La sociedad de consumo afecta la perspectiva del arte en la danza

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LA SOCIEDAD DE CONSUMO AFECTA LA PERSPECTIVA DEL ARTE EN LA DANZA



“Bailar es alcanzar una palabra que no existe. Cantar una canción de mil generaciones. Sentir el significado de un momento.” Beth Jones


La cultura de lo efímero es el consumismo fugaz, rápido e impulsivo, que nos ha convertido en personas vacías, sin criterio, en donde no importa la verdad y solo importa aparentar; obligados a sobresalir en un contexto social; en adición, la inmediatez informativa que ha traído consigo la revolución tecnológica actual, nos obliga a seguir tendencias, y a adquirir bienes y servicios para satisfacer, no solo menesteres, sino deseos, que a fin de cuentas son solo motivados por miles de empresas que se dedican a implantar “necesidades” falsas, y que nos llevan a un ciclo interminable de obsolescencia y renovación.


En contraste, tenemos quienes viven la sensibilidad de la vida y lo pasajero, quienes se aferran a lo fugaz, quienes conectan la mente con el cuerpo y buscan transmitir a sus asistentes un sinfín de emociones, y que aunque para los presentes signifique algo efímero, es para el artista su vivir, quien ensaya diario por tener un buen rendimiento, y a fin de cuentas, busca poner un show de tan buena calidad, que al espectador se le quede una parte de su cuerpo y alma incrustados en la mente.


Aunque la danza es un lenguaje universal, en cada región toma un carácter distinto, y un aspecto corporal diferente. Y es preocupante, porque mientras hay tribus indígenas autóctonas en nuestro país que viven la danza y los cantos como parte de su diario vivir, es en la urbe donde nos olvidamos y dejamos de apreciar su complejidad, y el esfuerzo de los artistas involucrados en cada obra.


En países como Colombia donde el afán es diario, y el estrés es más frecuente que la felicidad genuina, es normal que las personas no se tomen el tiempo de apreciar cosas que lucen muy sencillas, como bien podría serlo, la danza, que aunque es una de las formas de arte que ha tomado más fuerza en tiempos recientes, aún no es mirada con el respeto, o con la valía que debería tener. Según estudios realizados por el DANE en el año 2017, nos muestran una cifra preocupante, Solo el 18,2% de las personas consultadas consumen la danza como forma de arte, y esto nos lleva a otra pregunta, ¿Cuántos de éstos aprecian la danza verdaderamente?



“La danza ha sido el arte más complejo de registrar, debido a su vulnerabilidad manifestada en el cuerpo como instrumento de trabajo en si, que padece cambios constantemente” (Du roy, rue S. Iacques). Ésta, siendo una forma de arte tan compleja, nos da una gran reflexión, que es traer significado nuevamente al cuerpo humano, utilizándolo como herramienta, o más bien, como catalizador de emociones, como un escape del afán cotidiano, y una retrospectiva a sí mismo, un espejo hacia lo más profundo del ser.


Entender la validez de la expresión corporal, nos hace ver, que la danza tiene una capacidad transformadora, y liberadora, que podría sacar al hombre de un gran conjunto de tradiciones seculares, que lo mantienen ligado a tabúes y limitaciones. La vinculación entre la liberación corporal, personal, y social, llevaría a la erradicación de la sociedad de consumo, y las sociedades líquidas.



La reciente masificación de la información nos ha convertido en personas sin criterio,como es el caso de la llamada economía naranja, o economía creativa, en la cual se transforma una idea en un capital; éstos son términos que poseen infinidades de artículos en los cuales se definen y que aunque poseen un público enorme que los lee ,no ahondan en diferenciar que es meramente comercial y que es más por vivir, ser, o sentir esta forma de arte.


“¿Con qué cuerpo danzamos? Se danza con ese cuerpo re descubierto y a descubrir…con aquel organismo atravesado por la letra; con ese cuerpo que rompe ataduras al desplegarse, moverse, doblarse, rodar. ¿Que lleva a un cuerpo ponerse en movimiento? ¿Que mueve un cuerpo? El ímpetu de ocupar lo indecible…de hacer con aquello silente y silenciado…Arte.” Isadora Duncan



Y es precisamente esto lo que se ha dejado de apreciar; el proceso, el sudor, las lágrimas y la pasión y empeño puestas previas a la exhibición, y aún peor, se deja de estimar la vulnerabilidad en escena, la plasticidad del cuerpo, lo efímero del momento.



En conclusión, es menester un cambio en el pensamiento colectivo, revalorizar los momentos efímeros de la vida, y ser más conscientes de que artes como la danza no deben ser considerados un producto más, ya que es una desnudez metafórica del artista, quien aparte de entretener, busca dejar una parte de sí mismo en escena.


Créditos

Investigación Natalia Galeano Ramírez

Redacción Natalia Galeano Ramírez Valery Orozco Manrique Cristian David Martínez Ramírez

Fotografías Natalia Galeano Ramírez Valery Orozco Manrique Cristian David Martínez Ramírez Eddy Santiago Mayorga Bermudez

Diagramación y Retoque fotográfico Eddy Santiago Mayorga Bermudez

Modelo Carlos Eduardo López García

Agradecimientos a: Teatro Fundadores Teatro El Escondite




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