Vida entre tinieblas

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Itsy Pozuelo

Colecci贸n grietas

Ediciones JavIsa23


Itsy Pozuelo, nacida en 1986, es una joven cartagenera amante de las letras que decide abrir su blog "Escritoras con Alma" en 2010, para mostrar al mundo sus escritos después de haber quedado finalista en un concurso de Poesías Internacional, del que se publicó un libro recogiendo las mejores y en el que se incluye su poema "Volverá" En ese mismo año escribiría su primera novela "Un mundo por descubrir", que aún está pendiente de publicación. En 2011 participaría en dos concursos, cuyo premio sería participar en una antología; en ambos casos resultaría ganadora, publicándose así, "Sangre de vampiresa" en la Antología "La noche y los guerreros de fuego" de Latin Heritage y "Mi nuevo yo" en la Antología "Minotauro" de Latin Heritage. En dicho año, y en su lucha por conseguir su sueño, participó en un concurso más, en el cual no resultó ganadora, pero en donde publicarían su relato en una antología, junto a los demás participantes del Premio Internacional de Relatos "Mil palabras", publicado por Ediciones JavIsa23 con la colaboración del grupo "Como triunfar en la literatura sin morir en el intento" Continúa su camino con la primera publicación de su novela corta "Vida entre tinieblas"que aparece publicada dentro de la colección Grietas. Actualmente tiene varios proyectos iniciados, entre ellos la participación en una antología que está preparando una compañera escritora.

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Colecci贸n grietas, 2

Vida Entre TiNieblas

Ediciones JavIsa23


Titulo: Vida entre tinieblas Colección grietas, 2 © del texto: Itsy Pozuelo www.itsypozuelo.blogspot.com. © ilustración de la portada: Marcos (DK) Prieto © de esta edición: Ediciones JavIsa23 www.edicionesjavisa23.com E-mail: info@edicionesjavisa23.com Tel.964454451 Maquetación y diseño: Javier Garrit Hernández Primera edición: junio de 2012 Depósito legal: CS 158-2012 ISBN: 978-84-940008-0-5 Printed in Spain - Impreso en España Imprime: Serra Industria Gráfica S.L. C/ Valldepins Parc 9-11 Ulldecona (Tarragona) Tel. 977 720 311 Todos los derechos reservados. Queda prohibida, según las leyes establecidas en esta materia, la reproducción total o parcial de esta obra, en cualquiera de sus formas, gráfica o audiovisual, sin el permiso previo y por escrito de los propietarios del copyright, salvo citaciones en revistas, diarios, libros, radio y/o televisión, siempre que se haga constar su procedencia y autor.


Itsy Pozuelo

Vida Entre TiNieblas



Agradecimientos Para mi pequeña. Ojos pardos miran asombrados la belleza de su alrededor ¡Es tan inspirador...! Una sonrisa, una palabra en el blanco papel. Un abrazo, un capítulo acabado. Un beso, un libro finalizado. Ella, la fuerza que hace falta para escribir ella, la luz de un camino sombrío ella, la alegría y los miedos de mi vida. Gracias por regalarme tus sonrisas.



A mi sol, mi luna y mis estrellas. Por hacer que mi vida sea casi perfecta.



UNO El Doctor Lloreda trabajaba desde hacía más de cuarenta años en el hospital psiquiátrico de Barcelona; cuando empezó era únicamente un niño que iba a ayudar a las monjitas con aquellas fieras. Le maravillaba tanto ese mundo que decidió estudiar, especializándose en ese área. Después de tantos años, se había convertido en un hombre canoso, pero su aspecto era inmejorable, era alto y no tenía ni un ápice de grasa en su cuerpo. Siempre le había gustado el deporte y desde joven se dedicaba a correr cada mañana. Cuando tenía treinta años, entró en el centro una joven de ocho años; le impactó muchísimo ver como una niña tan pequeña ya presentaba un trastorno tan avanzado, así que habló con su superior para encargarse de su caso; el director dio el visto bueno. Aquella chica tendría que quedarse allí el resto de su vida y no sería bueno cambiar continuamente de médico, él tenía mucha vida por delante para ayudar a aquella niña de ojos marrones, pelo castaño hasta los hombros y de piel bronceada natural. -9-


