Danzas trajes y tradiciones de Zacatecas

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DANZAS, TRAJES Y TRADICIONES DE ZACATECAS DR. JUAN JOSÉ ZALDÍVAR ORTEGA

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Unidos por Zacatecas, en el CDL Aniversario de su Fundación. 1546 - 1996


(Nota: El lector interesado puede solicitar la presente «GUÍA» a la Dirección General de Turismo del Gobierno del Estado de Zacatecas.)

450 Aniversario de la Fundación de Zacatecas 1546 - 1996


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Patrimonio Cultural de la Humanidad Escudo del Estado de Zacatecas.Según la cédula real original, debe tener la forma de un escudo español. En un único campo, predomina una elevación que representa al emblemático cerro de La Bufa, en cuyos pies nace la ciudad en 1546, como producto del descubrimiento de las ricas minas de plata. En la parte más eminente del cerro aparece una imagen de la Virgen María, por haberse descubierto este cerro y las minas el día en el que la iglesia católica celebra la fiesta de la Natividad de la Virgen; abajo, el monograma del Felipe II, como testimonio de quien otorgó el escudo de armas a la ciudad. En los dos extremos superiores del escudo flotan el sol y la luna en un cielo de color azul intenso. En la falda del cerro hay cuatro retratos de personas en campo de el capitán vasco Cristóbal de Oñate, principales fundadores, mineros y pobladores de Zacatecas; debajo de ellos aparece el lema «Labor Vincit Omnia» (el trabajo lo vence todo); y en la orla, cinco manojos de flechas y entremetidos con otros cinco arcos, que son las armas de que usaban los referidos indios chichimecas.


Fachada de la Catedral BasĂ­lica de la Ciudad de Zacateecas, bello estilo neoplateresco, ubicada al piĂŠ de la avenida Hidalgo, en la Monumental y Hermosa Ciudad Colonial de Zacatecas, imagen viva de la capacidad creativa y el talento de sus antepasados, plasmados en las bellas construcciones de cantera rosa de su Centro HistĂłrico. (Foto: Carlos Zapata).

Danzas, Trajes y Tradiciones de Zacatecas


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Aportación al X Festival Cultural «Zacatecas 96»


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El Acueducto «El Cubo» sirve de fondo a la antigua Plaza de Toros San Pedro, convertida hoy en un extraordinario y sin par Hotel, observándose las piedras de color rosado en el Acueducto.

Presentación


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Los Matlachines. Es la Danza mรกs representativa del Estado de Zacatecas, que se baila durante las Fiestas Patronales de sus Municipios. En esta ocasiรณn interpretan la danza en el ruedo de la antigua Plaza de Toros San Pedro, en la que puden verse los huecos donde estaban los palcos.


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La celebración del Primer Congreso Internacional de la Lengua Española y la memorable visita de S.M. los Reyes de España a la hermosa Ciudad Colonial de Zacatecas (México), que confirmaron a la Urbe de cantera rosa como Faro de la Cultura Occidental en el Nuevo Mundo.

PRESENTACIÓN A l prologar esta obra, iniciaré rindiendo un alto reconocimiento al dilecto amigo Juan José Zaldívar Ortega, que con un acopio posible de datos, aunados a los que le he proporcionado, plasma literalmente la evolución de la Danza Mestiza, que reúne dimensiones fantásticas y extraordinarias con la finalidad de que las conozcan las generaciones actuales y futuras; sorprende es, cómo Zaldívar, al realizar el trabajo de


investigación, retoma de punto inicial, la estancia de pueblos precolombinos del Estado y la llegada de los íberos, los que al fusionarse hicieron surgir nuestro folklore, que es la expresión genuina de las tradiciones históricas del pueblo, como factor de aliento que explosiona cargadamente de una sagrada herencia en cada región donde se manifiestan, costumbres, creencias, mitos y leyenda, producidas por la idiosincrasia que tiene sede en los ámbitos y rincones de la Entidad; pero remontada en su origen a causas que determinaron nuestra fusión de elementos étnicos que en la actualidad conocemos como zacatecanidad, que es significativamente la esencia del binomio de rasgos culturales que contribuyeron a la formación de nuestro presente y futuro, amalgama de visión cosmogónica surgida de dos razas: La Natural (indígena) y la Española. El indígena, presenta ayer como hoy, un aspecto único y múltiple, porque al realizar una retrospección, veremos el pasado sobre las diversas tribus que habitaron el Estado, y notaremos que no todos fueron de un mismo origen. La simple enumeración y observación de sus rasgos, somáticos y culturales lo indican: Los Zacatecos, Caxcanes, Tecuexes, Guachichiles o Imitilas y Chichimecos; que aunados a la llegada de los Mexicas, Michoacanos, Tonaltecos y Tlaxcaltecas, sembraron un complejo mosaico costumbrista cultural. El elemento Hispánico-Europeo, a simple vista también ofrece caracteres de uniformidad y de diversificación ya que desde su penetración al territorio estatal, siglo XVI, mostraba, tanto conquistadores regionales como peninsulares, lo mismo que respecta a su fisonomía que a su cultura, porque procedían de las provincias o regiones autonómicas de: Andalucía, Asturias, Aragón, de las dos Castillas, Cataluña, Extremadura, Galicia, Navarra y Vascongadas; y Portugal. Cada uno de los elementos señalados influyó con sus costumbres culturales de origen, a la formación de Danza Folklórica Zacatecana, englobando en ella los aspectos indígenas puros, como peninsulares de las distintas regiones; resultando de esto, Danzas Mestizas, con un sello exótico e implantas por diferentes grupos de colonizadores, notándose en ellas la mezcla de elementos indígenas-europeos, que se manifiestan en la Danza de la Pluma, los Caballitos y los Tostoanes, desprendiéndose de éstas hacia los bailes


mestizos como Mexicapan, Cuadrillas y Barreteros (Chotis) que son interpretados como compases rítmicos algunos, y otros fuertes, sobre la musicalidad europea de la mazurca, el chotis, la polea, el vals, la redova y cuadrillas francesas. Melodías que tuvieron origen en el antiguo continente como: La Mazurca, en el año 1554; baile de la región de lo que hoy es Polonia. El nombre de mazurca se deriva del área de Masovia y se llamaba «MAZUR», siglos XVI y XVIII. Fue introducida en Alemania, en el año 1640 y en Suecia, en 1655. La mazurca fue incluida en las «cuadrillas» de Inglaterra y Francia, en 1840. Una de las variantes de la mazurca, se llamó VARSOVIEN (ciudad de Varsovia) haciéndose popular en París y Madrid en el año 1846, llegando a México con el nombre de Varsoviana, en 1852. El Chotis, de origen alemán, es conocido con los nombres de RAYLANDER y POLKAALEMANA. Penetra en México el año 1850. En Zacatecas se le denominó como Chotis del Barretero o de huarachazo. La Polka, originaria de CZECHOSLAVAKIA (Checoslovaquia) en 1830 y ejecutado rítmicamente por la sirvienta Ana Chandimova, vivíe en el puebloi de Kostelec, sobre el río Elba. En 1840 la polea, se convierte en el baile favorito de todos los países; en México el primer compositor de polka fue Juventino Rosas. Vals, derivado del verbo alemán Walzem, que significa «danza de vueltas», es descendiente del baile austriaco llamado LANDER, haciéndose el vals bastante popular en 1780 por toda Austria, principalmente en Viena. Fue introducido en México en 1810-1815; las autoridades religiosas lo atacaron como baile pecaminoso e indecente, traído por franceses degenerados. Bailar vals (**) que llegó a la popularidad mundial fue «Sobre las Olas», de Juventino Rosas. Redova, de origen CZECHOSLOVACO, desde 1845; su nombre «Redova», con variantes «Rejdovak» y «Rejdovacka», penetraron en México, en 1863. La redova hoy forma parte del repertorio de conjuntos norteños. Cuadrillas, se les conoció en el siglo XVIII, como contradanza francesa; después se le denominó cotillón, que significa «enaguas campesinas.» En 1845 fueron introducidas a Londres. En 1830, a México, por el diplomático don Juan Gamboa y en la Intervención Francesa se popularizó en todo el país.


Relativo a Zacatecas, se bailaron hasta Principios del siglo XX (1909) y continuaron ejecutándose (1929) en los municipios de Morelos, Valparaíso, Monte Escobedo y Pinos. Esta conjunción de culturas que encuadran en sí a nuestra danza, música, y trajes: algunos expuestos a extinguirse en el devenir de los tiempos, tienen una magia hipnótica que no podemos permitir que se sumerja en el oscuro abismo del olvido, sino perpetuarlos como fiel testimonio de lo que somos, colocando herméticamente el emblema de la cultura zacatecana, reflejo permanente de nuestra tierra de nopal, cantera y plata, como fantasiosamente lo burila la pluma hábil y versátil del autor de este libro, tema que también apareció en el II Número Especial de la Revista Internacional: IDENTIDAD ZACATECANA –ya agotada-, quien con imaginación magistral amena y culta, describe esplendorosamente las danzas, trajes, tradiciones y costumbres de los zacatecanos.» Emilio Rodríguez Flores

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Aspecto que presentaba la Avda. Hidalgo, de la monumental y hermosa Ciudad Colonial de Zacatecas, cuando los zacatecanos esperaban ilusionadamente el paso de los Reyes de España. La cordialidad y hospitalidad del recibimiento, que sorprendió muy gratamante a los Monarcas, son virtudes de los grandes pueblos y fueron indescriptibles.


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En la imagen, el corazón del Centro Histórico de la Magna Ciudad Colonial de Zacateca. Desde este punto de la Avda. Hidalgo, pueden verse al fondo: El célebre Cerro de La Bufa y el Observatorio Astronómico. En la izquierda, al fondo, la Catedral-Basílica, y en primer plano, la Plazas Goitia y el Mercado González Ortega. En la esquina, con su toldo, el singular Restaurante-bar «El Paraíso, donde sirven deliciosos «antojitos mexicanos.»

Marco Descriptivo


ZACATECAS: Patrimonio Cultural de la Humanidad


La Capacidad Imaginativa y el Don de Creatividad que irradia la imagen es un fiel reflejo de los valores humanos y artĂ­sticas de los zacatecanos y alimento de su rica sensibilidad argentĂ­feras. (Foto: Carlos Zapata).


Conjunción y Asombros de Dos Mundos D esde un lugar de privilegiado –el tendido de la Plaza de Toros San Pedro-, asistí a las «Semanas Zacatecas en la Cultura», especialmente a la V Semana, a la II Muestra Artesanal y a la Primera Exhibición de Danzas y Bailes de Zacatecas, comprobando con «alegría de la buena», cómo sucedió la «Conjunción de asombros de Dos Mundos», en contacto continuado de siglos de la entremezclada intimidad de dos universos antes desconocidos entre sí, que dieron origen a


esta realidad inimaginable y palpitante en México, donde nacieron las mil claves de un misterio profético y cósmico, colosal y sencillo, figuras de mágicos poderes que irradian una lógica impensable del pensamiento religioso de Moctezuma, el que anunciaba a Quetzalcóatl, el que decía: «Nada ocurre ni puede ocurrir que no estuviera previsto»; y así: «El Conquistador esa Quetzalcóatl que volvía, tal y como estaba escrito»…, aunque ello resultara de «un terrible poder paralizante de la actividad», pero hereditario patrimonio cultural, que unido con el tiempo a la riquísima cultura indígena, produciría una cascada de encantamientos, de fulgores esplendorosos. Y es así cómo, en Zacatecas, se sigue viviendo cada día una singular creación colectiva de una Nación cuya gente notable, ansiosa de escapar a las limitaciones del tiempo y del espacio, se dispara hacia lo divino deshojando los pétalos de la flor más hermosa: La Cultura. Quedó distante, pero siempre presente, la figura de Quetzalcóatl, al final tan hombre de carne y hueso como los demás, dejando nítidamente configurada su calidad de ser temporal, llevando sobre sus hombros la angustiosa carga, las eternas e insoslayables preguntas: ¿De dónde hemos venido?, ¿A dónde vamos?, que en parte siguen sin contestarse, para continuar todos los indígenas de entonces y los muchos que son hoy, de tan distinta procedencias y razas, en nuestros anhelos perdurables de bien y de nuestras inevitables «caídas» en el mal, que nos acusan de nuestra frágil y mutable condición mortal; pero nada nos impide estar dotados de una extraña fuerza divina, de gran poder creador y de la capacidad para imponer normas éticas que son, como estamos sintiendo estos años en los aires de Zacatecas, los pilares de toda una riquísima cultural. Los museos, sus calles, sus monumentos, sus esencias, el cantar de sus poetas, son estas fechas donde se desparraman los más luminosos esfuerzos de todo un pueblo que lucha siempre por liberarse de su entorno circunstancial para convertirlo en indestructibles valores de inmortal belleza. Todo parece señalar que Quetzlcóatl ha fijado su mirada en Zacatecas y le hará despertar esa milagrosa facultad del ser humano, ese Don que hace germinar los casi infinitos pétalos de una flor única: La Cultura. Y ya se está produciendo el milagro de una conjunción entre agricultura, ganadería, casas, ciudades, bailes, cantos, danzas, poesías; en suma, toda la


gama de las formas humanas adaptadas al fin a las condiciones ecológicas de nuestro entorno «rosa y plata», con una tierra colorada y un sol desgarrador, nazca con inusitada fuerza anímica, el alma de un pueblo que expresa en la Cultura todas sus ancestrales virtudes creativas. Aguayo Spencer lo señaló muy acertadamente… «Y si los pueblos autóctonos volvieron siempre los ojos hacia él (Quetzalcóatl), como fuente y modelo de inspiración, el hombre blanco, destinado a ser carne de genealogía mexicana, sangre nutrida de nuestra biología, lo convirtió en una figura de precursor, creador de un asombroso mundo axiológico que podía emparentar, casi sin distorsiones, con los valores del Cristianismo», que estamos viviendo rodeados de expresiones artísticas, de danzas, artesanías y de bellezas inmortales, esas que le dan esencias, luces y continuidad a las civilizaciones. Y así aparece Zacatecas, desnuda al sol cada mañana, asido a las culturas de la Madre Tierra, como una semilla en el Cosmos, destinada a ser germen de razas en su caminas hacia el Norte, sin poder saber jamás, pues nunca alcanzará a entenderlo, si pertenece a la tierra o al mar, al viento o al Cielo, por estar tan cerca de él. Y en el centro de esa «conjunción de asombros de dos mundos», Zacatecas, Sultana de las Culturas, camina en pos de la amplitud, de la belleza, de la riquezas de sus tierras y la creatividad de su noble gente, hacia nuevos y más fecundos horizontes, dejando muy atrás el cautiverio de unas minas que ya no son rentables explotar y que se llevaron, para beneficio de unos pocos, la salud de incontables miles de hombres, que antes desgarraron una y otra vez la piel de sus manos y las finas paredes de sus alvéolos pulmonares en busca de unos metales que muy poco aportaron al engrandecimiento del Estado y sí mucho a sus desolación y deterioro ecológico irreparable, llegando la sequedad hasta las profundidades del subsuelo. Pero los zacatecanos no han perdido su capacidad de recorrer la magnitud de los espacios cósmicos llevando en sus alas la poesía y las artes de dos Mundos antes desconocidos entre si. Por eso, estos años y siempre, flotará su presencia milenaria sobre las tierras calcinadas de todo el Estado, sobre el clima nostálgico de un invierno que en 1996 no llegó, como el ambiente, como el aire y la luz; «presencia invasora que se convierte en cultura», tal y como lo señalara el poeta.


El autor

Danzas


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Danzas nativas llenas de coloridos y de armonía. La rica y vistosa indumentaria es patrimonio ancestral en todas las tribus y lucen en México ya desde el año 1325, cuando se fundó su capital: Technotitlán.


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Salรณn de La Quemda,en las ruinas de Chimostoc (Zacatecas).

pendejaditas.com/? p=620


Milenios de Esplendor de la Danza Mexicana E n el ruedo de la antigua Plaza de Toros San Pedro -inaugurada la tarde del día (09-09-1866) y convertida hoy en el Hotel más lujoso de México, respetando su estructura de mampostería y piedras originales-, sobre un albero imaginario y evocador de un pasado de glorias y tragedias de la Tauromaquia Zacatecana, hoy rodeado de un lujoso y singular hotel, resplandeció, durante la V Semana «Zacatecas en la Cultura», con su multicolor «traje de luces», el Ballet folklórico de la Ciudad de México, «Benemérito de las Américas», compuesto por setenta jóvenes bailarinas, obtuvo un clamoroso triunfo.


