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La fusión de las culturas española y mesoamericanas en la magia de los textiles de Santa María Yacuhiti, Oaxaca
DEL AULA
La fusión de las culturas española y mesoamericanas en la magia
DE LOS TEXTILES DE SANTA MARÍA YACUHITI, OAXACA
José de Lucas Tron Omar Salvador Flores*
Es indudable que una de las expresiones de la fusión de culturas
como la española y las mesoamericanas prehispánicas se manifi esta plenamente en la artesanía lanera. Hoy, a más de 500 años de que los españoles trajeron las ovejas domésticas a América, su presencia es de una enorme importancia, sobre todo por las artesanías laneras en el país, que creemos fi rmemente que constituyen una alternativa muy importante de empleo y bienestar para mucha gente: productores, esquiladores, procesadores, artesanos y comercializadores. Por esta razón, presentamos una narración de un viaje al corazón de Oaxaca (México). Creemos importante dejar a un lado el acartonamiento de una descripción de los textiles, así como sus virtudes y ahondar más en el aspecto humano que está detrás de los mismos, desde la producción de la lana hasta su transformación en la belleza de los artículos elaborados y de las personas que dedican sus esfuerzos para que esta artesanía perdure y se vuelva una opción de mejor vida para productores y artesanos.
Antecedentes
Esta historia inició de una manera muy particular. Hace unos meses recibimos un correo en el que nos solicitaban información sobre dónde se podía comprar un carnero de raza ramboluillet, pero sin mayores datos del remitente. Le hicimos saber que nos costaba trabajo escribir a alguien sin saber quién era y cuál era su interés; sin embargo, le dimos una opción de dónde podían adquirir dicho animal. Pocos días después nos contestaron agradeciéndonos la información y se identifi caron como una asociación de nombre ANU LUU.
Pasado un tiempo, se volvieron a comunicar con nosotros para preguntar si esa raza servía
* Correos: tronj@servidor.unam.mx y omsafl@hotmail.com
Foto 1. Iglesia de Santo Domingo en Yanhuitlán.
Foto 2. Iglesia de San Juan Tepescolula.
donde ellos estaban porque los iban a apoyar con la compra de unos carneros siempre y cuando funcionaran en las condiciones del lugar en el que se asentarían. Nuestra respuesta precisó que para asesorarlos debidamente requeríamos conocer las características climáticas, de alimentación y las condiciones en las que se tendrían los animales; que a la distancia y sin información era muy aventurado dar opiniones y recomendaciones.
Ante esto, nos solicitaron que fuéramos a verlos. Y aquí empieza esta historia, la del viaje a un lugar mágico como tantos otros que hay a lo largo y ancho de nuestro país. Así hubo un encuentro y una confrontación de nuestra visión citadina, apurada e inmediata, y la del campo, sobre todo de lugares apartados, donde el tiempo y las cosas poseen otro valor y otra dimensión, y por eso sus pobladores tienen una fi losofía de vida que nos cuesta entender en su real extensión a quienes no somos ni habitamos en estos lugares, en este caso, esta hermosa región de Oaxaca.
El viaje
Días antes, los autores de este artículo iniciamos una revisión de las características del lugar. Santa María Yacuhiti (“cerro del ocote”).
Es un pequeño municipio de escasos 72 km2 que le da nombre al pueblo de la cabecera municipal y que cuenta con alrededor de 8000 habitantes, la mayoría de los cuales hablan mixteco. El clima es templado, gracias a su altitud que va de los 1700 a los 2800 msnm; hay lluvias en verano que rondan los 680 mm de precipitación y el pueblo vive fundamentalmente de la agricultura y la ganadería, para la cual los ovinos son importantes.
