“La Verdad más que un valor es una actitud ante la vida”
RobeR to S ilva b ijit
Fundador y Presidente del Directorio:
Roberto Silva Bijit
Director:
Robertao Silva Binvignat
Jefe de Informaciones: Gabriel Abarca A.
Diagramación:
Marcelo Barros S.
Arte:
Vinka Saavedra D. Pamela Pérez R.
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Jefa de Ventas: Alejandra Cabezas H.
Coordinadora Comercial:
Verónica Tapia H. ventasquillota@observador.cl Fono: (34) 2342210
Casa Matriz Quillota
Cabildo, Catapilco, Chincolco, Hierro
Viejo, Petorca, Zapallar,
El rol de los medios de comunicación 4 frente a las fakes news
Las anécdotas radiales del mejor 8 relator deportivo de la región
La historia de José “Pepe” García: “Amo 10 La Calera porque somos todos amigos”
El sabor característico de Cecinas “Don Luis”: 12 más de 70 años de tradición en cada bocado
¿Quién es el hombre detrás del famoso 14 Guatón Loyola de Los Andes?
Joaquín Silva Cristi: el joven hijuelense que está 16 convertido en la nueva joya de Santiago Wanderers
La joven nogalina que triunfa en el 18 básquetbol universitario de EE.UU.
Jonathan “Seco” Sánchez, el artista calerano que 20 persiguió sus sueños de niño hasta alcanzarlos
Viña Barón Knyphausen: la historia de los 22 premiados vinos de Llay Llay
Javier Muñoz Delgado, siempre en 24 el corazón de San Felipe
Luis Arancibia Rivera: el incansable 26 “todo terreno” que fue encargado de la antigua Posta Rural de Romeral
Ibsen Jara de la Fuente: insigne 28 comunicador radial que conquistó a la Provincia de Petorca
Guillermo Marín Barrera y sus más 30 de tres décadas enseñando fútbol a los niños de Juventud Narváez
Yunia Figueroa Quezada: la gran 32 historia de la destacada “busca talentos” del vóleibol quillotano
La enorme riqueza arqueológica bajo 34 - 35 el trazado del tren entre Limache y La Calera
Joaquín Fermandois: “No conozco una 36 - 37 historia local tan completa y extensa”
Eduardo Chacana Marín: “La música 38 - 39 ha sido la pasión de mi vida”
Kassandra Ruiz, dueña del restaurante 40 - 41 “Chiringuito La Maja”: “Quintero es una comuna hermosa, tiene algo mágico”
Una historia demasiado reciente 42 - 43 y en vías del olvido: cómo se vivió la pandemia en La Calera
El desconocido paso del ex Fiscal Nacional 44 - 45 por la empresa habitacional de la UP
“Todos nos conocíamos”: los recuerdos 46 - 47 imborrables que deja el Terminal de La Ligua
Taller de Ciencias del Liceo “Juan Rusque”: 48 - 49 desde el hallazgo de antibióticos en árboles hasta ladrillos con desechos mineros
Artistas limachinos describen 50 - 51 su ciudad a través de canciones
Cuando Unión Católica de El Melón 52 - 53 fue campeón nacional de fútbol amateur en Punta Arenas
Recuerdos sobre una arriesgada acrobacia 54 - 55 del “Pititore” Cabrera al llegar a Colo Colo
Los años felices del “Niño Lobo” Vicente 56 - 57 “Cau-Cau” en Villa Alemana y Horcón
Las claves que dieron vida a la gesta 58 - 59 histórica de Unión San Felipe
Jóvenes taekwondistas buscarán elevar 60 - 61 el nombre de La Cruz a nivel continental
Ignacio Carrión: con los genes
62 - 63 del básquetbol en la sangre
Waldo Lillo, el fotógrafo de la historia 64 - 65 de La Calera y patrimonio vivo de la ciudad
El Comendador ‘Biribinha’, compañero 66 - 67 del Piti, del Pato y de Freddy
El romántico amor de Pedro Aguirre 68 - 69 Cerda con su prima
Colectivo Chasky: un mensajero 70 - 71 de La Ligua hacia el mundo
Circula en las comunas de: Quillota, La Cruz, San Pedro, La Calera, Hijuelas, Nogales, El Melon, La Ligua,
Maitencillo, Papudo, Cachagua, San Felipe, Catemu, Panquehue, Llay Lay, Los Andes, Limache, Olmué, Quilpué, Villa Alemana, Horcón, Loncura, Ventanas, Quintero, Puchuncaví, Torquemada, Laguna, Rungue, Valparaíso, Viña del Mar, Concón.
Editorial
¿Por qué seguir leyendo
El Observador?
Gabriel Abarca Armijo Jefe de Informaciones
No es un misterio que, con el paso del tiempo, la gente lee cada vez menos. En este sentido, la vida de los diarios pareciera estar expuesta a una muerte lenta e irremediable. Sin embargo, quienes estamos inmersos en este mundo, creemos firmemente que la prensa escrita todavía tiene mucho que decir. Por lo mismo, ante la interrogante ¿por qué seguir leyendo El Observador?, surgen varias respuestas que podrían ayudar a visibilizar la relevancia que este tipo de medios aún tiene en una sociedad donde la inmediatez pareciera ganar terreno, dejando de lado la reflexión y la información veraz.
- Porque tenemos una historia de 54 años: no es menor que un medio de comunicación, sobre todo en regiones, tenga una trayectoria tan larga y extensa como El Observador. Fue en 1970 cuando un joven Roberto Silva Bijit decidió emprender un viaje que continúa hasta el día de hoy, con el objetivo de contar lo que pasa en nuestras ciudades. A su vez, el hecho de permanecer en pie, a pesar de los años, da cuenta de una base sólida y firme que le permite al medio seguir existiendo, a pesar de las vicisitudes económicas y sociales del último tiempo. Tener 54 años es contar con una marca registrada, conocida y confiable, que la gente estima e identifica.
- Porque nos interesan las personas y sus historias: no es la primera vez que me explayo en esto, pero en El Observador se cuentan historias que en otros medios no tendrían cabida, como el aniversario de un almacén de barrio o el vecino que triunfa en el extranjero gracias al desarrollo de su arte u oficio. Pero también, entendemos que momentos tan complejos como la muerte de un ser querido no se ciñen a un simple número. Detrás de un hecho trágico hay vidas y sueños, los que procuramos contar respetuosamente, al alero de lo que el propio entorno nos ayuda a construir. En lo personal, y a lo largo de mis 12 años en el diario, nunca se me ha cerrado la puerta de un hogar. Es más, hasta
me han dado las gracias por dejar un testimonio escrito sobre la vida de ese ser querido que ya no está. Y eso, sin duda, no es por mí, sino por el medio que represento.
- Porque somos un medio que busca ceñirse a la ética profesional: la seriedad de El Observador se define por el trabajo que el equipo de periodistas y reporteros ha desarrollado -y sigue haciendo- en cada una de sus labores. No nos apegamos a rumores, más bien, procuramos indagar lo que pasa para posteriormente informar como corresponde. A su vez, somos un medio maduro que en torno a sus años de experiencia ha aprendido de sus errores; porque no somos perfectos y ciertamente nos hemos equivocado. Pero más grande es aquel que reconoce sus errores y procura enmendarlos, en vez de insistir en algo que no es veraz. Y también somos responsables, porque procuramos contar lo que sucede teniendo a todas las partes involucradas en un determinado hecho.
- Porque somos de la zona: conocemos el territorio del cual escribimos, ya que hemos vivido o trabajado en las comunas donde tenemos cobertura. También tenemos familiares y amigos e incluso hemos vacacionado allí. Yo, en lo particular, viví en La Ligua y cubrí toda la Provincia de Petorca en mis inicios; luego me trasladé a Los Andes, donde tuve la posibilidad de conocer todo el Valle de Aconcagua. También me he vinculado con el Marga Marga y la Provincia de Valparaíso. En definitiva, así como yo he tenido la suerte, mis compañeros también saben de lo que escriben, porque las ciudades no les son ajenas. Esto, en cierta forma, nos ayuda como equipo a entender de mejor manera los problemas de la comunidad, porque de una u otra forma, compartimos un mismo espacio. Somos de la región escribiendo para nuestra región. Por lo tanto, nos interesa lo que pasa en cada una de nuestras ciudades.
Por esto y mucho más, El Observador sigue vigente en la vida de las personas, y les damos gracias por ello.
Historias de una Sala de Prensa
Marisol Valdés Riffo Editora
Corría diciembre de 2006 cuando llegué por primera vez a la Sala de Prensa de “El Observador”, en mi calidad de flamante correctora de pruebas del diario. Para entonces ni sospechaba que en esa fecha se iniciaría una larga historia que ya lleva casi 18 años, en el transcurso de los cuales he leído, corregido, reporteado, escrito y editado las crónicas, notas y reportajes que se publicaban cada martes y viernes. Con el paso de los años esta labor, que de ninguna manera podría catalogarse de monótona o aburrida, fue generando una serie de anécdotas e historias dignas de recordar no solo por su singularidad, sino también porque de alguna manera marcaron mi trayectoria, sea como una enseñanza de vida recibida o por la oportunidad de ayudar a otros gracias a esta experiencia laboral o porque aun me río al recordarlas.
Por ejemplo, hace algunos años, llegó una mujer muy molesta a reclamar que por culpa del diario ella estaba padeciendo -tristemente- una severa enfermedad venérea. Cuando me lo contó, pensé “me está bromeando” y discretamente miré alrededor buscando algo que me confirmara que estaba en el foco de una “cámara indiscreta”. Pero no. La molestia de la mujer era muy real. Según contó, había descubierto que su esposo había conocido a alguien a través de la sección “Contactos Personales” y tuvo un affaire con esa persona, asunto del cual resultó infectado y por ende, contagió su esposa. Cuando la mujer lo increpó, el sujeto -que se preparaba como futuro pastor en una iglesia- le respondió “anda a reclamar al diario” y ahí llegó ella a nuestras oficinas.
Reconozco que me costó hacerle entender que la culpa no era del diario, sino que del infiel de su marido. Pero en el transcurso de la conversación pude darme cuenta que en esa situación subyacía un severo caso de violencia intrafamiliar que tenía a la pobre mujer bajo el dominio de un esposo abusivo que la amenazaba hasta con una escopeta. Había que hacer algo. Junto con el editor de entonces, contactamos a la Oficina de la Mujer de La Calera desde donde se activó el sistema integral de ayuda que le permitió a ella huir de su abusador.
Durante algún tiempo estuve en contacto con ella y supe que, finalmente, se había establecido en Santiago, luego de denunciar los hechos a la justicia y liberarse del yugo que la esclavizaba. Pero también hubo anécdotas divertidas, como en aquella oportunidad en que un sujeto se había parapetado en la tienda Dijon de Quillota, tomando como rehén a su ex novia, que era una empleada en el establecimiento. Como era de esperarse todos los periodistas salieron disparados a reportear el caso “en vivo y en directo” y la Sala de Prensa quedó vacía solo conmigo en su interior.
Los teléfonos no paraban de sonar, eran lectores y auditores que llamaban para preguntar qué estaba pasando, mientras que otros llamados eran de los periodistas para ir entregando las informaciones minuto a minuto, por lo que -literalmente- me faltaban manos para atender las llamadas.
Mientras estaba afanada en esa labor entraron tres hombres a la Sala de Prensa. Se quedaron parados a pasos de la puerta y me miraban insistentemente. Como pude y con la mano les hice gestos de “espérenme” y “aguanten un cachito”, hasta que se produjo una pausa entre tanto llamado. “Hola, dígame”, les dije. “Hola… venimos a una reunión con el Director”, me dijo el que encabezaba el grupo mientras me miraba con una expresión de extrañeza. “Ehhhhh… ¿si?” le respondí mientras no dejaba de pensar que el tipo me era cara conocida. “¿Dónde lo he visto… dónde?”, pensaba. Finalmente opté por lo más sano y le dije “Disculpe, pero creo que lo he visto en alguna parte… pero no sé dónde…”. El hombre, de impecable terno gris, se sonrió, miró a sus acompañantes y me respondió “probablemente en La Moneda, es un gusto, me llamo Eduardo Frei Ruiz Tagle y soy ex Presidente”, mientras me extendía amigablemente la mano y yo pensaba “¡trágame tierra!” Así han pasado 18 años de ejercicio en esta notable labor que tanto me ha enseñado y me ha permitido informar, enseñar, entretener y ayudar, haciendo que mis días nunca sean iguales, porque siempre hay una noticia por reportear o una historia que contar y recordar…
El rol de los medios de comunicación frente a las fakes news
Julio Cifuentes Mora Agencia Digital Cafecargado Asesor de El Observador
En la actualidad, la información fluye a una velocidad sin precedentes, pero este fenómeno t rae consigo u n g ran mal: la proliferación de fake news. Es por eso que los medios de comunicación juegan u n papel c rucial en la lucha contra la desinformación, especialmente en contextos t an delicados como, por e jemplo, las elecciones, donde el impacto de las noticias falsas puede alterar el c urso de la democracia.
Un c laro e jemplo de c ómo l as fake news h an i nfluido e n elecciones es el caso de las elecciones presidenciales en Estados Unidos en 2016. I nvestigaciones del M IT r evelaron q ue l as noticias falsas tenían u n 70% m ás de probabilidad de s er c ompartidas e n r edes sociales q ue l as verdaderas. Esta desinformación no s olo d istorsionó la p ercepción pública s obre los c andidatos, sino q ue t ambién polarizó aún más a los votantes. La campaña de Donald Trump se benefició significativamente de e sta d inámica, donde r umores y noticias i nventadas s obre H illary C linton a lcanzaron m illones de usuarios e n Facebook.
En nuestro país, las votaciones para los dos procesos constitucionales estuvieron contaminadas con u n a lto n ivel de desinformación a t ravés de r edes s ociales. El i nvestigador S ebastián Valenzuela, académico de l a Universidad C atólica, c alificó c omo “ brutal” l a desinformación e n torno a la propuesta de nueva constitución q ue se votó e n 2022.
“El aspecto más problemático”, planteó Valenzuela en una entrevista c on l a BBC, “es q ue l a desinformación s e u sa no s ólo para
generar confusión sobre la propuesta sino como herramienta de ataque. Cuando s e d ice q ue no h ay protección a l a propiedad privada e n el texto de la Convención, no s e e spera q ue la gente lo c rea, porque e s cosa de i r a m irar el texto. Eso s e promueve para generar una r eacción e mocional, para q ue q uien r eciba el mensaje d iga: '¿Viste?, no protegen el derecho a l a propiedad, t e van a q uitar t us cosas’.
Otro e jemplo emblemático es el referéndum sobre el Brexit en el Reino Unido. Según un estudio de la Universidad de Oxford, el 88% de los t uits relacionados con el Brexit contenían i nformación falsa o engañosa. La desinformación sobre las implicaciones económicas y sociales de abandonar la Unión Europea generó confusión y miedo, contribuyendo a l r esultado fi nal.
En Brasil, durante las elecciones presidenciales de 2018, el c andidato Jair Bolsonaro utilizó W hatsApp para d ifundir i nformación falsa sobre su oponente. Un informe del diario Folha de Sao Paulo expuso cómo g rupos de apoyo de Bolsonaro e nviaron m illones de
mensajes engañosos que d istorsionaban la realidad y desvirtuaban la imagen del contenedor político, lo que contribuyó a un clima de desconfianza y polarización.
Frente a e ste panorama, la f unción de los medios de comunicación tradicionales se vuelve esencial. No solo deben informar, sino también verificar la información y desmentir noticias falsas. Iniciativas como el “fact-checking” se han convertido en herramientas indispensables para r estaurar l a c onfianza del p úblico. E n C hile, algunos medios y universidades han sido impulsoras de iniciativas de e ste t ipo.
Además, se debe enseñar al público cómo identificar y combatir la desinformación. En esta línea está la campaña “Aguantar, chequear y compartir” q ue h a l levado adelante el actual Gobierno. La alfabetización mediática es clave para que los ciudadanos puedan discernir entre información veraz y noticias falsas. En este sentido, la colaboración entre plataformas digitales y medios de comunicación es vital. Algunas redes sociales han comenzado a implementar herramientas de verificación y etiquetado de contenido e ngañoso, pero esta labor debe ser complementada por un periodismo riguroso y ético.
En c onclusión, l a batalla c ontra l as fake news e s r esponsabilidad de todos y los medios de c omunicación, sustentados e n s u credibilidad, tienen un rol muy relevante en la verificación de la información y e n l a e ducación para c ombatir l as fa ke news. Y e n este plano no e s menor la confianza q ue pueden generar, e jemplos como El Observador y sus más de 50 años de trayectoria. Porque solo a sí podremos proteger la i ntegridad de nuestras democracias y a segurar q ue la i nformación, e n lugar de s er u n a rma de manipulación, s e convierta e n u n pilar de la s ociedad.
MINERA LAS CENIZAS SALUDA AL DIARIO EL OBSERVADOR EN SU 54 ANIVERSARIO
Compartimos 46 Años en la Construcción de un entorno de Confianza y Colaboración para el Bienestar y Desarrollo de la comunidad Cabildana
La ciudad y habitantes de Cabildo contarán con un nuevo espacio de áreas verdes, gracias a una donación de 0,9 hectáreas de Minera Las Cenizas a la Municipalidad de Cabildo. En el terreno, ubicado en el sector de La Rinconada, se levantará el primer Parque Urbano abierto a toda la comunidad, con actividades deportivas y recreativas.
Desde 2015 la empresa ha apoyado y financiado a instituciones y organizaciones sociales a través de un programa de Fondos Concursables. En 2024, en su décima versión, se recibieron 96 iniciativas, de las cuales 43 serán financiadas, permitiendo cumplir los anhelos de vecinas y vecinos que conforman las entidades beneficiadas de Cabildo.
Granja Educativa
Durante el primer semestre de este año, Minera Las Cenizas firmó un convenio con el Centro de Recursos y Atención a la Diversidad (CRAD) Paul Percy Harris para habilitar la primera “Granja Educativa” del establecimiento y de la comuna. Este innovador proyecto agrícola y educativo, desarrollado en un terreno cedido por la empresa, ya está en plena producción. Su implementación ha permitido que las y los estudiantes pongan en práctica sus conocimientos en cosecha y técnicas agropecuarias. Anteriormente, la colaboración entre la empresa y el CRAD se materializaba en prácticas de cultivo de árboles nativos en el Vivero de Minera Las Cenizas, lo que marcó un hito importante tanto para la comuna como para el país.
Formación de especialidades mineras
Para Minera Las Cenizas, el compromiso con la educación y formación en especialidades mineras en las comunidades donde opera es un pilar fundamental de su responsabilidad y sostenibilidad empresarial. En este contexto, desde los inicios de la faena se implementaron diversas iniciativas, como prácticas, pasantías y visitas guiadas de estudiantes de colegios, liceos y universidades regionales y locales, brindándoles la oportunidad de conocer de cerca los procesos mineros y vivir de primera mano la experiencia diaria de los trabajadores en terreno.
Parque Urbano en Cabildo
Fondos Concursables
¡Feliz Aniversario!
Enviamos nuestra energía a El Observador, que nos ha mantenido informados desde hace más de medio siglo.
54 años contigo, siempre en primera plana.
Testimonios del fundador
Por Roberto Silva Bijit
La madrugada en que nació “El Observador”
Esa madrugada del sábado 26 de septiembre de 1970 la guardo como uno de los recuerdos más lindos de mi vida. Era el nacimiento de algo vivo. Algo así como el primer hijo, aunque después el primer hijo con nombre y apellido haya achicado todo lo vivido anteriormente. Nació rodeado de letras, tinta y papel. Llevaba en su interior una profunda inquietud por el progreso de la zona, que se fue traspasando a miles de hogares.
La emoción del primer ejemplar fue profunda. El diario nació en la rotativa del diario “La Unión” de Valparaíso. La inmensa máquina estaba cargada con las páginas de la primera edición de “El Observador”. Los gruesos moldes de plomo revestían los incontables rodillos de la impresionante maquinaria.
Cerca de las tres de la mañana, el jefe de taller me pasó una prueba completa del primer diario, consultándome si podían partir. Tomé entre mis manos las 12 páginas. Era el primer lector del diario completo, ya que antes había sido corregido por partes. En la portada títulos de Quillota, La Calera, La Cruz, Limache. Una gran foto. Sus colores eran negro y rojo, desde el primer día. Tener en
las manos a este hijo de papel con el que tanto había soñado fue maravilloso. Lo miro y lo vuelvo a mirar. Por instantes sueño con verlo grande, caminando alguna vez por sus propios medios. Ha nacido, y junto con la llegada de su vida, la llegada de muchas páginas, de muchas noches de tintas y palabras, de muchas esperanzas y anhelos. De pronto me doy cuenta que me había quedado pegado soñando. Fueron un par de minutos pensando en el futuro. El jefe del taller me sigue mirando. Está ansioso de una respuesta. Diez personas más están esperando la orden detrás de él. Cierro las páginas del diario de muestra y le digo con un gesto afirmativo que podemos partir. Entonces viene un momento mágico. El solo gesto con la mano del jefe del taller basta para que todos se ubiquen en sus puestos y la máquina comience a rugir. El ruido de los motores es ensordecedor. La ancha boca de la rotativa lanza decenas de diarios en minutos. La gente sube al segundo piso de la máquina y baja corriendo por
El origen de nuestro lema
La frase “La verdad, más que un valor, es una actitud ante la vida”, que es nuestro lema, surgió de un conflicto que se produjo a raíz de una información que publicamos.
S e trataba de una denuncia de abusos de un profesor con una liceana. Nosotros denunciamos el hecho después de haber hablado con la niña y su mamá. Sin embargo, hubo tanta presión sobre ellas, que terminaron cambiando su testimonio. Nuestra denuncia se había caído. Fui de nuevo a hablar con ellas. Pero la situación me hizo pensar que la verdad no son palabras y que no tiene fuerza si no es respaldada por una actitud. Un mes después, la madre y la hija abusada cambiaron su testimonio y repitieron la verdad de lo ocurrido. Con el sentido de nuestro lema nos hemos dejado guiar, sin claudicar jamás ante nadie ni con nada. Cuando sabemos que tenemos la verdad, la ponemos por escrito y damos la cara, haciéndonos responsables de lo que estamos informando.
Las razones
para fundar el diario
estrechas escalas en medio de un movimiento que cansa con sólo mirarlo. El blanco papel atraviesa rodillos para dejar las noticias impresas y sigue su apurado camino para caer doblado, listo para ser empaquetado y entregado a los suplementeros que lo llevarán hasta las manos de los lectores.
La emoción del primer ejemplar se renueva con cada nueva edición y junto con ella, se reafirma nuestra voluntad de seguir sirviendo a la verdad y el progreso de la zona.
Tuve muchas razones para fundar “El Observador”. Creo que influyó mucho mi padre, Leopoldo Silva Reynoard, que desde niño me inculcó que la ciudad no era de las autoridades sino de nosotros, que las calles y la plaza nos pertenecían, que debíamos estar siempre atentos a lo que estaba pasando.
También influyó mi formación en el Instituto Rafael Ariztía, especialmente mi participación en la brigada de scout, donde servir a la gente me hizo entender otras cosas. Hubo una razón que fue muy determinante. Terminados mis estudios en el instituto, continué en la Universidad Católica de Valparaíso, donde me recibí de profesor de Historia y Ciencias Sociales. Estando en el puerto, vi a Quillota desde otra perspectiva y se adentró mucho más en mí la idea de que nuestra ciudad no avanzaba, permaneciendo detenida en el tiempo, anhelante de su progreso que no llegaba. Veía, por otro lado, partir a todos los de mi generación escolar. Dos se quedaron en el Banco del Estado. Uno en el campo y el resto partió a buscar mejores horizontes. La ciudad perdía gente joven y vigorosa que tenía mucho que aportar. Esa fuga de juventud demostraba una realidad que
El padrino del diario, periodista
Raúl Robles y la estudiante de periodismo Gladys Brito Campusano.
era necesario ver y encarar. Un diario podía ser un camino para juntar voluntades, iniciar campañas, llamar la atención de las autoridades, coordinador inquietudes, decir por escrito lo que la mayoría hablaba y darle cuerpo a una posición progresiva en beneficio de la ciudad. Por otra parte, había cumplido algunas actuaciones públicas que reflejaban esta preocupación. En 1967, Quillota celebró sus 250 años de edad. El alcalde de ese entonces, Tulio Aillón, me puso en el programa oficial para hablar de historia de la ciudad en la ceremonia principal, realizada en el Teatro Portales el 11 de noviembre de ese año. Recuerdo que leí parte de la carta que el fundador José de Santiago Concha le envió al Rey, para darle cuenta de la fundación de la villa. Un documento inédito y casi desconocido. Publiqué además un libro que se llamó “Páginas para Quillota”, donde se reunían algunos artículos relacionados con nuestro pasado. Mantuve también un programa dominical en la antigua Radio Chacabuco: “Conversando de Quillota”. Tenía entonces 19 años.
D urante los años 1968 y 1969 continúe por temporadas el programa de radio y edité
Cuando entra tinta en la sangre
Estábamos en los talleres porteños del diario “La Unión”, esperando el proceso de armado del primer ejemplar. Era cerca de la medianoche. En los mesones de la compaginación estaban muy ordenadas las líneas de metal del diario Nº 1 de “El Observador”. Habían pasado semanas de gran preocupación, eran muchas las esperanzas que ahí comenzaban a ser realidad con toda esa carga de ilusiones y en medio de una noche diferente. En ese ambiente nocturno, cuando faltaba poco para que la rotativa empezara a rugir y entregar los primeros ejemplares del diario, un viejo maestro del gremio gráfico que estaba a mi lado me dijo:
“A usted se le va a meter la tinta en la sangre”.
Y lo dijo con una rara seguridad que me asombró. Tenía su guardapolvo negro de tinta, como si todo, hasta el alma la tuviera impresa color noticia. Era bajo, pero de palabras altas y con su simpleza me dijo en esa especie de pregunta-advertencia-sentencia, todo cuanto sus años le decían de mis afanes. Y no se equivocó, porque esa tinta de la primera noche ya pasó a la epidermis hace mucho rato y se echó a correr por las venas con una fuerza que no tiene control ni detención, con una fuerza que termina sobrepasando todo, obligando a una entrega que uno nunca soñó, pero que ahora vive con satisfacción. Sí, reconozco como mía la tinta que me entró y la aceptó como el compromiso que otorga un sentido libertario a mi sangre.
dos folletos. Uno titulado “¿Morirá el canario?” destinado a dar a conocer la más aguda crisis vivida por San Luis en su medio siglo de vida, a tal punto que de toda la institución quedaban 11 jugadores pidiendo dinero en el comercio para poder pagar un viaje en bus que los llevara a cumplir su compromiso. Todo ocurrió por la intromisión de la política en el deporte. El otro folleto, que causó profundas molestias al alcalde de la época, se llamó “El Mayaca condenado a muerte”, en el cual se analizaba crudamente la realidad del cerro.
C on todas estas situaciones en el pecho, fue creciendo la idea del diario. Hasta que un día decidí ir a los talleres del diario “La Unión” y consultar cuánto costaría editar un periódico de 12 páginas tamaño tabloide. Sacadas las cuentas, me propuse reunir en el comercio la cantidad fijada y con eso pagar el ejemplar número uno. No tenía más capital que mi disposición de servir a la ciudad, que fue comprendida por los avisadores que se embarcaron en este proyecto y me dieron dinero para algo que no habían visto. Así nació “El Observador”, apoyado en la confianza de pequeños empresarios libres.
El fundador de El Observador, dos décadas después, revisando la edicion aniversario.
SALUD
Se entregaron 1.000 catres clínicos para el cuidado de personas mayores con dependencia severa.
Se entregaron 23 ambulancias para la Red SAMU de los servicios de salud de la región.
Se aprobó un Programa regional para reducir listas de espera quirúrgicas no contenidas en el GES.
Las anécdotas radiales del mejor relator deportivo de la región
Juan Carlos Reyes, “El cantagoles canario”, contó cómo fueron sus inicios y sus momentos más emotivos a lo largo de su carrera
Por Gabriel Abarca Armijo
“Me gustaría partir diciendo que mi llegada a la prensa ya es una anécdota, porque se registró mientras yo era comerciante. Mis padres tenían un almacén en Limache llamado ‘El palacio de la fruta’. Estaba al lado de Confites Merello (…) Y cuando mi papá falleció tuve que elegir entre seguir mi carrera o dedicarme al negocio. Yo estaba estudiando comercio exterior e incluso me faltaba solo hacer la práctica. En ese entonces tenía 22 años”.
Así empieza la conversación con Juan Carlos Reyes Morales, más conocido como “El cantagoles canario”. Su dilatada trayectoria en el mundo de las comunicaciones le ha permitido recibir no solo elogios de sus auditores, sino también de sus colegas. De hecho, fue premiado recientemente por la Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI) como el mejor relator de la región. Un galardón que viene a reconocer su experiencia en el mundo radial, al cual llegó prácticamente por casualidad.
Pero eso viene después…
- ¿Y qué decisión tomaste al final? ¿Tu carrera o el negocio familiar?
“Todo comenzó mucho antes. Primero rendí la Prueba de Aptitud Académica y saqué un buen puntaje, pero quedé en La Serena, en la carrera de Historia y Geografía. Yo no había salido nunca de mi casa y me daba temor vivir solo. Por tanto, decidí dar la prueba al año siguiente, pensando que me iría mejor y quedaría en la Católica de Valparaíso. Me tomé un año sabático, pero no me apliqué con los estudios. Por lo tanto, me fue peor que en la vez anterior, así que entré a estudiar comercio exterior en Valparaíso, en un instituto. De todas formas, al final no hice la práctica y decidí quedarme en el negocio, ya que mi mamá sola no podía hacerse cargo”.
- ¿Y cuándo comienza tu vínculo con el fútbol?
“En ese entonces ya era muy futbolero. Jugaba, iba a ver partidos, en fin. Pero antes, cuando llegué a la población Juan Egaña, armamos un club deportivo, así que ahí empecé a jugar de forma más constante. Lo hacía como
a máquina. Puse algunas noticias de Limache y, a los tres días, las leyeron en el programa. Yo estaba feliz. Esa fue la primera cercanía con prensa o radio”.
arquero, me gustaba. Además, mi papá ocupaba esa posición. Pero eso no fue todo, ya que con 17 años empecé a ser dirigente e incluso cumplí con ese tipo de labores en la rama de básquetbol del club. Y para agregar, también me gustaba escuchar mucho los programas deportivos”.
- ¿Por ahí parte tu acercamiento con las comunicaciones?
“Escuchaba ‘Deporte Total’ de Radio Minería, con Julio Martínez y Sergio Livingstone. Pero no era el primero, ya que antes escuchaba uno en Radio Chilena, que empezaba a las nueve de la mañana con informaciones de varias disciplinas y luego, en la tarde, enganchaba con la transmisión del fútbol. Era todo el día. Ahora, volviendo a la Radio Minería, en la tarde había un programa llamado ‘Deporte Total Regional’, conducido por una persona de apellido Martínez y otra cuyo nombre no recuerdo. Ésta última es la que al aire pidió colaboración con datos deportivos de la zona interior. Por lo mismo, pensé que podría mandar noticias del club, así que envíe una carta escrita
Pero la cosa no quedó ahí. A los pocos días, uno de los locutores del mismo programa le escribió de vuelta, contándole que tenían un espacio deportivo en Radio Marga Marga, de Quilpué, y que le gustaría contar con su colaboración. Fue así como, justo cuando se encontraba en dicha ciudad a raíz de un partido amistoso de su club con uno de la comuna anfitriona, aprovechó de visitar la casa radial. Habló con el control, quien lo hizo pasar mientras el conductor estaba al aire. Luego, en medio de la tanda, lo hizo pasar al locutorio junto a él…
“Cuando volvió al aire y saludó dijo: ‘Está con nosotros Juan Carlos Reyes, quien nos va a contar noticias del deporte de Limache’. Esa fue la primera vez que estaba frente a un micrófono…”
- Y tenías dos opciones: o te cohibías o te lucías…
“Por lo mismo empecé a hablar y, cuando terminamos, me invitaron a participar de forma estable. Lo hice por tres domingos, hasta que al cuarto el conductor me dijo que se iba
del país y me dejaba el programa (…) Le respondí que no podía, así que ahí se acabó el sueño de Juan Carlos Reyes en la radio. Sin embargo, en la noche me picó el bichito. Yo escuchaba a Lucio Fariña en el ‘Tribuna Deportiva’ de Radio Pocochay, así que viajé a Quillota y me presenté ante él. Le dije que venía de Limache y me dijo: ‘Justo no tengo noticias de Limache’. Me pasó una grabadora y me pidió que grabara algo en el baño, para ver si tenía lo necesario. Pasé la prueba, así que quedamos en que iría todos los martes. Con el paso del tiempo me invitó a ir los jueves también, siempre centrado en el deporte de Limache”.
A partir de ahí surge un nombre que, de una u otra forma, encaminó el futuro de Juan Carlos en el mundo de las comunicaciones. Se trata de Alejandro Carillo, quién también colaboraba con Lucio Fariña, pero desde La Calera. Fue él quien lo invitó a llevar las noticias que leían en la radio al diario “El Observador”.
Su ascenso fue meteórico: en 1986 había comenzado en una pequeña radio de Quilpué a forjar sus primeras armas como locutor y luego, un año después, formaba parte de un equipo de prensa en Quillota y estaba a punto de ingresar a un medio de comunicación escrito.
- Sin duda, algo impensado para quien tenía su futuro claro ligado al comercio… “Así es. Pues bien, me presenté con don Roberto (Silva Bijit) y le dije que venía de Limache. ‘¿De Limache?’, me respondió él. (Nota del redactor: todos se admiraban y alegraban cuando anunciaba su ciudad de origen. Sin duda, esto le abrió muchas puertas). Le mostré lo que hacía y le gustó, así que me quedé. Leía mis noticias todos los martes en la radio y luego las llevaba al diario (…) Me tocó ir un par de veces a ver los partidos de San Luis para luego escribirlos para el diario, donde al final me quedé de forma definitiva. Eso lo hacía en las tardes, ya que en la mañana trabajaba en el negocio”.
- ¿Y cuándo fue tu primer relato deportivo?
“Fue un partido final del fútbol agrícola: San José de Quillota con Orval de Limache, partido que se jugaba en La Palma. Me acuerdo que me hablaron de Radio Catalina. Me dijeron que querían relatar la final y me lo
propusieron. Yo nunca lo había hecho, pero me insistieron, así que acepté el desafío. Esto fue el año ‘86, creo. Y después de ese partido, que me costó un poco, me invitaron de La Ligua. Me llamó ‘Tino’ Aspe, director y dueño de Radio Eclipse. ‘Sé que tú relatas’, me dijo. Yo lo había hecho solo una vez. Pero bueno, me propusieron relatar la final de la semana liguana, así que acepté. Ahora, ya estando allá, me propuso relatar el tercer y cuarto lugar, además de la final. Pensé que me serviría para soltarme más. Al compadre le gustó, así que seguí relatando los partidos de Flecha por la Tercera División. Y cuando terminó su participación en el torneo, seguimos a la selección de La Ligua. Fue de la época en la que gané más plata. Relataba casi todos los días”.
- ¿Cuál consideras que es uno de los partidos cuyo relato más te marcó?
“El ascenso de San Luis, de Tercera a Segunda División. Fue en Los Ángeles y con ‘Chupete’ (Suazo) en cancha. Haber ascendido significaba dar el salto al futbol profesional, lo que para mí era importante ya que siempre había relatado fútbol amateur. Lo sentí de esta manera: fue como que Juan Carlos Reyes ascendiera al profesionalismo junto con San Luis. Me acuerdo que mucha gente viajó desde Quillota, unas mil 500. Yo me trasladé en un bus junto a la barra y se podía sentir el entusiasmo. Fueron 13 años en Tercera, a pesar de que siempre se armaba un equipo para subir.
Y después de ese relato quedé sin voz e incluso más de una lágrima cayó. De hecho, el partido lo tengo grabado y lo escucho de vez en cuando”.
- ¿Y te acuerdas de algún momento especial de ese relato?
“En ese momento uno se nubla, recuerdo que solo dije varias veces: San Luis campeón, porque no se me ocurría otra cosa qué decir. Vienen las emociones y uno se nubla (…) Yo antes era hincha de Wanderers, pero con el paso de los años me hice hincha de San Luis, sin duda. Por eso, haber vivido ese ascenso fue muy emotivo. Yo me imaginaba que, ya en el profesionalismo, iría a canchas importantes a relatar”.
- Y sientes que tienes algo pendiente con San Luis? ¿Tal vez relatar un torneo internacional?
“Sí, relatar un partido internacional de San Luis es un sueño sin cumplir. Ahora, me tocó relatar un partido internacional sin querer, pero de Unión La Calera (por Copa Sudamericana, frente a Banfield de Argentina, el año 2022). No sé por qué la persona a cargo no pudo, así que me pidieron hacerlo (…) Y en mi caso, traté de hacerlo lo mejor posible, más allá de que se tratara del archirrival. Y si bien tenía temor por ese día, de que alegaran porque el relator de San Luis estaba en un partido de Unión La Calera, nadie reclamó. Aparte el equipo ganó, creo que eso ayudó. Fue bonito relatar ese partido, pero me gustaría vivir lo mismo con San Luis”.
