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Los libros únicos en busca de biblioteca

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Los libros únicos

EN BUSCA DE BIBLIOTECA

Víctor Fuentes Martínez*

Libro único es un término acuñado hace por lo menos cuatro años, durante una de las actividades de la galería Gubidxa (en Unión Hidalgo, Oaxaca). En ese entonces, en un tianguis orgánico, se presentó una maestra con sus propios cuentos editados como libros cartoneros. Es decir, editaba un original y del mismo reproducía varios ejemplares que ponía a la disposición de todos por un módico precio. Por nuestra parte, pensamos que así se podrían organizar los materiales que día a día se crean en un aula. Entonces, el libro único no es otra cosa que ese legajo de hojas que con todo esmero el profesor o la maestra realiza con sus alumnos, para darle vida a un contenido específico. Ese afán de hacer un libro, ya sea de todo un grupo, de un equipo o de manera intencionada con un niño, no tenía, a mi parecer, nombre.

Víctor Fuentes Martínez

todavía recuerdo que durante el diplomado auspiciado por el Programa Nacional de Actualización Permanente de Maestros de Educación Básica en Servicio (Pronap) en 2008, trabajamos junto con un grupo de docentes los libros rústicos. Así, imaginé que el libro rústico, que hacemos a mano y con la intervención de los niños, siendo una producción de textos merecía tener un nombre. Lo de único es porque no hay copias, el tiraje es de un ejemplar. Me parece ahora pertinente hacer una biblioteca para estos materiales, que incluya los libros ideados por un maestro o por los niños.

Imagino en seguida que en una escuela sus alumnos se den a la tarea de escribir un libro único, y si cada uno produce dos, podemos considerar que en breve habrá un buen número de ejemplares para la biblioteca de los libros únicos.

* Escritor zapoteco. Director de la Escuela Primaria “Hermanos Flores Magón” en Unión Hidalgo, Oaxaca.

El libro único y los tiempos actuales

El libro único es una respuesta a la necesidad de poner por escrito las palabras que se piensan; es también un recurso que pone de manifiesto el derecho de todos, sobre todo de los niños, a defender sus ideas. El libro único soporta los pensamientos, las mejores emociones y la manera de interpretar el mundo circundante, es una manera de vivir en armonía con los otros.

El libro único no está sujeto a los modos de la industria editorial, pero tampoco se aleja de los requerimientos mínimos de una publicación convencional. Poco a poco, quienes participen en su confección aprenderán los estilos, las formas, las reglas de elaboración y producción de un libro como tal, e incluso a editar y publicar de manera autónoma e independiente.

La parte creativa

La figura más cercana a los libros únicos es la del libro de autor o libro de artista. Los artistas emplean estos materiales para abordar determinados temas, y en su elaboración recurren a técnicas específicas y a la vez multidisciplinarias para que su libro goce del calificativo de artista. Sus especiales características hacen de él un medio para jugar con el tiempo, al poder pasar sus páginas, retroceder, desplegarlas y leer un discurso plástico en secuencias espacio-temporales (Antón, 1995).

Este tipo de libros abren la posibilidad de unión entre la pintura, la escultura, la poesía experimental, la foto metáfora, las artes aplicadas, e incluso con el libro de edición normal, y dan paso a los más diversos procedimientos artísticos y elementos plásticos tradicionales o innovadores.

Estas combinaciones le proporcionan “un sentido lúdico y participativo a la obra, ya que, el libro de artista [al igual que el libro único] se puede ver, tocar, oler, hojear, manipular y sentir” (Antón, 1995). El libro único tiene ese cometido, en tanto deja explorar, encauzar y desarrollar la creatividad e imaginación para lograr un libro completamente nuevo y único.

Al igual que el libro de artista, el libro único suscita una satisfacción plena de goce y se acerca a la creación y a la palabra de una manera poética. Ello despierta el interés de los creadores por las manifestaciones artísticas en general al mostrar sensibilidad para tocar todo tipo de temas, tomar conciencia de la

realidad y poder proponer posibles soluciones a los conflictos apremiantes y cercanos a los autores.

La toma de conciencia en la escritura

En los libros únicos se puede escribir casi sobre cualquier tema y emplear libremente cualquier género literario, recursos estilísticos, tipología, diseño y materiales (no sólo usar el cartón), características que los autores irán descubriendo a lo largo del desarrollo de su proceso de apropiación de la cultura escrita. Ello les dará la oportunidad de conocer, leer e indagar en otras fuentes escritas u orales (no sólo entrevistas), lo que les hará tomar conciencia respecto a la necesidad de que lo escrito sea legible, contenga un mensaje conciso y exponga un punto de vista personal y un modo de ver el mundo, al mismo tiempo que contraste su visión del mundo con la de otro u otros.