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Uno de los danzantes interpretando la «Danza de Sol», dejó a todos los asistentes ensimismados con sus ancestrales movimientos. Sobre la misma arena se revivieron a la vez aquella inmemorables faenas de diestro famosos y matadores certeros, como Ponciano Díaz, con estas manifestaciones artísticas de las danzas mexicanas que , cruzando cientos de años, llegaron hasta nosotros aquel día (23-03-1991), entretejiendo artes, colores, sonidos y movimientos de una increíble riqueza plástica corporal, que difícilmente olvidaremos los que tuvimos el alto honor de presenciar aquellas danzas sacadas de la Historia con tantas generosidad, entrega y profesionalismo. En solo dos horas, aquellos jóvenes danzantes, con sus estilizadas figuras y desprendiendo encantamientos, nos deleitaron con las danzas de siglos esplendorosos de una cultura y la forma que nace en el corazón para agilizarse en las extremidades y desprender al aire sabores de grandeza. El Ballet folklórico elevó a la V Semana «Zacatecas en la Cultura» a su mayor manifestación artística y su más significativo rehilete. El ruedo de la


San Pedro volvió a cubrirse de gloria y de esplendores, de encantamientos, al protagonizar uno de los programas de danzas más conmovedores de los que tengamos noticias por estas latitudes. El reloj de las danzas dio marcha atrás, haciéndose pasar de la Prehistoria a la Historia de las Danzas Mexicanas, en un recorrido de luz y de belleza poco imaginables, pero que se presentó increíblemente real, majestuoso, y provocó que todos nos quedáramos ensimismados ante la Danza del Sol, la Tonantzin Nonatzin, la ofrenda a Huitzilopochtli y el Águila Blanca, que nos señalaban un pasado… que sigue vivo y resplandeciendo, en Aurora Boreal permanente de cultura que nunca se apagará y que debemos integrar a nuestro presente. Y de las danzas Prehispánicas nos fueron llevando, por el camino de los siglos, a las que llenaron de luz y colorido los Estados de Yucatán, Campeche, Guerrero, Michoacán, Veracruz, Chiapas, las del Norte Mexicano, de Tabasco… y de Jalisco. Todos los componentes de Ballet Folklórico «Benemérito de las Américas», integrado por jóvenes de ambos sexos, cuyas edades oscilan entre los 15 y 19 años, dieron una lección de organización, sensibilidad artística, profesionalismo y de valores humano fuera de lo común. Con ellos recorrimos esos cincos siglos de danzas mexicanas en 35 representaciones diferentes en un singular proceso evolutivo seguido por las danzas hasta nuestro días. En verdad que esa manifestación artística constituyó un gran motivo de orgullo, un placer de dioses, comprobar nuestras tradiciones culturales milenarias, el riquísimo contenido de tantos mensajes articulados con bellísima plástica corporal, las variedades de traje típicos tan extraordinarios, el derroche de color que llegó hasta nosotros desde los más lejanos siglos. Un éxito total. Al observar, sintiendo constantemente una emoción profunda e inexplicable, la serpentina multicolor de esas danzas recorriendo los cuerpos de nuestra juventud, llena de valores humanos y de ares, sentí orgullo y placer profundos de haber llegado a conocer este sin par país, y de pronto pensé: «México superó todos los sueños de España por estas tierras… si es que alguna vez los tuvo para México.»

Danza a Huitzilopochtli


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El Ballet «Benemérito de las Américas», interpretando la Danza a Huitzilopochtli. E n ese instante nacieron en mi los deseos más fervientes de que este Ballet «Benemérito de las Américas» debió ser presentado en el Viejo Mundo con motivo de la celebración de V Centenario de Descubrimiento de América, en España, para que esas danzas estén en la Plaza Mayor de Madrid, en las de Trujillo y Cáceres (Extremadura), en los Reales Alcázares y en la Plaza de España, en Sevilla… para que allí vean y… si pueden que sientan, que vivan, las grandezas de México, la vitalidad de una juventud verdaderamente cósmica, sus cultura y sus artes milenario, para que comprueben hasta la sociedad que México camina hacia un futuro esplendoroso porque tiene lugar de privilegio entre las naciones que conducirán la Hispanidad en los próximos milenios. Y lo mismo podríamos decir de la Banda de Música del Estado de Zacatecas, cuya presencia en el Viejo Mundo, tiene el éxito garantizado. Iniciaré el capítulo de danzas, donde Quetzalcóatl fijó una vez su mirada en Zacatecas capital, ciudad mágica, de cantera rosa y plata, en la que germinan permanentemente ilusiones áureas en el infinito Don de la Cultura, como se aprecia en los pasos al son imaginario del tamboril y la chirimía expresados rítmicamente en los matlachines.

Danza de los Matlachines


E n la actualidad aún se encuentra rasgos de nahatlismos -de los hombres de la antigua Náhuatl-, en diferentes regiones del Estado, herencia de grupos indígenas como: Caxcanes, huachichiles o irritulas, tecuexes, chichimecas y zacatecos; lugares que fueron habitados por todo el Estado hasta mucho después de la conquista de Zacatecas. El origen de la danza de los matlachines, surgió de las entrañas místicas de la comogonía del hombre náhuatl y según la leyenda, que dice: «Cuentan que cuando murieron los dioses en Teotihuacan dejaron las mantas a sus sacerdotes, estos labraron unos trozos de madera, haciéndoles unas muecas o huecos en la que colocaron una piedra preciosa por corazón. Los cubrieron con pieles de serpientes y de tigres o pumas americanos; llenos de pesar, se dieron a vagar sin rumbo, llevando sus divinos muertos. Uno de ellos llegó a la orilla del mar y una inspiración celestial mística le instruyó que fuese a pedir al Dios Sol cantores e instrumentos musicales. Los animales del mar le tendieron un puente entre éste y la morada del Dios Sol, y se encaminaron entonando un enternecedor y dulce canto. El Sol, no queriendo disminuir los miembros de su corte,

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En la Danza de los Matlachines es característico el uso del violín y la tambora.


había prevenido a sus acompañantes que no contestaran el canto que habían escuchado; así que por sublime mandato fueron arrojados de la presencia del Sol todos los instrumentos musicales.» ORIGEN.- El indígena cantaba y bailaba diariamente, teniendo una idea clara de la cadencia. El mimo se transformó en ritmo como manifestación de vida, y ésta en danza, la que fue ejecutada por la tribu matlazica. Desde el punto de vista etimológico, el nombre de la Danza de los Matlachines es la siguiente: El nombre de la palabra náhualt Malacotzin, de malacochos, significa girar o dar vueltas como malacate; por corrupción lingüística tenemos Malacatonzines o Matlachines. Por viejas crónicas sabemos que nuestros ancestros bailaban en círculos concéntricos girando simultáneamente y a veces en línea recta. Fuera de los bailes guerreros y rituales se mezclaban hombres y mujeres. Esto hace valorar las raíces de esta danza, que es absolutamente indígena. DIFUSION.- Su constante luchar por la supremacía, en el período bélico defensivos, obligó a las tribus del Valle de México a emigrar a otras regiones del país para establecerse y protegerse en todos los aspectos de los invasores hispanos; sin embargo, es manifiesto que fueron los tlaxcaltecas, quienes trajeron esa danza al Estado de Zacatecas, cuya descendencia proviene de las tribus náhuatlacas; ramificándose en el territorio estatal, como lo podemos constatar con la conquista de Zacatecas desde 1546, radicando en esta forma la danza de matlachines. La danza mexicana constituye una oportunidad para expresar las costumbres, tradiciones y leyendas que forma parte de la cultura, conservándose como una sagrada herencia de la creatividad artística de nuestros antepasados, que hicieron posibles el nacimiento y la formación del país. La danza, que en un principio formó parte de los rituales, ha llegado hasta nuestros días como un tesoro invaluable. Las creencias religiosas, las relaciones familiares y hasta el estado civil, la modalidad de cada grupo de Danza de Matlachines varía, así vemos algunos atuendos con dibujos que guardan asombrosa similitud con los decorados y grecas que producen estampas de cada región; figuras diversas en puntada


diferente y cortes que también encierran su contenido con elegancia. Las figuras o adornos expresan el sentimiento de cada danzante, algo que nuestro pueblo lleva como origen íntimo, en función de desagravios o promesas, temor o alegría, todo relacionado y armoniosamente conjugado.

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En la Danza de los Matlachines su ritual e indumentaria son tesoros invaluables.

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En la Danza de los Matlachines su ritual e indumentaria son tesoros invaluables.

Vestuario de la Danza de


los Matlachines 1.- MONTERILLA.- Existen dos tipos: una similar a la de los apaches que se usa en las regiones de Aguascalientes y Lagunera; la otra es redonda como sombrero ancho, usual en Zacatecas y San Luis Potosí, lleva gran colorido de plumas al frente, fleco de carrizo en la visera, barbiquejo y en la parte posterior una trenza en forma natural. 2.- CAMISA.- Debe ser ligera para no acalorarse, de color llamativo para mostrar la alegría que encierra o el estado de ánimo de grupo ejecutante. 3.- CRUCERO.- Es un implemento que cruza en forma inclinada el tronco del danzante, del hombro izquierdo hacia el lado derecho atado a la cintura en forma de franja con vistosos colores. 4.- COMENCÉ, PATIO O FAJA.- Es un tramo de manta de un metro y cuarto, cuadrado, que cubre la parte superior de la naguilla, además sirve para que el danzante sienta un poco de apoyo en la cintura al ejecutar la danza por tiempo indefinido. 5.- CALZÓN O CALZONERA.- En determinadas regiones se lleva atado al tobillo con delgadas cintas de tela o elástico; en algunas danzas es amplio para poder desplazarse cómodamente y debe ser debajo de la rodilla. 6.- NAGUILLA, MANCILLO O FALDILLA.- Con estos nombres se conocen hasta varios modelos, según la región, para las distintas danzas. Esta se integra en dos partes, adecuándose a las costumbres y tradiciones. En


algunos sitios lleva complicados y bellos bordados que encierran significados especiales como señalar la flora y la fauna del lugar a través de grecas de diverso colores confec

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cionadas en lentejuela chaquira y canutillo, las que representan la orografía de los pueblos. Llevan hilos y estambres de colores con motas que le sirven de sostén al carrizo. Está confeccionada de terciopana, franela o poliéster rojo. Como culminación, se elabora un rapacejo que cuelga en la parte inferior de la naguilla, manifestándose con ello la destreza en el arte de la danza.


7.- MEDIAS.- Se han utilizado para cubrir la entrepierna del danzante. Fueron elaboradas en un principio de «popotillo», y actualmente el color característico es el rojo. 8.- ATADERAS.- Se llevan debajo de las rodillas para darle mayor vistosidad y realce a cada uno de los desplazamientos que realiza el danzante. Llamadas también Correllajes, utilizado para cubrir el espacio abierto de la naguilla. Estos implementos eran usados por los indígenas en sus ritos para adornar su cuerpo. 9.- HUARACHES DE TRES AGUJEROS O ZACATECANOS.Conocidos también como «pata de gallo». Es la síntesis del calzado de los indígenas, formado por trozos de piel de la más reciente cacería. Los huaraches, en la parte superior, llevan una tapa o copete en ocasiones adornado con alegorías, y por último, en la parte de abajo donde se inicia la correa que fija el huarache, tiene un «estoperol», especia de clavo en forma de greca. 10.- ARCO.- El danzante tiene que saberlo portar porque era el arma indispensable del indígena. También va pintado de colores y lo hace sonar para ejecutar alguna pisada. 11.- GUAJE, AYACACHTLI O BULE.- En la danza no puede prescindirse de él, y se considera como continuación para sostener el equilibrio del danzante, proporcionando a los movimientos de los brazos: seguridad, belleza y la elasticidad necesaria en la expresión general de la danza. Casi nunca se deja de sonar y cuando eso sucede es porque se da juego al arco.


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El Bufón, que deambula entre los danzantes, pero que no baila con ellos, lleva en una de sus manos un látigo y un animal disecado para espantar los malos espíritus que pretendan perturbar la danza. VIEJO O BUFÓN.- Este personaje -que en la imagen a la izquierda, no se puede ver adecuadamente, porque esta foto y otras originales que incluye el autor se extraviaron en la imprenta-, que encierra muchos secretos, en algunos casos representa el bien y el mal, es la alegría de los concurrentes, y al danzante le indica cómo debe bailar. Su vestuario varía mucho, desde la improvisación hasta la perfecta realización; en la mano derecha lleva un látigo o chicote y en la izquierda un animal disecado, que pueden ser culebras, zorrillos, conejos, etcétera., para espantar los malos espíritus que puedan perturbar la danza; o simbólicamente un muñeca vieja y andrajosa que se cree representa a la Malinche; personaje polémico dentro de la historia mexicana. Los instrumentos característicos para la ejecución de esta danza son: el violín y la tambora. Los músicos interpretan diferentes sones, entre los más conocidos están: El Meco, Los Verdes, El Aterrado, El Viejito, La Atolinga, El Pariente, El Detenido, El Voraz, El Indio, El Cangrejo, El Degollado, La Víbora, El Borracho, El Zacatecano, etc. (*)

(*) Datos inéditos relacionados con la Danza de Matlachines, proporcionados por el insigne Historiador Zacatecano don Emilio Roldríguez Flores.


XIV Festival Cultural «Zacatecas - 2000»

La Región de Pinos E n Pinos, esa bella región zacatecana que tiene en su norte geográfico al Espíritu Santo y al sur el Cerrillo de Dolores, estuvieron en 1991 los Representantes de las industrias artesanales del Estado, acompañados de las Autoridades Turísticas del mismo, para recibir el reconocimiento oficial de sus respectivas muestran en la V Semana de Zacatecas en la Cultura , en un acto de especial significación de correspondencia sentida y fraternal, a esa obra Muestra de Danzas de las Región natural de Pinos que nos ofrecieron en la Capital del Estado durante la Semana señalada y que constituyó un gran éxito.


En una «encrucijada de culturas y destinos», la región de Pinos, tiene su cabecera municipal en un bellísimo pueblo de igual nombre, a 124 kilómetros de la Capital del Estado. Es un pueblo tradicionalmente minero, fundado por el vasco Juan de Oñate a fines del siglo XVI. Cuenta con interesantes muestras de arquitectura colonial, como la parroquia de San Matías de Pinos, cuya fachada recibirá al fin las atenciones reparadoras que merece; y el templo de San Francisco y el de la Santa Veracruz, el primero con bellos retablos en su interior.

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Cuatro grupos sintetizan las danzas, trajes y tradiciones de la Región zacatecana de Pinos. En los alrededores hay algunas ex haciendas dignas de visitar, entre ellas: La Pendencia, productora de mezcal, localizada a 23 kilómetros hacia el norte; y la del Espíritu Santo, ubicada a 43 km., de la cabecera municipal, en la que existen hermosos personajes, manantiales y deliciosas áreas naturales, arboladas en la rivera de su presa, a manera de oasis, dentro del marco semidesértico evocador de aquel pasado en que los hombres de esta tierra de encantamiento hacían ofrendas de los recursos naturales, donde las tribus vivían en armonía con la Madre Naturaleza, conviviendo bajo el sol y las estrellas. La Región de Pinos, en su silueta geográfica dentro del Estado, parece estar dando un gran paso. Y así es, Pinos está cambiando visiblemente y puede convertirse pronto en otro de los atractivos para la «mares de turistas nacionales y extranjeros que ya inició su pleamar en la capital», de forma que los beneficios del turismo se extiendan a todo el Estado, impulsado por el concepto de modernidad socio-económica y política.


Las tradiciones y danzas de la Región de Pinos pueden sintetizarse en cuatro grandes etapas: PRIMERA.- Etapa Prehispánica. Una tribu de hombres pacífico, de origen Guahihil, estaba en aquellos lejanos tiempos subordinada a los Chichimecas que habitó la región. Estos hombres, recolectores de productos naturales y que formaban parte de una raza verdaderamente creativa, surgidas de las montañas vivían, ajenas al valor de los metales, disfrutando del sol, de los bosques, de esos que «se comieron las minas», de los frutos naturales de la tierra, hermanados en el mismo aire y en las aguas de los arroyos.