Juan Carlos Reyes recibiendo el premio como el Mejor Relator de la Región, de manos del director de televisión Eduardo Gandulfo. CRÉDITOS DE FOTOGRAFÍA Ignacio Javier Apablaza Apuente / @photo_studio_ijaa
A través del 101.5 de Radio Quillota, Juan Carlos Reyes relata con pasión los goles de San Luis. En la imagen junto al conductor de Sintonía Amarilla, Cristián Riquelme.
Viernes
La historia de José “Pepe” García: “Amo La Calera porque somos todos amigos”
Repasó su alocada juventud, “El Palacio del Disco” y cómo se convirtió en el “escudero” del padre Pedro tras el momento más difícil de su vida
Por J uan Pablo Rojas Ahumada
En cada lugar existen personas que, sin buscarlo, terminan siendo claves en el devenir de cada comunidad, algo así pasa en La Calera con la figura de José García, para algunos caleranos una cara conocida, una voz familiar, para muchos un gran amigo, y para otros tantos, el escudero del eterno padre Pedro Aguiar durante más de tres décadas.
José Agustín García Álvarez es hijo de inmigrantes españoles, su padre nació en 1896 y cuando tenía 24 años se enamoró y dejó embarazada a una joven de 14 años. Como su suegra era muy “jodida”, decidió buscar una nueva vida en América y cuando ya estuvo asentado, casi una década más tarde, trajo con él a su familia, por ese entonces conformado por su esposa y la hermana mayor de Pepe, quien fue el séptimo de la numerosa familia.
INFANCIA EN UN BARRIO DURO
Desde niño fue diferente, nació en Viña del Mar a diferencia de todos sus hermanos y hermanas que lo hicieron en Quilpué. Del mismo modo, todos ellos vivieron su infancia y juventud en Belloto, sin embargo, José sólo vivió allí hasta los 10 años, cuando su familia se mudó a la comuna que sería uno de los grandes amores de su vida, La Calera.
S egún contó el mismo Pepe a “El Observador”, llegó a un barrio difícil, aunque desde un inicio, para él La Calera fue un lugar distinto. “Cuando llegué juntaron todos los niños del sector afuera, para ver quién había llegado y de inmediato fuimos amigos, en Calera la gente es así”, cuenta, agregando que su casa estaba en la actual calle Diego Lillo. “En ese tiempo se llama Manuel Rodríguez, era un barrio de ‘niñas’. Mi papá me mandaba a comprar en la mañana y en la vereda veía a mujeres pegándole a hombres, otras con la falda hasta la cintura, no era un mal barrio, pero pasaban cosas”, comenta entre risas.
“EL QUE NO TRABAJA NO COME”
En La Calera sus estudios los realizó en la Escuela 18, frente a la parroquia Santo Nombre de Jesús, que más tarde tendría gran importancia en su vida. “Al terminar el sexto tuve que buscar escuela para seguir, en los Maristas no tenía ninguna posibilidad y la Industrial estaba completa, así que estuve un tiempo sin hacer nada, me puse bueno para las fiestas hasta que mi papá me dijo ‘el que no trabaja, no come’, y se lo voy a agradecer siempre”. dijo con emoción. Empezó a trabajar con su hermano en la fábrica Cemento Melón, cargando sacos y al verse con dinero, nuevamente se acercó al mundo de las fiestas, el rocanrol y los malones, aunque duró poco tiempo, ya
que comenzó a pololear con su compañera y vecina María Eugenia Villegas y también tuvo su primer trabajo formal en la que por entonces era la única disquería de la comuna, la recordada “Casa Panchito”, donde se desempeñó por cerca de cuatro años.
El PALACIO DEL DISCO
1966 fue un año muy importante para la vida de Pepe, ya que se casó con María Eugenia, la “Quena” y abrió su primera gran tienda, por la que aún es recordado por muchos caleranos y melómanos en general, nada menos que “El Palacio del Disco”. “Ya me había aburrido de las fiestas, estaba más centrado, puse el negocio, pero al principio casi quiebro, pero busqué un avala y empecé de nuevo. Me fui afirmando de a poco, al principio vivíamos donde mi suegro, pero después nos pudimos ir a una casa cerca del negocio, que estaba en calle Carrera. Todavía mucha gente me dice que se paraba afuera del local a escuchar música”, contó José.
Según cuenta Pepe, “El Palacio del Disco” llegó a ser el gran local de música para los melómanos de gran parte de la región. “Venía gente de Petorca, de La Ligua, Cabildo, Valle Hermoso, Hijuelas, hasta de Valparaíso venían, porque teníamos un servicio de novedades y traíamos todo tipo de música”, comentó.
EL PALACIO DEL VIDEO
Además de los miles de amantes de la música que le agradecen a José García por tener su negocio de discos en La Calera, existen otros en los que despertó una gran pasión por el cine, ya que a inicios de la década de los 90 abrió su otro gran negocio, “El Palacio del Video”. “Fue una inquietud que nació una vez que fui a Santiago y en un supermercado vi que decía ‘videos’, me explicaron que arrendaban cintas, pregunté cómo era el sistema y me quedó dando vueltas, conté en calera y un amigo que era agente de banco me dijo, métete. Llegué a tener como cuatro mil videos en la bodega y cinco locales, tres en Calera, uno en Artificio y otro en Melón”.
Fue su cercanía con los clientes, lo que Pepe dice lo llevó a ser tan querido en la comuna. “Yo pasaba todo el día en el local, cerrábamos a las 11 de la noche, así que los clientes pasaban a ser amigos, son cosas bonitas que rescato hasta ahora. Cuando voy al centro, salgo caminando y me voy saludando a todo el mundo, conversando con la gente, porque es lo bonito que tiene Calera. He sido vecino de los Chahuán y de la gente más humilde y todos nos tratamos de la misma manera”, comentó Pepe antes de adentrarse en la etapa más triste de su vida.
LA MUERTE DE SU HIJO
Para Pepe y su esposa, 1993 marcó el inicio de sus años más oscuros, juntos habían formado una bella familia conformada por sus hijos Álvaro, Gonzalo y José, siendo este último el mayor. “Siempre venía a dejar las llaves, nos daba las buenas noches, pero una noche vino y no nos dio las buenas noches, así que pensé mañana le voy a reclamar que no se fue despedir, pero ese mañana nunca llegó”, recuerda sobre el día en el que les avisaron que su hijo mayor había fallecido en un accidente automovilístico.
En aquellos días de profunda tristeza, apareció una figura que rescató en más de una oportunidad a José, la del padre Pedro Aguiar. “Estaba muy mal, empecé a ir a la misa de 12 todos los días, el padre me hacía leer algunos versículos, empecé a colaborar cada vez más en la parroquia Santo Nombre de Jesús y después al padre se le ocurrió la idea de la radio comunitaria, que empezó ilegal. Todos los que estábamos colaborando con el padre empezamos la radio, yo le proveía la música, aunque al principio el padre quería pura música cristiana. Al final lo convencimos para que se tocara de todo”, cuenta Pepe con una sonrisa.
SE DERRUMBARON LOS PALACIOS
Ya en la década del 2000 la piratería había hecho estragos con el negocio de los discos y más aún con las películas y más temprano que tarde, tanto el Palacio del Disco como el Palacio del Video estaban en quiebra, los palacios se derrumbaron y con ellos su rey y su reina. “En esa época más encima mi nieta mayor, tuvo una terribilidad enfermedad, me puse a hacer platos únicos, pero yo estaba en la ruina, tenía tres mil películas en una bodega, pero en ese momento no valían nada, en cualquier esquina encontrabas pendrive o discos pirata, perdimos nuestra casa y el padre Pedro nos pasó su casa de la Villa Empart para vivir con Quena”, señaló Pepe mirándose con su
mujer, aliviados de que aquella época ya quedó en el pasado.
EL “ESCUDERO”
Ya sin sus negocios, Pepe comenzó a colaborar cada vez más con el querido Padre Pedro Aguiar, ¿es su secretario, su asistente, su amigo? La respuesta para Pepe es clara. “Soy un poco de todo eso, su ‘escudero’ prácticamente, todos los días nos juntamos a tomar desayuno y planificamos el día, porque hoy La Calera tiene un solo sacerdote, así que el padre Pedro a sus 94 años trabaja igual que hace una o dos décadas. Es una persona a la que le agradezco mucho porque estuvo ahí en los momentos más difíciles, igual que los vecinos de mi ciudad, que es Calera, yo nunca me voy a ir de aquí, porque no hay otra como Calera”, cerró Pepe García.
José García Álvarez y su esposa María Eugenia Villegas con quien lleva 56 años de matrimonio.
El padre Pedro Aguiar y su “escudero” “Pepe” García”.
Un joven Pepe junto a sus tres hijos Álvaro, Gonzalo y José.
José García en los micrófonos de “Radio Santo Nombre de Jesús” la radio comunitaria que fundó junto al Padre Pedro.
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL
El sabor característico de Cecinas “Don Luis”: más de 70 años de tradición en cada bocado
Las preparaciones artesanales de Luis Vicencio se han convertido en un referente turístico de Puchuncaví
Por Marlene Chacón Chacón
“Cecinas Artesanales ‘Don Luis’ ha estado ligada a mi vida desde siempre, ya que este oficio lo aprendí de mi padre”, comenzó relatando Luis Vicencio, dueño y creador del exitoso emprendimiento que ha llevado a muchos paladares, los sabores más característicos de Puchuncaví.
Arrollado de huaso, prietas, perniles, longanizas y queso de cabeza son los productos caseros con los que Luis ha conquistado tanto a vecinos como a visitantes, ganando renombre con sus recetas tradicionales que han pasado de generación en generación.
Sus abuelos, Laura Gaete y Eleodoro Vicencio, eran dueños del mítico y ya desaparecido restaurante “Nunca se supo”, donde “se preparaban todos estos menesteres con maestros que traía mi abuelo desde el norte. Ahí aprendieron todos sus hijos, incluyendo mi padre, (Luis Vicencio Gaete), del cual heredé la receta solo mirando y participando del proceso”, explicó.
Tras independizarse del negocio familiar, logró concretar el proyecto de abrir un minimarket en el centro de Puchuncaví, donde siguió realizando el oficio que había aprendido. Es decir, continuó preparando arrollados, perniles y prietas para tener a disposición en su local.
“Al poco tiempo de emprender esta travesía con el minimarket, entre 2003 y 2004, tuvimos una crisis económica donde perdimos absolutamente todo el negocio. Literalmente nos quedamos con lo puesto y el lugar donde residiamos”, recordó.
REINVENCIÓN
A nte las dificultades, Luis Vicencio se levantó preparando sus productos, todo siempre de manera artesanal. Para eso habilitó un espacio en las antiguas instalaciones de su emprendimiento, desde donde salía a vender en la calle, andenes de terminales de buses, negocios locales y a sus vecinos.
“Al poco tiempo, el sabor de la cecina artesanal que preparaba empezó a gustar y me di
cuenta que podía dedicarme plenamente a este oficio, pero para poder reincorporarme tenía que solucionar problemas económi-
cos que arrastraba desde el cierre del minimarket. Y también de salud mental, porque igual uno queda con secuelas de depresión”, expresó.
Entonces, empezó a preparar los productos que había aprendido en su infancia, logrando una venta permanente que le permitía llevar el sustento a su hogar.
“Para mí, Cecinas Artesanales
‘Don Luis’ -destacó- fue una reinvención para enfrentar los tiempos que se venían después de esa gran crisis”.
Luego conoció la oficina de Prodesal, donde presentó su proyecto y pidió apoyo para comprar sus utencilios y conseguir la respectiva resolución sanitaria. Ésta fue obtenida el 2007, pudiendo así vender sus preparaciones tanto en la comuna como fuera de ella sin ningún inconveniente, con rotulación y sellado al vacío.
Detrás de Cecinas Artesanales ‘Don Luis’ está todo el clan familiar compuesto por los Vicencio Fuenzalida, familia de Luis; además de su madre, Fanny Vargas. Ellos se dividen las tareas de venta, atención de público y la confección de sus tan requeridos productos.
También son los encargados de llevar a la mesa de sus clientes productos de corte tradicional casero, sin aditivos ni preservantes, conservando siempre el sabor artisanal. El arrollado de huaso y las prietas caseras son los más solicitados. “Agradecemos la preferencia, ya que hay muchas personas que nos buscan y adquieren nuestros productos”, expresó Luis.
SIETE DÉCADAS DE TRADICIÓN
Respecto al éxito de sus preparaciones, Vicencio explicó: “Nuestro sello principal es trabajar con materias primas de primera calidad y el sazón que viene de cada persona, según sea su maestro y cómo aprenda a prepararlo”.
“Ese sazón creo que lo hemos conservado desde el restaurante de mi abuelo -agregó-, de la década del 50 hasta la actualidad, donde papás y abuelos han enseñado a comer arrollado de huaso de Puchuncaví a las nuevas generaciones”.
Además, vale destacar que Cecinas Artesanales “Don Luis” ha traspasado las barreras de su comuna. “En los inicios, nuestros principales clientes eran personas que venían al veraneo, cuando uno se acercaba con el cooler a vender. Pero ahora llega a nuestra sala de ventas gente de todo Chile, que viaja por el litoral y pasa a degustar las piezas que ofrecemos en vitrina”, destacó. I ncluso, uno de los críticos gastronómicos más importantes
Luis Vicencio aprendió el oficio de su padre, quien recibió las enseñanzas de parte de sus progenitores.
de nuestro país destacó recientemente las prietas preparadas por “el Lucho” en Puchuncaví. “Es muy grato saber que Ruperto de Nola hace una muy positiva crítica a nuestro producto. Solamente puedo decir que es una receta generacional que hemos mantenido intacta, las mismas materias primas y las formas que tenían mis abuelos”, manifestó Vicencio.
“Todas nuestras cecinas tienen sus tiempos y dedicación -añadió-, además de la mezcla de insumos para obtener el sabor característico de Cecinas ‘Don Luis’. Eso nos ha permitido generar un punto turístico en Puchuncaví y llevar el nombre de la comuna a distintas instancias”. Ejemplo de ello es que Ruperto
de Nola, al momento de evaluar una morcilla, compara su preparación con las degustadas en Francia. “La prieta es un producto súper noble, de tiempo ancestral, donde se ha procurado el aprovechamiento del cerdo en su totalidad. En lugares fríos tiene una gran aceptación porque es calórico y eso, combinado con especias características de cada lugar, le da el sabor”, cerró Luis Vicencio.
Para probar las exquisitas y tradicionales preparaciones de Cecinas Artesanales “Don Luis”, los interesados solo deben dirigirse hasta su casa matriz, ubicada en calle Silvia Herrera N° 683, población Cruz del Llano, comuna de Puchuncaví. El fono contacto es el +56 9 9537 9703.
Los perniles son una de las preparaciones que Luis Vicencio aprendió de su padre, heredando una rica receta familiar.
Las prietas de Cecinas Artesanales “Don Luis” fueron bien evaluadas por el crítico gastronómico Ruperto de Nola.
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL
¿Quién
es el hombre detrás del famoso
Guatón Loyola de Los Andes?
Cada vez que llega septiembre, Rodrigo Montenegro Ríos deja su trabajo de oficina para encarnar a uno de los personajes más reconocidos del folclor nacional
Por Gabriel Abarca Armijo
do un concurso para encontrar al doble del Guatón Loyola. Y yo justo ese día fui a entregar unos papeles al alcalde, que en ese tiempo era Manuel Rivera (en su primer periodo)”.
Sin duda, el puñete que recibió el Guatón Loyola (por dárselas de encacha’o) debe ser una de las golpizas más celebres de nuestra historia. La canción que cuenta este relato es un verdadero “hit dieciochero”, ya que no hay celebración de Fiestas Patrias donde no suene su pegajosa melodía y, sobre todo, su inconfundible letra.
“Quedó pa’ la historia, comadre Lola”, dice otro de sus versos, a fin de que no haya dudas: aquel hombre no lo pasó para nada bien en aquel mítico rodeo de Los Andes. Eso sí, como bien es sabido, aquella paliza no sucedió en Aconcagua, sino en Parral.
A llá, en la cuna de Neftalí Reyes Basoalto -mejor conocido como Pablo Neruda-, el hombre no salió bien parado de la pelea, lo cual vuelve a la palestra en cada “18”. El mito comenzó a crecer hasta que llegó a oídos de Alejandro Gálvez Droguett, conocido humorista y libretista de radio, quien la escribió en 1954.
“¿CÓMO NACE EL GUATÓN LOYOLA EN LOS ANDES?”
El miércoles 17 de marzo de 1965 nació en la ciudad de Los Andes Rodrigo Alejandro Montenegro Ríos, hijo de José Montenegro Pulgar -militar cuyos orígenes están muy arraigados al barrio de Centenario- y Yolanda Ríos Astorga -quien se ha desempeñado por décadas como peluquera, siendo una de las fundadoras del sindicato a nivel comunal-.
Estudió su enseñanza básica en el Liceo América, mientras que la secundaria la cursó en el Liceo Maximiliano Salas Marchán y en el Instituto Pascual Baburizza. Una vez egresado trabajó en la Joyería “Lamas”, en la Fuente de Soda “Cariño Botado”, en el Restaurant “Contacto” y en la Discoteque “César”, desempeñándose en la Corporación Pro Aconcagua desde el año 2001.
A hora, ¿cómo fue que de ser Rodrigo Montenegro se convirtió en el Guatón Loyola? Él mismo nos cuenta la historia: “El festival surge en el año 2001 y el personaje nace en el 2006. En esa oportunidad estaban hacien-
¿Y por qué esta situación se trasladó a Los Andes? Fue simplemente por una rima (“En el rodeo de Parral, comadre Lola”, no pegaba). Además, tal como el mismo autor reconoció, el rodeo de Los Andes era más famoso. Fue así como, sin quererlo, la vida de un andino se transformó para siempre, varios años después, gracias a esta canción.
Fue en ese momento cuando “me dijeron que era igualito al personaje, así que me invitaron para que me presentara al otro día en la medialuna del Parque Cordillera, donde se hacía antiguamente el festival. La cosa es que llegué al lugar y se suspendió el concurso. Sin embargo, Oscar Aguilera, del canal VTV, me sacó al aire para su programa en vivo, como el doble del Guatón Loyola”.
A partir de ese momento su vida cambió, ya que interpretó al personaje de forma ininterrumpida hasta el día de hoy. “Recuerdo que en esa ocasión el alcalde (Manuel Rivera) me recibió y me invitó a sentarme a su lado, en primera fila, lo que se ha mantenido hasta el día de hoy. En aquel tiempo yo me caracterizaba con un ojo pintado, emulando el puñete recibido por el Guatón Loyola”.
Sin embargo, con la llegada de un nuevo gobierno comunal -encabezado por Mauricio Navarro-, el personaje cambió radicalmente. “Me sacó el traje chistoso más vinculado con la caricatura y me puso ropa de patrón de fundo, como cualquier huaso. Hubo opiniones divididas, ya que a algunas personas les gustó y a otras no”.
El asunto es que, con el retorno de Rivera a la alcaldía, el Guatón Loyola recuperó su vestimenta característica, la que por cierto lo hace sentir más cómodo. De todas formas, a pesar de los cambios estéticos, Rodrigo Montenegro se puso en la piel del personaje desde el primer día, a tal punto que estudió la historia detrás de la canción.
“Me gusta mucho encarnarlo, aunque me costó al principio. Tuve que averiguar quién era el Guatón Loyola, de nombre Eduardo y de profesión martillero público. Él venía siempre a Los Andes a rematar ganado a la ex estación de trenes. Luego se iba al Hotel Continental, donde hoy está la galería Esmeralda, y se iba a la medialuna de Centenario, donde dicen que también le pegaron”.
Rodrigo cuenta que tuvo la suerte de conocer al nieto del hombre que inspiró la canción, de nombre Mauricio Montenegro (casualmente, del mismo
apellido de Rodrigo). “Él vino a conocer quién estaba haciendo el personaje de su abuelo. Y se fue bien contento. La verdad es que me gusta interpretarlo, me siento hasta identificado”.
Tanto así que en la actualidad la gente le dice Guatón Loyola, incluso cuando está sin traje. “Es un orgullo para mí, me siento satisfecho. De hecho, creo que no tenemos tantas diferencias, salvo que yo no soy martillero público. Decían que Eduardo era cariñoso, atento y educado, al igual que yo. Sin duda, para mí ha sido toda una aventura interpretarlo”.
“Además, le he entregado a la ciudad de Los Andes un personaje que se ha hecho conocido en
todo el país. Por lo mismo, viajo con el alcalde a todas partes para promocionar el festival que se hace en honor al Guatón Loyola. A la gente le gusta como interpreto el personaje y eso para mí es súper importante, porque lo hago con el corazón”.
REQUERIDO A NIVEL INTERNACIONAL
La fama del Guatón Loyola no es solo doméstica. Prueba de ello es que, el año 2016, “El Observador” entrevistó al destacado cantante argentino Leo Dan, quien se presentaría en el Festival de la Chaya durante el mes de febrero. Y consultado sobre qué cosas conocía sobre
Los Andes, una de las primeras que citó fue justamente al célebre personaje. Pero eso no fue todo, ya que durante la entrevista previa a su visita al país confesó: “Me gustaría conocer al Guatón Loyola, ya que me han hablado de él y mis amigos me dicen que hay que conocerlo”. Pues bien, este encuentro se produjo en el camarín del astro argentino, un par de días después, donde ambos se fundieron en un cariñoso abrazo y compartieron unas palabras. “ Yo lo saludé a él. Me miró tímido, y yo dije: ‘Es de los míos’. Pero no por la vestimenta, sino por lo guatón”, sonrió Leo Dan. Por su parte, Rodrigo Montenegro dijo en aquella oportunidad que “me enteré por el diario que Leo Dan me quería conocer. Incluso, amigos que vieron la noticia antes, me lo contaban”.
“La Municipalidad de Los Andes, por intermedio de su Departamento de Comunicaciones, me pidió si podía venir porque don Leo Dan me quería conocer. Fue una satisfacción, porque es un músico de calidad mundial y sus canciones llegan al alma”, agregó emocionado.
Sin duda, y más allá de la caricatura, lo cierto es que Rodrigo Montenegro ha sabido sacar provecho a su parecido con el hombre que inspiró una de las cuecas más conocidas de la historia. Porque, aunque al Guatón Loyola le hayan pegado en Parral, “le siguen pegando” en Los Andes.
La gente le pide fotos cada vez que se realiza el evento que lleva rl nombre del célebre personaje.
Hace más de ocho años, el Guatón Loyola se encontró con Leo Dan, quien dijo a través de “El Observador” que quería conocerlo.
Rodrigo Montenegro junto a su madre, Yolanda Ríos Astorga.
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL
Joaquín Silva Cristi: el joven hijuelense que está convertido en la nueva joya de Santiago Wanderers
El futbolista de 19 años fue reclutado en una prueba masiva y ya suma cuatro goles con la camiseta verde en el Torneo de Ascenso, por lo que podría seguir los pasos de Darío Osorio Por Juan Carlos Reyes Morales del fútbol chileno.
S eguramente la fecha del domingo 21 de abril de 2024, quedará grabada para siempre en la mente del joven Joaquín Exequiel Silva Cristi, nacido en Hijuelas y que va camino a convertirse en una gran figura
DOS GOLES EN CUATRO MINUTOS
I ngresó a la cancha en el segundo tiempo, para defender a
Santiago Wanderers y con goles en los minutos ´19 y ´21 de la segunda etapa –había ingresado a los ´18 de la etapa de complemento en reemplazo de Kevin Vásquez- logró darle el empate a los porteños, ya que hasta su ingreso caían por 0 a 2 frente a Deportes Limache, en el Estadio “Nicolás Chahuán Nazar”. Cuando parecía que los verdes continuarían con su seguidilla de derrotas, aparecieron los goles del joven hijuelense, para que el equipo “caturro” pudiera conseguir un punto ante el conjunto “tomatero”.
Si bien “Joaco” Silva había debutado en la fecha anterior con la camiseta verde del primer equipo de los porteños -oportunidad en que jugó cerca de seis minutos- fueron las dos anotaciones conseguidas ante el conjunto limachino, el momento en que comenzó a que fuera más reconocido en el ambiente del fútbol nacional.
“SUMAR MINUTOS Y GANARME EL PUESTO”
“Ahora me queda seguir sumando minutos y ojalá consolidarme, ganarme el puesto en el equipo y ayudar a conseguir el objetivo que tiene el plantel de Santiago Wanderers”, fueron las palabras del promisorio jugador una vez que concluyó el encuentro ante los limachinos.
Pero la racha de goles convertidos para el joven wanderino continuó luego cuando a su equipo le tocó enfrentar a San Luis de Quillota en el Estadio Regional “Elías Figueroa
Brander” de Valparaíso, donde el volante nuevamente anotó un “doblete”, lo que le permite hasta ahora sumar cuatro goles en la presente competencia del Torneo de Ascenso.
El delantero recuerda con mucha emoción el día en que firmó su primer contrato como profesional, en el conjunto de Valparaíso. Eso había ocurrido el 22 de febrero del presente año, en esa ocasión manifestó que, “estoy muy contento, además muy feliz porque es algo que desde chico lo soñaba y lo quería conseguir”, explicó Joaquín Silva luego de estampar su firma en el contrato con el club verde de Valparaíso.
UNA HORA PARA LLEGAR A MANTAGUA
Pero la alegría del jugador por esos dos goles, también la compartía su familia en Hijuelas, recordando que el jugador es oriundo de la “Comuna de las Flores”. Luego de mostrar sus ricas condiciones futbolísticas fue reclutado tras participar en una prueba masiva que fue realizada por los encargados de las series cadetes de Santiago Wanderers y quienes llevaron al joven de Hijuelas a ser parte de los equipos del Fútbol Joven del club porteño.
I ncluso, el jugador viajaba
junto a su padre cada vez que le tocaba entrenador y para lo cual se demoraba más de una hora para llegar hasta el sector de Mantagua, lugar donde se encuentra el Complejo Deportivo y donde trabajan las distintas series cadetes del club porteño.
El Encargado del Fútbol Joven de Santiago Wanderers Héctor Robles lo define así, “es un joven ordenado y trabaja fuerte en todo lo que es el desarrollo de su profesión, por eso no nos sorprende lo que ha realizado”.
SUS PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS
Pero hay varias razones por las cuáles este joven hijuélense de sólo 19 años, ha logrado destacarse vistiendo la camiseta verde del club porteño en la presente competencia de la Serie de Ascenso 2024.
Una de las mayores características, es que el jugador posee una gran capacidad para ser un volante de ida y vuelta, y que también se destaca por la recuperación del balón, lo que es muy destacado por quienes han sido sus entrenadores.
“En el Fútbol Joven en Santiago Wanderers, siempre jugó como mediocampista ofensivo, aquellos que juegan detrás del 9, con tres volantes, por derecha o
izquierda, pero teniendo mucha libertad para desplazarse en el campo de juego”, dio a conocer Héctor Robles.
Pero también el joven “Joaco” Silva se destaca por ser muy disciplinado, muy serio, con mucha educación, lo que refleja la buena enseñanza que ha recibido en el seno de su hogar. Es justamente su familia la que le apoya y sostiene en estos exitosos momentos que ha vivido durante la presente temporada.
NOMINADO A LA SUB 20 DE CHILE
Hay que recordar que Joaquín Silva Cristi, ha sido nominado para ser parte de la Selección Sub 20 de Chile, destacando que este grupo de jóvenes se prepara para defender la camiseta Roja en las futuras competencias internacionales.
A hora, el joven futbolista de 19 años, confía en poder seguir sumando minutos con la camiseta del primer equipo de Santiago Wanderers y donde espera que el Director Técnico le dé posibilidades de jugar. No habría de extrañarse que el mediocampista pueda seguir dado los mismos pasos de Darío Osorio, dejando en evidencia una vez más que las tierras hijuelenses son muy fértiles en la producción de buenos futbolistas.
A principios de este año “Joaco” Silva firmó su primer contrato como profesional en el Club Santiago Wanderers” de Valparaíso.
El momento de más alegría en su corta carrera fue el día en que en La Calera anotó los dos goles, para el empate 2 a 2 de los porteños ante Deportes Limache.
Desde muy joven el mediocampista hijuelense mostró sus grandes condiciones, las que le llevaron a debutar este año con la camiseta verde en el Campeonato de Ascenso 2024.
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL
La joven nogalina que triunfa en el básquetbol universitario de EE.UU.
Catalina Roco Cartagena se fue becada a terminar su enseñanza media y luego fue reclutada por la Universidad de Daytona Beach. Hoy sueña en grande en la meca del baloncesto
Por Ricardo Maturana Otey
E l básquetbol femenino siempre ha sido muy potente en nuestra zona. Grandes exponentes de este deporte han surgido a lo largo del tiempo desde los clubes de La Calera fundamentalmente, sobre todo en décadas pasadas donde la competencia local nutría habitualmente a las selecciones nacionales femeninas con históricos nombres del baloncesto calerano.
P ara los más jóvenes es difícil imaginar cuán importante y grande fue el básquetbol en La Calera y en la zona. Hubo momentos de gloria para este deporte, con gimnasios repletos de público, grandes jugadores, grandes equipos, y visitas de equipos importantes a nivel nacional.
Siguiendo ese camino, trazado por otras mujeres destacadas en el básquetbol local, Catalina Roco Cartagena, se encuentra viviendo una experiencia inolvidable en lo deportivo y en lo personal.
E sta joven oriunda de Nogales fue reclutada hace muy poco por una universidad de Estados Unidos, donde logró tener una beca como deportista para estudiar y jugar básquetbol. Aquello que muchas veces hemos visto como guión de la típica película norteamericana donde un joven destaca en el básquetbol hasta llegar a lo más alto, es precisamente lo que vive Catalina Roco.
HERENCIA FAMILIAR
El básquetbol lo lleva en la sangre. Prácticamente toda su familia gira en torno a este deporte. Sus padres, Roberto Roco y Jacqueline Cartagena, han jugado baloncesto toda su vida, desde niños en el colegio y hasta el día de hoy en clubes de La Calera y de otras comunas. C atalina es la hija más pequeña de este matrimonio y como era natural, desde niña estuvo cerca de un balón de básquetbol, y como era esperable terminó siendo su deporte favorito, practicándolo desde
muy pequeña. “Al principio no me llamaba tanto la atención hasta que en cuarto básico me metí a un taller en el colegio y ahí no dejé nunca más de jugar básquetbol, he jugado por los colegios, clubes, la selección y ahora acá”, comenta Catalina Roco desde Estados Unidos. Fue en el Colegio Apumanque de La Calera donde comenzó su enamoramiento con el baloncesto, el que se consolidó luego en el Instituto “Rafael Ariztía” de Quillota, donde llegó en Quinto Básico. Con la selección del establecimiento participó y ganó muchas Olimpiadas Maristas y otros torneos, creciendo deportivamente, siempre con el apoyo de sus padres y de toda su familia. “Mis papás siempre son los que me han motivado, acompañado y apoyado”, señala. A sí comenzó su desarrollo en el baloncesto, defendiendo a diversos clubes de la región y Santiago. Comenzó en New Crusader de Valparaíso, para luego ir a jugar por la Universidad de Chile y el Club Brisas de Santiago. Regresó a New Crusader para luego ser fichada por Sportiva Italiana de Valparaíso, su último club en Chile y en el que se
encontraba cuando fue nominada para ser parte de la Selección Chilena Femenina que participó en el Campeonato Sudamericano Femenino Sub 17 que se desarrolló en Colombia el año pasado. Fue en ese contexto que fue observada por un veedor de jugadoras y jugadores que tiene una academia en Estados Unidos. Le ofreció a la joven nogalina una beca para estudiar su último año de enseñanza media en Norteamérica, además de jugar básquetbol por el High School.
Después de conversaciones entre este veedor y sus padres, Catalina Roco viajó a Estados Unidos. Aunque ya estaba en Cuarto Medio en el IRA y a pocos meses de finalizar el año, al llegar a Orlando, debió prácticamente volver a hacer su último año. “Fue un poco triste porque no pude terminar cuarto medio con mis compañeros, con quienes estaba desde chica. Al principio estaba un poco asustada porque no sabía a lo que venía, era un lugar nuevo, el idioma, pero estando acá, me gustó mucho la forma de entrenar, las canchas, los entrenadores. Acá todo se adapta para mejorar”, explica la joven base o conductora de 18 años.
PREMIO AL SACRIFICIO
A l comienzo no fue fácil estar lejos de su familia. De hecho, su padre, Roberto Roco, confiesa que “como la hija menor, ella es muy regalona y pensamos que volvería rápido, que echaría de menos. Le dijimos que viviera la experiencia y aprovechara. Le costó al principio, pero ahí está”. El idioma fue una complicación, pero en sus primeros meses en secundaria había muchas compañeras latinas por lo que se hizo más llevadero. Ahora es diferente. “Nadie habla español, pero he aprendido rápido. Las compañeras que he tenido han sido súper buenas, cuando me hablan y no entiendo las instrucciones, el resto está siempre para ayudarme”.
Entre octubre de 2023 y junio de este año jugó en los meses finales de la competencia, jornadas a donde asisten muchos entrenadores de universidades, buscando reclutar jugadoras. Le comenzaron a llegar algunas ofertas y se decidió por la Universidad de Daytona Beach,
Florida, institución donde cursa su primer año.
“En este primer año no es necesario estudiar una carrera. Tengo varios ramos como nutrición y matemáticas. El próximo año debo decidir sí o sí, en ese sentido estoy aún muy perdida, no sé qué estudiar”, comenta la joven basquetbolista que confiesa que todo fue muy rápido. “Fue algo inesperado, un sueño. Lo veía como algo muy lejano, y de un día para otro, me llegó la oferta y del colegio estoy ahora en la universidad”.
Actualmente, Catalina Roco juega a nivel universitario, pero sueña –como muchas
de sus compañeras- algún día llegar a la División 1 de Baloncesto Femenino de la Asociación Nacional de Atletas Colegiados (NCAA), desde donde muchos jóvenes saltan al profesionalismo. “Lo he pensado, sé que es difícil, muy pocas logran pasar de donde estamos, sería como un objetivo a conseguir”.
Su familia puede dar fe que lo de Catalina es premio al sacrificio y la perseverancia. No solo el talento o las condiciones que posee, la tienen realizando algo que muy pocos deportistas chilenos logran, insertarse en la elite del baloncesto femenino universitario, aprendiendo y sumando
experiencia. “El básquetbol es un deporte muy competitivo y acá son exigentes, pero una vive para esto, hay que ser apasionada y loca por este deporte para lograr el éxito”, señala Catalina Roco, quien además es nieta del conocido y destacado profesor e histórico director de bandas de guerra de diversos establecimientos de La Calera, Luis Roco. Hace algunos meses, antes de comenzar su etapa universitaria regresó a Nogales y estuvo con su familia, pero no olvidó el básquetbol. Entrenó todos los días, levantándose todas las mañanas para trabajar con Claudio Soto, su entrenador calerano, su formador desde pequeña, demostrando su mentalidad ganadora y su espíritu de sacrificio, así como sus deseos de triunfar. Aquí aprovechó incluso de jugar con su madre, que actualmente defiende al Club Águilas de La Calera, en la Liga de Básquetbol de La Calera. “Fue un orgullo verla jugar junto a su mamá”, comenta su padre. Hace algunas semanas Catalina Roco, como jugadora del equipo de Falcons de la Universidad de Daytona Beach, inició la competencia oficial universitaria, con la esperanza de realizar un buen torneo, destacar a nivel individual y poder cumplir su sueño de jugar en la máxima categoría del baloncesto femenino universitario.
En sus primeros meses en Estados Unidos, jugó por The Academy, el equipo de la institución donde llegó a finalizar sus estudios secundarios y a jugar básquetbol.
Una imagen que llena de orgullo a su familia. El día que jugó junto a su madre en el Club Águilas de La Calera, hace muy poco. En la imagen, su madre Jacqueline Cartagena, su abuelo Luis Roco y Catalina.
Feliz con su experiencia como jugadora de las Falcons de la Universidad de Daytona Beach en Estados Unidos se encuentra la joven nogalina Catalina Roco.
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL
Jonathan “Seco” Sánchez, el artista calerano que persiguió sus sueños de niño hasta alcanzarlos
Dibujó desde pequeño y se inició en el grafiti, aunque durante muchos años trabajó alejado de su talento, hasta que tomó la decisión que cambiaría su vida
Por Ricardo Maturana Otey
Qué duda cabe que Jonathan “Seco” Sánchez es uno de los artistas visuales más conocidos e i mportantes de Chile. Ha paseado el nombre de la comuna por todo el país y también el extranjero, y a lo largo de todos estos a ños de trabajo, ha conseguido importantes logros y reconocimientos que tal vez nunca pensó conseguir.
Su historia habla de perseguir sueños y constancia para nunca dejarlos de lado, algo que el artista calerano sabe muy bien. Desde el niño que dibujaba, pasando por el grafitero hasta llegar a convertirse en un artista reconocido por su talento, el que ha quedado plasmado en diversos lugares, la de Jonathan Sánchez, es el relato de un “seco”.
