CUENTA EL PUEBLO MAPUCHE Volumen 3

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VOL. I Tradiciones

VOL II Mitos y leyendas

A la usanza de los hermanos Grimm, de los que era gran admiradora, Bertha Koessler-Ilg, recogió, paciente e incansablemente, las tradiciones culturales de su amado pueblo mapuche. Al leer este volumen (así como los otros dos que conforman esta colección: Cuenta el pueblo mapuche), se aprecia su perseverante y minucioso trabajo de casi medio siglo. Ella misma nos cuenta: “la tierra de los araucanos está saturada de deliciosas leyendas, mitos, fábulas y relatos verídicos”. La introducción de este volumen está a cargo de Helmut Schindler del Museo Etnográfico de Munich, quien destaca el valor y la importancia de la recopilación realizada por Bertha Koessler-llg. Este Volumen III contiene brujerías, leyendas, fábulas de plantas, cuentos de animales y el correspondiente Glosario de voces mapuches que aparecen en estas narraciones.

Cuenta el pueblo mapuche. Cuentos y fábulas

COLECCIÓN CUENTA EL PUEBLO MAPUCHE

Bertha Koessler-Ilg

Cuenta el pueblo mapuche Volúmen III Cuentos y fábulas

VOL. III Cuentos y fábulas

Alemana de origen, Bertha Koessler-Ilg, se estableció en 1920, junto a su marido, el Dr. Rodolfo Koessler, en San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, Argentina, a pocos kilómetros de la frontera argentino-chilena. Gracias al carácter samaritano de este último, y a su profesión de enfermera, pronto supo granjearse la confianza y el afecto de los muchos mapuches que acudían al consultorio de su marido, el primer médico estable de la región. En retribución por los servicios prestados, aquellos le fueron transmitiendo su riquísimo acervo cultural: canciones, rezos, prácticas mágicas, refranes, pensamientos, adivinanzas, juegos infantiles, leyendas, mitos, cuentos, fábulas, etc., que ella con rigor científico recogió, catalogó y dividió en tres volúmenes de esta colección, el primero de los cuales publicado en 1962 bajo el título de Tradiciones, los otros dos editados por MN editorial y ahora los tres bajo el sello de Edebé, Chile.


Bertha Koessler-Ilg, trabajando en su máquina de escribir en e! jardín de su casa en San Martín de los Andes (fotografía cercana a 1960).


Cuenta el pueblo mapuche VOLUMEN III

Cuentos y fábulas Relatos de tradición oral recopilados entre 1920 y 1965 por Bertha Koessler-Ilg

Edición Rolf Foerster González Traducción del alemán Lieselotte Schwarzemberg M., Ph.D.


Cuenta el pueblo mapuche Volumen III: Cuentos y fábulas Bertha Koessler-Ilg

© MN Editorial Ltda., 2006 © Editorial Don Bosco S.A., 2018 Obra completa ISBN: 978-956-18-1123-2 Cuenta el pueblo mapuche 3 ISBN: 978-956-18-1126-3 Editorial Don Bosco S.A. General Bulnes 35, Santiago de Chile www.edebe.cl docentes@edebe.cl Primera edición, mayo de 2018 Foto portada: Odber Heffer Bissett (1860) Agradecemos a Jorge Vergara su valioso aporte en la primera etapa de traducción de la obra.

Impreso en Aimpresores S.A. Av. Gladys Marín 6920 Santiago de Chile Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o electrónicos, incluidas las fotocopias, sin permiso escrito del editor.


Índice Nota preliminar....................................................................................................... 8 Introducción, por Helmut Schindler....................................................................... 9