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El origen de estas danazas se remontan a los primeros asentamientos de los Tlaxcaltecas en el Estado de Zacatecas, llegados ahí acompañando a los conquistadores españoles. Practicaban ritos paganos, hacían ofrendas a los muertos y pintaron en las cuevas verdaderos relieves multicolores. Elaborando con filigrana la cerámica, atlantes, guilanches, crisoles, etcétera. La paz en que vivían les desarrolló la imaginación para crear y no destruir, de ahí que, cuando los habitantes de una nación pierden el sociego, se puede caer en la deseperación y los conflictos sociales. SEGUNDA.- Etapa del Mestizaje. Fue el choque genético de la variabilidad cósmica, de encrucijada de culturas y destinos; lo inevitable, el influjo de la tarea evangelizadora frente a las costumbres Guachichiles. Fue en esa región, como en tantas otras, donde la «Conjunción de asombros de los mundos»


desprendió luces hasta la eternidad, al mancomunar culturas para siempre y dejar ya indeleble la unión de danzas e instrumentos, sones y vestimentas, españolas e indígenas, dando gritos de orgullosa unión que harán eco en los futuros milenios, combinando carrizos con espejos, flechas con lentejuelas, lanzando al aire resplandor de amores que todo lo integra, en una fusión de magia, de artes y de ensueños, que son el basamento de nuestra grandeza universal. Todas esas ricas danzas de Pinos, esas celebraciones religiosas, las festividades del Corpus Cristi, las Danzas de Palmar (Jaulas de Arriba), las del Arreo (El 3 de Mayo, día de la Santa Cruz), las de Pluma (en Guadalupe Victoria), al de los Caballitos (en comunidades de Cabras), las de la Conquista (en el Nigromante), etc., todas las cuales disfrutamos los capitalinos y numerosos visitantes, son valores, reservas de tradiciones, que bien manejadas constituirán un valioso recurso de apoyo al turismo del Estado, razón por la que conviene estimular y encausar debidamente, creándose un institución que las oriente y las haga resplandecer. Son valores de una importancia extraordinaria para dar diversidad al turismo. TECERA.- Etapa Hacendaria. En ella nacieron las cuadrillas para la recreación de los turistas –el arte de la Caballería-, los bailes incorporados, los Foxtrotes en las festividades propias del Patrón y su familia, en ambiente de fraternidad, todas con características europeas; pero los pastores quedaban sin acceso a estas celebraciones, por lo que originaron una reacción creativa del pueblo y la aparición de los bailes «campiranos.» CUARTA.- Etapa de los pastores. Aquí nacieron los que pusieron los cimientos del México actual, trabajando de sol a sol, haciendo dar frutos a los campos y a los animales, cuando Zacatecas encontraba su verdadera vocación: la ganadería y los campos blanquecieron de ovejas y corderos. Era gente de Huizachales, hombres de lomeríos y de campiñas, del Cotense o del patio, incansable labriegos, jornaleros conocedores del temporal y del calendario de los vientos, las lluvias y las heladas. Era la nueva raza conquistadora de las Américas, la que festejaba la llegada de los novios con bailes de Viena a Sones de Huizaches, de la Palma China, las Aguadoras, la Fiesta de la Cosecha, o «choteando» al coyote en San Nicolás.


Durante el mes de octubre se celebraba en el Nigromante «La Fiesta de la Cosecha», en la que se festejaba al matrimonio –en estos días, a la familiaque había levantado mayor producción de maíz, frijol, trigo, etcétera. En esas ceremonias se compartía con los asistentes porciones de lo cosechado, pues traía suerte. Se cuenta que bajaban desde las parcelas o predios todos los invitados, cantando y bailando, hasta la casa del homenajeado, y ahí les esperaban platillo plásticos suculentos, propios del lugar, tales como: Cuitlacoches, condoches, atoles con melcocha, masita de pinoles, y los nopalitos. Los festejos se prolongaban hasta el amanecer y marcaban el fin del ciclo agrícola. Acarrear el agua, «palomear», la melcocha, salir a recolectar agua miel, y una gran variedad de juegos infantiles, ayer como hoy en numerosas comunidades aisladas, formaban parte de las costumbres diarias, pero desgraciadamente van desapareciendo. Las «aguadoras», personajes milenarios en las pequeñas aldeas de todo el Mundo, bajaban por las tardes y al amanecer hasta el manantial, llevando sobre su cabeza el cántaro. Eran las horas propicias para el «galanteo» de las jóvenes, y momentos para los raptos de las doncellas, bajo los efectos del mezcal o del colonche, pero había que esperar que las bebidas calentaran «la sed de amores», facilitando a la vez el cantar de los cenzontles. Fueron aquellos años en los que nacieron las artes del deporte nacional: La Charrería y el Jaripeo, practicado en los corrales del patrón, con caballos de pura sangre, por las que se hizo famosa la hacienda de San Nicolás.

Cuatro Grupos Sintetizan las Danzas, Trajes y Tradiciones de la Región de Pinos


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Vista de frente del atuendo que usa la mujer, en la Danza de la Palma.

DANZA DE LA PALMA E l curso de los siglos llega convertido en caudaloso río de culturas y artes del pasado hasta Zacatecas inmortal, durante la Semana en la Cultura propios y extraños quedamos fascinados. El color rosa de sus canteras hechas monumentos resplandece como nunca cada año. La plata de las entrañas de esta tierra generosa suspira por no salir toda a lucir sus mejores destellos. La Noble y Leal Ciudad de Zacatecas, Patrimonio Cultural de la Humanidad vibra esos días de encantamientos. Nadie puede ver tantos espectáculos, exhibiciones, obras de teatro en el lujoso Calderón, muestras de artesanías -en la V Semana se pressentaron por vez primera los «vitrocosmos», creados por los Hnos. Zaldívar-, de folklore, exposiciones de libros,


etcétera., y todas las tardes a las cinco en punto, sin duda para conmemorar la hora más torera, en el ruedo San Pedro, una muestra de Danzas regionales que el tiempo hizo universales; entre ellas la Danza de la Palma tal y como se practica en el municipio de Juan Aldama… y Para ubicar, a la ciudad en la modernidad del arte musical más puro y actual, el turismo queda extasiado con las interpretaciones de la Banda del Estado. Origen de la Danza. El origen de la Danza de la Palma, según cuentan, se remota a los asentamientos de la Tlaxcaltecas, que se establecieron durante la época de la

Vestuario de la Danza de La Palma

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Vista de frente del atuendo que usa la mujer en la Danza de la Palma. conquista, los cuales fueron traídos por los españoles para intervenir en el sometimiento de las tribus seminómadas que habitaban la región, especialmente, para combatir a los caxcanes, en la Guerra de Mixtón. Llegaron así a Zacatecas los hombres que sabían hacer la tortilla ( Tlaxcal),


los que preparaban ya alimentos cocinados debidamente, gente más evolucionada en el vestir y en el comer, como han sido las procedentes de los litorales del mundo y dejaron con la «Danza de la Palma» un sello un baluarte de la cultura; fiel testimonio de sus tradiciones y costumbres. Un nuevo mosaico de luz y del color se instaló hace siglo en Juan Aldama. El atuendo para la danza de La Palma se compone de los accesorios siguientes: Un pantalón de corte recto en color negro –es el que vistieron los hombre extremeños hace varios siglos-, lleva encima un pañuelo bordado a mano, nombrado «Paño de Sol», en él están las rosas del Cerro de Tepeyac, que sirvieron para legalizar la Verdad Guadalupana, con sus dos rosas partiendo de un solo tallo imaginario representa el árbol materno donde se hace la vida. El pañuelo va sostenido por una franja roja. Los segadores de hace siglos, esos que recolectaban el trigo a golpe de hoz, llevaban un pañuelo de lonilla sujeto a la cintura por una faja roja, para ser visto en las extensas llanuras de trigales y que los hombres de edad cambiaban por el color negro. Es el juego de colores, que evoluciona con los sentimientos y que en México se convierten en fuegos artificiales. La camisa siempre bordada con deshilado al frente y alrededor de las mangas, en las cuales lleva pañuelos bordados. Prendida a la espalda, lleva una mantilla bordada de lentejuelas. En estos tocados esta parte de toda la sal folklórica de España, pero revitalizada, joven y orgullosa. Como tocado original lleva una corona compuesta de espejos en forma simétrica y flores de maguey en diferentes colores, teniendo como fondo de color rojo. Es el color de los desprendimientos, ese arte que sale del alama y tiene por palabra la policromía, para dar en el rojo sus mejores vivencias. Y en la parte posterior de la corona, lleva listones de los mismos colores que las flores y así mismo, una mascada blanca y collares de diversos tonos. Esa máscara trata de cubrir lo cobrizo de una piel cuya finura dejó hipnotizado a los conquistadores, que fueron en verdad los conquistados. Por esa piel cobriza suspiran los blancos de todas las latitudes… y los 860 millones de árabes tratando de mirar.


Un pañuelo cubre la cara hasta el límite inferior de la nariz. Este fue agregado unos años después de su llegada a la región de Juan Aldama, para defenderse (el rostro) las mujeres del sol, el viento y el polvo. Así viven las mujeres árabes en los desiertos; y aquí, con la palma, se ocultan con milenaria feminidad todo el rostro, ante la mirada incisiva de un varón impertinente, lo cual resulta lo más normal del mundo. INDUMENTARIA DE MUJER DANZA «LA PALMA.» Completamente el traje, un «guaje», huaraches de tres agujeros en vaqueta y la «Palma de Plumas» era una réplica de los escudos, pero que en las manos mexicanas se hizo amor de colores. En nuestros días, esta danza se ejecuta en festividades religiosas de toda la región de Juan Aldama y es el símbolo de la alegría e ingenio de la gente del Municipio de su nombre.

DANZA DE LOS CABALLITOS L os hombres iniciaron la doma de caballos hacen muchos milenios. En las extensas llanuras esteparias de la Europa Central y de Asia abundaban los caballos. Con ellos, las numerosas tribus nómadas y salvajes, recorrieron todos los confines del Oriente sembrando la muerte y la desolación hasta las riberas del Mediterráneo. Los jinetes bárbaros destruyendo una y otra vez las antiguas civilizaciones. Y los caballos, que no estaban en América a la llegada de los españoles, terminaron ocupando todo el Continente, el Nuevo Mundo, Esta especie animal es bastante inteligente y puede aprender la realización de numerosos movimientos hasta lograr auténticamente bailar sobre sus extremidades. El «Trotador de Mundos» Marcos Polo –esa flecha humana peregrina- en sus largos recorridos por el Oriente, tuvo ocasiones de ver a miles de asiáticos cabalgando y realizando verdaderos juegos ecuestres, con gran destreza y habilidad, Guiejecutando en grupos diversas danza. Vestimenta para la Danza «Los Caballitos.»


En las extensas llanuras inundables de la desembocadura de los grandes ríos, tal es el caso de la Marisma abierta de la Camargue francesa o la Marisma del Guadalquivir, en las Baja Andalucía, existen caballos silvestres y estos en la épocas grandes riadas, mientras amaina el temporal, permanecen en las áreas más alta jugando y realizando entre ellos juegos y movimientos que nos recuerdan las danzas animales. Con ese trasfondo histórico, según dicen, al parecer llegó esta danza de los «Caballitos», «de claro origen español», pero ya vemos que se baila, con caballos figurados, en diversas regiones del Estado Zacatecano. Intervienen en ella 13 caballos y 2 mulas; estas últimas representan a manera de «viejo mal intencionados» de la danza, el mal o bien. Un Moreno, va montado en

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La Danza se baila con caballos figurados, en diversas regiones del Estado de Zacatecas (Zacatecas, México). un caballo figura o en una mula y el Director de la danza, que es un viejecito vestido y montado igual que lo jinetes, pero


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Indumentaria para realizar la Danza de los Caballitos. portando en la mano derecha una espada imitación del Santo Santiago Apóstol, patrón de las Españas. Cada danzantes lleva, como complemento y parte de su indumentaria, un sombrero de charro o simplemente de ala ancha, un pañuelo o paliacate, una chamarra con adornos de láminas, camisa, calzón o pantalón y huaraches de vaqueta. GUIA DE LA DANZA «LOS CABALLITOS.»


El caballo está simulado, no es real, y formado a base de una armazón de varas cubiertas de franela y satín, ataviado en forma de chavingan sarape, almartigón, freno de cabresto, una cuerda y una mantilla. La cabeza es de madera pulida. Ese esqueleto artificial de caballo está dirigido por su respectivos jinete, posado en el suelo por sus pies, lo que le da un aspecto pintoresco en extremo. Ante de hacer la entrada los danzantes interpretan una frase musical repetida, sin duda como anuncio o preámbulo. Seguidamente pasan al área de danza caminando en dos filas, moviendo el caballo a derecha e izquierda, sosteniendo en la mano derecha y el alto, un chicote simulado para acicatear al caballo. Esta danza se llama «de los caballitos», lógicamente, porque los danzante imitan en sus evoluciones al caballo. Algunos de los jinetes realizan movimientos espectaculares y logran acaparar la atención del público. La música se compone de muchos sones, siendo los principales: «El Bonito», «El Caballo», «El Pastelero», «La Víbora», «La U» y «El Corinto», entre otros. Esta danza se baila en la Hacienda de «La Pastelera», en el municipio de Río Grande, donde se realiza por toda aquella región el día 17 de julio, de cada año en honor de San Alejo, patrono de la comunidad señalada, para pedirle abundantes lluvias y como manifestación de fe y regocijo.

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Un Moreno, va montado en un caballo figura o en una mula y el Director de la danza, que es un viejecito vestido y montado igual que lo jinetes

LOS TOSTOANES, de Moyahua


L a danza de los tostoanes es tradicional, típica y de mucho renombre. Ninguna tiene más colorido, si fechas características de historia y leyendas. Dura varios días, del veintitrés al veintiséis de julio, en época calurosas o lluviosa y los campos están ya florecidos, y las calles comienzas estar húmedas, por donde bailan y danzan los tostoanes. Por todas las arterias (calles) se observa como un fragor de pelea, gente que se divierten, que ríen intensamente, que son perseguidas por los tostoanes o que les hacen frente. Tal parece que Moyahua, hermoso rincón pueblerino del Estado de Zacatecas, fuera un inmenso escenario de una auténtica representación histórica, en que Santiago Apóstol, el legendario patrón del conquistador español, viene otra vez en ayuda de éste para vencer al aguerrido indio, que hace siglos defendiera su patria y sus dioses. La representación histórica está ahí improvisada en la plenitud del Sol, con el ancho escenario de todo un pueblo que es actor y a la vez espectador. En Moyahua está la historia y la leyenda -¡y los tradicionales «Burritos»hecha carne en esa fiesta que es a la vez un drama y una comedia. Santiago ha cintareado, simulando una lucha ininterrumpida durante horas y días, como el año anterior, con el otro, como hace ya muchos lustro y durante varias generaciones. Pero en la tarea los tostoanes simulan, en la improvisada enramada que sirve de estrado, un juicio en que en una jerga (lengua enrevesada) ininteligible que forma parte de la mojiganga (fiesta que se hace con disfraces ridículos) y que es como el lenguaje o dialecto oficial de los tostoanes, -dialecto o lenguaje que nadie entiende y que sólo ahí se habla en esa vez, en el que condenan a Santiago, atándolo para ser llevado en medio de la expectación y de la gritería de toda la multitud. En esa hora grave, en aquellos poderes de Santiago son por fin abatidos, lo acompaña un ángel que es siempre un efebo con su cara aniñada y unas enormes alas. Santiago es conducido hasta el atrio de la iglesia, donde lo abandona el ángel. Entonces el Santo a quien llevan a pie, pues su caballo habrá sido montado por otro Santiago que recibirá para el año siguiente la herencia de su poder, es objeto de burlas y recibe una lluvia de frutas podridas que le arrojan los tostoanes. Mientras los músicos tocan los sones de «Los Enanos», «El Patito» y el


alegre y jacarandoso «Xuchitl». Después vendrán «El Viejo y la Vieja», que son de tipos tilichentos, como a modo de brujos de nahuales, a simular que curan a los tostoanes y la fiesta prosigue, más profana que religiosa, más grotesca, pero siempre espectacular y policromada.

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Los Tostoanes en plena Danza Guerrera y Ritual.