Aunque nació en Viña del Mar y creció en Limache, “Seco” Sánchez se considera un calerano. Llegó a los 11 años a La Calera, y aunque al comienzo le costó adaptarse, con el paso del tiempo se enamoró de la ciudad. “No me gustaba mucho al inicio. Me costó adecuarme a cómo eran los niños acá. Me fui haciendo de amigos, especialmente de aquellos que eran buenos para el dibujo. Era un poco desordenado y pelusón cuando era niño”, explicó alguna vez el artista calerano. El talento que lo ha hecho conocido, algo tiene de herencia, ya que sus padres también dibujaban e incluso ganaban algunos concursos. Al pequeño Jonathan el dibujo siempre le gustó y desde muy niño tuvo facilidad para dibujar, sin pensar que eso lo llevaría a ser quien es hoy en día.
Sánchez recuerda con especial cariño el empuje que le dieron de niño una profesora y su propia madre para potenciar su talento. “Recuerdo a aquella profesora quien, aún siendo yo muy niño, tuvo la capacidad de evidenciar el talento que había en mí y sin que nadie se lo pidiera, de forma desinteresada, tomó la determinación de ayudarme a potenciar ese talento inscribiéndome en cuanto concurso de dibujo hubiera, casi como sintiéndose orgullosa de tenerme entre sus alumnos”, señaló en su momento a “El Observador”, recordando a
su profesora jefe en la Escuela 383 de Limache.
Asimismo, de la misma forma, “Seco” recuerda a su mamá, quien lo consolaba cuando regresaba frustrado de las pichangas de niño al no ser tan hábil como sus amigos. “Mi mamita en su inmensa sabiduría, me consolaba diciendo que yo había nacido para ser un artista”.
DEL GRAFITI EN LAS CALLES AL RECONOCIMIENTO NACIONA L
Sus inicios fueron como grafitero. Como tantos otros jóvenes con esas inquietudes, Jonathan Sánchez dejaba sus grafitis en las paredes de La Calera. Alguna vez explicó esa primera etapa, comentando que “yo era uno de esos jóvenes que hacía arte, por así decirlo, de manera más antisocial, rayando o dejando mi nombre en muros. Eso es una vertiente del arte”.
Junto con el grafiti, a los 17 años, Jonathan Sánchez se dedicó a crear música hip hop y escribir canciones, incluso realizó videos musicales que aún pueden verse en Youtube.
Como cualquier joven calerano “Seco” Sánchez debió trabajar y aunque dibujar fue siempre su pasión, en algún momento esa pasión quedó relegada. Las obligaciones familiares lo llevaron a laborar en una conocida empresa de la zona, donde sus funciones
no tenían nada que ver con el arte o el muralismo.
Fueron siete largos años en ese trabajo, hasta que “Seco” tomó una determinación que cambiaría su vida. Agobiado por la rutina de un trabajo en el que no se sentía cómodo, ni a gusto, alejado completamente de su verdadera pasión, el artista calerano renunció.
Reconoce que en su trabajo, cuando él dibujaba y contaba su sueño de poder dedicarse a lo que él quería, sus compañeros de trabajo le decían que eso era un sueño y que en Chile nadie vive de los sueños. “Dios puso en mí que tenía que buscar otros horizontes y atreverme a hacer otras cosas”, señaló.
Todo lo que vino después solo confirmó que “Seco” Sánchez no se equivocó, pues comenzó a dedicarse a su arte, llamando la atención por la calidad de sus obras, las que lo han llevado a recorrer diferentes países, y ser reconocido internacionalmente en Estados Unidos, México y Brasil, por ejemplo.
A los trabajos realizados en La Calera, en muros o rincones donde los vecinos de la comuna, comenzaron a valorar el realismo de su trabajo, poco a poco, Jonathan Sánchez –que se ha autodefinido como un grafitero que saber hacer murales, más que un muralista- comenzó a salir a otras regiones del país, haciéndose rápidamente conocido con espectaculares trabajos.
CAMINO AL ÉXITO
La imagen del pescador en el cerro Lecheros de Valparaíso en el muro de un edificio de ocho pisos; la radiocasetera boombox, propia de los años 80 y del mundo del hip hop en Santiago; un mural con la imagen de la cantante nacional Anita Tijoux, como ícono femenino del hip hop, el que fue valorado por la propia artista en redes sociales; el hermoso mural en el famoso Bar Liguria en la capital primero con imágenes de Víctor Jara y Jorge González, y luego con los rostros de Gabriela Mistral, Violeta Parra y nuevamente Anita Tijoux, fueron algunos de los trabajos que fueron recogidos por la prensa nacional y que definitivamente llevaron al reconocimiento nacional del artista calerano.
De ahí en adelante la avalancha de reconocimientos y solicitudes para diversos trabajos no se detuvo. Fue profeta en su tierra, ya que la Municipalidad de La Calera le entregó un reconocimiento por ser un calerano destacado y pasear el nombre de la comuna por Chile y el Mundo.
Fue entrevistado por la televisión, donde un programa de Canal 13, recogió su historia de vida ligado al arte y el muralismo, y donde explicó lo que siente con sus obras. “Soy bien consciente que mis murales, al estar en la calle, están expuestos al rigor de la calle. Por lo tanto, trato de ser desapegado con mi arte. Amo todo lo que hago, el proceso de hacerlo, pero luego de sacarle la foto y abandonar el mural, ya no es mío; ese mural es de la gente”. Sus trabajos están plasmados en emblemáticos barrios de Santiago, a solicitud de por ejemplo, de la Agrupación de Comerciantes del Barrio Carrascal en la comuna de Quinta Normal, donde cubrió tres cuadras, en total 800 metros con su talento, donde se buscaba destacar a las mujeres destacadas de la historia de nuestro país.
En diciembre del año pasado fue premiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Patrimonios, un reconocimiento que lo llena de orgullo. “Si me hubieran preguntado hace 30 años si podría suceder algo así, que pudieran premiar a una persona por pintar con aerosol en las paredes, hubiese sido increíble. Represento a las calles, a las poblaciones, a los muchachos que crecen y que se autoforman. Yo no tuve educación formal de arte, por eso me parece también increíble estar en este lugar”, comentó el día que recibió el reconocimiento ministerial.
tacarme, con el deseo de pararme y decir yo soy de La Calera, y con orgullo decir que soy calerano”. Si ese premio lo enorgullece, cuando este año la afamada revista Forbes, lo destacó en sus páginas, no lo podía creer. La publicación hizo una lista de los 50 chilenos más creativos, En la publicación figuran nombres como el actor Pedro Pascal que brilla en Hollywood, las cantantes Mon Laferte y Anita Tijoux, y la documentalista nominada al Oscar, Maite Alberdi, entre muchos otros. “Es increíble para mí estar al lado de Anita Tijoux, Mon Laferte o Pedro Pascal. Lo tomó como un tremendo reconocimiento porque no me lo imaginé nunca y porque es gente profesional la que confecciona la lista. Más orgullo y fuerza me da esto para seguir luchando y continuar sin parar”.
Hace algunos meses estuvo en el Archipiélago de Juan Fernández, donde realizó dos murales, uno en la escuela del lugar y otro en el Centro Cívico, valorado por los isleños.
Y es que aunque el trabajo de “Seco Sánchez”, se ha destacado principalmente por sus homenajes a artistas nacionales como Violeta Parra, Víctor Jara, Jorge González, y también a futbolistas como Matías Fernández, Marcelo Díaz y Jean Meneses, entre muchas otras obras que han sido aplaudidas en todo el país y el extranjero, el artista calerano también realiza otras obras, más íntimas y emotivas que evocan los recuerdos de su barrio y personajes de la comuna, en diversas calles y sectores de La Calera, como aquella joven profesora que falleció y donó sus órganos, o de niños y jóvenes que han fallecido y cuyas familias quieren recordarlos con las obras de “Seco”. Eso sucedió en uno de sus últimos trabajos, en el muro de las tribunas del Estadio Cemento, donde está plasmada la imagen del recordado entrenador Miguel Oyanedel, que durante varias décadas fue formador de pequeños f utbolistas en la escuela de fútbol de la fábrica.
Tal como dijimos en las primeras líneas de esta nota, la de “Seco” Sánchez es una historia de perseverancia, sacrificio, amor por el arte, amor por su familia y principalmente, la de un joven calerano que ama su ciudad y que supo perseguir sus sueños hasta alcanzarlos, algo que sigue realizando día a día. ElmuraldeGabrielaMistral,AnitaTijouxyVioletaParraenelBarLiguriadeSantiago,esunadelastantas
En 2020 el director de la película chilena “Piola” lo contactó para que realizara el afiche promocional del film, el que después ganaría diversos premios en diversos festivales de cine del mundo. Su trabajo, como siempre, fue espectacular.
“Seco” Sánchez explicó además que “antes me preguntaba por qué siempre los mejores deportistas, los mejores artistas venían desde las grandes ciudades y en algún momento me planteé por qué no podía ser desde u na ciudad pequeña como La Calera, por qué alguien no podía destacarse desde ahí. Traté de des-
Fundación La Semilla IDB www.fundacionlasemilla.cl
CON DIVERSAS CAPACITACIONES Y ACTIVIDADES
EN ALIANZA CON EMPRESAS, FUNDACIÓN LA SEMILLA SALUDA A EL
OBSERVADOR
Con la asistencia de una importante delegación, Fundación La Semilla asistió al lanzamiento del 2do. Tomo de la HISTORIA GENERAL DE QUILLOTA. La organización se hace parte del reconocido ROL de El Observador en resguardar la IDENTIDAD de las comunas y comunidades de la región de Valparaíso. A través de estas palabras e imágenes, queremos dar cuenta del trabajo social que Fundación La Semilla IDB ha desarrollado por más de 27 años en compañía del Diario Regional EL OBSERVADOR. Son muchas las ocasiones en que El Observador se suma a la difusión de los ODS y a las campañas de los diversos programas y CENTROS de Fundación La Semilla, tanto en Quillota como en el resto de las comunas en alianza con el mundo público y principalmente el privado.
Viña Barón Knyphausen: la historia de los premiados vinos de Llay Llay
En un hermoso rincón de la comuna se mezcla un parque de árboles añosos, una casa patrimonial y vinos de excelencia
Por Roberto Silva Binvignat
Llegar a la Viña Barón Knyphausen, en la antigua Hacienda Santa Teresa de Llay Llay, impresiona. Dentro de un hermoso parque muy bien mantenido, con jardines impecables y con árboles centenarios, aparece una i mponente casa patronal estilo “Belle Epoque”, configurando una escena de película europea. Y efectivamente mucho de europeo tiene esta historia. Edzard zu Knyphausen, el
propietario de la viña nació en Alemania, en el seno de una familia dedicada a la producción de vinos blancos (adquirieron en 1818 un terreno donde había parras desde el año 1141), específicamente de la cepa Riesling, e n el sur oeste del país. El sector se llama Rheingau y en él existen más de tres mil hectáreas dedicadas a esta uva, regada por el famoso río Rin, que atraviesa el país de sur a norte. Es la
región por excelencia del preciado mosto, sector del cual se cuenta, el emperador Carlomagno (742814) hizo plantar el primer viñedo cerca de un castillo.
Edzard es la octava generación familiar dedicada al vino. Pero para transformarse en dueño de un viñedo, pasó un largo tiempo. Estudió economía y trabajó muchos años en una empresa dedicada a la construcción de plantas industriales, con l a que prácticamente recorrió medio mundo: Indonesia, USA, México Perú y Chile.
Pero le llamaba mucho la atención Sudamérica, tanto así que en su paso por nuestro país se enamoró con una chilena (muy protagonista en esta historia) y se casó, conformando una familia que completaron sus tres hijos, dos mujeres y un hombre que hoy que apoyan y participan activamente de la empresa familiar. De hecho, Cosme, una de ellas diseña las etiquetas. El viñedo produce 82% Carménère y 18% Syrah. Se elabora
Servicios especiales
L a viña también cuenta con servicios como: Etiquetados especiales para partidas solicitadas antes del embotellado, exportación e importación de v ino, exposiciones y encuentros culturales, y degustaciones gastronómicas y maridaje.
EdzardzuKnyphausen,elpropietariodelaviñajuntoasuesposa,CeciliaGarcía-Huidobro,presidentafundadoradelaAsociacióndeCasas Históricas y Parques de Chile (y con una vasta trayectoria en patrimonioycultura),fuelapiezafundamentalparaquelaviñaseemplaceen elhermosolugarenelqueestá.
un Gran Reserva de Carménère y desde la cosecha 2019, también un ensamblaje de Carménère y Syrah en partes iguales. Por ser una viña boutique tienen un cultivo 100% natural, sin residuos n i químicos, realizando toda la producción a mano, “de manera tradicional -añade Edzard- y con mucho cariño”.
No menos importante para este éxito ha sido el terroir del Valle de Aconcagua en Llay Llay, que se beneficia por tener tierra muy fértil, formada por el ensamblaje que da el río, un intenso s ol, humedad con neblina matinal del océano y fuertes vientos. De hecho “llay” significa viento. Los primeros años de producción de uvas, la cantidad fue muy escasa, debido a que Edzard optó por hacer crecer y fortalecer las parras. Ahora, consolidados, los esfuerzos están dirigidos a la alta calidad del vino y su reconocimiento. Sus botellas se e ncuentran en algunos restaurantes naciones, en tiendas es -
Los viñedos se emplazan alrededor de un parque centenario declarado Monumento Histórico Nacional en el año2008,casaquepertenecíaoriginalmentealafamilia del escritor chileno Jenaro Prieto Letelier, estilo «Belle Epoque».
Si bien su etiqueta indica Gran Reserva, este Carménère posee una característica que lo hace desmarcarse del resto de su categoría, una excelente calidad con toques de elegancia y medalla de oro por CATADOR World Wine Awards, 92 puntos.
pecializadas y en la mayoría de l
Alemania genera interés y con fianza en Europa, donde también llega la producción, especialmente con la producción del Carménère. La historia, la producción ecológica y de alta calidad, logran comercialización con precios que son más altos que los vinos de las grandes empresas nacionales.
Y es un punto relevante que Edzard destaca, dado que el vino que se produce en Chile está siendo considerado “bueno y barato”, lo que no siempre es un logro, ya que nivela para abajo el esfuerzo y trabajo de viñateros nacionales, que también buscan calidad y excelencia es sus botellas.
De hecho, se destaca el cuerpo del Carménère y su suave bajada. Edzard comenta que los clientes que los han degustado lo han tomado feliz, porque encuentran muy bien balanceada
la acidez y los taninos. Sin ir más la botella del 2019 ya tiene reconocimiento que lucir: medalla de o por Catad’or 2021. La prestigiosa evaluadora de vinos Catad’or otorgó a Baron Knyphausen la codiciada Medalla de Oro por su excepcional Carménère, al “combinar tradición e innovación, destacando p or su dedicación a la excelencia. La premiación es un reconocimiento a la pasión de sus e nólogos y al terroir único que caracteriza sus vinos”, manifestaron los expertos.
Pero la viña no se quedó solo ahí con las distinciones: el Carmenere 2020 ha ganado Medalla de “Gran Oro” y el segundo vino, un delicado y muy bien balanceado Blend Carmenere con Syrah, también ganó medalla de “Oro” en la misma competencia, lo que reafirma el dedicado y profesional trabajo que se desarrolla en este espectacular rincón de la comuna de Llay Llay.
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL OBSERVADOR
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL
Javier Muñoz Delgado, siempre en el corazón de San Felipe
Relator estrella e Hijo Ilustre, fue un comunicador que luchó por llevar su voz a Santiago. Incluso, logró gritar uno de los goles más gloriosos de nuestra selección
Por Marlene Chacón Chacón
Javier Francisco Muñoz Delgado nunca dejó su tierra y, sin duda, su vida ha trascendido al punto de convertirse en un ícono aconcagüino. Y es que su recuerdo permanece presente no solo para sus seres queridos, sino también entre sus colegas comunicadores y el público futbolero del valle.
Nació el 13 de julio de 1972 y se crio en la población Oscar Bonilla de El Tambo, donde lo conocían como “Panchito”. Allí, desde niño, estuvo vinculado al fútbol, siendo jugador del Club Lautaro Atlético, equipo perteneciente a su localidad.
Su enseñanza básica la realizó en el Colegio Alonso de Ercilla de San Felipe y la educación media en el Liceo Comercial de Los Andes. Fue en este último establecimiento donde se vinculó con la radio por primera vez, demostrando sus dotes en locución.
A su vez, realizó sus primeros reportes en Radio Transandina, para luego también desempeñarse en las emisoras Cordillera y Libra. De igual manera, estuvo en Radio Colunquén, saliendo al aire con el recordado programa “El Clan Juvenil”.
CUMPLIENDO SUEÑOS
Ya con 21 años, partió a Viña del Mar para estudiar locución en el Instituto AIEP. Fue allí que decidió probar suerte en Radio Aconcagua, donde comenzó en 1993 abriéndose paso en el área deportiva.
Por aquel entonces, el sueño del sanfelipeño era llegar algún día a una emisora de la capital. Y es que anhelaba tener la posibilidad de cubrir partidos internacionales, como los de la Copa Libertadores.
Paso a paso, Javier Muñoz fue cumpliendo sus metas, ya que pronto se transformó en relator ocasional de Radio Biobío. Eso sí, por entonces, la idea de llegar a la televisión estaba fuera de sus expectativas.
Su gran oportunidad se presentó el 2005, cuando llegó al Canal del Futbol (CDF) mediante la grabación de compactos con los encuentros del fin de semana.
Posteriormente, empezó a relatar partidos de fútbol en vivo y hasta reemplazó al reconocido relator Claudio Palma, obteniendo pronto el lugar que merecía.
HIJO ILUSTRE
A pesar de su éxito y de trabajar en Santiago, proyectándose como uno de los relatores más destacados del medio nacional, Javier nunca emigró de San Felipe. Por todo esto, como reconocimiento y retribución al amor que siempre expresó a su comuna, fue nombrado Hijo Ilustre en agosto del 2012. “Me siento orgulloso. Que te distingan en tu ciudad es importante y también que las autoridades estén pendientes de lo que haces y reconozcan tu desempeño. Llevar el nombre de San Felipe es emocionante, más aun cuando representas
tus propias raíces. Son cosas que alegran y motivan a seguir adelante”, manifestó entonces a “El Observador” (24 de agosto 2012).
Asimismo, mantuvo su labor en Radio Aconcagua, siendo precisamente parte del progra-
ma “Deportes en Aconcagua”, además de asumir la dirección del área deportiva. Y por supuesto, su voz llegó también a instancias internacionales. Una de las más importantes fue su labor en el Mundial Brasil 2014, donde relató para la cadena Directv Sport.
Su voz también se oyó en la Copa América Chile 2015, donde nuestro país se coronó campeón por primera vez en su historia. De hecho, quedó inmortalizado su ya histórico relato cuando Alexis Sánchez, en el último penal, le dio el triunfo a la selección nacional en la final frente a Argentina.
“Gol de Chile, gol de Alexis, el Niño Maravilla, lo hizo. Gooool chileno, gooool de Alexis”, gritó Javier Muñoz, con notable emoción. “Gracias a la vida que me ha dado tanto”, manifestó, usando una de las más recordadas letras de la cantante Violeta Parra. “Prendan el carbón mierda, sigan celebrando”, agregó, mientras La Roja se preparaba para levantar la copa.
SU LEGADO
La tarde del viernes 24 de agosto, “El Negro” -como le decían sus amigos y colegashizo su último relato para la que fuera su casa televisiva durante diez años, CDF. Para eso viajó hasta Valparaíso, donde se jugó el partido entre Santiago Wanderers y Huachipato.
Finalizado el encuentro, en el estadio “Elías Figueroa
Brander” y ante las pantallas, se despidió de Patricio Yáñez y sus televidentes. “Nos vemos allá en el norte”, le dijo a su compañero. “Mañana viajamos a Antofagasta”, respondió el ex futbolista. Pero su voz no llegó a relatar ese sábado.
Javier Muñoz conducía desde la Ciudad Puerto en dirección a su hogar en Villa La Escuadra, donde vivía junto a su esposa Ana María Espinoza y sus tres hijas, cuando el vehículo que conducía fue colisionado por otro automóvil. Eran aproximadamente las 03:00 de la madrugada del 29 de agosto, mientras transitaba por la ruta 60-CH, a la altura de Panquehue.
Javier Muñoz nos dejó con solo 43 años. La Municipalidad de San Felipe decretó tres días de duelo comunal por la repentina muerte de su Hijo Ilustre, además de suspender las actividades planificadas en el marco de la celebración del aniversario de la ciudad.
M ientras tanto, su talento como relator, su amor por San Felipe y su calidez con quienes le conocieron motivaron a numerosas personas que se acercaron hasta el lugar del accidente para levantar una animita que hasta el día de hoy recuerda su legado para Aconcagua, el fútbol y las comunicaciones.
A sí también centenares de personas, entre autoridades, amistades, vecinos, colegas, dirigentes deportivos y deportistas, hinchas y la comunidad
aconcagüina en general, colmaron la Catedral de San Felipe durante la misa presidida por el padre Ricardo Cortés y concelebrada por otros sacerdotes de la Diócesis.
Posteriormente, el cortejó avanzó por las calles de San Felipe, efectuándose homenajes en el frontis del municipio, Radio Aconcagua y en el sector de El Tambo. Luego, fue acompañado hasta el Cementerio Municipal El Almendral.
Ya han pasado nueve años y Javier sigue en la memoria de muchos. De hecho, la calle principal de El Tambo lleva su nombre y el clásico ¡arrrrranca! en cada pitazo inicial sigue grabado en quienes siguieron sus relatos en partidos nacionales como también internacionales.
I ncluso, en este último aniversario de su partida -como muchos que le conocieron-, TNT Sport (ex CDF) recordó al sanfelipeño compartiendo sentidas palabras a través de sus redes sociales. Por supuesto, cientos de fanáticos del futbol se sumaron para destacar lo que fue su apasionada e impecable labor como relator.
“Sabemos que estás junto a todos nosotros. Otro 29 de agosto sin nuestro querido Javier Muñoz, quien nos dejó tempranamente en 2015 debido a un siniestro de tránsito… Tu familia, tus amigos y todos a quienes influenciaste te seguimos recordando con cariño y afecto. Un abrazo enorme al cielo, Javier”.
La figura del querido “Negro” ha trascendido a través del tiempo y su recuerdo sigue más vivo que nunca.
Javier Muñoz junto a su compañero televisivo, el ex futbolista Patricio Yáñez.
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL
Luis Arancibia Rivera: el incansable “todo terreno” que fue encargado de la antigua Posta Rural de Romeral
Cuenta que la gente no iba sólo por alguna dolencia. Para muchos de ellos venir a la posta era como un acto social. “Allí me enteraba, aparte de sus problemas de salud, también de sus familias, de sus niños, de lo que pensaban plantar según la estación y hasta como habían estado las cosechas de papas o alcachofas”
La vocación por su labor en la salud de Luis Gabriel Arancibia Rivera proviene de la enfermedad y fallecimiento de su abuelo. Los cuidados y la asistencia que le brindó a su ascendiente lo llevaron a su oficio que ha desarrollado por 34 años. “Nací en El Melón, el 27 de diciembre de 1968, en los tiempos que aún el parto de los bebés ocurría en las casas”.
E ntonces, también, los médicos eran escasos y en el pueblo melonino la salud estaba a cargo del “señor Umaña”, que era el practicante del pueblo. Luis Arancibia lo recuerda como “alto y de bigotes. Llegaba a las casas en un auto amarillo”. Había un consultorio en un espacio frente al Colegio Felipe Cortés. También conoció por allá a la legendaria enfermera Rosa Sánchez. Lo escrito arriba son parte de los recuerdos de Luis Arancibia Rivera, quien, a los cinco años dejó El Melón -con su familiapara residir en Nogales. Aunque, como escribimos, su abuelo, Luis Rivera tuvo mucho que ver con lo que ha sido su opción de vida. “Yo -dice Luis Arancibia- era muy apegado a él y siempre me pasaba las vacaciones en su casa”.
No es que el abuelo le haya dicho que en el área de la salud era una buena opción de vida. Aunque, en algún momento, trataron de descubrir los secretos de la homeopatía, que, entonces, estaba de moda. “Mi abuelo tuvo un accidente vascular encefálico y eso me marcó mucho. Él era un pilar importante y, a mis 14 años, me costó asimilar el deterioro de su salud y luego su fallecimiento”.
A l terminar sus estudios medios en el Liceo Santiago Escuti Orrego y desistir de sus afanes de ser marino, tuvo un sueño: estudiar la carrera de Medicina. Ingresó en un desaparecido instituto de Viña del
Mar, con el afán inicial de convertirse en Laboratorista Clínico. “No me gustó -dice- porque yo quería hacer algo que tuviera más contacto con la gente y no pasar la vida encerrado”.
E ntonces, Luis Arancibia
desechó las jeringas, las muestras de sangre, los rayos x y todo lo que significaba el trabajo en un laboratorio. En un par de años se convirtió en un flamante técnico paramédico. Aunque volvió a Nogales a ejercer su nuevo oficio -y por gestión de la doctora Roxana Morales y luego el doctor Orlando Orrego- llegó a Hijuelas.
H izo un curso especial, uno de los últimos que hizo el Servicio de Salud, que le agregó a su especialidad la de poder ejercer en una Posta Rural. Luego de pasar un tiempo, en el Consultorio de Hijuelas, desde el 2 de agosto de 1990, se hizo cargo de la antigua Posta de Romeral. “Me gustó -dice- más que nada,
la posibilidad de tener contacto con la gente. De entender que lo que hacía era en beneficio de una comunidad”.
Aunque su labor como encargado de la Posta Rural, entonces, le significaba contar con una vivienda y residía en ella, también le exigía hacer el aseo, mantener las fichas, entregar medicamentos, prepara pacientes. También atender urgencias, porque el médico no venía siempre. “El doctor y la matrona venían una o dos veces a la semana. Uno tenía que hacer de todo y estar atento, de día y de noche, ante algún problema”.
Aunque el tiempo y su cercanía con los pacientes le llevó a entender que su rol no era sólo atender personas, entregar algunos remedios a derivarlos el médico del Consultorio. “Me di cuenta que las personas del campo no venían a la posta sólo por un problema de salud. Su mirada del mundo y de los tiempos es distinto, las preocupaciones y sus alegrías pasan por otras cosas: los cultivos, el clima, las cosechas, el agua…”.
Luis Arancibia Rivera entendió rápido que la “atención” de un paciente en una posta rural abarcaba todo. “Atenderlos no pasaba sólo por la dolencia. Para muchos de ellos venir a la posta era como un acto social, un tiempo para compartir sus vidas. Allí me enteraba, aparte de sus problemas de salud, también de sus familias, de sus niños, de lo que pensaban plantar según la estación y hasta como habían estado las cosechas de papas o alcachofas”.
Habla de tiempos donde los caminos de Romeral eran extensos y de tierra, cuando no había muchos autos y la gente se movilizaba en caballos, carretelas o en bicicleta. No había mucha locomoción colectiva y las que pasaban, no era seguro su paso. “Las enfermedades respiratorias eran el problema de salud más común. También algunos accidentes en el tránsito o en las actividades laborales”.
Eran tiempos, también, de las jeringas y los frascos de vidrio. “Había un sistema de comunicación por radios y con claves. Siempre me acuerdo que para conseguir una ambulancia del hospital tenía que comunicarme con un señor de El Melón, don Mario Fica, que hacía el enlace para alguna emergencia o
peticiones urgentes. Era complejo enfrentar algunas situaciones, pero todos ayudaban. Alguna vez tuve que cortar un cordón umbilical”.
Luis Arancibia dice que en sus 34 años en su labor en la Posta de Salud Rural de Romeral ha sido testigo de varias generaciones. “He visto niños que nacieron en la época que llegué a trabajar acá. Los pesé, los medí, le entregué la leche y ahora los encuentras ya grandes, con sus familias. Me doy cuenta que mi vida la he hecho acá, pues llegué a los 21 y he crecido con la gente de esta comunidad. Pienso que ha sido buena esta opción que tomé
hace ya bastante tiempo”. Aunque el enfermero señala que lo que ha contado ha ido cambiando con el tiempo y la nueva Posta Rural de Romeral ahora es otra cosa. “Hay una nueva edificación y un equipo completo. Tenemos médico, sicólogo, nutricionista, podólogo. Nos faltaría un equipo dental, pero ahora hasta tomamos los exámenes. Hay más prestaciones y la gente también exige muchos más, lo que es un problema nuevo. Creo que la modernidad ha sido buena, pero también, creo, que hay que rescatar la cercanía que existía antes. Es una tarea que, como equipo, aún tenemos”.
La actual y moderna Posta de Salud Rural de Romeral, donde ahora trabaja un completo equipo de salud primaria.
Luis Gabriel Arancibia Rivera, ha dedicado 34 de sus 55 años a la comunidad de Hijuelas, en la Posta de Salud Rural de Romeral. Se le reconoció su labor, en el último aniversario comunal con un diploma y, principalmente, con un aplauso de varios minutos.
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL
Ibsen Jara de la Fuente: insigne comunicador radial que conquistó a la Provincia de Petorca
Oriundo del sur, pero afincado en Cabildo, se convirtió en un referente para los locutores de la zona
Había egresado hace poco de la universidad y no tenía mucha experiencia, más allá de la formación en el aula. Por eso, nunca olvidaré las primeras palabras que me dijo cuando nos conocimos en un punto de prensa: “Acá tenemos que dejar las patitas en la calle”.
Esa frase, además de ser un consejo, resume su forma de entender el periodismo y las comunicaciones. Y se dio justo en medio de una actividad en La Ligua, ciudad a la cual había llegado hace poco a trabajar. Por lo tanto, fue una de las primeras personas que me entregó su apoyo.
Me refiero a Ibsen Jara de la Fuente, insigne comunicador de la Provincia de Petorca que por largos años informó a la ciudadanía a través de diferentes medios, siendo la radio uno de sus predilectos, aunque tampoco le hacía el quite a la televisión.
No era muy alto, pero su presencia se imponía cada vez
que llegaba a un lugar. Calvo, siempre bien afeitado y de elegante vestir, no dejaba detalles al azar. Sabía que la imagen era algo relevante al momento de comunicar, por eso no escatimaba en sus camisas o corbatas. Su calzado lleno de polvo -porque era de los que en verdad hacía t erreno- r eflejaba q ue no era un periodista de escritorio. No le bastaba con la llamada por teléfono ni mucho menos el rumor. Si pasaba algo, tomaba su cámara y su micrófono y se iba al lugar de los hechos. Así fue que nos conocimos.
SU LLEGADA DESDE EL SUR A QUILLOTA
Ibsen Ha smed Jara de l a Fuente nació el 7 de mayo de 1957 en Ancud, Chiloé. Siendo muy joven, emigró junto a su familia a Quillota, ya que su madre fue designada para desempeñarse c omo i nspectora de l a Junta Nacional de Auxilio Escolar y
Becas ( Junaeb).
Fue en esta comuna donde realizó sus estudios secundarios, para posteriormente ingresar al mundo laboral en la Compañía Minera Las Cenizas. Eso sí, de forma paralela, comenzó a desempeñarse en lo que fue desde siempre su gran pasión: la radio.
E n la década del setenta, y mientras seguía viviendo en Quillota, conoció a quien sería su esposa, la cabildana Rosa Aguilera Rojas. Y recalco su ciudad de origen porque, de una u otra forma, marcó el futuro de lo que sería la vida de Ibsen como comunicador.
Se casaron en 1981 y juntos se trasladaron hasta la tierra natal de ella, donde tuvieron tres hijos: Albert y las mellizas Melissa y Romina. Fue a partir de ese entonces que su carrera radial comenzó a despegar, ganándose un nombre en una zona que le era desconocida, pero terminó convirtiendo en su hogar.
“Mi papá era un hombre cariñoso, respetuoso, responsable, amante de su trabajo, muy empático y solidario. Era muy carismático y amaba la radio, la música, especialmente la del recuerdo”, recordó Melis -
sa, cuando fue entrevistada por “El Observador” tras el deceso del comunicador.
HOMBRE DE RADIO
A lo largo de su vida trabajó en varias emisoras de la provincia, tales como Radio Crystal, Radio Mineral, Radio Melodía y Radio Dulce. “Fueron muy buenos años y la gente nos quería harto. Hasta nos llevaban regalos a los estudios”, me contó en más de una ocasión.
Y por cierto, esto no tiene nada de extraño, ya que en la época dorada de la radio los locutores eran considerados como referentes y celebridades. Por tanto, aquel novel comunicador oriundo del sur era considerado como tal, recibiendo el cariño y el afecto de sus oyentes.
Cabe destacar que ese reconocimiento se extendió a lo largo de los años, ya que su voz se había convertido en una marca registrada, sin importar la casa radial donde se encontrara. Ya fuera en un colectivo o en alguna tienda del centro, Ibsen Jara era “la voz de las noticias”. Muchos lo calificaron como una persona de carácter difícil. Y puede que así haya sido, no soy quien para desmentirlo. Nos conocimos solamente en el ámbito laboral. Sin embargo, en el tiempo que nos tocó compartir en pautas y puntos de prensa, siempre de portó de forma amable y generosa.
Una muestra de aquello era que siempre estaba dispuesto a compartir su material, algo que en el mundo de las comunicaciones se guarda celosamente. El “derecho a la exclusiva”, le llaman algunos. Pero para él, lo importante no era quién informara, sino que la gente supiera lo que estaba pasando.
“Si tú no puedes ir, me avisas y te mando el material”, solía decirme. Y no es que yo no quisiera ir a un lugar por mero capricho. En mi época como reportero en la Provincia de Petorca me tocaba cubrir La Ligua, Cabildo y Petorca. Y como es sabido, las distancias entre todas estas comunas son enormes.
Por tanto, si ya tenía comprometida una entrevista al mediodía en Petorca con un pirquinero, y surgía un punto de prensa de último momento con alguna autoridad en La Ligua, yo sabía que no era necesario tomar un bus de vuelta a la capital provincial.
Ibsen me ayudaría. Y siempre lo hizo.
Por cierto, la vuelta de mano siempre llegaba, ya que en ciertas ocasiones a mí me tocaba estar en un lugar al que él no podía asistir, y la gentileza se devolvía con g usto. Junto a él (y Patricio Pallares padre, otro gran hombre de las comunicaciones) aprendí del trabajo en equipo.
Y e n equipo sin importar el medio, ya que nos desempeñábamos en diferentes plataformas (ellos radio y yo diario impreso) y, además, nuestros públicos eran distintos. No nos veíamos como competencia, más bien, como un complemento, donde el público se veía favorecido.
SE FUE HACIENDO LO QUE MÁS AMABA
Con el paso del tiempo, Ibsen se consolidó como un gran comunicador, locutor y entrevistador, llegando incluso a ser corresponsal de TVN en los últimos años, cubriendo todas las noticias de la provincia. Por lo mismo, era común verlo con su cámara y su micrófono por todos lados. Era una especie de hombre orquesta, ya que él era el productor, editor, entrevistador, camarógrafo, e n fi n, l as h acía todas. Y siempre con la mejor disposición, esa misma que le permitió el reconocimiento de sus pares una vez que se dio a conocer la noticia de su fallecimiento.
A ntes de su partida, dirigía el programa “Recordando aquellos éxitos del ayer”, los sábados
en Crystal FM; y “Actualidad Provincial”, que transmitía por YouTube, donde invitaba a emprendedores de la zona. Se mantenía activo, a pesar de sus problemas de salud. Y es que, hace unos seis años a la fecha de su muerte, sufrió un coma diabético. Fue así como supo que padecía esta enfermedad, por lo que empezó a controlarse periódicamente. De hecho, nunca llegó a ser insulinodependiente, por lo que se mantuvo sin problemas por largo tiempo. Hasta que todo cambio la jornada del domingo 18 de junio de 2023. Ese día, transmitió como de costumbre su programa “Recordando aquellos éxitos del ayer”, terminando a eso del mediodía. Sin embargo, ya fuera del aire, sufrió un nuevo coma diabético, el cual esta vez terminó con su vida.
Su hija lo describió de la siguiente manera: “Un compañero de trabajo lo encontró muerto en el estudio, él llamó a su mamá que es de Cabildo y ella nos vino a avisar a nosotros”. Fue velado en la casa de su cuñada, en la población Nueva Cabildo, siendo despedido con cariño por parte de la comunidad.
Luego, su responso fúnebre se realizó en el Salón del Reino de los Testigos de Jehová de calle Santa Filomena, para finalmente ser trasladado hasta el Cementerio Municipal de Cabildo, donde fue despedido con gran cariño. Los presentes reconocieron en él a una gran persona y a un excelente comunicador.
Por Gabriel Abarca Armijo
Ibsen junto a su cámara, una postal clásica en los puntos de prensa de la provincia.
Oriundo del sur, pero hijo por adopción de Cabildo, Ibsen Jara de la Fuente falleció a los 66 años.
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL
Guillermo Marín Barrera y sus más de tres décadas enseñando fútbol a los
Muchas generaciones fueron dirigidas por el entrenador, donde incluso estuvo el actual alcalde de Olmué, Jorge Jil Herrera
Por Juan Carlos Reyes Morales
Con sólo 10 años de edad y junto a su familia compuesta por sus padres y hermanos, llegó hasta el sector de Lo Narváez en Olmué, desde la comuna de San Felipe, Guillermo Víctor Marín Barrera.
Y desde ese momento nunca más se fue de la comuna “capital nacional del folklore”. Su pasión por el fútbol, le hizo integrarse de inmediato a las series infantiles del Club Juventud Narváez, sin saber que luego permanecería para siempre en dicha institución deportiva olmueína.