Santa María Yacuhiti es un poblado que se encuentra desviándose de la carretera que comunica a Tlaxiaco con Putla Villa de Guerrero, en el corazón de la llamada Mixteca alta. Para ello, desde la Ciudad de México tomamos la autopista a Puebla, y después la que va a Oaxaca. Esta carretera, para el que ha tenido oportunidad de recorrerla, tiene una gran majestuosidad por lo agreste de su geografía, el contrataste de sus profundos desfi laderos y altas montañas. Al llegar a la desviación a Nochistlán abandonamos la autopista y seguimos por una carretera estrecha de singular belleza, donde conforme se
Foto 3. Panorámica de la cabecera municipal (al fondo) de Santa María Yacuhiti desde una parte alta de la carretera que comunica al municipio.
pasan los pueblos se descubre la presencia de la catequización en las preciosas y enormes iglesias y conventos que hay en el recorrido hasta la heroica Tlaxiaco. Lamentablemente, también se pueden ver zonas degradadas por la erosión y la lucha contra ella en algunas que están siendo reforestadas.
En Tlaxiaco, Eyra Ornelas, de la Asociación ANNU LUU, nos recibió junto con el presidente municipal Maximino López y algunos de sus regidores, quienes nos explicaron lo que querían. En esencia, era ver cómo podían rescatar su ancestral artesanía lanera ante la escasez de lana para las ya más de 200 artesanas que bordan y tejen en telares de pedal y de cintura, creando maravillas en camisolas, servilletas, jorongos, rebozos y otros, pero que, como se verá más adelante, han terminado confeccionándose con algodón y fi bras sintéticas. Así, se dispuso el programa a realizar un viernes, y ya de noche nos trasladaron a la cabecera municipal a través de un camino pavimentado que subía a la parte más alta del municipio. Durante el trayecto pudimos observar que había una gran cantidad de luces, lo que nos indicaba que la región está muy habitada. Luego de llegar a un poblado de nombre Yosonicaje, el resto del viaje consistió en una pronunciada bajada de terracería; las luces eran más escasas, lo que nos permitió apreciar una magnífi ca noche estrellada. Nos llamó la atención la lentitud con la que el conductor hizo el trayecto, ya que tardamos dos horas y media en llegar.
Al día siguiente, al descubrir por dónde habíamos transitado, nos quedó clara la razón de lo anterior: el camino es en extremo sinuoso y va pegado a la montaña sobre un terreno muy escarpado con profundos desfi laderos.
El recorrido por el municipio
El programa se dividió en tres partes. La primera, recorrer el municipio para tener claridad
Foto 4. Mercado de Yosonicaje.
Foto 5. Barbacoa en el mercado de Yosonicaje.
Foto 6. Omar comiendo un buen taco en su tradicional y enorme tortilla oaxaqueña. acerca de su situación geográfi ca, climática, de vegetación y recursos (sobre todo forrajeros). La segunda era ver los rebaños para identifi car características de los animales, condiciones de crianza y otros. La tercera consistía en visitar a las artesanas y apreciar el tipo de textiles que elaboran.
Muy temprano iniciamos el recorrido, que nos hizo volver sobre nuestros pasos del día anterior hasta la parte alta del municipio, a la comunidad de Yosonicaje. Como dijimos, el camino es de terracería y bastante empinado, y vimos muchos niños caminando hacia sus escuelas. Cuando preguntamos cuánto tiempo hacían en dicho traslado, nos dijeron que de media a una hora, algo que nos hizo apreciar las difi cultades que padecen muchos niños de nuestro país. Al llegar, fuimos a desayunar barbacoa de chivo mezclada con res y unos tamales en hoja de plátano en un mercadito donde concurre la gente de la región a vender sus productos, y luego tuvimos el primer encuentro con un grupo de artesanas que estaba conformado por 12 mujeres, muchas de ellas ya mayores. Nos mostraron el proceso hasta el tejido.