Leyendas De cómo obtuvo su nombre el lago Lácar............................................................ 18 De por qué el lago Lácar es un lago encantado.................................................... 20 Palo vivo............................................................................................................... 21 El toro marino..................................................................................................... 22 Las almas de los araucanos................................................................................... 22 El cacique enfurecido............................................................................................ 23 El toro marino del lago Lolog............................................................................... 23 Las ovejas marinas del Lolog............................................................................... 24 El ídolo de piedra Fucha Tralken en la roca del lago Lácar.................................. 26 La chalupa de espíritus en el lago Lácar............................................................... 28 La vela encendida................................................................................................. 31 El pelo vivo........................................................................................................... 32 El padrillo blanco en el lago Lolog....................................................................... 32 El hechizo de Kai Kai........................................................................................... 33 Pangui Nawel cuenta de los habitantes humanos del mar y de las pieles vivas........................................................................................... 34 Sirenas masculinas y femeninas............................................................................ 37 La doncella rubia en el árbol................................................................................. 39 El animal acuático Camahueto y la maravillosa medicina hecha de los cuernos............................................................................................... 41 El gobernante, un cacique de la prehistoria y un monstruo.................................. 43 La paloma blanca del lago Lolog.......................................................................... 44 Las dos hermanas que se convirtieron en dos lagos............................................. 48 La ciudad de Osomo y su hermana....................................................................... 51 Las lágrimas de la estrellita y el lago Lácar.......................................................... 53 El cerro Kürühuinca, un gigante petrificado......................................................... 55 El castillo de oro en el lago Paimún...................................................................... 58 La doncella del cuchillito de oro........................................................................... 61 Los mellizos cambiados........................................................................................ 70 El joven indio en el volcán.................................................................................... 72 La niña Witruwe, el árbol palguin y el perro Bullicioso....................................... 76 La yegua blanca hechizada y los tres hermanos................................................... 79 El gran lonko Guanaco Manso y su hijo adoptivo, el perro.................................. 86 Tuchi no turne: las aves del amor en la Pire mawida............................................ 89


El indio Ngue Nerm, Ojo de Pulga, cuenta cómo un ave llamó a cuatro hombres a la muerte............................................................................ 92 El avecilla caminante............................................................................................ 95 Las cuatro hermanas, los cuatro árboles danzantes.............................................. 97 Cuando despertó el reforo, el esqueleto.............................................................. 100 El antropófago y el huevo de avestruz; la Fiura ................................................ 106 Atrenko, el brujo................................................................................................. 106 El prisionero, el Inca y las adivinanzas............................................................... 108 La piedra encantada del nido de cuervos.............................................................112 “Gallito, mi hombrecito ¿te acuerdas...?”............................................................115 El viejo Latrapai, el Gruñón y el Zorzal............................................................. 124 El Cherruve y los perros Norte y Sur, los matadores de gigantes....................... 133 El basilisco y el araucano Pichi Pilu................................................................... 140 De cómo el Cóndor del Este castigó a su enemigo............................................. 143

Animales Dos bandidos trepan al volcán: Nawel y Ñürrü.................................................. 148 El zorro, la perdiz y el trapial juegan al awarkuden........................................... 150 El primer fuego, la primera olla de los araucanos.............................................. 155 La oración de súplica y de gracias...................................................................... 159 De por qué llueven animales del cielo................................................................ 161 El tío león y el vengativo monito, su sobrino..................................................... 163 La larga historia del medio gallito...................................................................... 167 Por qué los avestruces tienen patas veloces, el guanaco tiene el cuello largo............................................................................................... 171 Transformación en una loica .............................................................................. 172 Por qué el loro es rojo y verde y su pico es curvo.............................................. 173 La pequeña ave kil kil y los pájaros grandes...................................................... 175 La wala que llora con dolor y el águila cruel...................................................... 176 El ave del diablo convertida en oruga................................................................. 178 El zorro y la ballena............................................................................................ 179 El trapial ofende a los ishiku, los insectos.......................................................... 181 De por qué la rata tiene la cola pelada y puntiaguda.......................................... 186 El zorro muerto e Ibis, la curandera.................................................................... 188 De la enemistad entre los peces y las ranas........................................................ 189 El pinsha, picaflor y los indios (araucanos)........................................................ 191 El avestruz, el luán –guanaco– y el perro........................................................... 192 El apu chukau y los insolentes loros................................................................... 193 El zorro, su tía y el makuñ de colores................................................................. 195 De cuando las madres araucanas demandaron a los avestruces.......................... 198 La nawel domo y la zorra.................................................................................... 200


La tortilla de pan, el cordero, las semillas de la araucaria.................................. 201 De cómo fue humillada la orgullosa domo che.................................................. 202 El compadre zorro y la comadre gallina............................................................. 205

Plantas El humo del mañíu........................................................................................... 210 Las semillas rojas del mañíu, los huevos de cáscara verde..................................211 El Diablo y el cerro Wanki we............................................................................ 212 El hijo del Sol y el hijo de la madre Tierra ........................................................ 214 El gran Pillan y el árbol michü mofle................................................................. 216 De por qué el arbusto mechay florece rojo y amarillo........................................ 218 De por qué el pinshavoki abraza el tronco del árbol. El Fucha Rupa Wentru y la hija del cacique................................................................................ 219 De cómo nació la hierba riilfen para teñir.......................................................... 223