“Jugué por las series infantiles y luego en juvenil, que eran las dos categorías que en esos años tenían los clubes. Luego al pasar los años fui parte de las series adultas del club, donde jugaba como mediocampista en Tercera y Segunda, ya que para jugar en Primera, había que ser muy bueno y a mí no me alcanzaba”, recuerda entre risas el deportista.
Pero además, junto a disfrutar en la cancha, había otra pasión que este sanfelipeño avecindado en el sector alto de Olmué comenzó a desarrollar y lo que le hizo hacerse conocido en el ámbito del fútbol amateur local.
“Vi la necesidad de trabajar con los niños ya que era uno de los déficit que tenía nuestro club. Esto fue a comienzos de los años ´80 y nuestra institución era una excelente cantera de jugadores, pero no había nadie que buscara a los niños y esa fue la labor que comencé a desarrollar, con mucha pasión y cariño”.
S egún recuerda Guillermo Marín, “al comienzo fue difícil. Yo iba a hablar con los padres para pedirles permiso y luego los buscaba en sus casas, y al finalizar los partidos, los llevaba de vuelta a sus hogares. Era tiempos en que los padres no confiaban en cualquier persona, pero me preocupaba de los niños y me fui ganando el respeto, por lo que lográbamos tener cada año a muchos niños siendo parte de nuestro club”.
Fue este trabajo el que llevó a los dirigentes de su institución a darle apoyo para la locomoción,
ya que se percataron que el trabajo era positivo, destacando que muchos fueron los niños y jóvenes del sector que recibieron las primeras nociones del fútbol
niños de Juventud Narváez
y fueron dirigidos por “Don Guillermo”.
TÍTULOS Y MÁS TÍTULOS
Y ese positivo trabajo comenzó a dar frutos. “Logramos muchos títulos en las distintas series cadetes. En los años en que estuve a lo menos era un titulo por año y a veces más de uno. Logramos que el club Juventud Narváez fuera muy potente con sus series infantiles”.
Esa buena labor hizo que incluso los padres de niños futbolistas de otros sectores de la comuna, quisieran que sus hijos jugaran por Juventud Narváez. “Como trabajábamos bien, posteriormente ya ni me movía del escritorio, debido a que eran los propios padres los que iban a mi casa, para pedirme que inscribiera a sus hijos por nuestro club”.
Fueron cerca de 30 años de forma interrumpida en que el DT Infantil trabajo con el club. “En el año 2007, debido a que comencé a trabajar más lejos, debí dejar esa labor, pero nunca me alejé del club. Si bien en algunas ocasiones también fui ayudante en las series adulta, siempre mi pasión
Los primeros partidos del alcalde Jorge Jil Herrera
Uno de los tantos niños que fueron parte de ese trabajo, fue el actual alcalde de Olmué Jorge Jil Herrera. “Llegó siendo muy niño ya que vivía cerca del sector y comenzó a jugar por nuestro club. Tenía condiciones y se destacaba por su gran entrega en la cancha”, recuerda Guillermo.
Estas enseñanzas que recibió, no las olvida el alcalde olmueíno: “recuerdo con cariño el trabajo de Don Guillermo, quien dedicó muchos años a los niños del sector y cumpliendo una gran labor, ya que iba a la cancha con todos los jugadores y los bolsos de camisetas y zapatos”, recuerda Jorge Jil.
Incluso Guillermo Marín cuenta que hasta ahora el alcalde le hace algunas bromas. “En esos años yo le pedía a los jugadores adultos que cuando cambiaran sus zapatos de fútbol, los antiguos me los regalaran para los niños y jóvenes que no tenían. Yo los mandaba a arreglar a un zapatero amigo y andaba en todas las canchas junto con el bolso de las camisetas, con un saco con zapatos de fútbol de todos los números. Nadie se podía quedar sin jugar, porque no tuviera zapatos”.
fueron los títulos logrados por las series infantiles del Club Deportivo
técnica del destacado entrenador, que en la imagen aparece a la
fue poder dirigir a las categorías infantiles”.
Pero pasó una década y el año 2017, gracias a que nuevamente el tema laboral se lo permitía, Guillermo Marín regresó a su exitosa labor. “Tenía un hijo que ya estaba jugando en las series infantiles de otros clubes, me lo traje y regresé para dirigir la Primera Infantil de Lo Narváez que estaba un poco abandonada. Por suerte armamos un muy buen equipo y prontamente logramos mejorar, hasta salir campeones inmediatamente”.
UNA GRAN VOCACIÓN
¿Pero cuál es la receta para realizar esta exitosa labor? La respuesta de Guillermo Marín, llega de inmediato. “Hay que tener vocación. Que a uno le guste y dedicar el tiempo que sea necesario. A veces me tenía
que levantar muy temprano para estar a las 10 de la mañana en la cancha, con los niños y con todo preparado y lo hacía con muchas ganas. Uno realiza esta labor sin esperar reconocimientos, pero a veces se reciben felicitaciones por la buena labor desarrollada”.
Pero el destacado entrenador también tiene palabras para su familia, “por suerte somos una familia futbolera. A todos nos gusta mucho el fútbol, por lo que vamos a la cancha a compartir y disfrutar todos juntos”.
Sin embargo, “Don Guillermo” reconoce que las jornadas futboleras de antes, son muy distinta a la que se viven en la actualidad. “Todo ha cambiado, ahora todo es dinero. Antes iba a la cancha, no se pagaba ni siquiera entrada para ver jugar a los niños. Los arbitrajes eran gratis, ahora hay violencia, antes era otra cosa, pero igual hay que
seguir para adelante”, explica con entusiasmo el entrenador de los cadetes. Pero también el entrenador infantil da a conocer la diferencia en cuanto a las competencias que se realizaban antes y la de hoy. “Hay más divisiones, antes había pocos clubes y ahora creo que hay demasiados. Cuando yo me inicié, había solo ocho clubes y ahora hay 16. Un campeonato muy largo, los arbitrajes carísimos, no hay ayuda para solventar estos gastos y los dirigentes de los clubes, deben trabajar mucho para poder pagar esos altos costos. Incluso por este motivo, hay clubes que ya están desapareciendo y no tienen series infantiles por este mismo tema”, terminó expresando el destacado entrenador que por más de 30 años, ha dirigido con mucho éxito las series infantiles del Club Juventud Narváez.
Muchos
Juventud Narváez, bajo la dirección
izquierda.
Entre los muchos futbolistas que se iniciaron en el Club Narváez, estuvo el actual alcalde de Olmué Jorge Jil Herrera, quien aparece con un chaleco azul de pie primero a la derecha, junto al equipo infantil del año 1990.
Fueron más de 30 años de exitosa labor con los niños, la que realizó Guillermo Marín Barrera,
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL
Yunia Figueroa Quezada: la gran historia de la destacada “busca talentos” del vóleibol quillotano
Luego de su brillante carrera como jugadora, desde hace unas dos décadas es la encargada del Taller Municipal donde han nacido grandes voleibolistas
Por Juan Carlos Reyes Morales
No hay duda que el vóleibol quillotano se ha destacado por muchos años, pero en la actualidad pasa por uno de sus mejores momentos. A la gran cantidad de niños, jóvenes y adultos que se encuentran practicando este deporte, especialmente las damas, se suman los excelentes resultados obtenidos por los clubes y selecciones locales, las que cada vez que les toca representar a la ciudad en diversas competencias a nivel regional y nacional, en la mayoría de las ocasiones consiguen y regresan con positivos resultados para la ciudad.
Pero ese buen momento viene a ratificar el excelente trabajo que se realiza por parte de los profesores y entrenadores, los que son los encargados de enseñar y preparar a los diversos equipos.
UNA “PROFE” QUE DE NIÑA DESTACÓ
Sin embargo, para que ello ocurra, hay una destacada voleibolista quillotana que desde hace un tiempo es la encargada de entregarle a los niños las primeras enseñanzas de este lindo deporte.
S e trata de Yunia Figueroa Quezada, destacada jugadora de este deporte que comenzó a practicarlo cuando tenía cerca de10 años en el Gimnasio de la Corvi.
“Mi padre era el presidente de la Asociación de Voleibol de Quillota, por lo que siempre estaba en el Gimnasio Corvi, viendo y jugando con los balones. Mis hermanas y gran parte de mi familia, jugaban en ese entonces por el Club “Rene Schneider”.
Pero esa institución con el paso de los años pasó a denominarse Club de Vóleibol Paul Harris, una de las instituciones más destacadas de la ciudad, tal como lo recuerda Yunia, “el nombre al club se lo cambiaron los jugadores más grandes, debido a que se juntaban en la plazuela de la Corvi, que se llama justamente Paul Harris y la institución pasó a llevar ese
nombre y a destacar siempre a nivel local y regional”. Los comienzos en este deporte para la destacada voleibolista fueron como alumna de la Escuela N° 2, “ese fue mi colegio y al cual representaba en las competencias locales y en muchas ocasiones al quedar eliminadas, me pedían como refuerzo. Por ello tuve la oportunidad de viajar a los torneos nacionales de Iquique, Osorno y además fui a un nacional federado por Quillota y que se realizó en la ciudad de Antofagasta”. Yunia además recuerda a algunos de quienes fueron sus entrenadores, “Luis ´Lucho´ Pérez me enseñó mucho, como también los hermanos Cataldo. Luego siendo adulta seguí repre-
sentando a Quillota y mi última participación en un Torneo Nacional, fue en La Serena a finales de los años 90, comienzos de los 2000”; recuerda la jugadora que además, es parte de una familia de deportistas ya que se casó con el ex jugador de San Luis de los ´80, Mario Orlando Figueroa y sus hijos fueron voleibolistas y futbolistas.
BUSCANDO LOS NUEVOS TALENTOS QUILLOTANOS
Pero su gran vocación por la enseñanza de este deporte, le llevó a ser parte del Taller Municipal. “siempre me gustó enseñar. Por ello junto al “Lalo” Reveco (otro gran jugador del voleibol local) y Lautaro González, que era el encargado del deporte en el municipio, logramos armar el taller. Desde allí han salido muchos niños, varios de los cuales varios llegaron a la universidad estudiando con becas y fueron campeones a nivel nacional”.
Uno de esos niños fue su hijo
Elías Figueroa, quien debido a sus grandes condiciones incluso llegó a ser seleccionado nacional y fue uno de los primeros chilenos que pudo viajar para jugar en el voleibol de Europa, ya que tuvo la posibilidad de jugar en la competencia profesional de Portugal.
Muchos han sido los niños que han recibido las enseñanzas de la “tía Yunia” y algunas que se han destacado a nivel nacional, tal como lo recuerda la destacada entrenadora.
“Las niñas Meneses (Renata, Rebeca y Pilar) a las que tomé muy pequeñitas, destacando que hace poco Pilar, fue elegida como la mejor jugadora de un campeonato nacional realizado en San Felipe. Se suma además mi sobrina Katherine Figueroa, que juega muy bien y hay varios más que se han destacado en estos últimos años”.
¿Y cual es la fórmula para descubrir y preparar a estos nuevos talentos? Yunia no duda en responder, “lo importante es que comiencen a jugar muy pequeños. La edad ideal es que se integren a los seis años. Si llegan a los 12 o 13 años ya es tarde, si bien aprenden, siendo más pequeñitos se logra una mejor coordinación y además, le pierden el miedo a la pelota, que es fundamental en este deporte”.
El trabajo de Yunia en el Taller de Mini Voleibol, tiene como principal objetivo enseñar lo básico y cuando tienen 12 años, los integrantes del taller que lo deseen pasan a manos de los entrenadores de los clubes y ya van con todo los golpes y movimientos de este deporte muy bien aprendidos.
DOS DÉCADAS DE ENSEÑANZA
Son cerca de dos décadas enseñando el voleibol, pero para Yunia Figueroa esto no se detiene, “tengo el deseo de seguir en el Taller hasta que me de la cuerda, físicamente me encuentro bien, pese a que ya estoy en la tercera edad”, cuenta entre risas la entrenadora.
Desde hace algunos años, la destacada profesora ya no juega competitivamente y sólo está dedicada e la enseñanza. “Me gusta enseñar, tengo mucha paciencia, para prepara y lograr los distintos golpes, especialmente con los dedos, la levantada y la recepción que son los más difíciles, por lo que se necesita mucho trabajo. Yo les digo a los niños que si ello no se aburren, por mi
no hay problema porque tengo mucha paciencia para repetir y repetir hasta que cada golpe salga bien”.
Hoy el Taller Municipal de Voleibol tiene 30 alumnos aproximadamente, los que entrenan por una hora los días lunes, miércoles y viernes. Junto a Yunia Figueroa también trabaja la destacada voleibolista, Daniela Brante. “ Lamentablemente para poder enseñar bien ese periodo es muy corto. Me gustaría que Quillota pudiera contar con otro gimnasio y de esa manera que hubiera muchos más horas para el voleibol ya que no tengo dudas que incluso saldrían más niños de gran nivel para este deporte”.
“VIENE UNA GRAN CAMADA”
Yunia se muestra además muy optimista para que el voleibol quillotano siga siendo uno de los mejores a nivel regional y nacional. “Viene una muy buena camada de niñas de 13 años, las que ya salieron cuartas en el nacional y la mayoría comenzaron n el taller. Estoy muy feliz ya que he visto los resultados de nuestro trabajo en el Taller ya que las niñas de la Sub 17 fueron las mejores de Chile y la Sub 15 también destacaron a nivel nacional y en ambas categorías, la mayoría de las jugadoras pasaron por nuestro Taller Municipal”, terminó manifestando la gran y exitosa “busca talentos” del vóleibol local.
Con gran paciencia Yunia Figueroa les enseña los golpes del vóleibol a los niños del Taller Municipal.
Muchas han sido las jugadoras que han recibido las enseñanzas de la destacada voleibolista quillotana.
“El ideal es comenzar a los 6 años de edad a practicar el voleibol” dice la encargada del Taller Municipal.
Desde muy pequeños los niños comienzan a buscar mejorar la técnica.
Viernes 18 de octubre de
La enorme riqueza arqueológica bajo el
En el fondo de una pequeña excavación en pleno campo entre San Isidro y San Pedro, los huesos de una rodilla humana volvieron a ver la luz después de cientos de años. Varias décadas, quizás siglos, debieron pasar hasta que herramientas modernas utilizadas por manos expertas se encontraran con los restos de una persona que habitó nuestro valle muchos antes que nosotros
Por Carlos Carmona Bermúdez
D urante septiembre de este año ocurrieron dos hechos importantes para el buen desarrollo del proyecto de regreso del tren de pasajeros hasta Quillota, La Cruz y La Calera: la empresa EFE ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental el documento con más de 560 respuestas a igual número de observaciones y; se presentaron siete ofertas para el diseño de ingeniería de detalle. Estos dos hitos dan cuenta que el proyecto, aún de forma lenta, sigue avanzando y promete convertirse en una realidad de mediano o largo plazo.
Con la misma seriedad pero lejos de las luces y el interés me -
diático, se lleva adelante otro proceso, minucioso y científico, que es fundamental para poder sacar el proyecto adelante: la prospección arqueológica, que busca identificar sitios donde existen vestigios, ruinas, cuerpos u otros testimonios de nuestros antepasados o pueblos originarios y que tienen valor histórico, antropológico o patrimonial, y que deben ser protegidos durante la ejecución de las obras necesarias para la vuelta del tren.
Como parte de las exigencias del Estudio de Impacto Ambiental requerido para una obra de estas características, los sondeos arqueológicos iniciaron en 2020, con
cerca de mil pozos ya excavados en casi 40 sectores claves ubicados entre Limache y La Calera. Y en casi el 70% de ellos hay hallazgos.
RIQUEZA ARQUEOLÓGICA
La riqueza arqueológica del valle del Aconcagua en general y de Quillota en particular es sabida por los investigadores. Antes de iniciar el proyecto de retorno del tren, en Quillota estaban identificados 77 sitios arqueológicos, con sus respectivas caracterizaciones -estudios, descripciones y análisis preliminares- asociadas. Bajo el Estadio Lucio Fariña se emplaza el
La
enterratorio indígena más grande la zona central y ocurre con relativa frecuencia que se registren hallazgos en excavaciones de todo tipo, que van desde la instalación de un poste de alumbrado público a la construcción de una piscina. S e ha estudiado con sumo detalle que en nuestro territorio existieron, y en algunos casos convivieron, varios pueblos que dejaron innumerables testimonios de su paso.
HISTORIA BAJO TIERRA
Ch arles Garceau Saavedra es un reconocido arqueólogo de larga experiencia, con estudios en Chile y Estados Unidos, quien se desempeña como consultor independiente y ha trabajado en distintas regiones del país, tanto para el sector público como privado. En Quillota estuvo a cargo de las recientes excavaciones del Sitio Los Libertadores (año 2018), uno de los hallazgos más interesantes por su evidencia Inca, y actualmente encabeza los sondeos en torno a la extensión del tren hasta La Calera.
“Primero vino un equipo de arqueólogos e hicieron una inspección superficial, y no detectaron
Los pozos de sondeo tienen un metro cuadrado de superficie y una profundidad relativa, la cual puede variar entre los 70 centímetros hasta los tres metros. Siguiendo el trazado del proyecto, los equipos arqueológicos hicieron cerca de mil de estas excavaciones entre Limache y La Calera.
evidencias arqueológicas a pesar de la riqueza de antecedentes que hay en la zona. Pero estaba la experiencia tren de Batuco, donde el Consejo de Monumentos Nacionales había pedido hacer pozos de sondeo en las zonas que implicaran excavaciones masivas del suelo, por ejemplo, subestaciones, estaciones de trenes, pozos de nivelado, pozos vehiculares u otros. Acá se replicó ese criterio e inmediatamente los primeros resultados indicaban que había gran cantidad de sitios en todo el trazado del proyecto, lo que se
LEY N° 17.288 SOBRE MONUMENTOS NACIONALES
Artículo 21: Por el solo ministerio de la ley, son Monumentos Arqueológicos de propiedad del Estado los lugares, ruinas, y yacimientos y piezas antropo-arqueológicas que existan sobre o bajo la superficie del territorio nacional.
principal expectativa de Charles Garceau Saavedra es poder hacer toda la caracterización sin dejar lagunas de información.
trazado del tren entre Limache y La Calera
condice con los antecedentes que ya manejábamos. Por ejemplo, de alrededor de 39 sectores que son, al menos 28 resultaron con restos arqueológicos”, explicó el experto.
Garceau Saavedra agrega que: “Hay sitios prehispánicos, especialmente agroalfarero temprano y evidencias del periodo intermedio-tardío, también de la Cultura Aconcagua del Periodo Inca. Hay sitios, por ejemplo, del periodo colonial, que serían evidencias históricas, y también evidencias históricas más tardías del Periodo Republicano, ya después de la Independencia. Es principalmente material fragmentado, no tenemos piezas completas, sino que son todas evidencias de actividad humana de distintos periodos en el tiempo. Y claro, para nosotros son igualmente valiosas, aunque sean fragmentos, porque contienen información que puede dar todo un panorama de actividad humana”.
PROCESO LENTO Y COMPLEJO
Garceau relata que “hemos hecho distintas campañas, donde han participado distintos profe -
sionales, porque son campañas que no pueden ser muy grandes pues hay que estarse moviendo entre distintos puntos. Es un trabajo lento. En terreno siempre hay equipos conformados por un arqueólogo y ayudantes de excavación. En algunos casos nos enfren-
Tradición Bato: El primer grupo humano y el más antiguo. Se estima se estableció en el valle en torno al año 800 antes de Cristo y llegó a ser contemporáneo de los Llolleo.
Cultura Llolleo: Segundo grupo temprano, establecido entre los años 200 y 800 después de Cristo.
Cultura Aconcagua: Población indígena del período
Neolítico tardío o período Agroalfarero Intermedio Tardío, que habitó entre el Valle del Aconcagua y el Valle del Cachapoal, desde los años 900 después de Cristo y hasta la llegada de los españoles en 1536. Tuvieron fuerte influencia Diaguita e Inca.
tamos a mucho relleno (capas de tierra agregadas recientemente), entonces algunas excavaciones han llegado hasta tres metros de profundidad, pero en general son menos profundas, en general un metro”, todo lo cual implica una enorme logística de vehículos, herramientas, instrumentos, personal, permisos de ingreso a los predios, identificación de rutas, contingencias climáticas y una larga lista de etcétera.
Para el profesional, la expectativa de este trabajo es grande y relevante en términos históricos. “La importancia que tiene esto es que estamos logrando muestrear
todo. Es una línea que nosotros trazamos a lo largo de una parte importante del valle y es algo inédito porque hay proyectos de investigación que hacen estudios de solo algunas partes, sin ver qué es lo que hay bajo tierra siguiendo una línea longitudinal. Es como una radiografía que tomamos a lo largo del valle, haciendo un corte y mostrando distintas partes del territorio, fundamental para entender quiénes se asentaron ahí en el pasado”.
NUEVOS DESAFÍOS
Esta etapa no considera levantamiento de cuerpos, por ejemplo,
Piso y restos de un muro posteriores a la llegada de los españoles.
aunque sí rescate de otras evidencias arqueológicas, todo lo cual será destinado al Museo Histórico y Arqueológico de Quillota para su conservación y cuidado, recinto municipal que cuenta con el personal interdisciplinario idóneo para asumir esta tarea.
S e estima que el total bordeará las 300 cajas de material, por lo que Museo junto a EFE ya están trabajando en la habilitación de 120 metros cúbicos de bodegas adicionales -dos contenedores de 12 metros de largo especialmente acondicionados- donde se puedan recibir y conservar las piezas patrimoniales rescatadas, las que se sumarán a los cerca de ocho mil vestigios que el Museo conserva actualmente.
S obre ese total y luego del sondeo y caracterización, será el Consejo de Monumentos Nacionales la entidad que decida los pasos a seguir para evitar daños en los invaluables sitios arqueológicos extendidos a lo largo del trazado del tren, que pueden ir desde cambios de diseño de proyecto, medidas de mitigación o incluso rescate, con el eventual aumento del costo y tiempo.
Puntas de flechas y fragmentos cerámicos encontrados durante la fase de sondeo.
Joaquín Fermandois, presidente de la Academia Chilena de la Historia, en la presentación del Tomo 2 de la “Historia General de Quillota" de Roberto Silva Bijit
A lrededor de 200 personas repletaron la sala del Teatro Rodolfo Bravo del Centro Cultural Leopoldo Silva Reynoard de Quillota, dos centenares de personas que llegaron allí motivados por
su amor a la comuna y con ganas de ser los primeros en conocer la segunda parte de la saga “Historia General de Quillota”, escrita por el historiador, periodista y fundador de la Empresa Periodística “El
“No conozco una historia local
Observador”, Roberto Silva Bijit.
E n la oportunidad tomaron la palabra diversas personalidades, como el ex alcalde Óscar Calderón, quien siendo alcalde patrocinó la obra y que en su discurso recordó los duros días de la viruela en Quillota, exaltando la importancia del trabajo que se presentaba como un contenido fundamental para la preservación y difusión de la historia de la comuna. También hizo uso de la palabra la alcaldesa (s) de Quillota Paula Vásquez, quien valoró la contribución del municipio y expresó su visión sobre el estudio del pasado de Quillota, demostrando que posee una mirada integral sobre la ciudad.
PRESENTACIÓN
E l encargado de presentar el libro fue el destacado historiador Baldomero Estrada, doctor en Historia y académico del Instituto de Historia de la PUCV, quien en una fundamentada exposición partió señalando que “me resultó especialmente interesante leerla y disfrutarla, ya que Quillota es también parte de mi vida”,
haciendo mención a los años de infancia y adolescencia que vivió en la ciudad. “Creo que el proyecto de Roberto Silva es un hito importante en la historiografía nacional, ya que difícilmente encontramos en nuestro país una obra de esas dimensiones y características metodológicas referidas a una historia local o la historia de una ciudad”, expresó y apuntó con especial lucidez, que la obra se refiera a una historia microscópica, que “contiene
más verdad que la telescópica”, haciendo mención a los detalles que siempre se descubren en la llamada patria chica.
Finalmente, tomó la palabra el autor, Roberto Silva Bijit, quien ante la atenta mirada de los asistentes, hizo un repaso por los ocho libros que abarca esta colección definitiva de la historia de su comuna, para luego centrarse el esperado tomo 2, que abarca desde el año 1800 hasta 1840 periodo en el que transcurren episodios tan
importantes para el país como los aires de libertad de nuestro país, O’Higgins dando el título de ciudad a Quillota y la captura de Diego Portales en la plaza de la comuna, detención que terminó con la muerte del ex vicepresidente de la República, terminando la presentación entre sonados aplausos de la concurrencia.
Posterior al acto “El Observador” tuvo la oportunidad de conversar con algunas de los presentes, entre los que se contaba el presidente del Instituto Chile y presidente de la Academia Chilena de Historia, profesor de la Universidad San Sebastián, Doctor Joaquín Fermandois, quien además escribió la presentación del tomo 2 de la Historia General de Quillota:
-¿Qué opinión tiene respecto a este trabajo?
“ Ya escribí parte de mi opinión en el prólogo, el libro es una historia que los historiadores llamamos una historia total: que ve lo político, lo administrativo, lo económico, la parte de la cultura, la vida misma, la expansión, la transformación de la ciudad y cómo esta ciudad también refleja
Roberto Silva Bijit es el autor de la saga de libros “Historia General de Quillota” y presentó las portadas de los próximos seis tomos de su obra.
Dr. Joaquín Fermandois, presidente de la Academia Chilena de Historia.
Dr. Baldomero Estrada, tuvo a su cargo la presentación del libro.
tan completa y extensa”
la historia de Chile, no es sólo la historia de las 49 manzanas, sino cómo pasa la historia de Chile por esta ciudad y la historia de la época, ni siquiera es solo la historia del país, va mucho más allá, está el mundo indígena, está el mundo español, el mestizaje, está el papel económico de este valle que sigue siendo importante, pero fue algo
Nos teletransporta a la Independencia
clave en la época colonial y también en la primera década de la república”.
-¿Qué valor debería representar para la comunidad local?
“Este libro es un cuadro. En primer lugar, es un mensaje para los quillotanos, para que sepan dónde están parados y de dónde
“Leer este maravilloso nuevo libro que nos presenta Roberto Silva Bijit, es sentirse teletransportado y caminar por Quillota y sus alrededores en los tiempos en que se fraguaba y lograba la Independencia de Chile. Nos lleva a conocer más acerca de hechos, lugares y personajes de nuestra ciudad, todo enlazado con el acontecer nacional e internacional de la época, rescatando la importancia de los actores, rescatando a muchos olvidados en el tiempo. La rica información que nos entrega Roberto Silva sienta bases y motivará a muchos investigadores para seguir profundizando y complementando muchos temas de la interesante historia de nuestra ciudad”.
vienen, y en segundo lugar es una forma también de mirar al país. Miramos a veces las grandes estructuras, miramos el gobierno, pero esto no nos dice cómo está la vida en el resto del país, cómo en cada uno de esos lugares hay un país también. Ese es el gran valor de toda esta empresa que ya tiene dos tomos”.
Una obra inédita para una comuna como Quillota
El Tomo 2 es parte de una obra monumental, inédita para una comuna de las características de Quillota, que va a permitir dejar trazado un camino de investigación, de rigor respecto a nuestra historia local, pero sobre todo va a dejar muchas puertas listas para ser abiertas por las cuales seguir transitando en función de construir todo lo que ha sido el recorrido de Quillota desde el año 40.000 a.C. hasta nuestra fecha. Es sin lugar a dudas un trabajo fundamental, que para la Municipalidad de Quillota tiene una ponderación muy especial porque se trata de un esfuerzo gigantesco del cual como Municipalidad somos parte, apoyando el trabajo de Roberto Silva. Estamos muy expectantes de la salida de los siguientes tomos, existe un compromiso de la Municipalidad con nuestra historia, patrimonio y escritores locales para apoyar este trabajo hasta el último tomo”.
-¿Hay ejercicios similares o con un espíritu parecido en otras ciudades del país?
“ No conozco una historia tan completa ni tan extensa, porque se ve que ha avanzado bastante. Roberto ha hecho un trabajo extraordinario porque ha ayudado a la ciudad a tener conciencia histórica, eso es un
papel que tenemos que desempeñar los historiadores y que él lo ha hecho de una manera descollante para el caso de Quillota, por los archivos, por la útil información y por recordarle a los quillotanos de donde vienen, porque es la historia que nos pasa a todos. Además, tiene el mérito de haber creado un pe -
Un trabajo de largo aliento y de gran envergadura
“La Fundación ISPAKUL KILLOTA no podía estar ausente del lanzamiento del Tomo 2, que es un trabajo de largo aliento y de gran envergadura de muchas personas recopilando información. Nos parece que la convocatoria fue espectacular, reunió a la ‘creme de la creme’ de la gente ligada la cultura aquí en Quillota y eso es muy bueno, ya que significa que hay mucho apoyo detrás y coincide con un momento en que nuestra fundación está retomando su quehacer después de haber estado ausente un tiempo por temas familiares. No puedo hacer más que felicitar a la organización y al autor de la obra”.
riódico regional que hoy en día es extremadamente difícil, y sin embargo, esto se mantiene por más de 50 años. Empezó cuando era un jovenzuelo de 21 años y ahí está todavía el diario, eso es sin duda una gran hazaña, ya que es el diario de la historia de Quillota”.
Tiene la historia íntima de los personajes
“Se lo he dicho al autor, mi opinión es que el lanzamiento del libro fue un evento de primer nivel. Roberto explicó muy bien de qué se trataba el libro y lo otro que me llama mucho la atención es que una obra de tantos tomos, si lanza uno por año es muy difícil, por eso me asombra que ya tenga tan avanzados el resto de los libros, pensé que podía tener adelantado el tercero, pero ya está muy adelantada toda la colección, eso me asombró. Me he puesto a leer tranquilamente el tomo dos y lo primero que puedo señalar es que está hecho de una forma muy periodística, pero incluyendo muchas anécdotas, es muy entretenido ya que tiene la historia íntima de los personajes, eso me ha llamado poderosamente la atención".
Francisco Manzo,
Ingeniero e investigador de la historia del deporte.
Carlos Carmona, Director de Cultura, Municipalidad de Quillota.
Hugo Quilodrán, investigador de nuestra historia.
Pablo Schauffauser, investigador de historia y genealogía.
Eduardo Chacana Marín: “La música
Recorrimos parte de la vida del destacado profesor limachino que fue un gran guitarrista y además creador de varios grupos musicales escolares en la comuna
Por Juan Carlos Reyes Morales
Su casa parece un verdadero museo donde se reúnen premios, trofeos, instrumentos, grabadoras, cintas magnetofónicas, discos y todo lo relacionado al arte musical.
No en vano, para Eduardo Antonio Chacana Marín, han sido más de 70 años ligado a este arte. Si bien nació en Viña del Mar, cuando sólo tenía 13 años su familia se trasladó a vivir a la calle Manuel Rodríguez esquina Wiemers, en San Francisco de Limache y desde ese lugar no se movió nunca más.
Para el joven estudiantes comenzaron sus viajes en tren, ya que luego de terminar su enseñanza preparatoria en la Escuela “Bernardo O´Higgins” de Viña del Mar, posteriormente ingresó a la Escuela Normal, donde con sólo 19 años de edad, se recibió como profesor de Educación Básica General.
NACE EL PROFESOR
“Pasaron seis meses en que no tuve trabajo, por decirlo de alguna manera estuve cesante.
Yo quería trabajar en Limache y en el año 1962 me ubicaron en la Escuela 92, que tenía cuatro salas y estaba ubicada al final del Pasaje Uribe a un costado de la Municipalidad que estaba en Calle República. Mi primer curso fue un cuarto básico”, recuerda con una gran memoria el profesor Eduardo Chacana, sentado en un sillón que heredó de sus padres y que según cuenta, “debe tener cerca de 80 años ya que los habían comprado cuando se casaron”.
Pero luego del terremoto que afectó a la zona centro del país en el mes de marzo de 1965, la pequeña Escuela 92 quedó destruida. “Por algunos meses fuimos trasladados a los salones del Hogar de la Providencia que estaba en Calle Echaurren, mientras se construían las nuevas dependencias de la escuela en calle Sargento Aldea.
UN GRAN GUITARRISTA
Pero en forma paralela a sus labores como docente, Eduardo Chacana mostraba sus grandes condiciones tocando guitarra,
“esto venía de mi madre, quien le gustaba tocar la guitarra y además, siempre quiso ser profesora, pero lamentablemente no pudo”.
Sus grandes cualidades musicales le permitieron ser parte del Conjunto Sigmas, que en esos años animaba todas las fiestas que se realizaban en la comuna y además, se presentaban en diversos escenarios de la zona.
“Todos los integrantes éramos profesores, excepto Juan Schiappacasse, quien posteriormente se integró a la Sonora San Francisco, junto al flaco Atilio Acosta y con nosotros siguió tocando la batería, su hermano Adolfo Schiappacasse. Ensayábamos en mi casa y tocábamos todos los ritmos, rock and roll, twist, cumbias, boleros, hasta cuecas. Estuvimos por cinco años tocando entre 1965 y 1970 y nos despedimos realizando una presentación en un baile que se realizó en la Primera Compañía de Bomberos”.
Pero el conjunto limachino además, tuvo la oportunidad de estar sobre el escenario con otras grandes orquestas de la época,
como lo recuerda: “Tocamos en la Pérgola del Parque Brasil junto a los Ramblers, Los Tigres e incluso los integrantes de Los Blue Splendors, en sus comienzos nos preguntaban a nosotros sobre aspectos musicales, ya que éramos profesores normalistas y teníamos conocimiento de música”.
CREADOR DEGRUPOS MUSICALES ESCOLARES
La música y la docencia son dos actividades que siempre han apasionado a Eduardo Chacana Marín. Por ello desde que llegó
a la Escuela 92, dio paso a sus inquietudes de enseñar música y conformar grupos musicales escolares, tal como lo recuerda el profesor:
“Cuando la Escuela 92 comenzó a funcionar en sus nuevas dependencias de calle Sargento Aldea, el director Alejandro Retamal me pidió que fuera el profesor de todos los ramos técnicos, como eran Técnico Manual, Dibujo, Gimnasia y Música, desde cuarto básico”. Fue así como el primer grupo musical que forma se llamó “Los Estudiantes”, y “estaba integrado por Luis Barraza, ´Memo´ Aran-
El “Profe Chacana” está en el recuerdo de cientos de escolares que recibieron sus enseñanzas, en los distintos establecimientos escolares donde enseñó música e impartió sus entretenidas clases.
“Vida Alegre” fue uno de los grupos musicales que formó en la Escuela 242, el destacado profesor Eduardo Chacana Marín.
ha sido la pasión de mi vida”
cibia, Mario Chacón, Eduardo Ahumada, Juan Carlos Reyes y Bernardo Escuti. Eran voces y algunos instrumentos, como arpa, guitarra, bombo y otros de percusión. El repertorio eran canciones que representaban a diversos países del continente. Incluso en alguna oportunidad fuimos grabar para un programa del Canal 4 de la Universidad Católica de Valparaíso”, recuerda
con nostalgia el docente.
Pero ese fue sólo el comienzo de lo que serían otros grupos musicales de gran calidad que formó el docente. “Luego la Escuela 92 pasó a denominarse 242 y formé un grupo que se llamaba Vida Alegre”.
Ese conjunto era el que se presentaba en todos los actos del colegio y también tuvo la posibilidad de mostrar su calidad
vocal por varios años en diversos establecimientos de la comuna.
Sin embargo, Eduardo Chacana recuerda que luego el director Alejandro Retamal le manifestó que había una vacante para transformarse en sub director de la Escuela, lo que comenzó a sentenciar el término de ese grupo musical.
“El trabajo administrativo junto a que los estudiantes
egresaron de octavo básico, llevó que el conjunto desapareciera. Quedó otra profesora a cargo pero ella misma me reconoció que se le hizo muy difícil, ya que la vara había quedado muy alta”.
A esa altura ya el profesor Chacana, además cumplía labores en el Colegio Religiosas Pasionistas y donde su amor por la música le llevó a crear nuevos grupos musicales estudiantiles.
“Mi idea fue hacer lo mismo que en la Escuela 242, por lo que formé un grupo de niñas más pequeñas que se llamó Melodía Juvenil. Las que mostraban más condiciones, luego pasaban a otro grupo que se llamó Alborada y que era integrado por alumnas de Enseñanza Media. Al comienzo tuve algunos problemas ya que por ser profesor normalista no se me permitía realizar clases a alumnos de enseñanza media, pero como se trataba de una actividad extra programática, logramos crear este grupo que estuvo por varios años, donde más de 70 niñas pasaron y fueron parte de él, para luego egresar del colegio”, explica.
El Grupo Alborada estuvo en actividades hasta el año 2019, “lamentablemente vino la pandemia y eso llevó a que se perdiera la posibilidad de ensayar. Tengo lindos recuerdos de todas las niñas que fueron parte de la agrupación. Participamos en algunos festivales, si bien era un conjunto escolar, prácticamente eran profesionales ya que ensayábamos una vez a la semana y cantábamos a cuatro voces. Logré hacer cosas muy bonitas con las niñas”, rememora el profesor, mientras nos hace escuchar una de las tantas grabaciones que tiene de ese grupo musical estudiantil.
Fue tanto el cariño de profesor y alumnas que todavía Eduardo Chacana mantiene el contacto con algunas de las integrantes. “Varias se encuentran en el extranjero, pero tenemos siempre contacto. Incluso todos los años hay varias que me saludan para mi cumpleaños y en navidad”.
