Édgar González

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AUTORrETRATO DE UN

PARAPLÉJICO ( F R A G M E N T O S )

ÉDGAR GONZÁLEZ


ENERO

04 de enero

Supongamos que me llamo Lacolz. Seis letras: l-a-c-o-l-z. Dos sílabas: Lacolz. No Lacoste. Ni Lajolz. Tampoco Lakoulz o Lácolz. Ele a ce o ele zeta: Lacolz. Supongamos que leo más de diez libros al año. Y cuando la lectura se convierte en un vicio crónico y degenerativo, uno termina por adquirir otro vicio: escribir. 07 de enero

Supongamos que quiero escribir un libro. Uno autobiográfico. Uno en forma de diario, memorial, anecdotario. Uno que registre la cotidianidad de un joven parapléjico, recién egresado de la licenciatura en Filosofía, que ha de lidiar con malestares físicos, enfermedades


crónicas, terapias, tratamientos y ocurrencias en general. Eso, mientras comienza a trabajar en el mundillo editorial y literario de Torreón. Y, claro, los altibajos sentimentales y familiares. ¿Y todo el asunto del narcotráfico y la violencia en Torreón? No serían los temas capitales, pero (igual que el calor climatológico) el narco-caos forma parte de la ciudad. Y los míos y los suyos de los míos y yo nos movemos y vivimos en esta ciudad narcocaótica.


FEBRERO

01 de febrero

Qué ocurre con el mundo? ¿Qué ocurre conmigo? ¿Cómo puede ser posible que ahora luzcan más jóvenes que yo el viejo de la avena Quaker y el coronel del KFC? Hoy es mi cumpleaños.


MAYO Martes 14 de mayo

Estefanía me confirma que viene a La Laguna: ya compró los boletos de avión. A Estefanía no le gusta que le digan Fani. Fani vive en Puebla, estudia Letras o Crítica literaria o algo así y ama a Vila-Matas. Lo mama. Además de ser dramática, le gusta ser dramática. Temo que podríamos terminar casados. Lulú y Fani se han agregado en Facebook: ay, Dios: han platicado. Fani le ha dicho que viene a Torreón, para la presentación de Rayuelitita, que siempre sí. Lulú, siempre con las puertas abiertas de su taller-casa, le ha ofrecido hospedaje. Que nos podríamos quedar allí. Fani, además de tener nombre de princesita (Estefania),


es una. Fani acepta con gusto. Tanto Lulú como Fani me cuentan de esa charla. Y yo no me imagino a Fani durmiendo en el taller. Y mucho menos, ja, usando el baño del taller. Por esta ocasión, creo, lo menos insano será buscar algún hotel. Miércoles 15 de mayo

Por la mañana vino de visita el tío Memo. Visita inesperada, hacía un montón de años que no nos topábamos. Es albañil y es hermano de mi abuela materna. Mejor conocido, y ya inmortalizado, como el tío Tles-al-que-le-picaron-las-abejas-allá-enel-cerro: paseaba él con sus nietos, había una caja azul que decía “NO PICAR” y fueron a picarle con un palo. Era un panal. Les fue muy mal al tío Tles y a uno de los nietos. Parecía que no salían vivos de ésa. El tío Tles tiene algún problema con


la pronunciación. Hace muchos, pero muchos años, le pidieron que dijera el trabalenguas de los tres tristes tigres. Desde entonces, pocos son los que lo ubican como Memo. A mí no me llevó al cerro, gracias a Dios. Pero me enseñó a bailar el trompo. Nunca aprendí. Pero lo miraba con atención bailarlo una y otra vez. Bueno, sí aprendí cómo bailarlo, pero en teoría. En teoría: yo sé cómo bailar el trompo, darle al yo-yo y al balero, jugar al chinchilagüa y meter goles de chilena o palomita. En teoría, soy chingón. Martes 21 de mayo