Se sentaron en el suelo formando un semicírculo. Una de ellas inició con la selección y el desmenuzado de la lana a cardar, proceso en el que se eliminan residuos del lavado y basuras. Al terminar, se la entregó a otra que realizó el cardado con unas cardas formadas por dos paletas de madera con clavos alineados que se pasan una sobre la otra hasta formar un pabilo, que recibió una tercera artesana que hace el hilo en una rueca manual. Es de resaltar la gran habilidad para ir conformando el hilo uniendo los pequeños pabilos girando con una mano la rueca y con la otra administrando y regulado el grosor, estirando, enrollando y desenrollando rápidamente. El proceso vuelve a comenzar cuando se ha terminado una madeja de aproximadamente 600 gramos (esto es muy variable
ya que no la pesan sino que tienen un recipiente que determina el tamaño de la madeja).
A pesar de los años que tenemos en esta extraordinaria actividad, la verdad es que nunca dejamos de sorprendernos ante la maravilla que es el trabajo artesanal, en particular el textil, sobre todo porque poca gente sabe de la enorme labor que implica, el tiempo y esfuerzo que hay detrás de cada prenda, en especial cuando el proceso se inicia con la trasquila del animal. El lavado de la lana lo llevan a cabo con amole, un jabón de origen prehispánico que obtienen de un tubérculo que consiguen en el monte. Para ello remojan la lana en agua durante unas 24 horas y después la golpean y tallan con dicho tubérculo; es un proceso muy laborioso y pesado, y comentan que después del lavado quedan con las manos muy lastimadas.
Foto 7. Tubérculo de amole con la que lavan la lana.
Foto 8. Cesto típico de la región que traen las mujeres principalmente con lana ya lavada.
Foto 9. Proceso de desmenuzado de la lana.
Foto 10. Proceso de cardado e hilado de la lana.
Foto 11. Preparación de la urdimbre.
Foto 12. Artesana con su telar de cintura.
Con el hilo –básicamente de tres colores: blanco, negro y café–, otras artesanas colocan cuatro estacas para formar la urdimbre (como se muestra en la foto 11), y una vez determinado el tamaño, hacen una madeja en forma de ocho. Finalmente, otra artesana nos mostró la elaboración de un rebozo en su telar de cintura (ver foto 12). Cuando les preguntamos sobre el tiempo aproximado para realizar una prenda nos comentaron que varía, pero que un rebozo ronda los dos meses. En la visita, observamos que además de utilizar lana también la combinan con fi bras de algodón o sintéticas, en parte por la escasez de lana y en parte porque la mezcla resalta las fi guras del tejido.
En este pequeño poblado hay una casa comunitaria para las artesanas donde tienen un lugar para trabajar, almacenar el material, dis-
Foto 13. Con un grupo de artesanas.
Foto 14. Muestra de un jorongo y bolsa de lana.
poner de un telar de pedal y, lo más importante, ésta actúa como escuela donde se enseña la forma de preparar la lana y hacer los textiles. Es de reconocer la valiosa labor de organización que en este sentido tienen las mujeres artesanas.
Cuando una de ellas trajo un par de ovejas –una con su cría– de las que extraen la lana, nos enfrentamos a casi 500 años de historia: animales descendientes de los primeros traídos por los españoles, tipo lacha (o latxa vasca).
Posteriormente, en otros rebaños, confi rmaríamos la presencia de tipos como churra o manchega, todas mezcladas. Lo importante es que ésta es la lana que saben trabajar pero, por lo degenerado1 de los animales y las pobres condiciones en que se tienen, producen poco, no sólo lana sino también corderos.
Abandonamos la parte alta del municipio y descendimos para ver los rebaños y los lugares donde salen a pastorear. Para ello regresamos sobre nuestros pasos hasta la comunidad de Pueblo Viejo; ahí nos esperaba otro grupo de artesanas, más pequeño que el anterior pero con el mismo entusiasmo. También ellas combinan en sus tejidos la lana con algodón e hilos sintéticos, e incluso elaboran prendas que son de puro algodón o sintéticas. En esta localidad visitamos un rebaño metido entre el bosque, muy parecido a otros que vimos en el camino, que evidenciaba la presencia de las ovejas traídas por los españoles hace muchos años, que creemos prácticamente intocadas y que por ello pueden ser un recurso genético muy importante por su enorme adaptación y su capacidad de resistencia y sobrevivencia en las condiciones locales. El que todavía se les encuentre responde a una vie-
1 El término degenerado es habitual en genética, y se refiere a que por años se han cruzado padres con hijos, o hijos con padres, o hermanos, o tíos, etc., lo que se refleja en múltiples aspectos, en especial los relacionados con la producción y las posibilidades de sobrevivencia. Foto 15. Oveja de tipo lacha.