ORIGEN DEL TOSTOAN ¿Cuál fue el origen de esta fiesta? ¿De dónde parte su primitiva raíz y cuál es su significado? Esta fiesta (danza) la han visto representar en Moyahua -el último municipio Estado de Zacatecas antes de llegar al Estado de Jalisco por la vía corta- y en barrio la Mezquitera, aledaño a Juchipila, desde los años que siguieron a la conquista de la Nueva Galicia. Tiene por fondo un hecho legendario, un acontecimiento histórico. La danza es más que el preludio de la representación bélica de encuentro de dos razas. El disfraz de los tostoanes es una rara mezcla de trajes que tienen español e indígenas y que quizás son una reminiscencia de trajes que usaron gentes muy lejanas que viven en el reino de la fábula. «Tostoan es un término provincial, corrupción de la voz mexicana tlatoani. «Tlatoani significa Los Señores, los que tienen la autoridad de mandar. Es plural de Tlatoani que se compone de TL, nota de transición de acción verbal a paciente tácito que es coas y de Toani, que es verbal del presente activo el


verbo Itoan, que significa Decir. El verbal pierde la I por la composición con la partícula TLA; significa el que dice y por antonomasia significa El que habla con autoridad, el que manda; también El que tiene autoridad, el que manda; e igualmente El que tiene autoridad pública, por que le es propia, manda. Tal es la explicación del filólogo, Agustín de la Rosa Santosco y, quien escribió sobre este tema el siglo XIX. Esto es lo que significa el nombre Tostoan. La danza en sí, es guerrera, ritual, propiciatoria para recordar hechos pasados; la invasión de los pueblos, la muerte de su guías, la intervención de los dioses. La presencia de Santiago es una reminiscencia de la leyenda admitida por los españoles en la batalla de Tetlán, en que Nuño Beltrán de Guzmán dominó a la caxica y a las huestes de ese pueblo, con la intercepción milagrosa del Santo, o aquella otra en que Santiago, según la fábula inventada por los hispanos, ayudó a Oñate y a los sitiados de Guadalajara para vencer la cometida de la gran caxcana. O, por fin, la remembranza de la memorable batalla del cerro de El Mixtón; hecho de los momentos más gloriosos y estelares de la historia de México: veinte días duraba el combate y muchos auxiliares de la Guerra de El Mixtón se retiraban ya; el Virrey Antonio de Mendoza desesperaba de tomar la inexpugnable fortaleza caxcana. Era medio día, por lo que había optado en descansar un poco; se retiraba el padre Antonio Segovia río abajo, frente al pueblo de Apozol, a rezar el Oficio Divino, cuando Cristóbal Romero, Juan del Camino, Pedro Placencia y tres soldados más que le seguía con ánimo de inquirir si sabía el Padre de alguna vereda para subir al Cerro del Mixtón y aunque muchas fueron sus instancias nada consiguieron –dice el historiador Mota Padilla-, cuando oyeron una voz de arriba que decía: «Dígales, Padre Segovia, que por aquí va el camino»: era la voz de Santo Santiago que les señalaba el camino para subir a los flancos del Peñol. Ahí se trabó la última y descomunal lucha entre españoles e indígenas aliados contra los caxanes. Los iberos fueron ayudados por Santiago y los ángeles. La batalla terminó en una tremenda derrota de los heroicos caxcanes que murieron por millares… y no menos tlaxcaltecas y españoles, en solo siete días.

DANZA GUERRERA Y RITUAL


En recuerdo de la intervención del Santo erigióse una capilla en el Mixtón y al cerro se le denominó Santiago, que duró poco, para volver a su nombre original. Sublimizar a Santiago; se debió a que por tres veces, en la rebelión de los indios de la Nueva Galicia contra sus agresores, la intervención fantástica de Santiago como la causa de la derrota de los indios: Primeros en Tetlán, luego en Guadalajara y por último en Mixtón. Desde entonces se celebra, según los primeros cronistas, la intervención de Santiago en la conquista y derrota de los naturales (indígenas). Esto fue el origen de los tostoanes; danza indígena con representación histórica. Durante siglos quizás Santiago, que sería siempre un excelente jinete, hacía pagar a los indios la manda que debían al Santo Patrón; pero después de las Leyes de reforma, de la separación de la Iglesia y el Estado, la danza degeneró y el hondo resentimiento que el indio guardaba contra Santiago, que representaba en sí al conquistador español, al vencedor, al verdugo. Por eso la fiesta de los tostoanes tomó otro cauce, y el tostoan vengó en Santiago los viejos agravios que durante los siglos de la colonia revivió el indio. Santiago enjuiciado, condenado en la farsa que representan los tostoanes, es el conquistador español vencido en la Guerra de Independencia. El tostoan es el pueblo mexicano resentido que en la primera oportunidad, por amor a su libertad, busca venganza de sus agravios.»

VESTIDO DE TOSTOAN Su atuendo, de acuerdo a los reglamentos tradicionales, consiste en un chivarras de cuero, un amanta grande que cubre al individuo desde los hombros hasta los pies; encima de ella, como adorno, un sarape de colores o una sobrecama bordada. La cara se cubre con una toalla que sirve para recoger y enjuagar el sudor, y también para proteger bien a la persona, de manera que no se le pueda ver nada y nadie llegue a identificarla. Sobre la toalla, la enorme y grotesca máscara tallada en madera, barnizada y pintada con rasgos humanos.

TOSTOANES CON EL SANTIAGO


A sí disfrazada toda la infantería de tostoanes, se da a la tarea de recoger las calles y, validos del anonimado, asedian a las señoritas, asustan a las viejas y hacen correr a los chiquillos. Eso, si no los sorprende el «Santiago» porque ya tendrán en este caso la tunda de chicotazos con que los seguirán entre la aglomeración de la gente hasta someterlos. El Santiago, que toma ese papel y lo hace también por una manda (como cada tostoan), lleva un buen caballo, de una estampa (también de, manda), aclarando que: los caballos que deban una manda, es una simple y piadosa ingenuidad que solo en el pueblo de Moyahua y en ocasión en la fiesta de Santiago puede verse. La explicación válida para estas gentes es que: son caballos que por algún defecto en el tronco o en su conformación física, o que se vieron en apuros: en una carrera, el brinco de un potrillo, el seguimiento de una res para enlazar... en esas semejantes congojas, el dueño de la bestia ofrece al Santo ponerla en el próxima fiesta para que la monte y haga todas las cabriolas y correrías necesarias quien represente al Santiago, personaje central de la fiesta. La vestimenta de Santiago es: Un chalequito o ferreruelo de terciopelo rojo o guinda subido; lleva en la mano una cruz de latón la espada o sable de relumbroso acero. Si acaso, para la fiesta del año, hay más de una persona que hizo la promesa de personificar al Santiago, se comparten el tiempo entre ellas de modo que, una después de otra, vayan realizando la agobiante tarea. 1.- Joel Pozos. Revista Chicomoztoc, Zacatecas, día (18-12-1943). 1.- Joel Pozos. Revista Chicomoztoc, Zacatecas, día (18-12-1943). 41. Estructura e investigación bibliografía –Emilio Rodríguez Flores.

XUCHITL O LA FIESTA DE LAS FLORES Su historia en el devenir de los siglos Las agrupaciones de nativos que conformaronn el asentamiento de la ciudad


de Juchipila, municio del Estado de Zacatecas y otros Estados; del Reino de la Nueva Galicia, convivieron en Comisarías de ese municipio, año con año, y al finalizar la primavera, se preparan con gozo y devoción para celebrar en alegre convivió la ancestral fiesta del Xuchitl, que en expresión del Náhuatl significa: La Fiesta de las Flores, herencia que fuera de los Caxcanes, desde finales del siglo XII; saber y recordar los acontecimientos históricos de la celebración es deber de todos los que se precian de haber nacido en ese vergel perenne que es el Cañón de Juchipila, jardín florido que celosa custodian las sierras de Nochistlán y Morones, bajo un cielo azul y luminoso con un sol que es flagelo y caricia sobre estas tierra fecundas por su río, el río Juchipila, antes torrentes incontenibles, portador de los limos oscuros que año con año enriquecen esos suelos, donde el algodón, los agaves, la caña de azúcar y hoy los guayabos fueron y son su sustento, que comercian con las regiones vecinas con eso productos.

Esta es su Historia Corría el año de 1160 de la Era Cristiana, de Aztlán, localizando al norte de nuestro Anáhuac, se había desprendido la última de las familias Nahuatlacas, que fueron llamados Aztecas o Mexicanos, los que siguieron el camino hacia el Sur en busca de las tierras que su Dios Hutzilopochtli les había prometido para su definitivo asentamiento, peregrinación que culminó el día (18-071325) en la Meseta Central de Anáhuac, fundado su capital MéxicoTenochtitlán. En su devenir atravesaron el actual Estado de Chihuahua, se asentaron en los Estados de Sinaloa y de Durango y en un inmenso Valle de nombre Tuitlan, localizado al sur de la hoy Capital Zacatecana, fundaron cerca de Villanueva una ciudad y centro religioso al que llamaron Chicomostoc, para un temporal asentamiento, incluyendo en ella adoratorios o cues para sus dioses, habitaciones para sus sacerdotes y caudillos y una serie de pirámide a cual más de admirable cuyos núcleos fueron protegidos de una gran muralla, conjunto digno de admiración propios y extraños, que el Estado de Zacatecas se precisa de contar como suyo. La gran familia Mexicana sólo poseyó veinte años su ciudad adoratorio, tiempo en el que la gente menos cultivadas de entre los Aztecas, a los que se


les conoce como Tochos o Rústicos mexicanos, por incultos, más si grandes guerreros, en número de cien mil, conquistaron los tres Cañones naturales que al Sur de Chicomostoc se



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Xuchitl o la Fiesta de las Flores. localizan: Tlaltenango, Juchipila y Noschistlan, arrojando de sus tierra a los pocos Guachichiles y Chichimecas que en ellas precariamente subsistían. La peregrinación tenía que seguir su derrotero; los Aztecas o Mexicanos en este precio Chicomostoc, habrían de dividirse. Los Rústicos o Tochos se asentaría definitivamente en los Cañones, viendo partir a sus padres y hermanos. Los que se asentaban aquí se llamaron Caxcanes, del verbo Náhuatl Caxani, que es como decir Alfojarse el Tercio, que no otra cosa sucedía en la gran familia Azteca-Mexicana. Sólo los pobladores de los tres Cañones son Aztecas o Mexicanos, al igual que sus padres y hermanos que se instalaron en la Ciudad Capital de Tenochtitlan y como hijos de ellos adoptaron su idioma, religión, costumbres y tradiciones que aman y cuidan reverentemente pos siglos interminables. Así nació y es el Xuchitl. La descripción de la palabra Xuchitl es la siguiente: Xochilhuitl, del Náhualt Xochil = Flor Huitl = Fiesta, que traducido es la Fiesta de las Flores, que llegó hasta nuestros días con el solo nombre del Xuchitl, Fiesta de la amistad y de las Ofrendas, fiesta de los cantares y la danza, fiesta de la pacífica convivencia. Establecidos nuestros padres los Mexicanos en esas tierras se dieron a la tarea de organizarse tanto en lo civil como en lo religioso, fundado ciudades capitales para cada región, siendo tres las dignas de renombres: Teul que fue el centro religioso de las tres comarcas, donde se veneró al dios Huitzilopochtl, en su santuario localizado sobre el cerro que está al lado del sur de la actual población llamada Teúl, a donde año con año era obligatorio que las otras dos religiones asistirán para venerarlo. Nochistlán es la capital política de la Caxcana, donde se asentaron los elementos de guerra, siendo Tenamaxtli el capitán de las huestes al llegar los españoles. Juchipila es una población esencialmente agrícola, reguladora y sostén de la economía caxcana, siendo el comercio su principal ocupación, y en la que


nunca faltó el adoratorio o santuario dedicado al Dios XochipilIi, o El Niño de las Flores, para quien se instituyó la fiesta del Xuchitl y se dice el Niño o Señor de las Flores, según códice o Lienzo de Tlaxcala, Cuadrete Nº 58 dedicado a Juchipila por los Tlacuilos Tlaxcaltecas, en donde aparece un niño de escasos años sentado sobre un montículo portando un ramo de flores en la mano derecha, precisamente de Xacalazuchitl, de Náhuac vertido Cinco Flores, es fiesta movibles que caía en la primera quincena de junio. En todo el año, pero específicamente en ese día era venerada la imagen de este dios, con ofrendas de flores, con sacrificios de godornices y cinco panes azinos o tamales elaborados con maíz cocido sin cal, condimentados con mieles silvestres o de maguey. En la actualidad, estos panes han sido sustituido por pasteles comerciales; también el dos era ofrendado con atoles de maíz, jocoatoles y paniles decorados con una flor, esas bebidas ahora son remplazadas por aguas frescas, repartidas entre la comitiva. Se honraba al ídolo también haciendo penitencias con cuatro días de anticipación, estas consistían en privarse de manjares o comidas aderezadas con chile, moles o cosas agradables al paladar. Se ejecutaba una sola comida al día y a la media noche bebían atoles y tejuinos. Como todo evoluciona en una sociedad, esta tradición se ha perdido, ya que su gente no conserva este ayuno. La ceremonia del baile se ejecuta hasta hoy día. El canto de los himnos se ha perdido; respecto al baile, el ejecutante desde el inicio lleva con dos dedos de cada mano, índice y pulgar, un lienzo llamado Tapaliolixtli, rojo, cuadrado con medidas aproximadas de un metro por lado, el baile es individual, primero ella y luego el hombre, intercambiándose el lienzo con reverencia y respeto para que prosiga la ceremonia del baile. El Tapaliolixtli que en Náhuatl significa Covertizo o Sombra, es simbólico dentro del ritmo de baile y se dice que es la protección del dios implorada por el ejecutante, es así como el lienzo al iniciarse y proseguir el baile es movido de un lado a otro del bailador, luego lo lleva a lo alto y se lo pasa sobre la cabeza y la espada hasta terminar la ceremonia. El baile es ritual, reverente y ceremonioso, carece de movimientos lascivos, es digno y rítmico, y se cuenta que por principios del siglo la mujer lo ejecutaba «de punta y talón.»


En la época Prehispánica la música era ejecutada por flauta y teponaxtle, después con tambor y chirimía. Actualmente esta música ha caído en desuso por ser interpretada por bandas de música. (los instrumentos anteriores citados así como los músicos ya no lo practican, perdiendo en forma triste y lamentable esta tradición ancestral). La melodía es un solo tema y su movimiento, por regla se toma repetitiva, digna, bella y su movimiento, por regla se torna repetitiva, digna, bella y esencialmente litúrgica, devota, levanta el espíritu y surge la idea de ritmo y cadencia. El tiempo del baile para quien lo ejecuta es ignorado, porque al practicar en él, lleve fiel conciencia de esta trascendental ceremonia que nos honra por su origen y nos deleita proporcionándonos horas de gozo y convivencia, que no es otra cosa que el Xuchitl, Fiesta de la Amistad y las Ofrendas. Esta festividad da inicio a la 8va, del Jueves de Corpus en honor al Santísimo Sacramento, a las 11 de la mañana. La comunidad en espera de la llegada de la fiesta, se organiza con diferentes actividades, dispuestos a dar inicio a esta celebración entre la máxima autoridad municipal. Primeramente o ancestralmente estaba conformado por 18 cacicazgos que fueron desapareciendo en el curso del tiempo. La hermana menor inicia la Danza invitando al Presidente Municipal a continuar con este ritmo litúrgico, esta se efectúa hasta que la Banda Municipal, dentro de lo que es en esencia musical, interpreta un agregado más que consiste en el clásico Jarabe Tapatío; finalizado la primera de 5 visitas a las autoridades regionales, se hace el recorrido hasta el Obispado, donde de igual forma se realiza la misma actividad; concluida, se traslada la comitiva hasta la casa del Agente del Ministerio Público, donde igualmente que en las anteriores visitas se protagoniza el mismo acto; posteriormente se trasladan con la siguiente autoridad, que en este caso lo es el Juez de Primera Instancia, de ahí se sigue a la vivienda del Recaudador de Rentas, para dar término a esta celebración. Terminada la cinco visitas, se traslada la hermanada a la Parroquia para hacer entrega de la cera que simboliza el perdón y beneficios que la Madre Naturaleza les ha brindado durante el año. El Cura recibe a la hermandad, pasándolos hasta el Altar Mayor para recoger la cera y bendecirlos, concluida esta acción, el pueblo reza sus oraciones implorando se les permita llegar al


año próximo para cumplir con ello hasta el día de su muerte. Los organizadores invitan a la comunidad a la comida que generalmente se efectúa en la Mezquitera. Ahí mismo se hace la renovación para autorrepartir las comisiones relacionadas a la celebración de esta fiesta tradicional; como quien o quienes se encargarán de donar las flores, los cohetes, la música, los pasteles, la cera y la comida para el próximo año; distribuidas estas actividades, se baila por última vez el Xuchitl; iniciándolo la hermandad saliente para entregar a la que inicia.

