintura en la voz de Caracol.

A ti, Ecija. Siempre a ti. A ti mi pregón.

"H E DICHO"

Ecija y Mayo de 1.986



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