Foto 16. Rebaño de ovejas en el que se observa la presencia de las razas churra y manchega.
ja tradición de que los pequeños rumiantes son, en general, una forma de ahorro para sus tenedores, que los venderán en momentos difíciles o sacrifi carán para ser consumidos en fi estas u otros eventos familiares (para autoconsumo), además de obtener lana para sus textiles.
Sin embargo, las condiciones en que se tiene a los animales son muy precarias, signo de esca-
Foto 17. Comunidad de Buena Vista a la derecha, y al fondo Putla de Villa Guerrero.
Foto 18. Taller de artesanías en Buena Vista.
sa o nula aplicación de tecnologías para mejorar la producción; por lo mismo, los recursos de alimentación en corral también son muy pobres. Dado lo escarpado del terreno, las áreas de cultivo son escasas y pequeñas.
Dejamos atrás esta comunidad y nos movimos a otra cruzando un cerro que nos ubicaba de frente a Putla de Villa Guerrero (ver la foto 17). Descendimos hasta la comunidad de Buenavista en la que prevalece un clima semitropical por la menor altitud. Ahí nos esperaba el tercer grupo de artesanas, en una casa comunitaria donde, al igual que en Yosonicaje, cuentan con un espacio de trabajo, un telar de pedal para tejer las prendas y donde enseñan cómo hacerlas. Al igual que en las otras comunidades, cada vez usan menos lana a favor de algodón y sintéticos. Las fotos hablan por sí solas del trabajo de estas mujeres oaxaqueñas: en ellas se ven huipiles, rebozos, servilletas y un jorongo de gran belleza. Para terminar la gira, visitamos un rebaño muy mezclado de ovejas con lana y ovejas con pelo, lamentablemente cada vez más absorbido por estas últimas; el resultado es una combinación de colores y de pelo y lana.2 Después de preguntar sobre el objetivo del rebaño, nos explicaron que lo que les interesa es la carne. Apreciamos una mayor atención del productor por sus animales que en los otros casos, ya que les había construido un corral con techo y con piso de cemento.
Terminado el recorrido, regresamos a la ciudad de Tlaxiaco, donde después de comer chapulines, sopa de hongos y mole de Oaxaca, recorrimos la población, visitando en especial la casa de artesanías donde vimos rebozos de otras comunidades, también de gran belleza (foto 23).
Para cerrar, nos entrevistamos nuevamente con el presidente municipal de Santa María Yucuhiti y parte del cabildo y les explicamos, a grandes rasgos, lo que habíamos observado durante el recorrido, y ofrecimos algunas sugerencias y recomendaciones, pero con el compromiso de enviarles un documento extenso con
2 El pelo y la lana, si bien tienen un origen similar, son fibras con características diferentes en aspectos morfológicos que se reflejan en sus propiedades como textil. Los ovinos de pelo a los que aquí nos referimos son animales de climas tropicales, y el hecho de tener pelo les permite vivir en estos ambientes.
Foto 19. Manteles, servilletas y tortilleros.
Foto 20. Artesana, con el telar de pedal atrás, que muestra una servilleta para las tortillas y un huipil.
Foto 21. Elaboración de un rebozo en el telar de pedal. Foto 22. Muestrario de rebozos ya terminados para venta.
Foto 23. Rebozos en la casa de las artesanías de Tlaxiaco.
acciones concretas para la cría de los rebaños y para las artesanas.
Finalmente, con algo de incertidumbre respecto de si se pondrá en práctica algo de lo que sugerimos, pero con gran entusiasmo, interés y voluntad, creemos que la comunidad es capaz de sacar este proyecto adelante. Al día siguiente, muy temprano, nos despedimos de estos lugares que nos parecen que encierran magia, lo que da pie al título de este artículo.