INDUMENTARIA MESTIZA No podemos establecer un vestuario propio para esta Danza, tanto en el hombre como en la mujer, ya que es muy difícil recabar las raíces autóctonas de este pueblo; sin embargo, al visitar y tratar de recopilar todo lo más apegado a su vestimenta, hemos concluido con el apoyo de autoridades en el campo de la investigación y es la siguiente: PREHISPÁNICA MUJER. Se confeccionó de dos prendas como lo fue el Huipil, similar a lo que hoy podemos ver en una región del Estado de Oaxaca. Enredo que consistió en la tela de algodón con franja en la parte inferior. Complementando este atuendo con sus huaraches; su pelo lo llevaba suelto. HOMBRE.Su tradicional taparrabo confeccionado en la tela de algodón blanca. Sus medidas calzas que usaba cubriéndose los pies para protegerse de los matorrales, levando un tipo de vendaje en las antepiernas. En su cabeza usaba una cinta para sujetarse el pelo, misma que lo distinguía como un guerrero valiente. MESTIZA MUJER.- Está confeccionado por una falda semicircular de 2 colores (rojo en la parte inferior y verde en la parte superior), el material es de popelina. Una blusa de manta



Danza mestiza, a la que Silvia Vanegas llama: La danza del futuro, que interpretan magistralmente los componentes de la Academia de Danza Folklórica Mexicana (CALMECAC), que dirige don Armando Correa González. (Fuente: Jerez´99 / IMAGEN / Viernes, 9 de abriol de 1999).

trigueña, de cuello cuadrado, manga de un cuarto, con alegorías de tela estampada de da la apariencia de un bordado de cinco centímetro tanto en el cuello como al término de la manga. Su pelo recogido al frente con dos trenzas caídas sobre los hombros, rematando con listones de color rojo. Lleva huaraches. HOMBRE. Lo baila con ropa de uso diario, la influencia de las nuevas modas, las costumbres traídas de otros lugares y la evolución del tiempo, han hecho que el vestuario para el sexo masculino se haya perdido. MÚSICA Ya lo hemos manifestado anteriormente, que en la época Prehispánica la música era ejecutada con Flauta y Teponaxtle, después con Tambos y Chirimía, actualmente la música del Xuchitl es interpretada por bandas. El trabajo realizado se llevó a cabo gracias a las aportaciones del Prof. José Muro Ríos, quien forma parte de la Sociedad de Geografía y Estadística a Nivel Nacional, de igual forma al profesor Bernardo García Durán, Cronista del Cañón de Juchipila, así mismo, intervinieron gente de edad avanzada, originaria del lugar, que hicieron constatar el presente. Con gran satisfacción podemos manifestar que la Delegación Zacatecana del Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana, A.C., con el objeto de rescatar la Danza del Xuchitl, solicitó a la Cofradía, permiso para integrarse a su estrato, con la finalidad de conocer más de cerca la organización y distribución que cada persona desempeña; aceptando que fuimos a partir del día (08-07-1991) en el compromiso formal de que cada año se participará en esta fiesta.




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Otra imagen de la Danza Mestiza mexicana.

LOS HUICHOLES VENCIERON EL OCASO EN LA CONQUISTA A hí están orgullosos de su pasado, esa gran familia de los Huicholes, vencedores contra la civilización de los egoísmos y las comodidades, dentro de lo natural de las culturas y artes del pasado mexicano, con su religión propia e integrada, en los Estados mexicanos de Durango, Jalisco, Nayarit y Zacatecas. Son los que durante siglos han recibido la protección de la Madre Naturaleza contra los invasores; son los que en algún momento aproximan sus caminos y hasta corren paralelos, más nunca convergen: Es la definición de la magia entrañable mexicana. Ha tenido este autor la suerte de conocerlos, de vibrar mi corazón con sus miradas, elevarme con la carga de sus sentimientos y percibir en toda su profundidad el mensaje que irradian con sus costumbres y religion, conservados a través de los siglos. Siguen huyendo del contacto con los demás pueblos y practican el culto del peyote, tal y como esas otras tribus perdidas en los Andes practican la cosa.


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«Los huicholes representan la creación del mundo y el universo con coloridas ofrendas, escudos y flechas, pero también usan estos símbolos o mensajes para detener el viento, para llamar a la lluvia o al sol o para ejecutar rituales de hechicería.» (Fuente: laordendeasimov.blogspot.com.es). Disfruté del encantamiento de la magia mexicana, con sus trajes típicos y sus vergüenzas intactas. ¡Qué hermosura¡ Esos grupos étnicos, eso hombres que caminan por las veredas de la Sierra Madre o los hermosos pinares de Valparaíso, esos que forman parte de una de las ramas de la familia de los Uto-Aztecas, conservan el señorío que sólo sabe otorgar la naturaleza virgen. Debajo de sus trajes hay corazones que laten conservando intactas las esencias primitivas de un México entrañable que hay necesidad urgente de preservar, con todas sus luces y coloridos originales. Constituyen una reserva genética de un valor inconmensurable para el futuro de la Humanidad. Razón por la que he tomado íntegra la investigación de campo que realizó en el año de 1987, el historiador zacatecano Don Emilio Rodríguez Flores, con la buena intención de que este «Ensayo», que dominó el Mundo Mágico Huichol, nos oriente para dar respuestas a todas nuestras inquietudes.


HUICHOLES O WIXARICA La región huichola se asienta en la espinazo de la Sierra Madre Occidental, precisamente donde limitan los Estados de Jalisco, Durango, Nayarit y Zacatecas, entre los paralelos 21 o 20 y 22 o 35 de latitud norte y los meridianos 103 o 35 y 104 o 25 de longitud oeste, del meridiano de Greenwich. La altura del terreno va de mil a tres mil metros s.n.m.m; su clima es templado y varía entre los 15 y 20 grados centígrados, aunque durante el invierno se presentan grandes heladas y en verano algunas granizadas, cuando la temperatura alcanza hasta 35 grados centígrados Las lluvias comienzan en los primero días de junio y termina a mediados de octubre. ORIGEN DEL HUICHOL S e cuenta que tan sólo existía un hombre llamado Huatakame o sea desmontador, que durante el día desmontaba aquellos lugares, pero al día siguiente encontraba los árboles parados; pero él observaba y descubre que una anciana le dijo que habría un diluvio y le entregó: Una canoa, una perra negra y unos granos de maíz, para que esas semillas se conservaran; además, le entregó el agua para el tiempo que fuera a durar ese diluvio, aquel Huatakame las conservó y cuando pasó el diluvio, al regresar siempre encontraba tortillas, producto de aquellos granos de maíz. Él, extrañado, no sabía quién las hubiera hecho, ya que tan solo él vivía en el mundo; pero hizo también lo mismo: observó que la perra negra se convertía en mujer y cortaba la mazorca, desgranaba los granos de maíz, los molía, para después obtener la harina y hacer las tortillas; grande fue su sorpresa y admiración por aquel ser, que al mirarse, uno a otro, surgió el amor de aquellos seres que más tarde dieron el origen a una numerosa familia que pobló el universo.


laordendeasimov.blogspot.com.es Tal vez la vida moderna invada el mundo huichol y vaya borrando poco a poco las huellas de ese mundo mágico y misterioso, pero todavía unos pocos elegidos escogen el duro camino del chamanismo, guiados por los MARAKAME y por el protector abrazo del HIKURI.(Fuente: laordendeasimov.blogspot.com.es).

Los huicholes son de descendencia Náhuatl, su tradición, costumbres y ritos lo confirman, y que obligados por los conquistadores llegaron a ocupar el sitio en el que actualmente se localizan. Estos indígenas, divididos en cinco grandes grupos o comunidades, con catorce mil habitantes aproximadamente,

deliahernandezintrospecciones.blogspot.com Un grupo musical huichol en el que deben actuar niñas, todos bellamente ataviados.


se agrupan en cuatrocientos cuatro poblados.

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Campesinos huicholes de Nayarit, expusieron al Secretario de Agricultura los confilcto por tenencias de tierras. Autoridades Civiles y Religiosas Cada una de las cinco comunidades es autónoma, tiene sus propias autoridades civiles y religiosas. La autoridad civil encabezada por un Gobernador llamado Tatohuani, es renovada anualmente durante los primeros 15 días del mes de enero. Estructura de la Autoridad Civil: Gobernador ( Tatohuani), Mayordomo-, -Alguacil-, -Comisario-, Juez-, Policía (Topiris). Autoridad Religiosa Los Mará akames o Shaman, cantadores o sacerdotes, son los que conservan y mantienen vivas las tradiciones; en la máxima autoridad religiosa; además


es el que hace de «portero»; es el que participa en las fiestas; el que se encarga de hacer llover; el que efectúa curaciones y todo su mitos en general. Elección del Mará-Akame Para llegar a ostentar el cargo, casi siempre se es hijo de otro Mará akame. En caso de que no sea así, sólo se nombrará a la persona que tenga deseos, pero con la condición de que haya soñado venado; si lo sueña es signo de que puede serlo y empezará su preparación desde los 15 años. Esta fase durará cinco años, en los cuales no deberá comer ni alimentos con sal y no ser casado. Debe guardar un auténtico celibato. Si se da el caso de ser hijo de otro Mará akame y está casado, entonces ofrecerá un jícara en el Real de Catorce, de Wirikuta, en San Luis Potosí y en su casa conservará un pequeño templo que se llama Ririki, hasta obtener el grado deseado.

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El huichol siempre con expresión recia y hermática.


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Un joven huichol aspirante a Maráakame, preparándose para obtener el grado.

RELIGIÓN enetrar en ese mundo espiritual, donde la palabra ha quedado firme y P consistente, como lo cerros o los riscos que coronan los picachos de sus

paisajes; ahí donde el río del tiempo ha pasado sin limar la piedra y sin arrastrar la arena; ahí donde están presentes hoy como ayer, hoy como hace varios siglos, la katira, vela para el día de la muerte y la jícara, la flecha y la matsúa, el neirikea y el topo, el toki y el ririki, la anciana Nakawé, (diosa de la fertilidad), el Dios Tatewari (nuestro abuelo el creador) y el Tayaupa (nuestro padre Sol), ahí donde el aislamiento y lo inaccesible del terreno han conservado intacta y floreciente la pujanza de una cultura. Para comprender mejor la religión huichola es necesario vislumbrar un poco el mundo del Divino Luminoso, del Niño Peyote o Mezcalito. En el mundo del Divino Luminoso, bajo los efectos de la mezcalina, el individuo descubrió en sí mismo y revela a los otros; aspectos de la personalidad, que generalmente están velados por mecanismo de defensas rígidos y antiguos; esto trae consigo el terror, se asiste al hundimiento e incluso a la desintegración del funcionamiento mental y se ve asaltado por espantosos recuerdos y visiones; se revela lo que ha permanecido oculto y prohibido, al pasado sepultado conscientemente; surge de un modo brutal el mal y el bien, la inutilidad de las acciones se hacen presente de una manera insoportables.


Se entra, pues, en una zona vedada comúnmente, desde la visión de nuestros infiernos, puede alternar con el vislumbre de nuestras exaltaciones y de nuestra iluminación, lo cual es también la manera de ascender a un cielo igualmente vedado. El espacio se vuele fluido y brillante, sin límites se experimenta la sensación de estar unido a un gran todo, de fundirse a él, de abarcarlo, de comprenderlo: su yo, disperso como el viento, se extiende sobre las cosas y penetra en su esencia; en el tiempo cobra dimensiones, no existe división entre el pasado, presente y futuro; se vive en el «nunca», en la tierra heredada y deleitosa del «nunca». Se experimenta la convicción de que nos serán revelados el pasado y el futuro, los recursos y los secretos de nuestra psiquis, la verdad de nuestra existencia. El individuo es consciente de haberse vuelto un ser luminoso, de participar en el conjunto del universo con la sensación de haber recobrado una grandeza que se le había en cierta forma negado; más, para alcanzar el poder de los dioses, ha tenido que lanzarse al abismo, afrontar un peligro mortal y someterse a toda clase de pruebas y rigores. Es sobre ese lanzarse el abismo, sobre ese riesgo de volverse locos, que los huicholes han creado un inmenso ritual, un código de señales secretas, una noma religiosa, han ordenado la locura y la han sincronizado incorporándola a un sistema de mitos y de símbolos, capaces de comprender la elevación espiritual, las cosechas o la salud de los niños. El huichol busca en su religión la comunión con el Dios, el paraíso terrenal, la identificación con el Altísimo.

LA TRILOGÍA: Peyote, Venado y Maíz L a vida de los huicholes está regida por la trilogía: Peyote, Venado, Maíz. Tomatz Kauyumarie, el Gran Venado Azul (el Venado Sagrado), es su animal totémico, el Señor de la Caza y de los Animales. Polikata fue el marido de la diosa Keamukame, la dueña del maíz, y con la sangre del primer venado muerto por él, hizo posible el crecimiento del grano sagrado, estableciéndose una relación tan estrecha, entre la sangre y el maíz,


que no es posible disponer la siembra, sin antes no haber matado el venado. En cuanto al Peyote, nos dice el mito de la cacería del venado Watemukame, que nació de los muvieris –centros con plumas- hechizadas impuestas por los animales míticos, los cuales fueron creciendo hasta convertirse en los grandes cuernos del venado adulto. Los huicholes, por lo demás, nos hacen distinciones entre el venado y el peyote; al descubrirlo en Wirikuta la primera vez, lo ven como a un venado, lo cercan y le dan muerte con flechas. No bien ha muerto, es desangrado, su jugo tiene un poder sacralizador casi tan grande como el de la sangre, desollados se descorteza su raíz y la sangre se corta y se deja secar en forma de collares, operación que se hace con la carne del venado; y concluido con el viaje, se le lleva al cohamil (barbecho) para que funde la tierra de la misma manera que la fecunda la sangre y la carne de la pieza cobrada.

LA FIESTA DEL PEYOTE E s la principal de las fiestas religiosas y se realiza después de la fiesta de los Elotes y las Calabazas, la cual tiene una doble finalidad: restarle a los nuevos frutos su peligroso carácter sagrado y hacer que los niños emprendan un viaje simbólico a Leunar, meta de la peregrinación de los peyoteros, conducidos por los shamanes. Tres o cuatro meses después, de los cuales se han venido preparando con todo detalle, se realizará la peregrinación a Wirikuta, la Leunar, al Cerro Quemado, cerca de Real de Catorce en San Luis Potosí, distancia de 500 kms, del territorio huichol, haciendo el viaje redondo en veintiocho días, estando los lugares a que llegarán determinados con anterioridad. Desde la fiesta de los Elotes y las Calabazas, los peyoteros nos deberán acercarse más a sus mujeres y como único alimento deberán tener solo tortillas de maíz tostado, sin usar la sal; igualmente por las noches, desde que el sol desaparece hasta que surge nuevamente, tienen que pasarse en vela interpretando cánticos sagrados. Durante la peregrinación, por ningún motivo, hábleles quien les hable deben


hacer notar convertido en sol voltear para atrás o responder. En cambio pueden ir tocando el violín y la guitarra y cantando al peyote. Al término da cada jornada siempre es un lugar sagrado, donde existen montículos de piedras marinas y durante los descansos los Mará akame ilustran a los peyoteros por medio de cánticos, sobre las cosas que es conveniente que sepan. Llegando al lugar sagrado de Real del Catorce, que es una gran cueva: La Meca, formada por tres salones distintos, la comitiva se divide en tres partes: una para los adultos, que han ido a instruirse; otra para los aspirantes a Acahuiteros y la restante por el vado de los que se inician en los misterios de los Mará akames. Durante nueve días consecutivos tiene lugar alternadamente fiesta y aleccionamientos a los adultos; se les hablas de Papá Tmurrague, de Mamá Zitaima. A los postulantes Acahuiteros, que manifiestan interés por lo relativo al convivió y problemas huicholes, se les amplía esas cualidades. A los que esperan ser sacerdotes curanderos –cantadores ( Mará akames)- se les instruye en la sala más interna, según en el año que cursan, pues deben asistir durante nuevo años consecutivos como peyoteros, hasta «ordenarse.» Transcurridos ya los nueve días, se da comienzo a la recolección del peyote. Más tarde, se apresuran a volver a casa, pues deben estar a tiempo para la Fiesta del Cambio de Varas, ya que antes tienen que demostrar sus propios cohamiles, que luego sus mujeres habrán de sembrar, según las costumbres y tradición.

oem.com.mx


Los huicholes tienen los más legítimos derechos a que se les respeten sus tradiciones y costumbres. Después del desmonte, los peyoteros concurren a la fiesta de la caza del venado, para lo cual tienen que usar lazos especiales, que en caso de fallar, serán sustituidos por flechas; al cazarlos, realizan los sacrificios. En su oreja izquierda le colocarán un cascabel de serpiente y en la derecha, un caracol de mar, de los que recogieron antes de su salida para San Luis Potosí; ya que los adultos se dedican a la caza del águila y la serpiente y los futuros Mará akames, además tenían que ir al mar por caracoles…y sal?

rednayarita.com El peyote es un pequeño cactus globular, utilizado como medicina tradicional.

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Los huicholes son unos extraordinarios artesanos y manejan los colores


con gran sentido de la belleza. Del venado hacen el caldo sagrado, que tomarán a media noche, así queda ya dispuesta la Fiesta del peyote. Esta tiene su principio en el sacrificio del toro sagrado; el fuego sagrado durará encendido tres días con sus noches, que durará la festividad. Frente al fuego cantan y tocan cuernos los peyoteros, quienes son los únicos que disfrutan el caldo sagrado. El cuarto día, una vez concluida la fiesta, sale un Mará akame a San Blas (Nayarit), a llevarle a Mamá Nakawé los presentes de cada año: gorditas, maíz, pinole, peyote y alguna figuras votivas.

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De la sangre del venado hacen el caldo sagrado, que tomarán a media noche, así queda ya dispuesta la Fiesta del Peyote.

