Ecuador

Existe una línea imaginaria que atraviesa el mundo de manera equidistantes para dividirlo en dos. En su recorrido por la latitud 0 y con una caída del sol directa va llenando de vida todo a su paso; esa línea es Ecuador, a la que este país no solo le debe su nombre; sino también su riqueza y particularidad.

Desde tiempos remotos, las culturas pre colombinas y andinas desarrollaban gran parte de sus actividades como pesca, siembra y cosecha de acuerdo a los movimientos del sol, la luna, la Tierra y las mareas. Así; los pueblos originarios establecieron un vínculo religioso con los astros, a quienes adoraban y atribuían el regalo de la abundancia y la diversidad.

Hoy en día sabemos que Ecuador está ubicado sobre la línea ecuatorial. La posición privilegiada es influenciada por el sol y su irradiación, dando lugar a una explosión de vida natural.

Es aquí, en Ecuador, donde se evidencia que la línea deja de ser imaginaria y toma forma para envolverlo con un clima variado y primaveral durante todo el año; delineando la geografía entre valles, montañas, selvas y mares; conduciendo la vida de singulares especies; dotándolo de productos exquisitos de la mejor calidad y siendo la promotora de una infinita mega diversidad.

Para el país representa mucho más que una línea, es una circunstancia geográfica, que nos hace ser lo que somos, que nos hace Ecuador. Hay quienes llegan a Ecuador en busca de una línea imaginaria, pero se encuentran con la Ecuatorialidad, un estado que invita a un recorrido real a través de cuatro mundos (Galápagos, Costa, Andes y Amazonía), que lo tienen todo, en mismo lugar, tan cerca.