Las posibilidades en la biblioteca de los libros únicos

Con los libros únicos se puede conformar e instalar una biblioteca en forma, donde los autores son también organizadores de ésta, y quienes saben proponer y ofertar el nuevo libro. Los escritores, que son también lectores, resultan los mejores mediadores para promover el acercamiento al libro hecho por ellos. Podrán organizar presentaciones y participar en otros eventos públicos (congresos educativos, ferias de libros, tianguis culturales, entre otros), no sólo para promover sus libros únicos sino para compartir sus ideas y vivir emociones verdaderas al transmitir por escrito lo que han pensado.

Escenario para revindicar la lengua

En una biblioteca de los libros únicos, el uso de la escritura en lengua materna diidxazá/zapoteco se hará presente de manera natural, por lo que los niños hablantes podrán apoyar a quienes no lo son y alentarlos a producir sus propios libros en zapoteco o en las dos lenguas.

Los niños tendrán momentos para vivir la traducción de sus escritos de manera simultánea. Con ello, la biblioteca será fuente de consulta y saberes de la localidad, y espacio para acercar los libros traducidos a toda la comunidad. Habrá también la oportunidad de reencontrarse con personas adultas hablantes que no pueden hacer uso de la escritura de su propia lengua y de acercarse a los materiales escritos en esa lengua u otras, con mayor facilidad.

Aliado de los libros únicos

Resulta ser un buen aliado para los libros únicos una experiencia desarrollada en la Escuela Primaria “Emiliano Zapata” de Chicapa de Castro, agencia de Juchitán de Zaragoza, en el estado de Oaxaca: un grupo de niños de quinto grado participaron en la elaboración de un libro único, que viajó de lugar en lugar, de mano en mano, para ser completado, y esta experiencia de crecer y difundir el material lo volvió libro viajero –nombre que recibió de los propios niños–, que salió al encuentro de la comunidad para recuperar saberes. La propuesta fue hacer una compilación de palabras del zapoteco de la sierra Juárez y poner sus equivalentes en zapoteco del istmo. Luego se invitó a la comunidad a continuar con este ejercicio de escritura. Retomando esta experiencia se amplió el uso del liVíctor Fuentes Martínez bro único, haciéndolo viajero. Fue así como una maestra quiso poner en práctica la experiencia y la replicó en una comunidad cercana, Santo Domingo Ingenio. Esta vez, el libro único, ya viajero, abordó dos temas: primero el del cuidado del planeta, y luego vino el tema del sismo. Así, la maestra, de manera coyuntural, ideó junto con los niños usar el libro viajero para alertar a la comunidad sobre los simulacros y las medidas preventivas para este tipo de contingencia. Resulta demasiado alentador saber que el libro único puede tener un mejor aliado con sólo convertirlo en libro viajero, que salga al encuentro del otro. Esto es, el libro único estará acompañado de una labor de difusión, y qué mejor que sea un abanico constante de posibilidades para traer de vuelta los aportes de los participantes y agentes de saberes de toda la comunidad.

Los libros únicos como mediación para la comprensión de los lectores

A mi llegada a la escuela primaria “Hermanos Flores Magón”, supe por los mismos docentes, de las rutinas y las actividades que se encargaban de hacer. Uno de ellos me enteró de que el director anterior les leía en voz alta a los niños. Al escucharlo, mi cara ha de haber lucido desencajada, pues me miró sorprendido, y luego continuó diciendo: “… durante el homenaje”. Le hice otras preguntas para comprobar si había entendido bien. “También les preguntaba de qué trataba el libro”, agregó. “A quien contestara más y mejor le regalaba libros en el festival del día del niño”, terminó comentando.

El mismo maestro en otra ocasión me informó dónde podría encontrar los libros de la biblioteca escolar: estaban en una suerte de bodega, de donde recuperamos algunos con la ayuda del personal de intendencia. Juntos los acomodamos sobre unas mesas sobrantes, y allí estuvieron por varios días, sin que a ningún maestro le importara. Uno que otro niño se acercaba a hojearlos, hasta que empezaron a acercarse, en serio, motivados por explorar unos materiales didácticos que el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca acostumbra donar a las escuelas.

Durante el año escolar recorría toda la escuela para ofrecer lecturas de los libros que me gustan mucho, la mayoría de los que poseo. Estos momentos me servían también para ver qué había en cada espacio. Los libros de los programas de lectura estaban colocados en estantes, algunos empolvados y otros muy deteriorados por falta de uso. Una maestra colocó un rótulo sobre un libro grande pintado directamente en la pared. Acomodó libros de precios económicos, varios cuentos clásicos. Ese libro abierto, con el mismo rótulo, “Había una vez…”, lo he visto en más de una escuela y por las imágenes subidas en la red. Aun así, di unas palabras de aliento a la maestra por su iniciativa.

No quise leer durante los homenajes, y para decir la verdad dejamos de realizar los honores los lunes para darle mejor uso a las horas de clases, un poco por la contingencia, después del 7 de septiembre de 2017. En mi comunidad, ya nada es igual. La población de Unión Hidalgo, Oaxaca, es uno de los municipios con mayor afectación material en todos los aspectos.

La escuela no fue la excepción, por fortuna los salones sólo tuvieron fisuras, el edifico en general se mantiene en pie. La sala de usos múltiples nos la entregaron por octubre de ese año, recién remodelada; era una casa de obra local y con los programas de gobierno se convirtió en un espacio amplio y de uso variado. Dispusimos ocuparla para reuniones de docentes y está abierta todos los días. Ahí puse una mesa para una máquina y atendemos los asuntos de la escuela, pero todo el tiempo está abierta como biblioteca escolar y ahí mismo conviven con los libros únicos.

Para mayo, ya los profesores se vieron más animados, y poco a poco iban entendiendo cómo podíamos lograr que la presencia de los libros fuera parte fundamental en la vida de toda la escuela. Para eso, leía en voz alta a todos los niños, en distintos horarios; asimismo, organizamos presentaciones de libros, y sirvió mucho que algunas fundaciones nos visitaran (como una suerte de terapia postrauma). También se ofrecieron talleres de varios tipos a los niños.

Por las tardes, ellos acudían a los talleres o jugaban voleibol. La escuela se movía en la idea de realizar un primer congreso de bibliotecas del libro único. Se lo compartimos a todos los docentes e iniciamos con una primera actividad de referencia, que llamamos “Exploración del medio 2018”, consistente en una visita al río de la localidad, por tres días consecutivos.

Los niños jugaron, recibieron pláticas de personas de la comunidad que antaño disfrutaron del afluente en su esplendor, también participaron en los talleres ofrecidos por los maestros, y sus padres se vieron muy animados a participar en las charlas que se organizaron. Estas actividades generaron en los maestros, nuevas expectativas de cómo encauzar el aprendizaje de los niños, y de igual manera sensibilizaron a los niños y sus padres. Empezamos desde ahí, aprovechando el ánimo de los niños por contar y escribir lo que habían sentido y realizado durante la exploración a la que fueron convocados. Esos ejercicios de escritura fueron la oportunidad para plantearles a los docentes la idea de seguir escribiendo y preparar el escenario ideal para la realización del congreso. Éste ocurrió en mayo y duró cinco días: uno para la inauguración, tres para las acciones y uno más para el cierre, que sirvió para la apertura del funcionamiento permanente de la biblioteca. Los docentes y los niños se dieron a la tarea de producir sus textos, de diversa índole, de preferencia poesía y narrativa, pero también hubo interés en otros tipos, como instructivos y recetas. Al parecer la vida académica de la escuela marchaba bien, entonces me enteré de que un amigo de Argentina visitaba la capital del estado y le solicité acompañarnos como guía para las actividades del congreso. Cuando se lo propuse a los profesores y a los padres del comité, estos últimos se mostraron un poco escépticos, sobre todo porque representaba un gasto, para ellos innecesario. No fue suficiente argumentarles que el maestro venía a compartir sus experiencias de más de tres décadas en relación con la oralidad y la cultura escrita. Pese a todo, el día llegó y el maestro nos pudo acompañar, dio talleres, charló con los docentes, les leyó a los padres, a los maestros y a los niños. Compartió sus consejos para una mejor lectura en voz alta, y aunque le faltó tiempo para escribir con los niños, convivió con ellos por tres días consecutivos. Considero que todos salimos fortalecidos, con muVíctor Fuentes Martínez cho ánimo, así lo han demostrado las cartas recibidas por parte del maestro Gerardo Cirianni. Quizá no se esperaba que los libros únicos, que se presentaron durante el congreso, fuesen resultado del intenso trabajo de los niños y sus maestros. Además, no deja de agradecer la oportunidad de convivir con los niños y sus padres. Esta ocasión nos deja una experiencia de escritura: los libros únicos fueron el punto de partida para involucrar a los niños en el ejercicio de poner en orden sus ideas y Los libros únicos presentados durante el lograr expresar algo coherente y valioso para ellos miscongreso fueron el resultado del trabajo de los niños y sus maestros mos. A continuación, deseo compartir tres de esos tex tos con ustedes: -

El árbol

Árbol cada vez que te veo crecer tímido, pero cuando están junto a ti te pones contento porque como no tienes a nadie con quien platicar por eso siempre estas triste.