Cánticos de la Peregrinación a Wirikuta, Donde Naces Las Rosas del Peyote ¡Ah, qué hermosa la flor de Jikuri! Vamos a su campo, a donde ella se ha creado y donde ella se esconde, como un venado echado,


entre la hierba del Virikuta. El camino de las rosas, aquí va. Por Virikuta va. Dicen que tu andas, por aquí y yo vengo a buscarte. Aunque no estoy como tu, sin pecados, yo por aquí ando, yo vengo por ti. Virikuta, Viricuta, quién sabe por qué lloran las rosas. ¿Quién podría decirlo? ¿Quién podría adivinarlo? Virikuta, Virikuta, Quien sabe por qué Las rosas lloran. Virikuta, Virikuta, dónde nacen las rosas, dónde las rosas florecen, guirnaldas de flores y viento, Virikuta, Allá al pie del Monte Eterno, respiran las rosas: h´lito divino, amor húmedo de madre: rocío. Germina el maiz, la rosa se abre. Y canta la ros: «Yo soy el Venado.» Y el Venado: «Yo soy la rosa.» Y allá en la Tierra Divina se oye el canto. Cantan los dioses, los montes, las colinas cantan y cantan las rosas. Sólo allá en Virikuta, se oye la canción de la vida, la eterna canción de la vida. Sólo allá en Virikuta, sólo allá se oye


La lujosa y siempre colorida vestimenta de los huicholes, descendientes de los aztecas. hotelriomalecon.blogspot.com

Oración de los Peyoteros después de confesar sus pecados ante el Dios del Fuego Con la devoción que enciende nuestra alma, depositamos las ofrendas. Mirádlas, mis dioses del Norte, los del Sur; los de Oriente y los de Poniente. He aquí vuestra vela, luz de nuestras vidas; he aquí las cruces, símbolos de nuestros caminos; he aquí el fruto que obtuvimos, con las lluvias que ustedes nos enviaron; he aquí nuestros rostros, y todas las demás ofrendas que te ofrecemos; sin pensar dónde ni cuándo terminará nuestra historia; sin saber que fin tendrá Virikuta, una de tantas deidades; sin saber cómo será el camino tantas veces recorrido; sin saber que actitud tomarán vuestros rostros cuando termine.»


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Los huicholes, con su variadas y coloridas artesanían, pueden verse con frecuencia en la Ciudad de Zacatecas (México).

INFLUENCIAS CRISTIANAS E n las fiestas de Semana Santa se impone una interrogación: ¿Hasta dónde llegan los auténticos ritos tradicionales indígenas ? ¿Desde dónde los ritos cristianos? En esta celebración huichola existe un sincretismo muy original: la combinación de la Doctrina Cristiana con el Paganismo Aborigen. Los huicholes tienen muy presente la veneración que los antiguos pobladores del valle de México sentían por los aspectos masculino y femenino; la guitarra por ejemplo, simboliza el hombre, el violín a la mujer. En lo más alto de la capilla hay dos cristos: uno representa el aspecto masculino y el otro del femenino; uno es el Cristo y el otro es el CristoPurísimo. Veneran a la Virgen de Guadalupe a quien llaman Tanana, pero no tiene una sola imagen de ella.


Hacen el recorrido del Viacrúcis en sus catorces estaciones, de la peregrinación de peyote, aunque ningún huichol conteste las Avemarías y los Padres Nuestros, por no saberlo hacer. Los jomos (judíos), un puñado de jóvenes de rostros tiznados y actitud burlesca, con espada de madera, ríen, saltan y se mofan. Representa el mal, la tradición, la ridiculización de lo bueno, lo carente de virtud. Lo que debe estar muy claro es que el sentido religioso tan profundamente arraigado en los huicholes facilitó el desarrollo del Cristianismo. COSTUMBRE. De todos los grupos indígenas que sobreviven en el país, ninguno es tan puro en sus tradiciones, ni tan vistoso en su atuendo, como lo huicholes. El traje del hombre consta de: La Camisa, o cuarri, que anteriormente se tejía de lana, es hoy un largo lienzo rectangular doblado por la mitad, al que se le hace una abertura en el centro en forma de T, para el cuello. Los costados se dejan abiertos, formándose dos largos faldones, anterior y posterior, que llegan casi hasta las rodillas, por encima del pantalón. La camisa se ajusta a la cintura por medio de las numerosas fajas. Las mangas largas y fruncidas se unen a la camisa dejándola abierta por la parte anterior, encontrándose en la abertura de los costados, y se unen solamente por los puños ajustados o a las muñecas. La unión de las mangas a la camisa, los puños y los faldones están profusamente bordados con punto de cruz multicolor. Algunos huicholes han sustituido esta camisa bordada por una, de la misma forma, en tela comercial de algodón. Gustan de atarse al cuello un paliacate rojo… los vascos. El pantalón de manta, es ancho, de piernas rectas, que llegan hasta el tobillo y lleva en el borde inferior una ancha franja (a veces de 40 cms.) de bordados similares a los de la camisa. Las extraordinarias fajas de lana que sujetan al pantalón y ciñen la camisa a la cintura (joyames) están tejidas en el telar de otate, con la técnica de «tela doble», en los colores naturales, negro, café y blanco decorados con tradiciones diseños de serpientes, burles, relámpago, flores y una línea finca de varias hebras de color rojo, cerca del borde exterior. Sobre una o dos de estas anchas fajas, que se enrollan con varias vueltas alrededor de la cintura, se colocan otras más delgadas de lana y algodón, y encima de éstas, sobre la cadera, una hilera de pequeñas bolsitas de manta (coxiures) tan profusamente bordadas que no se distingue casi el


blanco de la tela, unidas a otras por la parte superior con un cordón. En sus esquinas inferiores se adornan con borlas rojas de lana. Entre las mejores bordadas indígenas están consideradas las mujeres huicholes, que practican desde muy niñas, enseñadas por su madres, mientras el padre labora ofrendas que se colocan en la calihueyes o templos consistentes en pequeñas telas con bordados unidas a diminutos «ojos de dios», para pedir a los dioses les concedan a sus hijos eta habilidad. Sus finos bordados se realizan con distintos tipos de puntadas, además del principal, que es el punto de cruz y sus variantes, el pepenado sencillo, el punto de ojal y zigazag, que antes solían ejecutar usando el rojo y el negro y ahora son multicolores. Sus diseños decorativos tradicionales incluyen una increíble variedad de motivos. Estos diseños, que conservan desde tiempos antiguos un significado mágico están inspirados en formas de la naturaleza: águilas bicéfalas, venados (la criatura más pura de la tierra), ardillas, serpientes (símbolo del agua) que expresan súplicas de protección a la deidad representada por ellos, estilizaciones del bule (identificado también con el agua que contiene), la característica flor del «totó» del ocho pétalos, de gran simbolismo dentro de sus concepciones míticas. Los diseños de las fajas, ligados siempre a la serpiente y por tanto al agua, interpretan oraciones para obtener la lluvia. Es característica particular de los bordados huicholes dejar algún motivo por terminar, con las hebras colgando, por la creencia de que así se asegura la prolongación de la vida. Traje de Mujer Huichola C ontrastando con el principesco atuendo masculino propio de las antiguas culturas imitando a los machos de las aves exóticas, el traje de la mujer es sencillo. Consiste en una blusa ancha de manta, corta hasta la cintura, con un pequeño cuello alto y cerrado por la espalda, con alforzas verticales al frente. Las mangas, largas, se ajustan en la


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Vestimentas de mujer y hombre huichol.

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Durante la peregrinación, por ningún motivo, hábleles quien les hable, deben hacer notar convertido en sol, voltear para atrás o responder. muñeca con un puño que va bordado. La amplia falda de manta con pretina, que llega hasta los tobillos, lleve en el borde inferior una amplia franja de bordados similares. Estas prendas tienden a sustituirse por otras de las misma forma, pero confeccionadas con telas floreadas de algodón o percal comercial. Sobre la blusa viste a veces un quechquémitl formado por dos


cuadrados de manta blanca sobrepuestos, que se cosen en los lados adyacentes, dejando en el vértice una abertura para pasar la cabeza y los picos cayendo en pecho y espalda. Dos anchas franjas bordadas forman el elemento decorativo, y a veces una gran flor de totón y un águila bicéfala en el medio del pecho. Además confeccionan morrales en colores muy vistosos, hacen cuadros en madera a base de cera y estambre que representan pasajes de su vida; antiguamente los usaban como ofrendas e instrumentos mágicos para sus mitos, pero ahora los fabrican con un fin económico ya que estos y otros trabajos que realizan en base de barro, son vendidos al público.

oem.com.mx El Gobernador de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes, hizo entrega protocolaria de 18 becas a niños otomíes y huicholes, de un total de 67. ECONOMIA. La población vive esencialmente de la agricultura, pero lo pobre y accidentado del terreno, lo irregular de las lluvias, la falta de abonos y lo rudimentario de los métodos con que se siembra, hacen que cada año las cosechas sean extremadamente escasas y poco nutritivos los productos.


fiestabrava.es Vestimenta de mujer huichola.

BAILE DE MEXICAPAN D e la conjunción de las artes, costumbre y tradiciones «propias y las ajenas», nació un nuevo estilo, más hermoso, más nuestro, más mexicano, dispuesto a traspasar los siglos. Los trajes para el baile de Mexicapan marcan ya la «Modernidad Mexicana en la Cultura», anticipándose a que se nos pide en lo social, en lo económico y en lo político. El pueblo se adelanta siempre a las ideologías y las vence. Esos trajes de faldas amplias, con fajas bordadas en flores y lujos de colores están diciendo la grandeza de valores humanos de quienes las sostienen, dándolo al aire su sitio y su ventura; y esos peinados de una moda que nunca pasará, con el cuello abierto sacando a la luz esa piel cobriza de albergar soles de siglos, con el collar de perlas majoricas, a modo de rosario cargado de virtudes humanas, en estas mujeres mexicanas abnegadas a las que se les debe a la entrega de cada estado un monumento, son un prolongado timbre de gloria y de grandezas. El profesor Julio salinas y sus alumnos fueron los artífices de una


investigación cultural de alto nivel que dejó al descubierto el fondo antropológico, la estructuración musical y la verdadera riqueza coreográfica de ese baile de Mexicapan, cuyas melodías se hicieron características en el gusto popular zacatecanos.

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Traje. de muy buen gusto y diseño, del Baile de Mexicapan. La Escuela Normal «Ávila Camacho» de nuestra capital, bastión protector y protagonista en el resurgir de la cultura zacatecana, ha demostrado una excelente capacidad artística con el «Popurrí», interpretado por los jóvenes estudiantes de la Normal que bajo la investigación del maestro Salinas, se compuso de seis melodías, aunque al inicio se completaba con otras más, las cuales son: «La Jesusa» (Polka de Quirino Mendoza), «La Barranca» (Vals de dominio público y del agrado de todos), «Varsoviana Maurka» (Melodía popular europea), «La Botella» (Jarabe regional del centro del país), «El Barretero» (Chotis zacatecano de Don Emeterio Fragoso) y «El Diablo Verde» («Galopa», del conocimiento público). No resultó fácil al profesor Julio Salinas determinar el vestuario correcto, su verdad diseño original, viéndose obligado a buscar en las crónicas populares y en base a ellas, dibujadas por lo pinceles de Agustín Díaz Lork, conseguir


los trajes típicos para el baile de Mexicapan, ese que los jóvenes incitan a las mozas diciéndoles: ¡Vamos al baile de Mexicapan! La música fue arreglada por el maestro Marcos Fragosos y se bailó por primera vez en septiembre de 1944, para la visita que hizo a Zacatecas el Presidente de la República, Manuel Ávila Camacho. La Escuela Normal que lleva su nombre, ha creado numerosos grupos de Danzas y Bailarines cada año, con mayor éxito. Esas melodías y bailables son como un «Manifiesto» permanentemente de la capacidad de los musicólogos creativos de la tierra propia, con una cadencia fuera de lo común, desarrollando sentimientos patrios y con una elegancia que nada tiene que envidiar a los bailes regionales españoles y latinoamericanos. Pero no fue hasta 1950-51 cuando se le anexo al baile Mexicapan con sus variadas melodías, como preámbulo, la rica poesía localista, por parte del maestro Severo Amador, «La Jesusa». Fue cuando esta melodía comenzó a popularizarse interpretadas con tambora, ya que originalmente era interpretada con Charanga, conjunto de cuerdas. El bordado original de cruz sobre tela del algodón blanco; la falda roja de paño le da una semejanza al «Zagalejo», de las Chinas Mexicanas, y la indumentaria

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El ruedo de la San Pedro será siempre escenario incomparable para el desarrollo de la Cultura Universal. masculina se conforma de prendas características de la minería, como son: El cotense a la cintura, la camisa de manta, el sombrero ancho, al cotorina de lana, huarache de tres agujeros y el pantalón de aletilla.


Así quedó detallado el baile zacatecano con el rico vestuario como patrimonio de incalculable valor para los zacatecanos.

BAILE DE LAS CUADRILLAS E n la Muy Noble y Leal Ciudad de Zacatecas todo está vivo, todo se transforma; que no pregunten lo que haremos por las mañana, al mediodía o por las noche, pues estaremos lanzando cohetes y produciendo estampidos, somos poetas del ruido, la algarabía… y recolectadores de sentimientos, como pocos pueblos de la Tierra. La danza desde hace siglos los pueblos de América (México) aprendieron una lección universal: «El oro puede ser muy bueno, o muy temible», por eso quisimos ser inocentes, mientras los europeos estaban pervertidos… y, «traigan sólo a los que no quieran quedarse allí» (se refería en México), tomaron el baile llamado «La Ronda Inglesa», del que eran parte ocho personas; y la francesa, en un principio se le conoció con el nombre de «Contradanza francesa», para denominarse después: «Cotillón», de la que el diccionario nos dice: «Danza con figuras y, generalmente, en compás de vals, que suele ejecutarse al fin de los bailes de sociedad»… sin que en parte alguna se refiera a «las enaguas de la campesina», que el pueblo le atribuye. En los primeros años del siglo XIX, los maestros de baile en Francia tomaron las mejores evaluaciones del Cotillón, en idioma francés y las integraron a un baile llamado Cuadrillas que, lógicamente, no pudo bailar la furtiva Emperatriz Carlota y su esposo Maximiliano, allá por el año de 1815.


erickshnable.net Así queda para «revista» el majestuoso ruedo San Pedro antes de iniciarse una Semana Cultural en Zacatecas. En aquellos años, las Cuadrillas fueron introducidas en Londres y reemplazaron a todos los tradicionales Cotillones. Las cuadrillas fueron; pues, los primeros artículos culturales de exportación… y también llegaron a Francia, España e Italia, extendiéndose por toda Latinoamérica. El arte imaginativo mexicano fue posteriormente utilizado para alterar la tradicional monotonía del baile de las cuadrillas, con sus innumerables evoluciones fijas y, para ello, se le intercalaron valses y polkas, al término de cada evolución, creándose así nuevos bailes, como La Polka cuadrilla y el Vals cuadrilla, entre otros. Por eso he señalado que aquí «todo está vivo, todo se transforma»… y sean singularmente nuestros. En el año 1830, el baile de «las Cuadrillas» fue introducido en la sociedad mexicana de más nivel social por el Diplomático don Juan Gamboa… para seguramente pasar a ser propiedad cultural del pueblo, lo que tuvo lugar para el año 1850, pues fue entonces cuando las Cuadrillas se popularizaron entre todas las clases sociales y las bailaban, tanto la clase social alta de México


como en las fiestas populares, utilizándose la música de «las Cuadrillas de Hornos», en los casos de iniciar alguna festividad de gran renombre, como aquellos reservadas a los oficiales o a personajes de cierta alcurnia. Pero Europa, los Bailes de Rondas, también fueron enriquecidos intercalándoles valses y polkas, según las regiones. Al final de las recolecciones de las mieses, los jóvenes de los pueblos de Extremadura o en Galicia, en España, se reúnen en las plazas a bailar danzas muy parecida y con atuendos similares en bordados y colores. En México, «donde todo está vivo» hasta por siglos, existen todavía diversas variantes de «cuadrillas» en varios Estados, como Durango y Zacatecas. Aquí se han rescatado de los Municipio de Valparaíso, Morelos. Monet Escobedo, Pinos y Jerez, informaciones muy valiosas y fragmentos musicales que aún se conservan en la memoria de mucha gente que vivieron esas experiencias bailables.

oem.com.mx La diversidad de Bailes que se practican en el Estado de Zacatecas están también presentes en Chile y las restantes Repúblicas americanas.


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Vestuario del Baile de las Cuadrillas.


Imagen elocuente del desfile anual de La Morisma, a finales de agosto, representado por el Batallón de damas del Ejército árabe, pasando por delante de la Catedral-Basílica de Zacatecas. (Foto: Carlos Zapata).