Fábulas de plantas Origen de los cereales en los piojos de las sirenas.............................................. 228 De cómo nació el helécho gigante: la viuda....................................................... 229 De por qué los mañíus tienen hojas de pino....................................................... 231 De dónde vienen los árboles............................................................................... 232 De cómo se originó el asus silvestre, el ajo........................................................ 234 Acerca de Ollal, el sabio, acerca de las araucarias ............................................ 216

Otras fábulas El caballo se llamaba Antü Piku, Blanco Viento Norte o Sol Septentrional................................................................................................. 240 La niña Piuken y el Cherruve, un antropófago................................................... 243

Tres cuentos no clasificados, sin numeración El Huecuve y la cañería de agua del Inca........................................................... 248 Ngenechen, el que maldijo a los caballos blancos.............................................. 249 De cuando el demonio supremo Huecuve fue quemado junto al lago Tramen..................................................................................... 253 Glosario de voces mapuches contenidas en este volumen.................................. 260 Fuentes de fotos ................................................................................................. 274


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Nota preliminar Bertha Koessler-Ilg escribió su obra a lo largo de cuarenta y cinco años; así, el hecho de escribirla (recopilarla) durante un período tan dilatado, hizo que en los relatos no existiera en ocasiones una misma grafía para los mismos sustantivos comunes, propios o topónimos. Para la edición de los tomos II y III de Cuenta el pueblo mapuche se decidió homologar dichas diferencias conforme a las actuales normas de transcripción de la lengua mapuche. Sin embargo, esto no es así en el caso del tomo I, que se ha conservado de acuerdo a su primera edición de 1962 –del Instituto de Filología de la Universidad Nacional de La Plata–, supervisada por la propia Bertha Koessler-Ilg. En la presente edición de los tomos II y III se han completado los glosarios de palabras mapuches referidas en los textos, así como se han eliminado de las notas a pie de página ciertas reiteraciones de explicaciones ya contenidas en forma completa en dichos glosarios. Hemos conservado, en tanto, la traducción explícita de algunas palabras mapuches integrada en la exposición del relato mismo.


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Introducción por Helmut Schindler

Bertha Koessler-Ilg vivió desde 1920 hasta su muerte, en 1965, en San Martín de los Andes, a la orilla del lago Lácar, en la provincia de Neuquén, en Argentina. Había coleccionado leyendas, cantos y chascarrillos durante su permanencia en la Isla de Malta, en el Mar Mediterráneo, continuando con esa tarea y vocación en su nueva patria, Argentina. Koessler-Ilg dejó varios volúmenes de mitos mapuches que constituyen un tesoro para etnólogos y folcloristas, tres tomos que se están editando póstumamente, gracias a los esfuerzos de sus descendientes especialmente, de Rolf Foerster y Juan Arribas. Una colección de mitos semeja una invitación a disfrutar de eventos y personajes fantásticos, pero, quien prefiere analizar las narraciones, lo puede hacer según diversos métodos de interpretación, elucidando el carácter y la particularidad de los relatos. Para ello se deben localizar elementos recurrentes de los mitos, por ejemplo, personajes, temas, pasajes, secuencias que se repiten, y buscar su relevancia en la espiritualidad y cosmología del pueblo respectivo. Asimismo, se pueden efectuar comparaciones con otras mitologías, estudiando semejanzas y contrastes, y así intentar descifrar el sentido de las narraciones o, por lo menos, acercarse a esa meta. En estos análisis hay que ser consciente de que uno puede llegar a resultados creíbles y hasta convincentes, pero que no existen los definitivos, ya que otros estudiosos, con métodos similares o diferentes, pueden arribar a otras conclusiones complementarias. Además, los mitos mismos se transfiguran, ya que los narradores viven en un mundo lleno de vicisitudes. El análisis del mito debe ser un trabajo de aproximación más o menos logrado. Los relatos iniciales de este volumen se refieren a los lagos, especialmente al Lácar. La comparación de relatos sobre los lagos, al oriente y occidente de los Andes, nos revela que los primeros son por experiencia los más amenazantes. Evidentemente,