Luego de jubilarse en el año 2009, destacando que además fue Director de la Escuela Héroes de Chile, lo que reconoce que en un
comienzo no quería. “Me costó aceptar esa nominación que me realizó el fallecido alcalde Germán Irarrázabal Jaque. No me quería alejar de la Escuela ´Teniente Hernán Merino Correa´, como se pasó a llamar la Escuela 376 que vino después de la 242. Allí estaban mis raíces, el escenario fue un diseño mío, además compuse el Himno de la Escuela, la verdad es que a mí me gustaba hacer clases y poder estar con los niños en los grupos musicales, pero se dio esa otra posibilidad y estuve como director los últimos ocho años antes de jubilarme”.
Hoy Eduardo Chacana Marín, vive en su casa de siempre, junto a su verdadero museo musical. Pasa las horas y se entretiene escuchando y componiendo música, “ha sido la pasión de mi vida y lo que he hecho por cerca de 70 años”. Esto ha permitido que su sello de gran docente y gran músico, sea reconocido por una gran cantidad de escolares limachinos, los que en algún momento de sus vidas, recibieron las enseñanzas y el cariño del “profe Chacana”.
El Grupo Los Sigmas eran los encargados de animar todos los bailes y fiestas que se realizaban en los años ´70 en Limache y estaba integrado por Juan Shiappacase batería; Mario Gallo cantante; Guillermo Cabrera acordeón; Eduardo Chacana guitarra y Atilio Acosta bajo.
Tras más de una década en Chile, la española conoció la comuna, se obsesionó con ella y decidió regalarle los sabores de su tierra
Por Marlene Chacón Chacón
¿Cómo es que una española decide instalarse en Quintero y abrir uno de los restaurantes más novedosos y recomendados de la zona? La respuesta es sencilla: su enorme curiosidad y un recorrido por diversas emociones que finalmente dieron vida a “Chiringuito La Maja”.
Su protagonista es Kassandra Ruíz, una joven oriunda de Palencia, ciudad ubicada al norte de la península ibérica que está a 235 kilómetros de la capital del país, Madrid. En ella se encuentra un rico patrimonio arquitectónico y una gran cantidad de áreas verdes.
“Yo vine solamente de vacaciones. Siempre tuve el gusanito de salir de mi ciudad, que es pequeña. Aunque ya había vivido
en Madrid, quería quedarme un buen rato en otro lugar. Entonces decidí venir a Latinoamérica, en primer lugar a Chile y de ahí moverme un poco más”, recordó. El 2008 había conocido a unos chilenos en Madrid y eso la motivó a elegir su destino. “Llegué a Chile el 2009 y me acogieron con los brazos abiertos, me sentí muy arropada. Creo que ser española tuvo un papel fundamental, porque al chileno le llamaba la atención lo europeo y en ese tiempo aquí había muy pocos españoles. Fue algo que no puedo describir, lo sentí”, expresó.
Fueron pasando las semanas y ya estaba por cumplirse el plazo de tres meses de estadía en el país. “Quedaba poco para
mi viaje de regreso a España y las personas que conocí me empezaron a dar aliento para que me quedara más tiempo -detalló-, decían que Chile era un país extraordinario y que habían muchos lugares que aún no conocía”.
E ntonces se quedó. Su primer trabajo fue lavando platos y copas en un bar español
Kassandra Ruiz, dueña del “Quintero es una comuna
de Paseo Bulnes, Santiago. “Yo estudié carpintería mecánica, me dedicaba a hacer ventanas de aluminio y forja, pero acá eso no era viable -explicó Kassandra-. La salida fácil fue trabajar en un restaurant”.
“ Me di cuenta que me gustaba todo ese bullicio del bar, empecé a intrusear y a mirar qué restaurantes estaban de moda”, prosiguió. En ese entonces el Barrio Italia, Providencia, ostentaba varios locales destacados por entregar un excelente servicio. Allá estuvo garzoneando, estudió coctelerìa y comenzó a interesarse en la gastronomía.
El 2013 se fue a trabajar al Parque Conguillio y estuvo en otros puntos de la novena región, para luego partir a San Pedro de Atacama. “Conocí lugares bien turísticos. Fue importante conocer Chile para adaptarme, saber más del país, sus gentes, culturas y gastronomía”, destacó.
Y c uando llegó la pandemia, Kassandra se encontraba vivien-
do nuevamente en Santiago, donde trabajaba de bartender. El rubro gastronómico fue uno de los más golpeados y eso claramente le afectó.
“Una clienta y vecina, que sabía de mis problemas económicos, me pasó 300 lucas para que comprara sacos de papas y empezara a hacer tortillas para
La española Kassandra Ruíz junto a su pareja, el chef Víctor Pérez.
El vermouth, un clásico de “Chiringuito La Maja” y uno de los recomendados por su dueña.
restaurante “Chiringuito La Maja”: hermosa, tiene algo mágico”
vender, porque cocinaba muy bien. Yo no veía que fuera capaz de hacer algo por mí misma, pero ahí partió todo. Cocinaba en casa, repartía y todo fue creciendo”, recordó.
¿POR QUÉ QUINTERO?
Cuando reabrieron los restaurantes siguió trabajando, hasta que la dueña de un local en Maitencillo le ofreció ser
parte de su equipo. “Dije que no, porque estaba decidida a tener mi restaurante, pero la idea me quedó y pensé: ¿y si dejo todo, me voy y por ahí busco la manera de emprender? Me dio la locura y arranqué a este territorio”, rememoró.
“Yo ya había venido a Quintero de vacaciones y me gustó muchísimo -continuó-, aunque vi que atraía poco turismo y le faltaba un empuje. Entonces me empecé a obsesionar con este lugar, no por Maitencillo que tiene muchos restaurantes”.
Y es que “cuando vine la primera vez a Quintero -meses antes- caminé desde la playa El Durazno hasta la Cueva del Pirata y ese lugar tenía una magia, me hizo leer sobre este sitio y creo aquí hay mucha historia que no ha sido contada, que se ha olvidado. Eso me hizo estar aquí. Quintero es una comuna hermosa, tiene unas playas preciosas, es demasiado especial”.
Por todo esto, y mientras estaba en Maitencillo, un día
decidió visitar Quintero y encontró un local. “Era una cantina súper abandonada. Yo tenía un par de millones, lo arrendé y empecé viviendo en la bodega.
Luego avisé a un amigo chef para que me viniese a ayudar y ahora somos pareja”, relató.
UN VIAJE POR ESPAÑA
Hoy, a sus 43 años, Kassandra Ruíz vive en Quintero junto a su pareja, el chef chileno Víctor Pérez. Juntos levantaron “Chiringuito La Maja”, que abrió sus puertas el 6 de enero del 2022, ofreciendo un engranaje perfecto con sabores españoles y cocina de autor.
“Quise aportar para devolverle a Quintero el lugar que merece. Todo el mundo va a Maitencillo y Concón, por eso me gusta estar luchando por esto. Poder enseñar y contribuir gastronómicamente es un desafío. Hay que atreverse a hacer algo nuevo y hacer algo por el lugar en donde vivimos”, expresó la española.
Ese objetivo se ha ido cumpliendo, pues gente de distintos puntos de la región, e incluso de
Santiago, han llegado a Quintero para probar los platillos de “Chinguirito La Maja”. Se trata en su mayoría de personas que aman los viajes y gustan de conocer nuevas gastronomías.
“Acá lo que intentamos dar son emociones, sensaciones, que vengan a probar algo totalmente diferente. Venir va a ser toda una experiencia culinaria. Encontrarán los sabores más arraigados de mi tierra palentina, será como un viaje por España”, manifestó Kassandra Ruiz.
La s estrellas del local son el solomillo de cerdo en salsa de queso azul, chutney de manzana y patatas puente. Y para beber, la sangría preparada con vermouth de la casa.
Otra opción es el plato denominado Sancho, que trae lomo vetado de cerdo ahumado sobre puré de cebolla, patatas hilo y huevo pochado. Para probar todo esto y más, solo debes llegar a Hermanos Carrera N° 285, de jueves a domingo, entre 12:30 y 16:30 horas.
Uno de los platos estrella es el solomillo de cerdo en salsa de queso azul, chutney de manzana y patatas puente.
El recomendado del chef. Se llama Sancho y trae lomo vetado de cerdo ahumado sobre puré de cebolla, patatas hilo y huevo pochado.
Una historia demasiado reciente y en vías del olvido:
Por Miguel Núñez Mercado
El primer síntoma de la pandemia, en La Calera, fue el alza de las mascarillas.
Aunque el virus aún no se propagaba desde una lejana región de China, el valor de los “tapabocas” se triplicó en las farmacias caleranas. Es la primera nota que escribimos sobre el flagelo que, unos meses después, se nos haría cotidiano por mucho tiempo, y hasta ahora.
Entre los caleranos, la pandemia se comenzó a vivir antes que anunciara oficialmente el 31 de diciembre de 2019. La demora de un comerciante chino, por volver a abrir su negocio en la ciudad, provocó la alarma. Desde “El Observador” lo tuvimos que ubicar telefónicamente en el país asiático -a miles de kilómetros, en la ciudad de Wuhan- donde supuestamente se inició el contagio que luego sería mundial.
E n una media lengua -desde el otro lado del planeta- el comerciante explicó que había ido a la celebración del Año Nuevo Chino y que, por la aparición del virus, su país había cerrado los aeropuertos. Cuando regresó, y mantuvo, por obligación sanitaria, su negocio de calle Caupolicán
cerrado por un tiempo, los creativos caleranos de su contagio se ufanaron de su falsa alarma.
El primer caso de contagio de coronavirus -como se le llamó al comienzo- que se conoció en Chile ocurrió el 3 de marzo de 2020. Era un médico y se descubrió en un hospital de Talca y el enfermo había vuelto de un viaje por el sudeste asiático, donde había visitado países como Singapur, Indonesia, Malasia y España. Entonces, en La Calera la alarma estaba instalada en la imaginación ya hacía un buen rato.
La primera calerana que sufrió el contagio, fue una pe -
riodista de Artificio. Era reportera de televisión y su imagen en un video, tosiendo y con la respiración entrecortada, fue vista por millones de personas. Gracias a ella -que vivía y trabajaba en Santiago- los chilenos conocieron “en vivo” lo que ya se nos estaba viniendo encima.
Aunque, la mayoría de los caleranos se sentían a resguardo del coronavirus y seguían sus vidas como si nada; u obligados, por sus condiciones económicas. Una alerta importante la dio el doctor Sebastián Rossel, entonces médico del Hospital de La Calera. Estaba alarmado por la displicencia de los caleranos, que andaban por las calles sin mascarillas y hasta besuqueándose.
EL PRIMER CONTAGIO
Hasta que el coronavirus llegó, oficialmente, a La Calera. El primer contagiado a fines de marzo de 2020, fue el pastor de una iglesia evangélica cercana al centro. Había contraído el virus en una reunión con sus colegas en un encuentro en una comuna cercana a Santiago. Ante el hecho, algunos caleranos no hicieron muchos méritos de ser parte de la “ciudad cariñosa” y apedrearon el templo y la casa del religioso.
Cuando el pastor se recuperó milagrosamente de la enfermedad -aún con falta de aire en sus palabras- relató con detalles, lo que había pasado para sobrevivir. El aislamiento, el tubo que le llevó el aire a sus pulmones, los días inconsciente. Hasta la visita de un ser superior que, en sueños, lo habría conminado a resistir y salir adelante.
Pese a que había prohibición de informar sobre las identidades de los casos de coronavirus, el pastor dio la cara y, valientemente, narró lo vivido y pidió a los caleranos que se cuidaran y envió su perdón a los que le apedrearon la casa y el templo, le rompieron el techo y le rompieron los vidrios.
LA CIUDAD EN PANDEMIA
E ntretanto, la ciudad ya había comenzado a prepararse para la pandemia y se la había tomado en serio. Los rostros se guardaron tras los tapabocas, las distancias físicas se cumplieron y cambió hasta la forma de saludarse entre los siempre efusivos y ardorosos caleranos. El apretón de manos y los besos en las mejillas se convirtieron en un solo y leve toque de puños u apagados “holas” a distancia.
En el piso de las veredas
Los funcionarios de la Salud fueron los héroes y heroínas de los dos añosdepandemia.
de algunos locales se pintaron huellas de pisadas (que aún se mantienen). Era la ubicación que se debía mantener, de un metro entre una y otra persona, porque se había descubierto que el virus era de los gordos y grasosos y su peso no le permitía mantener una distancia mayor en el aire. Subieron de valor -otra vez- las mascarillas, que cambiaron de diseño, se reforzaron y hasta le dibujaron
sonrisas. También las toallitas desechables y el modesto alcohol gel -con bastante agua- llegó a precios superlativos. Se obligó al cierre de los negocios que reunían personas en su interior y en los otros sólo se permitió un ingreso limitado. Aparecieron las cadenas en los ingresos y los carteles donde se indicaba el escaso número de los que podían atenderse al mismo tiempo. Sorprendente -
Aún hay huellas, literales, de la distancia que se debía mantener entre los caleranos
Viernes 18 de octubre de 2024 - EL OBSERVADOR
cómo se vivió la pandemia en La Calera
mente, muchos negocios que no podían funcionar, llenaron sus vitrinas con artículos de limpieza para sortear el impedimento.
Entretanto, había algunos que daban recetas “caseras” para derrotar el mal: desde los tragos con cloro hasta la aspiración de humos de hierbas, entre otras cosas mucho más terribles. Varios llegaron a los centros de salud con los problemas provocados más por el remedio que por el virus. Los funcionarios de salud se convirtieron en héroes y los bomberos les rindieron sonoros y encendidos homenajes, pero de lejitos.
O tra costumbre -aunque nacional- tuvo por escenarios las mañanas, cuando el entonces ministro de Salud -u otro funcionario de esa secretaría de Estado- daba la funesta cuenta de los muertos y contagiados diarios, que no andaban para nada cerca de las cifras ciertas. También de las ciudades que entraban o salía de la cuarentena u otros estados de emergencia. La Calera, a mediados de la pandemia, ya había pasado por todos y por largos ratos.
GLOBOS NEGROS A
CAMBIO DE FLORES
Sin embargo, más allá de todo lo vivido, La Calera ya
había expuesto su condición de tradicional “Ciudad Solidaria”. Pese a que había prohibiciones de informar sobre enfermos o muertos por los contagios, entre los caleranos se sabía todo y con clara evidencia. Los fallecidos debieron partir rápido a sus sepulturas y con los ataúdes sellados. E ntretanto, los caleranos entraban y salían de cuarentenas. Las familias debieron cobijarse en sus hogares. El hastío de los días guardados dejó en evidencia la dificultad de la vida confinada. La violencia familiar ocupó -junto a los que violaban las restricciones sanitarias- los pri meros puestos de las denuncias que recibían los Carabineros (que también se contagiaron en patota) y la Fiscalía Local de La Calera. Aunque las luchas políticas y electorales no se detuvieron. Los caleranos participaron en Primarias, Plebiscitos; Elecciones -y, aunque atrasadas- de Alcalde y Concejales, de Gobernador Regional; de Convencionales; de Diputados; de Consejeros Regionales y hasta un par de vueltas de elecciones para elegir Presidente de la República.
También Unión La Calera perdió un sorprendente parti-
do que iba ganando dos a cero y “con baile” a la Universidad de Chile, lo que salvó a este ultimo club de bajar de división. No tiene mucho que ver con la pandemia, pero el juego también fue harto sospechoso. También, los “rojos” ocuparon un “palo blanco” para sortear la enfermedad del arquero.
TIEMPOS VIRTUALES y ENCERRADOS
L os niños perdieron dos años de sus vidas como sujetos sociales. No pudieron ir a la escuela, no jugaron en el patio del colegio o en las
calles y vivieron con sus ojos en los teléfonos celulares, los computadores o en clases virtuales, que, muchas veces, se prestaron para la chacota. Los púberes se perdieron, quizás, una de las mejores etapas de la vida, encerrados en sus casas. Por largos periodos no llegaron a vivir el amor romántico, que sólo se disfruta en esa etapa de la existencia donde todo es emoción y sentimiento.
L os jóvenes mayores debieron dejar en espera sus primeras performances se -
xuales. Los adultos -he hicimos un par de reportajes sobre el tema- unieron a sus consumos habituales productos especiales de la “Casa del Sexo” y de otros locales que atendían virtualmente por internet. La situación económica llegó a extremos que no se veían desde décadas. Debieron cerrar algunos comercios y los ambulantes se tomaron -hasta ahora- el centro calerano. La posibilidad de retirar de sus cuentas de las AFPs el 10% alivió un poco el drama. Luego los IFE, medios tardíos,
ayudaron otro poco. Hasta que llegaron las vacunas. En la ciudad fueron los adultos mayores los primeros que, literalmente, pusieron el hombro. Con los demás caleranos, costó un poco, porque hubo algunos que creyeron en acciones conspirativas, en negocios de los grandes laboratorios y hasta una estratagema mundial para deshacerse de algunos millones de “viejos”. Hasta que primó la cordura y los caleranos llegaron, una y otra vez, a inocularse contra el virus, que ahora se llamaba Covid-19 y que hasta ahora convive con todos, porque vino para quedarse. O ficialmente, más de 80 caleranos murieron por la pandemia. Unos 10 mil estuvieron entre los contagiados en la ciudad. Ambas cifras pueden ser más, porque los síntomas, a veces, se confundían. Pese a estas y otras cifras que abarcan otras áreas, hay una serie de síntomas que aparentan señalar que la pandemia vivida en la ciudad -y en Chile y el mundo- está en vías de olvido. Nunca hace mal hacer un recuento de la historia, porque, dicen, ésta tiende a repetirse. Y, si no se repite, que quede para la Historia lo vivido.
Las mascarillas fueron el distintivo más importante durante el periodo que la ciudad sufrió los rigores del Covid 19.
El desconocido paso del ex Fiscal Nacional
Recién egresado como abogado de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el ex Fiscal Nacional Jorge Abott llegó muy joven a trabajar a la K.P.D., que fue el gran sueño del Presidente Salvador Allende para intentar terminar con el déficit habitacional histórico del país. Tras el Golpe Militar y luego de ser intervenida por la Armada, Abott se mantuvo en la compañía cumpliendo un importante rol como asesor. “El Observador” tuvo acceso a documentos exclusivos que revelan una historia hasta ahora inédita y desconocida.
Por Gonzalo Valero Acevedo
El 8 de julio de 1971 un terremoto de 7,7 grados en la escala de Richter sacudió la zona centro norte entre Illapel y Valparaíso, causando la destrucción de unas 25 mil viviendas. Tras la catástrofe, la ex Unión Soviética decidió donar al Estado de Chile toda la maquinaria necesaria y facilitar los especialistas rusos para instalar en nuestro país una empresa que permitiera construir departamentos sociales a gran escala. Era la fábrica KPD, cuyas siglas en ruso significan algo así como “Edi-
ficación con Grandes Paneles”. Fueron 4.000 las toneladas de maquinarias, equipos y vehículos que llegaron en buque desde Rusia. También lo hicieron los técnicos rusos que debían apoyar en la instalación de la industria y, posteriormente, en el asesoramiento a los trabajadores chilenos. La embarcación arribó al puerto de Valparaíso en febrero de 1972 y de ahí se trasladó todo el equipamiento hasta la ciudad de Quilpué. La planta se ubicó en el
incipiente barrio industrial de El Belloto, donde se buscaba cimentar un polo de desarrollo que se hiciera cargo de la reconstrucción de la zona central del país y de la demanda habitacional histórica que acarreaba Chile.
Esta fábrica de viviendas industrializadas o viviendas prefabricadas fue una importante innovación tecnológica para la época, ya que permitía la producción de paneles de hormigón armado en serie, para construir viviendas en altura media de cuatro pisos y sin siquiera generar escombros en el terreno intervenido. Algo impensado para esos años.
Para 1972, Jorge José Winston Abott Charme tenía 25 años y se había titulado recién de abogado en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Descendiente de una acaudalada familia viñamarina, su mamá Luz Charme Montt fue dirigente de la DC y familiar del ex presidente Manuel Montt. En su época de estudiante, el ex Fiscal Nacional habría tenido estrechos vínculos con el Movimiento de Acción Popular Unitaria (Mapu), partido de izquierda que formó parte de la Unidad Popular y del Gobierno de Salvador Allende.
Quizás avalado por sus víncu-
los políticos y familiares, el joven Abott entró a trabajar al Departamento de Personal de la KPD, emplazada en el Belloto. “Cuando entré a trabajar a la KPD el 8 de noviembre 1972, Jorge Abott ya estaba trabajando en la empresa”, asegura Héctor Pereira, quien por esa época trabajó en el área de montaje.
JEFE DE PERSONAL DE LA KPD
Tal como se puede apreciar en el oficio con fecha del 25 de abril de 1973 conseguido en exclusiva por esta investigación de “El Observador”, Jorge Abott firmaba como jefe del Subdepartamento de Personal de la Planta KPD Limitada. Además, compartimos un documento de la liquidación de sueldos de funcionarios de la empresa de la época, donde aparece mencionado el ex Fiscal Nacional. El proceso de construcción que ofrecía la KPD era tan rápido, que en dos semanas podía levantar un edificio con sólo una cuadrilla de 14 trabajadores. Los departamentos que construiría eran de dos y tres dormitorios, con una superficie que fluctuaban entre los 61 a 76 metros cuadrados. El proyecto
de la empresa habitacional iba bien encaminada, pero se produjo el Golpe Militar de 1973 y todo cambió.
La Armada fue la responsable de allanar la planta KPD a primera hora de la mañana del 11 de septiembre de 1973. De inmediato detuvieron a los operarios de la fábrica que estaban presentes y también los que iban llegando, y los enviaron a centros de detención, algunos fueron torturados y encarcelados; mientras que los técnicos soviéticos fueron expulsados inmediatamente del país. Uno de los operarios detenidos
fue Héctor Pereira, quien estuvo tres meses preso. Una mujer que solicita mantener reserva de su identidad, señala que ella tenía 23 años cuando entró a trabajar a la KPD como secretaria del Departamento de Personal y confirma que Abott era uno de los abogados de la compañía. La entonces joven militante del MAPU recuerda que los días previos al Golpe pasaban helicópteros a baja altura sacando fotos de las instalaciones y de las personas que trabajaban en el lugar. El 11 de septiembre esta secretaria no alcanzó a ingresar a la
por la empresa habitacional de la UP
compañía y vio a lo lejos cómo los uniformados se hacían cargo de la empresa y apresaban a algunos de sus compañeros. No recuerda haber visto a Abott. Ella arrancó lo más rápido que pudo del lugar y se fue a Viña del Mar. Después de un mes se presentó en la KPD y un oficial de la Armada le dijo que ya no la querían en la empresa. Algo que no sucedió con el ex Fiscal
de Personal de la Planta KPD Limitada.
Nacional, quien sí se mantuvo en la compañía e incluso habría alcanzado más poder y responsabilidades durante la gestión de la marina.
D urante la Dictadura, la fábrica cambió de nombre. Pasó de KPD a VEP: Viviendas Económicas Prefabricadas, y muchos de los trabajadores debieron volver a sus puestos de trabajo, ya que los uniformados poco y nada sabían del funcionamiento de la tecnología de origen ruso.
Desde 1973, la figura de Abott se habría consolidado al interior de la empresa, llegando a ser jefe de Personal y luego jefe de Administración de la fábrica hasta 1978. Fue “el representante de la empresa KPD en todos los contratos y convenios que hacía”, asegura Héctor Pereira. “En una ocasión me nombraron junto a otros compañeros pelear los viáticos, y recuerdo que lo tuvimos que ver con él”, apunta. Precisamente, otro de los documentos a los que tuvo acceso “El Observador” data del 18 de enero de 1978, y es una Delegación de Poder de la “Empresa de Viviendas Económicas Prefabricadas El Belloto Limitada a Jorge Abott y otros”. Mediante este documento firmado en notaría,
el gerente general de la empresa, Gustavo Villablanca, otorga las facultades para que Abott y otros dos funcionarios puedan “girar y sobregirar en cuentas de depósitos, de créditos y especiales que mantenga la Sociedad con instituciones bancarias. Don Jorge Abott Charme estará facultado, además, para suscribir contratos
Documento del 18 de enero de 1978, que es una Delegación de Poder de la “Empresa de Viviendas Económicas Prefabricadas El Belloto Limitada” a Jorge Abott y otros.
de trabajo en representación de la Sociedad y poner término a los mismos mediante el desahucio y demás medios”, que la ley otorga, “y podrá representar a la Sociedad ante las instituciones de previsión y los organismos dependientes de la Dirección General del Trabajo”. Tras el Golpe Militar de 1973 la idea de la vivienda social comenzó a ser modificada por una lógica más mercantil. Finalmente, la empresa -que fue el gran sueño habitacional del Gobierno de Salvador Allende- operó formalmente hasta 1978, año en que comenzó a ser desmantelada para ser rematada como chatarra a principios de los 80, especialmente luego que la Cámara Chilena de la Construcción la viera como una amenaza para la pujante producción inmobiliaria, dado que la tecnología soviética construía en un mes lo que la industria tradicional edificaba en mucho tiempo más. Pedro Cortés, ex periodista de la entonces Corvi, manifiesta que le sorprendió saber que Abott había trabajado en la KPD, pero más le sorprendió que se haya mantenido en la compañía luego del Golpe Militar y que, además, haya alcanzado un rol tan importante durante esta época.
E xiste en internet una supuesta declaración de Jorge Abott, donde paradójicamente señala que “nunca se le ha rendido el homenaje que merece” al Oficial de Marina Roberto Vargas Biggs, quien fue el uniformado que se hizo cargo de la KPD tras el Golpe Militar. Ver https://razacomica.cl/ sitio/2017/12/07/vivienda-sovietica-de-moscu-a-la-habana-y-quilpue/
Una mujer que conoció a Jorge Abott en su paso por la KPD entre 1972 y 1973, y quien prefirió dar su opinión a “El Observador” en anonimato, recuerda que Abott “tenía una gran capacidad política, aunque siempre fue templado. Teníamos diferencias políticas importantes frente a las contradicciones del momento y de lo que se avecinaba”. Ella se fue exiliada al poco tiempo del Golpe. Al preguntarle si no le hace ruido que el ex Fiscal Nacional se mantuviera trabajando y asesorando a los uniformados, manifiesta que “mantenerse allí no creo que fuese gratuito. Su capacidad de negociación, tal vez sus contactos aún vigentes con la DC lo ayudaron sin duda”.
Para algunos de los ex trabajadores de la empresa queda la interrogante de cuál fue el rol que
cumplió el ex Fiscal Nacional en el proceso de término y desmantelamiento de la compañía, medida que implicó terminar con el gran sueño que tuvo Salvador Allende para dar solución al déficit histórico habitacional que arrastraba Chile y que afectaba a miles de familias de escasos recursos.
En total, la KPD (luego llamada VEP) logró construir 16 conjuntos habitacionales en las regiones de Valparaíso y Santiago (153 edificios y más de 3.500 departamentos al estilo de la vivienda social rusa). Uno de ellos se levantó en dictadura en el exclusivo y privilegiado sector de Jardín del Mar en Reñaca, cuyo valor comercial hoy podría superar los 150 millones de pesos. A pesar de los años, estos proyectos habitacionales siguen siendo materia de análisis y estudio de académicos y urbanistas tanto en Chile como en el extranjero, dado el innovador mecanismo de construcción que tenían para la época. Pero todo ello no fue impedimento para que el ex Fiscal Nacional fuera parte del proceso de cierre de la fábrica de la UP que buscaba terminar con el déficit de la vivienda social en Chile. El rol que tuvo Abott en la KPD era -hasta hoyuna historia por pocos conocida.
Oficio del 25 de abril de 1973, donde se puede apreciar que Jorge Abott firmaba como jefe del Subdepartamento
“Todos nos conocíamos”: los recuerdos
Comerciantes, conductores, pasajeros y varios personajes icónicos desfilaron por años en las dependencias del rodoviario que ya cerró sus puertas
Por: Natalia Morales Aguilar
A mediados de año, se confirmó la noticia de que el único Terminal de Buses de La Ligua va a dejar de operar de forma definitiva. Su infraestructura será demolida y según lo que se conoce hasta el momento, en el lugar se construirá un strip center para albergar nuevos locales comerciales. El rodoviario es de la empresa Turbus y en los últimos años, aparentemente, el negocio como terminal no estaba dando buenos números, por lo que decidieron levantar un centro comercial en el terreno.
Eso es lo que se ha podido conocer hasta el momento. No hay una información clara y directa que se le haya entregado a quienes trabajan en el recinto, sino que el cierre del terminal fue un rumor que se confirmó. Se dice que quedarán sólo dos paraderos para vehículos de Turbus. Más incertidumbre hay al respecto.
Queda un sentimiento de decepción y tristeza generalizada, después de tantos años de funcionamiento del rodoviario. Aunque también quedan recuerdos positivos de este importante lugar instalado en el corazón de La Ligua.
“EL TERMINAL NUNCA FALLABA”
PSin lugar a dudas, la pandemia fue un golpe duro para la economía de nuestro país. Los trabajadores del Terminal de La Ligua también fueron afectados y aunque muchos pudieron salir adelante con un tremendo esfuerzo, la verdad es que las cosas no volvieron a ser como antes. Cristopher Valencia es conductor de buses y uno de los accionistas de La Porteña. Tiene 31 años y se inició en este rubro cuando tenía 13. Durante la pandemia, no dejó de realizar viajes con pasajeros, siendo una excepción a lo que estaba ocurriendo en el Terminal. Trabajó a pesar de las barreras sanitarias que se tenían implementadas y los toques de queda. Admite que, en los últimos años, costó mucho informar a las personas para que volvieran a usar el rodoviario.
Colegio Diego Echeverría:
ara conmemorar los 90 años del Colegio Diego Echeverría- Escuela Industrial Ernesto Bertelsen temple, un hito que destaca su profunda contribución a la educación y a la formación integral de cientos de jóvenes en la ciudad de Quillota y en la región, se han organizado durante el año, diversas actividades que ponen en valor la rica historia y tradición de esta institución. Desde su fundación en 1934, el colegio ha sido un pilar en la comunidad, promoviendo los valores Maristas de solidaridad, servicio y compromiso social, lo que lo ha posicionado como un referente educativo en Quillota y sus alrededores, formando Técnicos - Profesionales en Mecánica, Electricidad y Electrónica.
Este aniversario marca no solo un momento para recordar los logros y avances alcanzados, sino también una oportunidad para proyectar el futuro con renovada energía y compromiso. La institución ha sido testigo de múltiples generaciones que han pasado por sus aulas, quienes, a través de una educación sólida basada en los principios Maristas, han desarrollado competencias académicas, sociales y emocionales, preparándose para enfrentar los desafíos del mundo contemporáneo. A lo largo de estos 90 años, el Colegio Diego Echeverría ha integrado nuevas metodologías educativas y ha consolidado proyectos innovadores que reflejan su capacidad de adaptación a los cambios, manteniendo siempre su esencia y misión educativa. Entre estos logros se destacan la implementación de metodologías activas como el Aprendizaje y Servicio, la promoción de la convivencia escolar y la participación activa en redes educativas a nivel local y nacional, logros de -
E n sus años de gloria, el Terminal fue un punto clave para conectar la provincia con el resto de la Región. Por ejemplo, actualmente La Porteña lleva a los usuarios hacia Los Andes, San Felipe, La Calera, Quillota, Valparaíso, Viña del Mar y Quilpué. Recientemente, el rodoviario había adelantado su horario de apertura de las 6:30 a las 5:30, con el primer servicio de Turbus hacia Santiago. El último abandonaba el recinto entre las 22:30 y 23 horas, con destino a Papudo. “(El Terminal) tuvo su momento en que fue muy útil para mucha gente, para empresarios, usuarios, dulceros. Era un terminal bastante concurrido, un lugar que ayudó a mucha gente a crecer y que generaba seguridad al momento de llegar ahí. Era cómodo para todos, tanto para transporte como para la gente. Nunca fallaba, siempre fue un gran aporte al servicio de transporte. Era accesible”, dice Cristopher, que agrega con desilusión: “Que tenga este final es un lamentable cierre de puertas”. Para él, aún falta tiempo para que pueda recuperar los ánimos. Cree que, a futuro, cuando se reúna con otros conductores, todos se podrán reír al recordar las historias en el rodoviario y a su gente. “Nunca hubo un terminal sin su personaje infaltable, el que por más que lo echabas, siempre volvía”, cuenta Cristopher, que nunca se permitió el comercio ambulante dentro del establecimiento, aunque sí hubo personas que lo frecuentaban y se hicieron muy conocidas. Una de ellas era Marisol, apodada por
90 años al servicio de la educación técnica profesional
portivos, artísticos y últimamente en Robótica.
Además, el colegio ha fortalecido sus vínculos con la comunidad, promoviendo iniciativas que favorecen la participación de estudiantes, docentes y familias en proyectos de servicio social, cuidado del medio ambiente y promoción de la justicia social, celebrando el pasado 9 de octubre el 2° Encuentro de Debate Marista. Estas acciones han permitido que la institución no solo sea un espacio de aprendizaje académico, sino
también un lugar donde se cultivan valores éticos y ciudadanos que perduran en el tiempo.
Este aniversario es, sin duda, una ocasión para agradecer el legado de los fundadores, recordar con orgullo a los exalumnos que han dejado su huella en la sociedad, y renovar el compromiso con las futuras generaciones, quienes continuarán llevando adelante la misión Marista de “formar buenos cristianos y virtuosos ciudadanos”.
Queda un sentimiento de decepción y tristeza generalizada, después de tantos años de funcionamiento del rodoviario.
Cristopher Valencia es conductor de buses y uno de los accionistas de La Porteña.
imborrables que deja el Terminal de La Ligua
los micreros como la “Che loca”. “Era una señora de edad que te pedía una monedita y uno le decía: ‘ya, te doy una monedita si me cantas’. Ahí ella se ponía a bailar, a cantar, pero a veces la pillabas atravesada y se volvía loca en el Terminal, se ponía a gritar y el Terminal se paralizaba, todos se ponían a mirar a la Marisol, por cómo gritaba”, recuerda.
“Después apareció ‘El poeta’, que era una persona que tenía una enfermedad. No le pedía permiso a nadie y se subía a los buses a pasarle poemas a la gente, pero nadie lo pescaba porque no andaba bien aseado…”, dice. “El último personaje que hubo fue ‘El Samba’, que a todos nos llamaba Pato. Pedía monedas, pedía un café. O se paraba junto a la oficina, pedía un café y ahí se lo regalaban. Estaba Sofía, que, en sus años mozos, cuando llegaban los buses se paraba al lado para que le compraras un dulce de La Ligua. Si no, no te dejaba tranquilo. Eso era típico del Terminal de La Ligua, siempre había alguien deambulando”, comenta el chofer.
Pero él hace un matiz im-
portante: “Nunca hubo maldad, dentro de todo, nunca vi situaciones como las que se ven en Santiago, como robo de bolsos o carterazos. Siempre fue tranquilo. Tenía un ambiente en que todos nos conocíamos, se sentía bien estar ahí… Que hoy cierre es una pena, incluso, muchos estudiantes podrían contar que se iba a pololear al terminal de La Ligua mientras esperaba los buses”, dice Cristopher Valencia.
“LOS ROSTROS SE VOLVÍAN CONOCIDOS”
R icardo Saavedra Miranda tiene 60 años y ha trabajado desde hace 24 en el rodoviario. Antes de llegar ahí, trabajaba en una fábrica de plásticos como maestro, hasta que la compañía quebró. Entonces se fue a trabajar en la zona costera en construcción.
“Mi señora trabajaba haciendo aseo en el terminal y en esos años llovía mucho para el mes de agosto, yo llegaba a mi casa todos los días mojado, así que mi señora me dijo un día: ‘Mira cómo venís, todo mojado. Hay una vacante de trabajo en el Terminal desde hace una semana’.
Fue así que se acercó al recinto, lo contrataron y se ha mantenido ahí por más de dos décadas, desempeñando diferentes tareas.
Primero Ricardo llegó al rodoviario como jefe de patio, que es el cargo de quienes despachan los buses y velan para que salgan del recinto de forma
puntual. “Después me mandaron a capacitar para hacer el curso de guardia de seguridad. Pero siempre he estado ligado al Terminal, haciendo diferentes trabajos, de guardia, de cajero y hasta el puesto de sub administrador, que ha sido mi último cargo por varios años”, cuenta.
Ricardo Saavedra: “Éramos bien unidos como compañeros de trabajo, había buen ambiente laboral.
Con esa variedad de labores, Ricardo conoció detalladamente el quehacer al interior del terminal. “Éramos bien unidos como compañeros de trabajo, había buen ambiente laboral. En comparación a otros terminales era tranquilo, uno ve rostros conocidos, que se vuelven comunes de ver y los ve crecer así”, dice. A menudo se saludaba con los estudiantes que llegaban cada día a tomar la locomoción, algunos que recuerda iban a clases en otras comunas, como en el Liceo Óscar Corona Barahona de La Calera. “Después los niños pasaban por aquí ya casados, me decían: ‘Hola don Ricardo, ¿cómo está? le presento a mi señora, a mi niño, a mi sobrino’. Uno se relaciona mucho con los pasajeros”, comenta el trabajador.