Hoy cumplió años mi hermana mayor: Alba, treinta y tres. Ella es madre de dos de mis tres sobrinos. De los dos mayores: Yonas y Yoshua. Mi hermana era


enfermera antes de graduarse como tal. A sus once o doce años, cuando nos ocurrió el accidente automovilístico a mi amá y a mí, ella (además de ser guardaespaldas de mi otro hermano en la primaria) se convirtió en nana, chacha y enfermera en la familia. De ser una chiquilla mimada (fue de la primera camada de nietos con mis abuelos paternos, además era la más bonita) que se empeñaba en molestar cruelmente a mi otro hermano (mayor que yo, pero menor que ella), de golpe (más exactamente de un coche sin luces por el periférico), se convirtió en las piernas, escoba, trapeador, lavadora y perilla de mi amá. Y antes de ser enfermera, mi hermana ya era una chola: ja, ja, ja. Jueves 23 de mayo

Me encuentro inbox y un e-mail largo de Lulú: que tiene un montón de cosas que contarme, que no han sido buenos días,


que ha llorado, que lleva así más de dos o tres días, más, que si una beca, que si una estancia, que si su hermana, que si su trabajo, que necesitamos platicar, estar. Es un hecho, lo necesitamos. Viernes 24 de mayo

¿Qué es Rayuelitita? El pretexto adecuado para juntar a viejos y nuevos conocidos. Un montoncito de hojas amontonadas entre amigos. Una forma personal de amontonar letras e ideas. Un homenaje en chiquito a una gran novela. Un cuento conformado por siete micro-capítulos, dos ilustraciones, un par de epígrafes y una nota introductoria. Una impresión de manufactura casera, por no decir artesanal, del tamaño de un cuarto de carta. El punto de partida para La Tolvanera Ediciones. Y hoy por la noche será su presentación.


JUNIO Lunes 03 de junio

Leyendo el prólogo de Joy Laville, en Instrucciones para vivir en México de Ibargüengoitia, ya sé qué me gustaría hacer si llego a grande: trabajar como un flâneur, como un ibargüengoitiano. Es decir, respectivamente, vagabundear por las tardes-noches sin un motivo fijo y dispuesto siempre a la sorpresa; sentarme a escribir todos los lunes por la mañana, como una gallina que pone un huevo, y poder decir “Los lunes a las doce y media termino el trabajo de la semana”. Ya sé qué me gustaría ser. Llevaré cuentos de La ley de Herodes, este jueves, a Kaffe Jauss.


Jueves 06 de junio

¿Qué sería de Torreón sin el ventilador? Sería lo que ya es. ¿Qué es? El infierno terrenal. ¿El infierno terregal? El infiernillo a secas, literal. ¡Ah, yo quiero vacacionar allí! ¿Qué dices? Lo que digo: yo quiero pasear por allí. ¡Calla!, ¿es que te quieres broncear, tostar, quemar? Es que no sé lo que quiero. Ya, si te quieres emborrachar de sol, polvo y calor, acá te espero. Viernes 07 de junio

Transcribo, desde el Facebook de Profesionales de la edición, la siguiente nota: Las erratas invencibles Como cierta frase que elogiaba a una dama y le pedía a un ministro que debía recompensarle sus “infinitos” servicios. Al


salir publicado decía “ínfimos” servicios; pero cuando se corrigió apareció “infames” servicios, por lo que tuvo que volver a hacerse otra corrección para quedar como: “íntimos” servicios. Domingo 30 de junio

Morirte y que nadie se acuerde de ti, que nadie te recuerde, eso ha de ser la verdadera muerte.


(Torreón, Coahuila 1987)

Édgar González

Estudió la licenciatura en Filosofía en la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH). Ha colaborado en Acequias, Radiador, Los bastardos de la uva, Estepa del Nazas, y ha sido antologado en diversos libros de terror, fantasía y ficción. En la actualidad trabaja en Amanuense Editorial, forma parte del prozine literario Palabracadabra y es becario en la categoría Jóvenes Creadores (PECDA 2013-2014). Además de empezar a mover el polvo con La Tolvanera Ediciones. Autorretrato de un parapléjico, de Édgar González, es una novela breve que intenta plasmar la cotidianidad, por medio del


diario, de un joven recién egresado de la Facultad de Filosofía que comienza a abrirse paso en el mundillo literario, cultural y editorial de su ranchera ciudad: Torreón. El día a día, los altibajos sentimentales, familiares, de salud y laborales, con la peculiaridad que el protagonista yace en silla de ruedas.

SEC Secretaría de Cultura


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