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las razones son de índole geográfica: los lagos argentinos se encuentran encasillados entre las montañas y las duras condiciones meteorológicas allí imperantes corresponden a esa situación. En ambos lados de los Andes se han construido relatos de seres acuáticos perniciosos, como el trülke, el cuero vivo, que asolan a bañistas desprevenidos, los arrastran hacia las profundidades y les chupan la sangre. El trülke se conoce en el lago Lácar bajo el nombre de weke weke. Según los mapuches argentinos, este animal nefasto resulta de los cueros ofrendados durante las ceremonias religiosas y tirados al lago. Los lagos en Argentina amenazan, además, con escollos debajo del agua, con tempestades salvajes y torbellinos, con olas gigantescas o con una subida repentina del nivel de las aguas. El lago inunda las riberas y devora caballos, vacas y ovejas. En el fondo del lago Lácar se alza una ciudad magnífica que tiempos atrás estaba en la ribera. Esta se sumergió cuando su soberano, el inca, maltrató a un mensajero del dios celestial. Este tema nos recuerda a la ciudad Viñeta, que según la leyenda se hundió en el mar, al norte de Europa. De esta ciudad en el fondo del lago Lácar, suben a veces las voces y los alborotos de sus habitantes que siguen viviendo allá abajo. Los peligros de las profundidades acuáticas se presentan, además, en la figura de un toro gigante. Este embaraza a las vacas en la orilla, pero sus engendros no heredan ni su enorme fuerza ni su vigor, sino que resultan criaturas deformes, como terneros con dos cabezas y ocho piernas. En Europa el toro es, de igual manera, un símbolo de vitalidad y fuerza, pero en menor grado un monstruo como entre los mapuches. Tal vez los toros de la mitología de estos últimos no descienden del ganado doméstico sino del cimarrón que pobló la pampa argentina hasta el siglo XVIII. Esos toros simbolizan así una naturaleza no cultivada ni domada. Su papel coincide en parte con el jaguar en otras culturas autóctonas de América Latina o con el león en muchos lugares del mundo antiguo. Sin embargo, al toro le faltan la autoridad y la sabiduría que puede tener el jaguar, y la majestad del león de África.


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En la mitología mapuche, el jaguar, llamado tigre en las versiones españolas, no desapareció del todo, refugiándose, en muchos casos, como el puma o el león en los cuentos de animales. Estos dos personajes se encuentran repetidas veces con los astutos zorros, a veces antagonistas y otras colaboradores de los felinos. En estos cuentos, el zorro no es ningún embaucador, como entre los pueblos vecinos del Gran Chaco. Allá, en tiempos anteriores, este animal, creador y destructor, cambió el mundo como resultado de sus travesuras. A partir de fines del siglo XVI, los mapuches se enfrentaron a los españoles, armados con caballos y lanzas. Posiblemente por esta razón en las fuentes históricas no encontramos luchas cuerpo a cuerpo, a pie y sin armas. Pero sí existieron combates en que los contrincantes “se agarraban de las mechas”, tal como lo describe un mito en este volumen. Sus protagonistas son nada menos que la Luna y la Tierra. Este relato nos recuerda de manera sorprendente imágenes ornamentales en cerámicas y telas de las culturas precolombinas de la costa norte de Perú, en las que se aprecian combates similares. Los atuendos de estos contrincantes en las presentaciones arqueológicas, no dejan duda alguna de que se trata de seres míticos. Así, presenciamos una relación directa de un mito mapuche con religiones de imperios precolombinos de la región andina. Durante el duelo entre Luna y Tierra, en el mito mapuche, los cabellos arrancados al contrincante vuelan hacia todos lados y se transforman en árboles. Este motivo –desarrollado en forma más amplia en diversos mitos alrededor del mundo, sobre todo en las zonas tropicales de América, Asia y Oceanía– nos habla de cómo las plantas nacieron de los cuerpos de personajes míticos, que previamente fueron quemados. En la mayoría de los casos se trata de plantas útiles para el cultivo y, en menor medida, de plantas silvestres, como en el caso mapuche. Algunos etnólogos relacionan estos motivos con la técnica de cultivo llamada “tala y quema”, aplicada en las regiones tropicales. En la mitología mapuche, las plantas originadas de esta manera pertenecen, en la mayoría de los casos, a una sola especie.


