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El arte de los mandalas
LIBROS
Carmen Gamiño
Esta reseña abarca dos libros sobre mandalas – Mandalas del Tíbet. El arte de la iluminación y Cuaderno de mandalas 5-6 años–, técnica que se está aplicando con gran éxito en muchas escuelas. Aquí se explican los beneficios que comporta su práctica y las posibilidades que ofrece.
Mandalas del Tíbet. El arte de la iluminación
Una mente lúcida y un buen corazón, acompañados por sentimientos cálidos, son las cosas más importantes. Si la mente no se dirige a los pensamientos positivos y elevados, nunca podremos hallar la felicidad.
Con este epígrafe que cita las palabras del Dalai Lama, comienza este bello libro. Continúa explicando, en un texto lleno de profundidad para quienes seguimos procesos de búsqueda interior, que la palabra tibetana para definir mandala es dkyil-khor y significa “aquello que rodea un centro”, un centro en el aquí y en el ahora con múltiples significados, pues los mandalas son recipientes de conocimiento y sabiduría cuyo contenido en imágenes, palabras, colores, iconos y texturas se vuelven significativas para cada persona.
Entrar en contacto con los mandalas, nos dice la breve introducción, puede ser el origen de nuestra curación, consuelo, alivio, diversión e inspiración. Acudir a ellos con frecuencia es suficiente para alcanzar la iluminación un día, todo depende de la pureza de la motivación, del nivel de concentración y la comprensión de la vacuidad de nosotros mismos.
Los mandalas son creaciones de monjes tibetanos. En una tarea ardua y minuciosa, se elaboraban con arena de colores y piedras semipreciosas trituradas. Una vez terminados se deshacían con la misma minucia con la que eran formados y arrojados al agua como símbolo del cierre del ciclo de la vida; en muchos de los casos se realizaban para ser ofrendados. Sin embargo, siempre se resume en ellos el universo y la individualidad (totalidad psíquica) de quien lo crea.
Treinta y cinco mandalas se presentan en este libro para colorear con la técnica que se desee (rotuladores, ceras, etc.). Fueron realizados por Kunsang Tsering, quien desde joven se trasladó a la India para aprender el arte de la pintura tibetana y después de seis años de estudio, comenzó a trabajar en monasterios budistas
pintando frescos en las paredes de los templos, incluyendo el Namgyal, residencia del Dalai Lama Tenzin Gyatso.
El contenido del libro y el total de mandalas están divididos en los siguientes cinco temas: 1. Los ocho símbolos auspiciosos que representan las diferentes manifestaciones de Buda: El parasol, Los peces sagrados, El vaso del tesoro, La flor de loto, La caracola sagrada, El nudo sin principio ni fin, El estandarte de la victoria, La rueda del Dharma. 2. Las siete preciosas joyas, en los cuales se reflejan los diferentes estados de la mente iluminada: La preciosa rueda, La preciosa joya, La preciosa reina, El precioso ministro, El precioso elefante, El precioso caballo, El precioso general. 3. Emblemas simbólicos, que contienen símbolos de los espacios sagrados: La triple joya, Las tres criaturas victoriosas de la armonía (tres mandalas), Los cuatro amigos armoniosos,
Los seis símbolos de larga vida, El emblema de los grandes bodhisattvas, La ofrenda de los siete bules de agua, La rueda y el emblema de los ciervos. 4. Animales mitológicos, en los que se agrupa animales sagrados de la mitología tibetana: El ciervo, El león de las nieves, El tigre, El dragón, Las nagas, Garuda-león, El monstruo del agua o Caracola–Makara, Kirtimukha o la cara de su majestad. 5. Los símbolos cosmológicos, que representan el universo cosmológico según el budismo tibetano: El sol y la luna, El monte Meru, La ofrenda de mandala.
Cada uno de los mandalas tiene una pequeña explicación que nos orienta acerca de su significado y de lo que podemos encontrar en nosotros mismos al elegirlo de entre todos los demás. Como ejemplo, doy la definición de los mandalas que me parecen más bellos en cada uno de los temas.
1. El nudo sin principio ni fin: símbolo de longevidad, continuidad, amor y armonía, así como la libertad de Buda y su compasión. 2. El precioso elefante: fiel y obediente a su amo, es capaz de comunicarse con él telepáticamente. Posee la fuerza de cien elefantes y es insuperable en las batallas. 3. La rueda y el emblema de los ciervos: símbolo del establecimiento y la transmisión de la enseñanza de Buda mientras la rueda del Dharma va girando. 4. Kirtimukha o la cara de su majestad: simboliza la cara de la realeza, la fama y la gloria, y por eso se convierte en el guardián de las entradas a los templos y palacios. 5. El sol y la luna: el dorado o rojizo representa la parte femenina de la sabiduría y la luna blanca representa el aspecto masculino y la compasión.