Noe, 5° grado, grupo A Mi árbol

Mi árbol lindo, mi árbol tímido, que si no estas mis pesadillas aumentan más y más que en tu dulce sombra me haces descansar yo contigo hacemos par. María Guadalupe Cruz López 4° B

Árbol de mi vida de mi corazón cuando veo tus ramas siento aspiración.

Juquila Sicarú Ordaz Alonso 4° B

En seguida quiero detallar cómo ocurrió que una de las maestras, preocupada por no tener el libro único, les pidió a los niños que escribieran una carta al futuro guía. Elaboraron textos muy cortos, me los mostró y le comenté que podría darles más tiempo, procurarles más confianza. Ella no estaba satisfecha, decía que les faltaba imaginación, que sólo le preguntaban sobre el futbol.

En otro momento me pidió ayuda para valorar juntos los nuevos textos, varios estaban escritos en forma de poemas, fue cuando les compartí una obra de Pablo Neruda: Libro de las preguntas. Días después la profesora se mostró contenta, me presentó otros textos que habían surgido. Los niños hablaron de cómo se sintieron durante la noche del sismo. Fue algo tan sencillo, me dijo, para algunos estaba muy presente este acontecimiento, ponerlo por escrito los hizo pensar sobre lo ocurrido, poner en papel sus miedos les sirvió de mucho. He aquí algunos de esos textos:

El dolor de mi familia

Me entristeció ver a toda la gente llorando, cómo quisiera que esto no sucediera para no ver a nadie sufrir...

Alexander Ortiz Alonso, 4º B

Víctor Fuentes Martínez Mi peor pesadilla

una noche bonita todo el pueblo durmiendo, mi familia jamás imaginó lo que venía. Romina durmió sin escuchar el ruido de todos los vecinos solo me despertó los escombros que cayeron sobre mí mi miedo fue ver todo destruido, cuartiado, mi casa terminó hecho un rompecabezas. Al amanecer vi todo lo que hizo el terremoto y me dio mucha tristeza ver el dolor de las personas y sobre todo ver a mi familia sufriendo por las pérdidas materiales, todo eso me hizo pensar que volveríamos a empezar de nuevo.

Romina Pérez Chía, 4º B

La tierra tiembla

un día 7 de septiembre se hizo un terremoto que aterró Unión Hidalgo y a otros pueblos vecinos porque cayeron casas y las cosas se destruyeron yo estaba acostado y despierto salí muy asustado llorando porque me espanté se fue la luz vi a toda la gente afuera sentí tristeza por las personas que murieron mi familia destrozada sin imaginar lo que iba a pasar mi miedo fue que pensé que la tierra se abriera que yo hiba a morir, pero gracias a Dios porque me permitió vivir y soy feliz.

Vicente Castillo Juan, 4º B

Mi peor temor

era una noche normal y fui a cenar sin pensar lo que iba a suceder me acosté cuando estaba durmiendo sentí un escalofrío después empezó a temblar, pero leve, enseguida fue fuerte entonces salí corriendo, mis primos salieron con mi hermana Shunashi, a mi hermana la sacó mi papá entonces sentí temor y miedo. pensando que iba ser de mi vida y de mi familia el miedo entró en mi ser no pude llorar ni gritar todo quedó dentro de mí, no salió mi expresión y eso me hizo daño pasaron los días y yo sentía lo mismo ese miedo no dejaba que durmiera tranquila, con temor de que volviera a suceder lo del 7 de septiembre.

Ma. Guadalupe Cruz López, 4º B

Los niños tuvieron tiempo para ilustrar sus textos y durante el congreso se turnaron para presentarlos. La maestra se encargó de la edición y se atrevió a acompañarla de un breve prólogo. Así, cada maestro buscó una manera diferente de hacerlo, muchos terminaron haciendo libros bien cuidados, otros recurrieron a lo más práctico: un sencillo engargolado de arillos.