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Así, por ejemplo, en uno de los relatos de este volumen, los perseguidores degüellan a una mujer con sus hijos y de la sangre de las víctimas nace cierta clase de helechos. En muchos mitos de pueblos tropicales, en cambio, resulta una variedad de especies, sobre todo plantas comestibles. Sólo en uno de los mitos de este volumen las plantas se originan de un animal y nos resuena como una parodia de los mitos tropicales, ya que los cereales –trigo, avena y cebada– resultan de los piojos que una sirena se saca, con un peine, de sus cabellos dorados. Llama la atención que en este conjunto falte el maíz, el cereal autóctono, y la quinoa, autóctona también, cuya semilla parece un cereal. El gran número de transfiguraciones o transmutaciones en los mitos mapuches es común a las mitologías de otros pueblos. Un análisis reciente de Wilbert/Simoneau sobre las narraciones de más de veinte pueblos originarios de América del Sur, concluyó que la transformación o metamorfosis aparece como una constante. En estas transfiguraciones se pueden distinguir por lo menos dos grupos: las involuntarias y las voluntarias. Una metamorfosis involuntaria, o sea pasiva, se da en los temas etiológicos o explicatorios. Estos relatos muestran cómo un ser u otro fenómeno llegó a obtener su forma o apariencia actual, sin que haya intención propia o incluso contra su voluntad o deseo. Algunos mitos explicatorios presentados en este volumen aparecen más sorprendentes que otros. ¿Cómo se le ocurre a una persona comparar un ave linda con una oruga?, ya que de esto se trata cuando un pájaro pierde el pico, las alas, las garras y sus demás distintivos para terminar finalmente como una oruga desnuda. ¿Y por qué los avestruces gigantes tienen que atacar a los hombres precisamente en el momento en el cual estos recogen fresas, con la consecuencia de que tanto los avestruces como las fresas cambian de apariencia? En el segundo grupo de las transmutaciones, un protagonista, un héroe o una deidad se cambia a sí mismo, adquiriendo diferentes configuraciones para lograr su objetivo, como en un mito griego donde el padre de los dioses, Zeus, se transforma


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en un cisne para seducir a una dama. Se trata entonces de una transfiguración voluntaria y activa que nos convence de los recursos y talentos del protagonista. En nuestros días, algunos círculos se deleitan en hablar sobre las múltiples identidades y hasta de identidades superpuestas, sin que haya un consenso sobre en qué consiste una identidad. Tal vez debiéramos aprender de las mitologías que el arte de la metamorfosis de sí mismo no es ningún defecto sino un signo de superioridad. En la mitología mapuche, como en las narraciones de otros pueblos, los protagonistas suelen cambiar su presencia para ganar luchas y contiendas. En ese ambiente antagonístico no suele ganar el más fuerte. Las fábulas humorísticas nos informan que la astucia y el ardid son armas excelentes cuando se trata de imponerse frente a la ferocidad bruta. En algunos mitos mapuches entra en escena un varón que es descrito como pichi, pequeño o muy joven. En la vida diaria se califica de pichiche o pichiwentru a un niño, a veces también a una persona de pequeña estatura. Al inicio de la acción, este joven protagonista muchas veces es un hombre sin relevancia y sin renombre. También puede figurar como kuñifal, es decir como pobre y huérfano, sin fortuna y sin parientes que le apoyen. A medida que se va desenvolviendo la trama, el joven encuentra éxito, fortuna y una mujer, con quien funda una familia. El joven recibe, en varios casos, una ayuda milagrosa. Puede ser un hacha extraordinaria que le llega desde el cielo (wenumapu) y le ayuda a derrumbar árboles con una rapidez increíble, o puede ser una niña capaz de cambiar el entorno con la efectividad de sus palabras. También se puede tratar de su amabilidad y valentía, que le llevan a descubrir tesoros recónditos. Como un James Bond u otro héroe, el jovencito sale ileso de todos los peligros. Si consideramos estos mitos como relatos de viaje de jóvenes, hay que reconocer que hoy estos emigran del suelo natal para ganarse el pan y probar suerte en otros lugares. Antes de 1880, estos mitos reflejan muchas veces la preparación de las nuevas generaciones para la lucha. Pero en la vida real, en la vida fuera de los mitos y leyendas, la buena suerte