Una de las tareas que realizaba cuando era cajero era ayudar a las personas que necesitaban usar el cajero automático dentro del edificio. “Llegaba mucha gente de campo y nosotros también teníamos que adaptarlos a la tecnología del cajero. Entonces llegaba mucha gente de Longotoma, de Cabildo y no
sabían operar el cajero. Uno iba, les sacaba su platita y ellos, para recompensar la molestia que según ellos nos causaban, nos preguntaban: ‘¿cuánto le debo?’ Y ahí uno les explicaba que nada, que era una atención para ellos para que pudieran sacar su platita y pudieran ir a comprar”, cuenta Ricardo Saavedra. E n varias ocasiones le tocó devolver sumas importantes de dinero en efectivo, que sus dueños perdían o se les caía mientras estaban en el Terminal. “Una vez fui a buscar las planillas de las salidas de los buses, donde están todos estacionados y me encontré una billetera llena de plata. Se la pasé al guardia, pasaron como 40 minutos y llegó un compadre desesperado. Le dijeron que fuera a hablar conmigo, yo estaba despachando los buses y le entregamos la billetera. El guardia le tomó los datos y el caballero estaba muy agradecido”, recuerda con emoción. Son parte de los recuerdos que don Ricardo atesora luego de 24 años trabajando en el recinto, y por ahora, continuará como guardia nocturno del Terminal hasta su cierre definitivo.
Profesor a cargo de la iniciativa con alumnos de enseñanza media de Nogales cuenta aspectos de la exitosa experiencia que ha llevado a sus integrantes a ser reconocidos por el mundo científico y universitario a nivel nacional
Patricio Andrés Vásquez
Estay desciende de una familia que fue parte de El Soldado. Sus padres vivieron -hasta el desastre del tranque de relaves en marzo de 1965- en el sector de El Torito. Desde allí los trasladaron hasta la Villa El Litre. Ese espacio de Nogales fue el lugar de gran parte de la existencia del profesor. Es el tercero de tres hermanos, nació hace 45 años. Estudio en el Liceo “Juan Rusque”; en el Colegio “El Ave María” de La Calera; y en Liceo “Santiago Escuti Orrego”, de Quillota.
Su vocación, entonces, estaba ligada a profesiones ligadas al área de la Salud. Estudió Quími-
ca y Farmacia por casi seis años, en la Universidad de Valparaíso. Aunque -debido a algunos contratiempos- terminó como profesor de Química, titulado en la Universidad Católica del Puerto. Cuenta que no tenía una mayor vocación por la pedagogía, aunque le gustaba enseñar y hasta fue ayudante, durante su primera carrera y hacía clases particulares.
E n su condición docente volvió, en práctica y con algunas horas vespertinas, al liceo nogalino de su infancia. Luego estuvo en colegios particulares de Quillota y La Calera. Hasta que, hace unos 15 años, regresó al Liceo “Juan Rusque Portal”.
Taller de Ciencias del Liceo “Juan de antibióticos en árboles hasta
Allí ha desarrollado una labor en la que se han mezclado felizmente, su condición de maestro de Química; el rol social de la Pedagogía; y atender la vocación de algunos sus alumnos por la Ciencia.
EL TALLER DE CIENCIAS DEL LICEO
“Hace unos 10 años -cuenta el profesor Patricio Vásquez- se me acercaron dos alumnos para proponerme hacer un Taller de Ciencias. Tenían curiosidad por muchas cosas. Partimos por tratar de responder su inquietud si los eucaliptus que están alrededor del Estadio de Nogales eran iguales que los que están en El Melón, donde está la mina El Soldado. Trabajamos los tres fuera del horario de clases hasta llegar a tener una posible respuesta”.
El profesor Patricio Vásquez explica todo el proceso, que les llevó un largo trabajo de búsqueda, extracción y de laboratorio,
y que les permitió concluir que los árboles tenían una capacidad antimicrobiana. “Los cabros se volvieron locos con el descubrimiento y empezamos a buscar ayuda en las universidades. No creíamos mucho en conseguir
respaldo, nuestro liceo es un establecimiento de alta vulnerabilidad social, de una comuna pequeña y con un proyecto de adolescentes”.
Más allá de los supuestos, la Universidad de Santiago se interesó en el hallazgo de los jóvenes estudiantes. “Vinieron de allá -cuenta el profesor- y también fuimos los tres que conformábamos el Taller de Ciencias. Esa primera experiencia me hizo entender que había jóvenes con interés por la Ciencia. Yo también varié mis clases y las hice más sencillas en el lenguaje, conseguí que se ocupara más el laboratorio y agregué a la teoría la práctica de poder analizar presencialmente lo que les comentaba a los alumnos”.
Desde entonces, los complejos problemas de la química en las clases del profesor Patricio Vásquez se asumieron con elementos de la vida cotidiana; del medio ambiente; de la curiosidad de los alumnos. “Me gusta mucho el trabajo con el labora-
torio -agrega el docente- y escuchar a los niños cuando dicen: ´mira este es lo que se aplica ante esta situación´. Es como, cuando pueden ver las cosas, saber que pueden verlas y comprenderlas mucho mejor que sólo escuchar lo que yo les decía en las clases”. Entretanto, el Taller de Ciencias comenzó a crecer y al trio de fundadores se unieron otros cinco. El profesor Patricio Vásquez los recuerda a cada uno y sigue ligado a sus vidas: “la Diana está estudiando Medicina; el Isaías -que fue uno de los pilares- está a punto de salir de Ingeniería Civil; el Carlos en Informática; hay dos Tecnólogos Médicos”, entre muchos otros que el docente repite como si aún les pasara lista en una sala de clases.
Aunque el maestro valora que sus alumnos hayan podido ir a la Universidad, cree que “lo más importante fue que ´se creyeron el cuento´ que podían llegar a sus metas. No es posible negar que un alumno de un co -
El profesor Patricio Vásquez Estay, encargado del Taller de Ciencias del Liceo de Nogales.
Rusque”: desde el hallazgo
ladrillos con desechos mineros
Los integrantes actuales del Taller o Academia de Ciencias “Entropía” del Liceo “Juan Rusque Portal” de Nogales, en uno de los encuentros científicos a los que son continuamente invitados.
legio fiscal no tiene las mismas condiciones en educación para enfrentar sus vidas con éxito. Durante mucho tiempo vivimos situaciones como que muchos de nuestros alumnos, con suerte, habían llegado a conocer La Calera o a Quillota”.
El Taller o Academia de Ciencias “Entropía” del Liceo “Juan Rusque” es, desde hace varios años, invitado infaltable en los más importantes encuentros científicos regionales, na-
cionales y universitarios. “Es el resultado de varias generaciones de alumnos, de su curiosidad, de su motivación. En realidad, estamos muy considerados en muchos espacios de la ciencia en el país y es algo que nos enorgullece, como grupo y como comunidad, porque éste no es algo alejado de la gran comunidad que es nuestro liceo, donde todos participan y apoyan esta iniciativa”.
LADRILLOS CON DESECHOS DEL RELAVE
Uno de los proyectos del Taller de Ciencias, que ha sido de los más reconocidos en el país, ha sido la creación de ladrillos con los desechos del relave de la minera El Soldado. “Como casi todo parte de realidades, este proyecto surgió de la inquietud de una alumna, que ahora estudia en la Universidad Santa María, que dijo: ´¿Oiga, profe,
cómo se podría reutilizar los desechos del tranque de relaves?´ Investigamos y descubrimos que en Finlandia se hacían algunas cosas con estos desechos.
“Comenzamos a trabajar en el taller y llegamos a los ladrillos, hechos con los desechos del relave. Llamó la atención y en las esferas científicas se habló que unos cabros chicos habían encontrado una opción para tratar de solucionar el enorme problema de las mineras. Llevamos más de dos años en la investigación, con apoyo de la Universidad Católica, y en los próximos meses tendremos un encuentro para analizar las posibilidades de desarrollar, finalmente, este proyecto”.
Aunque ha sido el “proyecto estrella”, hay en desarrollo otras iniciativas surgidas del Taller de Ciencias “Entropía”, que también han dado que hablar. “Como otros, surgen de hechos cotidianos. Ante la inquietud de qué hacer con los restos de las frutas que consumíamos y con
los desechos de aceite de cocina, llegamos a hacer un biopolímero (plástico biodegradable) que nos resultó y cuyos elementos bases provienen de los desechos de los alimentos que se entregan en nuestro colegio”.
HONGOS QUE
GUARDAN AGUA
Ha sta el predio donde se ubica el Liceo “Juan Rusque” es un sitio de búsqueda de opciones para la curiosidad científica de los integrantes del Taller de Ciencias. “Habían cortado unos álamos en el colegio y vimos unos hongos en ellos. Los estudiamos y descubrimos, en plena época de sequía, que entre las características que poseían era su capacidad de retener agua y de fertilizar cultivos. Plantamos cebadas y descubrimos que las plantas y los hongos, unos a otros se aportaban agua y nutrientes. Una especie de mutualismo vegetal”.
La lista de iniciativas surgi-
das del Taller de Ciencias “Entropía” y los premios que han obtenido sus integrantes son muchos. El profesor Patricio Vásquez detalla algunos de ellos. “En tiempos de pandemia, por vía online, desarrollamos un desinfectante a base de extractos de plantas de la zona (quillay, peumo, eucaliptus, olivo, entre otros), que podrís cumplir casi la misma función del alcohol”.
Actualmente, el Taller o Academia de Ciencias “Entropía” del Liceo “Juan Rusque Portal” de Nogales cuenta con unos 30 integrantes y trabajan cada jueves después de clases. “Me sorprende -dice el profesor Patricio Vásquez Estay- todo lo que han conseguido estos alumnos. Han logrado premios en muchos lados, pasantías en universidades, reconocimientos importantes, pero siguen -los de antes y los de ahora- preguntándose muchas cosas y buscando las respuestas que les puede aportar la ciencia”.
El arraigo que sienten por el terruño les ha servido de inspiración para componer
Por Gabriel Abarca Armijo
La música, como toda expresión artística, es un vehículo que permite a sus intérpretes expresar sus emociones de variadas formas. Para ello, muchas son las fuentes de inspiración, siendo el amor y el desamor las historias más repetidas.
Sin embargo, algunos eligen sus ciudades de origen como punto de encuentro, manifestando a partir de sus vivencias y recuerdos en dicho territorio el mensaje que desean compartir.
Ejemplos hay muchos en todo el mundo, pero ese no es el objetivo por ahora. La idea, en esta ocasión, en poner en relieve justamente a tres artistas limachinos cantando sobre el lugar que los cobija.
Por lo tanto, Marcos Álvarez Parra, Daniel Contreras y la banda Al Otro Pueblo presentaron sus canciones y las razones de por qué la ciudad que los vio nacer se convirtió en su musa inspiradora.
Artistas limachinos describen su
“Limache es un lugar de inspiración”
Marco Álvarez Parra
Es un cantautor que fusiona el rock y el blues, con canciones propias y cultivando un estilo particular cercano al folk y a la música de raíz. Dentro de su trayectoria musical ha participado como líder y compositor de bandas como Metro Blues (Valparaíso) y Mr. Johnson (Antofagasta). Sus composiciones fueron destacadas por distintos medios nacionales y extranjeros, llegando a sonar en Colombia, México y Argentina.
Y respecto a su canción “Limache Blues”, manifestó que “nació como uno de los primeros blues que compuse, en la época cuando tocaba en el Metro de Valparaíso. De hecho, mucha gente la conoce por lo mismo, ya que la interpretaba en el trayecto entre Peñablanca y Limache (…) Habla de la ciudad en sí, describiendo su diversidad. También habla de alguien que viene llegando a Limache después de haberlo extrañado”.
Lo anterior se debe a que, debido a motivos laborales, junto a su familia se trasladó al norte, por lo que cada verano se convertía en una “excusa” para volver al terruño. “Limache es un lugar de inspiración, con un clima privilegiado y con una historia popular muy rica, donde se han invisibilizado las historias de los trabajadores, profesores y agricultores. Se habla mucho de los grandes hacendados, pero no de las personas de a pie”, reconoció.
Voy llegando a Limache, a mi pueblo a mi hogar Avenida Urmeneta, voy pasando el hospital
Mi Limache mi Limache
Nos volvemos a encontrar
Quiero viajar por Lliu lliu
Quiero visitar Olmué
Santa Rosa San Alfonso
Quiero viajar en el tren
Mi Limache mi Limache
Nos volvemos a encontrar
Quiero playa voy a Viña, por las paltas a La Cruz Por carrete voy a Valpo y me voy por el troncal
Mi Limache mi Limache nos volvemos a encontrar
Voy tomando la rompehuesos
Voy camino a mi Hogar
Me haré unos tomates y me iré a caminar
A La Huinca a caminar
Mi Limache mi Limache
Nos volvemos a encontrar
No quisiera separarme de mi pueblo nunca más
“Nostalgia por aquella identidad”
Solo quienes conocen Limache están familiarizados con la expresión “al otro pueblo”. Si alguien está en San Francisco, pero quiere ir a Limache Viejo, se dirigirá “al otro pueblo”. Y si alguien está en Limache Viejo, pero quiere ir a San Francisco, también se dirigirá “al otro pueblo”. Pues bien, esta expresión local fue recogida por un grupo de músicos para dar vida a su proyecto artístico.
La banda Al Otro Pueblo nace hace unos 27 años atrás y ha desarrollado un interesante trabajo de rescate popular como también de reivindicación del arte, entendiéndolo como un vehículo para expresar aquellas luchas cotidianas. En este sentido, su último disco titulado “La ciudad imaginaria” precisamente hace alusión en su discurso a Limache, aunque podría aplicarse a cualquier lugar.
“Cuenta con nueve canciones que relatan la nostalgia de aquellos paisajes que son parte de la memoria de varias generaciones de limachinos y limachinas, cuando
Al Otro Pueblo
Limache Blues
ciudad a través de canciones
había una identidad más definida con nuestra historia y nuestro entorno natural. En los últimos 40 años hemos visto un cambio acelerado de la comuna”, reconoció Yoyo Arratia, saxofonista de la banda.
Y esto se debe, agregó, a “la falta de planificación urbana que ha ido alterando progresivamente la calidad de vida a la que por tanto tiempo nos acostumbramos. Este disco es también un llamado de atención ante la pérdida de identidad, el daño a nuestros ecosistemas y la falta de valoración respecto a nuestro patrimonio urbano”.
Esta calle no es Abbey Road
Esta calle no es Abbey Road y lo sabes muy bien
Aquí no encontrarás ocultos los zapatos de Paul Solo un par de sedientos perros rendidos al sol Y un auto viejo que alguna vez por el pueblo y sus calles rugió
Nuestra guitarra nunca fue la Rickenbacker de John Sí este país, la sombra de la mentira
Lentes oscuros solo para evitar ver la pobreza en mi pueblo Mientras creímos ser lo que no somos
Caminemos por esta ciudad desarrapada y seca Y no era la niebla de Londres ni de Liverpool
Eran gases disparados por guardianes del poder
La colonial herencia que nunca nos condecorará
Nuestra guitarra nunca fue la Rickenbacker de John Sí este país, la sombra de la mentira
Lentes oscuros solo para evitar ver la pobreza en mi pueblo Mientras creímos ser lo que no somos
Nuestra guitarra nunca fue la Rickenbacker de John Sí este país, la sombra de la mentira
Lentes oscuros solo para evitar ver la pobreza en mi pueblo
Mientras creímos ser lo que no somos
“Mi canto es Limache”
Daniel Contreras
Es un cantautor oriundo de la localidad rural de Lliu-Lliu, cuyos inicios en el mundo de la música fueron a la edad de nueve años, cuando recibió como regalo su primera guitarra. De hecho, una vez egresado de la enseñanza media, su pasión fue tal que ingresó al Conservatorio de Música de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso para estudiar guitarra clásica. En este sentido, su canción “Soy ancestral” refleja su conexión con Limache y sus alrededores.
“ Este tema nace por la necesidad de expresar la conexión y comunión que he mantenido con Lliu-Lliu. Es una especie de manifiesto, en el cual hago un llamado a conectarnos con la naturaleza y a volver a la simplicidad de la vida humana, reconociéndonos como hijos de la tierra. Cuando veamos el mundo desde la perspectiva ancestral, siento que nuestra vida adquirirá un sentido de futuro para los futuros hijos que habitarán este lugar”, manifestó.
“ Lliu-Lliu es el territorio que albergó la vida de mis ancestros desde tiempos inmemoriales -agregó-. Ser heredero de esta vida campesina se manifiesta en mí a través del canto, que de forma silenciosa se mezcla con el de las aves, la brisa y el sonido del agua que baja desde los cerros hacia el valle. La inspiración es el resultado de esta conexión ancestral con el entorno. Limache es la ciudad en la cual nací y me crie, por lo tanto, mi canto es Limache”.
Yo soy hijo de la tierra
Soy la lluvia, soy el viento
Soy el maqui, soy el peumo
Alegría y lamento
Soy la brisa, soy la nube
Tierra húmeda en mis manos
Soy el trigo, soy el grano
El futuro y el pasado
Soy ancestral, como el viento
Soy ancestral, como el fuego
Agua libre por la tierra
Como la sangre en mis venas
Cristalina recorriendo
Valles, montes y praderas
Agua dulce, agua bendita
Agua que limpia mi canto
Como un cántaro vertiente
Por el surco del arado
Soy ancestral, como el viento
Soy ancestral, soy eterno
Yo soy hijo de la tierra
Soy la lluvia, soy el viento
Cósmico recuerdo
De ancestros y pillanes
Soy la brisa soy el canto
Del zorzal en la mañana
Anunciando los colores
Con que el sol me abraza
Una lágrima en mis ojos
Canto a la verdad
Tu canto es mi canto
Soy la mano que siembra
El pehuén que alimenta
El copihue brotando
Soy el cóndor ancestral
La cordillera, el salar
La nieve en la montaña
El río que me baña
El paisaje fluvial
Soy la Antártica
El vuelo de águila
Especies acuáticas
En el fondo del mar
Soy el surco, el sembrado
El lucero, el arado
La mano que amasa
Soy el trigo y el pan
Yo soy hijo de la tierra
Soy el viento, soy el sol
Soy el pan que alimenta
El futuro y el clamor
Aguacero es mi canto
Pan de vida mi canción
Aguacero es mi canto
La tortura está en mi llanto Canto que se hizo rebelde
Soy Ancestral
Cuando Unión Católica de El Melón fue campeón
El equipo cruzado ha sido tres veces campeón regional de la Copa de Campeones y fue el primero de la región que se consagró como el mejor de Chile
Por Ricardo Maturana Otey
El distrito minero de El Melón es una cuna inagotable de grandes futbolistas. Muchos grandes exponentes del deporte rey han saltado desde las canchas meloninas al fútbol grande de nuestro país y han paseado su nombre por todo Chile.
La lista es larga y entre otros resaltan los de Héctor Díaz, el talentoso ex defensor central de Unión La Calera y Universidad de Chile; Pedro “Pedro” Arancibia, habilidoso puntero que brilló en Everton, Unión La Calera y Unión Española; Víctor Estay, un goleador de raza que se cansó de hacer goles en Unión Española y Deportes Concepción, subcampeón con la Selección Chilena de Copa América en 1979 y Antonio Vargas, el férreo defensor que desde El Melón llegó a defender a diver-
sos clubes como jugador y luego destacó como un gran entrenador.
L os hermanos Hidalgo, los Martínez, Rojas, Arancibia y Salazar; Manuel “Poroto” Núñez, Luis Hernán “Zorrito” Salinas, Gerson “Chon” Martínez y Rubén Farfán, entre tantos otros. Nombres que solo confirman que en El Melón los futbolistas de esa localidad, son buenos.
Por eso no es de extrañar que a nivel amateur, los equipos que representan a El Melón en las competencias locales y regionales, generalmente destaquen cuando deben medirse con rivales de otras ciudades. Buen fútbol, garra y sacrificio, son el condimento ideal para lograr grandes cosas.
A sí ha quedado demostrado en la Copa de Campeones, competencia de carácter regional, donde
se enfrentan año a año, los mejores clubes de toda la Región de Valparaíso, y donde los equipos de El Melón han conseguido más de una vez, alzarse como los mejores de la región.
La competencia, organizada por la Asociación Regional de Fútbol Amateur (ARFA) Quinta Región, y que se disputa oficialmente desde 1985, ha visto coronados como campeones regionales a Asentamiento El Melón en 1988, el emblemático Minas Melón en 1995 y el histórico Club Unión Católica de El Melón, que se ha consagrado tres veces como el mejor, en 1999, 2003 y 2006.
UNIÓN CATÓLICA, EL MEJOR DE CHILE
Pero de los tres clubes mencionados, sin duda el que ha logrado escribir las páginas más gloriosas para el fútbol amateur melonino es Unión Católica, que a los tres títulos regionales, suma el de campeón nacional ANFA, conseguido en 2000 en dos infartantes finales disputadas en el fin del mundo, en la austral Punta Arenas, siendo el
primer club de la región de Valparaíso en conseguir ese importante título.
Esa gesta deportiva para El Melón ocurrió un 3 de marzo de 2000 en el Estadio Fiscal “Antonio Rispoli” de la capital de la Región de Magallanes, pero para llegar a ese día, antes debió recorrerse un camino previo, también cargado de esfuerzo y victorias.
El año anterior, en 1999, con la dirección técnica de Mario Caneo,
el recordado defensa central calerano, nacido en la cantera de Unión La Calera y que llegó a ser gran figura en Palestino, Unión Católica de El Melón cumplió una gran campaña consagrándose campeón regional de la Copa de Campeones, derrotando a Estudiantes de Quilpué por 3 goles a 2 en el Estadio Municipal “Nicolás Chahuán Nazar” de La Calera, con dos anotaciones de Claudio Valz y otra de Olivares.
Saluda cordialmente a todo el equipo de la Empresa Periodística EL OBSERVADOR,con motivo de cumplir 54 años informando a la Provincia de Quillota
Luego, el equipo cruzado volvió a realizar un campañón en el Torneo Nacional Zona Norte, el que se jugó en El Melón. En casa, con el apoyo de todo el distrito minero, Unión Católica repitió el título, dejando claro que eran los mejores de esta parte del país. En el sur, también se jugó una competencia con los campeones de cada región de esa zona del país y el campeón fue el Club Deportivo Chile de Punta Arenas, un club con tradición en esa ciudad. El reglamento de ANFA estipulaba que se jugaran finales de ida y vuelta, pero los magallánicos, ofrecieron jugar los dos partidos finales en Punta Arenas, pagándole los pasajes aéreos al plantel de Unión Católica de El Melón. Los meloninos, cuyo presidente era Cristian Altamirano, aceptaron y emprendieron el vuelo de cerca de 4 horas a la Zona Austral de Chile.
Unión Católica tenía en sus filas a varios ex profesionales que venían recién retirándose de la actividad y que encontraron en los meloninos, la posibilidad de seguir haciendo lo que más
La histórica formación de Unión Católica de El Melón, que el 3 de marzo de 2000, en el Estadio Fiscal de Punta Arenas, le dio el título de campeón nacional de fútbol amateur.
nacional de fútbol amateur en Punta Arenas
les gustaba. Nibaldo “Topo” Hidalgo, Carlos “Lela” Ortega, el argentino Claudio Valz, José Urrutia, Alberto “Chino” Figueroa, Manuel “Torito” Miranda, Hernán Albornoz y quizás el más reconocido de todos, Alfredo “Torpedo” Núñez.
A ellos se sumaron otros destacados jugadores como el arque -
“Torpedo”
el recor-
ro Arnoldo “Nono” Hidalgo –que terminó siendo determinante-, Jaime Olivares, Aroldo Olivares, Mauricio Olivares, Hernán Fernández, Benjamín Torres, Andrés Saavedra, Marcos González y José Ramos. Además, Mario Caneo ya no era el entrenador, sino que ahora en la banca estaba el recordado Manuel Gaete.
FINAL DE INFARTO
En Punta Arenas todo fue alegría en esos fríos primeros días de marzo de 2000. En el primer partido, la primera final nacional, Unión Católica de El Melón confirmó su buen momento y se impuso por 2 goles a 1. Los dos tantos meloninos fueron del “Torpedo” Núñez.
E n la segunda final, la cosa cambió. El Chile de Punta Arenas, arengado por su público, salió con todo a buscar el triunfo y lo consiguió, obligando disputar un alargue no apto para enfermos del corazón y donde el mensaje era uno solo: hacer todo el tiempo posible para llegar a la definición a penales. Los meloninos sufrieron cuatro expulsiones, entre ellos
Alfredo Núñez, quien no quería salir de la cancha. A tanto llegó la negativa del ex delantero –fallecido en 2008-, que tuvieron que intervenir carabineros montados a caballo para sacarlo.
Todo estaba en contra. Los jugadores de Unión Católica hicieron tanto tiempo, que el árbi-
tro terminó otorgando cerca de 15 minutos de descuento. Al final el cuadro puntarenense no pudo anotar y todo debió resolverse desde los doce pasos.
E n las manos del “Nono” Hidalgo, sus compañeros en la cancha y los hinchas de Unión Católica desde El Melón, depo -
sitaban toda la fe del mundo, y él respondió. Hidalgo se vistió de héroe y contuvo tres penales, lo que permitió obtener el título nacional por primera vez para la Quinta Región y que todo El Melón gritara “Somos campeones de Chile”.
Los jugadores meloninos reci-
Así destacó “El Observador” el título obtenido por Unión Católica de El Melón hace más de dos décadas.
bieron en trofeo como los mejores del país y los abrazos y festejos se multiplicaron, más aún en las calles del distrito minero, a miles de kilómetros de distancia.
Las celebraciones no se apagaron porque los hinchas meloninos salieron a esperar a la carretera, la llegada de los jugadores al día siguiente. Desde el túnel La Calavera hasta El Melón, una caravana de vehículos particulares, acompañó la llegada del plantel de Unión Católica. Todos felices y orgullosos por el logro obtenido en Punta Arenas.
Han pasado 24 años de ese importante logro, algo que adquiere mayor realce con el paso de los años, ya que recién en 2014 otro club repitió el título nacional para la región (Atlético Balmaceda de San Antonio).
La dirigencia de Unión Católica de El Melón y las nuevas generaciones de dirigentes e hinchas sueñan con repetir algún día ese logro, y trabajan para ello, y para dejar en claro una vez a todo el país que El Melón es semillero de grandes futbolistas y de paso, sumar una nueva estrella en su ya exitosa historia deportiva.
Alfredo
Núñez,
dado delantero que una vez retirado del fútbol profesional, ayudó con sus goles al título de los meloninos.
Recuerdos sobre una arriesgada acrobacia
Víctor Cabrera llegó a un plantel de Colo-Colo plagado de figuras y de jugadores de la cantera que luego se convirtieron en estrellas.
A l terminar el torneo del fútbol chileno de 1984, la atracción en el mercado de pases fue Víctor “Pititore” Cabrera, quien tras su deslumbrante temporada como goleador del descendido Regional Atacama despertaba la atención de periodistas, hinchas y dirigentes. El “Piti” tenía muchas esperanzas, y también opciones, de llegar a un club grande.
L os dirigentes de Copiapó se frotaban las manos con poder hacer un buen negocio con su hábil delantero y así generar recursos frescos para la institución. Finalmente, se concretan las conversaciones que se venían sosteniendo con Colo-Colo. El DT albo Pedro García da la venia a la llegada de “Pititore” Cabrera, quien se transforma en la contratación más comentada de esa temporada.
Su llegada a Colo-Colo causó gran expectación en hinchas y periodistas. Carlos Pinto, entonces
Por Gonzalo Valero Acevedo
periodista del Programa Zoom Deportivo de TVN, llegó hasta las canchas de entrenamiento del cacique para realizar un completo reportaje del hábil delantero. “Pititore Cabrera expresa raramente una mezcla de ingenuidad y rebeldía. Si bien tiene 25 años, ha conquistado la simpatía de sus compañeros con su comportamiento de niño-hombre”, expresa de entrada el profesional en su nota periodística. E n la ocasión, al jugador le consultan por el origen de su apodo “Pititore” y por la relación del sobrenombre con el consumo de “pitos” de marihuana. Cabrera lo niega, relata la historia de cuando él era niño y limpiaba casas en La Calera mientras cantaba, y de ahí comenzaron a llamarlo “Pititore Cantatore”. No obstante, reconoce que sí consumió cuando más joven, pero asevera que fue una etapa breve en su vida.
Pero una de las cosas más llamativas del reportaje sucede cuando el jugador le insiste a Carlos Pinto en mostrarle que él puede saltar en forma acrobática desde un caballo en movimiento. Tras convencerlo, acuden hasta el recinto donde entrena el Cuadro Verde de Carabineros. Víctor Cabrera se sube en la grupa de un equino, mientras con sus manos se afirma de los hombros del jinete. Tras varios intentos fallidos y cambios de animal, “Pititore” logra saltar hacia atrás, da un giro en el aire y termina cayendo de pie sobre el césped.
L os asistentes desconocían que mientras hizo el servicio militar en la Escuela de Caballería Blindada de Quillota, Víctor Cabrera había realizado esta y otras pruebas más complejas sobre caballos en movimientos. Aún así, igual llama la atención la necesidad del jugador, recientemente contratado por el equipo más popular de Chile, de exponerse al riesgo y al peligro de una lesión, producto de una mala caída. “Lo cierto es que la prueba es arriesgada y sobre todo tratándose de un futbolista que tiene, ante cual-
quier accidente, más que perder que ganar”, afirma Carlos Pinto. Pero afortunadamente no hubo nada que lamentar con esas locas acrobacias de “Pititore” arriba de un caballo, por el contrario, su paso por Colo Colo fue bastante positivo para el joven goleador.
PLANTEL DE ESTRELLAS
Víctor Cabrera llegó a un plantel de Colo-Colo plagado de figuras y de jugadores de la cantera que luego se convirtieron en estrellas. Al arco estaban Roberto Rojas y Marcelo Ramírez; en defensa Hugo González, Lizardo Garrido y Luis Hormazábal; en el mediocampo Jaime Vera, Jaime Pizarro, Severino Vasconcelos, Alejandro Hisis y Raúl Ormeño, por nombrar algunos.
E n ataque estaba la mayor competencia para “Pititore”, porque el Colo-Colo de 1985 contaba con los experimentados Carlos Caszcely y Horacio Simaldone, y también con Juan Gutiérrez y Cristian Saavedra, dos jóvenes nacidos en las inferiores que la dirigencia
alba quería proyectar.
El ex San Luis y Regional Atacama nunca tendría las cosas fáciles en el equipo de García, porque siempre debió cargar sobre sus hombros con la exigencia de quitarle el puesto a un jugador experimentado y querido por la hinchada como Caszely o bien a uno de los canteranos que el cacique buscaba transformar en figura.
El primer partido oficial de Cabrera con Colo-Colo fue en la
tercera fecha de la Copa “Polla Gol” de Primera División, el 09 de febrero de 1985, y fue nada menos que ante Universidad Católica, en el Estadio Nacional. Fue un triunfo de 1 a 0 del cuadro albo. “Pititore” entró a los 65 minutos del complemento, mostrando de inmediato las razones que lo habían llevado al siempre exigente elenco de Macul.
E n esta versión quinceava de la “Polla Gol” (hoy Copa Chile”),
Víctor Cabrera llegó a un plantel de Colo-Colo plagado de figuras y de jugadores de la cantera que luego se convirtieron en estrellas. Al arco estaban Roberto Rojas y Marcelo Ramírez; en defensa Hugo González, Lizardo Garrido y Luis Hormazábal; en el mediocampo Jaime Vera, Jaime Pizarro, Severino Vasconcelos, Alejandro Hisis y Raúl Ormeño, por nombrar algunos.
del “Pititore” Cabrera al llegar a Colo Colo
participaron en total 40 equipos, que estuvieron divididos en forma geográfica por cinco grupos de ocho participantes cada uno. Colo-Colo quedó en el grupo 3, con los equipos de la zona centro. Uno de los partidos más importantes de Cabrera fue en la quinta fecha de la segunda rueda del campeonato, en el clásico con Universidad de Chile. El encuentro se jugó el 06 de abril de 1985, ante 22 mil hinchas en el Estadio Nacional. Fue un empate a 2 goles, ambos tantos del cacique fueron convertidos por “Pititore” a los 41´y 43´minutos del primer tiempo. Fue la figura del match, junto a Mariano Puyol, quien también hizo los dos tantos en el rival.
Tras terminar primeros en su grupo, luego superaron en cuartos de final a Cobresal, en semifinal a un sorpresivo Ovalle y la final la disputaron con Palestino, ganándole 1 a 0. Colo-Colo se tituló campeón, con gran actuación de Víctor Cabrera en varios de los cotejos que pudo disputar. El ex delantero de San Luis jugó 14 partidos (888 minutos) de un total de 17 encuentros, de los cuales sólo en nueve ingresó como titular. Marcó nueve goles, siendo el máximo goleador del equipo en el campeona to. Todo un logro para un debutante en el siem pre exigente club albo, doble mérito para un jugador de provincia que no conoció de divisiones inferiores y que saltó del fútbol
amateur al profesionalismo en solo pocos días.
SU RELACIÓN CON CASZELY
R aúl Ormeño recuerda que “Pititore” molestaba mucho al máximo ídolo colocolino, porque el “Chino” tuvo algunos permisos para no ir a entrenar los últimos días del campeonato. “Carlos, durante ese último año estaba viendo los temas de su retiro. Entonces a veces los días lunes y martes se daba licencias, porque andaba haciendo trámites y no iba a entrenar. Y llegaba los miércoles con un maletín, y el “Piti” le decía que se parecía a James Bond, y le decía: ´mucho maletín poca “entrenación” y el domingo igual juega´”. Cabrera no tenía problemas para molestar a las grandes figuras del plantel de Colo-Colo de ese año, tal como lo hacía antes con sus amigos en el fútbol amateur o en el equipo sanluisino. Pero siempre lo hacía sin causar daño ni faltando el respeto, con esa
inocencia y actitud de niño que tanto lo caracterizaba. No tuvo diferencias ni rivalidades con nadie en el plantel colocolino, ni menos con Carlos Caszely. Incluso, en el último partido oficial de Caszely por Colo-Colo, “Pititore” ayudó para que el “Chino” marcara su último gol por el elenco albo. Fue el 01 de septiembre de 1985 ante Universidad de Chile, en el Estadio Nacional. El cacique ganaba con solvencia 2 a 0 a su clásico rival. A los 80 minutos del partido, Cabrera recibió por derecha, hizo una gran jugada individual que lo llevó hasta el área rival y cuando estaba en posición para marcar optó por dar el pase a Caszely, para que él convirtiera. Fue el definitivo 3 a 0, que quedó en la historia del club por ser el gol número 208 del “Chino” con la camiseta alba. Una vez más, “Pititore” mostraba toda su calidad y también su generosidad con sus compañeros.
A l día siguiente, las portadas de los medios de comunicación fueron para Caszely y no para Víctor Cabrera, que había jugado un gran partido siendo clave en el categórico triunfo de 3 a 0 sobre Universidad de Chile.
E n Colo-Colo, “Pititore” Cabrera no solo deslumbró por sus goles y su calidad como persona, sino también por la devoción que generaba en hinchas y en el plantel su espectacular voltereta. A mitad de temporada, su entrenador Pedro García destacó lo siguiente: “se pasó el “Piti”. Fecha tras fecha estamos siendo testigos de la más única de las maneras de celebrar que le he visto a un jugador de fútbol, ya sea en Chile o en el extranjero; sin duda ello constituye un acicate para el espectáculo”.
Para Raúl Ormeño “Pititore era simpático y se portó siempre muy bien con nosotros. Nunca lo ví llegar mal a un entrenamien-
to. Quizás él se dio de inmediato cuenta que si quería jugar en Colo-Colo se tenía que portar bien. Como compañero era muy entretenido, siempre tiraba buenas tallas, tenía un humor constante. Como jugador lo admirábamos, porque era un delantero interesante. Era oportunista y no era egoísta, si podía dar el pase para que otro compañero pudiera hacer el gol, lo hacía sin problemas. Tenía muy
buena técnica y en el área era letal. Yo creo que pudo haber llegado más alto e incluso haber seguido -al menos- una temporada más en Colo-Colo” . A pesar de los 19 goles oficiales en su primera temporada en Colo-Colo, no hubo acuerdo entre los dirigentes albos para comprar el pase de Víctor “Pititore” Cabrera, quien debió buscar nuevos rumbos en el fútbol profesional. Fue un paso
fugaz, pero goleador por uno de los equipos más grandes y populares del balompié nacional. A l recordar su paso por el cacique, el goleador recalca “yo tuve la posibilidad y el honor de dejar a Carlos Caszely en la banca y también de darle el pase de su último gol por Colo-Colo”.