Para utilizar este libro se recomienda buscar un sitio tranquilo y ya con las herramientas necesarias, elegir el dibujo que más nos atraiga. Se tiene la libertad de transformarlo, agregando o quitando formas. Es recomendable observar el estado interior de uno mismo antes y después de colorearlo y no comenzar un mandala sin haber terminado el anteriormente iniciado.
Éste es sin duda un libro lleno de bellas imágenes y conceptos que podemos utilizar de manera personal, en la clase o taller como herramienta para el desarrollo creativo, entendimiento y encuentro con uno mismo, que por lo demás, si entramos en el mundo simbólico circular, entramos en el espacio sagrado de la protección.
Cuaderno de mandalas 5-6 años
El segundo de estos libros, Cuaderno de mandalas 5-6 años, está pensado para que niños y niñas de cinco y seis años pinten y llenen de color flores, dinosaurios, hongos, números, planetas, laberintos, gotas de agua, pingüinos, apaches, bailarinas, panes… y todas aquellas figuras y espacios que conforman los 21 mandalas que en él se agrupan. Puede ser, de acuerdo con lo que sugieren los autores, que el niño o la niña (en la escuela, en la casa, en el parque, etc.), abra libremente el cuaderno, elija uno de los 21 mandalas y tomando la crayola o el gis o el pincel, le dé color. O bien, que sea el maestro quien, según sus objetivos, elija el mandala y lo utilice como una herramienta educativa. En ambos casos, los beneficios de los mandalas son inmensos, ya que al momento de trabajarlos nos relajan, calman y equilibran; refuerzan la autoestima y la imagen positiva; combaten la fatiga y el estrés; estimulan emociones, sentimientos, concentración, memoria, creatividad e imaginación; trabajan el silencio, la atención y la armonía; canalizan conflictos; fomentan la socialización y la convivencia; estimulan la experimentación y la iniciativa.
Para quienes deseen emplear este cuaderno como material didáctico, frente a cada mandala hay una pequeña introducción en la que se sugieren algunos temas derivados de las imágenes que los constituyen y que en la mayoría de los casos se reflejan en el título que se le ha dado. De este modo, el nombre de los mandalas y los temas sugeridos son:
1. El número 7: relación entre grafía y cantidad, apoyo para la lectura de Blancanieves y los siete enanitos. 2. Los transportes terrestres: introducción a los tipos de transportes que existen (aéreos, terrestres y acuáticos). 3. El ciclo del agua: importancia de la conservación del medio natural y cuidados del agua. 4. El otoño: diversidad de hongos, hojas y productos de esa estación.
5. El bosque: excursiones familiares o escolares, el respeto a la naturaleza. 6. El lobo y los siete cabritos: complemento de aprendizaje del número 7, fomento a la lectura. 7. El invierno: características de la estación, costumbres e historia de los esquimales. 8. El pentagrama: bases del lenguaje musical y sus notas. 9. La excursión: bases de conversación para poner reglas, necesidades y todo lo referente a una salida escolar. 10. El número 8: la imagen de una araña permite aprender el número ocho con sus patas. 11. Los dinosaurios: la vida en tiempos remotos. 12. El sistema solar: práctica de conceptos como
“cerca”, “lejos”, “a un lado”, “al otro”, “grande”, “pequeño” y conservación de la tierra. 13. Los disfraces: carnavales, fiestas y tradiciones. 14. La primavera: ciclo de las plantas, papel que desempeña el Sol en nuestro planeta. 15. El huerto: ciclo de la vida vegetal, cuidado de las plantas, nutrición, herramientas. 16. Los transportes aéreos: conceptos de agua tierra y aire. 17. Las tiendas: nombre de productos, diversidad y tipo de comercios. 18. El laberinto pirata: perspectiva visual y orientación espacial. 19. Los instrumentos musicales: clases de instrumentos, su sonido y tamaño. 20. El número nueve: deportes, reglas para jugar beisbol. 21. Las series geométricas: estructurar el espacio y desarrollar la parte abstracta del pensamiento.
La coordinación para elaborar este cuaderno estuvo a cargo del equipo de MTM editores, Martina Brugués y Esther Armadá, ambas maestras de educación infantil (Esther es, además, ilustradora e imparte talleres de dibujo, artes plásticas y mandalas.
Para quienes ya conocían los mandalas y lo que significa crear o pintar alguno de ellos, quizá resulte extraño que se vuelvan herramientas racionales de trabajo temático, sin embargo, creo que vale la pena colocar la belleza de los mandalas, en este caso sencillos y con pocas imágenes pero no por ello faltos de estética, frente a niñas y niños para que a través de mirarlos y colorearlos sean ellos quienes brillen y se vayan pintando a sí mismos y al mundo que los rodea, de armonía y color. Al final del libro hay un correo electrónico para enviar sugerencias y comentarios.
Reseña de los libros:
Mandalas del Tíbet. El arte de la iluminación, Ilustraciones de Kunsang Tsering, V&R Editoras, Argentina, 2012, 80 pp. Cuaderno de mandalas 5-6 años, Ilustraciones de Esther Armadà, V&R Editoras, Argentina, 2012, 48 pp.