6 minute read

Artículos

¿QUÉ ES PRIMERO, EL PERRO O LA TERAPIA?

Por: Jenny M. E. Aragón Leyva, experta en Intervenciones Asistidas con Animales Directora de “Dejando Huella Educando”, Querétaro.

Advertisement

Fotografía cortesía: Jenny M. E. Aragón Leyva / Fotografo: Konene Foto

En incontables ocasiones me han contactado para decirme que tienen un perro maravilloso, amoroso y amigable que quieren donarme para que dé terapia, o bien que algún especialista, ya sea psicólogo, psiquiatra o pediatra les recomendó un perro para que le dé terapia a su hijo y ya compraron un cachorrito de Pastor Belga Malinois o Border Collie y quieren que ya empiece su trabajo.

Parte del equipo de Facilitadores y Manejadores en Intervenciones Asistidas con Animales y algunos de los animales de terapia: Erika y Fabiola con Moss (Bóxer), Cecilia con Ivy (gato tricolor), Jenny y Víctor con Ziggy (gato tabby naranja), Susana con Paris (Chihuahueño) y Margarita con Francia (Schnauzer).

En ese momento siento tantas cosas: preocupación por ese cachorro que definitivamente tiene un futuro incierto en esta tan lamentable situación; tristeza por la inminente decepción que voy a causarle a la familia con mi respuesta; impotencia por no poder retroceder el tiempo y querer que esa familia se hubiera informado realmente o porque ese especialista hubiera medido sus palabras en un área que desconoce; y un gran rechazo por la desilusión de ese niño que esperaba pronto compartir con su nuevo mejor amigo. Y entonces, esa ayuda que estaban ansiando encontrar, se desvanece y transforma en una nueva carga.

En esta imagen se puede apreciar al experto en la salud enfocado en el trabajo con el usuario y al manejador guiando al perro de terapia durante el desarrollo de la sesión. Experto Terapeuta Ocupacional Anahí Bernal, Manejador Jenny Aragón, Perro de Terapia Francia en el Taller de Estimulación Sensorial para Bebés Asistido con Animales “Explora el Mundo con tu Mejor Amigo” en el Centro Cultural Epigmenio González.

Fotografía cortesía: Jenny M. E. Aragón Leyva Las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) no son un hobby, tampoco son una actividad que se pueda aprender en un fin de semana. Por más sencillo y divertido que parezca, las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) requieren de mucho trabajo en capacitación, planeación y logística. La capacitación ha de comprender temas de diseño, logística y documentación de sus distintas modalidades: Actividades Asistidas con Animales (AAA), Educación Asistida con Animales (EAA) y Terapia Asistida con Animales (TAA), temas de etología, bienestar animal, vínculo humano-animal; además de temas de selección, sociabilización, entrenamiento básico y especializado y evaluación regular de los animales de terapia y los binomios terapéuticos.

Cuando alguien me pregunta sobre nuestros cursos y capacitaciones, generalmente me dicen que ya tienen un perro o que se van a comprar o adoptar uno para poder ingresar. Esto es innecesario y, de hecho, lo ideal desde mi punto de vista es que primero la persona conozca y entienda de qué se tratan las IAA, asegurarse de que sí es lo que quiere e incluso hacer algunas visitas como observador para poder determinar qué tipo de IAA son las que quisiera desarrollar o si hubiera alguna área que quisiera evitar.

Ya con toda esta información, entonces sí sería el momento para decidir qué tipo de perro puede ser el compañero ideal, dados los recursos personales así como los requerimientos de la IAA a desarrollar. También habrá que decidir si se quiere un cachorro –al que se habrá de cuidar durante toda su etapa de crecimiento- o si mejor se quiere un perro adulto. En cualquier caso su bienestar es una prioridad, igual que el desarrollo de un vínculo fuerte y estable.

De forma similar sucede con la parte del facilitador o guía, el perro mismo puede tener algunas preferencias específicas que habrán de considerarse, ya que siempre deberá disfrutar de las sesiones en las que participa. Entonces, podría haber algunas áreas de trabajo que no sean de su total agrado y en las que no vaya a participar o, por el contrario, tener un área específica de gran interés donde se destaque.