Tradición Bélica Entre Moros y Cristianos E n la investigación y textos, de don Benjamín Rocha, editados por el Grupo Azabache, en 1992 y fotografías de Jorge Vertiz, pp. 137-139 (ISBN 968- 6084-38-X), se hace referencia a La Riqueza de las Tradiciones: «Unido a sus raíces, desde un principio, Zacatecas ha seguido el consejo de


don Ramón López Velarde, su mayor poeta, y ha sabido ser fiel a su espejo diario; esto es, permanecer afianzado a la detenida movilidad de la tradición. Lo mismo religiosas que civiles, sus fiestas son reflejo de una vida profunda, siempre llena. Las peregrinaciones, los bailes, las fiestas en los santuarios reafirman la identidad zacatecana, cada día.» «Año con año –escribió Benjamín Rocha-, durante los tres días del mes de agosto, se lleva a cabo una de las fiestas populares más impresionantes que hay no sólo en Zacatecas, sino en todo México: LA MORISMA. A no dudar, una de las tradiciones más extendidas en México son las danzas de moros y cristianos, cuyo origen se remonta a los inicios de la Colonia. Ya en 1538 se celebró la paz concentrada entre Francisco I y Carlos V, con una Morisma. Con el tiempo estas celebraciones fueron adquiriendo más y más importancia hasta

La Morisma es la tradición histórica y cultural con más miembros de una misma cofradía, sólo se adelantó a ella la «Fiesta Brava.»

La Morisma de Bracho Una de las más importantes tradiciones zacatecanas


La Morisma «de Bracho» fue instituida por la Cofradía de San Juan Bautista, Patrón de la Tradicional Festividad y la componen 7.000 «soldados» de ambos bandos: Cristiano y Moro. (Foto: Carlos Zapata). reunirse todos los elementos de una representación teatral rica y compleja. Durante el arduo período de evangelización, las morismas sirvieron para acrecentar la fe de los indígenas y no sólo para divertir a un determinado público. En la ciudad de México, tanto como en los estados de Puebla, Michoacán y Tlaxcala se realizan periódicas danzas de moros y cristianos, pero ninguna tan espectacular como La Morisma de Zacatecas. Se han querido encontrar los orígenes del argumento que anima esta fiesta; las tesis que posee más adeptos es la que ubica ese origen en la novela de Pérez de Hita: Guerras civiles de Granada. En la segunda de esa obra se relata la rebelión de los moriscos, en 1568, así como la forma en que fue sofocada por Don Juan de Austria. Tal vez sea así, pero éste es sólo uno de los orígenes, pues toda tradición popular tiene varios afluentes, si bien no siempre pueden distinguirse.


Otros elementos se integraron a La Morisma, algunos españoles, otros indígenas; muchos provenientes ya del México independiente. La Morisma se lleva a cabo enlas afueras de la Ciudad de Zacatecas, conocida como los Cerros de Bracho, un vasto descampado situado a noroeste de la ciudad. Los actores no son improvisados sino que pertenece desde niños a la Cofradía de San Juan Bautista. Larga es la preparación que debe tener un participante en éste espectáculo; para desempeñar los papeles principales hace falta ganarlo a fuerza de tesón, de pasión por lo que hacen en cada bando y antigüedad. Como anticipo del vestuario señalado que, en los ejércitos, hay una

La representación femenina del ejército de los zuavos se instala en uno de los llanos de Bracho. (Foto: Carlos Zapata). abigarrada mezcla de épocas. Los soldados moros portan uniformes de zuavo francés; para distin-guirse del reto de los soldados; los jefes moros ostentan un cinturón de terciopelo con una luna, símbolo del Islam, además de llevar un turbante que enfatizar su jerarquía. Los cristianos portan pantalón blanco, botas negras y camisa roja. Ambos ejército luchan con rifles y son acompañados por sus respectivas bandas de música. La Morisma se inicia con el reto de Fierabrás al emperador Carlomagno; ante


esta afrenta, el caballero Oliveros, fiel súbdito de Carlomagno, captura y convierte al cristianismo al infiel ofensor. Esto marca el inicio de los combates que llegan a realizarse en varios frentes, siempre con el deseo de convertir –o matar- al infiel. Pero no sólo es la lucha en territorios diversos, sino que también se pelea en siglos distintos. Así, luego del episodio entre Fierabrás y Carlomagno, se representa, ya en la tarde, el enfrentamiento entre de don Juan de Austria con el Gran Turco Argel Osmán, simulando la célebre Batalla de Lepanto, sobre las aguas del Mediterráneo oriental. El argumento prevé que primero triunfen los cristianos. Esta victoria definitiva se logra cuando don Juan de Austria logra cortar la cabeza del Rey Moro, misma que se exhibe al público asistente en la punta de una lanza. Con música interpretada por mores y cristianos termina La Morisma, una tradición que año con año reverdece, por lo que asistir a la marcha de miles de soldados, cristianos y moros, por la avenida Hidalgo de la ciudad colonial de Zacatecas, a ritmo de tambores, camino hacia las lomas de Bracho, resulta cada año más espectacular.


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Es un hecho común que muchos cofrades, de ambos bandos «en guerra» lleven en brazos a sus hijos, garan-tizando con ello la continuidad de tan sugestiva tradición. Es lo mismo que los cofrades sevillanos hacen vistiendo a sus infantes de «penitentes» desde la más temprana edad.

TRAJE DEL ZUAVO O DEL MORO L as naciones que tienen el alma engendrada a golpes de pluralidad genética, circulando en un mestizaje aglutinador de siglos de culturas y esplendores, de batallas entre pensamientos y caracteres, como en nuestro México mágico, entre nativos y blancos, en busca del equilibrio y de orientación definitiva, que empezamos a vivir estos años, disfrutan a la vez de un patrimonio


genético y cultural inconmensurables. Esta realidad cósmica, que terminará en los próximos siglos incluyen e integrando a todos los grupos indígenas, no debe pasar desapercibido para ningún mexicano. Se está logrando que las viejas ideas nativas, mestizas y blancas queden armonizadas y desaparecerá del horizonte la volubilidad síquica de los mestizos, sobre todo su afición a las rebeldías y los tumultos, dedicándonos todos a crear un México moderno y universal en el que soñaron todos los hombres de buena fe nacidos en esta tierra desde hace incontables siglos. Ese traje de «Zuavos», traje de moros, que vistió la tropa del ejército moro y que reaparece cada año en la Morisma de Bracho, me ha traído muchos recuerdos históricos, entre ellos, el que la sangre mora, esa que circula por el torrente circulatorio de la mayoría de nosotros, pues todos los españoles estamos «arabizados» –mucho más que «latinizados»-, nos permite el pleno derecho de poder representar ese ejército que en el año 711 ocupó el sur de España, con su carga de rebeldía y misterio que, dificultó el establecimiento de esa «armonía.» Bajo ese «uniforme militar», con pantalones exageradamente bombachos que llegan hasta la pantorrilla, en color rojo vivo, medias o polainas blancas, ancha faja de color azul, camisa blanca y una enorme boina roja, como los pantalones y ladeada hacia la izquierda, ocultando parte del rostro, adornada con una gran mota suspendida con un largo cordón, se encierra un raza que después de invadir a España le dejó un huella indeleble al carácter de los españoles… y mexicanos. El roce secular con los árabes dejó a los españoles «arabizados» y, en parte, «africanizados». Nos llenaron el alma de intransigencias y de fanatismo, de la pretensión de ser, si no el pueblo elegido de Dios, a lo menos la nación más católica de la Cristiandad… y el corazón de las crueldades de los árabes y de los bereberes, que no eran más benevolentes que las que se practicaban en estas tierras, para terminar todos participando de una tradición de volubilidad y ferocidad que transcendió los siglos. Ese traje afrancesado de «Zuavo» sobre nuestra «Tierra de Volcanes», se llena aún más de significación. Si los volcanes «construyen poderoso


atractivos de la naturaleza y siempre han impresionado al hombre, pues producen a la vez admiración y temor por su grandeza y los desastre que ocasionan»… no es menos cierto que la conducta de la «raza cósmica», individualmente o en grupo, siempre se asemeja a la actividad

La indumentaria del zuavo queda a la vista, pero lo realmente importante, por lo que ello significa y el mensaje que proyecta, es que la «soldado» árabe lleva a su hijo portando un Crucifijo... (Foto: Carlos Zapata).

destructora y al apaciguamiento posterior de los volcanes. Conjuntar todo ese pasado, que arrancó desde el Oriente hasta México, en una amalgama genética y de sangres, jamás pensaba, es el gran asombro que


se vivirán los próximos siglos. Cristóbal Colón, fue soñador, poeta, de una ambición desmedida, agresivo e irritable, tal vez de características muy parecida a Mahoma, que con su temperamento dominador de muchedumbres, pudo unir bajo un solo emblema, la Media Luna, y una sola religión a sus indomables tribus, pudo ni siquiera figurarse que su sangre, unidas con otras tan milenarias y ricas en culturas como la del Nuevo Mundo, darían lugar a una «conjunción de asombros y grandezas de dos mundos», y a un solo pueblo con el mismo horizonte hasta la eternidad: MÉXICO.

Un cofrade moro con su hijo de piel blanca y sus víveres.


La rique de la indumentaria árabe, la elegancia de grandes y chicos (as) y el colorido de la Morisma son signos inequívocos de la «Madurez Cultural y Educativa de un Pueblo. (Foto: Carlos Zapata).

¡Es el Gran Milagro de México, Líder de las Américas! ¿Quién lo Duda?

(Foto: Carlos Zapata).

a su paso por el ex Templo de San Francisco. Los Barbones D entro de ese traje «Zuavo», como en el uniforme de los soldados cristianos, existe una cierta jerarquía de nobleza, que también está en los corazones de los zacatecanos en Bracho, con sus puntillos de orgullo y de vanidad, de los hidalgos y caballeros que llegaron aquí, nobleza notoriamente de segunda clase, aunque diestros jinetes, no eran abundantes en dinero ni en ganas para abrir surcos o hacer trabajos manuales, cosas que consideraban indignas de su categoría, en lo cual desgraciadamente nos asemeja a los árabes. Por ello, cuántas cosas e inercias hemos tenido que vencer, cuántas inclinaciones infecundas, cuántos vicios grabados en el alma y esculpidos en el corazón hemos tenido que desaflojar, hasta lograr la gran nación de la Hispanidad en América: México. Este traje de «Zuavo», por último, nos dice cuántos hemos avanzado, la larga travesía de dificultades vencidas, siempre con una mochila atada a la espalda, en la que hemos cargado los alimentos, como revolucionarios de siglos, portando como los de «Bracho» una escopeta y un cuerno, en el que depositar la pólvora necesaria para llenar y hacer los disparos durante las representaciones bélicas, invada a todo las España, como


tampoco el regocijo que nos invade de ver a México incólume, joven y pletórico de valores humanos y morales con ninguna otra nación de la Hispanidad, caminando orgullosa hacia el futuro… y así vamos, acompañados de los «banderos», eso ilusionados integrantes de las bandas de guerra y de amores que acompañan a los ejércitos de moros y de cristianos, y portan el mismo uniforme, sólo que llevan, además, los instrumentos, trompetas o tambores, dando los golpes que los identifican y que van prendidos de los hombres.

LA MORISMA DE BRACHO I mpresiona observar como México, su extraordinario pueblo, ha enlazado nuestro tiempo con todas las épocas y culturas que lo enriquecieron durante tres largo milenios; cómo ha interdependizado los valores que ligan a los hombres en el tiempo y en el espacio, los que vivieron ayer, los de hoy y lo que han de vivir. Pocas naciones han logrado la reunión de todas las artes y culturas, en una especie de imperio universal de valores humanos, sin sometimiento a hegemonía alguna, ya que los mexicanos estamos inmerso en el respeto a las leyes por las que se rigen las comunidades humanas, esas que nos proyectan hacia la eternidad. Pocos presidentes pueden decir: «Tenemos detrás tres mil años de culturas»… ¿Quién puede tener más fuerza y más razones? México puede hacer suyas todas las culturas de dos mundos… y las «La Morisma de Bracho». En 1966, asistí, por vez primera a una Morisma, a esa lucha entre moros y cristianos, en la ciudad de Villena, en la provincia de Alicante, cercana a Valencia, donde desde hace siglos, desde los tiempos en que el Cid Campeador –Rodrigo Díaz de Vivar-, a quien la fantasía popular había idealizado hasta el punto de convertirlo en un héroe fabuloso, conquistó Valencia a los moros. Años después, llego a Zacatecas y me encuentro con La Morisma de Bracho. Nada me pareció extraño, todo lo vi normal, y muy propio. Y es que esas tradiciones no son exclusivas de España, ¡ni mucho menos!, son de todos nosotros y las tenemos y disfrutando en justa propiedad. ¿No resulta eso revelador y grandioso? La distancia se hace cero, es un solo punto del Universo, ahora, no en los tiempos de Felipe II, es cuando «el Sol


no es oculta a nuestras culturas comunes y solidarias».

(Foto: Carlos Zapata).

La Morisma es una oportunidad permanente de impulsar la Cultura. Y así, esa tradición que se inició en el reinado de Alfonso VI, la Morisma, es una costumbre zacatecana que se remonta en el Nuevo Mundo a los primeros días del período colonial, puesto que con una «Morisma» cómo la ciudad de México la Paz concertada, en la célebre Batalla de Pasiva, entre Francisco I y el Emperador Carlos V. hay hasta quienes le encuentran alguna similitud con los «Cantares de Gestas» –el Cantar del Mío Cid-, sobre todo por sus elementos de disputas teológicas, desafíos, mensajes y multicomplicidad de embajadores. Las hazañas bélicas del Cid Campeador, contra las huestes mora, originaron la aparición de numerosos «cantares», cuya culminación se manifiesta en «La Morisma», en la ciudad de Zacatecas. En Zacatecas, como ya señalamos, la Morisma fue instituida por la Cofradía de San Juan Bautista y ha Logrado subsistir, sobre todo, por el espíritu de


(Foto: Carlos Zapata).

Parte de las tropas de La Morisma ocupan Bracho, cuya modesta población se observa al fondo.

(Foto: Carlos Zapata).

Decenas de representaciones escénicas, embajadas y diálogos, además de las batallas entre moros y cristianos, su suceden durante la Morisma de


Bracho, tratándose en esta imagen de la fase posterior a la Coronación de la joven Reina Floripes. quienes participan en ella y van dejando a sus hijos y a los hijos de sus hijos. Los actores se cuentan por centenares, viniendo de los poblados de Pánuco, Vetagrande, Pozo de Gamboa, Morelos, Hacienda Nueva, La Era, Villa de Guadalupe, Calera de Víctor Rosales, Arroyo de En medio. Fresnillo, Los Haros, Jerez de García Salinas, siendo todos cofrades de San Juan Bautista. Es nuestro santo precursor. Las batallas entre esa «morisma» –secta de los moros, conjunto o multitud de ellos- y los cristianos, que tienen lugar cada año, como un rito litúrgico de la lucha entre la Cruz y la Media Luna, son las más de las veces hasta cruentas y siempre reñidas. Dentro de los personajes destaca: Juan de Austria, el héroe de la memorables Batalla de Lepanto –esa que se ganó con la plata zacatecana-, según del Rey Selim II, Don Alfonso de Guzmán, Roldán y los Doce Pares de Francia, el Rey Turco, Carlos Humano (Carlomagno), la reina Floripes, el gigante Fierabrás, el Almirante Balám, Reina y princesa de ambos ejércitos, que forman un jerarquía, civil y militar. Todos esos personajes son mucho más que una «Morisma», constituyen un conglomerado cultural lleno de remembranzas, de episodios imborrables de nuestros pueblos, pletóricos de luz y de colores, impregnados con la alegría de la gente de esta tierra zacatecana entrañable.


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«Una imagen vale más que mil palabras.» La «Morisma de Bracho» da ocasión a una de las más populares Romería. Familias completas; jóvenes y niños, acuden a las Lomas de Bracho desde donde Juan Pablo VI impartió su Bendición Urbit et Orbis a todos los zacatecanos-, lugar donde en esos días se encuentran numerosos vendedores, juegos mecánicos, música humana, todo lo cual le da un toque muy especial a la fiesta de todos y para todos, no importa de dónde vengan, y que da inicio la noche del miércoles de la última semana de agosto y que se prolonga hasta el domingo de la misma semana, culminando con la decapitación, lógicamente simulada, del Rey Moro y, por consiguiente, con el triunfo del ejército cristiano sobre los turcos y otomanos, tal y como ocurrió en la Batalla de Lepanto, en la expulsión de los Moros de España, o en sus múltiples derrotas que sufrieron los árabes desde la Batalla de Covadonga ante las huestes del


valiente Pelayo, como las que les infringió el Cid Campeador, hasta el cerco de Granada y su posterior rendición, cuando la reina Isabel estaba en la ciudad de Santa Fe, a unos pasos de Granada. Todas esas gestas y el triunfo consiguiente de la Fe es lo que se celebra cada año con increíble entusiasmo «La Morisma», en la Ciudad de Zacatecas.

CULTURA Y TRADICIONES DE LOS MENONITAS L os pueblos que integran el corazón anímico y espiritual de los diversos Continentes han tendido como designio implacable una fuerza interior que los empujaba a los desplazamientos, al nomadismo, a la dispersión sobre la corteza terrestre, dentro de un fenómeno oculto, pero implacable, de «revitalización genética», como lo realizan algunas especies animales, especialmente en el África Negra.