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no acompaña siempre a los jóvenes, tal como lo demuestran las fuentes históricas. Muchos mocetones o kona, que se asociaron a un lonko, perdieron su vida en las confrontaciones armadas. En otros casos, el mito del joven tampoco termina ccon un final feliz. Aquel se enamora perdidamente de una doncella que también lo ama, pero que es demasiado orgullosa para admitirlo, puesto que procede de una rancia estirpe, es la hija de un lonko. En este caso se aborda un tema que los mitos mapuches tratan repetidas veces: la relación problemática entre personas de diferentes estatus. Generalmente, el abismo social es más profundo que en el ejemplo recién mencionado, sobre todo cuando la unión es con una personalidad mítica de influencia importante en el entorno. El fin y el sentido de una relación con un ser mítico no es en todos los casos el matrimonio y la fundación de una familia. También puede tratarse de un sacrificio humano. En este volumen, en repetidas ocasiones, los mapuches amenazados entregan obligadamente a mujeres jóvenes y bellas a un monstruo u ogro para que este satisfaga su apetito. En los relatos donde intervienen tíos y sobrinos es importante conocer la distinción que hacen los mapuches entre los parientes matemos y paternos, en el primer caso son “sobrinos-yernos” (choküm), en el segundo “sobrinos-hijos” (malle). En tiempos anteriores, los mapuches tuvieron la costumbre de aconsejar a sus hijos varones buscar esposas en la familia patrilineal de la madre. Un ejemplo típico es el relato del tío Latrapai: un joven tiene la intención de casarse con su prima, la hija del hermano de la madre, empero, el malvado tío se opone tenazmente, imponiéndole una serie de obstáculos y pruebas fantásticas. En cambio, en el relato sobre el puma y su sobrino diminuto, este último no está interesado en la hija de su tío paterno, ya que se trata de una relación proveniente de la línea del padre, es decir, es un sobrino hijo. Los mapuches se organizan muchas veces de manera patrilocal, es decir, los hermanos varones suelen vivir en las cercanías. Por esto, un sobrino-hijo, que vive en la vecindad, tiene la posibilidad de jugar malas pasadas a su tío paterno, mientras que a este se le puede pasar


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por la mente devorar a su sobrino para saciar su hambre. Según el cuento mencionado, el joven astuto finalmente amarra al tío paterno a un árbol y con artimaña pone palabras en su boca, que llevan a los enojados vecinos a matar al “tío-puma”. El cuento del tío paterno y su “sobrino-hijo” indica otra particularidad de los mitos mapuches: cuando se trata de humanos, no relatan casi nunca un conflicto entre padres e hijos, tema apreciado en la literatura occidental. Tal vez las fricciones entre familiares patrilineales de diferentes generaciones sólo se puedan enfocar en el antagonismo entre un tío paterno y su “sobrino-hijo”. Otra posibilidad de mostrar los desacuerdos intergeneracionales es elevándolos a nivel de las deidades, como en el mito sobre el dios del cielo y sus rebeldes hijos. No sólo para los mapuches sino para muchos pueblos originarios de América, el número cuatro es un número mítico, místico y ritual, calificado muchas veces en la literatura etnográfica como número sagrado. Para los europeos, el número mítico y ritual es tres. Por eso hay que sospechar una influencia europea siempre que el número tres aparezca como elemento en un mito autóctono. Pero tampoco hay que pasar por alto el hecho de que el cambio de un número no sería demasiado difícil cuando se procura insertar un relato ajeno a la propia mitología, sobre todo sabiendo que la mitología mapuche contiene muchos elementos europeos. No hay que olvidar que durante los siglos pasados los mapuches estuvieron siempre en estrecho contacto con personas de origen europeo, como nos comprueba su historia. Folkloristas y otros investigadores han estudiado, desde el siglo XVIII, la difusión de motivos narrativos, tratando de elucidar sus orígenes y su área de expansión. Un tema difundido en Europa, Asia y entre los mapuches se ha bautizado “la huida mágica”: una pareja escapa de algún malvado y, para dificultar la persecución, va poniendo en el camino obstáculos fantásticos. Ya en el año 1931, el folklorista A. Aarne sugirió la tesis de que dicho motivo estaba presente, desde el siglo XI, en la India y que desde allí se expandió hacia el norte. Cuando un personaje malvado cabalga sobre una cabra –como el antropófago Che-


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rruve o el sacerdote hechicero o el malvado jefe– nos enfrentamos sin duda con un motivo de origen europeo. Sabemos que las cabras son poco idóneas para usarlas como caballo, pero en la mitología europea, brujos y brujas, y el mismo diablo, viajan grandes distancias sobre ellas, e incluso en algunas ocasiones las cabras pueden hasta volar. Ciertamente, los estudiosos de la mitología de los pueblos originarios del Cono Sur no sólo se interesan por la influencia europea, sino al mismo tiempo por la manera como los mapuches reformularon una idea ajena para hacerla propia. Estos relatos recogidos por Bertha Koessler-Ilg son una prueba maravillosa de todo esto. H. S. Museo Etnográfico de Munich, Alemania, marzo de 2006.