Una vez que el humano ya se ha capacitado y el perro ha sido seleccionado, entonces inicia el trabajo de vinculación, de crear un lazo, esa unión que permitirá que este par de seres desarrollen el aprecio, confianza, complicidad y comunicación necesaria para llegar a formar un equipo de trabajo, al cual se le denomina binomio terapéutico o unidad terapéutica.

Esto no quiere decir que un perro que actualmente sea mascota no pueda llegar a ser un Perro de Terapia, pero hay que tener en cuenta que dicho perro fue adquirido con otro propósito inicial y por lo tanto podría no cumplir con todos los parámetros necesarios.

Sesión de adiestramiento con refuerzo positivo en el marco de la Formación de Facilitadores en Intervenciones Asistidas con Animales. Módulo realizado en las instalaciones de Tierra Paraíso.

Por otro lado, el adquirir un cachorro tampoco es garantía de que llegue a ser Perro de Terapia ya que si la selección no fue la ideal o si durante su desarrollo de cachorro y adolescente no se trabajaron la habituación y sociabilización necesarias, podría presentar comportamientos incompatibles para esta labor. Nota 1: tampoco adquirir una raza específica es garantía de que llegará a ser Perro de Terapia, ya que la selección es muy particular y siempre puede haber individuos atípicos al estándar racial. Nota 2: los perros de terapia bajo ninguna circunstancia se pueden comprar, dado que sólo son perros de terapia en función del trabajo que desarrollan en conjunto con su manejador (binomio terapéutico). En el mejor de los casos puedes comprar un perro con aptitudes para llegar a ser Perro de Terapia, pero vender uno con tal etiqueta es definitivamente un fraude.

Incluso cuando ya tienes al Perro de Terapia ideal, pudiera ser que un acontecimiento, por ejemplo una mala experiencia, una enfermedad o un accidente hiciera necesario darlo de baja temporal o definitivamente.

Es por todas estas situaciones que hemos descrito que es imprescindible trabajar de la mano del Médico Veterinario Zootecnista, del adiestrador y formador canino y del etólogo para poder hacer evaluaciones integrales de los perros de terapia y tomar las mejores decisiones en base a su bienestar como individuo y del equipo de trabajo.

De hecho, para los guías, manejadores, facilitadores, técnicos y/o expertos que llevamos muchos años desarrollando Intervenciones Asistidas con Animales, son muchos los animales que han pasado por nuestras manos. Ya sea porque su vida es mucho más corta que la nuestra, porque ya no disfrutan tanto participar en las sesiones, por procesos relacionados con la vejez, por enfermedad o simplemente porque se requiere aumentar el número de horas de trabajo, el número de usuarios a atender o el número de instituciones que se visitan, por lo que muchos de nosotros acabamos teniendo varios animales a lo largo del tiempo y a veces hasta de manera simultánea.

Por su parte, un Perro de Terapia también puede tener a su vez varios manejadores o guías que, dependiendo del tipo de sesión, pueda trabajar con uno u otro de manera indistinta, ya que con cualquiera de ellos ha desarrollado un vínculo y todos están igualmente capacitados para atender sus necesidades y estar pendientes de su bienestar.

Entonces la respuesta definitiva es: primero la terapia, entendiendo que el humano es el que se capacita, diseña la sesión y guía al perro para desarrollar la terapia y luego -siempre de la mano del manejador- será el Perro de Terapia. Sin el ojo entrenado del psiquiatra Boris M. Levinson, la interacción de su perro Jingles con Johnny hubiera pasado desapercibida y sería sólo un encuentro fortuito. En cambio, este encuentro espontáneo fue el inesperado punto de partida para toda una investigación y trabajo que nos tiene aquí hoy, casi 70 años después.

Si te interesa conocer más sobre los programas de las IAA, no dudes en comunicarte con nosotros y con gusto te podemos dar una asesoría y/o capacitación.

Jenny M. E. Aragón Leyva jenn_aragon@yahoo.com.mx

This article is from: