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Casillas con valor

problemas sin número

Claudia Hernández García*

Lo abrí al azar. Los caracteres me eran extraños. Las páginas, que me parecieron gastadas y de pobre tipografía, estaban impresas a dos columnas a la manera de una Biblia. El texto era apretado y estaba ordenado en versículos. En el ángulo superior de las páginas había cifras arábigas. Me llamó la atención que la página par llevara el número (digamos) 40.514 y la impar, la siguiente, 999. La volví; el dorso estaba numerado con ocho cifras. Llevaba una pequeña ilustración, como es de uso en los diccionarios: un ancla dibujada a la pluma, como por la torpe mano de un niño.

Fue entonces que el desconocido me dijo: —Mírela bien. Ya no la verá nunca más.

Había una amenaza en la afirmación, pero no en la voz.

Me fijé en el lugar y cerré el volumen. Inmediatamente lo abrí. En vano busqué la figura del ancla, hoja tras hoja. Para ocultar mi desconcierto, le dije: —Se trata de una versión de la Escritura en alguna lengua indostánica, ¿no es verdad? —No —me replicó.

Luego bajó la voz como para confiarme un secreto: —Lo adquirí en un pueblo de la llanura, a cambio de unas rupias y de la Biblia. Su poseedor no sabía leer. Sospecho que en el Libro de los Libros vio un amuleto. Era de la casta más baja; la gente no podía pisar su sombra, sin contaminación. Me dijo que su libro se llamaba El libro de arena, porque ni el libro ni la arena tienen ni principio ni fin.

JORGE LUIS BORGES

Tomado de Jorge Luis Borges (1975). El libro de arena. Buenos Aires: Emecé Editores, pp. 170-172.

El argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) fue uno de los escritores más importantes del siglo XX. En varios de sus cuentos incluye referencias a conceptos matemáticos; por ejemplo, en El libro de arena equipara el concepto del infinito con un libro de tamaño ordinario que no tiene una primera hoja ni una última y cuyas páginas intermedias constantemente aparecen y desaparecen.

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* Técnica académica de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM.

Actividad

El reto de esta ocasión sugerimos trabajarlo con alumnos de tercero de secundaria en adelante. Además de intentar encontrar una solución, compartan sus estrategias y soluciones con otras personas para identificar diferencias y similitudes.

1. Numera las casillas de las siguientes cuadrículas usando los números del 1 al 9 de manera que dos consecutivos estén en casillas contiguas. Algunas casillas contiguas, sin embargo, no tendrán números consecutivos. Al calce de cada cuadrícula aparece la suma de los números ubicados en las casillas correspondientes a los puntos naranjas. El reto consiste en identificar qué casilla corresponde a cada número.

2. Identifica los nueve números en la cuadrícula, como en el reto anterior, pero ahora hay que encontrar una solución distinta.

11 11 11

11 11

7 8 1

6 9 2

5 4 3

2.

7 6 1

8 5 2

9 4 3

1.

las de ustedes? Estas son posibles soluciones para cada reto. ¿Son iguales a

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