En los años que llevaba en el centro había atendido a todo tipo de personas, pero aquella niña era especial. Por desgracia, sus padres no querían saber nada de ella; era una deshonra para la familia y se avergonzaban de su hija. El doctor se acercó a la pequeña, para preguntarle su nombre y entablar la primera toma de contacto. —Hola pequeña, soy el Dr. Carles Lloreda. ¿Cómo te llamas? —preguntó, poniéndose encunclilla, para estar a la altura de la pequeña. —Me llamo Ruth —contestó la pequeña, con una sonrisa que hizo que el doctor cayera rendido a sus pies. —Bien Ruth, vamos a prepararte un cuarto. ¿Sabes dónde estás? —Sí doctor Lloreda, mi mamá me dijo que me traían a mi nueva casa —dijo la pequeña sin perder la sonrisa, el doctor sentía pena de aquella niña, la habían abandonado y ella no dejaba de sonreír ni un minuto. En realidad no era consciente de lo que estaba sucediendo, pero ahora no era momento de explicárselo. Una enfermera le preparó una de las habita-10-


ciones libres a la niña, decidieron que por el momento estaría sola, no sabían cuál era el grado de enajenación de la niña y no querían ponerla en peligro, y a su futuro compañero de habitación tampoco. La pequeña entró en su habitación se acostó en la cama y se quedó dormida. Todos la miraban desde la ventana de la puerta, parecía un ángel. ¿Cómo alguien era capaz de deshacerse de ella? El Dr. Lloreda no era capaz de explicárselo y él estaba dispuesto hacer lo que fuera por ayudarla. Lo que no sabía el doctor era que, con el tiempo, sería alguien importante en la vida de la pequeña Ruth.

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DOS El doctor se puso manos a la obra con ella, para ver qué tipo de trastorno tenía, y en seguida se dio cuenta de que sufría de esquizofrenia, con sólo ocho años ya mostraba casi todos los síntomas: Pensamientos desorganizados, delirios, alucinaciones, trastornos afectivos y conducta inapropiada. Se alegraba de que no tuviera una conducta agresiva, porque así no tendría que atarla. Lloreda se pasaba por el hospital varias veces al día, incluso iba en sus días libres, para hablar con la niña que, a causa de sus alucinaciones y delirios, ya no le reconocía como el doctor, sino como papá. Lo quería tomar como algo normal dentro de su enfermedad, el único referente adulto que tenía desde que la llevaron al hospital era él y, en su delirio y pena, olvidó a sus padres y los sustituyó por la persona que estaba siempre a su lado. Ante esa situación se sentía alagado, pero sabía que ahora su responsabilidad era mayor; no podía dejar sola a Ruth o pensaría que la había -13-


abandonado y la confianza que había conseguido en esos dos meses se perdería. —Buenos días Ruth —dijo el doctor, mientras cerraba la puerta de la habitación de Ruth. La niña no respondió, estaba sumergida en sus pensamientos. El doctor se sentó, esperando que volviera en sí. Mundo de Ruth: —Vamos Ruth —dijo Claudia, agarrando a su amiga del brazo, para tirar de ella y que corriera—. Ya llegamos tarde, la señorita Rosemary se enfadará con nosotras. Ruth reía divertida, le encantaba correr cogida de la mano de su amiga y esa sensación de tener que correr al máximo para llegar a tiempo. Las pequeñas llegaron agotadas y con la respiración agitada, su profesora de inglés les hizo un gesto para que ocuparan sus asientos. La clase de inglés resultaba divertida para Ruth, le encantaban los idiomas y se esforzaba mucho para aprender todo lo que podía; su amiga Claudia no opinaba lo mismo y le tira-14-