* Historias que aparecen en el libro “El acróbata del gol”
PSICÓLOGA NICOLE FERNÁNDEZ, CANDIDATA A CONSEJERA REGIONAL POR LA PROVINCIA DE QUILLOTA
Estudió en el Colegio Nuestra Señora del Huerto, para luego estudiar Psicología en Viña del Mar. Vivió en la Palma junto a su familia materna. Hija de María Bernardita Pereira y Nicolas Fernández. Nieta de Eduardo Pereira y Bernarda Carreño, Ismael Fernández y Delia Rodríguez. Madre de Dominga Lizana Fernández, compañera de vida de Miguel Ángel Fredes. Mi primer trabajo lo realicé en un centro de niños autistas y en la Gobernación de Quillota en un proyecto llamado Escuelas sin Violencia, para luego partir a trabajar a la Escuela Palestina a cargo de la Municipalidad de La Calera, desempeñándome como Dupla psicosocial y encargada de Convivencia Escolar. En el año 2015 creo el Centro de Terapias de la Salud CENTIS ubicado en Quillota, realizando convenios con diversas instituciones, como la corporación TEA Quillota. Me capacité en estudios de psicología Forense e infancia, siendo perito de la Corte de Apelaciones en el bienio 20222023. Soy partícipe del programa Preparando la mañana en el espacio de Salud mental con Polo Márquez, lo martes a las 11:30 en radio nexo y los miércoles en la mañana en radio Somos con Paulina Arbutti. En Agosto de este año recibo la invitación de don Manuel Millones, actualmente CORE y candidato a gobernador por la región de Valparaíso a ser parte del consejo regional por la salud mental. Aceptando este gran desafió como una oportunidad de visibilizar la salud mental y mostrar que nadie esta ajeno a atravesar un problema psicológico, donde en la consulta no hay colores políticos, ni religión, ni clase social, es una problemática que nos afecta a todos y todas. La salud mental es un tema transversal relacionado con muchas áreas, deporte, seguridad, cultura, educación, prevención, relacionado directamente con mejorar la calidad de vida las personas. Mi compromiso es seguir estudiando para trabajar en una buena distribución de recursos para el mejoramiento del desarrollo regional, motivando y asegurando la participación ciudadana.
Actualmente como candidata he visitado distintos lugares de la Provincia, ferias, emprendedores, villas, poblaciones, clubes deportivos, club de tejido, centro de madres, adultos mayores, campeonatos y actividades escolares, rotondas, calles, rio Aconcagua, cerros, programas virtuales, visitas diurnas y nocturnas en sectores que han sido estigmatizados, muchas veces por la gran Minoría y que solo quieren ser tomados en cuenta, es por eso que Juntos, llegamos más lejos. Hoy quiero aportar mi experiencia en el trabajo con las personas y poder conmover al consejo en cuanto a las necesidades a la hora de votar por proyectos y destinar fondos para el mejoramiento del desarrollo social. Vota F-106.
El primer partido oficial de Cabrera con Colo-Colo fue en la tercera fecha de la Copa “Polla Gol” de Primera División, el 09 de febrero de 1985.
Los años felices del “Niño Lobo” Vicente
En la ciudad de los molinos una profesora normalista fue su madre adoptiva y sus últimos años los vivió en la mística localidad de Puchuncaví
El 10 de agosto de 1948 hubo un impresionante hallazgo en el sur de Chile tuvo repercusión mundial. Carabineros del retén Río Pescado de Puerto Varas investigaba las denuncias de inusuales robos en gallineros y despensas de campesinos que habitaban al pie del Volcán Osorno y mientras se adentraban en bosques cercanos al Lago Llanquihue encontraron lo impensado: un niño desnudo, de unos 10 años y en estado completamente salvaje era quien robaba los alimentos.
El pequeño, que se desplazaba en cuatro patas, con mordidas, aullidos y gruñidos de gato se resistía a ser retenido, pero finalmente fue llevado al retén y conducido dos días después a la cárcel de Puerto Varas. Los primeros días de “civilidad” fueron desconcertantes para el
pequeño, que escapó hacia la selva y logró nuevamente ser capturado. Tras ello, por orden del gobernador de la época, fue llevado a habitar en un hospicio de monjas, en la comuna de
Recoleta, donde los bautizaron como “Vicente Enrique de los Remedios Cau Cau”.
C hile entero se conmocionó con la noticia del hallazgo del “Niño Lobo”. La prensa nacional e internacional contó la historia de cómo sobrevivió por cuatro años alimentándose de leche de una puma que lo acogió como su cría y subsistiendo después a base de carne cruda y de lo que robaba de noche las casas cercanas, cuando se atrevía a salir del
bosque. También contó que solo podía balbucear las sílabas “Cau Cau”, que más tarde se convirtieron en su apodo. Pasarían cinco años para que el país supiera el origen de Vicente “Cau Cau” en la profunda pobreza de una familia huilliche. Su madre alcohólica, había dejado a su familia y su padre, se desprendió del pequeño Vicente, que salía a recorrer los campos y a veces no volvía en días. Tal fue el desapego que cuando no volvió más, su padre no lo buscó y pensó que había muerto.
Las monjas consiguieron algunos avances. Vicente ya no se trasladaba en cuatro patas, sino encorvado, comía con cuchara, reconocía algunos colores y balbuceaba unas pocas palabras. Sobrepasadas por el salvajismo del niño, que seguía aullando en las noches, pidieron ayuda profesional. Fue ahí donde quedó en manos de los psiquiatras Armando Roa y Gustavo Vila, quienes determinaron que físicamente no padecía trastorno alguno, pero que su edad mental no superaba los ocho años.
LA MADRE Y FORMADORA QUE TUVO EN VILLA ALEMANA
El psiquiatra Gustavo Vila fue el nexo para que Vicente “Cau Cau” tuviera felices años en Villa Alemana, motivado por la necesidad de ver avances en el lenguaje del pequeño y porque su cuñada, Berta Riquelme, aceptó formar al menor en su rol de educadora. El escritor villalemanino
Cristian Vila Riquelme, hijo del doctor Vila, rescató la historia de Vicente en la novela “Crónicas del Niño Lobo” (1999), donde habla del fuerte vínculo entre el pequeño salvaje y su tía, quien a fines de 1950 se convirtió en su madre adoptiva y la persona que lo llevó hacia la reintegración con la familia humana.
“Mi tía era profesora normalista y además era lingüista. Ella le enseñó a hablar, a leer y a escribir. Ella no tenía hijos y
Por Eva Márquez Estay
La Prensa de la época explotó con la historia del “niño lobo” encontrado en medio de los bosques del sur.
“Cau Cau” tuvo el amor de su “Mamá Berta” en Villa Alemana, la profesora que le brindó su primer hogar.
“Cau-Cau” en Villa Alemana y Horcón
vivía en una casa quinta en calle Almirante Neef plagada de árboles frutales y cerca del internado Alemán. Desde que tengo uso de razón Vicente estaba en mi memoria. Cuando fui bebé me paseaba en brazos y con los años jugaba a asustarnos a mí, y a mis primos y muchas veces lo vimos aullando de noche y provocando un concierto con los perros del vecindario”, relata Vila en conversación con “El Observador”.
Comenta que su tía Berta
Sus últimos años los vivió en paz en Horcón, gracias a una familia horconina y una comunidad que lo rodeó de afecto (Foto captura de video, programa Contacto).
supo combinar el afecto maternal con una estricta disciplina pedagógica y que mantenía una bitácora donde anotaba todos los progresos del niño, pero también sus increíbles capacidades, como la aguda visión nocturna, su descomunal fuerza y su increíble sentido del olfato. “Entre sus apuntes hay uno que dice que cuando viajaban en tren, podía percibir a varios kilómetros de distancia la cercanía de un matadero”, relata Vila. Pero esta historia quedó truncada cuando Vicente tenía 26 años. Berta, que padecía asma, falleció a causa de una insuficiencia respiratoria y el ahora joven “Tarzán” fue llevado a la casa de la familia Vila en Ñuñoa. Allí se dedicó a tareas menores como comprar el pan, ir a la feria, cuidar el jardín y de vez en cuando iba al Zoológico Metropolitano, donde disfrutaba ver y escuchar a los animales.
SU SEGUNDA FAMILIA EN HORCÓN
Con los Vila, cada año solía veranear en la caleta Horcón, en
Puchuncaví, donde el misticismo propio del lugar rápidamente rodeó al joven. No pocos fueron quienes escucharon sus aullidos nocturnos, sus “arranques” y varios niños del lugar creían que era un hombre lobo de verdad. Pese al temor de algunos, la gente se acostumbró a verlo deambular y nadando en el mar, con su particular estilo y supieron apreciar en “Cau Cau” su simpleza y vocación de servicio. El joven
también percibió la aceptación de los lugareños, tanto así, que con los años, cuando el doctor Vila falleció, agarró sus maletas y se fue a radicar al mágico Horcón.
A llá vivió con la familia Caballería, donde Marco e Irma tenían un negocio y dormía en una casa de la familia en Campiche. Vicente ayudaba en varias tareas, como limpiar, hacer mandados y hacer pan, que era lo que
BERTA RIQUELME Y EL SILABARIO LEA
La profesora normalista Berta Riquelme no sólo acogió al pequeño Cau Cau y le dio el primer hogar que el niño lobo conoció en su vida. También realizó un importante aporte a la educación chilena del siglo pasado, utilizando su método con Vicente. La maestra fue autora del recordado “Silabario Lea” en el año 1953, un librito de 112 páginas, con ilustraciones a color, que fue un recurso educativo crucial para enseñar a leer y a escribir a generaciones chilenos.
le encantaba. Fue uno más de la familia y vivió años felices, hasta que apareció nuevamente en televisión en el año 2000 y su hermano biológico Alfonso, llegó a reclamarlo sacándolo de Horcón.
EL OCASO DE “CAU CAU”
Pasaron cuatro años para que supieran noticias de “Cau Cau”. Una media hermana se comunicó con Cristian Vila, informando que su hermano Alfonso había muerto y no podía hacerse cargo de Vicente. “Lo primero que dijo cuando me comuniqué con él fue ‘ven a buscarme’. Lo subieron a un bus y llegó dos días más tarde a Campiche, con Irma y Marco. Le organizamos un asado y paso sus últimos años rodeado de afecto”, señala Vila, quien reside en Horcón.
Tenía 74 cuando falleció. Alcanzó a celebrar un último cumpleaños junto a su familia horconina y los niños del barrio, como un niño de ocho años en un cuerpo viejo y cansado, en el año 2010. Hace rato venía arrastrando problemas de presión, dolores de estómago y pecho y parece que lo intuía, pues semanas antes de morir, fue al cementerio de Puchuncaví y se midió en una tumba, asombrando a su última familia. La tarde del 30 de octubre, “Cau Cau”, el “Niño lobo” trascendió y pese a que en vida manifestó que quería estar en la tumba junto a su “mamá Berta”, una placa con su foto, rodeada de flores y remolinos engalana su nicho en el cementerio de Puchuncaví.
Wilson Castillo y Daniel Alarcón (hijo de Gastón Alarcón) recordaron las virtudes de un equipo que supo vencer a la adversidad y coronarse como el mejor
Por Gabriel Abarca Armijo
Las claves que dieron vida a la gesta
al interior del camarín.
Lo que logró Unión San Felipe en 1971 es historia pura. No hay registros de un club de provincia que haya ascendido a Primera División para luego ponerse la corona de campeón durante ese mismo torneo. Así de rápido.
¿Qué tenía ese grupo de hombres que logró consolidarse y sobreponerse a las potencias de aquel entonces, es decir, Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica?
Uno de los protagonistas, el defensa central Wilson Castillo, asegura que “lo primero tuvo relación con la conformación del plantel. Luis Santibáñez era un técnico que venía abriéndose camino y eso era relevante”.
Y es que “armó un equipo con prácticamente ilustres desconocidos para el ámbito del
fútbol, pero todos con hambre y ambición. Eso era lo que él buscaba, jugadores que quisieran hacerse un nombre en el futbol chileno”.
E n este contexto, Castillo reconoce que la figura del entrenador fue fundamental al momento de analizar las claves del éxito que consiguió aquel novel elenco sanfelipeño.
“Nos convenció a todos con su idea de juego y con que debíamos aspirar a lo más alto. Esto mismo nos convirtió en un cuadro muy unido, lo que nos motivaba a entregarnos por completo en cada partido”, recuerda el defensor.
Una opinión similar tenía otra gloria del “Uní Uní”. Gastón “Gato” Alarcón, quien falleció en agosto del presente año, también valoraba ese espíritu que reinaba
E n palabras de su hijo, el periodista Daniel Alarcón, “el equipo era un muy buen grupo, esa fue una de las clave del éxito que tuvo el plantel. Mi padre siempre me decía que los jugadores mantenían la amistad a pesar de los años”.
“Otro factor era el profundo respeto hacia el entrenador: los jugadores creían mucho en los conceptos que él les entregaba”, afirma el hijo del otrora lateral derecho.
De esta forma, podemos identificar dos claves que explican el éxito de aquel cuadro: respetar al técnico y trabajar unidos, elementos que pueden parecer básicos, pero no siempre se repiten.
Y es que, efectivamente, al ser un elenco con nombres poco conocidos para el ruedo nacional, los egos también eran más fáciles de llevar. Cuando en el camarín hay jugadores de peso, eso se nota. Y a veces no para bien.
“Entre las razones del triunfo de aquella generación destaca-
ban la buena preparación física y la cultura táctica. Era un plantel que se entregaba hasta el final del partido, siendo muy intenso”, asevera Alarcón.
“La gracia que tuvo el equipo -añade- es que no fue muy modificado de un torneo a otro, algo que realza aún más la hazaña. Con ello, se dio continuidad al trabajo. En 1971 se sumaron jugadores, en su mayoría del ascenso”.
EL SURGIMIENTO DE “LOS HUMILDES”
La Real Academia de la Lengua Española (RAE) defina la humildad como una “virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y de-
bilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento”.
Pues bien, entendiendo esta definición teórica, es fácil entender por qué al club aconcagüino se les llamaba justamente “Los Humildes”. Aprovecharon al máximo sus virtudes y trabajaron sus limitantes en pro de la victoria.
“El nombre del equipo ‘Los Humildes’ está bien puesto. Según mi padre, la mayoría de los integrantes del plantel eran muy esforzados”, relata el periodista Daniel Alarcón.
“Ese apelativo -añade el hijo del reconocido lateral derechoobedece también a que sus protagonistas, hasta antes de alcanzar ese logro, no habían obtenido muchos éxitos deportivos”.
E ntonces, “fue una sorpresa para el medio que un equipo
de una ciudad pequeña lograra tamaña gesta. Mi padre siempre decía que Santibáñez era exigente con los jugadores y los motivaba para ser mejores”, describe. Esa humildad también se reflejaba en los objetivos iniciales, tal como confirma Wilson Castillo: “La primera meta era no descender. Y lo segundo, tratar de ir cada semana avanzando. Y eso creo que se logró”.
“Durante la primera rueda -recuerda el central- hicimos una buena campaña, lo que generó en la gente una alta expectativa para la segunda etapa del campeonato. Eso se notó en el estadio”.
Es más, según Castillo, “cuando jugábamos en provincia mucha gente nos seguía, y qué decir cuando éramos locales. Teníamos muy buena asistencia. El público de San Felipe creyó en nosotros desde un comienzo”.
A hora, un punto de vital importancia, que también puede considerarse como una clave para el éxito, fue el vínculo que el equipo estableció con la ciudad que representaba.
“Luis Santibáñez impuso que todos teníamos que vivir en el Valle de Aconcagua. Por ejemplo, yo vivía con Boris Canales y con el gran Manuel ‘Poroto’ Núñez en una casa de familia de San Felipe”, dice Castillo.
“Entonces -acota-, nos veíamos en los entrenamientos, en la calle y compartíamos con los hinchas. Nuestros seguidores eran incondicionales y se dieron cuenta que nosotros dejábamos todo en la cancha”.
De hecho, de acuerdo al recio
Wilson Castillo recuerda con especial cariño el triunfo de Unión San Felipe ante Magallanes, por 2 a 1, en el Estadio Santa Laura.
El cariño por el “Uní Uní” se mantiene intacto en el corazón del defensor central.
histórica de Unión San Felipe
defensa central, “era un plantel muy completo, donde todos nos apoyábamos. Era también un elenco muy rico en valores y especialmente en ser muy amigos”.
RECUERDOS DEL CAMPEÓN
Finalmente, el hijo del
“Gato” Alarcón expresó que “para mí siempre fue motivo de orgullo que mi padre fuera futbolista. Aunque no lo vi jugar en esa época, todos hablaban muy bien de su juego, que era de mucha entrega”.
“ Y que él hubiera sido protagonista de ese mítico equipo también me genera mucho orgu-
llo -menciona-, pues es un hito del deporte sanfelipeño e incluso es un hecho inigualado”.
Por ende, “me hubiese encantado haber visto esos partidos, verlo jugar. Cada vez que un hincha antiguo me habla de esa época se me erizan los pelos y me genera profunda admiración”.
A su vez, Wilson Castillo
sostiene que “llegar a reforzar un elenco que ascendía a Primera División era un desafío bastante bonito (él jugaba en San Luis).
Fue una gran experiencia”. “Disputar el campeonato con equipos grandes como Colo Colo, Universidad de Chile, Universidad Católica o Unión Española fue una gran experiencia
-dice-. Sobre todo, porque nos permitió jugar Copa Libertadores al otro año”.
“Haberle ganado a Colo Colo de visita, en el Estadio Nacional ante 60.000 personas, fue el momento que nos ayudó a darnos cuenta de que estábamos para ser campeones”, rememora.
Plantel Unión San Felipe 1971
Gastón Alarcón
Rene Álvarez
Marcelo Bellavigna
Heriberto Briones
Boris Canales
Wilson Castillo
Víctor Díaz
Manuel Gaete
Salvador Gálvez
Uruguay Graffigna
Rafael Henríquez
Guillermo Miranda
Manuel Núñez
Hernán Olmos
Jaime Ramírez
Ricardo Rojas
Humberto Tapia
Manuel Torres
Antonio Villarroel
DT: Luis Santibáñez
Gastón Alarcón fue un destacado futbolista que formó parte de aquel plantel histórico que en 1971 le entregó una estrella a Unión San Felipe.
El recordado “Gato” junto a su hijo, el periodista Daniel Alarcón.
Plantel campeón en 1971. Arriba, de izquierda a derecha: Humberto Tapia, Gastón Alarcón, Manuel Gaete, Wilson Castillo, Marcelo Bellavigna y Boris Canales. Abajo, de izquierda a derecha: Manuel Muñoz, Antonio Villarroel, Uruguay Graffigna, Víctor Díaz y Rafael Henríquez. Todos ellos, comandados por Luis Santibáñez.
Escuela ATA BEKHO destacó en el panamericano de Santiago y sus alumnos buscarán mejorar sus logros en Brasil 2025
Hace un mes se reunieron en Espacio Riesco más de 3000 taekwondistas y 500 instructores de todo el continente en el Campeonato Panamericano de Taekwondo 2024 de la Asociación Americana de Taekwondo (ATA), considerado el mayor evento de artes marciales de Sudamérica y entre los deportistas se encontraba una joven delegación de crucinas y crucinos que dejó en todo lo alto el nombre de la comuna.
Est e equipo estaba encabezado por el instructor Alberto Pérez de la Escuela ATA BEKHO La Cruz, en la que desde hace casi dos años entrena a jóvenes pro -
Por Juan Pablo Rojas Ahumada
mesas del deporte que ya están demostrando su valía en competencias nacionales e internacionales. Alberto vive desde hace más de veinte años en La Cruz y lleva más de 15 practicando Taekwondo, ganando incluso un campeonato mundial que se desarrolló en EE. UU. el 2015.
“El Observador” visitó la academia ubicada en el strip center del paradero 16 para conversar con niños y jóvenes que participaron en el Panamericano de Santiago y que buscarán llegar a Brasil 2025, conocer sus motivaciones y aspiraciones con este deporte en el que buscan llegar a lo más alto.
Jóvenes taekwondistas buscarán
“El taekwondo te enseña valores que te ayudan como persona”
Josefa Rodríguez Contreras, 17 años
“Nací en Providencia, pero resido en La Cruz desde hace como tres años, voy al colegio al san Ignacio de La Salle y en mi tiempo libre estudio en la academia, llevo como un año y tres meses. Descubrí el taekwondo gracias a esta academia. Antes practicaba patinaje, pero en la pandemia me dieron ganas de practicar algún tipo de deporte de contacto y justamente mis papás encontraron la academia en sus inicios casi y ahora practica acá. Es muy interesante y lo que tiene el taekwondo es que es distinto a otras artes marciales, por ejemplo, karate te enseña pura técnica en el tema de disciplina, pero el taekwondo te enseña otros valores, el autocontrol, la disciplina, no es solo practicar un arte marcial, también te ayuda como persona. Antes había participado en torneos nacionales y el panamericano fue un momento super tenso, porque había gente de todos los países, con jueces que no hablan tu idioma. Pero fue una gran experiencia, competí en tres categorías y gané dos. En noviembre tengo un torneo nacional y la próxima meta es ir al Panamericano de Brasil en 2025. Y quiero ir, no con la finalidad de tener un lugar, sino para aprender de los demás participantes. Me gustaría llegar a ser cinturón negro y seguir avanzando y teniendo más reconocimiento. Los niños pequeños te toman como ejemplo, yo pertenezco al programa de líderes y tengo que enseñarle al grupo, enseñarle de disciplina a los más pequeños”.
“Una meta muy personal es llegar a cinturón negro”
Matías Riveros, 16 años
Vivo en el sector del paradero 18 y estudio en el Liceo Oscar Corona Barahona. Empecé hace un año y siete meses, llegué con un amigo que un día me habló, porque vio gente entrenando y nos interesó, porque desde hacía tiempo queríamos practicar un arte marcial. Me gustaba la disciplina, yo tenía una noción de que tenía que sacrificar cosas para destacar y no ha sido fácil porque para llegar a donde estoy, participar en campeonatos, por ejemplo, entrenaba toda la semana, de lunes a lunes dos o tres horas por día. El primer torneo nacional al que fui fue extraordinario, era como un mundo nuevo, nunca fui a un campeonato local, me lancé altiro al nacional y me fue bien, saqué dos primeros lugares. Tengo cinturón café, no tengo muy claro hasta donde me gustaría llegar, pero ahora mismo me estoy formando para pre-instructor. Para mí esto es algo más que un hobby, como puede ser cualquier otro deporte, es como un modo de vivir esto del taekwondo. Tengo una meta muy personal que es llegar a cinturón negro y siento que cuando lo logre, más que haber alcanzado un logro, me voy a ganar algo distinto como persona, ya que gracias a este deporte he obtenido muchas cosas, he cambiado mi mentalidad. Antes estuve en basquetbol, fútbol, tenis, atletismo, pero nada es como esto. Mi familia también me ha apoyado mucho y está feliz de que hago lo que me gusta.
“Me gustaban desde antes las artes marciales, las había visto en Cobra Kai”
Azier Molina, 9 años
“ Vivo en Chorrillos y voy al Colegio María Alonso Chacón, empecé igual que algunos de mis compañeros, porque en mi colegio estaban haciendo un taller de taekwondo, me gustó mucho y entré a esta academia, lo paso muy bien. Tengo el cinturón amarillo, pero me gustaría llegar hasta el cinturón negro. Antes de entrar al taller me gustaban las artes marciales, las conocía porque las había visto en películas y series como Cobra Kai. He ido a dos campeonatos, un torneo normal y también al Panamericano y en los dos saqué segundo lugar”.
Parte de los 70 alumnos de entre 3 y 60 años de la Escuela ATA BEKHO La Cruz.
elevar el nombre de La Cruz a nivel continental
“Me gustaría llegar a ser campeón mundial”
Santiago Rojas Méndez, 12 años
Soy de Colombia, llegué a Chile hace como tres años y hace casi un año estoy en la academia. Nunca había hecho artes marciales, antes me llamaban un poco la atención, pero solo sabía de ellas por videos. Llegué la academia por los profes, que me hicieron una prueba para un taller que hay en mi colegio, el María Alonso Chacón de La Cruz. Me gustó, me llamó mucho la atención, ya tengo el cinturón camuflado, después viene el camuflado-decidido y el verde. Me gustaría llegara cinturón negro, ir a varios torneos y llegar a ser campeón mundial. Mis compañeros se esfuerzan harto y son muy buenos en lo que hacen, yo tengo el collar leadership, que es una responsabilidad. Tengo que apoyar a mis compañeros y ser un líder, ayudándolos en lo que necesiten”.
Los crucinos destacaron en el Panamericano que se desarrolló en septiembre en Santiago.
“Por la ventana veía cómo practicaban”
Soy de La Cruz, voy al Colegio Bolonia y llegué a practicar artes marciales porque lo veía mucho por la televisión y lo veía por las ventanas de la academia, hasta que empecé a venir a clases cuando tenía como seis años. Ahora tengo ocho y en este tiempo he ido a dos torneos, uno normal y un Panamericano, me gustó mucho porque había muchos competidores y yo saqué el segundo lugar. Me gustaría llegar a tener el cinturón negro y mis papás me dicen que lo hacen muy bien, mis compañeros también son muy buenos porque me ayudan”.
“Quería entrar porque en el colegio me molestaban”
Bastián Barraza, 12 años
“ Vivo en La Cruz, en el pasaje Francisco de Villagra y practico taekwondo desde hace como 10 meses, hace poco empecé a entrenar. Había escuchado bastante de artes marciales y mi mamá vio que acá había una academia, así que me preguntó si me gustaría venir y le dije que sí, También para defenderme porque me han molestado en mi colegio. Me ha encantado practicar, hacer sparring con armas. Hasta ahora he ido solo a un torneo y se puede decir que me fue bien, saqué una medalla de plata, aunque para mi es dudosa, porque los otros competidores no hacían tan bien la fórmula, los movimientos, lo hacían muy rápido. Mi mamá me dice que he mejorado bastante”.
“Desde
chico sentí una atracción por las patadas”
Vicente Rodríguez Contreras, 13 años
Vivo en el paradero 11, estoy entrenando desde junio del año pasado y me ha gustado mucho que sea una disciplina que me ayude a poder defenderme en ciertos momentos, y me enseña más cosas aún. Desde chico siempre he sentido una atracción por las patadas, puños, las artes marciales en general y las he visto en series, películas, siempre me interesó hasta que el año pasado me dieron la idea y entré con mi hermana que ha ganado premios y apareció en El Observador. Ella me motiva con mis papás a entrenar más”.
Luis Fernando Moncada Rivera, 8 años
Convertido en una de las figuras del actual campeón de la Dimayor (Los Leones) y de la Selección Chilena, el ala-pivot quilpueíno relató detalles de su exitosa carrera deportiva
Por Juan Carlos Reyes Morales
Ignacio Carrión: con los genes del
Parecía imposible que Ignacio Carrión pudiera dedicarse a otro deporte que no fuera el básquetbol. Esto porque su padre es el destacado jugador norteame -
ricano Willy Wittemberg, quien brilló en varios clubes del país jugando el Campeonato Dimayor en la década de los ´80. Si bien “Nacho” Carrión
no tuvo contacto con su progenitor, ya que sólo conoció a su padre por una fotografía cuando tenía 16 años, “en ese momento comencé a entender y me respondí muchas cosas. Por ejemplo, porqué era tan alto (hoy mide 2.01 metros) y el color de mi piel”, recuerda el destacado basquetbolista chileno, en el inicio de la conversación.
Ignacio nació el 6 de octubre de 1993 y los primeros pasos en
el básquetbol, los dio en el Taller del Liceo Madre Vicencia, que se ubica en la comuna de Estación Central, en la Región Metropolitana y donde estudió sus primeros años de enseñanza básica. “Luego con mi familia y cuando tenía 10 años de edad nos vinimos a vivir a Quilpué, donde seguí practicando el básquetbol. Pero también participé en otros deportes ya que practiqué por cinco años artes marciales, también jugué fútbol y me probé en Everton de Viña del Mar y Santiago Wanderers, pero siempre me tiró el básquetbol”.
Y esa pasión por el baloncesto hizo que se integrara al taller de su Colegio en El Belloto y participara también en el Club Estrella del Sur de Quilpué, donde dio sus primeros pasos en el básquetbol competitivo.
EN EL BÁSQUETBOL DE ALTO NIVEL
Su altura, sumado a su calidad y la pasión que tenía por este deporte, hizo que a los 16 años ya comenzará a jugar a un nivel más competitivo. “Me integré al Club Nacional, lo que me dio la oportunidad de jugar en la Asociación de Viña del Mar y desde ese momento comencé a entrenar tres veces a la semana”.
Pero el gran salto de “Nacho” Carrión al básquetbol de alto nivel, lo dio cuando se integra al Club Los Leones y comienza su exitosa carrera, la misma que le ha llevado a convertirse en uno de los grandes basquetbolistas del país.
“Fue en este club donde inicié mi carrera profesional fuerte. Comencé con 17 años a jugar de inmediato en el primer equipo, pero de forma paralela participaba en las diversas ca-
tegorías que por mi edad me permitían jugar. Pero siempre mi énfasis estaba en el primer equipo”.
Para eso el ala-pivot, comenzó a dedicarse por completo al basquetbol. “Cuando comencé a jugar a nivel profesional, me creció el hambre por mejorar cada día más mi técnica. Por eso llegaba una hora antes y me iba una hora después de los entrenamientos y con ello comencé a recuperar el tiempo de cuando era más joven, cuando no entrenaba tanto y de esa manera pude mejorar cada día más”.
“LOS LEONES ES MI CASA”
Rumbo a cumplir dos décadas defendiendo la camiseta del Club Los Leones, Ignacio Carrión manifiesta un gran cariño para la institución quilpueína.
“Esta es mi casa. Es el club que me ha permitido tener un
Desde muy joven Ignacio Carrión comenzó su gran carrera deportiva, que hoy lo tiene por 10 años siendo parte de la Selección Chilena.
nombre en el deporte, además de poder competir tanto a nivel nacional e internacional. Esta institución me ha permitido jugar en la selección chilena por cerca de 10 años”.
Justamente es esta posibilidad de defender a Chile, la que también llena de orgullo al jugador, “es muy bonito poder jugar por el país y en el deporte que me apasiona, eso es impagable”. Por eso tanto en el Club Los Leones, como también defendiendo la camiseta roja de la Selección Chilena a Ignacio Carrión le han permitido vivir lindos momentos en su brillante carrera deportiva, tal como lo recuerda.
“La obtención de Los Leones de la primera Liga Nacional, ganando en semifinales a nuestro verdugo la Universidad de Concepción y luego campeonar venciendo a Osorno, es un momento muy lindo que viví junto a mis compañeros. Pero además, recuerdo mucho mis inicios en este deporte, por los jugadores que en algunas ocasiones tuve al frente y que nuca pensé que podría enfrentar”.
Sin embargo “Nacho” Carrión también fue parte de un momento histórico del básquetbol nacional y el que también se mantendrá en su memoria para siempre. “Este año defendiendo a la Selección Adulta de Chile, logramos vencer a Argentina después de 69 años y ese fue uno de los grandes momentos de mi carrera deportiva”.
Fue en febrero cuando en el Gimnasio “Antonio Arzumendy” de Valdivia el seleccionado nacional venció a los trasandinos por un dramático 79 a 77, por las clasificatorias rumbo a la América Cup 2025 y “Nacho” Carrión fue parte de ese momento histórico para el
básquetbol en la sangre
básquetbol chileno.
EL SUEÑO DE VOLVER A JUGAR EN EL EXTRANJERO
Para el basquetbolista quilpueíno, los sueños en este deporte no se detienen, por lo que espera seguir al máximo nivel competitivo y volver a tener la opción de jugar a nivel internacional, recordando que ya jugó en el básquetbol profesional argentino.
“Tuve la posibilidad de jugar la temporada de pandemia en Argentina, fueron cerca de 12 partidos en la Primera División jugando por el Club Platense. Se dio la opción y espero que se puede repetir, no me cierro a la posibilidad de salir del país, pero siempre pensándolo bien, ya que ahora tengo una familia detrás de mí. Soy casado y tengo un hijo de 5 años”.
Ignacio Carrión hace una diferencia entre el básquetbol nacional y el trasandino: “en Argentina existe una mayor cultura deportiva, hay mucha más competitividad. Pero creo que la Liga Chilena va bien encaminada y estamos acercándonos al nivel competitivo que tiene los otros países de Sudamérica”.
También, el espigado basquetbolista tiene recuerdos para sus entrenadores, “siendo un niño de 11 años mi entrenador Pedro
El basquetbolista quilpueíno integró el equipo de Chile que después de 69 años volvió a ganarle a Argentina en una noche inolvidable en Valdivia.
Para “Nacho” Carrión fue una gran experiencia poder jugar en el básquetbol profesional argentino defendiendo la camiseta de Platense.
Toledo me dijo que, si me dedicaba al básquetbol, podría estudiar, comprarme un auto, etc; pero para eso me tenía que dedicar y entrenar mucho. En esa ocasión no le tomé mucha atención a sus palabras, pero con el paso de los años y cuando ingresé a Los Leones, me di cuenta de cuánta razón y peso, tenían esas palabras”.
Si bien Pedro Toledo fue uno de sus primeros entrena-
dores, el jugador quilpueíno tiene muchos agradecimientos para quienes vinieron después.
“Alex Silva en el Colegio Nacional; Claudio Jorquera, que por mucho tiempo estuvo a cargo de Los Leones, y actualmente José Ángel Samaniego”.
El futuro también está en la mira del basquetbolista y los estudios son muy importantes, “tengo congelada mi carrera de
Educación Física la que pretendo retomar, ya que es algo muy importante como logro personal. Además, estudié kinesiología un año, pero por problemas ajenos al deporte no pude tener mis estudios completos”, terminó manifestando el basquetbolista quilpueíno que ha logrado llevar adelante una gran carrera en este deporte y el que lo traía en la sangre.
La Municipalidad de La Calera en el marco de la N° 54 de la Empresa Periodística El Observador, a su director y a cada uno de los profesionales que desarrollan funciones en este importante medio de comunicación.
En esta oportunidad, destacamos la significativa labor que llevan a cabo a través del ejercicio de un periodismo oportuno, objetivo y cercano, el cual permite a todas y todos estar informados de lo que acontece en nuestra comuna y de las ciudades vecinas.
Waldo Lillo, el fotógrafo de la historia de
75 de sus 90 años los ha dedicado a retratar a los caleranos y todo el acontecer deportivo, policial y cultural de la comuna. Querido por todos, sigue más vigente que nunca
Por Ricardo Maturana Otey
Hay muchas ciudades que adquieren significado y vida por sus paisajes, su arquitectura, sus frutos o sus atractivos turísticos.
La Calera es su gente, qué duda cabe. Son sus hombres y mujeres, únicos y singulares, llenos de vida e historias, herederos de quienes forjaron esta ciudad, venidos de diferentes rincones del mundo y de Chile, para quedarse para siempre.
La Calera es su gente y Waldo Lillo Santander es La Calera. El eterno fotógrafo calerano, nacido y criado en la tierra del cemento, no solo ha logrado retratar a casi todos los caleranos, sino también se ha ganado el respeto y cariño de todos quienes han tenido la fortuna de cruzar una conversación con él.
A sus 90 años, Waldo Lillo
ha sido testigo del crecimiento de La Calera. Puede recordar con claridad cuando varios sectores eran simples terrenos baldíos o pantanos, o cuando la ciudad se dividía en dos, teniendo como límite la línea férrea. “Recién cuando tuve como 14 años, crucé más allá de la línea”, recuerda el nonagenario profesional del lente.
EL FOTÓGRAFO DE LA CALERA
L a figura de Waldo Lillo es inconfundible para los caleranos, nogalinos, hijuelenses y meloninos. El conocido fotógrafo calerano lleva más de 75 años retratando lo que sucede en La Calera, desde nacimientos, bautizos, matrimonios, las clásicas imágenes para el
carnet de identidad, así como el deporte, desastres naturales y las crónicas policiales. H ijo de un marino mercante y una modista calerana, “de las buenas, ya que les cocía a señoras pudientes de la ciudad”, señala, junto con
fotografía calerana. Su lente ha registrado todo el acontecer de la ciudad por más de siete décadas. (Foto: gentileza de Cecilia Díaz)
recordar a su padre. “Él era de San Fernando, llegó acá a trabajar y se quedó. Luego se hizo marino mercante. Pasaba viajando, venía cada tres meses y se quedaba otros tres. En esas venidas nacía una guagüita. Una vez estuvo ocho meses en Inglaterra porque el barco en que andaba se averió. Al menos eso dijo él”, comenta con su habitual buen humor.
F ue gracias a su padre que Waldo Lillo comenzó en el mundo de la fotografía. En uno de sus viajes, luego de recorrer el mundo, su papá le regaló una cámara fotográfica, “pero no como las de ahora que es llegar y disparar, sino que había que pensar”, explica este hombre que se fue forjando de manera autodidacta en la fotografía.
No terminó sus estudios, pues se retiró en Tercer Año de Humanidades en el Liceo Santiago Escuti de Quillota, ya que decidió trabajar en la fotografía. Sus padres no pusieron objeción y así fue empezando en esta profesión en la que ya lleva más de siete décadas.
Ha señalado que no tiene predilecciones a la hora de captar imágenes. “Me gusta fotografiar todo. Niños, ancianos, paisajes, imágenes urbanas. Uno acostumbra el ojo, ya que en la fotografía uno puede pasar 20 veces por un lugar y no ve la belleza, de pronto dice: ‘aquí hay una buena imagen’. Hay que saber captar dónde está la buena foto”, explica, pero a la vez sentencia que “yo siempre he dicho, la cámara no hace al buen fotógrafo. A veces con las cámaras más sencillas se toman las mejores fotos. Antes había que pensar antes de fotografiar, hoy no”, explica el profesional que necesita un solo disparo para tener la imagen precisa.
“Empecé de intruso y siempre me ha gustado experimentar, y así fui aprendiendo. La primera foto que tomé fue a un amigo, que me pidió que lo capturara justo cuando se tiraba un piquero en un canal. Se preparó, le dije: ¡ahora! Se tiró y disparé. Cuando fui a revelar la fotografía, solo salió una mancha”, cuenta entre risas.