Foto 24. Rebaño de ovejas perteneciente a la comunidad de Buena Vista.
Foto 25. Eyra Ornelas H., de la asociación ANNU LU, apoya y orienta a los artesanos.
Proyecto para la cría y producción de los ovinos
Mantenimiento y mejoramiento de los animales ya presentes. Este proceso implica una serie de pasos a seguir:
a) Realizar un censo de los ovinos con lana y las características básicas de crianza que están dentro de las comunidades del municipio (o incluso de municipios aledaños si es posible); estos animales y sus productores deben ser la base del proyecto. Se plantea hacer primero un breve diagnóstico al momento de realizar el censo, y registrarlo a través de una serie de preguntas que ayudarán a determinar el tipo de animales con los que se cuenta y las posibilidades de mejora.
b) Una vez conocida la población de ovinos que cumplen el requisito de producir lana, las posibles acciones a seguir son las siguientes:
• Conformar un rebaño comunitario (o buscar un productor que acepte llevarlo y atenderlo conforme a las disposiciones que se impongan) de mínimo 150 ovejas y 6 sementales de los tipos que corresponden a las razas lacha, churra y manchega.
Éste se puede integrar a partir del préstamo de animales por parte de los productores, los cuales les serán pagados con corderas ya con un proceso de mejora en un lapso de dos a tres años. Los animales deberán ser elegidos por un técnico y no según los criterios del productor. • Este rebaño deberá estar totalmente identifi cado y controlado a través de registros. • Todas las prácticas de manejo reproductivo, sanitario y de alimentación serán programadas por un técnico.
c) Los objetivos de este rebaño serán esencialmente los siguientes:
• Proveer de machos controlados en su distribución y evaluados en cuanto a sus aspectos genéticos de acuerdo con sus objetivos productivos; con el tiempo, esto les permitirá a los productores una mejora sostenible en los rebaños y evitar consanguinidades que muy probablemente han estado degenerando los rebaños y son en cierta medida causa de sus bajas producciones. También se distribuirán algunas hembras y se podrán pagar las del préstamo. • Si no es posible obtener animales cedidos por los productores, se puede plantear un proyecto de conformación de este rebaño a través de fi nanciamiento. Respecto a los sementales, si no se encuentran los indicados, muy probablemente tengan que ser traídos de otras partes del país (Chiapas o Chihuahua). • Estos machos serán los únicos con las que las ovejas se aparearán dentro del programa de mejoramiento, previo registro de a qué productor se le asigna para tener realmente un control de paternidad de las crías en los rebaños y pueda derivarse en una mejora en los mismos.
• Debe quedar claro que este rebaño tendrá ingresos por concepto de venta de lana, de corderos para abasto y de sementales. Aunque se den a los productores sin ningún costo, debe aclararse bien que hay un valor implícito muy superior al de sus animales dado que serán mejorados.
Al mismo tiempo de constituir el rebaño comunitario, con los productores del programa se deben empezar una serie de acciones de mejora en sus rebaños, en el manejo reproductivo, sanitario, nutricional y genético, acorde con las características de la región y posibilidades de los productores, que se refl ejen en la mejora de los parámetros productivos y con ello de los económicos. Por ejemplo, si tiene 20 ovejas de cría adultas, se deben producir al menos 20 corderos al año y entre 60 a 80 kg de lana.
Proyecto de mejora de la esquila y procesamiento de la lana
Un aspecto que debe ser resuelto (y de preferencia a la brevedad) es el proceso de la lana que corresponde al lavado, cardado e hilado, dado que son tareas sumamente pesadas, muy rutinarias, que demandan mucha mano de obra para realizarla y que al fi nal repercute en el tiempo que se tardan en elaborar una prenda (hasta dos meses). Por ello es importante que respecto a la lana producida en estos municipios, que el proceso se haga con equipo especializado en este tipo de tareas, a fi n de permitir que las artesanas se dediquen solamente al tejido. Para ello se debe investigar qué empresas procesan lana. Por ejemplo, averiguar cómo están trabajando en Teotitlán del Valle (Oaxaca); otras opciones son La Gualupita, en el Estado de México. También se puede investigar qué pasó con equipos que había en Lerma, Estado de México; en Avantram, San Luis Potosí y, si no, buscar la posibilidad de comprar equipo, que benefi ciaría a ambos tipos de artesanas.