ba papelitos con mensajes escritos, que ésta contestaba en inglés. Alguna vez la profesora las había pillado, pero le resultaba tan gracioso ver como Ruth contestaba en ingles que no podía reñirlas y mucho menos castigarlas. Cuando terminaron la clase se fueron al patio a jugar, no les gustaba jugar al fútbol, ni a la comba y se entretenían con un juego de manos que consistía en chocar las palmas y un aplauso a la vez que cantaban una canción: Le suplico señorita No me tome la lección Tómele a mi compañera Que me duele el corazón Las niñas se divertían mucho, hasta que sonaba el timbre que daba el aviso de que debían volver a clase. Cuando terminaron las clases, Ruth se despidió de Claudia, debía volver a casa, sabía que su padre ya la estaría esperando. Realidad: —Hola papá —dijo Ruth, al ver al doctor -15-


sentado en la silla, frente a ella —Hola pequeña. ¿Cómo ha ido el día? —preguntó paciente, sabía que con ella no había nada seguro y que en cualquier momento se marcharía de nuevo; los momentos en los que estaba lúcida cada vez eran menores, aunque una vez más el doctor la excusaba, diciendo que si él estuviera encerrado también tendría un mundo paralelo que no fuera tan aburrido como esas cuatro paredes. —Bien, hoy hemos tenido clase de inglés y he jugado con Claudia en el recreo —contestó contenta. Le encantaba contarle a su padre como había pasado el día, en su mente su madre había fallecido y disfrutaba siempre que podía de estar con su padre, aunque era un hombre muy ocupado, ya que era un gran empresario. —¿Has aprendido mucho en tus clases de inglés? —Lloreda se tomaba muy en serio el papel de padre e intentaba que su pequeña se sintiera feliz en medida de lo posible. La niña comenzó a hablar en un inglés perfecto, el doctor no podía creer lo que estaba viendo, ¿sabría ingles antes de ingresar en el centro? «Sí, será eso, ya sabía ingles antes de entrar» -16-


—pensó para sí mismo. Cuando Ruth terminó de decirle lo que había aprendido, se despidió de ella y le pidió que se tomara unas pastillas, Ruth era obediente y nunca preguntaba para que eran, después de tomárselas se acostó a descansar, había sido un día muy duro para ella. Antes de marcharse, el doctor se dio la vuelta, al escuchar a Ruth llamarle. —Dime Ruth —dijo el doctor, desde la puerta, mirando hacia la cama donde estaba tumbada. —¿Me dejarías salir esta tarde con Claudia? —le preguntó. —Sólo con dos condiciones —sonrió el doctor. —¿Qué condiciones papi? —le volvió a preguntar, esta vez con voz melosa. —Que vuelvas a las ocho y que me cuentes qué has hecho. —Está bien papá, estaré a esa hora y te contaré todo —respondió la pequeña feliz, iba a hacer las dos cosas que más feliz la hacían: Primero; jugar con su amiga. Segundo; Disfrutar un rato de su padre, mientras le contaba sus cosas. Lo único que la entristecía era que su padre -17-


ni siquiera hablando con ella, dejaba un segundo su trabajo a un lado. Sabía que era un hombre de negocios y que mucha gente dependía de él, pero soñaba con hablar un día con él sin que estuviera trabajando.

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Vida Entre TiNieblas Ruth es ingresada, con seis años, en un centro psiquiátrico, a c ausa de un trastorno mental. L le vará su c aso el do ctor L lore da, quien pronto se sentirá afe ctado emo cionalmente, sobre to do cuando Ruth comience a confundir la realidad, llamándole Papá. Al mismo tiemp o, en su imaginación, Ruth crea un mundo paralelo, en el que disfr utar de su infancia y adolescencia, al lí cono ce a C laudia y Ángel, quienes serán sus mejores amigos, a ellos re currirá c ada vez que intente e vadirse de la realidad que encierran las cuatro paredes de su habitación.

www.itsypozuelo.blogspot.com www.edicionesjavisa23.com ISBN 978-84-940008-0-5

9 788494 000805


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