Las narrativas médicas Figueroa López Edgar. Torres Hernández Claudia.
En el siguiente artículo los autores se dieron a la tarea de explicar la importancia de elaborar narrativas médicas y compilar dos de las que realizaron en su estancia académica para ejemplificar a los lectores el cómo se realizan. Las narrativas médicas pueden ser un instrumento educativo que permita reelaborar la experiencia, crecer en humanidad y prevenir el aislamiento, el estrés y el agotamiento emocional, pero sobre todo ayudan a que el personal de salud sea conciente de que cada persona vive su enfermedad de manera distinta y así logre dar un tratamiento de manera individual abarcando toda la esfera biopsicosocial de su paciente. Es por ello que se hace una invitación al lector para que se entere de una forma distinta y poco común para el personal de salud de compartir y producir el conocimiento. El objetivo es que esta forma sea más fomentada para que otras personas puedan disfrutar de sus beneficios. Al juntar este trabajo, los autores de la revista se dieron cuenta de que sería una muy buena idea compartir sus propias narrativas para que los lectores pudieran crearse un criterio propio de la importancia de realizarlas. A continuación se presentan cada una de ellas.
A ESMERALDA. Por Torres Hernández Claudia
Conocí a la señora Esmeralda en el cuarto piso del Hospital Español. La primera vez que la vi fue cuando su médico tratante me invitó a pasar visita junto con él, entramos a su cuarto y le comencé a hacer algunas preguntas sobre su padecimiento, me comentó que en el transcurso de la noche
anterior había tenido mucho dolor de forma generalizada y no cedió con analgésicos automedicados, al amanecer ese dolor ya se había intensificado en la fosa iliaca derecha y es por eso que decidió ir al hospital. Pasaron 30 minutos y volví a ir con la señora Esmeralda para realizarle un electrocardiograma, cuando entré a su cuarto y la vi era una señora completamente diferente, estaba muy seria y me atreví a preguntarle qué era lo que sucedía, que la notaba un poco seria y preocupada, ella solamente soltó sus lágrimas y su hijo me dijo que era porque le acababan de avisar que la iba a operar, lo que hice fue darle ponerme en su lugar y le di ánimos, le dije que no se preocupara, que el médico iba a ser todo lo posible para que saliera bien, que con la operación se iba a mejorar muchísimo, pero sobretodo me di a la tarea de preguntarle el porqué le preocupaba tanto, ella sólo mencionó que ya no quería una operación más porque en la última que le realizaron, estuvo a punto de fallecer por la anestesia. Cuando hizo mención a este aspecto comprendí todo lo que implica para el paciente una operación, porque a nosotros como médicos se nos hace natural o común realizar las operaciones porque es, en algunas ocasiones, la mejor opción como tratamiento y no tomamos en cuenta la visión que tiene el paciente con su enfermedad y todo lo que implica este tipo de procedimientos. Finalmente ya no volví a ver a la señora Esmeralda porque después de realizarle su electrocardiograma me tuve que ir a clases y me enteré que el fin de semana la dieron de alta. Por Torres Hernández Claudia Estudiante de medicina de quinto semestre Facultad de Medicina, Ciudad Universitaria, UNAM
Un joven sin temor Por Edgar Figueroa
Hugo es un joven de 27 años, es maestro de educación física en una primaria y desde hace dos años le diagnosticaron VIH en el servicio de infectología. Lo conocimos con mis compañeras de rotación en el Hospital General de
México, y algo que nunca se me olvidará es la pasividad de un chico de su edad al recitar su enfermedad. He platicado con él y comenta que ha tenido que ingresar al hospital general no exactamente por causa directa del VIH, sino porque tiene una confección con sífilis, para lo cual lo están tratando y comenta que tiene se siente mucho más irritable por la infección.
El paciente vive su enfermedad con una tranquilidad emocional que me han dejado sorprendido. Desde que le diagnosticaron el VIH se ha puesto a investigar sobre las consecuencias de la enfermedad y a pesar de esto no se ha decidido tratar ni tiene planes a futuro para hacerlo. Al tomar más confianza durante la entrevista le pregunté que qué significaba para él su enfermedad, lo cual contestó que dios tenía un destino para todos, y que todos pagamos por hacer las cosas en este mundo. Lo que logré interpretar fue que él cree que por ser una persona homosexual, dios lo ha castigado con diversas enfermedades, las cuales tiene que enfrentar por ser lo que es. Por último me ha hablado sobre cómo lleva a cabo la enfermedad, diciéndome que no tiene ningún problema con ser una persona VIH +, que él y su novio pueden tener las cosas bajo control y no se muestra preocupado por ello. De hecho se ve una persona muy confiada para el diagnóstico que tiene.
Personalmente lo que me ha llamado bastante la atención de su caso es que una persona joven, que tiene licenciatura y todos los medios necesarios para conocer información sobre cualquier tema gracias a Internet puede llegar a ese punto en el que ni siquiera esté un poco preocupada por la gravedad de la situación Por Edgar Figueroa López Estudiante de medicina de quinto semestre Facultad de Medicina, Ciudad Universitaria, UNAM.
Si tienes algún comentario que quieras compartir con nosotros puedes contactarnos a los siguientes correos: ● edgarflt90@gmail.com ● torres.hdez.claudia@gmail.com De igual manera puedes escribirnos si tienes alguna duda o sugerencia y a la brevedad responderemos. Atentamente: los editores de la revista Expansion Scientifique Française