LA FOTO QUE RECORRIÓ EL MUNDO
Fue fotógrafo de la recordada bohemia calerana y en muchos locales nocturnos él estaba ahí para capturar las imágenes de los artistas que se presentaban y de las bailarinas que provocaban el delirio de los comensales. Con el tiempo llegó su acercamiento con la fotografía para los medios de prensa. Trabajó en Valparaíso para el Diario La Nación y El Mercurio y también como corresponsal del Diario La Tercera y la Revista Vea. Cubría los partidos de Unión La Calera cámara en mano y enviando a Santiago el desempeño del cuadro rojo, colocándole nota a los jugadores en cada compromiso. Fue en esos años que comenzó a soñar con tomar una fotografía que fuera un golpe noticioso. Sin embargo, debieron pasar muchos años para que cumpliera su sueño. Pero el día llegó. Fue el 15 de julio de 1987, jornada en que producto de uno de los temporales más grandes de lluvia que se recuerden, el Puente 19 de Junio cedió ante
Waldo Lillo Santander, personaje emblemático de la
La Calera y patrimonio vivo de la ciudad
La fotografía que recorrió el mundo. En 1987 el Puente 19 de Junio cedió al torrente del Río Aconcagua y Waldo Lillo estaba en el momento preciso para capturar la tragedia.
la crecida del Río Aconcagua, provocando la muerte y desaparición de varias personas.
“Había llovido como cinco días seguidos y de manera constante y fuerte. El río traía mucha agua, no como sucede ahora. Hoy llueve, pero el río no crece lo que creció hace 30 años”, comentó Waldo Lillo. Eso mismo fue lo que llevó a que varios curiosos llegaran esa mañana a observar desde el puente el paso del fuerte
torrente de agua, sin sospechar que la estructura cedería provocando una tragedia. Pasado el mediodía, el puente crujió. “Yo estaba como a 40 metros del puente, fui con la idea de tomar algunas fotografías. De pronto sentí un estruendo, como si fuera un temblor, y el puente se vino abajo. Quedé paralizado durante algunos segundos y luego disparé mi cámara”, relata. El Puente 19 de Junio se abrió
justo al medio de su estructura, cedieron los pilares y la mole de cemento cayó al agua. Junto a él también cayeron un Fiat 600 con cuatro ocupantes, de los cuales solo se salvó el conductor; un furgón azul marca Suzuki que era conducido por un mecánico viñamarino que trabajaba en la zona y del que, desde ese día, nunca más se supo, y una camioneta blanca.
Además, cerca de 14 perso -
nas, que pasaban o estaban observando el “espectáculo” en el puente, cayeron a las aguas torrentosas y muchas de ellas jamás fueron encontradas. Waldo Lillo tomó varias imágenes de la tragedia y precisamente en una de ellas se observa a una persona aferrada al puente, tras emerger de las aguas. “El puente cayó con él abrazado al puente, se hundió y luego volvió a aparecer. Era distinguible porque andaba con un impermeable amarillo. Ahí lo fotografié”, señala. Esa imagen fue la que soñó. Los negativos llegaron a Santiago y al día siguiente salieron las imágenes para todo Chile. En el diario capitalino vendieron las fotos al extranjero y el fotógrafo calerano se enteró mucho después que sus fotos habían sido vistas en Canadá, Australia y Suecia.
PREMIADO EN VIDA
Es todo un personaje Waldo Lillo, quien durante muchos años ha sido colaborador de “El Observador”. Querido y respe -
tado, ha sido mentor de muchos quienes han seguido el camino de la fotografía. En las canchas de fútbol amateur, lo reciben con cariño y admiración. Miles de jugadores han sido retratados por él.
Su calidad profesional, así como su importancia como patrimonio vivo de La Calera, lo ha llevado a ser distinguido por la Municipalidad como Calerano Destacado, también valorado por sus colegas fotógrafos, por organizaciones que trabajan en el rescate del patrimonio cultural de la comuna e incluso un sector de las casetas radiales del Estadio Municipal, llevan el nombre de Waldo Lillo Santander por su enorme aporte como reportero gráfico deportivo.
E s algo destacable que todos esos halagos y reconocimientos se le hagan en vida al conocido fotógrafo calerano, cosa poco común en nuestro país y sin duda son un alimento para el alma del querido profesional.
Estuvo casado 68 años con
Helga Hernández, su compañera de toda la vida, a quien conoció compartiendo novelas y conversando a comienzos de la década del 50, y quien falleció el año pasado. Tuvieron cinco hijos y Waldo Lillo quiso que su familia fuera única en La Calera y bautizó a sus herederos con nombres que comienzan con la letra W: Winifred, Wanda, Waldo, Williams y Walton.
Vivieron durante muchos años en el sector de calle Latorre, donde hoy se ubica el esperado Centro Cultural y hace un par de décadas se trasladaron a calle Josefina, entre Huici y Cochrane. Ahí la familia creció y luego llegaron 19 nietos, 22 bisnietos y una tataranieta. Hoy Waldo Lillo no descansa. Al contrario, aún sigue tan vital y con energía para seguir yendo en búsqueda de la mejor fotografía, fiel a la tradición que le ha dado tantas alegrías y reconocimiento popular. “Me gusta la fotografía, no me ha dado grandes ganancias, pero me permitió ser feliz. Estaré en esto hasta que me fallé el dedo para disparar”, sentenció.
El Comendador ‘Biribinha’,
Francisco Manzo Baeza
Ingeniero Civil PUC Historiador de San Luis de Quillota Miembro
PERO ¿QUIÉN ES ‘BIRIBIHNA’?
de ASIFUCH
A muchos antiguos seguidores del San Luis de Quillota no les sonará un jugador llamado ‘Biribihna’, pero si les aclaran que se trata de Gilmar Luiz de Santana, conocido en Chile como ‘Biriba’, se acordarán de inmediato y con mucha nostalgia del moreno jugador que integró el San Luis de Quillota de 1979 junto a Patricio Yáñez, Víctor “Pititore” Cabrera y Freddy Bahamondes entre otros. Fue un brasileño que llenó de magia los pastos del antiguo Estadio Municipal de Quillota, quedando para siempre unido con la ciudad y con los amigos que cosechó en esa época, manteniendo hoy un contacto casi a diario a través de las redes sociales con sus amigos quillotanos.
E n esta nota queremos rendirle nuestro homenaje, por haber sido distinguido en su tierra con el título de Comendador, al recibir en la ciudad de Feira de Santana “La Comenda Maria Quitéria”, distinción máxima que se le confiere a un ciudadano de esa tierra, por destacarse en actividades de la ciudad de El Salvador y del Estado de Bahía.
Si hubiésemos tenido internet y redes sociales cibernéticas a finales de los años 70’, habríamos conocido más acerca de este habilidoso jugador que llegaba a vestir la camiseta “canaria” de San Luis de Quillota el año 1979 con el nombre de Biriba y habríamos sabido que se había codeado con grandes jugadores de talla mundial, tanto en Brasil como en la emergente Liga de USA. Tampoco ayudó a conocerlo más en ese tiempo la barrera del idioma y la humildad de Biriba, quien en su paso por el club quillotano sólo se comunicaba a través de sonrisas y buen fútbol con los hinchas y sus compañeros de equipo.
Hoy podemos decir que Gilmar Luiz de Santana, ‘Biribihna’, es un Pernambucano nacido 27 de septiembre de 1953 en Recife, Brasil, pero que al año de edad se trasladó con su familia a vivir a la ciudad de Feira de Santana en Bahía, donde creció y dio sus primeros pasos en el fútbol.
Sus primeros clubes fueron el Fluminense y en el Bahía de Feira, ambos clubes de su ciudad, pasando en 1968 a las divisiones inferiores del afamado Santos F.C. de Brasil, donde fue aceptado inmediatamente, trabando amistad con jugadores de la talla de los mundialistas Edú y Clodoaldo y otros del
plantel profesional, teniendo un ambiente excelente para ir creciendo futbolísticamente.
De Santos F.C. es recomendado al Fluminense de Río de Janeiro, que tenía una estructura muy superior a la de Santos. En la tricolor fue dirigido por Píndaro, recordado crack del famoso trío de defensores del Flu llamada “La Santíssima Trinidade” (Castilho, Píndaro y Pinheiro), permaneciendo tres años en la juvenil (no había categoría junior) y teniendo como espejos a los mundialistas Didi y Carlos Alberto Torres, integrantes del plantel profesional.
De la juvenil de Fluminense se va recomendado a la juvenil de Vasco da Gama, donde logra el tricampeonato de Río de Janeiro (1971/1974). Luego de alcanzar la cima de su carrera defendiendo al Vasco da Gama, parte a jugar en el fútbol estadounidense, en la misma época que lo hacía el Rey Pelé y muchas otras figuras del fútbol mundial. En USA vistió la camiseta del Thunder San Antonio de Texas, siendo conocido como Beriba Santana. Allí tuvo de compañeros al inglés Bobbie Moore y al uruguayo Roberto Matosas, para luego pasar por México y volver a Brasil, ahora defendiendo al XV de Jaú de Sao Paulo.
SU LLEGADA A CHILE
A fines de los años 70 y debido a la bonanza económica
que experimentaba el Chile en aquella época, llegaron muchos jugadores brasileños al fútbol chileno, tanto a primera como a la segunda división, en una larga lista que entre otros estaban: Rubens Nicola, que jugó en Unión Española, Everton, Cobresal, Rangers, Colo Colo; Mario Baesso, recordado en Lota Schwager, O´Higgins, Curicó Unido y Deportes Iquique; Ribamar Batista y Benedicto Pereira, que llegaron a Independiente de Cauquenes para luego pasar a Audax Italiano y Magallanes respectivamente; Bené, Torino y Liminha en Coquimbo Unido;
Valdir Edison Oliveira "Ezzo" y Hodofildo Féliz Nogueira "Nogueira" en Unión La Calera; Tiao en Unión San Felipe; Castro de los Santos en Deportes Linares; Elías “Jairson” Da Silva en San Antonio Unido; Ned Barboza en Santiago Morning y muchísimos más.
La l legada de Biriba a Chile el año 1979 fue por medio de Mario Baesso, quien ese año estaba en Curicó Unido y que antes había jugado en Lota Schwager y O´Higgins de Rancagua. En una visita de Baesso a USA, un chileno llamado Vicente Palomares le habló de él. Baesso se contactó con Biriba a través de un compañero llamado Renato
Costa. Al final lo ubicaron en Feira de Santana, en Bahía; le llegaron los pasajes y se vino a Santiago con la idea de firmar en la Unión Española. Pero en el equipo hispano no fue considerado. Los dirigentes de Unión Española de la época (año 1979) lo encontraron muy bajito (menos de 1,60 m), y no le dieron la oportunidad de mostrar sus dotes técnicas. Estaba a punto de devolverse a Brasil, cuando le ofrecieron la oportunidad de venir a jugar por el San Luis de Quillota.
CAMPAÑA EN SAN LUIS
E n el mes de mayo de 1979
Plantel de San Luis de Quillota, Biriba el último hincado a la derecha Fuente: (Foto colección de Revista Estadio).
Biriba en una de sus visitas a Quillota. Fuente: (archivo de fotos de Francisco Manzo Baeza) .
compañero del Piti, del Pato y de Freddy
llega Biriba a Quillota, debutando en la 5ª fecha de la primera rueda en el Estadio Municipal. Era el 20 de mayo y San Luis de Quillota enfrentaba a Curicó Unido. Había mucha expectación en la ciudad, porque el joven equipo canario se iba superando partido a partido y que contaba con Patricio Yáñez Candia, el juvenil puntero derecho que deslumbraba a todo Chile. Se anunciaba además, que debutaría en San Luis un brasileño llamado Biriba. Es por eso, que en aquella soleada tarde de domingo llegaron más de tres mil espectadores a presenciar el
encuentro.
El debut de Biriba en San Luis no pudo ser más auspicioso, porque el equipo canario triunfó por la cuenta de 5 goles a 2, con cuatro goles de Víctor “Pititore’ Cabrera y uno convertido magistralmente por el bahiano Biriba, quién con un tiro libre llamado hoja seca (Folha Seca), inventado por el mundialista brasileño Waldyr Pereira (“Didí”), ídolo de Biriba en el Fluminense. Aquella fue una gran tarde, en la que Biriba se sumaba a la gran delantera formada por Patricio Yáñez y Víctor ‘Pititore’ Cabrera, quedando de inmediato en el
corazón de los quillotanos.
Luego de su debut, Biriba estuvo tan sólo cuatro meses en San Luis de Quillota, jugando 11 partidos y marcando 6 goles con la camiseta amarilla, lo que fue suficiente para dejar encandilados a los hinchas canarios y pasar a ser recordado para siempre en la historia del club, debido a sus grandes actuaciones, tales como: la victoria 6-2 sobre Ferroviarios de Chile en Quillota el 19 de agosto, tarde en que Biriba marcó 4 goles, uno de ellos con una espectacular volea de zurda ante centro desde la derecha de Patricio Yáñez.
Foto del encuentro de Biriba con el Plantel de San Luis de 1979 Fuente: (archivo de fotos de Francisco Manzo Baeza)
LA PARTIDA
Tan extraña como su arribo a Quillota fue la partida de Biriba de San Luis. Biriba debutó en San Luis de puntero izquierdo con la camiseta número 11, pero prontamente se ganó la camiseta número 10. Con la número 10 amarela era feliz, porque era el puesto que amaba y la de su ídolo, el Rey Pelé.
Con la 10 transcurrió su perfomance en San Luis, eso hasta el 2 de septiembre de 1979, en que San Luis enfrentó de visita a Deportes Colchagua en el estadio Municipal San Fernando, partido por la primera fecha de la segunda rueda del Campeonato de Ascenso. Aquella tarde, una orden de don Eduardo ‘Punto’ Silva, Gerente Técnico del club y formador del gran equipo de San Luis de los 80’, le indicaba al DT Alex Veloso, que Biriba tendría que jugar ese partido con la camiseta número 11 y no con su amada número 10. En el camarín del Estadio Municipal de San Fernando Biriba imploró, lloró, pero no pudo revertir la orden que lo obligaba a jugar con la camiseta
11, y ante su reclamo, lo mandaron a mirar el partido desde la tribuna. San Luis ganó esa tarde por 2-0 con goles de Víctor ‘Pititore’ Cabrera, pero perdió a su amado ídolo brasileño, quien retornó a Quillota en el bus de la barra. El hilo se cortó por lo más delgado y se le finiquitó el contrato por la ‘indisciplina’ de no haber acatado una orden del DT, al haber rechazado la camiseta que se le asignó. No obstante lo anterior, Biriba permaneció algunos meses más en Quillota, donde defendió a algunos equipos de barrio y entrenó a algunos jugadores infantiles de la ciudad, siempre recibiendo el cariño de la hinchada canaria y de sus excompañeros, hasta que retornó a su amada tierra brasileña, para jugar en el Fluminense de Feira de Santana y luego terminar su carrera en USA, donde juega la temporada 1983-1984 en Buffalo Stallions de la Liga MISL.
LA ÚLTIMA JUNTA EN QUILLOTA
Retirado del fútbol, Biriba viajó en varias ocasiones a
Quillota para compartir con sus amigos y excompañeros y también para asistir al estadio y alentar al San Luis. El 4 de enero de 2017 se realizó una gran junta de la generación de San Luis de Quillota 1979. Esta fue realizada gracias a la hospitalidad del hincha canario don Jorge Vergara, quién invitó al plantel y algunos amigos a su casa ubicada en la calle Sargento Aldea.
Estuvieron presentes junto a Biriba, Freddy “Guatón” Bahamondes, Alex “Patato” Martínez, Moisés Berenguela, Víctor “Pititore” Cabrera, Mario Figueroa y el preparador físico y “descubridor de talentos” Carlos “Máquina” Hernández, además del dueño de casa y amigos del plantel.
Fue un evento mágico dónde se compartieron recuerdos y anécdotas (algunas muy sabrosas) en un ambiente de alegría, como lo era el Plantel de San Luis de Quillota de 1979.
También fue la última ocasión de compartir con su amigo Freddy Bahamondes (Q.E.P.D)., en lo que hoy recordamos cómo su despedida.
El romántico amor de Pedro Aguirre Cerda
El ex presidente de la República se enamoró y casó con su prima Juana Aguirre, con quien construyó una relación marcada por el amor, la política y los negocios
Ella, de familia acomodada que concurría a prestigiosos colegios; él, campesino que se trasladaba en mula a un liceo público. La relación de ambos guarda quizás los pasajes más nobles y desconocidos de la vida del ex presidente callelarguino.
Por Gonzalo Valero Acevedo
Juana Aguirre nació un 20 de noviembre de 1877 en Santiago. Creció en la capital en el seno de una familia acomodada. Su educación la desarrolló en el colegio de Las Monjas Inglesas. Su madre fue Mercedes Luco Gutiérrez y su padre, el connotado médico José Joaquín Aguirre. El buen pasar económico de la familia le permitió que fuera parte de la elite capitalina, a la cual difícilmente se accedía, pues se requería de un noble origen familiar y de importantes posesiones materiales.
Además, Juan Aguirre recibió una profunda formación valórica y religiosa, lo que hizo que creciera ligada a las costumbres conservadoras católicas de la época. En su juventud llevó a cabo diversas actividades de servicio social, marcando desde temprano una inclinación por ayudar a la gente necesitada. Siguiendo esta línea, también ofició como visitadora social a domicilio de la Sociedad de Hijas de María Ayuda del Sagrado Corazón.
L levar una vida sin sobre -
saltos era una rutina para Juana, aunque este esquema se rompía en época de verano, cuando junto a su madre visitaban en la localidad de Pocuro (Calle Larga, Provincia de Los Andes) a sus tíos Juan Bautista y Clarisa.
E l desprejuicio infantil, la sencillez de los juegos de la época y las largas tardes al aire libre eran de suma diversión para Juana, quien disfrutaba jugar con los hijos e hijas de Juan y Clarisa. Con quien construyó desde niña una relación muy cercana fue con Pedro, uno de los 11 hijos del matrimonio.
Pedro nació en Pocuro, el 6 de febrero de 1879, siendo el séptimo hijo de la familia. Los Aguirre Cerda vivían en una casona rural, sencilla, de muros de adobe y estructura en techos, con doble corredor exterior, que estaba muy lejos de brindar las comodidades y la calidad constructiva de la casa que tenía la familia de Juanita en Santiago. Pedro estudiaba en un liceo en San Felipe y solía trasladarse en caballo o en mula hasta el lugar. Su esfuerzo y cariño por los estudios, tendría sus frutos en el futuro.
NACE EL AMOR
Los veranos fueron pasando, los niños crecieron y las reuniones familiares estivales continuaron, pero pocos investigadores se han atrevido a afirmar cuándo la relación de los primos cambió definitivamente. Se presume que el coqueteo se inició cuando cursaban los últimos años de humanidades e incluso, algunos se aventuran en afirmar que habrían sido sorprendidos por familiares. El susto vivido y el cuestionamiento familiar habría incitado el alejamiento entre ambos.
Las vidas afectivas de Pedro y Juana se mantuvieron alejadas durante mucho tiempo. Cada uno hizo importantes caminos educativos, que los llevaron incluso a estudiar fuera del país. Pedro se recibió de profesor y luego de abogado, especializándose en la Universidad de La Sorbona, en Francia.
A sí pues, el romance entre los primos continuó abierto a lo largo del tiempo. Hubo distancia —probablemente muy a pesar de ambos—, pero nunca un cierre concreto y definitivo.
Pedro y Juana se volvieron a encontrar cuando falleció el padre de la joven, cuyo funeral fue muy concurrido. José Joaquín Aguirre nació a fines de noviembre de 1822 en Pocuro, al igual que Pedro, su sobrino. “Los Aguirre de Pocuro descienden del caballero español Francisco de Aguirre, fundador de la Serena, ciudad de la cuarta Región del país”, señala Carlos Tapia en su texto “Pocuro en la
Historia: José Joaquín Aguirre Campos”.
José Joaquín Aguirre Campos tuvo de profesor en Pocuro al educador argentino Domingo Faustino Sarmiento, quien en 1832 arribó como exiliado a la localidad y puso una pequeña escuela muy cerca de la casa familiar de los Aguirre. E n mayo de 1860 se casó con Dolores Araya, con quien alcanzó a tener dos hijos, pero la mujer fa-
El matrimonio con Juana Aguirre le permitió a Pedro insertarse con propiedad en la elite política y económica.
con su prima
lleció en 1863, en el gran incendio de la iglesia de la Compañía de Jesús. El 7 de junio de 1868 contrajo matrimonio nuevamente, esta vez con Mercedes Luco, con quien tuvo ocho hijos (uno de ellos fue la futura primera dama). Tras la muerte del doctor, Mercedes quedó postrada y no se recuperó más de la pérdida de su esposo. Juana debió cuidar de ella, pero luego de cinco años falleció.
E n medio del velatorio y del barullo de la gente, Pedro le contó a Juana sobre sus planes. Acababa de terminar de estudiar Pedagogía, pero tenía en mente cursar Derecho. Más allá de los rumores, se sabe que los primos enamorados retomaron su relación después de que Pedro concluyó sus estudios de abogado. A esas alturas sentían que los años les habían puesto bastantes barreras de todo tipo. Pese a que asomó entre ambos la idea de casarse, esto no se concretó en forma inmediata.
Pero había más. Otra vez los estudios, esta vez de Pedro, separaron a la pareja. Él viajó a Francia para continuar su perfeccionamiento, mientras Juana se quedó trabajando con sus hermanos en la Viña Conchalí, heredada de sus padres.
La Viña Conchalí era un hermoso fundo que conformaba gran parte del territorio actual de la comuna de Huechuraba. Ahí la familia de Juana tenía una amplia casa patronal y las instalaciones necesarias para producir un apetecido vino. El doctor Aguirre Luco había decido incursionar en la emergente industria vitivinícola, logrando empujar una de las principales viñas de la zona norte de Santiago.
A l retornar a Chile, Aguirre Cerda se metió de lleno en política y comenzó su campaña para diputado. En plena candidatura a la diputación, los primos dieron la gran noticia y se comprometieron como novios.
ASCENDENTE CARRERA POLÍTICA
Aguirre Cerda salió electo diputado y un año después contrajeron nupcias, en 1916, y lo celebraron en la Viña Conchalí. Habían ganado una gran batalla por su felicidad, pero faltaban otras tantas. ¿Y los hijos? Optaron por no tener, ya que ambos bordeaban los cuarenta años, lo cual en la época era una edad considerada peligrosa para ser madre. Además de no tener hijos, decidieron que mantendrían un respeto irrestricto por sus diferencias religiosas.
Mientras Juana era una ferviente católica, Pedro, como buen masón, era laico.
El matrimonio con Juana Aguirre le permitió a Pedro insertarse con propiedad en la elite política y económica. Es que, sin duda, la Viña Conchalí y el respaldo económico de la familia de su prima, le terminaron por abrir aún más las puertas de la vida política santiaguina y nacional al joven abogado.
Tras el golpe de Estado de Carlos Ibáñez del Campo, sucedido en 1924, el matrimonio tuvo que vivir por un tiempo en París. Inicialmente era solo un par de semanas, mientras la situación sociopolítica se calmaba, sin embargo, el periodo se extendió por un año. En la capital francesa estuvieron alojados en el Hotel Victoria Palace, a unas dos cuadras de Los Jardines de Luxemburgo. Ahí, Juana acompañaba a su marido mientras él se enfocaba en recopilar información para escribir su libro “El problema agrario”. Por las noches siempre se veía luz en la habitación de Pedro Aguirre Cerda, lo cual daba cuenta de que el callelarguino estaba leyendo o estudiando. Dicen dos amigos y miembros de la logia masónica que coincidieron con él en París que además de encerrarse en su habitación a leer y escribir, también pasaba sus horas en el hall del hotel.
Fue la época post Primera Guerra Mundial, que marcó profundamente al matrimonio chileno, ya que pudieron observar y analizar de primera fuente los cambios que se producían en Francia y en el resto de las sociedades europeas tras el término del conflicto bélico.
La carrera política de Pedro Aguirre Cerda continuó en ascenso ejerciendo distintos cargos, tanto en el Gobierno como en el Partido Radical. Pero el momento más relevante lo vivió en 1938 cuando se transformó en el candidato del Frente Popular, una alianza de partidos de centro izquierda que se unieron para controlar el fascismo y para vencer a Gustavo Ross, el “delfín” que Arturo Alessandri Palma quería dejar como Presidente de la República. El 25 de octubre de 1938 se realizaron las elecciones, que dieron como triunfador al oriundo de Calle Larga. Pedro Aguirre Cerda se hizo del poder por estrecho margen. El profesor y abogado de origen campesino, y su esposa prima asumieron el mandato presidencial el 24 de diciembre de 1938, ante una gran expectación de
público que salió a las calles a celebrar un triunfo que sentían como propio. Hay imágenes de la época que muestran a miles de personas rodeando el Congreso Nacional y el Palacio de La Moneda, felices por la asunción del llamado “presidente de los pobres”.
Juana Aguirre fue quien elevó el rol de primera dama en Chile, liderando importantes iniciativas sociales como la Pascua de los Niños Pobres, que luego comenzó a ser coordinada por un comité especialmente conformado para estos fines. A través de dicha actividad se reunían regalos, que eran entregados a los menores de edad de escasos recursos. Nació como un proyecto experimental y se terminó transformando en una iniciativa que fue valorada y reconocida por todos, en una época donde había muchas familias que apenas tenían dinero para el plato de comida.
Para una navidad se llegó a juntar unos quinientos mil obsequios, todos hechos en talleres artesanales del país. De esta manera, se les entregaban regalos a niños que probablemente nunca los habían recibido y, a la vez, se apoyaba a cientos de artesanos que necesitaban recursos para sus respectivas familias, dado que en los años 40 los juguetes eran construidos esencialmente de madera. Las jornadas de entrega de regalos eran esperadas con ansias por los niños. Las actividades eran publicitadas en las radios y difundidas por los medios de comunicación, y las entregas se hacían en las escuelas y a través de las organizaciones locales. El trabajo social de Juana se comenzó a conocer cada vez más. Al Palacio de La Moneda llegaban cientos de cartas dirigidas a
en La Moneda como Presidente, Juana le hacía ver que trabajaba mucho, pues sus jornadas se extendían hasta altas horas de la noche. “Yo lo veía trabajar mucho sin ninguna distracción”, le contó Juana Aguirre en una carta dirigida a su amiga Gabriela Mistral. Además, Juana le recriminaba y le pedía que dejara el cigarrillo, pues también se resfriaba muy seguido (el ex presidente llegaba a consumir hasta cuatro cajetillas diarias). Pero Aguirre Cerda nunca pudo dejar el tabaco.
Cuando el Presidente le contó que sufría de tuberculosis, el mundo se le vino abajo a la primera dama. Lo apoyó y acompañó, pero sufrió mucho al ver todo el proceso de la enfermedad, cuyo desenlace fue más rápido de lo que esperaba. Pedro Aguirre murió el 25 de noviembre de 1941. A los meses después del fallecimiento de su marido, Juana le escribió a su amiga Gabriela Mistral, contándole que afortunadamente Aguirre Cerda “no sufrió tanto”.
ella, solicitando ayuda. Personas cesantes, lisiadas, obreros enfermos, mujeres abandonadas con sus hijos, y un largo etcétera. Como buena católica que era, su actividad social se extendió a las obras y la labor solidaria que realizaba la iglesia.
Con su marido ya instalado
Juana y su familia coordinaron el funeral de Estado, junto a los ministros y políticos. Fue un velorio y entierro multitudinario. Uno de los más masivos que ha tenido el país. El cariño de la gente por Pedro y Juana se hizo sentir durante esos días. Tras el sepelio,
Juana se encerró en su casa de la Viña Conchalí y encontró refugio en su familia y en la Iglesia, pero continuó apoyando las actividades sociales y en especial las navideñas con niños.
E n 1946 recibió la visita del presidente Gabriel González Videla (también del Partido Radical), quien se declaró hijo espiritual de Juana Aguirre. Esta reunión lavó en parte las heridas con la cúpula del Partido Radical, pues el radicalismo tuvo desavenencias con Aguirre Cerda durante la última parte de su administración (y sus últimos meses de vida), lo cual llevó a la renuncia de ministros de dicho partido que eran parte del gabinete. Por tal motivo, las relaciones entre la familia del presidente y el radicalismo no habían concluido bien. E n todas las fotografías que hay de Juana después de la muerte de Aguirre Cerda se la ve vestida de riguroso negro, respetando ese luto que la acompañó hasta el 8 de diciembre de 1963, día de su muerte. A los 85 años falleció alejada de toda actividad social y política. La relación de Pedro y Juana estuvo marcada por un profundo amor, sincero, cercano y lleno de vivencias que los unieron hasta que la muerte los separó de la vida terrenal.
La relación de Pedro y Juana estuvo marcada por un profundo amor.
Colectivo Chasky: un mensajero de
El grupo, conformado por ocho talentosos artistas, viene de presentar su obra en un festival internacional realizado en Colombia. El Colectivo está en uno de sus mejores momentos, recibiendo importantes apoyos para seguir trabajando
Por Natalia Morales
Desde 2010 en La Ligua existe el Colectivo Chasky, que ha cosechado una vasta trayectoria creando obras artísticas de forma transdisciplinar. Pronto el grupo cumplirá 15 años de existencia.
El director del Colectivo Chasky, Álvaro Pávez Cataldo, tiene 41 años y es artista visual. Él recuerda bien cómo fue que nació este proyecto. “Todos teníamos en común que estábamos de regreso en La Ligua, por diferentes motivos. Nació la inquietud de crear un Colectivo que hablara desde la memoria ancestral que existe aquí en la provincia de Petorca, especialmente ligado al sonido que emiten las flautas en los bailes chinos”, cuenta Álvaro Pávez.
A sí comenzó la historia del Colectivo, que presentó su primer ejercicio en el Festival de
las Artes de Valparaíso. Su obra estaba inspirada en las tradiciones ancestrales y en la pintura de Roberto Matta. Con esa impronta, continuaron trabajando juntos hasta el día de hoy.
¿POR QUÉ COLECTIVO CHASKY?
Álvaro Pávez Cataldo explica de dónde viene el nombre de este grupo. “Somos un Colectivo porque somos un conjunto de personas que, desde su área de trabajo, aportan a un proceso. Chasky viene de dentro de la cultura Inca. Había un personaje conocido como chasqui, que era el mensajero que corría por el camino del Inca e iba entregando información a las comunidades y a los lugares que se habitaban en esa época, arriba en las montañas. Y nos gustó la figura de este mensajero”.
El punto de partida para el Colectivo fue la exploración del sonido. “Desde el sonido se extrapola a las artes visuales, a través del video y de la escenografía. Con esa composición, después los actores crean mo -
vimiento y los intérpretes, que son de danza por sobre todo”, explica el director. Los integrantes del Colectivo tienen una manera de crear que es transdisciplinar, una palabra que no es lo mismo que multidisciplinar. El artista liguano explica la diferencia entre ambos conceptos: “Transdisciplinar quiere decir que los elementos de diversas áreas aportan sin mezclarse en un proceso en cambio, nosotros de forma transdisciplinar unimos todo para generar un solo mensaje. Los elementos no se separan, sino que se mezclan”.
Para llevar este mensaje, como lo hacía el chasqui en los pueblos incas, el Colectivo centra su búsqueda en lo sensorial. Y ese fue el desafío que enfrentaron en una de sus mejores experiencias del último tiempo.
DE LA LIGUA A MEDELLÍN
El Colectivo hizo una postulación para participar en un interesante festival, llamado la Fiesta de las Artes Escénicas de Medellín, en Colombia. Los artistas de La Ligua se inscri-
bieron con la obra que crearon, “Pewma”, que significa sueño en mapudungún. El trabajo habla sobre los sueños premonitorios de una niña mapuche, que siente que va a ser nombrada machi. El evento de las artes escénicas se realizó en la zona montañosa de Medellín.
“Creo que la selección fue súper compleja, porque postularon más de 300 compañías de teatro de todo el mundo y seleccionaron a 10 compañías extranjeras, entre ellas, al Colectivo Chasky de La Ligua. Para
El director del Colectivo Chasky, Álvaro Pávez Cataldo.
La Ligua hacia el mundo
nosotros fue súper emocionante, porque nos dimos cuenta de que el trabajo que hace el Colectivo y en particular, esta obra, nos abre puertas. Con esta obra también nosotros fuimos de gira a Europa, estuvimos en Francia, España y Portugal. Entonces ya no somos los individuos los que generan los espacios, sino que es el trabajo del Colectivo el que abre los espacios. Esto nos hace muy conscientes de nuestro valor como artistas y de nuestro trabajo. Fue una experiencia súper bonita”, dice el director del Colectivo.
El festival lo organizaron más de 30 compañías independientes, cuyos trabajos se muestran en espacios alternativos. El conjunto liguano pudo imbuirse también de esa enriquecedora experiencia. “Pewma” se mostró el viernes 30 y sábado 31 de agosto de este año. Tuvo una recepción muy positiva por parte del público local y extranjero.
“La gente se sintió emocionada, entendió el concepto de esta mezcla transdisciplinar de elementos que tenemos nosotros,
donde converge el video, donde converge el sonido, la música, el cuerpo. Toda esta amalgama de elementos se transforma en una imagen. Y esta imagen fue súper bien recibida, a la gente le encantó y en las tertulias que se realizaron después del evento, había muy buenos comentarios del trabajo”, recuerda Álvaro Pávez Cataldo.
A hí un elemento clave para conectar la obra con el público es el mundo sensorial. “Los trabajos del Colectivo Chasky buscan relacionar al espectador a través de los sentidos. Cómo llegamos al espectador. Si tú lo activas sensorialmente, también activas su memoria y puedes generar sensaciones, sentimientos, que puedan ser distintos a lo cotidiano. Eso se convierte en una experiencia novedosa”, reflexiona.
Cuentan con un importante apoyo para seguir trabajando Desde hace dos años, el Colectivo de La Ligua cuenta con financiamiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, gracias a que se
ha adjudicado el Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras (PAOCC).
A l respecto, el director del Colectivo explica: “Ese fondo nos ha permitido generar un plan de gestión anual, eso quiere decir que nosotros generamos programación anual el año 2023, el 2024 y esperamos que también el 2025, para perseguir administrando nuestra actividad”.
Por un lado, el PAOCC les ha dado las herramientas para hacer de forma más ordenada su actividad. Actualmente integran la agrupación ocho artistas, un encargado de administración y un diseñador gráfico. “El financiamiento del programa ha sido fundamental, porque por primera vez nos ha permitido tener condiciones laborales básicas, estamos contratados, se cumple con todo lo que implica estar contratados en el Colectivo”, señala.
El PAOCC también les ha servido para tener vitrinas donde mostrar sus trabajos. “Este año hemos sido invitados a distintos lugares. Por ejemplo, nos invitaron a presentar nuestro trabajo al Museo Nacional de Bellas Artes y al Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). Se dan esos espacios ya que somos artistas con 14 años de trayectoria”, dice Álvaro Pávez.
UN FUTURO LUMINOSO
El Colectivo de La Ligua se proyecta para seguir con su calendarización de actividades el próximo año, cuando el grupo cumplirá sus significativos 15 años de existencia.
Su mensaje es también una reflexión política. “El trato que tenían los pueblos originarios no es destructivo, sino que es en equilibrio. Por eso destacamos a los pueblos originarios, por eso hacemos la reflexión en torno al agua y por eso también generamos estos trabajos, que buscan ser un discurso que hable críticamente de cómo estamos siendo explotados. Cómo todos estos procesos van haciendo que las memorias ancestrales se vayan extinguiendo y que las comunidades vayan desapareciendo”, dice Álvaro Pávez.
“La experiencia general del Colectivo se ha destacado por una energía que trasciende al pensamiento intelectual o el pensamiento europeo colonial. Hay un pensamiento que
nos habla de las otredades y cuando sentimos que los otros nos hablan, por ejemplo, el agua, los árboles, los seres vivos, me parece que es, en esos momentos, cuando más sentimos que el trabajo está funcionando”, comenta.
Para explicar esto, el director recuerda la ocasión en que el Colectivo viajó a Cañete, en la Región del Biobío. Los artistas estaban realizando una gira de “Pewma”, a modo de agradecimiento a las comunidades
mapuches que les aportaron en la creación de la obra. Luego de hacer una de sus presentaciones, el grupo de La Ligua se fue a descansar en una loma, que estaba sobre un bosque de árboles nativos. Este bosque era cuidado por la familia de un amigo mapuche del Colectivo.
“Estábamos alrededor de una fogata, cuando en un momento el fuego empezó a ser rodeado por luciérnagas, por las luces de más de 100 luciérnagas. Estuvieron alrededor de nosotros por un rato, a menos de 30 centímetros de cada uno de nosotros y en un momento, se devolvieron al lugar de donde venían y desaparecieron. Eso nos pareció que fue un acto de agradecimiento por el trabajo que hicimos”. Manifestaciones de la naturaleza como esa inspiran al Colectivo Chasky a continuar con su trabajo artístico. Ojalá que el futuro les depare más luces.
Imagen de la obra “Pewma”
El Colectivo participó de la Fiesta de las Artes Escénicas de Medellín, en Colombia.