Leyendas


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De cómo obtuvo su nombre el lago Lácar Primera leyenda

Un día, en que el Grande en el cielo azul salió montando su caballo dorado, vio desde arriba cómo el Inca, que vivía en una magnífica ciudad en el valle del lago que hoy día se llama Lácar, maltrataba a los indios. Sus gritos desgarradores se oían hasta allá arriba. Entonces, el Chau de los hombres decidió castigar al Inca y, junto con él, a quienes realizaban esos malos tratos. Pero antes envió a un mensajero celestial para ver si el Inca estaba total y completamente endurecido. El mensajero llegó a la ciudad como hombre muy anciano y pobre, se sentó frente a la mansión que habitaba el Inca y esperó. Cuando salió el Inca, vio al viejo y dijo: “Este es forastero y tiene una cruz en la frente. El verdadero indio no la tiene, su cabeza es plana. ¡Expúlsenlo!”. El viejo se acercó y pidió limosna. Corría un viento muy fuerte que hizo volar una punta del chiripa que vestía el anciano y golpeó el rostro del Inca. Este se enfadó y dijo: “Coged al forastero y dadle muerte. Tostad al ketre ketre, este cerdo de piel roja, para que los perros se harten”. Cuando los malvados quisieron cogerle, se convirtió ante sus ojos en un pequeño arroyo que comenzó a correr por la ciudad. El Inca se enfureció aún más, escupió al arroyito que corría, lo pateó y gritó: “Nguechiñko, agua de excremento humano, nguechiñko”. Y además emporcó el agua. En ese momento escuchó una voz: “Hoy mismo estarás de duelo”. El Inca regresó a su casa y ya antes de entrar escuchó llantos y voces quejumbrosas: su primogénito estaba agónico. Enseguida se oyeron fuertes lamentos que provenían de las casas nobles de la ciudad: los primogénitos de los servidores del rey se encontraban agonizando. ¡Cómo lloraban las madres, todas inocentes! Al ver todo esto, los ancianos del Consejo dijeron: “Ofreceremos sacrificios al Grande y para comenzar le ofrendaremos karekare, gallinas negras, descuartizadas vivas”. Pero el


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orgulloso y enfadado Inca lo prohibió porque no quería regalar nada al Grande que le había arrebatado a su hijo. Cuando los ancianos quisieron hacerlo en secreto y quemar toda clase de ofrendas, los maldijo y los amenazó de muerte. Nuevamente escuchó entonces una voz encolerizada: “Hoy mismo tú también morirás”. Inmediatamente se produjo en la ciudad gran gritería y expresiones de terror: el arroyito se hinchaba y crecía, se volvía profundo y ancho, corría por todas partes, entraba a las viviendas bajas, luego a las que estaban situadas más arriba. Por último, penetró a los palacios y lo inundó todo, se llevó todo. Un viento terrible ayudó a las olas que rodaban con furia y en poco tiempo toda la ciudad había desaparecido, sumergida bajo el agua. Sólo muy pocas personas pudieron salvarse, pero uno de los primeros que murió ahogado fue el monstruoso Inca. ¡Lancar, lancar! gritaba la gente, ciudad que muere, porque lan significa morir y car quiere decir ciudad. Con el tiempo se olvidaron de nombrar así a la ciudad muerta bajo el agua y sólo decían Lácar, pero lo que realmente quieren decir es “ciudad muerta” o “ciudad moribunda”. Antes de ocurrir esa gran catástrofe, la ciudad se llamaba Kare Mawida, ciudad montañesa, porque se encontraba al pie de una montaña alta. Pero esta también hubo de sufrir por las indomables olas que sepultaron parte de ella en el lago. Allí vive el Sumpall, del que muchos indios creen que es la encamación del malvado Inca que era tan cruel, igual que el demonio “de cabello crespo” que habita en el lago. ¿Es que no rapta a las niñas y mujeres jóvenes? ¿Es que no mata a sus enemigos que viven a orillas del lago para arrastrarlos al fondo consigo? No se sabe si ellos viven en las casas sumergidas; pero muchas personas dicen oír gritos de animales, ante todo el “quiquiriqui ’ de los gallos en las mañanas, el mugir de las vacas, los relinchos de los caballos. Cuando el lago está muy transparente, algunos ven cómo en el fondo lavan la ropa y la cuelgan en los zarcillos de las plantas trepadoras que el küref arranca cuando viene enfurecido desde el oeste y barre los árboles lanzando al lago las trepadoras que se enzarzan en ellos. Los mapuches creen que las moscas azules, a las que llaman


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Cuentos y fábulas

püllomen, y que existen en grandes cantidades junto al lago, son almas de la ciudad muerta. Por eso no las matan, porque sus ancestros pueden seguir viviendo en ellas. Sea como sea, Lácar o Láncar quiere decir “ciudad muerta.”