La tradicional pareja de Menonitas, dentro del singular enigma de la emigración


humana. (Le agradecemos al joven matrimonio Menonita las dos imágenes: ésta y la siguiente).

Los que protagonizaron las «mil invasiones», siempre fueron centroeuropeos, centroasiáticos, o centroafricanos, estos últimos fueron «más perezosos en sus movimientos», pues en el fondo se trata de «reacciones al medio, de carácter ecológico.». México, como singular país ubicado al centro del continente americano, tiene también esa Vocación… por eso camina hacia el norte. Se trata de agrupar sociedades humanas «inquietas en sus esencia históricas», que un extraño impulso o condiciones de vida marcada por contrastes vitales, tienden a esparcirse en oleadas y cada determinado número de siglos. Las centroasiáticas, cada 7-9 siglos; las centroeuropeas, cada 2-4 siglos, y las centroafricanas, cada 12-18 siglos. La historia de los «menonita», al parecer, comenzó en Zurich (Suiza) durante el siglo XVI. Una de las migraciones primeras conocidas tuvo lugar desde Suecia y el Sur de Alemania, hacia la región austríaca del Tyrol, ahora incluida a Italia. Posteriormente, una segunda migración partió desde Holanda –son grandes familias pertenecientes a los «Flamencos holandeses» y que hablan una lengua entre alemán y holandés, con rumbo hacia el norte, ocupando las costas del Mar del Norte y el Mar Báltico, tuvieron lugar allá por el año de 1530. La migración reconquistadora de los mexicanos a los EE.UU se consumará hasta durante el siglo XXI. Los menonitas parece que se movieron para esquivar las convulsiones bélicas que se presagiaban. Ese año el hijo de Felipe el Hermoso y Juana La Loca, Carlos I de España y V de Alemania, cumplió 14 de edad. En aquellos años nació el dicho: «Es más difícil que poner una pica en Flandes», y los Menonitas debieron huir de las guerras temibles que se avecinaban entre Carlos I y Francisco I, venciendo el rey español en la batalla de Pavía, la que se finalizó con sus migraciones, siendo la más numerosa la de Ucrania, seguida de la que se instaló en el centro de Canadá y en los Estados Unidos, en la década de 1870; y otra vez, en 1920, unas 23 mil personas emigraron desde Ucrania, principalmente, a Canadá y también a


Paraguay, Brasil y México.

TRAJE DE DAMA MENONITA Los primeros Menonitas fueron llamados «Menista», por la Condesa Ana de Friesland (Holanda), en 1541; y nombrados así a causa del líder holandés Temprano Menno Simons (1496-1561), pero desde Canadá. La característica antropológica de estos grupos étnicos es su congregación local en forma de comunidades cerradas. Esa «estructura poblacional cerrada», termina creando un alto grado de «homozigosis», conocido como consanguinidad, que a la larga resulta muy perjudicial en el logro del normal funcionamiento biológico de los miembros de esas comunidades, provocando la aparición de enfermedades hereditarias, cada año en mayor proporción.

RELIGIÓN Nos hablan de una Iglesia Universal como meta y no como concepto espiritual creador e integrado de su propia estructura religiosa. En principio, sus organizaciones e instituciones no son las Iglesias, si bien lo Menonitas tienen muchas y están cada día más abiertos al diálogo con otros grupos cristianos, sin duda para estudiarlos, aprender… y tratar de cumplir la Oración de Juan XVII, que señala: Que todos sean uno. Su sentido de congregación les facilita su dedicación al trabajo, a la creación, y a la disciplina social comunitaria impidiéndoles faltar a sus reglas; es decir «salir de su esquema social y de su costumbres ancestrales, lo cual les impide el cruzarse con individuos de otras razas y refrescar la sangre; situación que no podrán mantener por mucho tiempo». En México hay tres Estados con comunidades Menonitas: Chihuahua, Campeche y Zacatecas. En este último se localizan en los municipios de Fresnillo (Comunidad La Batea) y Miguel Auza (Comunidad La Honda), que es de donde provienen los trajes de las fotografías. Sus principales actividades económicas radican en la agricultura y la


Traje típico de una dama Menonita. ganadería, de las cuales se elaboran diversas conservas, quesos y sus derivados. El conocimiento de esas comunidades, sus formas de vida y sus costumbres, representan un gran atractivo y podrían ser motivo de visitas turísticas. El traje negro de las mujeres le inclina hacia un estado de ánimo restringido y les da carácter de seriedad poco afable. Esa sobriedad y la uniformidad en el vestir de hombre, los conduce inevitablemente a un tipo hermético, no demasiado imaginativo, más si muy resistente al trabajo y cumplidor en la obligaciones. Esas comunidades, con el tiempo, no tendrán otra salida que la de abrirse más al diálogo. Numerosos jóvenes desean ya salir de sus comunidades y estables todo tipo de relaciones humanas con la comunidad mexicana, especialmente los varones, pero las reglas son muy estrictas.


VESTIMENTA DE UNA DAMA DE LA CLASE MEDIA JEREZANA (Jerez de Garcia Salinas, Zacatecas) J erez de García Salina es una encrucijada de tradiciones y alegrías de vivir, como esas otras ciudades hermanas de su mismo nombre: Jerez de la Frontera (Cádiz) y Jerez de los Caballeros (Badajoz, Extremadura), aunque hay otras poblaciones más con el mismo nombre. En las tres se perciben, «sin descanso todo el año, las más expresivas muestran de mujeres encantadoras, cuyo porte y galanura son una continuidad histórica entrañable, una conjunción asombrosa de los mundos que se hacen eco permanente en la distancia.» En esas ciudades hermanas lucen prendas arraigadas con los siglos y los colores, el azul de su cielos, la simpatía en sus mil rostros, el despliegue al aire de sus rebozos derrochando sabores de feminidades, giran al compás de una primavera eterna, rescatando tradiciones y encantamientos, para intensificar la belleza de su mujeres y las vibraciones alegres de todos su habitantes. También allá, en aquel Jerez de la Frontera, que durante siglos sirvió de baluarte al reino de los cristianos, hay una Feria de Primavera –que vuelve en ecos durante septiembre, con su Feria de la Vendimia-, en el Parque Ontoria, a la salida hacia Sevilla, y toda la ciudad, como nuestro entrañable y hospitalario Jerez de García Salina, luce esplendorosa, engalana con sus mujeres ataviadas con prendas típicas, y con tan rico colorido. Estas dos ciudades están destinadas a hermanarse, a compartir recuerdos históricos comunes, tradiciones, costumbres y, por qué, no, relaciones económicas y comerciales, que nunca deberán estar reñidas con la cultura.


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Prendas de vestir sobre un maniquí, de rica sobriedad, en una dama jerezana. Don Pedro Pacheco Herrera y el ing. Arturo Villareal Ávila, Presidente municipales de ambas ciudades, tiene ante sí un singular reto y una oportunidad histórica, si se deciden a «Hermanarlas». Por lo pronto, el 14 de noviembre de 1995, el Cabildo en Pleno del Municipio de Jerez de García Salinas, aprobó el Nombramiento de «Hijo adoptivo», de Jerez (Zacatecana), al matador de toros, de Jerez (Cádiz, España), Luis Parra «El Jerezano». En Jerez, «muchos son los rasgos que distinguen a este municipio, orgullo de Zacatecas»; tal y como pasa allí, en el conjunto de Andalucía, pues Jerez es Jerez como Monseñor Gillow dijo una vez de nuestro País: «pues, México es México», ¿Quién lo duda? Manifestaciones como la Semanas Culturales pasadas y venideras están al fin dejando atrás viejas concepciones de los que nos visitaban, esas que, lejos de lograr penetrar en las riquezas milenarias de


nuestras artes y culturas, veían por doquier «esas convulsiones humanas que hace de la Historia de México una perenne tragedia.» Error soberano cometerán los que sólo vengan a admirar nuestro paisajes o a despreciar nuestras cada día mayor o menor miseria material, pues aquí hay que venir a ver por todas partes grandezas e ilusiones, a percibir que México se convertirá en paraíso, sin necesidad de adoptar los cánones de la vida norteamericana o europea, ya que siendo «semillero de naciones», disfrutamos de toda las esencias y valores que hacen proyectarnos hacia la eternidad, con nuestro cantos y danzas, con nuestra música y la riqueza espiritual de nuestro sentimientos. Jerez, por ejemplo, es una provincia mexicana privilegiada y un día no lejano, es posible que también pueda celebrar su Feria o Fiesta de la Vendimia, pues sus tierras cálidas son excelentes para criar vides o producir riquísimos caldos, como en su homóloga española; de lo cual hay que informar a la Casa Pedro Domecq, de México… y que los jerezanos son gente muy trabajadoras afables, hospitalarias y siempre alegres. Es la ciudad con más abundante clase media de todo el Estado.

VESTIDO JEREZANO E llo le permitió, a lo largo de los dos últimos siglos, disfrutar de una indumentaria, de una forma de vestir más en consonancia con los modelos europeos, pues desde mucho tiempo atrás se condujo con un interés creciente por las culturas del Viejo Mundo, lo mismo por el stilo francés que por el español. Jerez de García Salinas, (Zacatecas), es la ciudad más mexicano-andaluza de todo el país. Las influencias españolas y europeas impusieron ricas telas para la confección de sus trajes, si bien pasaron por una etapa intermedia en que se limitaron a tipos de tela como: Raso, paño, lino y algunos ornamentos en moaré y encajes, no muy abundantes. Existen dos grandes grupos o diseños de trajes: los utilizados para la fiestas


bailables y los de vestir, usado generalmente pro las damas de las familias de comerciantes y profesionistas de la clase media, de principios de siglos, y que se caracteriza por la sobriedad del diseño y la predominancia de los colores obscuros, tal y como se siguen usando, no solo en Jerez de la Frontera, sino en toda Andalucía. TRAJE DE GALA MEXICANO M éxico no era sólo un pueblo, como señalara Fray Pedro de Gante, conocido también como Pierre de Gand o Peter Vander Moore, nacido en un arrabal de los antiguos Países Bajos españoles, probablemente, en 1493, «en el que todo su culto consistía en cantar y danzar», según él lo vio, sino que era y es riquísimo en otras muchas tradiciones y costumbres. La visión cristiana tan profunda del padre franciscano le impidió entender la realidad cósmica de los sacrificios humanos y su profunda significación bioespiritual, limitándose a señalar, eso sí, con todo género de detalle y no menor asombro que: «Son los niños, muy humildes y obedientes, extremadamente ingeniosos, especialmente en el arte de la pintura». Casi quinientos años después, su Santidad Juan Pablo II dijo: «Lo que saben hacer bien los mexicanos –claro, después de cantar y danzar- es gritar». Pero México y los mexicanos son infinitamente más. Todas «las otras riquezas», al parecer, quedaron con premeditación y alevosía encubiertas, cuando no sepultada. Entre esas riquezas está el vestir de una verdadera aristocracia indígena, que lucía los más lujoso vestidos de aquellas épocas míticas… y México sigue siendo, no sólo «Un semillero de naciones», en su potencialidad genética, sino también en su rede tupida de artes y culturas…, en el vestir, al que se agregan con los siglos las influencias de las culturas europeas, para enriquecerlas aún más y contribuir a que «las convulsiones humanas que hacían de la Historia de México una perenne tragedia», sean hoy vibraciones y esplendores de una Nación vigorosa y nobles, capaz de mostrar a todos, capacidades para rescatar culturas y costumbres del pasado, señalando a la vez, con nuestro vestido de gala, la


incorporación a las modas más modernas, luciéndolas con el mayor de los encantos y la policromía de nuestra ascendencia. El cuerpo de la mujer mexicana puede engalanarse también con los antojos de vestir de cinco siglos, a los que tiene cabal derecho, desde los usados por la aristocracia indígena, hasta los más elegantes de la clase altas europeas, pasando por el españolismo traje de gitanas para «bailar por sevillanas», pues todos les son propios y le van a las mujeres mexicanas, como a las andaluzas, que cruzaron siglos sembrados alegrías de amores en el vivir. En nuestra Zacatecana inmortal, con el fondo de cantera rosa y plata, quién no se atreve a considerar suyo ese encanto de Celia Torres Muhech, vestida con toda la elegancia… para entrar en el siglo XXI. Así en la mayoría de las ciudades y colonias antiguas de México, la influencia de la indumentaria europea fue creciente y lógicamente, sentó raíces dentro de los grupos sociales, con sus subsecuentes cambios según la época. Bastaría asomarse a la época recién del Porfiriato para deslumbrarse ante aquellas damas vestidas lujosamente, encabezada por Carmen, aquella encantadora jovencita de 19 años, que había recibido una excelente educación en un colegio de religiosas en los Estados Unidos… y que, en sus clases de inglés, al entonces Presidente Porfirio Díaz y Carmelita contrajeron matrimonio y partieron en viaje de bodas a los E. U. ambos dejaron encantados a los americanos de suerte que su viaje se convirtió en una gira triunfal con banquetes, fiesta de gala, bailes… y trenes especiales, mientras en México capital y todas las grandes ciudades, las mujeres de la aristocracia imitaban los trajes de Carmen en todas las fiestas. El destierro en París y su muerte añorando a su querido México, fue el interés pagado por recibir tanta gloria terrena. El traje que viste en la fotografía, nuestra zacatecana Celia y que lució en la Semana: Zacatecas en la Cultura, en 1991,


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Traje de Gala Mexicano, lucido por una guapa dama zacatecana.


La joven y guapa zacatecana, Celia Torres Muech, vestida con distinción y elegancia, en el antiguo Patio de Cuadrillas de la Plaza de Toros San Pedro, en la Ciudad Colonial de Zacatecas. fue igual al usado a fines de siglo XIX por las ricas damas de esta capital y la del Mineral, y su indumentaria se confeccionaba con las más suntuosa telas de Europa y de sedas italianas procedentes del Oriente; usualmente con encajes de Bruselas, el moaré, el raso, encajes de bolillo que eran verdadera filigranas, el tul, el encaje veneciano y los finos paños de lana, así como lino finísimo de Bélgica. Lógicamente, los modelos han ido cambiando, desde los vestidos de la época virreinal, hasta los modelos modernista de 1800 a 1915, que fueron publicados por entregas en la revista: La Moda Elegante, que era una especie de periódico de circulación familiar. L


os colores y texturas de las diversas telas variaban según la estación del año, la hora del día, del lugar donde se estuviese, tipo de reunión y INFLUENCIA DE LA INDUMENTARIA EUROPEA nivel social, y hasta de estado civil de quien lo portara. La alta aristocracia, de ayer y de hoy, ha dispuesto siempre de extenso surtido de vestido en armarios repletos, pues la mujer del pasado, de hoy y de siempre, afortunadamente, seguirá siendo de la misma realeza y, como le corresponde realizar el más importante papel vital, tendrá el eterno y más legítimo derecho de lucir como la estrella de todas las virtudes y encantamientos. Ella es la esencia más pura de la Humanidad, pues es la base proyección y garantía de la continuidad virtuosa y sublime de nuestra especie. Y hasta los trajes de gitana para bailar «sevillanas» está ya en México.

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Las niñas, jóvenes y mujeres mexicanas, ya bailan «sevillanas», tal y como en la Feria de El Puerto de Santa María, en España.

ÍNDICE Páginas Presentación. ..................................................................... 7 Conjunción y Asombros de Dos Mundos. ................. 17 DANZAS: Milenios de esplendor de la Danza Mexicana. 21 Danza de Huitzilopochtl. ..................................... 23 Danza de los


Matlachines. .................................. 27 Vesturio La Región de Pinos (Zacatecas). .................................. 31 Danzas de la Región de Pinos Danza de La Palma. .............................................. 35 Vestuario Danza de los Caballitos. ...................................... 37 Vestuario Danza de los Tostoanes (Moyahua, Zacatecas). 40 Origen del Tostoan. ..................................... 41 Vestuario Tostoanes con el Santiago. ...................... 43 Huchitl o Fiesta de las Flores. .......................................... 44 Esta es su Historia Indumentaria Mestiza y Prehispánica. ........................... 48 Vestuario y música Los Huicholes: ..................................................................... 52 El Mundo Mágico Huichol. La Religión. ................................................................ 56 La Trilogía: Peyote, Venado y Maíz. .................... 57 La Fiesta del Peyote Influencia Cristiana. ................................................ 62 Baile de Mexicapán. ............................................................ 65 Baile de Las Cuadrillas. ..................................................... 67 La Morisma de Bracho. ...................................................... 71 Traje del Zuavo. ........................................................ 75 Los Menonitas, cultura y tradiciones. ............................ 83 Trajes de la Clase Media Jerezana. ................................. 86 Trajes de Gala Mexicanos. ................................................. 88 Influencias de la Indumentaria Europea. ....................... 91


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