Proyecto: Obtención y uso de lana para los textiles
Se encontraron dos tipos de artesanas: las productoras-artesanas y las sólo artesanas. Las primeras son las que además de criar sus ovinos realizan todo el proceso de esquila, el lavado, cardado, hilado y tejido e incluso la comercialización.
El segundo grupo son las artesanas que realizan sólo parte del proceso a partir de la compra de lana o de hilos y hacen el tejido y la posible comercialización. En este grupo se encontraron artesanas que no usan lana sino principalmente algodón y fi bras sintéticas.
Existen artesanas que compran hilos de algodón, sintéticos y de lana (estas últimas realizan el proceso de lavado, cardado e hilado) para la realización de los tejidos, utilizándolos solos o combinados. Uno de los principales motivos que se identifi caron de por qué se
utiliza algodón o hilos sintéticos o su combinación es la de no contar con la materia prima (para este caso lana), pero además la difi cultad que ellas tienen para realizar todo el proceso desde el lavado hasta el hilado.
Una de las opciones para estas artesanas es proporcionales lana ya procesada para que la incluyan nuevamente en los tejidos. Una primera instancia sería evaluar la lana de dos diferentes razas presentes en el país: la columbia y la rambouillet. Para ello se recomienda comprar unos kilogramos a fi n de que con ellos se realice todo el proceso –desde el lavado hasta el hilado– y que sean las artesanas las que decidan si este tipo de lana se ajusta a sus procesos y a la calidad de su tejidos, así como la facilidad para trabajarla.
Parte importante es hacer una campaña sobre las virtudes de la lana respecto a otras fi bras y por qué se debe incluir o realizar tejidos con lana en términos de calidad como es durabilidad, suavidad, color, originalidad, etcétera.
Proyecto: Promoción y comercialización de las artesanías
Un programa que debe empezar a implementarse a la brevedad y que benefi ciará a todas las artesanas es la promoción de las artesanías que realizan, lo que dará un sentido de denominación de origen. Para esto se plantea la posibilidad de realizar un centro de acopio (o tienda comunitaria) en ciudades como Tlaxiaco, Oaxaca, México, e inclusive un portal de internet, donde se muestren y se tengan a la venta las diferentes artesanías hechas en Santa María Yucuhiti. Este tipo de tiendas comunitarias son de suma importancia, ya que de esta manera se fi jan precios, incrementan las demandas de las prendas y se mejora todo el proceso de producción.
Se deben buscar nuevas opciones en el diseño de los textiles; para ello se debe explorar otras prácticas como la tinción de las fi bras, rescatar o determinar qué dibujos o fi guras hay en la región Mixteca, pero en especial de las propias, que les dé un sentido de identidad, buscando los representativos de la región para después hacer promoción como algo propio y original. Asimismo, hay que organizar el tipo de textiles que cada grupo de artesanas debe realizar para evitar producciones de un solo tipo de tejidos y a la vez prevenir la competencias entre ellas.
De acuerdo con lo anterior, consideramos que hay un enorme reto por delante, pero se trata de cosas que sí es posible hacer o implementar. Estamos convencidos que, con voluntad, todo lo planteado y más es realizable, y para ello es importante que los productores, las autoridades y los promotores también lo estén, pero se requiere un trabajo persistente, ordenado y con un apoyo decidido y, sobre todo, organizado, con objetivos claros y planteando metas para el corto, mediano y largo plazos.
Finalmente, insistimos en que emprender cualquier tipo de medidas para mejorar la producción y todo el proceso de los tejidos requiere tiempo, constancia y paciencia.