De por qué el lago Lácar es un lago encantado Existió una vez el dios brujo Lácar que vivía en el lago y simpatizaba con los hombres y las aguas, siempre que los habitantes de los alrededores, cuando sacrificaran a sus animales, colocaran una fuente grande de plata o de madera dura, bellamente tallada, llena de sangre, ya que él sólo bebía sangre; a los ahogados se la bebía toda. Arrastraba al lago a las yeguas que pastaban y se oía a gran distancia el doloroso relincho de los animales cuando el dios hechicero les mordía el cuello y se colgaba de ellos. También se llamaba Küref Huecuve porque se precipita como torbellino a las aguas, las agita y se apodera como demonio de todos los mares y lagos. Por rencor dio ese nombre al lago, que antes se llamaba Trikeñ Trikeñ, o bien Ten Ten, porque en él vivía el poderoso Kai Kai que con sus movimientos hace desbordar las aguas y temblar al mundo cuando está enojado. Es medio serpiente, medio caballo y sus relinchos, que parecen venir de las profundidades, suenan como el relinchar de mil caballos. El hecho es que el dios hechicero sentía mucha rabia contra el lago, pero ante todo contra los pequeños espíritus acuáticos, caprichosos y desobedientes. Odiaba especialmente a las olas locamente alborotadas que lanzaban a su hija, la hija del dios, a las altas crestas rocosas, donde la destrozaban junto con su canoa. Entonces él arrastraba las rebeldes aguas tras de sí hasta que corrieran a juntarse con las aguas grandes, que se llaman Fucha Lafken, el mar. Por último, el dios colocó en el lago a un demonio acuático que azota las aguas. Este se llama palo vivo.



III

VOL. I Tradiciones

VOL II Mitos y leyendas

A la usanza de los hermanos Grimm, de los que era gran admiradora, Bertha Koessler-Ilg, recogió, paciente e incansablemente, las tradiciones culturales de su amado pueblo mapuche. Al leer este volumen (así como los otros dos que conforman esta colección: Cuenta el pueblo mapuche), se aprecia su perseverante y minucioso trabajo de casi medio siglo. Ella misma nos cuenta: “la tierra de los araucanos está saturada de deliciosas leyendas, mitos, fábulas y relatos verídicos”. La introducción de este volumen está a cargo de Helmut Schindler del Museo Etnográfico de Munich, quien destaca el valor y la importancia de la recopilación realizada por Bertha Koessler-llg. Este Volumen III contiene brujerías, leyendas, fábulas de plantas, cuentos de animales y el correspondiente Glosario de voces mapuches que aparecen en estas narraciones.

Cuenta el pueblo mapuche. Cuentos y fábulas

COLECCIÓN CUENTA EL PUEBLO MAPUCHE

Bertha Koessler-Ilg

Cuenta el pueblo mapuche Volúmen III Cuentos y fábulas

VOL. III Cuentos y fábulas

Alemana de origen, Bertha Koessler-Ilg, se estableció en 1920, junto a su marido, el Dr. Rodolfo Koessler, en San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, Argentina, a pocos kilómetros de la frontera argentino-chilena. Gracias al carácter samaritano de este último, y a su profesión de enfermera, pronto supo granjearse la confianza y el afecto de los muchos mapuches que acudían al consultorio de su marido, el primer médico estable de la región. En retribución por los servicios prestados, aquellos le fueron transmitiendo su riquísimo acervo cultural: canciones, rezos, prácticas mágicas, refranes, pensamientos, adivinanzas, juegos infantiles, leyendas, mitos, cuentos, fábulas, etc., que ella con rigor científico recogió, catalogó y dividió en tres volúmenes de esta colección, el primero de los cuales publicado en 1962 bajo el título de Tradiciones, los otros dos editados por MN editorial y ahora los tres bajo el sello de Edebé, Chile.


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