Una de las experiencias que nos deja el congreso es que podemos seguir haciendo los libros únicos. Acordamos realizar un trueque de textos, cada fin de mes, para el año escolar 2018-2019. De todos los trabajos compartidos durante octubre, hubo uno que nos sorprendió más: los niños de sexto grado y su maestro elaboraron un poemario. Cada niño o niña escribió su poema, son 19 en total. Lo interesante vino cuando el profesor les propuso que los escribieran también en zapoteco. Ellos dijeron que sí y me buscaron. Les he leído en otros momentos y de eso se acordaron. Recuerdo sus risas y caras de no entiendo nada. La primera vez que me oyeron, al terminar algunos me dijeron que sí entendían, y otros que, a lo mejor si leía menos rápido, sí podrían entender, pero que no podían hablar.

El maestro les sugirió llevarse los textos escritos a sus casas para buscar la ayuda de un adulto, y así lo hicieron. En unos días se reunieron para terminarlos. Luego me pidieron otro apoyo, que consistía en revisar los textos; les dije que podría hacerlo si ellos hablaran la lengua, y podríamos dialogar. Vi en sus caras un dejo de incertidumbre. Pensé que estaba por perder una valiosa oportunidad, así que les sugerí escribirlos como se considera la norma de escritura del zapoteco.

De esta manera, terminaron el libro único con los escritos de tres maneras: el original; el que denominamos versión de oídas, realizado por un adulto junto con ellos; y la versión normalizada, la que les mostré durante la reescritura de sus poemas. Aquí transcribo las tres versiones:

Original

Alas de colibrí

Alas de colibrí, alas de valor, Vas volando con tus sonidos Hermoso y encantador y con tus lindos sollozos. Mirando al cielo te conocí Con esas inmensas alas Yo te vi Volar hacia las montañas. Versión de oídas

Xhiaá biulú

Xhiaá ni die, shiaa ni risaca Se lu sipapalu ne ca bii stii shiálu, Sicaru ne siulaguicavela laa Ne sicaru nga siyunalú Cayuya shie yuiba yuca Biaya lu, Ne ca shialii naroba, Ca billa alii Si papalu ca, dani. Versión normalizada

Xhiaa biulú

Xhiaa ni die’, xhiaa ni risaca, Ze lu zipapalú’ ne ca bi xti xhiaalú’, Sicarú ne xhiaa ni rusisaca cabe laa Ne sicarú nga ca yuuna xtiu’. Cayuya xaiba’ guca bia’ya lii Ne ca xhiaalú’ naro’ba’ Biya lii Zi papalú ca danni

Alejandra Toledo Sánchez

Después de este proceso para elaborar los libros únicos, podemos considerar lo siguiente: exigir una comprensión de lectura de inmediato, después de terminar de leer un libro, es prematuro e inapropiado. Exigir a los alumnos que comprendan un texto con sólo leerlo en silencio, no es el caso. Demandar la comprensión de la lectura de un texto escrito por otro, de un libro, es demasiado azaroso, si no permitimos a los niños tomar el rumbo y la responsabilidad de sus aprendizajes.

Los espacios son múltiples y variados, están a la mano, pero si sólo ofrecemos un cúmulo de contenidos reproducidos sin sentido y sin compromiso, estamos errados. De tal suerte, nos queda poca oportunidad de imaginar y crear junto con los niños, y reducimos el margen de esperanza de aprender de todos y de todo lo que nos circunda.

Si bien hemos logrado avanzar, aún estamos en deuda. Hemos trabajado intensamente para que en la comunidad se abriera una biblioteca de los libros únicos. Por ganas no paramos. Debemos vencer muchos obstáculos, pero sabemos que un espacio digno creado por y para los niños valdrá siempre la pena. Pensamos que es una valiosa oportunidad por todo lo que nos ha tocado vivir, a lo largo de estos dos años, haciendo juntos nuestros libros únicos.

Referencias

ANTÓN, J. E. (1995). El libro de artista. En: Poesía experimental/Libros de artista [en línea]: <www. merzmail.net/libroa.htm>.

CALVO, M. (2015). Tomar la palabra. La poesía en la escuela. México: Fondo de Cultura Económica.

FOMENTA SEP lectoescritura indígena con los libros cartoneros. En: UNOi, 12 de agosto de 2012 [en línea]: <mx.unoi.com/2012/08/12/fomenta-sep-lectoescritura-indigena-con-libros-cartoneros/>.

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