¿qué hay de nuevo en rccp

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Journal Latinoamericano de Medicina Veterinaria de Emergencia y Cuidados Intensivos ¿Qué hay de Nuevo en RCCP?

Autor:

Dra. Adriana López Quintana, DMTV alopezquintana@adinet.com.uy

JLAVECC ISSN 1688-6100 2(1) 2010, pp 47 - 60

Fecha:

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2010-01-31

Abstract The keys to optimize success of CPCR are prompt intervention, adequate CPCR protocol, efficient team work and frequent training. The etiology of the arrest should influence priorization of CPCR technique. For cardiopulmonary arrest (CPA) the CAB protocol is advocated, Compressions first, followed by Airway and Breathing., whereas, in the respiratory arrest ventilation is mandatory. The new guidelines for CPCR emphasize the importance of providing continuous uninterrupted chest compressions CCCPR, if necessary interruptions should be minimized to <10 seconds. The chest wall should be allowed to completely recoil after being compressed at least 30% of the chest diameter. Excessive ventilatory rates severely decreases myocardial and cerebral perfusion, decreasing the chance of survival, thus respiratory rate should be <10–12bpm. CCCPR for 60sec before defibrillation and for 2 minutes after a single shock before reassessment of the rhythm by ECG, is recommended for ventricular fibrillation. For asystole and pulseless electrical activity ressuscitation defibrilation is contraindicated, high-quality CCCPR is indicated. Vasopressin, epinephrine and atropine alone or in alternation can be used to try to recover an electrical cardiac rhythm. Vasopressin has shown improved outcomes in human asystolic arrests and may show promise in veterinary medicine. In order to prevent stone heart, the current recommended dose for epinephrine is lower than ever 0,01-0.02mg/kg/iv/3-5min. Amiodarone is the medication of choice for treatment of refractory ventricular fibrillation after defibrillation. Excessive IV fluids during CPCR reduce coronary perfusion pressure as a result of an increase in right atrial pressure relative to aortic pressure, shock volumes are contraindicated. Allowing permissive hypothermia postresuscitation has been found to be beneficial and may increase success rate.

Resumen Las claves del éxito en RCCP son detección e intervención temprana, utilizar un protocolo de RCCP adecuado, trabajo de equipo eficiente y entrenamiento frecuente. La etiología del paro debe influenciar la elección y priorización de la técnica de RCCP. Para el paro cardiopulmonar (PCR) se debe utilizar el protocolo CAB, Compresiones torácicas primero, seguidos de control de la vía Aérea y de la Buena respiración, mientras que en el paro respiratorio la ventilación es prioritaria. Las nuevas guías para RCCP en el CPA enfatizan la importancia de proveer compresiones torácicas sin interrupciones (CCCPR continuous chest compressions cardiopulmonary resuscitation), si se requiere alguna interrupción la duración máxima debe ser de 10 segundos. Debe permitirse la completa recuperación de la pared torácica luego de comprimirla a un 30% de su diámetro. Las frecuencias ventilatorias excesivas disminuyen la perfusión miocárdica y cerebral, así como la sobrevida, por lo que la frecuencia respiratoria debe ser < 10-12/min. En la fibrilación ventricular se recomienda la CCCPR durante 60 segundos previos a la desfibrilación y durante 2 minutos luego de un único choque eléctrico antes de la verificación del ritmo post-desfibrilación. En los pacientes con asístole y disociación electro mecánica el tratamiento apropiado es CCCPR de alta calidad, estando contraindicada la desfibrilación. Para la recuperación de un ritmo cardiaco en la asístole, se puede utilizar vasopresina, epinefrina y atropina solas o en alternancia. La vasopresina ha demostrado mejores recuperaciones en los humanos con asístole y puede ser promisoria en medicina veterinaria. Para prevenir la sobreestimulación miocárdica que impide la recuperación de un ritmo “stone heart”, la dosis recomendada de epinefrina en paros recientes es la más baja de la historia 0,01-0.02mg/kg/iv/3-5min. La amiodarona es la droga de elección para la fibrilación ventricular refractaria luego de la desfibrilación. La administración excesiva de fluidos durante la RCCP reduce la presión de perfusión coronaria como resultado del incremento de la presión del atrio derecho respecto de la presión aórtica, los volúmenes de shock, por lo tanto están contraindicados. Permitir el mantenimiento de un cierto nivel de hipotermia luego de la resucitación ha demostrado resultar beneficioso e incrementa la tasa de éxito.

Introducción En la eventualidad de un paro cardiorrespiratorio (PCR), La resucitación cerebro cardiopulmonar (RCCP) provee ventilación y circulación artificial hasta la recuperación de la circulación espontánea (RCE). La tasa de sobrevida al alta hospitalaria (TSAH) reportada para el paro cardiorrespiratorio intrahospitalario es aproximadamente del 4% para perros y 4 – 9.6% para gatos. A pesar de ser poco alentadores similares resultados han sido reportados en humanos. Recientes estudios experimentales y de estudios retrospectivos en humanos en los que se evaluó la TSAH demostraron que aún cuando el RCCP generalmente se realiza con una técnica inapropiada aún cuando es aplicado por profesionales. Los problemas encontrados fueron fundamentalmente: la falta de entrenamiento, frecuencias ventilatorias excesivas, baja frecuencia e interrupciones frecuentes de la compresión torácica, así como monitoreo inefectivo. 3,4,8

Identificación del paro cardiorrespiratorio Una de las razones más importantes para el fracaso de la resucitación es la demora en el reconocimiento del paro cardiorrespiratorio (PCR), lo que deriva en una implementación tardía de la RCCP. El monitoreo cercano y la anticipación del PCR en los pacientes críticos es por lo tanto esencial.3,4 Los factores predisponentes para el PCR pueden ser agrupados como 5Hs (hipovolemia, hipoxia, hidrogenión -balance ácido-básicohiper o hipokalemia, hipotermia) y 5Ts (tratamientos -drogas o medicamentos-, tamponamiento cardiaco, neumotórax a tensión, trombosis pulmonar o trombosis coronaria). 3,4 En los momentos previos al paro es frecuente observar ciertos cambios como obnubilación, hipotermia, bradicardia, cambios del patrón respiratorio, hipotensión y disminución o ausencia de la respuesta pupilar. El monitoreo frecuente de la presión arterial, la presión venosa central, la temperatura central y periférica, tests diagnósticos (gases sanguíneos, lactato, K, dímero-D, Tiempo de protrombina TP, Tiempo parcial activado de Tromboplastina TPTA) así como ciertos procedimientos invasivos como tóracocentesis o


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