Voces médicas
Estrés en pacientes con enfermedades 1 cardiovasculares Características epidemiológicas
Autor: Dr. Freddy Xavier Moyano Morán
Los eventos cardiovasculares y los trastornos emocionales comparten una epidemiología común. La creciente evidencia científica destaca la influencia de los determinantes psicológicos en las enfermedades somáticas. Los aspectos socioeconómicos del paciente, los rasgos de personalidad, el comportamiento de salud e incluso las vías biológicas pueden contribuir al curso de la enfermedad cardiovascular, que a menudo ocurren repentinamente y el episodio puede ser traumático para personas que no están preparadas. Es importante comprender los mecanismos psicobiológicos del estrés, en un enfoque fisiopatológico de las vías fundamentales que conectan el cerebro con el corazón. La rehabilitación cardíaca con su enfoque global, ayuda a diagnosticar trastornos emocionales como la ansiedad y la depresión. En este campo, la rehabilitación cardíaca parece ser un paso crucial para mejorar los resultados de los pacientes, ayudándoles a comprender la influencia de los factores de riesgo psicobiológicos y desarrollar estrategias para controlar el estrés diario.
La depresión, una enfermedad con una carga psicosocial muy alta, también tiene un efecto perjudicial en términos de enfermedad cardiovascular. De hecho, las personas que sufren de depresión tienen el doble de probabilidades que la población general de desarrollar infarto de miocardio [1] y esta comorbilidad cardiovascular aumenta la mortalidad en personas con depresión, incluso más que la muerte por suicidio[2]. Aunque la naturaleza precisa de los vínculos entre la depresión y la enfermedad coronaria(CHD) todavía no se ha establecido claramente, estos vínculos se destacan cada vez con más frecuencia, primero desde un punto de vista epidemiológico y luego con respecto a los aspectos etiológicos y clínicos en pacientes con esta preocupante comorbilidad. Recientemente, Eichstaedt et al. mostró en un condado de EE. UU., una relación positiva sólida entre las emociones negativas (ira, hostilidad, aburrimiento) expresadas en mensajes de Twitter y muertes cardiovasculares, fortaleciendo así el vínculo entre el pensamiento negativo y los trastornos cardio-metabólicos [3]. El estudio INTERHEART informó el impacto de la enfermedad psíquica en la enfermedad de las arterias coronarias y la importancia del estrés psicosocial (una noción que incluye la depresión), que se colocó en el tercer lugar en la tabla de la liga de factores de riesgo (con un odds ratio de 2,67) para desarrollar enfermedad cardiovascular[4], después de la apolipoproteína B / apolipoproteína A1 relación y tabaquismo pero frente a la diabetes, hipertensión arterial y obesidad abdominal. Los estados emocionales negativos, por lo tanto, parecen estar fuertemente asociados con eventos cardiovasculares. Debido a estas relaciones psicológicas, conductuales y biológicas entre el cerebro y el corazón, parece importante considerar la realidad de estos vínculos perjudiciales antes de incluir estrategias específicas en los programas de rehabilitación para reducir las consecuencias adversas en pacientes con enfermedades cardiovasculares.
___________________________________________________________ 1 Extracto de la investigación original.
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El impacto cardiovascular del estrés en las condiciones habituales En el campo de la teoría psicobiológica, que trata de explicar el vínculo entre el cerebro, la cognición, la emoción y el cuerpo, la teoría del estrés es una forma creíble de modelar este enigma psicosomático. La respuesta al estrés parece jugar un papel central en la interfaz entre el cerebro, los sentimientos, el comportamiento y los efectos biológicos. El efecto de múltiples estimulaciones hace que el cuerpo responda de manera biológica, cognitiva y emocional. La respuesta al estrés implica la activación central de los sistemas cerebrales responsables del análisis del entorno. En el caso de los estresores crónicos y principalmente psicosociales, el sistema alostático puede verse abrumado por la hiperactivación del eje hipotalámicohipofisario-adrenal y el sistema nervioso autónomo con desregulación de la presión arterial y los niveles de cortisol [4]. Además, se produce una respuesta inmunoinflamatoria con la producción de citocinas inflamatorias [5]. Si este fenómeno dura mucho tiempo debido a la adversidad crónica (por ejemplo, estrés laboral o social), los efectos fisiopatológicos pueden conducir a trastornos metabólicos (desregulación de glucosa y lípidos), síndrome metabólico y enfermedad cardiovascular [6]. Entonces, factores psicológicos como el estrés percibido, el estilo de afrontamiento, los rasgos de personalidad o el apoyo social pueden modular la respuesta al estrés.
Esquema simplificado de acción neurobiológica del estrés, adaptado de Marik y Bellomo 2013 [4].
