Textos de Ma. Cristina Urrutia y M贸nica Bergna Ilustraciones de Fabricio Vanden Broeck
Y sin embargo...
Por el simple hecho de haber nacido en esta parte del mundo soy mexicana. En mi país pude estudiar y ahora trabajo, digo y escribo lo que pienso.
Hoy día puedo hacer todo esto gracias a que mis padres, abuelos y bisabuelos decidieron contribuir para que
las cosas cambiaran, pero a decir verdad, no siempre fue así…
Cuando mi bisabuela era joven, la escondieron con sus hermanas para que no las robaran.
Eran momentos de guerra, era la RevoluciĂłn. Hoy dĂa la ley nos protege contra los asaltos.
Sin embargo, muchas vĂctimas tienen miedo de formular denuncias y, lo que no se habla, es como si no existiera.
Mi bisabuela se casó y tuvo ocho hijos. En aquellos tiempos
ni ella ni su esposo tenían derecho a elegir a sus gobernantes. En México se imponía la dictadura porfirista.
Hoy día hombres y mujeres estamos informados y podemos votar por quienes queramos. Sin embargo, son muchos
los que, al abstenerse, permiten que otros decidan por ellos.
Mi abuelo, al igual que sus hermanos, no sabía leer
ni escribir: vivía en el campo donde no había escuelas. Hoy día hay escuelas en cada pueblo, incluso en los más alejados. Sin embargo, todavía existen mexicanos
analfabetos. No basta con que haya escuelas, también hay que poder asistir a ellas.