La autonomía es la clave de arco de nuestro tiempo. Sin embargo, en un ámbito como el de la reproducción, es difícil hablar e inclusive pensar la autonomía, en particular la de las mujeres, porque la tendencia histórica en Occidente ha sido presionarlas para que tuvieran hijos/as o para que no los/as tuvieran, según los intereses imperantes en cada momento, utilizando para ello, como principal instrumento, el Derecho. ¿Se habrán invertido ya estas pautas? Las mujeres ¿podemos decidir libremente tener hijos/as o no tenerlos/as? El Derecho ¿protege nuestras decisiones reproductivas y no reproductivas? A estas preguntas, que son preguntas por la autonomía reproductiva, a la que nombramos deliberadamente, y a la que comprendemos como libertad que, aun enmarcada por las circunstancias, debe poder ejercerse tanto en sentido afirmativo como en sentido negativo, hemos tratado de responder en este ensayo.